The Loud House The Thunder's Path

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Sylar Diaz, 11 Julio 2022.

Cargando...
  1.  
    Sylar Diaz

    Sylar Diaz Sei mir gut Sei mir wie du wirklich sollst

    Libra
    Miembro desde:
    3 Agosto 2019
    Mensajes:
    58
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    The Thunder's Path
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    62
    Sinopsis: Bienvenidos al siglo XXI. Un lugar de luces y sombras, de oportunidades y paranoia, de ciudades repletas de rascacielos brillantes y callejones cubiertos de porquería. Una tierra sin superhéroes, ni villanos... ¿o quizá no sea así...? Estos son los primeros pasos de los primeros "supers" del mundo. Un mundo que necesita héroes más que nunca en la historia.
     
  2. Threadmarks: To The Thunder's Path
     
    Sylar Diaz

    Sylar Diaz Sei mir gut Sei mir wie du wirklich sollst

    Libra
    Miembro desde:
    3 Agosto 2019
    Mensajes:
    58
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    The Thunder's Path
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    8764
    Proyecto cancelado, más detalles al terminar.
    El único ruido que atravesaba los oídos de Lincoln hasta llegar a su cerebro, además de los distantes llamados de los demás voluntarios buscando sobrevivientes, eran los sonidos de sus propias pisadas mientras recorría la acera. Se había estado esforzando más que nunca antes llevando tanto sus fuerzas como sus sentidos más allá del que creyó su límite, pero conforme los minutos lentamente se transformaban en horas la frustración crecía dentro de él, todos sus intentos por ayudar como él, como Lincoln, y no como Thunder se sentían insignificantes. Aquella zona marginada del pueblo, dónde hace unos años vivía Ronalda, era un verdadero laberinto de casas pequeñas e idénticas entre sí, antros de mala muerte y demasiados, realmente demasiados negocios clandestinos, además que la delgada capa de polvo asfixiante que se negaba obstinadamente a abandonar los escombros de los edificios destruidos no facilitaba los intentos de rescate. El chico incluso tenía problemas para ver a través de ella, y cada tanto tenía que detenerse para medio orientarse en aquel gueto de hogares de inmigrantes y desafortunados.

    ¡Maldición! Cómo deseaba simplemente caminar a alguna parte donde nadie lo viera y simplemente gritar la palabra del Hechicero, estaba seguro que como Thunder podría rescatar y socorrer a todos en el pueblo en sólo medio día…

    Pero aún ni soltaba un simple suspiro para externar su descontento cuando el cielo crujió y el suelo debajo de sus pies empezó a temblar. Lincoln, y otros tantos voluntarios civiles, apenas y pudieron apartarse a un lado para ver como una patrulla de tres tanquetas del ejército pasaba a toda velocidad y sin detenerse a su lado. Entonces los ojos de Lincoln subieron casi inconscientemente al firmamento, ya comenzaba a hacerse de noche, para ver como un helicóptero pasaba casi rozando su cabeza siguiendo a los vehículos blindados. La realización de toda la situación volvió a golpearlo cómo lo había hecho en la mañana cuando se levantó y descubrió que su casa, gracias a Lisa, era la única en toda la cuadra con luz eléctrica.

    Todo lo que había pasado, lo que seguía pasando… era real.

    Y vaya que lo era. No era el juego que había esperado. No era nada como lo que veía a su superhéroe favorito hacer en los comics. Hubo una probabilidad muy real de fracaso en su pelea con los Enemigos Mortales del Hombre pero esto era algo totalmente diferente; las otras personas que vivieron el enfrentamiento pudieron haber muerto… él incluso había atacado, claro que en un desplante provocado por la sorpresa, a un helicóptero del ejército, a uno de los buenos, y justamente por eso era que no podía volver a transformarse tan pronto por miedo a que los soldados dispararan contra él y empeoraran aún más la precaria situación para los habitantes de Royal Woods. Ese pensamiento hizo que su estómago se retorciera, pero a pesar de eso, Lincoln se forzó a mantener la compostura y seguir adelante.

    Si él, que tenía el poder del campeón de su lado estaba comenzando a desesperarse, ¿cómo se sentirían los demás?

    Así que se esforzó a seguir adelante, respirando a sabiendas más de aquel aire lleno de polvo y porquería, porque sí el Hechicero había juzgado a Lincoln Loud como digno del poder más grande en la tierra a pesar de todo, ¿por qué tendría él que pensar que Lincoln Loud no era capaz de ayudar?

    Por fin el llamado que había estado buscando y que francamente esperaba no tener que volver escuchar en lo que quedara del día llegó a sus oídos.

    — ¡Ayúdenme!

    Se congeló en el acto, con uno de sus pies aún en el aire, y girando su cabeza en la vaga dirección en la que creyó oír la voz, gritó—. ¡Ey! ¡¿Hay alguien por aquí?! —tanto los otros voluntarios cercanos como la persona que había gritado escucharon la voz de Lincoln al instante.

    — ¡Sí! ¡Estoy aquí, estoy aquí! —la voz aguda parecía pertenecerle a un niño pequeño.

    Guiándose por la voz, el grupo de rescatistas improvisados, con Lincoln al frente, se reunieron al borde de una casa en ruinas. Actuando por reflejo y aprovechando su complexión delgada como lo había hecho ya varias veces el mismo día, Lincoln se apresuró a entrar hasta dónde pudo debajo de los escombros y se encontró con una niña pelirroja hecha un ovillo y llorando desconsolada, la conocía y sabía que tenía la misma edad que las gemelas. Estudiándola con la mirada, Lincoln notó que no parecía estar atrapada por los escombros y tampoco pudo advertir que estuviera lastimada de gravedad salvo por un largo corte en su rostro, afortunadamente apenas un raspón en su mejilla. Aprovechando que ambos estaban casi a la misma altura debajo de la que alguna vez fue la casa de la rival de su hermana Lola, el peliblanco se le acercó y le mostró la sonrisa cálida y amistosa por la que era tan conocido.

    —Hola Lindsey —los ojos de la niña brillaron al ver el rostro de Lincoln, lo había reconocido ella también—. Dime… ¿Qué haces aquí abajo? No parece que necesites ayuda para salir.

    La niña desvió la vista hacia el suelo y abrazó con más fuerza sus piernas —Me… me asusté —la forma suave y vulnerable en la que susurró aquellas palabras, tan diferente al tono con el que le hablaba a Lola, consiguió sacarle una sonrisa a Lincoln.

    —Así que te asustaste.

    —Perdí a mis padres y esas cosas con alas estaban en todas partes así que sí, me asusté —los ojos de Lindsay se apartaron de los de Lincoln y su rostro se ruborizó al admitirlo—, por eso creí que estaría a salvo hasta que mis padres regresaran si me quedaba en casa…

    « ¿Estás aquí desde el Lunes? ¡Es un milagro que no hayas muerto aplastada! » Pensó Lincoln pero no se atrevió a decirle nada—. Está bien, tranquila. Estoy aquí para ponerte a salvo. Después yo y otros voluntarios te ayudaremos a buscar a tus padres ¿Ok? Por ahora sólo salgamos de aquí.

    A pesar de que la niña ya no lucía tan asustada, no se movió ni un poco cuando Lincoln le ofreció una de sus manos para sacarla de su hogar en ruinas—. También me hice pipí…

    Aquello tomó por sorpresa al albino por lo inesperado de la afirmación, quizá en otro momento se hubiera ruborizado por oír palabras como esas… quizá incluso se hubiera reído pero la seriedad de la situación, así como la forma en la que el rostro precioso de Lindsay se empezó a contraer por la pena provocó una reacción diferente en él.

    —Sabes… una de mis hermanas, la que tiene el cabello negro, tuvo en una ocasión uno de estos incidentes cuando tenía más o menos tu edad y para que nadie se riera por la mancha en su vestido yo la cargué hasta que llegamos a casa, ¿te gustaría que hiciera eso contigo? Así quizá podamos encontrar a tu madre más fácilmente.

    Los ojos de la pequeña pelirroja se abrieron con asombro y agradecimiento por aquellas palabras, y Lincoln sintió verdadero placer en que alguien lo viera a él, no a Thunder, con ojos llenos de admiración. Entonces volvió a ofrecerle una mano y ella la tomó entre las suyas. Sin más contratiempos ambos salieron de la casa en ruinas entre algunas felicitaciones y exclamaciones de alivio de los rescatistas voluntarios que les esperaban afuera.

    Sólo entonces, cuando sacó a Lindsay finalmente del peligro, fue que Lincoln se arrodilló frente a la pelirroja para que le fuera más fácil a la niña subirse a su espalda; la mini reina de belleza se montó al instante y tan pronto como ella logró sujetarse a él y él sujetarla a ella fue que Lincoln empezó a caminar hacia el solar, el albergue designado más cercano.

    El albino sólo tuvo que caminar tres cuadras antes de empezar a ver las brillantes luces que habían instalado algunos de los damnificados con ayuda del ejército y las llamativas casas de campaña de lonas fluorescentes. Aquellos reflectores potentísimos y las caras más descansadas y tranquilas de la gente ahí reunida lograron tranquilizar un poco a Lincoln, al menos lo suficiente como para convencerlo de detenerse en el límite del albergue para recuperar un poco la respiración.

    — ¡Lindsay! —escuchó a una mujer gritar antes de poder distinguir a la joven madre a la cabeza de un grupo de rescatistas, algo más lentos que ella, que corrían hacia ellos. Sólo cuando la mujer, que seguramente aún no llegaba a los treinta, se acercó lo suficiente fue que Lincoln puso a Lindsay Sweetwater nuevamente en el suelo.

    — ¡Mami! —chilló la pequeña mientras cojeaba hacia su madre. La mujer levantó en brazos a su hija y empezó a cubrir su rostro en besos mientras balbuceaba un sinfín de agradecimientos al cielo. Algunos pasos alejado, Lincoln sonrió al ver aquella escena, sin imaginar que cuando la mujer bajara a su hija se dirigiría inmediatamente hacia él.

    — ¡Gracias, gracias, gracias por salvar a mi pequeña Lindsay! —empezó a repetir la mujer mientras estrujaba al salvador de su hija entre sus brazos, la cara del muchacho sujeta fijamente entre el escote de ella, y cuando finalmente lo soltó, Lincoln no pudo evitar preocuparse por la integridad de su columna; aquel había sido un abrazo que nada tenía que envidiarle a los de Leni.

    —No tiene que agradecerme, sólo hice lo que cualquiera en mi situación hubiera hecho, ni tiene que…

    — ¡Tonterías! ¡Eres un héroe! —insistió ella. Un grupo de personas, una mezcla de rescatistas y rescatados, empezó a reunirse a su alrededor—. Eres un valiente, maravilloso y apuesto héroe… si hay algo, cualquier cosa, que pueda hacer por ti, por favor dímelo.

    Sintiendo la presión de decenas de ojos enfocados en su cara, Lincoln comenzó a ruborizarse.

    —N-no… en serio no tiene que molestarse con…

    El pequeño "espectáculo" de dimes y diretes que empezaba a desarrollarse entre la madre de Lindsay y Lincoln se vio interrumpido abruptamente cuando desde atrás de Lincoln, desde la zona de hogares y edificios a punto de derrumbarse que el muchacho recién había dejado atrás, un par de edificios de tres y cuatro pisos se derrumbaron generando una nube conjunta e inmensa de polvo, vidrio y escombro.

    —Oh no… por Ace no —el aliento de Lincoln se atoró en su garganta.

    Desde la zona del derrumbe espontáneo surgieron un sinfín de gritos y llantos. Casi cientos de voces llamando por ayuda o por un milagro y ante la sorpresa sólo algunos de los pocos voluntarios que estaban en el solar empezaron a movilizarse para ofrecer dicha ayuda.

    Los segundos empezaron a estirarse en pequeñas eternidades mientras que Lincoln sentía como las suelas de sus zapatillas se fusionaban con el concreto debajo de sus pies. Dos fuerzas rivales empezaron a luchar dentro de su cuerpo; la primera era su sentido común diciéndole que se rindiera… que Thunder no podría actuar sin empeorarlo todo y que como un simple niño no lograría nada, y la otra era la voz de su consciencia diciéndole "¡pues a la mierda todo, que salga Thunder!" Su pecho comenzó a temblar y a arderle cuando ambas fuerzas chocaron aplastándolo a él entre ellas por su inacción, ¿o quizá se sentía así por el polvo de cemento en sus pulmones? Incapaz de decidirse, todo lo que pudo hacer Lincoln fue observar como algunos rescatistas y voluntarios corrían hacia la zona del desastre, esperando alguna señal que le dijera que aquello no era algo tan grave.

    Lo que obtuvo en lugar de su señal fueron aún más alaridos mientras que la nube de escombros se elevaba con el viento dificultando la visibilidad de los rescatistas en los alrededores. La escena era tan impactante que incluso un par de soldados que resguardaban el solar se dirigieron, seguramente desobedeciendo órdenes, hacia el derrumbe.

    Congelado como estaba, en el borde mismo del solar, Lincoln fue de los primeros en ver a los primeros heridos del derrumbe llegar al refugio. Las primeras dos personas en llegar se veían para nada bien. Estaban cubiertos de pies a cabeza con un polvillo blanquecino que evitaba que la sangre en sus frentes y antebrazos corriera como debería normalmente, dándoles una apariencia fantasmal. Sólo cuando estuvieron lo suficientemente cerca fue que Lincoln notó el pequeño bulto cubierto con una lona que cargaban entre los dos; el cuerpo no era más grande que Lana o Lola… y estaba aterradoramente quieto. Entonces vio que atrás de ellos se acercaban más personas en condiciones similares…

    —Mierda…

    Congelado por el miedo y la impotencia, Lincoln cerró sus puños con la poca fuerza que le quedaba y se obligó a dar un par de pasos temblorosos hacia delante antes de que pudiera sentir el ardor en sus ojos y los dos pequeños caminos de lágrimas que comenzaban a surcar sus mejillas.

    Todo lo que había intentado hacer como voluntario, todos sus esfuerzos por ayudar eran inútiles porque él era inútil… si tan sólo fuera fuerte como Lynn o resistente como Lana y no un completo inútil entonces quizá hubiera podido ser más de ayuda…

    Entonces sintió una mano grande y fuerte tomarlo del hombro con firmeza pero también con gentileza, si algo así fuese posible, para detenerlo antes de que siguiera avanzando. Sorprendido y quizá un poco molesto porque alguien estuviera intentando entrometerse Lincoln se volteó y, a través de sus ojos llorosos, vio a su hermana Leni ofreciéndole una medio sonrisa pero tras parpadear un poco descubrió que no se trataba en realidad de su rubia hermana mayor sino de un alto soldado de color que con un rostro serio y utilizando sólo una de sus manazas lo detenía en el lugar.

    —Escucha niño, creo que te estás poniendo bajo mucha presión ¿por qué no descansas un poco? vete a casa y duerme, te lo ganaste.

    La cara del soldado no reflejaba emoción alguna sin embargo su voz, aunque igual de inexpresiva, sonó a los oídos de Lincoln como una recriminación. Tan pronto como terminó de escucharlo hablar, el peliblanco se puso a la defensiva.

    —No, aún no puedo descansar. Aquí aún hay gente herida esperando que alguien los ayude. Yo provoqué todo esto y debo de…

    —Pues yo creo que ya has hecho más que suficiente para remediar cualquier error que hayas cometido —Y tan pronto como escuchó esas palabras, el peliblanco se quedó atónito y sin palabras. Aquello lo había tomado desprevenido. Aprovechando el momento de silencio, el soldado le dio una palmada en la espalda, que aunque pretendía ser un gesto amistoso y cordial hizo que los dientes de Lincoln temblaran—. Te he visto dando vueltas por aquí desde la mañana, ayudando en todo y a todos a los que puedes y creo que eso es ayuda más que suficiente. Pero ahora debes calmarte un poco. Mírate niño, estás temblando por el cansancio y al borde de las lágrimas… así no serás de ayuda.

    Lincoln intentó decir algo, negarse en redondo, pero todo lo que pudo hacer fue toser. Permitiendo finalmente que su rostro mostrara una sonrisa, el soldado tomó con un poco más de tacto el hombro de Lincoln y aprovechando que la mente del muchacho parecía estar ocupada en otra cosa comenzó a empujarlo nuevamente hacia el solar.

    —Mi escuadrón y yo vamos a ser relevados en cinco minutos ¿Qué te parece sí te dejamos cerca de tu casa? Así podrás llegar antes. Si es que aún tienen agua por allá, date un baño… duerme un poco y cuando ya estés un poco más descansado puedes volver mañana y seguir ayudando.

    —Pero ¿qué pasará con los heridos? Necesitamos…

    El rostro del soldado finalmente se relajó hasta adquirir un aspecto más accesible.

    —Niño, serás de más ayuda para todos aquí una vez que hayas descansado un poco. Si te apresuras a volver a ofrecerte como voluntario mientras sigas cansado o tenso, terminarás haciendo más daño que bien.

    Y tras decirle esas palabras y dándole dos palmadas más en el hombro, el hombre de color terminó por hacer subir al peliblanco a uno de los humvees estacionados en el extremo contrario del solar; no habían parado de caminar mientras hablaban y Lincoln estaba demasiado cansado como para negarse a un aventón a casa.

    Sentándose de forma casi automática en la parte trasera del vehículo blindado, Lincoln no notó la forma en la que lo veían los otros tres soldados que ya estaban a bordo; uno en el asiento de copiloto y otros dos sentados a su lado, la que estaba más cerca de él sosteniendo un celular. Ni siquiera había notado que estaba acompañado hasta que la morena junto a él le habló.

    —Oye niño, dinos ¿cuál es tu nombre?

    — ¿Ah? ¡Oh! Me llamo Lincoln —cayendo en cuenta finalmente que no había hecho la misma pregunta al hombre que se ofreció a llevarlo a casa, Lincoln volvió a hablar—. Disculpe señor, pero… ¿cuál dijo que era su nombre?

    Los otros marines dentro del vehículo se rieron y sólo hasta que el hombre de color se posicionó tras el volante y encendió el motor del vehículo fue que habló.

    —Soy el capitán Stewart, mucho gusto Lincoln.

    El viaje, en el cual los soldados se reían de casi cada cosa que decía Lincoln, no duró ni quince minutos cuando Stewart detuvo finalmente el vehículo y el soldado en el asiento del copiloto le dijo al peliblanco que finalmente habían llegado a la zona de los suburbios. Sintiendo finalmente el llanto de los músculos de su cansado y adolorido cuerpo, el niño les agradeció sin detenerse diez veces seguidas por el favor antes de bajarse de la tanqueta. Los militares se despidieron y tras indicarle hacia dónde quedaba su casa se alejaron a toda velocidad.

    Cuando finalmente se quedó solo en medio de la helada calle, Lincoln descubrió bastante sorprendido que aunque no lo dejaron exactamente frente a su casa si lo habían acercado bastante a su cuadra y que tampoco estaba solo; Leni estaba parada a su lado.

    — ¿Fuiste tú la que hizo que esos soldados sintieran pena por mí? —preguntó sin pensar antes de comenzar a caminar hacia su casa. El espectro de su hermana mayor empezó a flotar a su lado.

    El hermoso rostro del espectro Leni, aunque parecía no haber envejecido nada durante los últimos dos años en los que su cuerpo había permanecido en coma, mostraba ojeras profundas como círculos negros rodeando sus párpados. Sus ojos se veían pequeños, opacos y grises. Su pálida piel reflejaba el brillo lunar y su cabello rubio se movía libre en el aire nocturno como si fuera mecido por una potente brisa, o corriente de agua, que en realidad no estaba ahí.

    La rubia observó con gesto apático a su hermano, estudiando la cara del muchacho con detenimiento mientras él caminaba arrastrando los pies y con ambas manos metidas en los bolcillos de su sudadera.

    Ya estaban llegando a su cuadra cuando Leni finalmente respondió a la pregunta de Lincoln.

    —No hice mucho, sólo le di un pequeño empujón a aquel hombre para que actuara de acuerdo a la compasión y al respeto que ya te tenía… un pequeño empujón en la dirección correcta fue suficiente.

    Tras decir esas palabras Leni se dirigió en línea recta hacia su casa, flotando entre árboles y rejas sin detenerse y sin que le importase. Ya estando finalmente frente a su hogar, Lincoln vio a su hermana desaparecer tras atravesar la pared de uno de los costados.

    Cerrando los ojos e inhalando por la nariz y exhalando por la boca una vez, dos veces, Lincoln intentó borrar de su cansada mente todas sus recriminaciones y dudas para poder poner un rostro tranquilo tan pronto como entrara a casa… sus hermanas no sabían, ni siquiera Lucy o Lynn, a dónde había ido y prefería que las cosas se quedaran así. Entonces, tras exhalar una tercera vez y colocando su mejor cara de póker, Lincoln comenzó a subir los cinco escalones que separaban el pórtico del resto del patio pero no tuvo ni que sacar sus llaves pues tan pronto como puso un pie en el porche la puerta se abrió de par en par, cegándolo con la intensa luz que se escapaba del interior del hogar.

    Cubriéndose los ojos con una mano, el peliblanco sintió como un par de sombras, ambas demasiado altas como para pertenecerles a Luna o a Luan, se posaron sobre él evitando que la luz siguiera lastimando sus ojos.

    — ¡Mi bebé!
    — ¡Mi bebé!

    Los alaridos de sus padres, así como sus brazos envolviéndolo y dificultándole respirar, sorprendieron a Lincoln. Sin permitirle al niño moverse o reaccionar siquiera, ambos adultos lo arrastraron adentro y cerraron la puerta tras de sí. El calor reconfortarte del interior del hogar, tan diferente al viento helado que soplaba afuera en las calles consiguió que el peliblanco se sofocara más rápido y comenzara a sudar.

    — ¡¿Dónde diablos te metiste?! —le reprochó una furiosa Rita, quien comenzó a apretar inconscientemente sus brazos alrededor del cuello de su hijo.

    — ¡Estábamos muertos de preocupación! —sollozó Lynn padre mientras palmeaba incansablemente los hombros y el cuerpo de Lincoln en búsqueda de cualquier herida o rasguño.

    — ¡¿En qué estabas pensando al escaparte así en una situación como esta?! —la rubia mujer intentó acunar, con lágrimas comenzando a caer por sus mejillas coloradas, entre su pecho el rostro pálido y cansado de su hijo.

    — ¡Jovencito! ¡¿Cuantas veces te hemos dicho que debes avisarnos a dónde vas antes de salir?! ¡¿Qué crees que haríamos si te pasara algo?! —la irá llegó finalmente a la voz y al porte de su padre quién comenzó a zarandear el cuerpo del muchacho para que respondiera.

    Con el cuerpo dividido entre sus padres, Rita manteniendo fija la cabeza y Lynn sacudiendo todo lo demás, Lincoln no fue consciente de que sus hermanas también estaban en la planta baja hasta que un par de manitas suaves y regordetas se aferraron del cuello de su chamarra. Por suerte para el pobre peliblanco, ambos esposos también vieron la forma en la que Lily se colgó del abrigo de su hermano mayor y se detuvieron, aunque no lo soltaron del todo.

    Ahí estaban todas. Paradas a un lado de los padres y en un estado extremadamente similar al de los mismos, quienes pasaban de forma intermitente entre el alivio y la furia, estaban las dos mayores. Lisa y Lucy estaban sentadas en los primeros peldaños de la escalera viéndolo fijamente con los ojos hinchados y rojos, bueno, tenía que adivinar en el caso de Lucy. Lana y Lola acababan de entrar por la puerta trasera y comenzaban a dirigirse hacia su hermano a toda velocidad junto con Lynn, quién ya se encontraba en el aire a medio salto, para unirse al "abrazo" que Lynn padre y Rita le estaban dando. Y por último, aferrada a su cuello como si nunca quisiera dejarlo ir, estaba Lily con el rostro cubierto por lágrimas y moco.

    Todos estaban tan aliviados por el regreso a salvo del único hijo varón que nadie en la familia descubrió nada sobre el reportaje de "los héroes del pueblo" que se estaba transmitiendo en el noticiero del canal tres hasta la mañana siguiente.

    Sólo entonces, fue que descubrieron qué había estado haciendo Lincoln.

    -o-

    «Los policías siempre son portadores de malas noticias», pensó la inspectora McCann, de píe bajo uno de los tantos faros LED instalados alrededor de lo que alguna vez fue El Gran Central. La pelirroja estaba contemplando, unos cuantos metros alejada, a una pareja de uniformados trabajar en silencio entre los escombros. Los conocía a ambos incluso antes de comenzar a ejercer su profesión, de aquello hacia tanto… cuando su cara aún no mostraba de forma tan obvia el paso del tiempo, cuando su vida no estaba llena de una podredumbre que se deslizaba año con año cada vez más hacia su centro. Hacia lo más importante para ella.

    "Se parece cada vez más a su padre"

    La directora Rivers le había dicho eso por teléfono antes de que todo el infierno se desatara en el pueblo. Había estado inmiscuida en muchas situaciones incómodas o extremadamente complicadas en varias ocasiones, pero esta era diferente. El paisaje que se alzaba ante ella le reveló ese hecho.

    — ¡Amanda, nos vamos; sí es que había un laboratorio escondido aquí ya fue destruido junto a todo lo demás! —le gritó el policía de color, su pareja, la mujer gorda y mal encarada se limitó únicamente a levantar una de sus manos enguantadas a modo de despedida.

    Amanda McCann los escuchó empacar sus cosas. Escuchó su patrulla, y las de sus hombres, marcharse. Escuchó su respiración entrecortarse a causa del llanto que se negaba a dejar salir.

    Bajó sus ojos para que los pocos peritos que aún quedaban cerca no vieran esas pocas lágrimas caer y también para ver sus manos callosas, sus palmas ásperas tras años de ejercer como inspectora, manos fuertes pero que le impedían hacer cualquier cosa "hogareña" con cierta destreza. Sus manos estaban adormecidas y temblando por el continuo esfuerzo.

    La búsqueda de ese último laboratorio había exigido demasiado de ella. Los que estaban detrás de todo eso habían sido más hábiles y rápidos de lo que ella suponía. Aún debía meditar sobre sus propias teorías acerca de la forma en la que operaban o en la forma en la que se ocultaban incluso de alguien como Ella… que ciertamente había sido de gran ayuda en las ocasiones anteriores y que en esta ciertamente había estado cerca de lograrlo una vez más, pero no lo había logrado al final. Ella, cuya mente lograba leer la de cualquiera como si de un libro abierto se tratase y que a pesar de esa poderosa cualidad no había logrado encontrar nada ahí debajo. A los que buscaban habían logrado escapar. ¿Qué es la vida, sino una serie interminable de pequeñas victorias y de fracasos colosales? ¿Qué otra cosa podía hacer sino confiar en esta nueva aliada? ¿Rendirse?

    Nunca se había rendido.

    Lo único que tenía, a falta de nuevas pistas, eran sus propias recriminaciones: "Si hubiera hecho esto en lugar de lo otro." "Si hubiera podido evacuar el centro comercial antes de entrar a investigar." "Si Ella me hubiera dejado morir aplastada en lugar de salvarme en el último momento, cuando aún había la posibilidad de encontrar algo…"

    Los ojos volvieron a llenársele de lágrimas tan sólo con recordar todas las oportunidades desperdiciadas. Lágrimas gruesas y respiración irregular. Agitada. Como una niña pequeña recién regañada por sus padres al haber intentado correr lejos.

    ¡Zoom!

    Un silbido de aire desplazándose a gran velocidad reverberó por encima de sus respiraciones aceleradas y por sobre su cabeza.

    La inspectora McCann lo conocía demasiado bien; era la carta de presentación de su "fuente secreta" tendría que calmarse si es que quería mantener aunque fuese las apariencias con Ella.

    Sacó un solitario chicle blanco de una tableta de su bolsillo con uno de sus callosos dedos. El sabor a menta no logró calmarla completamente como otras veces más sin embargo sí logró devolverle un poco de quietud a su respiración

    Tras mascar un par de veces logró recuperar la calma al menos en apariencia. Tantas conjeturas, tantas recriminaciones y lamentos eran un desperdicio de actividad cerebral.

    Entonces descendiendo desde una gran altitud, Ella aterrizó de pie, o al menos en el equivalente a "pies" en su extraña anatomía, justamente sobre la zona en la que Highsmith y Foster habían estado hacia tan solo minutos.

    — ¿Has descubierto algo? —a pesar que sabía que no era necesario articular palabras cuando "hablaba" con Ella, la inspectora McCann hizo la pregunta en voz alta. Necesitaba hablar.

    «Aun nada.» dijo la voz psíquica, algo ronca y aguda pero que ahora le resultaba tan familiar, fluyendo de la mente de Ella a la de la inspectora McCann. «Pero descuide, sólo han pasado dos días desde el derrumbe de la plaza. No creo que puedan instalar otro laboratorio clandestino en tan poco tiempo.»

    — ¿Sólo dos días, dices? Ya ha transcurrido más de una semana desde que desmantelamos los laboratorios en las afueras. Seis meses desde que empezamos a trabajar juntas por la secta de Great Lakes… ni siquiera me atreveré a adivinar cuanto tiempo ha pasado desde que los que están atrás de esta nueva droga comenzaron a maquinar sus planes —sin embargo la inspectora McCann sí tenía una fecha en la que sospechaba que todo había comenzado y estaba tan segura de su teoría como cuando intuyó que su hijo se había metido en otro problema en la escuela tan pronto como recibió el citatorio. Las relativamente recientes elecciones y los cambios tan extraños de los funcionarios públicos. La forma en la que se aprobaron reformas que favorecían a ciertas compañías de transportes de materiales peligrosos. Todos los obstáculos burocráticos que habían tenido que evitar y sortear, la mayoría impuestos por la misma Amanda Waller… quizá todo esto se trataba de la decisión de una mujer poderosa que había intercambiado ciertas sustancias secretas con ciertas organizaciones ilegales por una dosis extra de poder.

    Sí, la inspectora McCann sabía cuál era la verdadera magnitud de este complot, pero por la simple expresión incrédula que puso Ella después de haberle leído la mente sabía que los demás, incluso los policías a los que conocía tan bien, se resistirían a la horrible verdad.

    —Mira, sé que acabas de leerme la mente y por tú expresión sé cuál es tú opinión de mis teorías pero hasta el día de antier no habían fallado nunca, así que te pediré que dejes de juzgarme en silencio y digas algo.

    «Yo no la juzgo. Sólo venía a decirle que cómo no encontré nada fuera de lo común y puesto que ya es algo tarde, me retiraré por hoy.» La boca de Ella, delgada y sin labios, se abrió hasta un límite inhumano y una de sus zarpas se movió perezosamente hacia su rostro para cubrir el bostezo. «Le recomendaría que usted hiciera lo mismo, inspectora McCann.»

    Las palabras psíquicas se detuvieron tras un nuevo bostezo cansado, dejando bastante aturdida la mente de Amanda McCann.

    Sin decir nada más, Ella se elevó un par de centímetros del suelo antes de volverse invisible y alejarse volando a toda velocidad; justo como hacía siempre que dejaba de hablar con los policías Highsmith y Foster o con ella.

    La criatura voló rápido y en silencio apenas más alto que la mayoría de los edificios de la zona antes de descender en medio del patio trasero de una de las tantas casas deshabitadas en la avenida Franklin. Tras buscar bajo las ramas llenas de espinas de uno de los tantos arbustos del lugar sacó un par de zapatillas blancas, un overol de mezclilla deslucido y una vieja gorra roja.

    Entonces, cuidando que nadie en los alrededores la viera y ayudándose del reflejo de una charca congelada, la criatura comenzó a esculpir su rostro duro y anguloso hasta darle la apariencia suave y redonda de la cara de una linda niña que apenas iba a cumplir los nueve años. Lo mismo hizo con el resto de su cuerpo antes de abandonar aquel hogar deshabitado, cruzar la calle y saltarse la barda del molesto señor Grouse para llegar a su propia casa. No había hecho ningún ruido por lo que sin problemas podría entrar sin llamar la atención y…

    — ¡¿Se puede saber a dónde diablos te fuiste, Lana?! —Ladró Lola desde la puerta trasera tan pronto cómo vio a su gemela terminar de saltar la barda del neurótico vecino de al lado, sorprendiendo a la pobre fontanera y a todas las ardillas a dos kilómetros a la redonda—. ¡Te largaste por horas! ¿Acaso te metiste en problemas?

    La pequeña diva estaba cruzada de brazos en el portal de la puerta trasera. Por su expresión más enojada de lo normal y por la especial tonalidad rojiza de su rostro, Lana no necesitó leerle la mente para saber que estaba a un pequeño empujoncito de explotar en cólera.

    — ¿Qué…? ¿Problemas? ¿Problemas yo? ¡No, claro que no! —debido al susto que le había dado la reina de belleza, Lana estuvo a punto de perder la concentración y con ello su apariencia "normal"—. Sólo salí un momento para respirar un poco de aire fresco y poder…

    —Pues espero que haya valido la pena tú "aire fresco" porque tuve que cubrir tú ausencia por casi cuatro horas ¿sabes que tan difícil me fue enlodarme y hurgar en la basura junto a Lily durante cuatro horas? —temerosa de su reacción, Lana abrió la boca para responder pero Lola no se lo permitió—, fue horrible… así que espero que realmente te guste hacer tarea porque estarás haciendo la mía por las próximas cuatro semanas y ni creas que Lincoln te va a salvar esta vez ¡¿Me entendiste, mujer?!

    Intimidada por el tono de voz de Lola, Lana sólo alzó las manos y sonrió apenada con la esperanza de tranquilizar a la otra rubia… no funcionó. Más enojada que antes, si algo así era posible, la reina de belleza dio un pisotón y señaló con una de sus manos al interior del hogar, ordenándole a su hermana dos minutos mayor que entrara a la casa inmediatamente.

    Dentro del hogar Loud se empezaban a escuchar los gritos iracundos de Rita y los sollozos de su padre.

    -o-

    Oculto entre las sombras que ofrecían los escombros de un edificio cercano, él vio como la inspectora hablaba con una criatura verde cuyo cuerpo le recordaba vagamente al de una mantis religiosa. Las vio discutir por unos momentos hasta que aquella cosa verde, no sabía cómo o por qué pero sabía que era una Ella, se alejó volando. Casi media hora después la inspectora McCann se fue junto con los últimos peritos que se habían limitado únicamente a cercar con cinta la vieja plaza.

    Sólo entonces fue que se acercó a los escombros de lo que fue el edificio más conocido de la alcaldía.

    El fuego ardía por todas partes. Los saqueadores campaban a sus anchas. Benny Stein miró a su alrededor con el deseo de entrever una vez más el antiguo local bancario de sus padres. Tal vez incluso la plaza bulliciosa que alguna vez había ocupado la manzana completa.

    Pensó en Luan Loud, su novia, que según sabía en esos precisos momentos estaba caliente y segura en su hogar rodeada por toda su familia al otro lado del pueblo. Y, de alguna manera, pensar en ella y en su situación le provocó un gran malestar y coraje. Nada le había sucedido a ella ni a su familia ¿Qué su hermano había desaparecido durante todo el día de hoy? ¡Eso no era nada si lo comparaba con lo que él había perdido! A sus padres, el negocio familiar, su hogar… ¡TODO! ¿Y qué había dicho Waller, la propietaria del edificio que había colapsado arrebatándole todo? Nada… no había dicho nada, sus padres habían muerto y esa maldita ni siquiera le había dirigido la palabra en dos días.

    Se escuchó otro accidente de tráfico. Disparos en la distancia, alarmas sonando con insistencia, de coches o de edificios, todas ellas sin respuesta. Los alaridos que desgarraban la noche eran los últimos gritos de personas que al igual que él, lo habían perdido todo. Los saqueadores que se llamaban a sí mismos "funcionarios públicos" no sólo habían robado el dinero y propiedades a los buenos ciudadanos, también se habían apoderado de sus vidas. No servían al pueblo… se servían del pueblo.

    Consumido por la prepotencia, dejó caer con fuerza y repetidamente uno de sus pies sobre lo que él creía era un simple pedazo de escombro plano y rectangular hasta que el pedazo de concreto quebradizo cedió bajo sus pies, haciendo que el joven judío callera en un pozo oscuro y lleno de polvo. Una vez que la humareda se aplacó a su alrededor, Benny descubrió que no había caído en un simple pozo, estaba en lo que quedaba de una de las tantas entradas al sótano de la Gran Central. Por lo que podía ver aquellos pasillos subterráneos se habían mantenido mayormente intactos a pesar del derrumbe. Aquello no era una coincidencia. A sus ojos llenos de rencor, nada de esto era una casualidad: no lo era el ataque de los monstruos ocurridos hace dos días, no lo era la recesión económica que forzó a sus padres a trabajar hasta tarde, ni el que la maldita de Waller se hubiese salvado de todo con apenas unos rasguños. Se trataba de un efecto dominó.

    Sin otra posibilidad para escapar de aquel lugar subterráneo que la de encontrar una escalera que lo regresara a la superficie, Benny estiró sus brazos hacia los lados hasta que una de sus manos logró tantear una de las paredes. Entonces con una mano siempre tocando la pared a su izquierda y con la otra estirada enfrente, el joven comenzó a deambular casi a ciegas en la oscuridad de los pasillos del sótano.

    Segado por su propio sentimiento de prepotencia y desamparo, el joven nunca notó como la pared a la que se mantenía cerca cambiaba bajo la palma de su mano de la lisa pared de cemento frio con la que se delimitaban los muros del sótano a una textura más cruda y apresurada; el derrumbe de la plaza sobre su cabeza había abierto una entrada que la inspectora McCann aún no había visto.

    El pobre Benny nunca notó que algo iba mal hasta que su mano desnuda chocó con una tubería aferrada a aquella nueva pared. Desesperado como estaba, su mente confundió aquel caño con la manija de una puerta… así que tiró con todas sus fuerzas, desgarrando el tubo, cayendo sobre su trasero, y provocando que una ola de un vapor extraño lo golpeara a toda presión en el rostro.

    Adolorido, aterrado y atolondrado a causa del extraño gas, Benny se alejó dando tumbos sin rumbo fijo. Fue por pura suerte que sus pasos erráticos y descuidados lo llevaran al agujero del que había caído al inicio.

    Un poco más aliviado al sentir la luz del cielo nocturno iluminando sus alrededores, Benny se sentó, cubriéndose la cara con una mano, esperando a que desapareciera aquella sensación de aturdimiento que no lo abandonaba desde el incidente con la tubería… pero algo más llamó su atención; la piel debajo de sus dedos se sentía extraña… ¡la piel de su rostro se sentía extraña, casi como plástico barato!

    Sin nadie que lo tranquilizara o lo ayudara, Benny se quedó debajo del Gran Central, alimentando su odio hacia quienes creía habían arruinado su vida hasta que encontró, por pura casualidad, una salida de aquel lugar.

    Lo lamento, pero este AU de superhéroes queda completamente cancelado.

    A mediados de Marzo del 21 (o quizá fuera a principios de Abril) justo cuando estaba empezando con la publicación de la tercera parte de este proyecto "The Thunder's Path" llegó a mi correo personal una carta de cese y desista escrita en inglés exigiendo de la forma más cortés de la que yo tenga memoria que abandone la publicación de dicho fanfic.

    Este texto venía sellado con los logos de la Oficina de Gestión de la Propiedad Intelectual (un instituto mexicano) y con el de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y tras mucho investigar llegué a la conclusión de que se trataba de un documento legitimo y no un fraude.

    Realmente tardé meses en verificar la validez de esa amenaza (mi hermana es doctora en derecho) y tardé un poco más en obtener una respuesta de los finísimos abogados que me habían contactado en primer lugar ¿no sé supone que escribir fanfic es completamente legal?

    Resulta que una persona había subido mi historia "Así sea en la tierra..." sin mi conocimiento ni permiso a una página señuelo en la cuál se obtienen ganancias económicas en proporción a la cantidad de personas que la leyeran y fue justamente por eso que los abogados de DC comics dieron con mi historia.

    En fin, después de hoy no volveré a tocar este tema y espero que publicar esta despedida no me acarree más problemas, pero ¿por qué digo todo esto ahora si el problema fue en Marzo del año pasado?

    Hago esto para no dejar la historia incompleta, sé que a ustedes no les importa pero yo no soporto cuando las historias abandonadas se quedan sin final... así que al menos quiero poder decirles como hubiese continuado con este proyecto de haber podido.

    To the Thunder's Path:

    La historia estaba escrita en pequeños arcos de 3-4 capitulos cada uno, en los tres primeros arcos Lincoln-"Thunder" y Lana-"Extraterrestrial Inspector" (sí, así planeaba que los medios llamasen al alter ego de la mini fontanera rubia) detendrían a algunos villanos que se formarían como respuesta directa al desastre que dejaron los Enemigos Mortales del Hombre y de la fuga de "Veneno" (la sustancia verde fluorescente) que estaban investigando los policías y la inspectora McCann cuando el ataque sobre la plaza Gran Central inició.

    1)Benny/Toyman: Tras vencer a este tipo que enloqueció y se deformó tras una gran dosis directa y accidental de Veneno sin refinar, tanto Lincoln como Lana entran a la mirada publica como superhéroes, dejando de ser un secreto.
    Thunder intercepta la camioneta negra sin placas en la que viajaban Carl y Frida Casagrande. La inspectora Amanda McCann (un OC mío y madre de Chandler) empieza a volverse paranoica. Tendríamos también a la primer linterna en aparecer: Mi OC el oficial de policía Peter Highsmith como Linterna Índigo

    Mientras que Lincoln y Lana se consagran como héroes y empiezan a trabajar juntos (ninguno sabe la identidad secreta del otro) Lucy intenta ayudar a su familia con los problemas económicos que empiezan a agravarse pues nadie visita el restaurante de Lynn Sr debido a que el pueblo entero se encuentra casi en ruinas y tras mucho insistirle a la dueña, una mujer alta y pelinegra, nuestra loli gótica consigue trabajo en la nueva librería del pueblo "Azarath". Ambas pelinegras congenian sorpresivamente bien y con el tiempo se forma un lazo de fraternidad entre las dos.

    2)Bernie/Captain Nazi: Sintiendo la revelación publica tanto de Thunder como de Extraterrestrial Inspector como un desafío directo a su control, y por lo tanto a la seguridad nacional, Waller contacta con un antiguo fanático Nazi y experto en combate cuerpo a cuerpo; el viejo Bernie.
    La mujer le da al anciano una sobredosis de Veneno, volviendo al octogenario en una mole de furia y músculos capaz de rivalizar con la fuerza de Thunder y superarlo en cuanto a habilidad marcial.
    Lisa logra establecer una relación de mutuo beneficio con Mr. Mind, y la oruga convence a la castaña de empezar a estudiar los poderes de Lincoln ¿y que mejor forma de hacer eso sino pasando mucho tiempo juntos?

    3)Taylor y Chandler/Ibac y Sabbac respectivamente: Mientras pierden el tiempo paseándose por los pocos negocios de ocio que siguen abiertos en el pueblo, ambos gamberros son engañados por un nativo americano canoso y de piel roja quien les promete poder y sabiduría.
    Sin control sobre sus acciones una vez transformados, Taylor y Chandler comienzan a destruirlo todo. Sólo Lucy sabe como detener la maldición (pues por extraño que suene, la magia que los afecta le resulta familiar) y se propone a remediar la situación antes de que Lincoln tenga oportunidad de transformarse... pues sabe cual sería la solución a la que llegaría él; asesinar a ambos.
    También descubrimos que Lynn es parcialmente poseída por un demonio al que le gusta mucho hablar en rima y escupir fuego, esto es así porque Lucy no tenía magia suficiente para curarla tras su combate con los Enemigos Mortales del Hombre por lo que usa el poder de Etrigan para lograr salvarla.

    Y tras eso sería "el primer año" (los primeros 14 capítulos que ya había logrado escribir pero que nunca verán la luz del día, Lincoln cumple 15 años).

    Mr. Mind: Tras tantos meses estudiando
    a su hermano, Lisa descubre que el albino empieza a desarrollar habilidades físicas y mentales que sólo un prodigio debería poseer. Ambos, ella y la oruga, llegan a la conclusión de que los poderes de la Roca de la Eternidad empiezan a influir levemente en el cuerpo de Lincoln sin la necesidad de que este diga la palabra mágica.

    Trigon: Un día, Lincoln va a recoger a Lucy a la librería dónde ella trabaja y el albino se encuentra cara a cara con el esposo de Angela Roth (la jefa pelinegra de su hermana pelinegra), descubriendo en el acto que el anciano esposo posee un poder mágico inconmensurable y que no es humano... también descubre que Angela está atada mágicamente al tipo... como si ella hubiese sido una especie de sacrificio ritual.
    El hombre también reconoce el poder de la Roca de la Eternidad dentro de Lincoln por lo que le explica que no quiere problemas en ese universo y sólo busca vivir una vida humana en paz por primera vez en su existencia. Para comprar su silencio, Trigon le regala a Lincoln un misterioso anillo naranja.

    Lincoln mismo, al aprender de su hermanita Lisa que conforme más tiempo pasa transformado en Thunder se hace más inteligente y más capaz físicamente (y recibiendo influencia del anillo naranja), empieza a faltar a algunas clases de su escuela y tras amenazar tanto a Taylor como a Chandler con revelarle a todos que ellos eran Ibac y Sabbac empieza a planear negocios que le permitan ganar más dinero del que podría ganar jamás con apuestas arregladas o con carteras robadas.

    Professor Chang: Sería aquí cuando volvemos a saber de Ronalda-"Diablo" quién ha pasado casi dos años siendo entrenada como un espía-soldado por Amanda Waller y drogada-modificada para ser más capaz físicamente que cualquier ser humano normal por su padre. La única persona en la que Ronalda puede confiar es en la Doctora Chang, una científica de los inicios de la China Comunista quien, a pesar de ser una anciana con más de 100 años, se ve físicamente como una adolescente asiática más... una alegre adolescente llamada Sid que le enseña a meditar y a controlar sus poderes de piroquinesis.

    Acaba el segundo año (Lincoln cumple 16)

    L. Luthor: La primera misión en solitario de Ronnie es investigar la desaparición del fondo de retiro de todos los ciudadanos de tercera edad de un pequeño pueblo de Michigan... Royal Woods, pero tras las primeras horas de pánico todo el dinero regresa a sus propietarios y el banco se escuda diciendo que sus sistemas sólo habían sufrido un ligero contratiempo. Lincoln está detrás del fraude, usando una computadora modificada que le roba a Lisa, el albino hackea el sistema de los bancos y le roba a todos los ancianos una pequeña cantidad la cual invierte en acciones ilegales con un alias falso, "Luthor", antes de devolver la cantidad inicial y quedarse él con las ganancias.

    The Question y Suicide Squad: Usando todo lo aprendido durante su encierro y entrenamiento forzoso, Ronalda contacta con la inspectora McCann y le da información sobre el origen del "Veneno" y quién lo produce a cambio que la inspectora ayude a liberarla del control de Waller.
    Waller lo descubre todo y transfiere a Ronnie Anne a un reformatorio juvenil que sirve como tapadera para manejar a otras personas con poderes, es en este punto cuando le ponen un collarín explosivo y la asignan a un batallón para misiones suicidas. Al quedarse sin trabajo y al ver lo que sus acciones e indagaciones le provocaron a su hijo Chandler, Amanda McCann se vuelve aún más paranoica y adopta el alias de "Pregunta" antes de abandonar a su familia.

    Star Sapphire: Stella, quien ha estado
    enamorada de Lincoln desde los 13 años, tras ser rechazada por su mejor amigo en favor de Jordan Chica, logra atraer con su pasión y deseos adolescentes no correspondidos un anillo de poder violeta, el cual la consume y la usa como una marioneta.
    Una Stella despechada y loca de deseo ataca la escuela primaria dónde supuestamente tendría que estar Lincoln recogiendo a sus hermanas menores... pero el albino no está ahí pues está estafando a la acaudalada familia de Jordan usando su alias. Así que el ataque deja atrapadas a las gemelas y a una inconsciente Lacey St. Claire en el sótano de la caldera a punto de colapsar; Lola tiene uno de sus pies atrapados pajo escombros y Lana no puede transformarse en su alter ego pues la caldera desprende mucho fuego y calor (el calor es la debilidad de los marcianos en este HeadCanon). Viendo que su hermana no puede salvarlas a las dos, Lola decide sacrificarse para que Lana pueda salvar a Lacey y es ese gesto de verdadero amor el que provoca que el anillo violeta abandone a Stella y transforme a Lola en una Linterna Violeta.
    También vemos a otro OC mío, Pamela Foster, obtener un anillo amarillo.

    Lo que le pasa a sus hermanas menores sirve para que Lincoln caiga en cuenta que el anillo naranja lo ha transformado en un monstruo egoísta, mezquino y codicioso.
    Buscando arreglar su relación con sus hermanas y aprovechando su recién conseguida influencia económica, Lincoln logra con su alter ego que Mick Swagger toque en un concierto local junto con Luna y Sam. Dicho concierto es un éxito y se empieza a hablar de una "gira en conjunto" ambas mujeres están tan felices que organizan una fiesta para celebrar y al finalizar la noche ambas están ebrias e inconscientes, Luna termina desmayada en el sillón de su cuarto de hotel y Sam dentro de las cobijas de Lincoln con el albino mismo a su lado.

    Acaba el tercer año (Lincoln cumple 17)

    Parasite: Waller sigue desconfiando de los super, y cómo ahora son más que en el inicio, sus métodos también se vuelven más radicales.
    Usando una nueva variante del Veneno, el enloquecido, mutado y encarcelado Bernie es transformado en una criatura sin razón, con poderes aún mas intensos que los que tenía anteriormente y una hambre insaciable de energía. Esta cosa sin conciencia se libera de su cautiverio y ataca una ciudad. Los héroes que aparecen en capítulos anteriores se unen para enfrentar esta nueva amenaza, incluido un Adrien-"Linterna Verde" (el personaje de Underrated obtiene su anillo gracias a mantener su voluntad tras años luchando con su enfermedad).

    Hasta aquí tenía planeada de forma concreta toda la historia, lo que sigue aún no estaba bien vislumbrado.

    Los puntos a los quería llegar pero no pude estructurar con claridad eran:

    Lucy descubre que ella no es Lucy Loud, pues Rita pierde al bebé-Lucy a mediados de agosto del 2007 (casi dos meses antes de la fecha esperada para el nacimiento) así que dolida y deprimida viaja junto a su esposo al convento dónde había adoptado a Lincoln tres años antes y encuentra a la bebé pelinegra que todos conocemos en esta historia como Lucy. La madre de esa niña es Angela Roth, quien la abandona en una caja dentro de un bote de basura para que muera, todo esto por miedo a lo que las profecías anuncian que haría Trigon, su esposo el indio de piel roja, de llegar a tener contacto con ella.

    Leni despierta del coma, siendo ella la única quien conoce las identidades secretas y debilidades de todos los personajes. Cansada de la vida pasiva que ha llevado desde pequeña, decide aliarse económicamente con su hermano para abrir un pequeño-no-tan-pequeño bar/salón en el corazón de la ciudad Great Lakes llamado "Midnite" desde el cuál se convierte poco a poco en una señora del crimen a la vez que se posiciona como la principal aliada de Ronnie Anne en la lucha contra el mal.

    Lincoln lucha con la influencia que el anillo de poder naranja tiene sobre su actuar hasta que Luna se entera que Sam está embarazada de él, tras el enfrentamiento de hermanos en el cual todos parecen estar del lado de Luna, Lincoln se va de casa y se cambia el apellido para adoptar su alias... convirtiéndose con los años en el magnate sin escrúpulos L. Luthor.

    Tras una misión, Ronalda descubre que Sid Chang, su amiga y maestra, es la verdadera Hermana Sangre y que la ha estado preparando para convertirla en la siguiente líder de la Iglesia de la Sangre y que la hermanita de Sid, Adelaide, se rebelará como un usuario del anillo rojo desde 1940.

    Quería que Lily llegase a convertirse en la ultima Linterna, una Linterna Azul y que sólo a través de ella Lincoln encontrara parcialmente la redención.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso