The last of them

The Last Of Them Parte 1
Capitulo 1: El más apto

Simplemente corrí. Veía a esas cosas perseguirnos, a mí y a más gente, que no conocía, y solo...solo...corrímos. La gente pedía ayuda, y solo corrímos. No podeís imaginaros lo mal que me sentía al dejar personas morír de una manera cruel. Yo y más gente nos refugiámos en una casa abierta. Por suerte, no había ningún loco de esos. Éramos 7, nos presentamos.

— Hola, me llamo Joel, tengo 27 años y soy informático. — Dije. — Estába en mí oficina, y salí del despacho, y ví a una de esas cosas comerse a mis compañeros. Me fui de allí sin pensárlo, al igual que los demás compañeros.

Los demás también dijerón sus nombres.

— Me llamo Emilio, tengo 35 años y soy obrero de construcción. Estába construyendo un chalet junto más obreros, y al parecer uno se transformó en una cosa de esas y empezó a atacarnos. Pocos conseguímos salír de allí.

— Buenas, mí nombre es Phil, tengo 41 años y soy mecanico. Estába en mí taller, y mí ayudante me dijo que alguién se estába peleando fuera. Cuando salí, esas cosas se estában merendando a mi ayudante.

— Hola...me...me llamo Amy, tengo 30 años y soy camarera en un restaurante no muy lejos de aquí. Varios locos con sangre en la cara entráron al restaurante. Tuvímos problemas al salír de allí.

— Soy Javier y me importa un carajo como os llameís. tengo 24 años, y estába con mís colegas cuando varias cosas de esas aparecierón. Me fui de allí.

— Hola, soy Jessica y tengo 29 años. Iba paseando cuando ví esas cosas y comenzáron a perseguirme. Un hombre me dijo que si te muerden, te conviertes en uno tarde o temprano.

— Pues yo me llamo Emily, tengo 26 años y estába desayunando en un bar cuando el camarero se me tiró encima, me mordió, pero estoy bien.

El silencio inundó los pensamientos de todos. Según Jessica, los que son mordídos, se transforman. Tenemos a una infectada en el nuevo grupo formádo.

 

Capitulo 2: Sín algo que temer


Cuando Emily dijo que estába mordída, el silencio inundo nuestra mente. Todos la mirámos. Ese tal Javier tenía una navaja, y la sacó.

— Por...por favor, solo, dejádme ir, si estoy infectada, me voy y ya esta, pero por favor, no me mateis. — Dijo Emily llorándo. — Si no lo estoy, me enviais a la muerte segura, sacandome a la calle.

Javier abrió la navaja, se le veían las intenciones.

— Lo siento, "Emily". Aquí no hay sitio para las infectadas... — Murmuró Javier. — O te vas fuera, o te enseño a mi amigo (la navaja).

Emilio se pusó delante de Javier, ya levantado de su sitio. Yo estába nervioso, me sudába todo el cuerpo, estába tenso, y era normal.

— Primero tendrás que matarme a mí. — Dijo Emilio, seguro de sus palabras.

Javier le miró con malos ojos. En otras palabras, ese tio estába como una regadera, y fijo que su historia es más falsa que un billete de 3 euros.

— ¡Con mucho gusto, cabrón! — Dice Javier.

Javier empuño la navaja, y la clavó con todas sus fuerzas en el pecho de Emilio, que estába claro que murió al acto. Emilio cayó al suelo, muerto. Nos entró un trauma, a todo el grupo. Nadie habló.

— ¡Bien, si no quereis acabár como el, seré vuestro líder, y quién no lo acepte, lo mató, entendeis, lo mató! — Dijo un loco Javier.

Todos movímos la cabeza en gesto de "Sí, te obedeceremos" y suspirámos aliviados, pero a la vez traumádos por la muerte de Emilio. Del maldito chillído del loco de Javier, los mounstros esos golpeában la puerta, calculo que habrían unos 5. Me fije en Emily, y estába muy pálida, y con fiebre. Al parecer esos són los sintomas. Tenía muy claro que me íba a ir de ese grupo. Y mas gente lo haría, estoy seguro.

(Por favor, dadme la opinión de como os parece esta historia)

 

Capitulo 3: Todo cambia

Todos estábamos nerviosos, y callados. Ese Javier nos metió el miedo en el cuerpo. Emilio seguía muerto en el suelo, y Emily cayó al suelo también. Iba a volver como una de esas cosas. Encima teníamos a unos 5 golpeando la puerta. El grupo estába entre la espada y la pared. Phil me miró. No se que me quería decir, cuando asomó una pístola por el bolsillo. Hice un gesto de "sí". Javier estába girado. Entonces me levanté y lo cojí por detrás.

— ¡Pero...que coño haces, idiota! — Dijo Javier.
— ¡Hago lo necesario para sobrevivír! — Dije.

Phil abrió la puerta, y mató a los 5 muertos que golpeaban la puerta.
Salímos de allí, y dejámos a Javier atado a una silla, con Emily a punto de convertirse.
Corrímos todo lo que pudímos, por suerte havían pocos de ellos. Pudímos esquivarlos con facilidad. De repente vemos aparecer a tres personas, vivas.

— ¿Donde vais?
— No queremos ningún problema. — Dijo Jessica.
— Tranquilos, me llamo Roberto, y estos son mis acompañantes, Manu y Agustín. ¿Os venís?

Phil y yo no lo teníamos seguro. Jessica y Amy, si.

— Emmm, ¿teneis un lugar seguro? — Dije.
— Por supuesto. Un colegio no muy lejos de aquí. Limpio de muertos. Las vallas nos protegen. — Dijo Manu.
— Esta bien, ¿cuantos sois? — Añadió Phil.
— Suficientes para defendernos. — Respondió Roberto.
— Roberto, relajate. Chicos, solo somos nosotros 3, buscamos gente buena para ayudarnos unos a otros. Las cosas nunca volverán a ser como antes.— Dijo Manu.
— Tranquilos, solo queremos unirnos a un grupo, y sois mas, asi que, total somos 7. — Añadió Agustín.

Nosotros accedimos a ir con ellos, pues parecian personas buenas, y al fín y al cabo, nosotros también necesitamos gente buena, no loca, como Javier. Nos pusímos en movimiento, a ese supuesto colegio seguro.

 

Capitulo 4: Cuando los muertos acechan

Nos instalamos en el colegio, era grande, se podía mover con tranquilidad. Podíamos convertirlo en un hogar. Lejos de Javier. Los primeros días nos sentíamos incomodos, y es comprensible. Poco a poco Roberto se hizo cargo de nosotros, sí, era el líder, pero porque nosotros queríamos. Encontrámos mas gente durante esos días. 3 más. Marcelo, de 27 años, antes trabajaba de policía. Amanda, de 25 años, era ama de casa. Y por ultimo Axel, 34 años, y era un preso que llevába Marcelo a comisaria. Ahora todos erámos una família. Manu, tenía 28 años, y perdió a sus amigos en esto, y a la família, como la mayoria. Trabajaba de arreglar portátiles. Roberto tenia 30 años, y era futbolísta. Y Agustín era socio de Manu, tenían planeado el lanzamiento de un juego, pero ocurrió esto. Hasta que llegó este día. Los muertos parecían listos, y empujaban la valla, hasta tal momento que se subían encima de otros, y casi logran entrar. Manu y Roberto discutian por lo sucedido. Agustín nos decía que era normal entre ellos. Manu decía que algún día entrarían e invadirian el lugár. Roberto en cambío, decía que había que mantener este lugár en pie. La mayoría apoyaban a Manu, sobretodo Agustín, erán muy amigos. Manu y Roberto llegáron a tal punto que se pelearon a puñetazos. Tuvímos que separar. Manu se rompió los nudillos de la mano, y Roberto la naríz. No se hablaban. El grupo estába en tensión.

(Justo cuando en el grupo hay problemas, alguién misterioso aparece entre los arboles cercanos a el colegio. Algo terrible está por suceder.)

Solo quedán 2 episodios para el fínal de temporada

 

Capitulo 5: Lo que nos queda

— ¡Pareces idiota! Este sitio no valdrá nada una véz entren. Podemos encontrar un sitio mejor para todos, ¡uno más seguro! — Dice Manu.
— ¡Tonterias! Aquí mando yo, y me importa una m***** lo que digas. Tu opinión no es nada aquí. — Respondió Roberto.
— Si tu lo dices... — Añade Manu.
— Por favor, dejád de discutir. Teneís cosas mejores que hacer. — Dije. — Venid, hay que repartir las armas que encontrasteis, tenemos dos para cada uno, a parte los cuchillos para todos.

Manu y Roberto accedieron a venír. Estábamos todos. Roberto habló.

— Bien, Marcelo, ¿tú que quieres?

(Tenían: 7 pístolas, 3 revolvers, 2 escopetas, 4 metralletas, 1 katana, 1 machete, 1 ballesta y 1 rifle de francotirador.)

— Yo quiero una pístola y una escopeta. — Dijo Marcelo.
— Yo quiero una pístola y una metralleta. — Dijo Amy.
— Yo, un revolver y una metralleta. — Dijo Axel.
— Yo, el machete y una pístola. — Dijo Agustín.
— Yo una pístola y la katana. — Dijo Manu.
— Yo una pístola y la ballesta. — Dijo Roberto.
— Yo una pístola y una escopeta. — Dijo Phil.
— Yo una pístola y una metralleta. — Dijo Jessica.
— Yo un revolver y el rifle. — Dijo Amanda.
— Yo un revolver y un machete. — Dije.

Todos estábamos completos.

— Bien, cada uno tiene sus armas. Llevad siempre encima el cuchillo y pístola o revolver que tengais en la funda de vuestro pantalón, para casos extremos. — Dijo Roberto.

Todos aceptamos. Estábamos charlando cuando un estruendo sonó en todo el colegio.

— ¿Que narices ha sido eso? — Dije.
— No lo sé, ¡salgámos todos fuera! — Dijo Manu.

Cuando salímos oímos el sonido de un helicópero. Lo vímos, pues se nos puso delante. El hombre místerioso habló por el megáfono.

— ¡Si quereis vivír, teneis que iros de ahí. Ahora será mi hogár! ¡Acordaos de mí, malditos cerdos!
— Esa voz...¡Joder, es Javier! — Dije.
— ¿Quién es Javier? — Dijo Agustín.
— Un loco que estába con nosotros. Mató a uno de los nuestros para ser el líder. Escapamos de allí y os vímos a nosotros. Parece que nos siguió. — Dijo Jessica.
— ¡Vamos gente! ¡Juguemos a un juego! — Dijo Javier.

Estábamos en peligro, Javier tenía un helicoptero de combate militar. y si lo bombardeaba todo, entrarian los muertos, y moriríamos.

Solo queda 1 episodio para el fínal de temporada

 

Capitulo 6 (Fínal Temporada 1): No hay lugár seguro


— ¡Podemos hablarlo! ¡Podemos estár todos aquí! Nadie tiene que morír, Javier. — Dijo Roberto.
— ¡Quiero que murais! No hay nada más que hablar. — Contesto Javier.
— Esta bien...— Dijo Roberto. — ¡Vete al infierno!

Roberto empezó a disparar al helicóptero. Javier respondió con un misíl que destrozó parte del edificio escolar. Todos nos fuimos a buscar sitios estrategicos. Esta vez, Javier utilizó la metralleta del helicóptero. Marcelo empezó a disparar.

— ¡Marcelo, cuidado! — Dijo Agustín.

Javier lanzó un misíl que dió cerca del lugár donde estába Marcelo. La onda expansiva lanzó a Marcelo unos metros atrás. Ví que las vallas se acumulaban de muertos. Todos empujaban al unisono. Todos disparabamos al helicóptero. Corrí hacía donde estába Marcelo.

— Marcelo, tranquilo, te pondrás bien. Aguanta un poco más. — Dije.
— Teneis...que iros...de aquí. (tós). Esto se derrumbará. — Dijo Marcelo, agonizando.
— Joder, joder...esta bien, les diré a los demás. — Le respondí.

Corrí hacía Roberto.

— ¡Joel, vuelve a tu puesto!
— ¡Marcelo ha muerto! Esto no vale nuestras vídas. — Dije.

Justo cuando me iba a responder, la verga cedió, dando paso a la horda de muertos en el recinto.

— ¡Tenemos que irnos! — Dije.
— Cojámos un coche, ¡vamos! — Dijo Roberto.
— ¿Y los demás?
— No los veo, no hay tiempo para buscár. — Contestó Roberto.

Cuando íba hacía el coche, ví a Jessica en el suelo, a Phil de rodillas, sín nada que hacer, y a Axel muerto. Phil se pusó la pístola en la cabeza.

— ¡Phil, no! — Dije.

Phil disparó el gatíllo.
Me subí al coche con Roberto, y salímos de allí. Ví como el lugár era invadído, y el helicóptero se fue del lugár. No pudímos acabar con Javier.
(Manu y Amanda escapáron juntos, por el otro lado del lugár. Agustín y Amy quedáron atrapados en el edificio).

(Sinopsís) The Last Of Them: Parte 2
Capitulo 1- Solos: Este capitulo se centrará en la supervivencia de Joel y Roberto. Escaparon del colegio en coche.

Capitulo 2- Sín Esperanza: Este capitulo se centrará en la supervivencia de Agustín y Amy. Se quedáron atrapados en el colegio.

Capitulo 3- Perderlo Todo: Este capitulo se centrará en la supervivencia de Manu y Amanda. Escaparon por la parte trasera del colegio.

Capitulo 4- La Oscuridad: Un viaje surge a partír de la petición de alguién del grupo.

Capitulo 5- Mantenerse con Vida: El grupo encuentra un lugár seguro. Las cosas no són lo que parecen.

Capitulo 6 (Final Temporada 2)- Fe y Brutalidad: El grupo se enfrenta al pasado. Algúnos cuestionan la lealtad de otros.

 

The Last Of Them: Parte 2 - Capitulo 1: Solos

Esto parecía un sueño. Un sueño del que nunca saldré. Hay momentos, que creo que no estoy viviendo mí vida. No entiendo a la gente como Javier. ¿Están locas, o son así de nacimiento? Bueno, hemos perdído nuestro hogár. Las cosas siempre se tuerzen, tarde o temprano. Roberto seguía conduciendo, hacía un lugár desconocido.

— Roberto, ¿donde vamos?
— A la costa, debímos estár allí. — Dice Roberto.
— ¿A la costa? ¡Deberíamos estar buscando a nuestra gente!
— ¡No hay tiempo para buscar a nuestra gente, pueden haber muerto todos! — Dijo furioso.

Paró el coche.

— Fue todo culpa de ese loco que teníais a las espaldas. ¡Y vosotros, como idiotas, pensando que se habría olvidado de vosotros! ¡Este mundo a cambiado! ¡Madura con el! ¡Y no confies en nadie! — Dijo seriamente, Roberto.
— Estas mal, tienes razón, pero estas como una regadera.
— Si tú lo dices...— Me responde.

Arrancó el coche y continuó. Pero no tardó en acabarse el combustíble. Estábamos en una calle desierta. Continuamos caminando, cuando oímos un dísparo.

— (Grito).
— Alguién ha gritado, ¡deberiamos ayudar! — Dije.
— ¡Joder, vamos!

Habían 2 personas luchando contra 7 muertos. Roberto golpeó con la culata de la pístola a uno, y clavó el cuchillo en 2 más. Yo clavé el cuchillo a 1 muerto. Al fínal acabamos con todos, era hora de presentarse.

— Uf, de la que nos habeís salvado. Me llamo Roy. Soy cientifico del CDC. Escapamos de Fort Benning de milágro. — Dijo el nuevo.
— Yo, me llamo Erika, y soy ayudante del doctor Roy. — Dijo la otra.
— Y...se supone que sabes algo de esto, ¿verdad? Eres científico — Añadió Roberto.
— Ah, ¿a que te refieres? — Dijo Roy.
— ¡La maldita epidemia de muertos, idiota! — Gruño Roberto.
— ¡Roberto! Tranquilizate joder. Perdónad a mi compañero, hemos pasado cosas muy malas. — Dije.
— Si si, cosas muy malas...— Comentó Roberto.
— ¿Sabes algo de la epidemia? — Dije.
— Por supuesto. Pero es clasificado. De todas formas, tarde o temprano lo diré. Quedareis boquiabiertos. — Dijo Roy, con tono misterioso.

 

Capitulo 2: Sín Esperanza

(2 horas antes)...

— ¡Amy, corre! — Dijo Agustín.
— ¡No te dejaré solo! — Dijo Amy.
— ¡Son muchos, maldicion! — Exclamó Agustín.
— ¡Al piso superior, por las escaleras! — Contesto Amy, muy alteráda. — ¡Vamos a morír!
— ¡No te rindas, no ahora! no...no me dejes solo. — Murmuró Agustín.
— Yo, yo...¡Ahí, una salída! — Respondío Amy, sintiendose extraña.

(Ahora)...

— Agustín, ¿crees que alguién sobrevivió?
— Solo se, que, aunque sea, alguién estará vivo. — Contesto Agustín a Amy.

Agustín miró a Amy fijamente a lo ojos, al igual que Amy, que sonrió, y después, bajó la cabeza.

— No tengo esperanza.
— ¿Que? ¿Porque? — Preguntó Agustín.
— Lo he perdído, practicamente todo. — Respondió Amy, seriamente.

Estában en el bosque, sentádos junto un árbol. De repente se oye una voz lejana.

— ¡Oleg! llevamos caminando mas de 2 horas y va anocheciendo. Deberíamos volver a Cherokee.
— ¡Espera, solo unos metros más hacía delante!

Los misteriosos hombres se acercabán hacía la posición de Agustín y Amy.

— ¡Amy, ven, detrás de los árboles! — Susurró Agustín.

Amy fue con Agustín tras los árboles, y esos hombres estában ahí.

— Oleg, aquí ha estado alguién. Necesitamos gente. ¿Crees que estará cerca?
— Will, no tengo dudas. ¡Salíd trás el árbol! No queremos problemas.

Amy salió, y detrás Agustín.

— Nosotros tampoco queremos problemas. — Dijo Agustín.
— Me llamo Will y este es mí compañero Oleg. Somos 42 personas en Cherokee. Es un pueblo cercáno aquí. Necesitamos gente, pero antes, tengo que haceros 3 preguntas.
— Esta bien, pregunte. — Dijo Amy.
— Aquí no es seguro. Vamos al coche. — Dijo Will.

Los 4 caminaron hacía el coche.

— Si te hace algo sospechoso, hazme una señal y le vuelo la cabeza. — Dijo Agustín en la oreja de Amy.

Amy asintió con la cabeza. Llegáron al coche.

— Bien, aquí va la primera pregunta: Cuantos muertos has matado?
— Yo muchos, perdí la cuenta. — Dijo Agustín.
— Yo muy pocos, unos 5 quizás, y con arma de fuego. — Añadió Amy.
— Segunda: Cuantas personas has matado?
— Unas 3. — Respondió Agus.
— Ningúna. — Dijo secamente Amy.
— Tu, Agustín. ¿Porque las mataste?
— Por supervivencia.

 

Capitulo 3: Perderlo Todo

— ¡Joder, los tenemos detrás constantemente!
— ¡Por aquí! — Dijo Amanda.

Los muertos iban detrás de ellos, habían pocas posibilidades.

— ¡Vete! Yo los contendré. — Dijo Manu.
— ¿Estás loco? ¡Te matarán! ¡Son como 15!
— ¡He dicho que te vayas! Ya me preocuparé yo si muero o no. — Respondió seriamente Manu.
— Por favor, no quiero estár sola...

Amanda empezó a llorar. Manu asintió con la cabeza.

— Pero tenemos que deshacernos de algúnos, son muchos para que nos sigan después. —Dijo Manu.
— Esta bien, luchemos.

Amanda sacó la pístola.

— ¡No díspares! ¡Atraerás a más! — Exclamó Manu.

Amanda le miró friamente, pero asintió y sacó el cuchillo. Manu sacó el machete.

— ¡Moríd bastardos! —Dijo Manu, que mató a 2 de un machetazo en la cabeza. — ¿Os gusta? ¡Tomad!

Amanda se iba hacía atrás.

— ¿Que haces? ¡Ayudame, joder!
— ¡Vamonos! — Dijo Amanda.

Amanda corrió, y Manu tras ella. De tanto correr, llegáron a una mansión. Tenían que descansar. Anochecía.

— Miremos si hay alguien, porque al parecer esta todo limpio. — Dijo Manu, susurrando.

Abrieron la puerta.

— ¿Quienes sois? ¡Que haceis aquí!

Manu y Amanda se giraron, y vieron que tenían armas semi-automaticas y que eran mas de 5 hombres y mujeres.

— Solo... solo queremos refugiarnos. — Dijo Manu.
— Hace un rato hemos visto un helicóptero militar. ¿Sabeis algo de eso?
— Si. Ese tio del helicóptero acabó con nuestro sitio seguro. Se llama Javier, y tengo que matarlo. — Dijo Manu, seriamente.
— ¡Dios mio Ed, este tio tiene tela para largo!
— Los demás entrád a casa, yo y Ed nos quedámos a hablar con ellos. Me llamo Andrew. Estámos aquí de parón para descansar. Nos dirijimos a un pueblo de 90 personas, o eso decían los carteles. Se llama Save-Zone. Si es seguro nos dirijimos allí. ¿Os venis? — Dijo Andrew.
— Seguramente Javier fue allí, y si es seguro, perfecto. Vamos con vosotros. Una vez allí, buscaré al cerdo de Javier para volarle la tapa de los sesos y que se transforme en una de esas cosas. — Respondió Manu, con ganas de venganza.
Amanda le miró, Manu igual. Chocáron las manos. Por fín, ¿un lugár seguro?

 

Capitulo 4: La Oscuridad

— ¿Crees, que algún día, conseguíremos salír y recuperar lo nuestro? — Dijo tristemente Amy.
— Bueno, antes de ese momento, mucha gente morirá. — Respondió Agustín, asintiendo.

Andrew entró en la habitación.

— Chicos, hora de levan...oh, están ya despiertos. Nos vamos de aquí, hacía la Save - Zone.
— Amy, empaca tus cosas, vamonos con Andrew. — Dijo Agus.

Amy cojió sus pertenencias, al igual que Agustín, y salieron con el grupo de Andrew y Ed. Caminaron hasta llegár a una autopista.

— Gente, hora de encontrar un camión, o caravana, algo donde quepamos todos, somos 12. — Dijo Ed.
— ¡Ya escuchasteis a Ed, busquemos un vehículo grande! — Añadió Andrew.

Ed miró a Andrew seriamente y friamente. Se acercó a Andrew.

— Desde que te encontré en aquella oscuridad de cueva, te crees el líder de este grupo, ¡pero tú viniste último! — Exclamó Ed, mirando fijamente los ojos de Andrew.
— Amy, ponte detrás mía, esto no acabará bien. — Susurro a la oreja de Amy, Agus.

Andrew sacó la pístola y se dispusó a pegar un tiro, pero Ed actuó rapido y movió el brazo de Andrew para que el dísparo fuese al aire. Después le pegó una patada a la mano de Andrew para quitarle la pístola, y a continuación, empezó a pegarle puñetazos en el abdomén. El resto del grupo solo observaba. Parece que esto era habitual, pero esta vez sería distinto. Andrew se quitó de encíma a Ed, que cayó al suelo, y a continuación, Andrew cojió un ladrillo roto del suelo, y en vez de lanzarlo a Ed, lo lanzó contra Agustín, que tuvo los reflejos suficientes para esquivarlo.

— ¿Estas loco? ¡Yo no he hecho nada! — Contestó Agus.
— ¡Por TÚ culpa nos peleamos! — Respondió Andrew.
— ¡Deja de meter la culpa a Agustín y pelea como un hombre idiota! — Dijo Ed, metiendose en la situación.
— Tienes razón...dejemos de pelear, todos... — Dijo Andrew.

Andrew se fue a cojer su arma.

— Tienes razón...pero ya no la tendrás. — Dijo Andrew, dísparando en el pecho 2 veces a Ed, que cayo muerto al suelo.

El grupo se pusó a cubierto, al igual que Agustín. Aunque algúnos del grupo apoyaron a Andrew, otros apoyaron a el difunto Ed. Empezó el tiroteo, pero como no: los muertos entrán en escena.

— ¡No te escaparás Agustín! — Dijo Andrew, que disparó en la espalda a Agustín, dejandolo malherido.

Justo cuando iba a rematarlo al igual que a Amy, aparece alguién.

— ¡No toques a MÍ socio idiota! — Dijo esa voz, que voló la cabeza a Andrew.

Amy quedó confusa, y Agus estaba mal. Entonces llegarón, Manu y Amanda aparecieron.

— ¡Amy! — Exclamó Amanda, al ver a Amy.
— ¡Pero que ha pasado aquí! ¡Agustín! — Exclamó Manu. — Tranquilo, socio, te pondrás bien. Quedaté conmigo.

Un muerto se acercába a la espalda de Manu, Agustín, etc. Pero alguién lo disparó.

— ¡Vosotros, subíd al camión, os llevarémos a un lugár seguro! — Dijo un comandante.

Manu, Agustín, Amy y Amanda subieron al camión sin preguntar.


(En otro lugár...)

Yo (Joel) y Roberto llegámos a un lugár llamado Cherokee.

— Oleg, que no se te escapen estos, ya que ese tal Agustín y Amy se nos escaparon por la noche, no confiaron en nosotros. — Dijo Will.
— Vale, no hay problema. — Respondió Oleg.

Nos llevó ante su líder. Me quede mirándolo.

— No me jodas...es...es...
— ¡Si, soy yo chalados! ¡Soy Javier!
— Oh mierda, nos pasa lo peor. Esto no esta pasando. — Añadió Roberto.
— Bienvenídos a mí pueblo corrupto. ¡Bienvenidos a Cherokee! — Dijo Javier, que miró a Oleg y Will. — Dejadme hablar con ellos. ¡Vosotros encontrád a Agustín y Amy, y traedlos aquí, ¡vivos o muertos!

Maldito Javier, ¡el idiota iba de cazería a por nosotros!

 

Capitulo 5: Mantenerse con Vida

Nos encerraron a mí y Roberto en una jaulas enormes.

— ¿¡Porque siempre vamos a parar enfrente de este idiota!? — Dijo Roberto.
— La verdad, no lo sé. — Respondí, así sin más.
— ¿En que piensas? — Preguntó Rober.
— Tenemos que matarlo. —Dije.
— ¡Pero si no podémos ni acercarnos! — Dijo Roberto, cabreado.

Javier entró en la sala junto Oleg y Will.

— Señoritas, calmaros, y, por favor, no planeeis mí muerte. — Dijo Javier, en tono burlón.
— ¡Te voy a meter una bala en la cabeza! — Dije.
— Me parece que no. — Dijo Javier, sacando el arma.
— ¿Que intentas? — Dijo Will.
— Joel no me cae bien, decidle adios. — Dijo Javier, disparando sobre la cabeza de Joel.

La cara de horror de Roberto no tenía palabras.

(Tomamos el rol de Manu)


— ¿Ustéd es sargento?
— Sí, líder de Save - Zone. Pero, tenemos problemas con un pueblo de bandidos. — Dijo el sargento.
— ¿Que pueblo? — Dije (Manu).
— Se llama Cherokee. Siempre que tratámos de pillar y secuestrar al líder para que se asusten, no lo vemos. Parece que se esconde. Por cierto, me llamo Mark, y este es mí cientifico Roy, y su ayudante, Erika.

Todos saludáron.

— Bueno, por fín llegámos. Bienvenido a Save - Zone, los que llegán sobreviven, aunque, desde esos bandidos, hemos perdído gente. Hay que acabar esto. — Dijo Mark.

De repente, llegó su lugár-teniente.

— ¡Mark, acabán de atacar, no hace ni diez minutos, hemos perdid...!

De repente un estruendo movió el suelo. Todos nos girámos, Agustín me observó.

— ¡Hola, panda de idiotas, Javier os dará la muerte!

Mis ojos, y el de mucha gente, se engrandaron.

— ¿Es...Javier? — Preguntó Agus.
— Madre mía... si, ese loco a vuelto. — Dije. — ¡Tiene a Roberto atado! ¡Hay que ayudarle!

Mark me interrumpió.

— ¿Los conoces?
— Sí, te explicaré más tarde.

Javier habló.

— ¡No tendré piedad, y más con este bonito helicóptero! — Dijo Javier, haciendo saltar un edificio del lugár por los aires.
— ¡Poneos en posición, matemos a este cap****! — Exclamó Mark, con rabía.

Empezó la guerra. Y nada más llegár. Cojí armas, y las repartí entre Agustín, Amy y Amanda.

— ¡Agustín, ponte a cubierto y no dispares a no ser que sea necesario, el retroceso te haría mucho daño en la herida de la espalda! — Dije.

Agus asintió con la cabeza.
Me puse a cubierto, Amy se fue a proteger a Agus. Amanda vino conmigo.

— Manu, queria decirte, que...que

Alguién la disparó en el corazón. Murió al acto.

— ¿Amanda? ¡Amanda! ¡No! — Dije llorando.

Algo me hizo cambiar, me dió tal rabia, que quise matar a Javier costase mi vida o no. Agustín y Amy se me acercaron.

— ¡Oh, dios! Amanda... — Lamento Amy.
— ¡Joder! ¡Siempre mata a los que más queremos! — Dijo Agus.
— ¿¡Porque!? Me iba a decir algo cuando...cuando...la díspararon. — Dije.

Amy me miró, y se acercó.

— Mira, Manu...lo que Amanda quería decirte, es que sentía algo por tí. Tenía verguenza de decírtelo, pero la convencí. — Dijo Amy.

Miré fijamente el suelo. Las lagrímas me salian a montones. Encojí el puño.

— Voy a matarlo. — Dije secamente.

Agustín y Amy veian como me abría paso entre los disparos y la gente de ambos bandos.

— ¡Muerete ya Javier!

Empezé a disparar al helicóptero, pero era a prueba de balas, y no se dió cuenta de quien le disparaba. Entonces encontré en un mini almacen un lanzacohetes.

— La suerte se pone de mí lado...haber si es verdad. — Me dije.

Cojí el lanzacohetes. Solo tenía un disparo, debía darle.

— ¡Toma sorpresa Javier!

El cohete dió en la parte de trasera del helicóptero, haciendolo caer. Javier se dió cuenta de quien lo derribó.

— ¡Antes de morír, te vendrás conmigo al infierno! — Dijo Javier, lanzándo un misíl dificilmente.

El misíl se acercaba, y empezé a correr, cuando ví a Amanda transformada en un zombie. Me quedé helado, ella se acercaba a mí, y mi sudor se congeló. El misíl cayó cerca mía, y la onda expansiva me lanzó unos metros. Perdí la conciencia. Pero la guerra continuaba. No ví a Roberto.

 

Capitulo 6 (Final de Temporada): Fé y Brutalidad

Al levantarme, solo pude ver los disparos de las metralletas, escopetas, etc. Intentaba ponerme en pie, pero no podía. Podía ver a una Amanda cambiada, acercandose a mí. Entonces apareció Agustín, disparando a Amanda, quizás salvandola de su sufrimiento. Se acercó a mí.

— Manu, ¿estas bien?
— No puedo levantarme, me duele mucho la pierna. — Dije, aguantando un dolor insoportable.
— Tranquilo, te pondré en pie, y nos largamos de aquí. — Dijo Agus.
— ¡Espera! ¿Explotó el helicóptero? ¿Donde esta Amy? — Dije, muy alterado.
— Relajate. Vímos el helicóptero caer, y sí, explotó. Y Amy esta esperando con un coche en la entr...

De repente un cohete nos pasó de muy cerca. Javier estába vivo, muy deteriorado, pero vivo.

— ¡Voy a acabar lo que debí haber acabado hace tiempo! — Dijo Javier, como siempre, como un loco.

Agustín y yo nos pusímos a cubierto. Javier se dirigía al coche de Amy.

— ¡Chicos, o salís de ahí, o muere la chica! — Dijo Javier.

Agustín salió rapidamente. Yo detrás.

— Muy bien, me vaís a escuchar. Aquí mand...
— ¡Aquí no manda nadie! — Dije yo, disparando en la mano donde Javier tenía la pístola apuntando a Amy. Javier cayó al suelo del impacto.
— ¡Arg! ¡Eso duele!

Me acerqué a Javier. Iba a matarlo.

— Es tu fín. Nada te va a salvar. ¡Por tu culpa murió mucha gente! ¡Personas que eran como mí familia, y ahora ya no estan! Ya no estan...para verte morír. ¿Algúna frase que decír?
—Si. Este mundo no está hecho para tí. Moríras, como el resto de personas. Es el fín de la civilizac...(Disparo).

Disparé a Javier en el corazón. El lugár se llenaba de muertos. Fue llegár a un lugár seguro, y no duró ni un día. Justo cuando nos íbamos, Javier resucitó. Pero como uno de ellos. Agustín bajó del coche.

— Espero no toparme con idiotas como tú. — Dijo Agustín, y a continuación, lo ejecutó.

Cuando nos ibamos, 2 personas se acercában gritando.

— ¡Esperád, esperád! Soy el doctor Roy y mi ayudante Erika. ¿Podeis llevarnos con vosotros? Si nos llevais os diré como ocurrió este desastre. — Dijo Roy.
— ¿Como ocurrió esta guerra? No me interesa saberlo. — Dijo Agustín.
— ¡No digo eso! ¡Digo como causo esta epidemia de muertos!

Agustín, Amy y yo nos girámos.

— Esta bien, subíd al coche. — Dije.

Cuando empezámos a subír, Agustín me tocó el brazo.

— Eh, espera un segundo. — Dijo.
— Dime.
— No confío en ellos. — Me dijo Agus.
— ¿Por que? — Dije.
— Ese tio...es raro. — Dijo Agustín, preocupado.
— Lo descubriremos más adelante. — Dije. — Ahora vamonos, antes de que los muertos nos pillen.

Agustín me miró mal.

— ¿Tienes algún problema conmigo, Agus?
— Por lo menos me preocupo por protejer a los míos. — Dijo.

Resoplé, y subí al coche. Teníamos un largo camino por delante.




(La Temporada 3 tendrá 4 capitulos más, en total 10.)

Sinopsis: The Last Of Them- Parte 3
Primeros 5 capitulos:


Capitulo 1- Todo Comienzo Tiene Fín: La comunicación en el grupo se torna más tensa.

Capitulo 2- Vivír o Morír: Las peleas en el grupo empeoran. Si no encontramos un refugio, sufríremos consecuencias.

Capitulo 3- Tú y Yo: Los sentimientos se interponen entre las amistades.

Capitulo 4- Este Maldito Mundo: Sín esperanza, ¿para que vivír?

Capitulo 5- Mutación: Las cosas en general empeoran. Debémos luchar por sobrevivír.

 

The Last Of Them- Parte 3 Capitulo 1: Todo Comienzo Tiene Fín

(6 meses después)...



— ¡Tú no tienes nada que perder! — Dijo Agustín.
— ¿Que no tengo nada que perder? ¡Perdí a mí familia, a Amanda, mi trabajo, todo! ¡Y ahora vienes tú diciendo que no tengo nada que perder! — Dije, muy furioso.
— ¡Yo tengo a Amy, tú a nadie, así que deja de mandanos a todos! ¡Yo cuido a MÍ familia! — Dijo Agustín, golpeandome.

Roy, Erika y Amy vinieron a separar.

— ¡Soltadme! ¡Voy a acabar con el! — Dije, mientras Roy me sujetába fuerte.
— ¡Si te acercas a el tendrás un problema mayor que un puñetazo! — Dijo Amy, apuntándome con el arma.

Roy me soltó, y Erika estába detrás de Amy. Yo me fui de allí, al coche. Roy me acompaño.

— Oye, no se que teneis entre los 2, pero esto acabará matandonos a todos. — Dijo un Roy calmado.
— Hemos estádo desde que esto comenzó, juntos. Ni siquiera se que tiene contra mí. Si no quiere que sea el líder, ¡adelante!, que nos dé las ordenes el. — Dije, un tanto molesto.
— Oye, solo relajat...
— ¡Me relajaré si quiero! ¡Ya esta bien, o me largo de aquí, o algún día lo mataré, me da igual si es mi socio o no!

Se lo dejé claro a Roy. Mí postura era fírme. No se que tenía Agustín en mí contra, ni siquiera se que hice. Solo sabía que en una semana como mucho me iria de allí. Después, Erika estába limpiandome la herida del puñetazo que me dió Agus.

— ¿Por que estáis así? — Dijo Erika.

No contesté. Creo que el silencio no era una opción, pero me callé.

— Esta bien, ya he acabádo. Tén cuidado en hacerle daño, o hablarémos tú y yo. — Dijo Erika, seriamente.

¿Porque estában casi todos en mí contra? ¿Y que tiene que ver Erika con Agustín? ¿Estában juntos? No lo sé. Pero iba a informár a Amy. Caminé hasta su tienda de campaña y estában Agus y Amy hablando.

— Siento la interrupción, pero necesito hablar a solas con Amy. — Dije.
— Esta bien, Agus, nos vémos luego.

Agustín salió mirandome con mala cara. Entré y me senté.

— Mira Manu, sobre lo que ha pasado, quería decirte que no iba a dispararte. Eres un amigo para mí. — Dijo Amy.
— Tranquila, lo entiendo. Pero viné ha hablar de otra cosa. — Dije.
— Dime. — Respondió Amy.
— Erika estába limpiandome la herida, y me pregunto que pasaba con Agus y yo. No le contesté, y ella acabo de limpiarme la herida, diciendome que como le hiciera daño a Agus, hablariamos. Te lo he preguntado por que, ¿no crees que pueden estár juntos? — Le dije, seriamente.

Los ojos de Amy se pusieron llorosos.

— No...no lo sabía. Gracias por decirmelo. ¿Me puedes dejár sola?
— No hay problema, nos vemos. — Dije.

Amy es una gran amiga mia. Si Agustín está haciendo lo que pienso, tendrá un problema.

 

Capitulo 2: Vivír o Morír

— Agustín, ¿Estás teniendo relaciones con Erika? — Dijo una tensa Amy.
— ¿Con Erika? Si no me gusta, solo me gustas tú. ¿Quién te lo ha dicho?
— Manu. Pero me lo ha dicho porque Erika te ha defendido delante de el de una manera extraña, como dando entender que siente algo por tí. — Respondió Amy.
— Mas le vale que no te haya comido la cabeza con tonterias indeseadas. — Dijo Agustín.
— Tranquilo, mientras que no sea verdad de que estas con Erika... — Dijo Amy.
— Es mentira. No se porque me defendió. Pero hablare co...
— ¡No! Si te veo cerca de ella, habremos terminado. — Dijo Amy, seriamente.
— Te lo promero, no me acercaré a ella. — Dijo Agustín. — ¿Y si ella se acerca a mí?
— Me encargaré personalmente de que no te toque. — Responde Amy.

Agustín salió de la tienda de campaña, y se dirigió a la mía.

— Manu, ¿estás despierto?
— Si, dime.
— No estoy con Erika, así que no le comas la cabeza a Amy o sinos...
— Ella es MÍ amiga también, así que le diré lo que crea conveniente, sín mentirle.

Agustín salió de mí tienda y se fue a la suya. Era de noche, y nuestro campamento asentado en las cumbres era bueno, hacía casi una semana que no pasaban las defensas. Al día siguiente me levanté con sueño, algo tarde. Tenía tareas que hacer, como salír a cazar. Salí de la tienda, y como Agustín, Amy, y yo somos los unicos que sabíamos disparar, ibamos Agus y yo. Amy y Erika preparaban y racionaban la comida, y Roy estaba en el puesto de vigilancía.

— Agus, ¿preparado para ir de caza? — Dije.
— Como siempre, vamos. — Respondió Agustín.

A pesar de que seguíamos enfadados el uno del otro, no pude aguantar el preguntarle el porque del enfado conmigo.

— Oye, Agus. Quería preguntarte algo. — Le dije, mientras nos adentrábamos en el bosque.
— Dime. — Respondió.
— ¿Que te he hecho, quiero decir, para que me pegases y te enfadases conmigo?
— ¿Quieres que te lo diga? Bien. Roy me ha contado, que una vez que fui a cazar solo, porque te dormistes, cuando te levantastes fuiste a la tienda de Amy y le diste un beso, pero de pareja. Y que Amy no me dijese nada...me mata. — Dijo Agus.
— ¿Que? ¿Estas loco? ¡Amy es mí amiga, no somos nada más! ¿No crees que si nos ubiesemos besado, cosa que no hicimos, no te lo ubiese contado ella? — Dije.
— ¿Porque debía hacerlo? Callarselo y seguír conmigo sería lo que penso ella. — Respondió.
— Mira Agus, jamás me enrolle con tu novía, es solo mi amiga. De verda...

De repente, los muertos nos tendíeron una emboscada. Justo en ese momento, se oyeron gritos y disparos en el campamento.

— ¡Estan en pelígro, vamos! — Dije.

Agus y yo corrímos directos al campamento, y vímos a Amy dísparando junto Roy (aunque no sabía, solo gastaba munición) y a Erika (que les tiene miedo a los muertos) encima del coche, rodeada. Agustín mató con su escopeta a los que iban a por Amy y Roy. Yo cojí la pístola y maté a los que rodeaban a Erika. Pero eran demasiados. Tiráron las defensas que fabricamos con latas y hilo de alambre. Nos teníamos que ir. Cojímos lo que pudímos, lo lanzamos al maletéro y arrancamos.

— Buf, por poco. — Dijo Roy.
— Aprende a disparar ya cientificucho. — Dijo Agustín.

La verdad es que esa frase me hizo gracía. Cuando salímos de la montaña y ya estábamos en la carretera, oimos dísparos dentro del bosque. Paramos el coche, y Amy, Erika y Roy se quedaron, pues tenían la protección de Amy, que manejaba bien las armas. Agus y yo nos adentramos en el bosque. Los disparos se oían mas cerca.

 

Capitulo 3: Tú y Yo

— ¡Jake, debemos irnos ya! ¡Los bichos nos han emboscado!
— ¡El coche esta a 4 kilometros, más nos vale correr!

Agus y yo los escuchamos hablar, y estábamos dispuestos a ayudarles. Llegámos a tiempo, pues quedaban pocos y acabamos con ellos.

— ¿Quienes narices sois? — Dijo uno de ellos.
— Para empezar, deberías dar las gracias, o casi no lo cuentas. — Dije. — Me llamo Manu, y este es mi compañero Agus.
— Tienes razón y lo siento, gracias por la ayuda. Yo me llamo Oscar y este es mi compañero Jake. — Dijo Oscar.
— Encantado de conoceros, tenemos a 3 más de los nuestros esperando. ¿Teneis campamento? — Dijo Agus.
— Oscar, ¿y si ellos son de Terminus? — Dijo un Jake nervioso.
— ¿Terminus? ¿Que es eso? — Dije.
— No lo són Jake, relajate. Terminus es un pueblo a casi 25 kilometros de aquí. Matarón a varios de nosotros que ibamos buscando víveres. — Dijo Oscar.
— Solo sabémos que el pueblo se llama Terminus, y que no es solo un líder, sino 2. — Dijo Jake. — Nosotros estámos prisión no muy lejos de aquí.
— ¿Necesitais gente? Harémos lo que sea para tener un refugio, os ayudaremos con Terminus. — Dije, seriamente.
— ¿Estas loco? ¿Nos vas a meter en una pelea que vete a saber si vamos a ganar o perder? — Dijo Agus.
— Yo voy a ir. ¿Vienes? — Dije.
— Esta bien... — Dijo Agustín.
— Tenemos un coche a unos metros de aquí. Os llevaremos. — Dije.
— Perfecto, vamos. — Dijo Oscar.

Oscar y Jake nos acompañaron a mí y Agus al coche, para ir a su refugio. Cuando llegamos al coche, Oscar y Jake se presentaron ante Amy, Erika y Roy. Emprendímos el viaje a la prisión. Cuando llegámos a la prisión, vímos que eran 6. Estaban todos esperando a Oscar y Jake. Cuando nos ibamos a presentar, me quedé helado al ver a alguién que hacía meses que no veía, y creía muerto.

— ¿Eres...Roberto? — Dije.
— ¿Manu...? ¡Manu! — Dijo un entusiasmado Rober.

Estrechámos la mano.

— ¡Dios, pensé que ese loco os mató, a todos! — Dijo.
— Lo maté yo, y Agus lo remato. — Dije.
— Entiendo. — Respondió. — Por cierto, ¿donde está Amanda?
— La matáron durante la lucha. — Dije, tristemente. — Y, ¿donde esta Joel?

Roberto hizo un gesto de "no".

— Javier le pegó un tiro en la cabeza justo delante mía. No sé porque no hizo lo mísmo conmigo. — Dijo Roberto. — Cambiando de tema, entrad dentro, y hablamos.

De momento erán 6 personas, y nos dijeron sús nombres: Dan, que era medico militar. Michelle, que era niñera. Roberto, que ya lo conocemos. Marta, que era policía (no llegó a serlo, estába practicando para serlo). Fede, que era jefe de una compañia de videojuegos. Tom, que era cazarecompensas (o eso se cree el). Lugo ya estába Jake, que era estudiante de secundaría y Oscar, que trabajaba de vendedor de armas. Roberto dijo que faltaba una chica enbarazada. Cuando entramos...mi cuerpo se congeló.

— ...¿Eva?... — Dije, con las pupílas dilatadas como los ojos de un gato.
— ¡Manu! — Dijo Eva.

Todo el mundo se quedó parado, todos miraban el abrazo que nos dímos, y el beso.

— ¡Pensé que habías muerto! — Dijo Eva. — No llegáste a casa, y me fui.
— Lo siento, no pudé ir, como te imagínas, huía de esas cosas. — Dije. — Sabía que algún día te encontraría.

Cuando nos instalámos en las celdas, Amy vinó a mi celda.

— ¿Quién es esa?
— Es mi mujer, ¿por? — Dije.
— (suspíro), por nada, por nada... — Dijo Amy, raramente.

Amy se fue, y al momento vino Agus.

— Es tú mujer, ¿verdad? La que me presentastes cuando hicimos esa cena de celebración por sacar nuestra primera entrega de videojuegos. — Dijo Agus, riendose. — Pillín eh...jajaja.
— Jajaja, si, es ella. Voy a verla. — Dije.
— Pasaló bien Socio. — Respondió Agus.

Fui a ver a Eva.

— Iba a buscarte ahora, vente a esta celda, y quedaté conmigo. — Dijo.
— ¿Seguro? — Dije.
— Si, y cuando vengás te enseñaré algo.

Fui a mí celda, cojí mis cosas y volví a la suya. Cuando volví había una niña, de casí un año.

— Manu...es tú hija. Te lo iba a contar cuando te esperaba en casa, pero nunca llegástes. — Dijo Eva, emocionáda.
— Mi...mi...hija. — Dije, atónito. — ¿Como se llama?
— Le puse Emily, pensándo en tu madre. — Dijo Eva.

Mi rostro enseñaba una expresión de alegría.

(Mientrás, en la celda de Agus y Amy...)


— Tengo que contárte algo. — Dijo Amy.
— Dimelo, te escúcho. — Dijo Agus.

Amy le cojió las manos y le miró.

— Es difícil decirtelo pero...estoy embarazada. — Dijo Amy.
— ¿Que? ¿Como pudímos? — Dijo Agustín, que no sabía si alegrarse o ponerse a llorar.

Los dos se fundieron en un abrazo. 2 ¿alegrías? en un día. Pero no había que olvidárse de Terminus.

 

Capitulo 4: Este Maldíto Mundo

Escuché a Roberto hablar sobre las vallas de la prisión. Decía que se acumulában muchos, y la empujaban. Me ofrecí a ayudar.

— Roberto, si necesitais ayuda en algo...
— Tranquilo Manu, contígo quería hablar. — Dijo. — Ahora que tu grupo ha venído, en total, si no me equivóco, somos 12. Terminus tiene hasta 50 personas allí, algúnas buenas, pero la mayoria apoya a los líderes de allí.
— ¿Pero, sabes quienes són? — Dije.
— No los hemos visto nunca, solo mandaron atacarnos, y se fueron. Pero iré al grano. Aquí mando yo. El problema es que somos más, cada vez más. Quería preguntarte algo: ¿Quieres que liderémos esto juntos? — Dijo Roberto.
— Bueno, me encantaría. Acepto. — Dije.
— Bien, escoje a 2 personas de tu grupo y que vayan a las vallas a matar unos cuantos bichos con 3 de los míos. — Dijo Roberto.
— Esta bien, pero, ¿porque les llamais bichos? Yo los llamo muertos. — Dije, intrigado.
— No lo sé, nos ha salido así. — Respondió Rober.
— Esta bien, solo quería saberlo. Iré a por 2 de los míos.

Acabé de hablar con Roberto, y fui al bloque de celdas nuestro, para pedír a Agus y Roy que fueran a ayudar.

— Roy, te neceistan en las vallas, que hay muchos muertos acoplandose. — Dije.
— Esta bien, voy allí en un momento. — Dijo Roy.

A continuación, fui a ver a Agustín, que estába durmiéndo.

— Agustín, te necesitan en las vallas, que tienen un problema. — Dije, susurrando.
— Esta bien, un minuto. — Dijo, susurrando, para no despertar a Amy.

Cuando salí, Agus y Roy estában con Jake, Marta y Tom, matando muertos en la valla. Fui a ver a mí família. Eva dormía, pero Emily no. Me la pusé en brazos, y salí fuera.

— Hola Emily, soy tú papa. — Dije, como niño mayor.

Pero las cosas buenas siempre duran poco.

— ¡Manu, Roberto, se estan subiendo encíma de otros, van a tirarla! — Dijo Tom.

Fui a mí celda, y dejé a Emily con Eva, y cerré la celda, en caso de que derribasen la valla y entrasen. Cojí una de las armas de la prisión y fui corriendo a las vallas. Roberto vino con varias armas para ayudar. Las pasó a cada uno y comenzámos a disparar y patear la valla, como si eso fuera a ayudar. Dificilmente pudímos con todos, y tratámos de colocar la valla en su sitio.

— Esto no durará mucho. — Le dije a Roberto.
— ¡Lo sé, lo sé! No hagas como en los viejos tiempos. — Dijo Rober. — Este maldíto mundo...
— Tranquilos, pensémos algo. — Dijo Marta.
— ¿¡Pensár en qué!? ¡Tenemos que encontrar un lugár mejor para todos! — Dijo Roberto, cabreado.

Entonces surgió en mí una idea loca pero buena.

— Terminus. — Dije.

Todos nos mirámos.

— ¡Exacto, Terminus es casi impenetrable! ¡La gente buena de allí se quedaría con nosotros, solo tenemos que matar a los que nos joden! — Dijo Roberto, alegre como si le ubiese tocado la lotería.
— Pero no podemos ir allí a atacar. — Dije. — Si hay buenas personas, no se merecen morír por nuestra impotencía.
— Tienes razón. Tenemos que darles a entender que querémos guerra. Y esta prisión la conozco como la palma de mí mano. Joder, estuvímos 5 meses aquí. — Dijo Roberto.
— Pues escribimos una nota, la ponémos en la camisa de un muerto, vamos en coche, le dejamos allí al muerto con la nota, lo matan, ven la nota, y lo saben. — Dije (se me ocurren unas ideas de loco, pero son efectivas).
— Dios mio, Manu. ¿Cuando te aburres en que piensas? — Dijo Roberto.
— En sobrevivír. — Dije. — Porque, sín esperanza, ¿para que vivír?

 

Capitulo 5: Mutación

Estába aburrido, sentado, viendo a los muertos moviendo las vallas. Escuchába música, con unos auriculares que encontré junto un mp3. Entonces me quite un auricular, y escuchába aquel gruñido tan malvado, y que te hacia sentir comida, comida para ellos. Justo cuando me iba a ir de ahí, porque no aguantabael gruñido de ellos, apareció Agustín.

— ¿Estas viendo a los muertos? — Dijo.
— No tengo nada mejor que hacer. — Respondí.

Agustín cojió una silla y se sentó a mí lado. De repente, pasó algo que nadie se esperaba. 3 camiones llegáron allí, y a continuación, un todoterreno. Salió un hombre del todoterreno.

— ¡Quiero hablar con el líder! — Dijo Will.
— ¡Joder, Will y Oleg! — Dijo Agus, asombrado.
— ¡Oleg, es el maldito idiota que se nos escapó con aquella chica rubia! — Dijo Will.
— Con que vosotros sois los líderes de Terminus. — Dije. — ¿Que haceis aquí? Vuestra visita es insperáda.

Oleg sonrió, y Will hizo un gesto con la mano a uno de sus hombres. En ese momento vinieron el resto de nuestro grupo, Roberto vino con armas.

— Al parecer hay dos líderes... — Dijo Oleg.
— Os hemos traido un regalo que espero que os guste. — Dijo Will. — ¡Sam, abré el primer camión!

Ese tal Sam abrió el camión, y para nuestra sorpresa, salieron 20 muertos, y se agolparon a la valla.

— ¡Recibimos vuestro muerto con la nota! — Dijo Will. — Que menos que responderos...

Abrieron los 2 camiones restantes, con 20 muertos más en cada lado. 60 muertos más algolpados a la valla, más los otros que habían, tirarían las vallas.

— ¡Nos tenemos que ir! Un placer chicos... — Dijo Oleg.
— ¡Esto no quedará así! — Dijo Roberto, disparandoles.

Justo en ese momento la valla cedía.

— ¡Todos adentro! — Dije.

Empezámos a correr, pero Jake cayo al suelo. Cuando ibamos a tratar de salvarlo, los muertos se tiraron encima, ya era tarde.

— ¡No! ¡No! — Dijo Oscar, que era su mejor amigo.

Ahora nuestro patio principal lleno de muchos muertos cabreados y hambrientos. Mejor no lo teníamos. Atrapados en nuestro própio refugio. Oscar llorando, y Terminus nos tenía cojídos. En ese momento, Tom empezó a vomitar.

— ¿Tom, estas bien? — Dijo Eva.
— ¡No, no te acerques! — Dije. — Algo raro le pasa.

Tom cayo al suelo al instante. Cuando empezámos a ver si tenía pulsaciones, se trasformo al instante, pero era más fuerte. Era lento, como todos los muertos, pero más fuerte. Intento atacarme, pero Agustin clavó el cuchíllo a tiempo en la cabeza.

— Ese no era un muerto normál, ¿que narices era? — Dije.
— No lo sé, creo que han mutádo. — Respondió Roberto, seriamente. — Tenemos que saber que le causó esto.




The Last Of Them Parte 3- Sinopsis próximos 5 capitulos



Capitulo 6- Silencioso y Armado: Hay un topo en el grupo.

Capitulo 7- Correr: El refugio no resistirá mucho.

Capitulo 8- La Resistencia: Las duras calles llenas de muertos lo complícan todo.

Capitulo 9- Hacer lo Imposible: Una posibilidad remota de sobrevivir.

Capitulo 10 (Final Temporada)- Esto es la Guerra: La lucha por todo lo que tenemos y todo lo que queremos.

 

Capitulo 6: Silencioso y Armado

— Dime que plan tienen los tuyos, y serás el único vivo. — Dijo Oleg.
— Por lo que he oído, pretenden dejár la prisión, ahora que las vallas han cedído al peso de los numerosos muertos. Aún no sé donde, pero trataré de averiguarlo. — Dijo Roy.
— Gracias, tienes mí palabra que te salvaré a tí y a quién tu quieras. —Dijo Oleg.

Roy estrechó la mano de Oleg, y subió al coche, poniendo rumbo a la prisión. Como entraba por detrás, nadie sabía si se había ido. Roy llegó donde estábamos los 3 líderes, Yo, Roberto y Agustín, hablando sobre que hacer.

— ¡Irnos no es una opción! — Dijo Roberto.
— ¡Pero si sabes perfectamente que esto no resistirá! — Le dije, intentando hacerle cambiar de idea.
— Creo que Manu tiene razón. — Añadió Agustín, apoyandome.
— Esta...esta bien, dejádme que lo piense. — Respondió Roberto.

Roberto se fue por un lado, y yo y Agus por otro. Me hacía sentír bien que tenía a mi buen amigo Agustín apoyandome. Al rato, Agus se fue a su celda, a estár con Amy. Yo me dirijía a la mía, cuando apareció Roy apuntandome con un arma.

— Roy, ¿que haces?
— Algo que es necesario hacer, camina. — Dijo.

Roy me llevó a la parte trasera de la prisión. Me hizó subír a un coche.

— Bien, ahora conduce. — Dijo Roy.
— ¿A donde? — Dije.
— A ver a un amigo mío. — Respondió.

Yo me temía hacía donde ibamos. Terminus. Pero no íba a permitírlo. Salímos de la prisión. Roy tenía su pístola en mi nuca.

— ¿Por que haces esto? — Le pregunté.
— No voy ha hablar. — Me respondió Roy.

Como dije antes, no iba a permitir que ocurriese algo que pusiese en peligro a mí familia, ni a mi grupo. Cuando ibamos recto por la carretera, me giré y le quité el arma a Roy, lo que provocó que el tuviese que cojer el volante, y entre tanto movimiento en el vehículo, volcamos y chocamos con un árbol. Perdímos el conocimiento. Cuando desperté, ví que Roy estába caminando en dirección a Terminus, pero no iba a permitirlo. Salí del coche como pudé. Al salír, empecé a correr trás el. El me vió y sacó el arma, pero pudé lanzarme a tiempo encíma suya. Empecé a pegarle puñetazos, pero el pudo doblarme y me empezó a pegar el. Por suerte el arma estaba casi a mí lado, y la pude cojer. Como pudé le apunté. El se levantó con las manos en alto.

— ¡En mí grupo no hay lugár para la redención! — Dije, muy herido por los golpes en la cara.
— Por favor, no me mates. — Respondió Roy, mas malherido que yo.
— Vete al infierno. — Dije, apretando el gatíllo.

Maté a Roy, y estaba malherido. Tenía que volver a la prisión. Pero si se enterban de lo que pasó, algúnos me odiarían. Tenía que mantener la muerte de Roy en secreto.

 

Capitulo 7: Correr

Caminé y caminé hasta llegár a la prisión. Pero para mí sorpresa, escuché disparos. Entré por la valla que cayó cuando los muertos la pasarón. Y ví que la de la entráda también cayo. Ya estában en el patio. No se podía salír de los edificios. Divisé a Agustín en el tejado, con un rifle Barret, y chaleco antibalas, seguramente de la prisión. A continuación pude ver a Roberto, Marta, y Oscar con trajes antidisturbios enfrentando a los muertos, algunos eran muertos mutádos (como dotados de un plús de fuerza). Los demás supuse que estarían en el interior (Amy, Eva, Emily, Fede, Dan, Michelle). Rapidamente, fui corriendo, esquivando muertos, hasta que uno de los mutádos (que llamo Zetas (Z) ), me cojió y trató de morderme, y parecía que era mi fin, hasta que Oscar le dió con la porra antidisturbios en la cabeza.

— ¡Vamos, subámos encíma del autobús penitenciario! — Dijo Roberto.

Todos corrímos hacía ahí, pero 4 de ellos atrapáron a Marta. A pesár de tener el traje, no pudo defenderse, y las partes que no estában protejidas, fueron devoradas. Los demás conseguímos subír al bús.

— ¿Donde estábas? — Preguntó Roberto.
— Persiguiendo a Roy.
— ¿A ese científico? ¿Por qué?
— Les filtraba información nuestra a Terminus. — Dije.
— Maldito cabrón. — Añadió Oscar. — Y, ¿donde está ahora?
— Unos muertos aparecieron y conseguí escapar, pero el no. — Respondí, obviamente, mintiendo.
— Yo lo ubiese matado. — Dijo Roberto.

Oscar se me quedó mirando, yo esquivé su mirada, porque me sentía culpable. Los muertos balanceaban el autobús, pero resistía. Agus empezó a disparar con el Barret, matando a varios de ellos. No se ni como se enseñó, pero era bueno.

— ¡Tenemos que irnos! — Dijo Roberto. — ¡Agus, recoje a todos y nos vemos en la parte trasera, cojed armas, comida, medicianas, y todo lo necesario!

Agustín levantó el pulgár y desapareció.

— Bien, cuando diga tres, saltamos todos y vamos a la parte trasera... ¡tres! — Dijo Roberto, que saltó solo.

Oscar y yo nos miramos. Roberto empezó a correr.

— ¡Despistaré a algunos para que bajeis!

Algunos persiguieron a Rober, otros seguían con nosotros. Oscar y yo saltamos por la parte más vacia y comenzámos a correr a la parte trasera. Mientras corríamos, hablabamos.

— Con que...los muertos atraparon a Roy. — Dijo Oscar.
— ...Si. ¿Algo en contra?

Oscar me miró.

— Si. No me lo creo.

Me quedé mirandole, cuando apareció el camión con todos dentro, y Roberto igual, y una horda detrás.

— ¡Corred, subid! — Dijo Dan.

Subímos a la parte trasera, y salímos de la prisión.





Capitulo 8: La Resistencia

(5 horas después de escapar de la prisión...)



— ¿Ahora que hacemos? — Preguntó Agus.
— Buf, no lo sé. Teniendo a Terminus pisandonos los talones. — Dije.
— La única opción es atacar Terminus. — Añadió Roberto.
— ¿¡Que!? ¿¡Estás loco!? — Dijo Oscar.
— ¡Oye, no chilles, mi novia esta durmiendo! — Dijo Agus.
— Mira novato, me importa un dedo de muerto que tu "novia" duerma. — Dijo Oscar.

La respuesta de Oscar a Agus provocó que empezáran la pelea. Agustín lo golpeó de tal manera, que tiró del camión a Oscar. Roberto trató de cojerlo por detrás, pero Agus se lo quitó de encima, tirandolo del camión. De repente subió Oscar, que se la devolvió a Agus, que cayó. Después, y sín saber porqué, me pegó a mí, que caí al lado de Agus. Yo me levanté.

— Has cometído un error... — Dije, dandole una patada en el pecho, y volviendolo a tirar del camión, haciendo también la aparición de muertos, y de que se despertasen todos.

Roberto (que es el mejor amigo de Oscar) me cojió por detrás, sín soltarme. Agus le cojió a Roberto, y lo empujó fuera del camión. Era un: Agus y Manu vs Rober y Oscar. Roberto estaba peleando con dos muertos que aparecieron debído al ruido. Yo no para de golpear a Oscar, y Agus trataba de calmar al grupo. Los demás le dijeron a Agus que lo parara todo. Y el accedió. Mató a los muertos que atacaban a Roberto, y trató de separarme de Oscar, que le costaba levantarse.

— ¡Tú no sabes una mierda de lo que pasó con Roy! — Le dije, mientras Agustín me sujetaba.
— ¡Tú lo mataste! ¡No te quiero aquí!

Todos se me quedáron mirando. Erika comenzó a llorar. Mi hija (que era un bebe de 1 año) también. Eso provocó que viniesen 30 muertos de dentro del bosque.

— Hablaremos luego de esto. ¡Vamonos! — Dijo Roberto.

Todos subímos rapido y nos fuimos del lugár, sin saber a donde.

 

Capitulo 9: Hacer lo Imposible

— ¡Roberto, no! — Dije, con tristeza.

Will le rebanó la cabeza como si cortara patatas. Perdímos a uno de nuestros líderes.

— ¡Si quereis sobrevivir, debeis luchár por ello! — Dijo Will.


(3 horas antes...)



Decidimos atacar Terminus. Sabíamos que perderíamos, tal vez moririamos, pero no podríamos sobrevivir mas en la carretera, no con niños, y sín gasolinia. Había que luchar. Al llegár a las puertas, ya nos recibieron con dísparos. Pero bueno, voy ha ir al momento en el que estamos ahora. Con el camión atravesamos las puertas, que se rompieron. Ahí nos dímos cuenta que Terminus dejaría de ser un refugio, ya que los muertos entraron al són de los disparos. Will y Oleg secuestaron a Eva y Amy. Los demás se escondieron en una de las casas. Solo disparabamos yo, Agustín, Roberto, Oscar, Dan y Fede. Fede murió el primero, recibiendo un balazo de un soldado de Terminus. Agus y yo buscabamos a Will y Oleg, ya que tenían a nuestras mujeres. Por suerte, tenían pocos soldados, los justos para defender Terminus de los muertos. Los civiles cojieron sus coches y se fueron de allí. Me da pena por ellos, no son culpables de nada. Vímos a Fede transformado, y Dan muerto también. Oscar les libró de su sufrimiento. Roberto desapareció.

— Que Dios os acompañe. — Dijo Oscar, mientras los libraba a Fede y Dan de ser una de esas cosas.
— ¿Roberto? ¿Ha muerto? — Pregunté.
— No lo sé. Ha desaparecido. — Respondió Agus.

Fuimos a ver a los nuestros, y Roberto no estaba con ellos, pero ellos estaban bien. Michelle protegia a Emily, que era un bebe y estaba con ella. Decidió quedarse ahí, para estar a salvo. Después iriamos a por ella y mi hija. Ahora fuimos a buscar a Roberto, Eva y Amy. Al girar una esquina, vimos algo horrorizante.


(Volvémos al principio)



— ¡Roberto, no! — Dije, tristemente.

Will le cortó la cabeza con una espada templaria. Roberto cayó al suelo, separado de la cabeza, que cayó delante de Oscar. Will y Oleg tenían a Amy y Eva atadas.

— ¡Si quereis sobrevivir, debeis luchár por ello! — Dijo Will.

Oscar sacó lagrimas.

— ¡Voy a mataros! — Dijo Oscar, que empezó a correr a por ellos.
— Oleg, ya sabes que hacer. — Dijo Will, pasandole una escopeta.

Oleg disparó sin remordimientos a Oscar, que murió al acto.

— Oh, mierda. Practicamente han muerto todos. — Me dijo en voz baja, Agus.

Yo no pudé contestar. Estaba paralizado. Los muertos estaban detrás nuestra. Eran 2. Agustín los mató.

— Por...por favor...no mateis a mi mujer, por favor... — Dije, con lagrimas en los ojos.

Will se empezó a carcajear.

— ¡Cobarde! ¡Vas a verla morir! — Dijo Oleg, mientras le traspasaba la espada por la cabeza.
— ¡No! — Dije, mientras saqué el arma y disparé a Oleg en la cabeza. — ¡No! ¡No!

Caí al suelo de rodíllas, con impotencia.

— ¡Tú, Agustín, se que tu mujer esta embarazada! Que pena que vaya a perder el bebe... — Dijo un loco Will, golpeando a Amy en la barriga, que escupía sangre.
— ¡No la toques, joder! — Dijo Agus, mientras disparó a Will, que saltó la valla como pudo y se fue.

Amy cayó al suelo, inconsciente. Fui a ver a mí mujer.

— No...no...¿porque siempre a mí?... — Dije, ya llorando, mientras Michelle venía con mí hija.
— Nos tenemos que ir ya, los muertos vien...oh, dios mio, los siento Manu...

Lanzé un grito al cielo como si fuera un demonio. Agustín levantó a Amy, y todos subímos a un vehículo. Dejamos Terminus. Jamás volvería a ser la persona que era. Pero mi objetivo era encontrar y matar a Will. Cuando ya estabamos a 30 kilometros de Terminus, vímos una señal en medio de la carretera. Me bajé a verla.

— Permaneced todos ahí. Voy a ver. — Dije.

Al acercarme, pude leer lo siguiente: Cuidad de los Vivos, la única ciudad del continente libre de infectados. Si llegais, vivireis, si no lo intentais, morireis.
Me acerqué al coche y me subí.

— Michelle, sigue recto. — Dije.

Ella accedió, subí al coche, cojí a mi hija en brazos, y pensé que cuando creciera, no tendría a su madre. Amy seguía inconsciente, y Agus la sostenía.

— Vayamos a Cuidad de los Vivos. — Dije.