Akiruno Tokyo Summerland [Parque acuático]

Era bastante común el que la gente me mirase, fuese aquí o en la mierda de otro país, sin embargo no era sorpresa el que especialmente japón se traía algo con los tatuajes. Pobres diablos reprimidos.

Me sonreí con sorna en lo que aún tenía la mirada del tipo encima, no es como si por ser Cathy dejase de ser yo mismo, así que seguí fluyendo en lo que escuchaba a ésta hablar. Empezar el sábado con una salida no estaba mal, ya que ha decir verdad me encantaba tener planes~

Me incliné hacia el oído de la chica en lo que el hombre le sugería irse adelante con él.

—No vaya a ser que un demonio te ataque en la parte trasera del auto —le murmuré jocoso, a lo que su respuesta referente a la cortesía no me tomaba en realidad por sorpresa.

Whitman era por demás... dulce, más que cualquier otra niñata que hubiese conocido en el instituto. Me adentré entonces en el auto luego de dejarla pasar a ella primero; me presentó al conductor, al cual le busqué la mirada por el retrovisor y apenas alcé las cejas en forma de saludo.

—Un gusto, Tamura —comenté dejando la mochila entre mis pies, en el suelo del auto—. Ahora que lo dices, ¿a qué se dedican tus padres Cathy?~ Vaya y terminen siendo mis suegros y yo sin saber sus labores —le molesté echando la cabeza hacia atrás, en el respaldar de la silla.

El sol estaba de puta madre, y esperaba que siguiese así.

—¿Has ido alguna vez al summerland? Porque para mí es nuevo completamente —bostecé ligeramente—. Cuando mi hermano se de cuenta de que vine contigo, me caerá encima por no haberlo invitado~

Le confesé más por hacer plática en el camino de carretera que por cualquier otra cosa.

 

No pudo evitar reír un poco ante el comentario de Zeld, aunque Tamura parecía seguir algo sospechoso de aquello que no escuchó, manteniendo en todo momento su mirada en Zeld a través del retrovisor cuando finalmente entraron al carro, tan solo asintiendo cuando Zeld se presentó con él y muy a su pesar, poner el carro en movimiento para ir a su nuevo destino.

—Mis padres trabajan como unos de los miembros principales de la embajada de Australia aquí en Japón —Explicó en un tono bastante alegre al recordar esas épocas, más que nada las ocasiones donde llegaban a tener eventos culturales y documentarlos—, hace un par de años se fueron ya y regresé con ellos antes de decidir que ya estaba más adaptada a Japón, podrás saber un poco más si realmente se convierten en tus suegros, Zeld~.

—Al regresar nos pidieron de favor mantener un ojo en la señorita. —Acotó Tamura, probablemente más una indirecta que otra cosa, pero aun así no le borraba la sonrisa del rostro por ser un acto que agradecía bastante, hacía su vida mucho más cómoda.

—Lo había escuchado, pero muchas de mis compañeras no eran muy fan de hacer muchas cosas bajo el sol así que será interesante~ y si nos gusta, pues traeremos a Zold la próxima vez, ¿te parece?~

Después de un tiempo finalmente Tamura estacionó frente a la entrada del parque antes de bajar del auto y así también abrirles la puerta para que pudieran descender, recordándole a Cathy que podía llamarlo para que la recogiera en cualquier momento, ella agradeció y cuando finalmente quedaron solos, se giró para ver a su acompañante.

—¿Entramos ya?~

 

No es como si en realidad considerara el hecho de involucrarme en eso de las relaciones, suegros y demás, pero había algo de gracia en que Cathy me siguiese el hilo. Vete a saber, me gustaba esa personalidad suave y moldeable que mantenía conmigo.

—Ahora que lo pienso, ¿de qué país eres, señorita Whitman?~

Me aguanté la risa sarcástica ante el comentario del chófer, mostrándole las manos como quien está desarmado a ver si bajaba un poco más defensas, aunque en realidad me importaba una mierda lo de su vigilante mientras ella siguiese tratando conmigo.

—Que amigas tan aburridas tenías —comenté en lo que llegábamos al lugar—. Conmigo tendrás muchas actividades bajo el sol, princess, así que procura cargar tu bloqueador~

Me bajé del auto luego de que éste nos abriese la puerta, observando la parte exterior del parque en lo que el ruido de la gente llegaba a los oídos, estaban haciendo fila y eso para las entradas, así que movi la cabeza hacia la taquilla luego de que Cathy me preguntaste si entrabámos, pagando por ambas entradas para que la encargada nos la colocara en la muñeca. Enterré las manos en los bolsillos en lo que caminaba hacia los baños para cambiarnos, continuando la conversación:

—No tenía idea de lo protegida que era la princesa Cathy~ —. Y en parte era cierto—, así que ni modo, me tocará cuidarte hoy a mi o luego me arrancarán la cabeza~

La sonrisa burlona se me dibujó de nuevo en la cara.

—Te espero aquí en lo que te cambias.

Me quité la camiseta, guardándola en la mochila para quedarme únicamente con los jogger. La pantaloneta la traía bajo la ropa, así que no me importaba cambiarme en dónde dejáramos las cosas.

 

—Bueno...Australia, pero más concretamente de Sídney —Explicó con tranquilidad aunque por el trabajo de sus padres había pasado más tiempo viviendo y desenvolviéndose en Japón y el tiempo pasado en su hogar nuevamente de manera "consiente" por su edad no lo había disfrutado ni un poco, tan siquiera no en un ámbito escolar —. Realmente no puedo culparlas, aquí es muy importante el cuidado de la piel pero...eso limitaba un poco las salidas a lugares así, pero eso ya no es un problema ahora por suerte~

La bendición de una escuela con estudiantes internacionales, pequeñas ventajas.

Caminaba con cierta emoción una vez que se adentraron al parque, con el clima que había no podía pensar en algo mejor que eso y bueno, se prestaba para ver qué cosas podrían pasar por la mente de Zeld.

—Podríamos fingir que me salvaste de algo y pasarías a ser mi héroe~ —Se abrazó a su brazo momentáneamente mientras decía aquello con cierto toque cómico antes de dejarlo ir y continuar con tranquilidad —. Pero no tienes nada de que preocuparte en estos momentos~ —Si ella no hablaba de algo "serio", realmente no podrían recriminar.

Asintió a las palabras de Zeld y se adentró al baño, a diferencia de lo que le había demostrado ella no podía cambiarse tan fácil como él, pero, tan siquiera estaba feliz con la elección que había hecho para aquel día, los toques del cuello y el escote le gustaban bastante, además de acompañar la vibra que le había presentado hasta ahora con esa especie de bata y sus sandalias como extra.

—¿Qué te apetece hacer primero? ¿Algo fuera del agua o toboganes?~

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—Me imagino que el calor de Australia es más sofocante al verano de Japón, ¿o están más o menos en igualdad de medida? —. En lo que llevaba el clima había sido bastante cambiante, nisiquiera tenía idea de si nos lloverá hoy en la mañana, pero a la final salió bien sol~

Era algo ya de mujeres suponía, que bueno, al único tipo hasta ahora que conocía y cuidaba su piel era Alaska, y eso que vete a saber si era por condición médica, de resto solo solía escucharlo en las chicas, y bueno, Génesis que nos cuidamos a mi hermano y a mí cada que podía aplicándonos el tedioso bloqueador solar.

Podía escuchar claramente desde pájaros cantar hasta la risa de niñitos que jugaban de aquí para allá, elevando apenas las cejas al ver los toboganes a lo lejos en lo que silbaba agudo como quien admira lo que ve a lo lejos, por la distancia de los baños.

—Uy, y yo que creía que era tu héroe desde la mascarada, que cruel eres Cathy-Cathy~

La vi perderse en los vestidores por lo que me colgué la camiseta al hombro al igual que la mochila, ajustando la gorra en mi cabeza para pasar la parte plana de ésta al frente, provocando sombre sobre mi cara. Sacando el móvil para responderle a Génesis un mensaje del día anterior que no había abierto, quedándome centrado en eso hasta que la voz de Cathy me llamó desde atrás, girándome de perfil, repasando desde sus facciones hasta el traje de baño, regresando a sus ojos de nueva cuenta.

—Bonitos gustos, princess~ —le sonreí ladino—. Venga, que parece que no me conocieras Cathy —moví la cabeza hacia los toboganes—. La adrenalina primero~

 

—Quizás un poco sí, ha decir verdad no he pasado tanto tiempo allí para poder hacer una comparación más o menos justa...—Era una lástima, sí, pero era a lo que se había acostumbrado y tampoco se podía extrañar tanto algo que no se vio expuesta tanto tiempo —, por el trabajo de mis padres he estado más tiempo en Japón, regresábamos cada tanto en ciertas vacaciones de forma intermitente.

A veces las responsabilidades no se los permitían y tenían un poco más de vacaciones locales.

—Pero hablando de eso... ¿de dónde eres tú? Creo que no me lo has platicado~

Al iniciar su andar nuevamente, no podía evitar sonreír viendo a todas las familias andando por allí con sus niños emocionados por todos los juegos, la edad donde el quemarse un poco no les iba a impedir en lo absoluto divertirse y le encantaba.

—Eres mi héroe, no te equivoques —Dijo con tranquilidad y dedicándole una sonrisa sincera —, pero quizás para mis padres podrías serlo también, es mejor de esa manera, ¿no crees? —Se adelantó un par de pasos para hacer aquello que ya acostumbraba con él, mostrarle su outfit de manera completa con una pequeña vuelta antes de tomar su mano y tirar de él con suavidad.

—Entonces debes hacerlo conmigo para que no pierdas si vamos lado a lado~

 

—¿Y te gusta este país? —cuestioné en lo que me acomodaba la gorra sobre la cabeza, dirigiéndonos hacia los toboganes. El sol si que nos bañaba la piel y se sentía el ligero escozor en cuanto no había algún árbol sobre nosotros dándonos algo de sombra—. Porque la verdad a mi me parece tremendamente aburrido, o no sé, los japoneses son tan... raros~

Me reí con lo que había acabado yo mismo de decir, porque bueno, un tipo menor de edad con todo el cuerpo tatuado hasta la cara hablando de rareza, era una tremenda hipocresía, pero que mierda iba a hacerle si era lo que pensaba.

—A ver, antes de responderte puedo apostar que nunca lo has visitado~ —denoté uno de los lugares con sombrillas y esas cosas, y para qué mentir, si lo único cómodo que veía de japón era que podías dejar el móvil en cualquier lugar y cuando regresabas estaba ahí mismo—. Empieza por S y termina e A. ¿Alguna idea?

En lo que continuaba hablando entrelacé su mano con la mía, hasta que sentí que iba a zafarse por lo que abrí los dedos, escaneando la vuelta que me brindó. Aunque... ¿Era mi impresión o la señorita aquí presente me estaba hablando de los padres con una connotación distinta a la que yo lo hacía? Venga, que me interesaban cosas de ella, pero habían otras en las que quizá nunca me inmiscuiría, por lo que le mostré los dientes

—¿Ah sí?~ —murmuré sin frenar el paso, pasando el brazo por su hombro para abrazarla en lo que la guiaba a uno de los espacios—. ¿Y cómo podría conseguir puntos para héroe con tus padres, señorita?~

Aparté el tacto con suavidad para dejar la mochila, luego de susurrarle el que haría todo con ella~. Me quité las zapatillas, sin agacharme, haciendo el ligero esfuerzo con los pies como tal, para ya luego deslizar el amarre del jogger, quitándomelo para ya quedar únicamente con la pantaloneta de baño.

>>¿Lista para subirte?~ Al tobogán, claro~

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Donde dejarán sus cositas:

 

Rio con suavidad al escuchar su pregunta, en cierta forma tenía que gustarle Japón si había decidido volver a vivir allí, ¿no? —Claro que me gusta, si puede tener momentos aburridos pero también sus viajes y festejos son bastante entretenidos —Explicó con tranquilidad, sonriendo por el sol, sabía que era importante usar protector y demás, pero una parte de ella estaba disfrutando pensar que quizás pudiera broncearse un poco si lo dejaba de lado momentáneamente —. Confío en que eventualmente lo encontrarás divertido o en su defecto, la rareza incrementará y eso también lo puede hacer entretenido.

Llevó su índice momentáneamente a sus labios, pensando en países que tuvieran relación a aquellas pistas, y cuando pareció ya tener una idea chasqueó sus dedos solo para darle más dramatismo.

—¿Suecia o Suiza? —Preguntó, le parecían países lo suficientemente "libres" como para quizás fuera más común poder tatuarse de aquella manera, ¿no? Y aunque no imaginaba precisamente a la gente de esos países tatuados de esa manera, si podía imaginar alguna excepción a la regla paseando por allí con tranquilidad a diferencia de Japón.

Al igual que él, dejó sus cosas en aquel camastro y mesa, dejando solo su traje de baño y una liga en su muñeca en caso de que luego quisiera hacerse un pequeño recogido en su cabello, nada del otro mundo. Se abrazó de él y asintió ante su comentario sobre antes de entrar al camino que conducía a las escaleras que tenían que subir para llegar a lo más alto.

—Sobre mis padres... quizás, simplemente seguir con lo que estamos haciendo —No pudo evitar sonreír un poco —, se que tomarán en cuenta la estima que puedo tener en ti~ pero claro, eso podrían implicar también otras cosas.

Al llegar a la cima saludó al empleado que avisaba si ya podían bajar y mientras esperaba tomó asiento en el tobogán, palmeando ligeramente la parte de atrás de ella para que se sentara. Al fin y al cabo, no había otra forma de ir juntos, ¿no?

 

Ya me olía el que Cathy no adivinara a la primera mi país de origen, y es que venga, adivinarlo no estaba nada fácil, era evidente. Solté una risa nasal en lo que negaba con la cabeza. No estaba ni cerca.

—Serbia, Cathy-Cathy~

Ni siquiera sabía si en realidad habría escuchado algo de dicho país, pero a decir verdad me daba igual. Sin embargo en cuanto se abrazó a mi brazo la sonrisa se me acentuó en la cara, llegando a la cima en lo que habían un par de trabajadores indicando el como sentarse y la demás mierda de seguridad del tobogan.

—Seguiré reuniendo puntos de estima entonces, princess~

Uno de los empleados aviso el que podíamos continuar. Me pasó el flotador de dos puestos, inclinandome hacia Whitman al ya estar de segundos en la fila.

—¿Prefieres atrás o adelante?~

 

¿Serbia?

No pudo ocultar su sorpresa, en su imaginario veía a Serbia como un país un poco más sobrio, o muy serio y aunque sabía que podría estar claramente equivocada, no podía imaginar a Zeldryck allí —¿Y me platicarás un poco de como es Serbia? —Preguntó con curiosidad, lo único que tenía claro es que realmente era muy diferente y mucho más entretenido que Japón —¿o quedará como un misterio para otra ocasión?

Antes de siquiera contestar su pregunta, con delicadeza le quitó aquel flotador para poder colocarlo en su lugar, luego se acomodó en la parte del frente del y sonrió antes de sentarse, aprovechando para jugar con el agua que se deslizaba por aquel tobogán —En una segunda vuelta puedo estar atrás si así lo deseas —Dijo en un tono ligeramente bromista —, pero quien sabe, quizás encuentres mas entretenido este arreglo~

 

Noté en su expresión el que no le encacillaba con mi país de origen, a lo que me reí a carcajadas, levantando las manos en conjunto a los hombros como quien se desentiende de explicarle el por qué era como era. Un rebelde de mierda sin causa~

—Va desde aires fríos hasta calores similares a los de África, vete a saber el por qué se mueve en ambientes extremistas, cómo ni idea.

La dejé acomodarse a voluntad, para luego sentarme atrás y dejar que el tipo que hacía de guía nos empujara ligeramente para sentir el agua ya en los pies corriendo por el tobogan.

—No me molestaría~ —le seguí la broma con ironía, sintiendo el ligero vacío en el estómago que me solía generar placer, deslizándonos hasta caer en la piscina.

Al sentir el flotador alejarse sujeté a Cathy de la cintura, nadando con ella hacía la orilla.

—¿Que tal?~ ¿La princesa tragó agua o algo?~

 

Incluso si era algo tonto, no pudo evitar pensar en que quizás climas tan extremos pudieran haber moldeado en cierta forma la personalidad de Zeldryck, le parecía incluso gracioso compararlos pero al mismo tiempo le hacía pensar en las partes que quizás todavía no veía y que podían moverse de un lugar a otro.

En todo el trayecto ni siquiera se molestó en ocultar la emoción y entretenimiento que le daba deslizarse hasta que terminaron cayendo al agua, sintiendo cómo se refrescaba de golpe; no esperó que Zeld la tomara de la cintura, pero aún así aprovechó el momento para rodear su cintura con sus piernas, manteniendo su sonrisa en todo momento.

—Para nada, todo esta muy bien...además, me estás llevando a la orilla como todo un caballero~ —Soltó una corta risa —, ¿puedo esperar eso de todos los demás juegos?~ —Aprovechando que todavía estaban en el agua, mantuvo su posición sin mucha intensión de separarse todavía, inclusive aprovechó un poco para jugar con el cabello húmedo de Zeld.

 

Levanté ligeramente las cejas al sentir sus piernas afianzarse, de cierta forma no lo esperaba y a la final una risa ronca surgió de mi garganta, ladrando apenas la cabeza al relajarme por el tacto de sus dedos en mi cabello, llegando ya a la orilla.

—Habrá que ver el resto de juegos entonces~ —al salir de la piscina desprendió el agarre con suavidad, denotando las cafeterías y puestos individuales del parque—. ¿Se te antoja algo, princess~? Porque algo de hambre si que me dió.

Señalé el puesto de frutas, denotando las sandías que estaban expuestas bajo la sombrilla del señor que las ofrecía.