de Inuyasha - Trágica Nochebuena [One-shot]

Trágica Nochebuena [One-shot]

Trágica Nochebuena.


Pequeños copos de nieve caían sobre la gran ciudad de Tokio, cubriéndola lentamente con su manto blanquecino. Todas las familias se habían reunido en sus casas para celebrar el comienzo de la Navidad, compartían su comida, su amor, y su vida.

Pero nos centramos en un templo, el templo Higurashi; a los ojos de los demás, ese edificio no presenta ningún encanto, pero no todo es lo que parece. En un pequeño santuario, se encuentra un pozo que conecta dos dimensiones temporales. Y sólo una persona es capaz de atravesarlo... Kagome Higurashi.

- ¡Kagooooome! –gritó un niño de unos ocho años, de pelo marrón, con aspecto enfadado-. Date prisa, ¿quieres? ¡Si no celebramos Nochebuena bien y nos damos prisa, no vendrá Papá Noel!

- Ay, este niño... –murmuró la aludida- Cuando se entere de que no existe, se echará a llorar. – Bajó las escaleras con calma y cuidadosamente para no estropear su vestido; un traje amarillo pálido con una capa transparente y con una pizca de brillantina y el cabello recogido en un moño que dejaba algunos mechones rebeldes adornando su frente.

Bajó al salón y se dirigió a la mesa donde la comida ya estaba servida. La habitación estaba completamente adornada: en una esquina había un enorme abeto decorado con esferas brillantes y algún que otro amuleto de la suerte del abuelo. En la chimenea, cuatro calcetines rojos y un patuco [1] que tenía un letrero en el que ponía “BUYO”.

Naomi, la madre de Kagome, colocaba los cubiertos y por último, encendía las velas. Después, sonrió cálidamente al ver a su hija y se sentó en la mesa.

El reclamo de la mujer atrajo al pequeño Sôta y del abuelo, que se sentaron en la mesa. Sôta estaba muy emocionado y no podía estarse quieto; por el contrario, el abuelo estaba inquieto y sudaba bastante. Kagome notó eso, pero no se preocupó, ya que después de todas las bromas que le había gastado, seguro que estaría ocultando algo y no se le estaba dando muy bien. Entonces, la voz de su madre sacó de sus pensamientos a la joven azabache.

- Y, Kagome, ¿qué tal todo por el Sengoku?

- ¡Oh! Sí, bueno, va bien. –contestó alegremente-. Hace tres días que no voy, me preguntó que tal estarán Sango, Miroku, Shippô y Kirara. –murmuró mientras se llevaba un dedo a la mejilla.

- Querrás decir que qué tal estará InuYasha, ¿verdad?-sonrió pícaramente Sôta, mirando a su hermana de reojo.

- ¡Cállate, piojo! –exclamó Kagome, roja como un tomate- Si no he mencionado a InuYasha es porque sé perfectamente que sabe cuidarse solo y que no le pasará nada.

- Uf... Agh...-Esos gemidos y fuertes respiraciones hicieron a la familia prestarle atención al abuelo.

Todos se giraron al instante y pudieron observar al anciano sudoroso, con la mano agarrando fuertemente su kimono y respirando entrecortadamente. Naomi se levantó para ayudarle, pero antes de que se acercara a él, este se quedó estático durante un segundo y dirigió su mirada a Kagome. Abrió la boca para decir algo, pero justo después, calló al suelo, provocando un ruido estremecedor que hizo que los nietos del abuelo profirieran un grito de angustia. Sôta comenzó a llorar y Naomi fue corriendo a llamar a una ambulancia.

Kagome estaba paralizada, esto no podía estar ocurriendo. Era Nochebuena, día de paz y amor, ¡día que debía compartirse con la familia! Se arrodilló frente al abuelo y colocó su cabeza en su regazo. Sôta seguía derramando lágrimas sin control, murmurando siempre las mismas palabras: “Por favor, abuelo, por favor, no te mueras...” Sin embargo, el anciano no parecía que pudiera volver a abrir los ojos, y eso desesperaba más a la joven azabache.

La madre de Kagome entró en la habitación seguida de unos médicos que apartaron bruscamente a los niños y le tomaron el pulso al viejo. Murmuraron palabras incomprensibles y tomaron una camilla. Salieron corriendo y lo subieron a una ambulancia.

- ¡Señor, señor! –exclamó angustiada la mujer- ¿qué le ocurre a mi padre?

- Ha sufrido un paro cardíaco. En la ambulancia intentaremos reanimarle, pero, si he de ser franco... No creo que le quede mucho tiempo.

- Dios mío... –balbuceó por lo bajo Kagome, mientras abrazaba a su hermano pequeño, ¡aquello no podía estar sucediendo!

- Pueden venir en la ambulancia si quieren, hemos traído una amplia, pero aún así deberán quedarse en un rincón. –sugirió el conductor mientras se metía en el vehículo.

- Venid, niños. –dijo Naomi, subiéndolos al automóvil.

La ambulancia encendió su sirena y arrancó de inmediato. Todos los vehículos, motos o coches, camiones o bicicletas se apartaban a su paso. Incluso aunque los semáforos estuvieran en verde, los peatones no cruzaban para ceder el paso a la ambulancia. Los médicos sacaban los desfibriladores y comenzaron a intentar reanimar el corazón del anciano. Todo parecía ir bien, hasta que ocurrió lo inesperado.

Primero, apareció una pelota; seguidamente, un niño que cruzó sin mirar. El conductor profirió un grito agudo, y giró bruscamente el volante, haciendo que el vehículo girara sobre si mismo y chocara contra un árbol...

- - -​

​

“...Pip, pip, pip, pip, pip...”

Lentamente, unos ojos marrones se abrían, confundidos. La joven miró a su alrededor, ¿dónde se encontraba? Era una habitación blanca y tenía un extraño tubo conectado al brazo que se unía a una bolsita con un líquido transparente. ¿Qué significaba todo aquello?

- ¡Oh, gracias al cielo!

- ¡Kagome, Kagome!

La azabache giró la cabeza lentamente y se encontró con tres muchachas con un uniforme de marinero que la miraban atentamente y con una gran preocupación. De pronto, Kagome lo recordó todo: Nochebuena, el abuelo, la ambulancia...Entonces, un terrible presentimiento la acongojó, ¿dónde estaban su madre y su hermano?

Se giró hacia una de sus amigas con agitación y habló entrecortadamente:

- Yuka, ¿dónde está mi madre? ¿Y mi hermano?

Silencio. Yuka se mordió el labio inferior y miró a las otras chicas. Kagome cada vez estaba más asustada, necesitaba saber qué estaba pasando, ¡y ahora! Ayumi, su otra amiga, se acercó a la camilla y tomó aire.

- Kagome... Lo siento... No sé cómo decírtelo...

- Amiga... En el accidente, tu abuelo murió por no ser atendido y por el golpe. Naomi también murió por el impacto y tu hermano se encuentra en... coma. –explicó Yuka, con los ojos llorosos, mirando a la joven azabache.

- No... No puede ser... –La muchacha se llevó una mano a los labios mientras gruesas lágrimas salían de sus ojos, bañando su cara- ¡NO!

El grito desesperado de una joven que acababa de perder a toda su familia inundó el edificio de tristeza y angustia, e indicó el fin de lo que había resultado ser una trágica Nochebuena.

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Aclaraciones:
[1] Patuco: zapato para bebé.

Comentarios de la autora:
Okey, admito amenazas, tomatazos y todo lo que queráis. Sé que es cruel matar a casi toda la familia de Kagome, pero últimamente he entrado en una etapa psicópata de la que no puedo salir.
Por cierto, como no sé si los japoneses celebran Nochebuena o quién les trae los regalos (sé que tendría que haberme informado .__.), puse la excusa de Papá Noël.

Espero que lo disfrutéis... Bueno, mejor no lo disfrutéis mucho, no quiero que acabéis tan asesinas como yo xP

Besos,
Aura.

 

Re: Trágica Nochebuena [One-shot]

Hola a todas/os.

Me alegra que te gustase. Mi madre dice que soy muy dramática, pero si supiera lo que escribo, me echa de casa. Si tú dices que sé manipular los sentimientos ajenos... ¿Tendré que creerte? xP

Sí. :si:

No, no lo habías mencionado. Bueno, a la próxima historia que escriba, me marcaré como meta hacer llorar a los lectores. La verdad, este one-shot es el primero que hago sin involucrar a InuYasha, simplemente escribiendo sucesos que suelen pasar en la vida real.

Me alegra que os gustara.
Besos,
Aura.

 

Re: Trágica Nochebuena [One-shot]

Hola.

¿En serio maté a toda esa gente? No lo recuerdo :silbar:. Nah, es cierto, tengo impulsos incontrolables de ver sangre (o imaginarla, jojo).

Sí, desgraciadamente suceden ;_; Aunque ya es mala suerte que la ambulancia choque, lo reconozco. Pero... quería drama, dolor, angustia.

Creo que eso no te lo puedo asgurar xD

¡TaniaC! Cuánto tiempo (Nah... Un año). Supongo que no me recordarás, pero tú organizaste un concurso de Fan Fics de InuYasha. Yo escribí el de "Diario de una enfermera" (horrible xD).

Eso último no lo entendí muy bien. ¿Qué es exactamente lo que dices que le falta? oOo

Saludos,
Aura.