Shibuya TK Shibuya [Disco]

En el corazón de Shibuya se encuentra una de las discos más concurridas del centro de Tokyo. TK Shibuya cuenta con gran variedad de espacios de muy amplias dimensiones y aspecto sofisticado, combinando estilos modernos con cierta arquitectura clásica como las barras de madera revestida o los sofá que simulan cuero negro. Hay tubos fluorescentes por doquier, pantallas LED y decoraciones eclécticas.

Barrio de Tokio: Shibuya

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Por suerte para todos, Abby se quedó bastante quieta mientras me dedicaba a hacerle el maquillaje, lo que me facilitó enormemente la tarea y me permitió terminarla con relativa rapidez. Observé el camino que hacía con una ligera sonrisa y algo de expectación, notando como la primera se ensanchaba tras recibir su aprobación por el look. Después vino el torbellino de energía y no pude hacer más que dejarme llevar, dejando escapar una risa liviana en el proceso y dándole un trago a la botella cuando me la pasó, habiendo aprovechado también el momento previo de sus trotes para cambiarme los zapatos por un par de los tacones que había traído; los negros, para ser más precisa.

Me llevó hasta la cocina, dónde finalmente me devolvió mi preciado móvil, y tan atenta me quedé del aparato en cuestión que no me di cuenta de lo que Abby estaba haciendo que hasta terminó de hacerlo. Su cercanía me pilló algo desprevenida, pero no le di mayor importancia que a la de cualquier otro acercamiento por su parte... hasta que se convirtió en uno mucho más diferente. Acepté su boca y lengua sin oponer resistencia, aunque tampoco tuve demasiado espacio a resistirme de alguna manera, y apenas tuve tiempo de comprender que aquello no había sido un beso de ninguna manera, si no su manera de darme la pastilla que acababa de tragarme sin darme casi cuenta de ello.

Una vez estuvimos bajando en el ascensor, y con un poco más de espacio para que mis neuronas ya de por sí alcoholizadas procesasen lo que había pasado, me di cuenta de que nada de su movida me había molestado demasiado. No sabría decir si porque no quería ser una aguafiestas con una de las pocas personas que consideraba de verdad una amiga o porque en el fondo sabía que, de haberla visto tomarse la pastilla sin dármela, hubiese querido probarla aun así. Poco importaba el motivo, a decir verdad; lo importante era que no me había molestado y que aquella noche prometía bastante más diversión de la que hubiese esperado.

La energía de Abby pareció tomarse una pequeña pausa una vez estuvimos montadas en el taxi, lo que era un poco de agradecer incluso para mí que también podía llegar a ser un torbellino muchas veces, y le correspondí a la sonrisa antes de hacer una mueca pensativa con los labios y tomarme un par de segundos para sopesar las opciones.

—¡Ya sé! Puedo intentar hacer algunas preguntas y si ves que voy muy desencaminada, me das una pista o lo que sea, ¿te parece~? —propuse, pero no esperé a que respondiese realmente antes de lanzar mi primer intento—. Uhm... ¿es alguna especie de espectáculo~?

Recordaba perfectamente que la sorpresa de Kou, entre muchas otras cosas, tenía que ver con algo por el estilo, ¡así que parecía algo seguro por lo que empezar a preguntar!

 

Ri se dejó hacer durante toda la estampida que me había marcado desde que acabó mi maquillaje hasta que estuvimos subidas al taxi. Y siendo yo, no me replanteé nada ni un segundo. Aguardé, pues, a su respuesta, y que arriesgara por un tipo de espectáculo me hizo preguntarme si quizá, sólo quizá, le habría puesto demasiadas pompas a un asunto... bueno, no tan increíble.

Por otro lado, ¿un espectáculo? ¿Cómo coño iba a tener yo acceso a los shows del TK?

Alcé las cejas y solté una carcajada limpia, como tal no pretendió cargar burla pero bueno, estaba algo borracha y de por sí no era buena regulando mis reacciones.

—What? No! I'm not a celeb, you know. —Agité la mano para minimizar el asunto y me crucé de piernas, recargando el codo en mi rodilla y mi barbilla en mi mano para inclinarme hacia ella—. Pero ya que veo contra qué vara compito, tendré que esforzarme un poquito más~

Le guiñé un ojo y regresé a mi posición, quitándome el cabello de encima con ambas manos. Muy bien, tenía unos ¿cinco, diez minutos? para pensar; aunque, siendo justos, lo que sentía hacia mi neurona no era precisamente confianza (y aún menos en este estado), así que saqué mi móvil y escribí un mensaje a la velocidad del rayo. ¡Ser previsora también era parte de ser inteligente, after all!

—Alright, next question! —anuncié, más bien la habilité dando una palmada, y la miré muy sonriente.

 

Había tirado la pregunta con la absoluta certeza de que iba a fallar, pero eso no logró prepararme para la reacción de la chica aun así. Soltó una carcajada sonora, que no fue en absoluto lo que me preocupó, y yo le correspondí con una sonrisa de falsa derrota, encogiéndome de hombros, hasta que escuché su último comentario. Era probable que Abby no le diese tanta importancia como estaba a punto de hacer yo, posiblemente mucho menos después de haberse tomado una jodida pastilla, pero la idea de que hubiese estropeado sus expectativas de alguna manera hizo que mi ánimo tambalease un poco.

—¡Oh, no! No tiene nada que ver... No me hagas caso, en serio. No tienes que esforzarte por sorprenderme ni nada, salir contigo ya es más que suficiente... —admití, bajando el tono de voz, y noté como el calor me reptaba por el cuello amenazando con alcanzarme el rostro, por lo que tuve que apartar la mirada de ella y bajar la ventanilla para buscar algo de frío que lo contrarrestase.

Aproveché el rato que ella usaba en teclear lo que sea en su móvil para estabilizarme, autoconvenciéndome de que estaba tomándomelo peor que ella que era la afectada, y me volví a girar para mirarla con una nueva sonrisa; y tenía que admitir que verla tan alegre me ayudó bastante a centrarme en dejar de preocuparme tanto por... estropearlo todo.

>>Uhm... no sé, ¿es alguna especie de objeto o algo?

 

I was the worst, really. Se suponía que todo aquel juego fuera para que Riri adivinara la sorpresa que le había preparado, but in the end shit happened y se convirtió en ella dándome posibles ideas para sorprenderla de verdad. ¡Claro que me cortaría un brazo antes de que ella se diera cuenta! La había escuchado pretendiendo tranquilizarme, pero ya estaba lo suficientemente puesta para no haberle prestado atención ni recordado más de diez segundos. ¿Que no le hiciera caso? ¿Sobre qué?

Ah, whatever.

Un objeto, ¿huh? Murmuré un sonido pensativo, lanzando la vista al techo del carro. Parecería que estaba analizando mi respuesta pero en verdad iba descartando posibilidades. ¿Podría regalarle una golden card del TK? Eran expensive as fuck, claro, aunque no lo suficiente para la percepción de Abby borracha. Además, si iba con suerte, podría robarle la suya a Cory y luego compensarle de algún modo. A ver, también tenían cocina, ¿cierto? ¿Podrían prepararle un pastel a la velocidad de la luz? ¿Unos waffles con su nombre, aunque sea? Deslicé la mirada a Ri, lo hice de soslayo y le sonreí, sedosa.

—Tibio —murmuré, básicamente porque dudaba ir a conseguir algo que no fuera una especie de objeto, y le piqué la mejilla—. My baby girl, she's so smart~

Estaba tirando de lo que, había visto (pero no procesado del todo), a Ri le alborotaba un poco los cables. Sin malas intenciones, claro, sólo pretendía distraerla lo suficiente para que no notara nada raro en mí. I was such a good actress!

¡Mentalidad de tiburón, Abby! ¡Mentalidad de tiburón!

—Muy bien, ¿qué tipo de objeto~?

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puede no parecerlo pero el secreto de Abby es que en verdad su IQ es de 3000

 

¿Estaba preocupándome demasiado por no cagarla con Abby cuando era obvio que a ella nada parecía afectarle lo suficiente? Pues sí, y lo cierto era que no podía hacer mucho para evitarlo; la pastilla aún no me había hecho el suficiente efecto como para dejar de darle vueltas innecesarias al asunto. Por otro lado, sí que me había hecho el efecto necesario para no sospechar nada sobre la actitud de Abby en cuanto a la sorpresa misma, por lo que seguía creyendo que estaba intentando averiguar qué había preparado.

Asentí un poco con la cabeza al escuchar su respuesta, contenta por estar siguiendo un buen camino con las suposiciones —y a pesar de que acertar que se trataba de un objeto no era el gran descubrimiento—, y me dispuse a seguir pensando mis siguientes opciones cuando sentí a la chica picándome la mejilla. El gesto no me molestó en absoluto, aunque su comentario posterior sí que logró sonrojarme ligeramente los pómulos.

Decidí no darle demasiada importancia al asunto, sin embargo, notando cómo empezaba a aligerarme cada vez por los efectos de las distintas sustancias que ya llevaba encima. Le sonreí, pues, y me tomé otro tiempo prudencial para sopesar mis opciones antes de hablar de nuevo, mirándola.

—¿Es algo dulce? ¡Porque me encantan los dulces! Aunque, uhm... es un discoteca, ¿cierto? Supongo que sería un poco raro que hubiese dulces... ¿Quizás alguna especie de bebida especial? —propuse, soltando las ideas que se me iban ocurriendo un poco a tropel, y acabé por dejar salir una risilla ligera, levantando las manos con cierto aire de derrota—. Si no es nada de eso, me rindo. Habría demasiadas opciones y a mi neurona no se le va a ocurrir nada más después de esto, así que aceptaría la derrota~

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en el fondo, las que parece más dumb son las más listas unu

 

Contenido oculto: im obsessed JAJSJAJA

what is this regueatton japonés

Me concentré un huevo en mantener la cara de poker a medida que Ri enumeraba sus opciones. ¡Todas sonaban bien, gosh! Además le gustaban los dulces, eso era una pista imperdible. Fui asintiendo a medida que hablaba, al final solté una risilla y le guiñé un ojo, indicándole que mirara por su ventanilla.

—Qué pena que ya llegamos~ ¡Tendré que mostrártelo y ya!

Aproveché el bug para escribirle a Cory y darle la famosa pista. Tenía... como cinco minutos para implementarla, pobre chico, y por encima de eso había escrito el mensaje tan rápido que siquiera comprobé mi redacción. Tampoco podíamos olvidar el vodka y la pastilla.

Me lancé hacia el frente para pagarle al taxista, prácticamente le tiré encima un puñado de billetes que a duras penas conté y arrastré a Ri fuera del coche. La fila para ingresar al TK era bastante larga y la música rebotaba desde adentro. El aire nocturno me bañó el cuerpo y apenas sentí el cambio de temperatura de la emoción (y otras cosas) que tenía encima. Le sonreí a Ri y busqué su muñeca para empezar a caminar hacia la puerta. No hicimos la fila, quería decir. Marqué un número en el móvil y esperé un par de segundos.

—Cory? We're here! Come get us!

Fue un trámite, regresé el aparato al elástico de mi short y le eché un vistazo a Riri de arriba abajo; asentí, satisfecha. ¡Estaba super, super, suuuuper bonita! Al final no estaba segura si la sorpresa sería para ella o para ellos, eh~

Pasó muy poco tiempo hasta que Cory y Susu aparecieron de adentro. Cuando la puerta se abrió para que pasaran, la música rebotó con aún más ganas y me echó una corriente de energía por el cuerpo. Cory lucía más formal, como siempre, y Susu parecía directamente sacado de un callejón lleno de chicos malos. Como siempre. El primero nos sonrió tras sus gafas tornasoladas y el gorila, al reconocerlo, les habilitó el paso. Estaba demasiado puesta para notar cualquier cosa extraña, más allá de que Cory fuera muy bueno disimulando cualquier mierda.

La había reconocido, por supuesto.

—Oh my god, I missed you! —exclamé, lanzándome al cuello de Susu para abrazarlo, y el pelirrojo trastabilló antes de chasquear la lengua.

Contrario a todo pronóstico, sin embargo, sí que me devolvió el abrazo.

—Hola. —Cory se detuvo junto a Ri y le sonrió con calma, inclinándose para que pudiera oírlo sin necesidad de alzar la voz; quizá, también, para que sus palabras se perdieran en el viento—. Qué sorpresa, ¿no?

Irónicamente y sin ser consciente, sí que había preparado una gran sorpresa, ¿eh?

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Creo que ya los conoces pero ya que estamos te dejo aquí a los assholes: Cory y Susu el del centro duh

 

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yo también quiero uwu (?)

Acabé por estar bastante metida en el juego de adivinar la sorpresa de Abby, fijándome tanto en su rostro para intentar pillarle el más mínimo indicio de si iba bien o mal con mis intentos, que ni me di cuenta de que ya habíamos llegado a nuestro destino. No hasta que ella me lo indicó, claro, haciéndome mirar por la ventanilla en cuanto me lo dijo para comprobar si era cierta tal información.

Tampoco me dio tiempo a mucho más que confirmar la veracidad de sus palabras, porque la chica me arrastró hacia el exterior del taxi prácticamente al instante y luego me agarró de la muñeca para llevarme hacia la puerta de la discoteca. Por suerte, eso me permitió admirar el edificio en su totalidad sin el temor a perderme entre la gente; aunque, para ser honesta, nos saltamos la fila de tal manera que era prácticamente imposible que me perdiese.

Esperé a que Abby terminase de hablar por teléfono para volver a mirarla, dedicándole una sonrisa entre emocionada y algo tímida, y me llevé la mano libre al borde de la falda, jugueteando con la tela entre mis dedos mientras esperábamos. A quién sea que Abby hubiese avisado, no tardó mucho, pero más pronto que tarde me di cuenta que eran dos personas y que, Dios, Tokio podía llegar a ser estúpidamente pequeño a veces.

Observé de reojo como Abby se le tiraba a los brazos al pelirrojo, sonriendo apenas ante el intercambio, y no mucho después centré mi atención en el muchacho rubio. Escuché su saludo, el comentario de después también, y una sonrisa ligeramente socarrona se abrió paso a mis labios. Noté cómo la piel se me erizaba, quizás producto del viento o quizás de algo más, y me crucé de brazos para paliarlo mientras me encogía de hombros.

—¿Sí? Yo estoy empezando a pensar que lo tienes todo premeditado para verme, Egu-chan~ —ladeé levemente la cabeza, repasándolo con la mirada en un gesto breve, y justo después me centré de nuevo en Abby—. ¿Nos presentas, Milly~? —cuestioné, alzando la voz para que me escuchase y endulzándola a consciencia, también.

 

Susu se las arregló bastante bien para no irse a la mierda bajo el peso que le tiré encima, y supuse que ya algo de alcohol and shit se habría metido porque, bueno, si no había pocas chances de que me aceptara en su espacio tan fresco. Lo molesté como hacía siempre, zarandeándolo y apretujándolo, así que el intercambio entre Riri y Cory me pasó totalmente desapercibido. El muchacho, de hecho, repasó sus facciones sin una pizca de disimulo y al final le concedió una sonrisa suave, de esas de cabrón que tanto le gustaban.

—No tengo muchos argumentos para refutar eso —le respondió, resignado, pero volvió a extinguir la distancia con su oreja para susurrarle—: Sin embargo, creo recordar que siempre soy yo el que llega primero.

Para cuando me reuní con ellos, me había colgado de la espalda de Susu y el pobre imbécil me tenía a caballito. Riri me habló y apretujé el cuello del pelirrojo entre mis brazos. No tendría nada que decir para defenderme, drunk and high I was clingy as fuck.

—Of coursie! Riri, te presento a los assholes por los que daría la vida.

—Ah, qué noble —soltó Suzaku desde abajo, junto a un quejido cuando le dejé ir un golpecito en la cabeza.

—Bueno, este maleducado de aquí es Susu~ —retomé, balanceando mis piernas a los costados de su cuerpo, y estiré un brazo para señalar a Cory—. Y el caballero es Cor- bueno, Eguchi. ¡Sólo yo le digo Cory! ¡Prohibidísimo usarlo!

—Tampoco es como si alguien más quisiera hacerlo.

—Will you shut the fuck up, moron? —volví a quejarme, removiéndome y peligrando nuestra estabilidad.

Suzaku, entonces, se enfrascó en la dura misión de mantenernos en pie hasta que se hartó de mi culo y me regresó al suelo. Entre tanto, Cory nos observaba en silencio, con su eterna sonrisita divertida.

—Son como niños —suspiró, meneando la cabeza, y deslizó la mirada a Riri—. Es un placer... ¿Riri? —Parpadeó, inocente, y volvió a hablarme—. ¡Abby! Deja en paz al pobre chico y preséntanos a tu amiga.

Yo lo estaba amenazando con hacerle cosquillas y Susu seguía retrocediendo entre cualquier cantidad de improperios. El llamado de Cory pareció resetearme el cerebro y abandoné mi misión de inmediato para reunirme con ellos. Qué va, la pastilla ya estaba haciendo bastante efecto. Me acerqué con movimientos suaves y le sonreí a Riri, sedosa, antes de pasar un brazo por sus hombros con la misma delicadeza.

—This, gentlemen, is a fine princess, so you better watch out your mouths, 'kay?

Y seguía sin presentarla, ¡pero las drogas! ¡Era culpa de las drogas!

 

Sentí un ligero atisbo de satisfacción al escuchar su respuesta, sin importarme demasiado el obvio hecho de que solo me estaba siguiendo el juego porque sí, y no pude evitar alzar ligeramente las cejas cuando noté que volvía a acortar la distancia entre nosotros. Su cercanía me lanzó un chispazo a lo largo de la espalda, pero logré disimularlo bastante bien soltando una risa de nada y encogiéndome levemente de hombros.

—Así que te gusta esperarme para poder sorprenderme, ¿o no? Qué detallista~ —repliqué, sin poder controlarme realmente, antes de cortar el teatro al ver a Abby y el otro chico demasiado cerca de nosotros.

La carcajada que dejé salir al ver el panorama de los otros dos fue mucho más sonora y genuina, y me tuve que llevar una mano a los labios para intentar esconder el resto de mi reacción. Quería prestarle atención a las presentaciones, al menos lo suficiente para pillar el nombre del pelirrojo, pero con el torpedo de energía que Abby parecía tener de repente metido, era un poco difícil centrarse en cualquier otra cosa. Por otro lado, era obvio que todo aquello era cosa de diario entre ellos, y no me molestaba nada ver que la chica había encontrado a tan buenos amigos.

>>¿Cory? —repetí en un murmullo, frunciendo apenas el ceño mientras volvía a fijarme en el rubio, pero al final negué ligeramente con la cabeza—. ¡Susu y Eguchi, entonces! Encantada~ —añadí al final, alzando apenas la voz para llamar la atención del dúo cómico, y me llevé las manos tras la espalda recuperando al sonrisa animada.

Abby finalmente volvió a mi lado, y aunque no fue especialmente difícil pillar el cambio de su expresión en cuanto lo hizo, decidí que lo mejor era no darle mayor importancia. Para ser completamente honesta, también las neuronas estaban empezando a fallarme lo suficiente como para ir quitándole importancia a un buen montón de cosas. Como el hecho de que el amigo de Abby también lo era de Kou, con todo lo que eso implicaba, por ejemplo.

¿Sabría ella algo de eso o estaría completamente ajena a todo el rollo de los lobos?

>>No le hagáis ni caso —intervine, negando un par de veces con la cabeza en su dirección, y le dediqué una mirada de pseudo-molestia, frunciendo el ceño y todo, antes de volver a sonreírle a los chicos—. Me llamo Riamu, pero podéis decirme como Milly o lo que sea. Los amigos de ella también son mis amigos~

Hice una pequeña reverencia de nada (cosa de instinto, más que nada), apenas inclinando el cuerpo hacia delante y siendo algo más sugerente con el gesto de cabeza del proceso. Repasé el espacio en el que estábamos con la vista cuando me volví a erguir, alternando entre la fila de personas que querían entrar, el edificio y de nuevo los chicos, acabando en Abby.

>>¿Deberíamos entrar ya o...?

 

—Soy un hombre de detalles —fue la única respuesta de Cory hacia Ri, y con lo cual, aparentemente, pretendió concluir el asunto.

Luego Susu y yo nos sumamos a la fiesta y, pese a que no lo dejé en paz un segundo, el chico se las arregló para oír a Riamu y asentir ligeramente con la cabeza en respuesta. Siempre se ponía tímido con las personas que no conocía y de veras, ¡era muy adorable! Bueno, eso y que no le di mucho tiempo para reaccionar decentemente, claro.

Ya cuando me le fui encima a Riri y ella misma se presentó, Susu volvió a asentir y la sonrisa de Cory le cerró momentáneamente los ojos. Nada raro, en definitiva. El rollo de las presentaciones se había agotado, al parecer, así que la idea de Ri nos pareció bien a todos e ingresamos al establecimiento; por supuesto, no tuvimos que hacer la fila. Cory se acercó al gorila y sólo de verle la cara el tipo asintió y se hizo a un lado. ¡Era muy divertido tener amigos con influencias!

—Cory nos consigue acceso prioritario casi a cualquier lugar adonde queramos ir —le conté a Riri, exclamando cerca de su oreja debido a la música—. No sé bien cómo lo hace, ¡pero definitivamente es su superpoder!

Los chicos iban caminando apenas por delante de nosotras, de modo que nuestra misión fue seguirlos. Avanzaron por el pasillo de ingreso hasta que la disco se extendió ante nosotros, había luces y personas por doquier. La música rebotaba, se me coló en el cuerpo y, mezclada junto a todo lo que me había metido en casa, empecé a sentir la cabeza liviana.

—¡Eh, Cory! —grité un segundo antes de que el muchacho se detuviera junto a una mesa. Giró el rostro hacia nosotras y me sonrió, yo me acerqué para hablarle al oído—. ¿Tienes lo que te pedí?

Bueno, más que acercarme, en verdad le había echado todo mi peso encima y había rodeado su cuello con ambos brazos. Permanecí allí, sin apartarme ni un centímetro, y él buscó mis ojos. ¿Un poquito off limits? Pues sí, hombre.

Pero era yo, ¿no?

—Por supuesto —concedió, alzando un brazo para llamar la atención de unos empleados más allá.

Lo solté entonces para poder girarme, y cuando identifiqué lo que estaban trayendo hacia nosotros solté un gritito de emoción. Busqué las manos de Riri, también, y medio la zamarreé conmigo. Dos camareros llegaron a la mesa que había a nuestro lado con una gran bandeja plateada, sobre la cual había armada una increíble torre de copas vacías. Un tercero, entonces, se sumó a la fiesta y nos extendió una botella de champagne rosado.

—A ver, yo creo que nuestra invitada especial tiene que hacer los honores, ¿o no? —solté al aire y redirigí la atención de todos hacia Riamu. Me acerqué a la chica, dándole un apretón a sus manos (que nunca había soltado), y quizá con intención, quizá sin, me presioné contra su cuerpo para alcanzar su oído—. Te lo dije, ¿no? I'm gonna treat you like the fine princess you are~

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abby entró en modo I CAN BE A BETTER BOYFRIEND THAN HIM

 

Las presentaciones fueron tan rápidas como debieron ser, y es que al final solo me quedaba por conocer al pelirrojo de los tres, lo que facilitaba enormemente la tarea de aprenderme los nombres y caras de los amigos de Abby. Claro que esa era información que, parecía, íbamos a seguir manteniendo solo entre nosotros dos, pero detalles~

Tal y como había supuesto desde hacía un buen rato, la cara bonita de Eguchi nos abrió paso a la discoteca sin necesidad de hacer la tremenda cola que había para ello, y asentí un par de veces con la cabeza cuando Abby me explicó que era algo que ocurría con bastante frecuencia. No me sorprendió, qué va, si a veces tener los contactos correctos hacía muchísimo más que tener una cantidad absurda de dinero, y aunque no tuviese ni idea de lo que controlaba el tipo en ninguno de esos aspectos, iba a asumir que mi lógica tenía sentido por la cara, porque me cuadraba y ya.

Deslicé la mirada a lo largo del pasillo mientras avanzábamos hacia el interior, quizás fiándome más de lo que estrictamente necesario en que no perdería de vista a alguien con las pintas que Abby llevaba. No tuve que preocuparme demasiado, de todas formas, porque alcanzamos con relativa rapidez la mesa donde suponía que teníamos reservado, y nada más hacerlo, la chica se tiró encima de 'Cory' para hablar de lo que sea.

No tenía ni idea, honestamente, de que Abby había contado con la ayuda de Eguchi para preparar la sorpresa a la que tanta vuelta había dado en el camino hacia aquí, aunque lo cierto era que tampoco tenía mucha cabeza para unir los cabos tan obvios y poder llegar a aquella conclusión. Lo dejé pasar, pues, y solo entendí que había algo especial pasando cuando distinguí el gritito de emoción de la chica, sorprendentemente resonando por encima de la música y el bullicio general.

Seguí con la mirada el camino que ella había hecho, sin poder disimular la sorpresa que asoló mi rostro al ver la pirámide de copas que un par de camareros traían, y lo que era aún mejor, la botella de champán rosado que venía detrás. Miré a Abby con una sonrisa divertida en los labios, ya lo suficientemente liviana como para no darle ninguna importancia a su excesiva cercanía, y noté la emoción brillándome en los ojos mientras intercalaba miradas entre ella y la torre de copas.

—Bueno, no puedo negarme si vas a insistir así~ —murmuré, aprovechando la cercanía que aún manteníamos.

Después de un par de segundos me separé de ella, sin embargo, y me encaminé para coger la botella de champán con la mayor sonrisa del mundo, sin perder ni un poquito de la emoción que estaba sintiendo. La agité un poco en cuanto la tuve entre mis manos, sin poder evitar querer hacer un poco de espectáculo extra, y me coloqué de manera que el corcho no pudiese dañar a nadie en cuanto saliese disparado, que fue lo que pasó en cuanto lo empujé hacia el exterior con la uña del pulgar.

Serví el líquido en la copa de arriba lo más rápido que pude, entre risas livianas, y cogí esa misma copa cuando la pirámide terminó de rellenarse, levantándola en el aire hacia el resto de presentes (¡camareros incluidos, por qué no!).

>>¡Brindemos! ¡Por una noche inolvidable~!

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de hecho me encanta como nuestras interacciones siguen teniendo la mecánica de tus personajes viendo quién mima más a riri de todos AJAJA it makes us feel flattered u//u

 

En ningún momento dudé que Riri se entusiasmaría y seguiría mi idea sin problema alguno, así que todo siguió ¿el cauce natural de eventos? Me retiré ligeramente cuando se hizo con la botella, junto a Susu, y en pocas palabras festejé cada tontería que la chica hizo. Aplaudiendo, saltando o gritando. Cory observaba todo de brazos cruzados, pero bastante entretenido, y a Susu lo zamarreé hasta que empezó a aplaudir también.

Se hacía mucho el duro, ¡pero bien que iba a chupar champagne como hijo de puta!

Observé la caída del líquido rosado con una fascinación absurda, y Cory fue el primero que se acercó a la torre una vez Ri acabó de servirla. Me alcanzó dos copas, le di una a Susu y brindamos entre los cuatro. Le di un trago al champagne, aunque prácticamente me atropellé con mis propias intenciones y comencé a mover el brazo hacia los camareros, alentándolos a servirse.

—¡Vamos, vamos! ¡Hay para todos!

Con todo el despliegue armado, me acerqué a Riri y busqué su copa para que sólo ella y yo brindáramos. Le sonreí, bebí y le pasé un brazo por la cintura para apretujarla. Esta vez no fue sugerente ni nada, sólo cargó un montón de cariño y le estampé un beso en la mejilla.

—I'm so, so, so, so, so happy of being here with you. —Las mezclas de sustancias me ponían honesta, ni modo—. I mean, ¿tú te lo puedes creer? ¡Porque yo no! ¿Cómo hicimos para volver a encontrarnos y estar aquí, bebiendo de una torre de champagne gigante? It must be fate!

 

Era posible que no existiese en el mundo mejor hype girl que Abby, o al menos esa era la certeza que yo tenía en ese mismo instante, que la estaba escuchando gritar y aplaudir por cada pequeña cosa que hiciese. Todo su entusiasmo logró sacarme más de una carcajada ligera, lo que solo consiguió complicarme un poco más de lo necesario la tarea de abrir el champán de la manera super épica que quería hacer, pero a cambio hizo que el momento fuese mucho más entretenido y, seguramente, fácil de recordar en un futuro.

No sé si conseguí del todo mi objetivo de hacer una entrada impresionante o no, pero cuando todas las copas estuvieron rellenas y los cuatro alzamos las nuestras para poder brindar, se me olvidó por completo todo aquel asunto de intentar impresionarlos. Qué va, aquello era lo único que importaba en esos momentos: un grupo de jóvenes disfrutando del día a día y la compañía de sus amigos.

El champán estaba muy bueno, aunque tampoco tuve mucha oportunidad de saborearlo antes de que Abby volviese a invadir mi espacio personal. Nada que me molestase, obviamente, y hasta solté una risilla cuando la noté echándome el brazo por la cintura; si había o no segundas intenciones en cualquier de sus movidas, yo ya hacía un tiempito que había dejado de notarlo.

—Lo sé, yo tampoco me lo explico. ¡Tokio es muy pequeña a veces! —exclamé, encogiéndome ligeramente de hombros tras nuestro brindis personal y haberle dado un nuevo trago a la copa también—. ¡Pero también me alegro mucho de que estemos aquí las dos juntas, Milly! Creo que tú y Thi sois mis únicas amigas de verdad —le confesé, acercándome un poco más a su oído para no tener que gritar aquello a los cuatros vientos, y también decidí plantarle un beso en la mejilla después de hablar.

Seguramente me arrepentiría de haberle soltado eso tan pancha, pero eso definitivamente iba a ser un problema para la Riamu del futuro; así como también iba a tener que recordar que las drogas parecían ponerme especialmente emotiva o algo así, ni idea. ¡Pero como sea! Le di un trago aún más largo a la copa, prácticamente terminando con el contenido de la misma, y extendí el brazo para dejarlo sobre la mesa, buscando después las manos de Abby para apretarlas entre las mías.

>>¡Tengo muchas ganas de bailar! ¿Vamos~?

 

Contenido oculto: im a maaan im a twisted fooool

Probablemente me hartara de repetir esto pero: era una chica sencilla. No le daba muchas vueltas a nada y tampoco casi nada me afectaba. Que Ri me dijera que era una de sus únicas dos amigas no me hizo pensar en nada por lo cual podría llegar a sentir vergüenza, sólo me enterneció un huevo y el beso en la mejilla terminó de hacerla. La miré como si fuera un osito de peluche gigante, le apreté las mejillas con una mano y le gruñí, como si me molestara que fuera tan tierna.

—Ah, you're so cute! —exclamé, exasperada, y le estampé un beso en la boca. ¿Por qué? Porque sí.

Los muchachos ya estaban habituados a mí, así que no se espantaron por nada de lo que había ocurrido. Ri dejó su bebida en la mesa, yo me zampé la mía y asentí muy enérgica en cuanto me invitó a bailar. ¡Obviamente tenía muchas ganas! Enganché mi brazo con el suyo y me la arrastré hacia una de las pistas de baile, echando un vistazo sobre mi hombro para corroborar que los muchachos nos siguieran. Pobrecitos, los tenía un poco de decorado, ¡pero no podían pedirle mucho a mi neurona! Menos estando puesta.

La música comenzó a envolvernos tras alcanzar la pista de baile. Esa noche parecía decorada con una temática ¿selvática? Las luces mutaban en tonos verdes y dorados, y había lianas colgando de todas partes. Las pantallas reproducían diseños complejos y bastante extraños, que se movían y mutaban como si se vieran a través de un prisma o un caleidoscopio. Eran animales y plantas, sólo que muy raros e incluso deformes, but I really liked it!

Pestañeé con más calma, adecuándome al ritmo de la canción, y deslicé mi brazo fuera de su agarre para repasar su piel con los dedos. Fue suave, una mera caricia, que alargué hasta alcanzar su mano. La jalé entonces hacia la pista de baile. El suelo estaba compuesto por más pantallas, que iban mutando en varios colores de a transiciones lentas. Tampoco faltaban las luces ultravioleta, por supuesto, así que nuestro maquillaje se cobró el protagónico.

Comencé a mecerme al ritmo de la canción aún mientras caminaba, ya totalmente metida en ello, y cuando alcancé un punto medio arbitrario, medio libre de gente, me giré hacia Ri y le sonreí, sedosa. Solté su mano, y lo hice sólo para alcanzar su cintura.

—See the snake-baboon —canté en su oído con un tono bajo, deslizando la mano para afianzarla allí donde estaba—, funky, chic, and smooth. Honey, can you spy the divine ape-swine 'cause he can see you~

Me sonreí, vete a saber con qué intenciones exactamente, y alcé la mirada más allá de Ri. Cory y Susu se habían acomodado en la barra que lindaba con la pista de baile, y los cabrones tenían más o menos su atención puesta en nosotras. Bueno, eso se podía arreglar, ¿no?

—I really like this song. —Fue lo último que dije sobre su oído, antes de erguirme y acomodarle el cabello tras la oreja, atenta a sus ojos—. Creo que tenemos público~

Contenido oculto

llevaba MESES queriendo usar esta canción en este rol, MESES esperando pacientemente al momento perfecto

well THIS IS IT

el diseño que me imagino en las pantallas es como el arte del video de la canción, btw (?

 

Fui incapaz de prever los movimientos de Abby, incluso si se me iba haciendo un poco más predecible a medida que pasábamos más tiempo juntas, y no pude evitar hacer el amago de escaparme de su agarre incluso si sabía que era una misión perdida. Me quejé, aunque mis palabras acabaron convirtiéndose en un refunfuño imposible de descifrar, y para cuando me plantó el beso en los labios, yo ya me había rendido de resistirme o sorprenderme por cualquier cosa que viniese de ella.

No hizo falta mucho más que mencionar que me apetecía bailar para que Abby se subiese al carro, algo que me fue muchísimo más fácil de predecir, y dejé que me guiase hasta la pista de baile sin oponer ninguna resistencia y recuperando la sonrisa animada en cuestión de meros segundos. Las luces y música ambiente comenzaron a rodearnos mientras nos adentrábamos en la pista, y tenía que admitir que me quedé bastante embobada viendo los reflejos y las decoraciones del lugar, tanto que apenas me percaté de lo que hacía Abby hasta que nos paró en un lugar de la pista.

Giré finalmente el rostro para mirarla, con la sonrisa de emoción plasmada en los labios y los ojos brillando por efecto del ambiente, y aproveché la cercanía que buscó entre nosotras para deslizar mis brazos por sus hombros y comenzar a moverme también al ritmo de la canción. Seguí con la sonrisa pegada mientras la escuchaba, siguiendo todos sus movimientos con los párpados ligeramente entornados, y solo separé la vista de ella para mirar a los muchachos por encima del hombro cuando me los mencionó.

—¿Uhm~? —murmuré, ladeando apenas la cabeza al dar con ellos, y ensanché apenas la sonrisa mientras volvía a centrar mi atención por completo en la chica—. Tienes razón. Me pregunto si deberíamos invitarlos a participar... ser solo público suena aburrido~ —añadí, haciendo un pequeño puchero con los labios.

En ningún momento había dejado de moverme al ritmo lento de la canción ni había separado los brazos de ella, que seguían reposando sobre sus hombros y alrededor de su cuello.

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vaya pedazo de hoe anthem nO????

 

No estaba pensando demasiado nada, nunca lo hacía realmente, me guiaba en su mayoría por impulsos, caprichos y sensaciones inmediatas. Pillaba lo que tuviera a la mano, si se me antojaba lo buscaba un poco y, de conseguirlo, lo disfrutaba. Hasta pasar al siguiente entretenimiento, claro. Así y todo, no era de andar usando y descartando a la gente. Tenía un núcleo muy pequeñito de personas que adoraba y no me veía dejándolas de lado, ni mañana ni dentro de diez años. En esa categoría, pasara el tiempo que pasara, probablemente Ri estaría siempre.

Las cagadas que nos claváramos tampoco influían, claro~

De ahí que una satisfacción estúpida me recorriera el cuerpo cuando sus brazos se anclaron alrededor de mi cuello. Su perfume prácticamente me rodeó, por un instante fue todo lo que podía oler y me dejé llevar por esa sensación, de puto puesta que estaba. Luego de gafar a los chicos, ella corroboró la información y volvió a mirarme. Sus ojitos destellaban y a riesgo de sonar repetitiva, volví a pensar en lo bonita que se veía.

Su respuesta me sorprendió un poco, amplió mi sonrisa y la tintó de un aire casi felino. Pero bueno, ¿esta era la Riri que se había avergonzado en casa con cada cumplido que le hice? ¿En qué momento me la habían cambiado~? Qué va, yo puto encantada de la vida. Siempre era jodidamente satisfactorio y divertido tener gente dispuesta a estar a tu nivel.

Lo volvía casi un desafío~

—Huh, ¿dices? —repliqué, haciéndome la tonta. La mano que había corrido su cabello siguió la línea del mismo hasta cosquillear su nuca con la punta de las uñas; con la misma sutileza me incliné sobre sus labios—. ¿Y qué pasa si te quiero toda para mí~?

Iba en coña, por supuesto. Al instante se me aflojó una risa bastante grave y volví a erguirme, buscando a los chicos con la mirada. Conecté con Cory en menos de dos segundos y le sonreí, apenas despegando la mano de la cintura de Riri para indicarles que vinieran. Lo vi inclinarse hacia Susu, a Susu menear la cabeza y, mientras el pelirrojo se giraba hacia el bartender, Cory emprendió su camino hacia nosotras.

—Ah, ah, tenemos un interesado~

No era muy grande la distancia. El muchacho se acopló a nosotras y coló la mano entre mi cuerpo y la cascada de cabello para afianzarla en mi nuca.

—¿A qué viene la invitación? —me dijo al oído, bastante risueño.

Gosh, estábamos los tres estúpidamente cerca y no podía importarme menos. Su voz me cosquilleó en la piel y mi sonrisa se la tragó Riri, ya que era ella a quien estaba mirando.

—Actually, no fue mi idea —confesé, divertida; ahí iba de nuevo, el aire felino. Cory volteó hacia ella—. Am I wrong, princess~?

 

A aquellas alturas, ya no sabría decir si mi cambio de actitud había sido por la pastilla y el alcohol, por la completa variación del ambiente en el que estábamos, o si tenía que ver con el hecho de que solo parecía ser capaz de mostrarme mínimamente vulnerable cuando estaba en demasiada confianza. No lo sabía, pero tampoco importaba, porque ni siquiera era lo suficientemente consciente de ello como para darme cuenta de que la sorpresa de Abby venía por eso mismo.

Era algo, de todas formas, demasiado intrínseco a mi personalidad, y quizás esa fuese justamente la única respuesta posible.

Tampoco tenía las neuronas muy funcionales, por lo que no estaba muy dispuesta a dedicarle demasiado pensamiento a algo que no fuese ese mismo instante, con mi piel erizándose en consecuencia de las leves cosquillas que había me había dedicado en la nuca o con su voz rebotando tan, tan cerca de mis labios que prácticamente logró opacar la música de la discoteca. Solté una risilla ligera cuando terminé de procesar sus palabras, aprovechando que se había separado lo suficiente para encogerme de hombros con cierto aire risueño.

Y es que, bueno, si hubiese querido ponerse posesiva de verdad conmigo, no me hubiese interpuesto en lo más mínimo~

Me quedé con la vista fija en ella mientras se encargaba de llamar a los chicos, entornando apenas los ojos al escuchar que sí habíamos conseguido un interesado para unirse a nuestra diversión, y me sonreí complacida cuando, apenas unos segundos después, distinguí la figura de Eguchi acercándose por el rabillo del ojo. Digamos que, a pesar de haber sido una apuesta segura, me satisfacía haber apostado por él mentalmente.

El muchacho le habló a Abby, pero la distancia que nos separaba a los tres eran tan ínfima que yo también pude distinguir con claridad lo que decía; fue cuestión de menos de un segundo, la verdad, adivinar que la atención de ambos se centraría en mí después y, con la misma rapidez, me eché encima una cuota de inocencia que nada tenía que ver con el ambiente que nos había empezado a rodear.

—Así es, me declaro culpable~ —sentencié, separando un brazo del cuello de Abby para levantar la mano y acentuar más mi autoría de la idea, sonriéndole con aire divertido a la chica antes de centrar mi atención en el rubio—. Pero es que os hemos visto ahí tan solitos, mirándonos, y he pensado que quizás preferíais uniros a la diversión —expliqué después, sin perder una pizca de la inocencia de antes, y estiré el brazo que recién había liberado hacia el de él, acariciándolo suavemente de manera ascendente hasta alcanzar a anclarla en la base de su cuello—. No me digas... ¿acaso me he equivocado~? —finalicé, ladeando ligeramente la cabeza y con una clara expresión de decepción en el rostro.

 

Básicamente había vendido a Ri como una campeona, y que me preguntaran si me importaba. Además, se la veía tan encantada con toda la tontería que era imposible pensar en otro escenario, ¿verdad~? Mantuve una sonrisa bastante suave en mi rostro mientras la chica hablaba, Cory no desvió su atención de ella. Llevaba los lentes tornasolados enganchados de la camisa, y su gesto se tornó aún más risueño en cuanto Ri ancló la mano en su cuello, cerrando el círculo.

Bueno, ¿el triángulo?

—Qué considerada —murmuró Cory, y alternó ligeramente su mirada entre ambas—. Y bueno, dos chicas tan bonitas bailando juntas. Somos débiles, ¿saben?

—Perfectamente comprensible —respondí porque sí, ya con el cerebro lleno de aire y los sentidos embotados.

Hacía calor, la música rebotaba por doquier y la piel se me erizaba al más mínimo contacto. Las luces no contribuían, la estúpida cercanía no contribuía, el cuerpo me seguía cosquilleando y ya tenía la cabeza en la luna. Con mis palabras había deslizado la mano libre por la cintura de Cory, lo suficiente para arrimarlo aún más a mí. El movimiento fue ligeramente torpe y sonreí, dejándole un beso en la mejilla antes de alcanzar su oído.

—Si no seré buena, oye —murmuré, presionando las yemas de los dedos en su espalda; su mano viajó de mi nuca hasta rodearme los hombros con el brazo—. Mira los caramelitos que traigo~

Lo oí sonreírse, miró a Riri de soslayo y lo imité, aunque realmente casi no me separé de él. Su mano libre buscó la cintura de la chica y, bueno, digamos que la invitó a la fiesta.

—Voy a tener que agradecerte, Abby —soltó, aún viéndola, y entonces volteó hacia mí—. Pero ¿cómo lo hago~?

Mi sonrisa se estiró de oreja a oreja, un poco ida, me descubrió la dentadura y no dije nada, sólo volví a moverme al ritmo de la canción. Lento, bastante lento, con cada sensación palpitando en mi piel a una intensidad ridícula. Cory se acopló, por supuesto, y no pasó mucho tiempo hasta que se me fue la pinza y me deslicé entre ambos para enfrentar a Ri. El muchacho quedó atrás mío, me presioné contra su cuerpo con todo el descaro del mundo y mis dos manos atrajeron a la chica por la cintura. Sonreí, sedosa, lo hice sobre sus labios y me seguí contorneando. Cory buscó los ojos de Ri desde su posición y, con movimientos cuidadosos, me corrió todo el cabello sobre el hombro opuesto. Sentí su respiración en la curvatura de mi cuello y suspiré, sin alejarme de Ri. Las manos del cabrón se afianzaron en mis caderas y siguió marcando el ritmo.

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oh holy moly boy *c persigna*