Todo está bien [CCS]

Tema en 'CLAMP' iniciado por Pami, 14 Septiembre 2009.

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  1.  
    Pami

    Pami Guest

    Acuario
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    Todo está bien [CCS]

    Hola (:!

    Aquí, aprovechando el día (?), traigo un long-fic que estoy escribiendo aún y que tenía muchas ganas de publicar. Es un universo alterno y está basado en una canción que diré en su momento.
    Dedicación especial a mis locas amigas que me mantuvieron toda la noche despierta el día de hoy <3!
    A Yuuko por darme, sin querer, la idea con una canción/vídeo hace unas semanas.
    Y a Sandra, por betear.

    Publicaré, creo, cada sábado... pero eso lo veremos en la semana.


    Todo está bien

    Prólogo.

    “Porque después de todo, el pasado no puede ser olvidado... y te persigue durante años hasta el punto de asfixiarte lentamente, rodeando tu presente con las ramificaciones que creaste por tus decisiones. Aquellas que tomaste para intentar seguir adelante.
    Porque, probablemente, eso que tanto intentas dejar atrás es lo que te permitirá continuar hoy, mañana y siempre.
    Aunque sea lo último que deseas...
    Lo último que quieres ver…
    Lo último a lo que podrías recurrir…
    El último a quien podrías buscar…
    Porque sabes que, de seguir huyendo, terminarás volviéndote loco”.

    Y tal vez, sólo tal vez, todo está bien a pesar de eso.

     
  2.  
    ayatimas

    ayatimas Iniciado

    Géminis
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    Re: Todo está bien [CCS]

    bieen prime en postear
    el prologo esta muy bonito y la verdad tienes razon el pasado no puede ser olvidado una pregunta ¿vas a dejar el fic que tenias de cerezos oscuros o vas a seguir los dos? estoy confusa
     
  3.  
    Lidia

    Lidia Entusiasta

    Piscis
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    Re: Todo está bien [CCS]

    Uhmm.. buen comienzo.
    Aquí estaré leyendo entonces, aunque soy bastante impaciente, espero que cumplas :o.ee.
    Ahh.. si, quedó lindo :)
     
  4.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
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    Escritor
    Re: Todo está bien [CCS]

    Siempre odié que la gente comenzara sus fics publicando tan solo el prólogo porque a la vez dicen tanto sin decir casi nada y lo único que me queda es esperar el primer capítulo :(
    Es hermoso, lo admito, y te deja miles de interrogantes sobre de que diablos puede tratar la historia. Viniendo de tu mente no sé que esperar... lo cual es alentador ^^

    Deseo tanto que sea verdad XD
    Cruzaré los dedos.

    ;)
     
  5.  
    Anya

    Anya Entusiasta

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    Re: Todo está bien [CCS]

    No sé, porque será que esa frase me choco tanto xDDDD.
    Muy bueno comienzo, me gusto muchisimo.
    Se nota que esa persona pasa por cosas que hacen que quiera escodenserse o que se yo, concuerdo con Bel Ahome en que deja bastantes interrogantes, y esa frase de todo estará bien, me recuerda tanto a Sakura xD.
    Esperare con ansias el próximo sábado :lala:
     
  6.  
    Pami

    Pami Guest

    Acuario
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    Re: Todo está bien [CCS]

    ayatimas; seguiré con ambos (de hecho también tengo uno de Crepúsculo). Por el momento me encuentro bloqueada para Cerezos Oscuros, pero no lo dejaré.
    Lidia; mínimo tienes diversión para siete semanas ;). No lo dejaré, continuaré cada sábado.
    BelAhome; normalmente mis prólogos son cortos y no sé porqué xD! La historia tiene temas adultos, siendo en categorías sería T... pero ya veremos de qué trata conforme pasen los capítulos.
    Anya; la idea es que recordara a Sakura. Verás... la canción de la que trata tiene ese "todo está bien", de alguna manera. No podía desperdiciarlo.

    El primer capítulo... ¡y comenzamos!

    Capítulo I
    De nuevo en Tomoeda.


    Era una necedad, pero necesitaba tomar aquel precioso líquido, sentir cómo bajaba por mi garganta y me quitaba mi sed. Aquélla que había aparecido desde hace mucho tiempo dentro de mí, que clamaba algo más que agua para acallarla.
    Tal vez necesitaba de él.


    Un ruido la hizo saltar desde donde se encontraba, abrió los ojos rápidamente y pudo observar la habitación donde se encontraba, algo en ella le decía que le debería de resultar familiar pero existían cosas que no cuadraban. Se levantó en aquella cama improvisada y vio su derredor, cajas y más cajas le acompañaban.
    Se dejó caer derrotada nuevamente. Vaya comienzo de día, su primer día después de años en esa ciudad.

    —Ya estoy despierta —comenzó a susurrar mientras se estiraba en la cama, decidía usar su voz para sí misma cuando creía olvidarla por momentos, después de todo últimamente era ella y sólo ella—, mejor me levanto y termino de recoger todo este basurero hasta que parezca una casa.
    Y así lo hizo, después de una ducha rápida y un café bien caliente, comenzó con la remodelación de su casa; no era nueva, puesto que había vivido ahí más de la mitad de su vida, su completa niñez y casi toda su adolescencia, pero sin duda había olvidado muchas cosas… como aquel sonido que hacía la ventana de su antigua habitación cuando se cerraba por el aire, y que la había hecho dar un salto a la cama.
    A pesar de que la casa tomaba forma más rápido de lo que parecía sabía que no la volvería a sentir como antes, con su padre caminando escaleras abajo cada mañana, y su hermano burlándose de ella cuando se le hacía tarde para ir a la escuela. El primero había muerto meses antes de mudarse de ahí, y su hermano vivía ahora con Yukito.
    Mínimo habían formalizado su relación, creía verlos de vieja y aún actuando como un par de amigos.

    Hizo un mohín al entrar en la habitación de su hermano, sólo la limpiaría pero definitivamente no la usaría para otra cosa. Desde que decidió volver a Tomoeda sabía qué iba a hacer con la casa: su habitación pasaría a ser una bodega y ella viviría en el cuarto que era de sus padres. Así estaría más cómoda, además de que era el que estaba más cerca de las escaleras, y considerando todo era más fácil vivir ahí que en su cuarto, lleno de peluches.
    Y la habitación libre que usaban antes de bodega, bueno, ya le había encontrado un buen uso.

    Dos horas después, Sakura salía de tomar un baño. Aún con la toalla en la cabeza tomó su portátil de su cama y bajó rumbo a la cocina; durante el día había rondado en su cabeza una idea y después de ver los pros y contras se había decidido por hacer algunas anotaciones para futuras referencias. No es que tuviera mucho tiempo para escribir dos libros al mismo tiempo pero nunca sabes cuándo vas a necesitar una idea, o cuando tus musas decidan desaparecer.
    Tomó asiento en la mesa, en el lugar que acostumbraba cuando niña, y se concentró en escribir, describiendo, imaginando y dejándose llevar a un mundo diferente.
    Uno donde ella podía manejar al antojo cada detalle, porque sabía que aunque ella amara tanto a sus personajes, jamás le romperían el corazón.
    Fruncía el ceño cuando algún detalle se escapaba de su mente, algo que no pudiera terminar de cuadrar al final; ella no dejaba demasiadas dudas cuando ponía el punto final, no era su estilo. Además de que sus historias estaban hechas para chicas, algunas pocas, y con las que se había dado a conocer, estaban dedicadas a los niños. Pero ya no más, ahora que tenía en su poder la posibilidad de elegir la temática era mucho más feliz.
    Cuando despegó sus ojos de la pantalla, el sol hacía tiempo que se había ocultado y los ojos le ardían un poco. Cerró la aplicación y se decidió por ir a dormir; al día siguiente la esperaba un día atareado, tendría que terminar de limpiar el sótano, su próximo despacho y lugar donde escribiría.
    Y, por supuesto, tendría que ir por las compras, ahora siendo la única en casa tendría que hacerse cargo ella solita de todo.

    La señora de la tienda le parecía una señora amable, aunque habría preferido que no le preguntara por si tenía novio, porque al responderle que no se había empeñado en que volviera al día siguiente, cuando su hijo se encontrara por ahí y ver si algo podían ser.
    Había declinado amablemente la oferta, pero se había decidido que mientras fuera posible mejor ir a otro lugar a comprar las cosas, no tendría por qué ser la única tienda alrededor de la casa.
    Suspiró cuando pasó caminando frente al parque con el Rey Pingüino; cosas como aquellas le hacían parecer que no había cambiado tanto como ella creía. Que realmente el tiempo se había estancado en Tomoeda y la próxima vez que abriera los ojos notaría que se le había hecho tarde para ir a la secundaria y ver a sus amigos.
    Decidió volver más tarde a aquel lugar, con libreta, lápiz y su aparato de música a la mano; estaba completamente segura de que ahí tendría momentos de inspiración.
    Y más le valía, porque se encontraba estancada en la historia que tenía que entregar en el lapso de un mes y medio.

    No había pasado mucho después de llegar a casa cuando el sonido del timbre la hizo correr de nuevo hasta la entrada, esperaba que fueran los del teléfono porque le era absolutamente necesario. Su celular era efectivo, pero no contaba con buena señal de internet, y ella en ocasiones necesitaba navegar buscando imágenes que le transmitieran sentimientos para describir.
    Únicamente como pasatiempo, claro, porque ella ya no sentía demasiado.
    Tuvo suerte al momento de abrir la puerta, tanta que sonrió ampliamente y dejó pasar a dos hombres, uno tan viejo como sería su padre y el otro más joven que se notaba aprendía el oficio. Les señaló la sala y les permitió pasar al sótano, puesto que tendrían que poner algo por ahí para permitirle la entrada al cable.

    —Señorita Kinomoto —comenzó el hombre mayor—, tardaremos un poco y no es necesario que se encuentre aquí. Si necesitamos algo más nosotros la buscaremos.
    —Claro —susurró la chica con las mejillas sonrojadas, ¿era tan notorio que pretendía estar ahí?—, pero me gustaría quedarme a conversar, no he escuchado mucho mi voz desde que llegué por aquí y quisiera enterarme un poco de lo nuevo en la colonia.
    —¡Oh!, ¿es nueva por aquí? —preguntó con una sonrisa el joven.
    —No precisamente, yo viví aquí de niña —dirigió su mirada al uniforme, buscando su nombre—. Pero después tuve que mudarme y acabo de volver hace tres días.
    —Si quiere yo puedo ser su guía turística.
    —Hideki, no estamos aquí para que consigas una cita —le reprendió el mayor—. Disculpe señorita, este chico es muy irrespetuoso y olvida que está aquí para trabajar.

    Sakura sonrió nuevamente, le gustaba la desenvoltura del chico, le parecía fácil hablar con alguien así. De todas formas sí iba a necesitar a alguien que la ayudara a recorrer el centro de la ciudad y le contara las cosas necesarias para vivir por ahí, mínimo mientras Tomoyo volvía de su último viaje de negocios.

    —No, está bien —dijo con una sonrisa—, cuando terminen nos ponemos de acuerdo para que me ayudes, Hideki. —Alcanzó a ver cuando las mejillas de chico tomaron un color rojizo al ser llamado por su nombre y se sintió incómoda de pronto—. Ahora subiré, tengo algunas cosas que hacer. Gracias por todo.

    Dio media vuelta y subió rápidamente las escaleras, un nudo se había quedado en su garganta y sentía las lágrimas acumulándose en sus ojos.
    Ésa era una de las razones por las cuales no quería volver, porque los recuerdos serían más palpables en ese lugar.

    —En serio Tomoyo, me encuentro bien —dijo con el teléfono en la mano mientras tomaba asiento en su cama—. Las cosas por aquí están en una línea muy fina entre lo que ha cambiado y lo que no; sigue siendo del todo tranquilo por aquí, y no parece querer cambiar para nada. Eso es algo bueno después de todo, ¿no?
    —Después de estar acostumbrada a un ritmo de vida más deprisa, supongo que te aburrirás ahora por allá —comentó Tomoyo viendo su maleta aún medio hecha.
    —Pues no realmente, todo es tan fácil por aquí que no temo salir a mitad de la noche yo sola…
    —Y yo espero que tu supervivencia no se duerma por culpa de eso —la interrumpió la amatista—, así como que no hayas salido realmente para comprobarlo.
    —¡Claro que no! —se quejó de vuelta—. Una cosa es decirlo y otra hacerlo; he estado mucho tiempo en casa, las cosas no parecían tan pesadas cuando las hacíamos entre todos, pero una limpieza general para mí sola es algo pesado.
    —Te dije que podíamos rentar un departamento las dos.
    —Ah no, claro que no —dijo mientras tomaba un esmalte del mueble al lado de su cama—. Ya te permití ayudarme para promocionar mi primer libro. Ahora, querida amiga, puedo arreglármelas yo solita. —Comenzó a pintar sus uñas de rosa—. Además, ¿qué iba a hacer con la casa? Ya que estoy aquí debería usarla… —tomó aire y suspiró— y sigo extendiendo la invitación para que vengas a vivir aquí también, no creas que lo he olvidado.
    —Pues fíjate que la idea no me parece tan descabellada últimamente —respondió Tomoyo mientras metía otra tanda de ropa a la mochila—, uno nunca sabe cuándo te dará por ir a caminar a mitad de la noche con tus mini-pijamas.
    —Muy graciosa Tomoyo, muy graciosa —rodó los ojos—, además te recuerdo que las cosas que uso para dormir son regalos tuyos.
    —¡Claro Sakurita! —gritó emocionada, si existía algo que nunca dejaría Tomoyo era su amor por vestir a la castaña—. Algún día tendrías que salir de tu celibato autoproclamado.
    —¡Tomoyo! —su rostro tomó un color rojizo al instante, se imaginaba siendo observada por los chicos con esa ropa—. Pues tendrás que esperar mucho —bromeó—, porque aquí encerrada en casa nunca podré salir. Y ya necesito cortar, mañana tengo una salida con un chico para que me muestre la ciudad.
    —¿Y no te mostrará otras cosas…? —comenzó entre risas Tomoyo.
    —Hasta mañana, Tomoyo. —Y colgó con una sonrisa en los labios, la amatista podía ser su mejor amiga, pero a veces era demasiado metida en sus asuntos.

    Se hizo una trenza con rapidez y se recostó en la cama, tapándose con aquellas sábanas que sabía su madre había escogido en alguna ocasión. Dirigió su mirada a la ventana y la luz de la luna la guió a sus sueños.
     
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  7.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
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    Pluma de
    Escritor
    Re: Todo está bien [CCS]

    Es el primer capítulo así que las cosas comienzan lentamente a tomar forma por lo que todas las preguntas que me generaste tardarán en ser respondidas... lo natural en toda historia :)
    Pero... ¿Por qué Sakura se pone así de triste? ¿Por qué se fue de Tomoeda? ¿Por qué ese celibato autoproclamado?
    Lo dije, no podía contra mi naturaleza.

    Detalle:


    ¿Debo esperar hasta el sábado?
    :(
     
  8.  
    Anya

    Anya Entusiasta

    Cáncer
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    Re: Todo está bien [CCS]

    Me hago las mismas preguntas de BelAhome xD. Por qué se fue de Tomoeda? y Por qué no noto esa alegría que caracteriza a Sakura? Mmmm, bueno, mientras pasen los capítulos se comenzarán a descifrar las cosas, por lo pronto, a esperar el próximo capítulo. Muy buen capítulo y Tomoyo sigue igual de linda con Sakura y su costumbre de hacerle ropa xD.

    Te espero ;)
     
  9.  
    Lidia

    Lidia Entusiasta

    Piscis
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    Escritora
    Re: Todo está bien [CCS]

    WAIT! Yo esto ya lo había leído, no me lo habías mostrado antes?
    Aún así lo seguiré.
     
  10.  
    Natalyn

    Natalyn Guest

    Título:
    Todo está bien [CCS]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    25
     
    Palabras:
    72
    Re: Todo está bien [CCS]

    Llevo tiempo leyendo fic de las Clamp, sobretodo de CCS, y debo reconocer que tu estilo escribiendo y resalzando los detalles en fantastico. Tengo cientos de preguntas sobre la historia, pero supongo que tu misma las resolveras a cada capítulo que subas. No te he leido mucho, pero por lo que puedo comprovar, eres una gran escritora ^^

    Espero impaciente tu próximo capítulo. Animó!
     
  11.  
    Pami

    Pami Guest

    Acuario
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    Pluma de
    Re: Todo está bien [CCS]

    BelAhome; gracias por el error, lo he corregido en mi .doc, todas tus preguntas las responderé poco a poco (o tal vez de golpe, suena divertido). Existen ciertos detalles que te darán pistas.
    Anya; Tomoyo siempre será Tomoyo, me parece más difícil modificar su personalidad que la de Sakura porque a la flor de cerezo la conocemos triste y confundida.
    Lidia; sólo te mostré el primer capítulo ;).
    Natalyn; muchas gracias por tus comentarios, te invito a leer más de mis historias dentro de este foro.

    Pensé que iba a publicar una vez a la semana pero Sandra estaba ocupada, y sinceramente yo también.
    Además, hasta Noviembre estaré ocupada, cuando pasen mis exámenes veremos si es una vez cada semana o cada dos.
    Sin más:


    Capítulo II
    Cuando desees algo, procura definir bien qué quieres.


    Dio otra vuelta, por alguna razón existía algo en su atuendo que no le terminaba de gustar. Suponía que últimamente era muy quisquillosa con lo que vestía pero todo era culpa de Tomoyo, totalmente suya.
    Suspiró, ‘ya basta’, se reclamó mentalmente. De todas formas no iba a ligar, simplemente quería ver qué tanto había cambiado la ciudad y tenía la leve esperanza de encontrarse con sus amigos.
    Bajó las escaleras cuando escuchó el timbre, dirigió la mirada al reloj de la sala y notó que era bastante puntual, que bueno que ella lo era también, sus tiempos donde se quedaba dormida habían quedado atrás. Comenzó a reírse al recordar que tenía aún tres despertadores, más su celular, por si las dudas.

    —Pareces divertida —dijo Hideki cuando Sakura abrió la puerta—, ¿sucede algo?
    —Estaba recordando algo, nada más —le respondió, pudo notar con satisfacción cómo él la veía desde la cabeza hasta los pies y sonreía al notar que se había esmerado en cómo lucía.
    —¿Nos vamos? —mencionó mientras levantaba su brazo izquierdo, ofreciéndoselo a la chica.
    —Claro, permíteme cierro la puerta —dijo con una sonrisa.
    —Y, dime, ¿no te ha fallado el teléfono? —señaló hacia atrás mientras bajaban por la calle lateral.
    —No… ¿tendría que fallarme? —preguntó curiosa.
    —No, en realidad no —se detuvo en la esquina—, pero no sabía qué más decirte.

    Sakura sonrió, no tenía muchas citas, no era de esas. Tampoco había tenido demasiadas relaciones, podía contar dos y ya; pero aún así se sentía complacida de la situación.
    Se había mudado, regresando a ese pasado que en ocasiones la atormentaba, en búsqueda de cambiarse a sí misma, de volver a nacer. Porque eso, probablemente, le ayudaría en su carrera.

    —¿A dónde quieres ir? —preguntó Hideki, sacándola de sus pensamientos. Probablemente tendría que decirle que eso era normal en ella, antes de que pensara que la estaba aburriendo.
    —Al centro, o a cualquier lugar —aclaró—. He visto todo lo que rodea la casa así que me gustaría ir un poco más lejos… tal vez cerca de la torre.
    —Oh, me parece bien—respondió mientras caminaban rumbo a la estación de bus—. ¿Quieres que pasemos por un lugar en específico?

    Sakura lo vio extrañada, un lugar en específico. Un lugar. Ese lugar.

    —Preferiría —dijo con un nudo en la garganta— no pasar cerca de la secundaria #3. —‘Bien hecho, Sakura’, comenzó su mente, huye de todo lugar que te lo recuerde… pero así nunca llegarás a nada. ‘Cállate’, respondió molesta, algún día lo haría, pero ese día no era hoy.
    —Bien, eso es fácil —mencionó sonriendo el chico— no está cerca de donde vamos.

    Las casas pasaban con rapidez por la ventana a su izquierda, iba conversando animadamente con Hideki, enterándose de las últimas cosas curiosas que habían pasado en aquellas calles. Un par de veces había tenido que cubrirse la cara por los repentinos ataques de risa que el chico lograba sacarle con rapidez, era buen narrador, había notado.
    Cuando bajaron en el centro de la ciudad, para tomar el Shinkansen (1) rumbo a la Torre de Tokyo, se encontró contándole sobre su facilidad para perderse en sus pensamientos.

    —¡¿Una escritora?! —preguntó él, asombrado—. Bueno, espero no haberte aburrido con mis cuentos hace rato, si hubiera sabido que escribías definitivamente habría intentado ser más… ¿narrativo?
    —Oh, eres buen narrador —respondió ella con una sonrisa—, tienes la habilidad del habla, eso es bueno.

    Recibió una sonrisa en respuesta y entraron al tren con prisas. Probablemente algunas de esas historias que había escuchado podrían servirle en un futuro.

    —¿Y te quedaras aquí por mucho tiempo? —mencionó Hideki mientras tomaba asiento cerca de las puertas.
    —No sé, supongo que sí —respondió—. En realidad, regresar a Tomoeda fue una decisión algo apresurada, pero bien pensada. Yo quería volver y cuando tuve la primera oportunidad lo hice, así sin más.
    —Suena bien, ¿por qué te fuiste de aquí?
    —A mi padre le ofrecieron un trabajo en Inglaterra —dijo con una sonrisa—. Como mis dos mejores amigos vivían allá desde un año atrás me ofrecí como voluntaria para ir con él —rió un poco, recordando cómo prácticamente había hecho su maleta antes que su padre—. A mi hermano mayor no le gustó del todo, pero al final terminamos todos por allá.
    —¿Y ellos aún viven allá? —cuestionó mientras admiraba el escenario fuera de la ventana, la torre se veía cada vez más alta.
    —No, no precisamente —suspiró—. Mi padre murió hace unos meses y él vive con su pareja allá, están organizando las cosas para volver aquí. —Frunció el ceño un poco—. Pero vivirán por separado, en la casa de Yukito seguramente.
    —¿Yukito? Qué extraño nombre de mujer.
    —Es porque no es una mujer —respondió cortante. Siempre existían algunas personas que aún tenían algunos de esas estupideces contra las relaciones homosexuales, ‘yaoi’, se dijo mentalmente. Hace mucho que no escribía o leía algo así.
    —¡Oh! —dijo levantando las manos entre ambos—, ¡no tengo nada en contra, lo juro! —rió nervioso y Sakura levantó una ceja, indecisa—. Mi mejor amigo es homosexual, creo que al ver sus relaciones tan de cerca yo… bueno… ya he pasado la etapa por asombrarme por alguna cosa relacionada a eso. —Frunció los labios y una expresión divertida pasó por su rostro—. Créeme que nada de lo que haga de aquí en más podría sorprenderme —Sakura río otro poco, no sabía precisamente de qué hablaba, su hermano y Yukito eran muy cuidadosos con lo que hacían y dónde, pero tenía una gran imaginación—. Te lo juro.
    —Sí, sí. Tranquilo —dijo con una sonrisa—. Es que tiendo a ponerme a la defensiva, tú sabes.
    —Sí… — susurró él viéndola avergonzado.

    Y vaya que sí se ponía a la defensiva. De pequeña, ella había sentido una gran admiración por Yukito, su primer amor había sido él; así que cuando se enteró que sólo la quería como a su hermana menor y, al contrario, quería a su hermano mayor como algo más pues… lo había comprendido y ayudado a que se formara la parejita.

    —Vamos —dijo Hideki, interrumpiendo sus pensamientos—, tenemos que bajar ya.

    Ella asintió y una extraña sensación se detuvo en su estómago. Pronto volvería a ver esa torre, que le traía tantos recuerdos. Todos buenos, no podía negarlos… pero muchos rodeados por la melancolía de su pasado.

    Bajaron con cuidado y se dirigieron, conversando nuevamente, rumbo a la entrada de la torre. Hideki había decidido explicarle todo desde ahí, haciendo alusión a las cosas más interesantes y que tal vez le gustaría ver, parecía conocer bastante el lugar, cosa que se aclaró cuando él le dijo, sonriendo, que había sido guía turístico realmente hacía algunos años.

    —Y debo decirlo —puso una mano en la espalda de Sakura, empujándola levemente para entrar en el elevador—, mi jefe realmente sí que sufrió por mi pérdida. Creo que era el único con el que podía ser él mismo sin que después quisiera pedirle un aumento o algo así —sonrió un poco— y yo aún lo extraño, pero necesito un trabajo que me pida menos horas.
    —Entiendo… —respondió Sakura mientras se elevaban piso a piso, podía ver cómo las personas se hacían más pequeñas—. Pero creo que resultó interesante conocer tantas cosas, ¿no? —Se recargó cerca de la puerta, eran los únicos en el lugar y tenían libertad de movimiento—. ¿Qué tal era conocer a tantas personas? Debía ser más atractivo que conocer los lugares.
    —Oh bueno —comenzó mientras su sonrisa se transformaba, Sakura decidió no preguntar la razón—, sí existieron personas muy interesantes.

    El sonido del elevador mientras se abrían las puertas no detuvo su conversación, Sakura no dirigió su mirada hacia las personas que habían entradohasta que comenzó a recibir una cátedra de la Torre de Tokyo y sus alrededores. Levantó el rostro para ver a un montón de personas, todas entretenidas viendo a un chico de cabellos oscuros.

    —¿Takashi? —preguntó Hideki a alguien dentro del lugar.

    ¿Takashi?, ¿de dónde le resultaba familiar el nombre?

    —¡Hideki! —gritó emocionado el chico—. ¿Qué haces aquí? Pensé que ya no vendrías por estos lugares.
    —Oh bueno, vengo de guía turístico… —dijo mientras señalaba con la mirada a Sakura, quien seguía intentando recordar—. Y no, no creas que he vuelto con lo mismo, estoy bien en mi trabajo.
    —¿Kinomoto? —escuchó la chica mientras un montón de rostros iban pasando por su mente, intentando recordar. Volteó interesada, alguien había dicho su apellido, cosa que era extraña porque Hideki la llamaba Sakura inconscientemente. Cuando vio aquellos ojos, medianamente cerrados, con una sonrisa enigmática lo supo.
    Oh claro… sus deseos siempre se volvían realidad cuando menos lo deseaba, ¿o cómo podía llamarle a encontrarse entre tantos miles de personas al novio de una de sus mejores amigas en su estancia ahí?
    —Hola Yamazaki —dijo con una sonrisa.
    —¡¿Se conocen?! —preguntó Hideki, sorprendido.
    —Fuimos juntos a la primaria y secundaria, ¿cierto? —respondió Yamazaki—. Hasta que te fuiste con tu familia. ¿Qué tal estás? ¿Y Tomoyo? ¿Qué tal Eriol?

    Sakura se encontraba en ese momento contrariada, no era que alguna respuesta a sus múltiples preguntas fuera difícil de responder pero… si se había topado con Yamazaki, ¿por qué no podría toparse con él?

    —¿No deberías seguir trabajando? —cuestionó Hideki, viendo como todos los observaban curiosos.
    —Oh sí, sí… —dijo el chico, sonrojándose un poco—. Bueno, emh… sería bueno vernos de nuevo, estoy segura de que a las chicas les gustará verte.
    —¿Cuándo dices chicas… te refieres a…?
    —A Chiharu y Naoko —respondió a la chica mientras veía por la ventana del elevador—. Rika hace tiempo se fue de aquí también, tú sabes la razón.
    —Sí, claro —susurró—; sería encantador.

    Después de pasarse los mails y celulares, siguió su camino junto a Hidekipor toda la terraza más alta. Podía sentir la mirada de él clavada en su nuca, pero no importaba. Necesitaba aclarar sus pensamientos antes de continuar recordando, antes de desear seguir haciéndolo.

    —No parecías muy feliz de encontrártelo —susurró mientras tomaban asiento en una mesa del café del lugar—. Si hubiera sabido que se conocían, y que probablemente te pondrías así, no te hubiera traído.
    —¿Por qué lo dices…?
    —Él es mi antiguo jefe, Sakura.

    Sakura cerró los ojos y negó con la cabeza. Sí, aún ahora las coincidencias no existían, sólo lo inevitable.

    (1) Tren bala de Japón.
     
  12.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
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    Pluma de
    Escritor
    Re: Todo está bien [CCS]

    Me he tardado en pasar ToT
    ¡Dios que capítulo! Adoro como escribes.
    Me dejas con ganas de saber más y sobre todo con la torre. ¿Yamazaki llamando por su nombre a Eriol? Me sonó raro xD
    Hay un par de errores de dedos, maldita barra espaciadora. Vi un acento faltante pero era sólo uno.
    Tu no tardes en continuar y yo trataré de no tardarme tanto en pasar.
    ;)
     
  13.  
    Anya

    Anya Entusiasta

    Cáncer
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    Mensajes:
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    Re: Todo está bien [CCS]

    Matame si quieres Pami, me tarde mucho e.e
    Que capítulo!!!!!!!!!! Ya quiero verlo a él.
    Pami, siempre me dejas con esa cosa de queres ver más y más y másssss. Estuvo muy bueno, me da cosita ver a Saku triste, pero es inevitable, supongo. Muy buen capítulo y ya quiero seguir viendo, Dios.
     
  14.  
    Pami

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    Re: Todo está bien [CCS]

    BelAhome; sí, ya descubrí los errores después. Raramente el Word no los marcaba, eso me da coraje xD! Huy... yo tardé en pasar, pero juro todo fue cosa del destino.
    Anya; sí te mataré t.t, pero te quiero.

    Nuevo capítulo:

    Capítulo III
    Noches de amigas

    Las lágrimas salían de sus ojos, pero parecían ácido al tocar las mejillas. Quemaban y dolía demasiado el sentirlas caer hasta la barbilla.
    Levantó sus manos para secarlas y aminorar el dolor pero seguían cayendo una tras otra y no podía detenerlas.
    Hacía tanto tiempo desde la última vez que había llorado que ya había olvidado cómo parar.

    Abrió los ojos intentando recordar dónde se encontraba. Una luz proveniente del baño le ayudó a aclarar las ideas. Se sentó con cuidado, recargando su espalda en la pared detrás de ella.
    Tocó sus mejillas rogando por no encontrar lágrimas en ellas, fallando en cuanto las sintió caer nuevamente. Gruñó molesta consigo misma, era terrible el que sus defensas hubieran bajado así en sólo unos días. No podía creer que volvía a ser aquella niña que despertaba llorando sola, ni siquiera cuando su padre había muerto había sido tan infeliz. Recargó su frente en sus rodillas y tomó aire una y otra vez, buscando componerse.
    Cuando empezó a tener control sobre sus emociones dirigió su mirada al despertador cerca de ella, eran las seis de la mañana y el amanecer llegaría pronto. Suspiró mientras sacaba sus piernas de la cama, ya no volvería a dormir… y de todas formas hoy tenía muchas cosas qué hacer.

    —¿Estás bien, Sakurita? —preguntó Tomoyo mientras caminaban buscando las maletas de la chica. La flor de cerezo sabía que su mejor amiga iba a descubrir casi al instante que algo no andaba bien.
    —Sí, sólo que no pude dormir bien —respondió, esquivando su mirada—. Hace unos días me topé con Yamazaki —mencionó y se acomodó los lentes alrededor de su rostro. Bien, ya había soltado la bomba.
    —¿Yamazaki? —exclamó sorprendida la amatista—. ¿Takashi Yamazaki?
    —Tienes mejor memoria que yo —dijo con una sonrisa—, tardé unos momentos en recordar de quién se trataba.
    —Pero… ¿dónde? —tomó entre sus manos el brazo de la castaña—. No habrás ido a buscarlos, ¿verdad?
    —¡¿Qué?!, ¡no! —gritó un poco. Cuando notó las miradas de los otros en ella se sonrojó un poco, tomando aire para intentar serenarse—. Fui a la Torre de Tokyo con Hideki, quería ver el centro. Por cierto —anotó—, sigue casi igual. Y cuál fue mi sorpresa al encontrarlo en el elevador, es un guía turista.
    —Pues el trabajo le queda, siempre ha contado cada historia…
    —Sí, sí —rió bajito, ya se encontraban cerca de la salida y buscaban un taxi que parar—. De hecho eso es lo que me dijo Hideki, que trabajó con él hace unos meses.

    Sakura sintió la mirada de Tomoyo en ella, procuró no decirle que ya sabía qué pensaba y que realmente creía que su vida se estaba poniendo de cabeza.
    Tomaron el taxi en silencio, era incómoda la sensación de que por lo que había escapado estaba volviendo a su vida sin buscarlo.

    —¿Crees que esté aquí? —preguntó la amatista mientras daban vuelta en la esquina de su casa.
    —No, no lo creo —suspiró—. Lo más seguro es que hayan decidido mudarse a otra ciudad, pero no tengo idea —calló de pronto—. En la casa amarilla, por favor —murmuró al chofer—. De todas formas quedé en verme con él, Chiharu y Naoko en unos días, no les comenté que vendrías. ¿Quieres ir?
    —Pues por mí está bien —dijo con una sonrisa mientras salían del auto y comenzaban a bajar las cosas—. Gracias señor —sonrió mientras pagaba el traslado—. Pero sabes que yo no huí de aquí como tú, no sabemos si ellos entendieron el porqué de tu salida de la ciudad… y país.
    —¿Y Eriol qué tal? —preguntó cambiando el tema. Ya bastaba de recuerdos extraños.
    —Ya sabes, haciendo de las suyas por ahí —comenzó a reír—. Creo que como el encargado de las relaciones exteriores de Japón hace un buen trabajo en el gobierno, asusta a la gente.
    —No lo dudo… —dijo con una sonrisa al recordar la actitud extraña de su amigo—. ¿Sabes si vendrá?
    —Pues no lo sé, sabes que él tiene una agenda mucho más apretada que nosotros.
    —Bueno, ya veremos después —sonrió nuevamente y se volteó hacia su amiga—. Nosotras por mientras pasaremos unos días bastante divertidos… y de chicas.
    —Me parece bien —concluyó Tomoyo.

    Cuando habían dicho de chicas sabía perfectamente a lo que se atenía, Tomoyo nunca habría permitido no hacerle manicure, peinados de prueba y todas las medidas para hacerle ropa. Claro que ahora era mucho más normal que cuando niñas, cuando inventaba miles de accesorios extraños, aunque lindos, para que usara.
    Su mejor amiga era una gran diseñadora de modas y reconocida a nivel internacional bajo un pseudónimo que utilizaba. Sakura se preguntó si por esa razón ella también usaba uno.
    Esa noche estaban tomando vino mientras se encontraban sentadas en la habitación que ocuparía Tomoyo, estaban con sus pijamas de verano y reían al recordar algunos sucesos que habían tenido lugar cuando niñas. Sakura se recostó en las piernas de su amiga mientras contaba cómo había sido, desde su punto de vista, el haberla conocido en cuarto año.

    —En serio Tomoyo —comenzó después de un trago a su bebida—, yo creí que eras algo así como una modelo en pequeño. Es que siempre has tenido ese cabello largo tan hermoso —levantó su mano para enredarlo en aquel sedoso cabello negro.
    —Pues a mí me llamaron bastante la atención tus ojos —asintió divertida, el vino comenzaba a crear algunos estragos en sus mentes—. Es que son tan hermosos.
    —No me vas a tocar los ojos como yo tu cabello, ¿cierto?
    —No —rió divertida—. Nunca haría eso.
    —Bien —mencionó para después callar mientras veían recuerdos pasar por sus mentes—. ¿Te das cuenta que parecemos novias más que amigas?
    —Sí, siempre lo he notado. De entre las cinco siempre éramos tú y yo y luego ellas.
    —¿Eso es malo? —preguntó mientras se levantaba para sentarse frente a ella—. Yo siempre creí que en cierta forma éramos crueles con ellas.
    —No lo creo —negó con la cabeza y unos mechones de su coleta cayeron en su espalda—. Es que nosotras somos mejores amigas de una forma diferente, más… apegadas. Y ellas lo sabían, además también tenían una amistad así de fuerte entre ellas.
    —¿Sí te dije que Rika se fue?
    —Sí, lo comentaste de paso —bebió otro poco—. Creo que era normal, no era buena idea quedarse aquí cuando todos los recordaban como profesor-alumna, mínimo en otro lugar no es lo mismo.
    —No, no lo es —mencionó recordando sus primeros días en Inglaterra—. Pero estoy feliz por ella. Esperemos ver qué más sorpresas nos tienen las demás.
    —¿No tienes miedo de que hablen de él? —preguntó mientras tomaba la mano de Sakura entre las suyas.
    —En realidad, Tomoyo… —comenzó—, creo que me hará bien. Ya lo he superado y no estoy enamorada de él, tú lo sabes. Pero no he podido olvidarlo como quisiera, es como si… nunca hubiéramos tenido un final.
    —No lo tuvieron —anotó la amatista.
    —No pudimos tenerlo —susurró Sakura viendo el cielo—. No pudimos…

    Eso de recordar cosas no era bueno para su cabeza, había vuelto a soñar con escenas de su pasado y había despertado llorando nuevamente. Sin embargo, todos aquellos sentimientos encontrados le servían bastante para su novela; era un poco más triste que las demás, pero siempre tendría un final feliz. Ella no era de novelas rosas pero no podía evitar no dañar demasiado a sus personajes femeninos, como si fueran ella misma la mayoría del tiempo.
    Bajó las escaleras con cuidado y una bata encima de su pijama, aún faltaba un poco para amanecer pero sentía haber dormido lo suficiente; además, la idea que tenía en la cabeza la haría explotar si no comenzaba a escribir ya.

    ‘Ella sonrió feliz de verlo en aquel parque, se escondió un poco más entre las ramas del árbol donde se había trepado y suspiró lentamente al ver la sonrisa que él tenía en su rostro.
    El aire comenzaba a molestarle pero mientras el chico no se fuera de ahí ella no podría bajar, ¿qué diría? Sabía que se notaría que estaba espiándolo y eso no era una buena idea. Aunque así mínimo la conocería.
    Detuvo su respiración cuando escuchó a alguien que caminaba con rapidez acercándose al lugar, dirigió su mirada a la derecha y observó a una chica con un vestido negro cayendo por sus curvas. Ya no le quedaba mucho tiempo sobre el árbol, era seguro, ya había llegado la chica a la que esperaba su amor imposible.
    Pero al final, era culpa suya. Siempre terminaba enamorada de chicos a los que no conocía y que nunca sabrían que existía, sólo su culpa’.

    Cuando despegó los ojos de la pantalla ya había amanecido y el aroma del desayuno había llegado hasta el sótano. Se detuvo unos instantes para estirarse en la cómoda silla que tenía en aquel lugar, en vista de la cantidad de horas que pasaba ahí abajo, antes de cerrar el programa de la computadora y apagar el equipo.
    Estaba contenta, había adelantado dos capítulos y medio y tenía anotaciones varias en los bloc de notas que tenía a un lado suyo. Observó su letra que había comenzado a ser menos entendible conforme iba creando al personaje que por fin liberaría a su protagonista de la tristeza.
    Sonrió al ver que muchos detalles de aquel caballero eran los que ella misma buscaba en el chico de sus sueños. Negó con la cabeza mientras comenzaba a subir las escaleras para saludar a Tomoyo esa mañana, al volver ahí por la tarde tendría que hacer unos cambios en su descripción, no quería que la historia que relataba fuera algo más cercano a su historia de lo que ella quisiera, a lo que él era.
     
  15.  
    Anya

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Y vine más rápido, así que no tendras chance de matarme ja ja ja.
    Buen capítitulo. Mucha nostalgia con Sakurita al recordar ciertas cosas del pasado que debieron ser muy tristes y que como sabemos, el inombrable fue la causa de dicho sufrimiento. Ojala que veamos a Saku feliz pronto y que bueno que ya está con Tomoyo.
    Me gusta la forma que ha tomado y se pondra mejor, conforme pase el trama. Tengo ese presentimiento.
    :beso:
     
  16.  
    BelAhome

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Ponte feliz, llevas ventaja xD

    No sé tu pero... ¡ya quiero que se encuentren! No soporto toda esa intriga, además ella despierta llorando ¿Por qué? ¿Qué fue eso tan doloroso que pasó?
    ¿La parte del la histoira que pudimos conocer tiene que ver? Una mujer que se lleva a su amor imposible...
    Bueno, me hundiré en mis especulaciones.

    No tardé tanto en pasarme :)
     
  17.  
    Pami

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Anya; ya verás, un día lo vas a olvidar y dejaré de darte Drarry :o! Sakura es una chica triste al comiezo de todo esto, pero verán que a pesar de todo sigue siendo la misma.
    BelAhome; en cierta forma cuando pensé en qué clase de trabajo darle a Sakura le di vueltas a todos los que ya le conozco de otros fics: modelo, niñera, maestra, hasta polícia... pero nunca escritora. Cosa que quise emplear porque me ayuda a mostrarles un poco de lo que ella siente sin necesidad de que lo diga en voz alta. Tomen en cuenta lo que ella escribe en su libro, les dara pistas. Aún faltan dos capítulos para que se encuentren en todo caso, bueno... en realidad en el siguiente se ven ;).


    Capítulo IV
    Esmeralda y Sophie

    —Estoy seguro de que tu nueva historia será todo un éxito —parloteaba un hombre joven, que estaba vestido con elegancia y era bastante llamativo en su sala.
    —No podemos asegurar eso —corroboró Sakura con tranquilidad—. De todas formas yo escribo eso por gusto, no porque la editorial lo quiera. —Se reacomodó en su asiento con nerviosismo—. De hecho, no sabemos si ellos quieran publicarla.
    —No debería —susurró y la observó con seriedad—, porque yo trabajo ahí; pero te recuerdo que según tu contrato no estás impedida de publicar nada en otra editorial.
    —¿Estás sugiriendo que busque dónde publicarlo?
    —Sí, precisamente. Lo único que no recuerdo en este momento es si tienes que usar otro nombre —calló unos instantes—, lo averiguaré y te aviso.
    —Pero no sabría a dónde acudir, Matt —suspiró—. Todavía recuerdo cómo batallé para encontrarlos a ustedes.
    —Ahora ya no eres un amateur, Sakura —sonrió con ganas—. Si quieres investigaré con quién te conviene.

    Sakura había visto a su editor con nerviosismo. Sí, era verdad que podía publicar con alguien más, y no sería tan malo en realidad. Asintió dando por terminada la conversación.

    —¿Y vives sola aquí? —preguntó, volviendo a la carga con sus temas. Siempre le interesaba bastante la vida de su protegida.
    —No, no realmente. Tomoyo vino por aquí —mencionó—. Mi mejor amiga, ya sabes.
    —No me habías comentado…
    —Es que salió de pronto, ella aún no quería venir aquí, al final aceptó —dijo con una sonrisa.
    —¿Y chicos…?
    —¡Matt! —gritó sonrojándose.
    —¿Qué? —comenzó a reír—. No puedes dejar de aprovechar tu edad y que eres bastante linda.
    —Y lo dices tú…
    —El que sea gay, querida, no significa que no pueda apreciar a las mujeres. Sobre todo a las que son tan hermosas como tú. —Sakura comenzó a reír con ganas.

    La mayor parte de la tarde habían estado hablando sobre lo que podían hacer o no hacer en la ciudad. La razón que dio a la mayoría de la gente que la conocía para volver a ese lugar había sido precisamente seguir a su editor, con el que congeniaba bastante bien y eso le ayudaba con sus historias. Y ella misma había creído esa excusa, aún y cuando su mente le gritara lo contrario.
    Después de despedirse de Matt tomó un baño caliente que la relajó lo suficiente, ese día iban a verse con sus compañeros de la primaria, necesitaba estar despejada para poder hablar con claridad y dejar de imaginar qué haría si la plática iba hacía la única persona que aún no estaba lista para ver.
    Cuando comenzaba a vestirse con aquella ropa que Tomoyo la había obligado a comprar la última vez que salieron juntas, decidió aceptar la idea de su editor e intentar en una nueva editorial.
    Después de todo, si era posible debía intentarlo.

    —¡Lucen hermosas! —gritó Chiharu cuando las divisó cruzando el estacionamiento del café a dónde habían ido. Salió corriendo hasta ellas y las abrazó con fuerza.
    —Hola Chiharu —mencionó Tomoyo con una enorme sonrisa, bastante divertida por la expresión de la morena—. Hola chicos —terminó saludando cuando los demás llegaron hasta su altura.
    —Hola chicos —dijo Sakura un tanto sonrojada, había sido demasiado efusiva su amiga y se encontraba nerviosa.
    —¿Sigues siendo igual de tímida, Sakurita? —comenzó a reír Naoko ante el rostro de la aludida, que había tomado un tono sonrojado.
    —No, en realidad no —respondió ya algo más tranquila—; Chiharu me asustó un poco, es todo.
    —Ella sigue siendo así —murmuró Yamazaki acercándose a Tomoyo para saludarla de mano. Justo al instante después su novia le lanzó una mirada enojada que haría temblar a cualquiera menos él—. ¿Vamos adentro?
    —Claro —dijo Tomoyo mientras tomaba la mano de Sakura entre las suyas.

    Tomaron asiento en una mesa cerca de la ventana y conversaron sobre anécdotas de su niñez, poco después comenzaron a platicar sobre lo que había llevado a Rika y al Profesor Terada a irse de ahí, para terminar con la relación que aún mantenían, a pesar de haber estado unos años sólo como amigos, Yamazaki y Chiharu. La última se había sonrojado cuando había señalado que pensaban casarse a finales de año y que esperaba que estuvieran todas ahí. Además de preguntarle a Tomoyo si podría hacer su vestido de novia, a lo que ella había aceptado encantada.
    Para sorpresa de Sakura, ninguno de ellos lograba adivinar que Tomoyo y ella tenían sobre-nombres en el trabajo. Cuando había salido el tema sobre en qué estaban trabajando la amatista había tomado la palabra mencionando que ella ayudaba a su madre en la empresa, cosa que sí era verdad, y que Sakura había tomado varios empleos diferentes. Entre ellos el ser modelo durante algún tiempo.
    Sakura la había visto extrañada, pero adivinó rápidamente que aún no era buena idea advertirles quiénes eran realmente.

    —¿Tomoyo, sales con alguien? —preguntó Naoko con una leve sonrisa.
    —No, actualmente no —respondió la aludida mientras agitaba con una cuchara los restos del segundo frapuccino de la tarde—. Pero sí he tenido algunas relaciones. ¿Y tú?
    —Sí, es un chico que estaba con nosotros en secundaria pero nunca le prestamos atención —mencionó después de tomar un trago a su bebida. Logró divisar cómo Sakura susurraba algo sobre el tocador y salía huyendo rumbo a esa dirección. Suspiró—. ¿Y ella?
    —Ella también ha tenido algunas citas y un novio con el que estuvo casi un año, pero al final se separaron por diversas cosas.
    —¿Y ya supero lo de…?
    —No lo sé —la interrumpió—. A veces creo que sí, pero luego por cosas como esas creo que no.
    —No entiendo cómo lograron terminar, parecían listos para casarse… ¡y eso que eran tan jóvenes!
    —Fue hace cinco años, teníamos 18 en ese entonces —suspiró mientras escuchó cómo Sakura gritaba un ‘perdón’, probablemente había tirado algo con su torpeza natural—. ¿Saben algo sobre él?
    —Después de que Sakura desapareciera él estuvo llamándonos para preguntarnos sobre ella, pero nosotros tampoco sabíamos nada —frunció el ceño al recordarlo—, lo cual fue bueno porque seguramente le diríamos. Sonaba desesperado.
    —¿Desesperado? —preguntó mientras cruzaba los brazos sobre su pecho, bastante molesta.
    —Sí —suspiró nuevamente—. Creemos que él aún la amaba en ese momento.
    —¡¿Amaba?! —exclamó cuidando su voz, no quería llamar la atención de su mejor amiga—. Él se casó de la nada dejándola sola, sin una explicación. De hecho tuvo el descaro de invitarla a la boda.
    —Sí, recuerdo eso —apuntó Naoko—; yo estuve ahí también. ¿Por qué la dejaste ir?
    —Yo le insistí hasta el cansancio que no fuera —renegó la amatista—. Ella se empeñó en ir y yo la acompañé para apoyarla. Quería verlo por última vez.
    —Bueno —continuó—, a los pocos meses se fueron de aquí. De hecho, vendió su departamento y no lo hemos visto nuevamente. Dicen que regresaron a la ciudad de donde venían, pero no sabemos nada más.
    —Yo no investigué nada sobre él —mencionó mientras veía a Sakura caminar hasta ellas— e impedí que ella lo hiciera.

    La plática siguió sin ningún otro contratiempo, hasta la hora en que se despedirían para ir a casa. Quedaron en verse nuevamente dentro de dos semanas.
    Sakura y Tomoyo llegaron hablando de los cambios en sus amigos. La morena comentó sobre lo que había conversado esa mañana con Matt.

    —Estoy con él, deberías probar —sugirió Tomoyo mientras cepillaba su largo cabello—. No vas a perder nada.
    —Pues tengo que ver a dónde ir, él quedó de investigarlo y avisarme en unos días —suspiró antes de acomodarse en la cama—. Estoy nerviosa —admitió con una leve sonrisa—, no sé por qué.
    —Oh vamos… Esmeralda, ¿por qué lo estás?
    —Calla —dijo riendo y le aventó una almohada en la cabeza—, ya verás, Sophie.

    Continuaron riendo hasta entrada la noche, felices de estar juntas en ese momento y lugar.
     
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  18.  
    Anya

    Anya Entusiasta

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Ahola la situación está comenzando a tomar más forma. Se casó :eek:? ÉL se caso!!!!? OMG.
    Ahora veo porque Sakura está tan dolida y solo se habla de él, que ni por su nombre. Wuao, esto se pone cada vez más interesante y ya estoy loca por saber donde está el inombrable!!!.

    Saludos.

    P.D: Ya te dije lo que hare si me dejas de dar Drarry :o.
     
  19.  
    BelAhome

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    Re: Todo está bien [CCS]

    ¿Esos son sus nombres de incógnito?

    ¡Me has dejado para la cachetada! ¡él se casó! ¿Por qué? ¿cómo? ¡No puede ser! Dios todo eso que hablaron entre ellos y Tomoyo "enojada", eso es para verlo.
    Además que me revelaste un dato... ahora no quiero saber...Sí, lo sé, soy una histérica ciclotímica xD
    Esperaré como sigue esto, empezó muy bien y cada vez se pone mejor.
     
  20.  
    Pami

    Pami Guest

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Anya; el inombrable sale en este capítulo, a medias. Ya es hora de dejarnos de tratarlo como 'él', 'ese' o cosas así. Digamos su nombre y apellido, para comenzar a ver qué pasó después de que él se casó.
    BelAhome; ¿y por qué no quieres saber? ¿no quieres ver lo de la boda? Porque no puedo asegurarte que no la relataré, vamos... fue un paso importante para la vida de ambos aunque eso los haya llevado a separarse.

    Sin más, el siguiente :D:
    (Yo amo a Matt, por cierto ♥)

    Capítulo V
    Editorial Yamska

    —¿Ya me vas a contar de qué hablaron Naoko y tú cuando yo tuve que retirarme? —preguntó Sakura, observando fijamente a su mejor amiga durante el desayuno. Notó claramente cómo ella se asombraba y carraspeaba un poco, en busca de su voz—. Tomoyo, sé que hablaron de nosotros porque cuando volví se quedaron calladas unos segundos.
    —¿Tan paranoica estás, Sakurita?
    —¡Tomoyo!
    —¿Qué nosotros? —exclamó con tranquilidad.
    —Él y yo, Tomoyo —dijo exasperada—. Sé que lo hicieron.
    —¿Y eso te afecta? —cuestionó mientras cortaba una tostada entre sus dedos—. Creí que eso querías, no hablar de él. Ellos no tocaron el tema por respeto a ti.

    Sakura calló unos minutos y luego negó con la cabeza. Era verdad que no quería hablar sobre él, pero una parte le llamaba a investigar, a conocer. Suspiró mientras negaba con la cabeza.

    —¿Está en la ciudad?
    —No lo saben —respondió mientras negaba con la cabeza y fruncía el ceño—. En realidad, parece ser que se mudó del lugar y vendió el departamento.

    Se detuvo cuando Sakura se tensó en su silla. Había olvidado durante demasiado tiempo la fachada de ese lugar donde había vivido meses enteros y ahora se aparecía detrás de sus párpados con demasiada claridad. Más de la que estaba dispuesta a soportar.
    Tomoyo se mordió el labio inferior buscando algo que decir, pero fue interrumpida por la televisión que había sido ignorada anteriormente.

    “Las oficinas de la editorial han afirmado que la famosa escritora Esmeralda ha cambiado su residencia en esta ciudad y ha regresado a Japón. Parece ser que necesitaba un nuevo aire y decidió regresar a la ciudad donde vivió la mayor parte de su vida. Ella no suele dar entrevistas y tampoco firmar autógrafos y sólo unos pocos saben cuál es su rostro.
    Se dice que busca conservar su intimidad pero ciertamente ella siempre la ha mantenido, su propio rostro es un secreto…”

    —No entiendo por qué les interesa tanto ver a Esmeralda, ¿no es suficiente con hacerlo mediante lo que escribe? —Sakura cruzó los brazos molesta mientras apagaba la televisión.
    —Creo que les resulta interesante verla frente a frente y notar que es real —negó con la cabeza divertida ante la expresión de la otra chica—. O eso es lo que creo.
    —Pues es una reverenda estupidez… —levantó las manos frente a ella, molesta—. ¡Ahora estarán buscándola y eso sólo me traerá dificultades!
    —¿Crees eso? No tienen ni una pequeña pista de cómo luce, no podrían adivinarlo con tanta rapidez.

    El sonido del teléfono comenzó, interrumpiendo su plática. Sakura se acercó a la barra esperanzada de que fuera su hermano, no había platicado con él desde hacía ya una semana y quería saber qué tal iban los planes de la mudanza.

    —Diga —dijo en cuanto colocó el aparatado en su oído. Su rostro se iluminó al descubrir, si bien no a quien quería del otro lado, a Matt—. ¿Hiciste todo eso por mí? —exclamó emocionada unos minutos después.

    Su sonrisa no desaparecía de su rostro y Tomoyo estuvo muy tentada a buscar una cámara y tomarle una foto in-fragganti. Llevaba unos shorts cortos y una blusa de tirantes, que acompañaban bien esa sonrisa.
    Negó con la cabeza cuando intentó cuadrar en su mente a la modelo que a veces era para ella, porque sí lo había sido, y a la escritora que era realmente. Sería extraño pero interesante de lograr comprender. Suspiró mientras levantaba las cosas de la mesa y salía de la habitación, cruzando mentalmente los dedos para que las cosas resultaran bien para su mejor amiga.

    —¡Tomoyo! —gritó Sakura mientras entraba corriendo a la cocina y la abrazaba con fuerza—. Dentro de dos días habrá una fiesta por la apertura de una empresa de Hong-Kong aquí, será una editorial de nombre Yamska. ¡Tomoyo, Matt consiguió que fuera!
    —¿En serio?, ¿dónde será? —preguntó totalmente emocionada. Estaba decidida a ayudar a Sakura a usar la ropa que necesitaba.
    —Aquí, en Tomoeda. Se abrirá una sucursal, la primera, en el centro de la ciudad. La fiesta será en un salón de la Torre de Tokyo —tomó las manos de la amatista entre las suyas y sonrió aún más—. Estoy emocionada.
    —¿E irás como Esmeralda? —cuestionó mientras soltaba un poco su agarre, pasando mentalmente la ropa que traía en sus maletas para Sakura.
    —Sí, como Esmeralda. Pero en realidad entraré a la fiesta como acompañante de Matt, así que mi nombre no aparecerá en la lista. Matt sugiere que me presente con mi nombre verdadero y después haga saber quién soy.
    —Pues yo sugeriría lo contrario, pero como les parezca a ustedes.
    —¡Tomoyo! —volvió a gritar—. Estoy muy feliz.


    Había tardado más de lo mentalmente saludable para arreglarse, por culpa de Tomoyo, pero por fin se encontraba lista. Debía admitir que aquel vestido largo con algunos detalles en verde le sentaba bien. Era algo formal pero sin pasar a ser demasiado incómodo para ella misma.
    Su cabello había sido peinado con maestría, dejando algunos mechones de éste caían libres por su rostro en forma de rulos. Admitía su total admiración hacía la amatista por lograr crearle unos chinos perfectos en el cabello.
    Distinguió por la ventanilla del auto de Matt a algunas personas rondando por ahí, totalmente ajenas a lo que sucedería esa noche en la torre. O mínimo en uno de los últimos pisos, que había sido apartado por el dueño de la editorial, en esos momentos se preguntó cuán alto habría sido el precio y que tan rico sería en ese caso.
    Con maestría bajo del auto tomando firmemente la mano que su amigo y editor le hizo llegar frente a sus ojos, sonrió al encontrarlo tan guapo vestido con ese traje en tonos grises.

    —Si no fueras gay —comenzó a decir mientras caminaban rumbo al ascensor al fondo, que había sido, también, apartado para la ocasión— intentaría seducirte, Matt.
    —No batallarías mucho, querida. El día de hoy luces hermosa —comentó mientras tomaba con cuidado a Sakura de la cintura, protegiéndola de los hombres y sus miradas—. Supongo que eso debe de ser por Tomoyo, le daré las gracias por darme a una acompañante tan guapa. Además —dijo con una sonrisa—, te recuerdo que casi nadie sabe de mi posición sexual así que compórtate como la acompañante que eres antes de encontrar a los indicados y presentarte.

    Sakura asintió bastante divertida, era verdad que aquellos que no conocían bien a Matt jamás creerían su sexualidad. Y cuando estaban juntos e iban a las reuniones o fiestas parecían una pareja más.
    Siguió distraída hasta que el ascensor llegó al piso que esperaban, entonces tomó aire con fuerza y salió con la seguridad que el actuar como Esmeralda debía darle.
    No pudo evitar asombrarse ante la vista que la recepción le otorgaba, era todo muy sencillamente elegante, y se sentía en un ambiente bastante agradable. Caminó tomada del brazo izquierdo de Matt mientras observaba a las personas alrededor de ellos, algunos le sonrieron intentando saber de quién se trataba.

    —El de traje negro por allá —comenzó Matt en voz baja— es el escritor de todas aquellas novelas que te gustan tanto… —calló unos segundos esperando la pregunta que no llegó—. Sí, esas. Las llenas de perversión.
    —¡Matt! —gritó escandalizada. El aludido comenzó a reír mientras se detenían en una de las mesas, buscando algo para tomar—. Sabes que no me gustan esas novelas.
    —Justamente por eso lo decía, querida.

    Los dos comenzaron a reír, disfrutando la presencia del otro y buscando lograr lo que tanto esperaban.
    Los minutos pasaron deprisa. Matt había logrado llamar la atención de algunos otros editores hablando sobre Esmeralda, mientras Sakura sonreía un poco inquieta. Después de obtener la mirada de un par de ellos cuando cambiaba, hábilmente, el tema para presentarla como una escritora similar, había sonreído encantada y empleó aquellos temas que había practicado con Tomoyo la tarde anterior.

    —Ese que está ahí —interrumpió Matt sus pensamientos, intentando ubicar a la chica que estaba sentada frente a ella en una mesa. Algo en sus rasgos le eran familiares— es el dueño de la nueva editorial.
    —¿Quién es ella? —preguntó la chica sin dirigir su mirada al que le había sido señalado.
    —Oh… —suspiró—. Ella es una de las hermanas del dueño. Es Li Feimei.

    Sakura volteó a verlo sorprendida. Li. Li Feimei. Hermana del dueño.
    Buscó con la mirada al joven que le había señalado Matt y no tardó en encontrarlo, sus cabellos aún eran rebeldes aunque los llevaba un poco más largos. Sus rasgos se habían endurecido aún más a aquellas primeras ocasiones en que lo había visto.
    Ahora en verdad era frío y distante… y ella lo prefería así.

    —Vámonos —susurró con voz ahogada. No quería enfrentarlo, no quería ver aquella realidad que había llegado en el momento en que menos lo esperaba.
    —¿Sucede algo Sakurita? —preguntó con tono preocupado. La chica negó con la cabeza mientras lo jalaba lentamente a la entrada.
    —Simplemente no puedo estar aquí, Matt —tomó aire para dirigir su mirada a donde se encontraba Syaoran. Asintió aliviada de no haber llamado su atención.
    —Todavía tengo que presentarte a Li —exclamó Matt—. Después de eso, podemos irnos.
    —¿A él? —murmuró con miedo—. ¿Es necesario?
    —Sakura, el editor que dijo iba a leer tu historia y que se mostró complacido trabaja para él —afirmó—. Es necesario.

    Sakura negó con la cabeza. No quería, no podía. Era necesario huir de ahí.

    —Él es… —aspiró aire y se abrazó inconscientemente— él.

    Matt tardó unos segundos en entenderlo. Li Syaoran era el chico que había lastimado a su protegida y amiga, el que se había casado con alguien más y le había deshecho el corazón. Tomó su brazo y la abrazó con fuerza.
    Pero no dijo ni una sola palabra porque no existía una que demostrara lo que sentía.
     
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