One-shot de Pokémon - Tragedia en la nieve

Pobre de aquel que se pare a leer mi historia, pero si no se echa atrás, la contaré...

Hola, soy un entrenador, ni muy fuerte ni muy débil. Soy el típico entrenador que recorre las regiones solo para hacer amigos y participar en la liga. Pues bien, mi historia comenzó en una montaña, era una tranquila mañana de invierno y yo estaba de camino a la próxima ciudad, pero pobre de mí, jamás llegué.

Mi equipo estaba conformado por un Charmander, un Ducklett, un Gloom y una pequeña Kirlia. Yo los quería como si fuesen mi familia, es más, ¡Eran mi familia! Mi madre me había dejado de cuidar cuando solamente tenía 5 años. En este momento tengo 12, pero mi mentalidad es ya como la de un adulto.

El trayecto fue al principio bien, pero justo cuanto estaba llegando a la cima, empezó a caer una terrible nevada. Recuerdo que caí al suelo por el viento y me golpeé la cabeza con una piedra, pero quedé inconsciente al momento.

Desperté al cabo de unas horas dentro de una cueva. Mi Kirlia y mi Charmander habían salido de sus pokéball para ayudarme, nunca estuve tan agradecido con ellos en mi vida. Saqué a mi Ducklett de su pokéball a ver como estaba, Uf, estaba en perfecto estado. Después miré la pokéball de Gloom, se había roto seguramente cuando caí al suelo. Me asusté y salí de la cueva para ver si estaba fuera, pero no tuve haber salido a comprobar...

Encontré su cadáver, durante la tormenta había muerto debido al frío. Lo llevé hasta la cueva y empecé a llorar encima de el, el dolor me estaba matando además del frío. Unas horas después el frío nos iba a matar, así que solo pude hacer una cosa...Con la ayuda de Charmander, quemé el cuerpo de Gloom. Ardió al instante. Teníamos calor, pero...¿A que precio?

A los 2 días el hambre nos mataba. El cuerpo de Gloom extrañamente seguía ardiendo, agua no nos faltaba gracias a que el hielo se derretía. Estaba esperando a mi Ducklett urgentemente, lo había mandado a buscar ayuda cuando la tormenta menguó un poco. El tercer día, volvió, estaba gravemente herido, por la tormenta de nieve se había golpeado la cabeza con unas rocas. Lo cogí en mis brazos, me miró con sus ojos llenos de lágrimas, me sonrió y murió. No lloré, fui fuerte, dejé su cadáver encima de unas ramitas y me quedé dormido.

Ya habían pasado 5 días y necesitábamos comer urgentemente, mis pokémon me sugirieron tristemente comernos el cadáver aún intacto por el hielo de Ducklett. Yo me negué en rotundo, pero debido al hambre...nos lo comimos. Sabía a pollo, estaba delicioso, pero no lo disfruté para nada. Comíamos mirándonos con ojos llorosos. Kirlia empezó a toser. Había enfermado...

Octavo día, Kirlia estaba fatal, se pasaba los días en el suelo de la cueva, llorando y tosiendo sangre. Pensé que se pondría bien, pero sufrió el mismo destino que Gloom y Ducklett. A las 6 de la tarde, la encontré ya fallecida. También tuvimos que comerla yo y Charmander, lo miraba y estaba fatal. La carne de Kirlia no sabía nada bien, pero era lo único que había para sobrevivir.

13 Días ya. Charmander había desaparecido hace 2 días, la desnutrición era horrible y ya no podía aguantar más. Charmander jamás regresó, pero encontré fuera de la cueva su cola cortada. Ese día fue mi perdición, estaba solo. Me miré a un charco de agua y vi mi reflejo, estaba horrible...

Os cuento esto desde el día 17, me comí la cola de Charmander, pero no me gustó. Ahora mismo estoy en lo alto de la montaña mirando el paisaje. Esperad...Se acerca hacia mi un Beartic...Me va ha matar...Adiós...gracias por haberme escuchado...

-¡¡¡Bear!!!-Ruido de decapitación.