The Six

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Arleet, 27 Agosto 2011.

  1.  
    Arleet

    Arleet Fanático

    Aries
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    9 Julio 2010
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    1,102
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    The Six
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1586
    El sol había ocultado sus rayos y la luna se mostraba presente en el cielo, las estrellas adornaban el universo y su resplandor se reflejaba en el lago del jardín real. Las rosas, ubicadas a los costados, brillaban como pequeños diamantes a causa del rocío que hace pocos momentos había caído; la paz de ese pequeño lugar era absoluta.

    Mis pasos eran lentos y cuidadosos, no me podía permitir hacer ruido en un lugar como este sabiendo lo que mis amos estaban haciendo a solo unos cuantos metros. Mis sentidos estaban alertas, nada ni nadie tenían que interrumpir a los señores… pero parecía que alguien no lo sabía.

    Me moví lo más rápido que pude tratando de localizar a esa persona en especial, que quería interrumpir la quietud y armonía. No pasó mucho hasta que lo encontrara, era una joven mujer de no más de quince años con el cabello y ojos negros como la noche, vistiendo unos pantalones y blusa azules.

    —¿Quién eres?- la miré desde lo alto de un árbol, su cabeza se movió rápidamente. Podía ver que estaba asustada por hacer sido descubierta, ¿acaso pensó que pasaría de largo sin verme antes a mí?
    —Mmm… Bu-bueno… yo-yo soy Ruka- tartamudeo.
    —Ruka ¿qué puedo hacer por vos?
    —Ne-necesito ver a Okita-sempai.
    —Ya veo… ¿tienes cita?

    Su cabeza se movió negativamente, mientras un gran sonrojo se hacía presente… ¿y que se supone que debía hacer? Ella estaba ocupada, muy ocupada con todas las correcciones y pedidos que recibía a diario. Vi en sus ojos que en verdad no era urgente, pero seguramente quería tratarlo con ella en especial; suspiré, no tenía remedio.

    Salté del árbol y moví mi mano derecha en una simple señal para que me siguiera, caminamos entre el pequeño bosque y rodeamos algunos arándanos, saltamos charcos y atravesamos una que otra puerta secreta. Cuando parecía que la niña a la cual escoltaba iba a desmallarse por el cansancio, una hermosa y resplandeciente luz nos alumbro el camino.

    Era un pequeño toldo de madera blanca, con rosas rojas alrededor y una pequeña enredadera por toda la superficie. Este se encontraba al lado de una pequeña pero refrescante cascada, en su interior tenía una mesa de madera al igual que seis sillas; cada una de ellas utilizadas por cada uno de los amos del lugar. Y cada uno de ellos con sus laptops en mano, tecleando y leyendo rápidamente todo lo que encontraban.

    Camine lentamente hasta ellos y dando una pequeña reverencia, hable lo más calmadamente posible.

    —Disculpen la interrupción, pero hay alguien que desea hablar urgentemente con la señorita Okita-sempai.

    Cinco cabezas se movieron a la izquierda, más exactamente en la silla del costado; donde una joven castaña mostraba una gentil sonrisa. Está dejó lo que hacía y se paro, mientras se acercaba a la pequeña que durante todo este tiempo estuvo escondida tras mi espalda.

    Se pudo observar como las dos se alejaban un poco de nosotros para poder hablar más tranquilamente, mientras yo procedía a pararme correctamente a la espera de Ruka-san.

    —Vamos ¿Por qué no te dejas de formalidades? Estamos los siete solos, nadie te vera hablando tranquilamente con nosotros si eso es lo que te preocupa- cuestiono Heros-sempai mientras se reía tenuemente. Solté un pequeño suspiró y relaje mi postura, cruzando los brazos.
    —Sabes que no estoy acostumbrada a hablar mucho con ustedes, casi siempre estoy cuidando la entrada.
    —Y es por eso que no tienes una vida Kyoko- contradijo Kobato-sempai, en cierta forma tenía razón.
    —Por cierto, ¿Cuántas veces te dijimos que descanses un poco, que te tomes uno o dos días libres? ¡Todo lo que haces es estar en ese bosque de copa en copa!- negó con la cabeza Koto-sempai. Sonreí, ¿acaso podía haber personas más amables?
    —Vamos no te quedes ahí parada, siéntate un momento con nosotros. Creo que Okita tiene para rato- alegó Blackrose-sempai mirando divertida como esas dos hablaban y se contradecían entre ellas.

    Miré la silla a dos metro adelante, y luego miré a los que me habían pedido que la usara. Posé la mirada en cada uno de sus ojos y ninguno mostraba malicia, por lo contrario cada uno de ellos estaba lleno de bondad, amistad, generosidad y compañerismo. Agrande mi sonrisa y me senté en el asiento que me proporcionaban, mientras veía como dejaban sus maquinas en la mesa, al frente suyo.

    Fruncí el seño, mirando el trabajo de cada uno en la mesa. No podían dejarlo solo por mí, ¡era insólito!

    —No empieces otra vez con lo del trabajo Kyoko. Esto es algo que lo podemos y queremos dejar por un momento, si eso significa que conversaremos un poco con voz; hace mucho que no te vemos o tenemos una charla- y Kentaurus-sempai daba su ataque antes de que pudiera abrir la boca. Puede que tuviera razón, pero igual no me gustaba que dejen su trabajo.

    —Pero es su trabajo, no lo pueden dejar o se atrasaran.
    —Siempre nos dices eso y siempre te decimos lo mismo, esto no es trabajo es algo que nos agrada hacer y vos misma lo sabes, aparte de que nos parece algo hermoso de hacer- replicó Blackrose-sempai.

    Solté una vez más un suspiró, no podía hacer nada con ellos. Siempre era lo mismo, por eso casi nunca los molestaba… aunque según ellos no era una molestia pasarse a hablar un momento.

    Dos horas después…

    —¡Oye! No es mi culpa que vos te cayeras, ¡pudiste haber puesto tus manos!- se defendió Koto, mientras los demás nos reíamos de Heros. El pobre estaba algo rojo, ¿vergüenza?
    —¿Y se acuerdan cuando esa niña tiró el pastel que le iba a dar a Okita sobre Kenta? ¡Su cara era todo un poema! Parecía que iba a explotar en cualquier momento- rió Blackrose. Era muy divertido estar con ellos, siempre había algo que contarse y siempre terminaba en risas.
    —No fue tan divertido- murmuro Kenta recordando lo sucedido hace una semana.

    Era muy lindo estar con ellos, pero al igual que ellos yo también tenía trabajo que hacer. Observe mi reloj y observe como Okita y Ruka-chan volvían de su amena charla, me pare de la silla y sacudí mis pantalones alisando las inexistentes arrugas.

    Miré una vez más a las cinco personas frente a mí, sus ojos mostraban un poco de tristeza al verme parada lista para irme y volver quien sabe cuándo. Sus labios trataban de mostrar una sonrisa tranquila, pero se veía claramente que no estaban para nada contentos ni felices. Les sonreí y antes de que apareciera Ruka-chan les dije:

    —No se preocupen, cuando tenga tiempo me daré una pequeña vuelta por aquí. Por ahora tengo que llevar a Ruka-chan devuelta al instituto.

    Sus sonrisas por fin fueron sinceras y sus ojos se llenaron de ese brillo sutil pero hermoso como ellos mismo. Volví a mi postura formal y escuche las pisadas de Okita y Ruka-chan.

    —Muchas gracias, en verdad me ayudaste- hablo la azabache.
    —No te preocupes, fue muy agradable hablar con vos y poder ayudarte en lo que necesites- respondió la susodicha.

    Cuando llegaron hacía nosotros, le sonreí a nuestra sensei.

    —Fue agradable pasarse por aquí, pero tenemos que retirarnos Okita-sempai- y cuando lo dije, un pequeño suspiro seguido de un pequeño y casi invisible puchero aparecía en sus labios. No eran muy seguidos, pero siempre los hacían cuando algo que querían no era posible; sonrío enseguida mientras se dirigía a su silla.

    —Espero que vuelvas a visitarnos algún día de estos.
    —Por supuesto.

    Les sonreí a todos, a los seis dueños de la academia FanFicsLandia, a los reyes, amos y señores como le llamaban todos los estudiantes. Ellos eran los encargados de ayudar a los futuros escritores, de guiarlos y aconsejarlos, eran los encargados de dar los premios cuando se lo merecían y de agradecerles cuando se graduaban. Eran amables y generosos, bondadosos y amistosos, eran amigos de todos y profesores de cada uno de nosotros; eran todo lo que uno pudiera imaginarse y más… por eso todas las personas inscriptas en la academia los querían y respetaban.

    Por eso yo los respetaba.

    Agarre la puerta que separaba los dormitorios de la academia y los de ellos, los admire una vez más y la cerré. A la espera de que alguien más quiera verlos y poder hablar con ellos. Era algo que ansiaba hace ya mucho tiempo.

    ___________________________________________________________
    Espero que les allá gustado, lo hice para cada uno de ustedes, para los administradores, para los guardianes, para las personas que se ocultan tras una máscara superior. Esas que nos ayudan cada vez que tenemos un problema, en lo laboral y en lo familiar. Muchas gracias Kentaurus, Okita, Koto, Heros, Blackrose y Kobato.
     
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  2.  
    Kobato

    Kobato Guest

    Estás haciéndole OoC a Blackrose.
    Ok, no. xD

    Awww, que lindo, me gustó, fue bastante original poner a FFL como una academia y fue bastante amena la lectura, aunque tuviste fallos de ortografía, en el 'vos y voz' y el 'haya y allá' entre otras cosillas que no recalcaré ahora; Ps, realmente fue bastante lindo y ameno, debería haber una continuación -?- sería divertido. :3

    Gracias, saludos.
     
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  3.  
    Arleet

    Arleet Fanático

    Aries
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    Seee... sobre el OoC, no estaba segura sobre las personalidades en si de ustedes. No estaba muy segura de como ponerlos, si eran serios o más bien charlatanes o esto y lo otro... y bueno xD, no quisé hacerlo bueno no se si lo hice .
     
  4.  
    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

    Piscis
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    Yo sería más cruel, soy cínica para burlarme de la gente :´D fue lulz el fic.
     
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  5.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Me fascinó. Me reí al imaginarme a Kenta con pastel en la cara.
    Yo también pense en Ooc en black.
    Muy, muy original tu escrito. La verdad dejemos de ver las cosas de lejos. Estan cerca, aqui, dispuestos a ser amigos.
    Seria bueno continuidad, toma a los participantes de la discu te los presto. ^^

    Errores pocos, y la escritura fue muy amena. Facil de llevar y entretenida.
     
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