Explícito The Devil [Gakkou Roleplay | Kat x Joey]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Gigi Blanche, 27 Abril 2020.

  1.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Título:
    The Devil [Gakkou Roleplay | Kat x Joey]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4598
    Título: The Devil
    Rol: Gakkou Roleplay
    Personajes: Katrina Akaisa; Joey Wickham.
    N/A: necesito ocupar un género que ponga porno sin plot x2. Weno Yáahl aquí estamos jsjs what is this why the fuck am i enjoyin it so much DUNNO DONT CARE.
    Btw, advertencia de escena de sexo heterosexual explícita y bastante dirty, si me lo permiten

    WHAT HAVE I DONE, GOD, FORGIVE ME

    I. The Magician.
    II. The Popess.
    III. The Empress.
    IIII.
    The Emperor.
    V. The Pope.
    VI. The Lover.

    VII. The Chariot.
    VIII. The Justice.
    VIIII. The Hermit.
    X. The Wheel of Fortune.
    XI. The Strength.
    XII. The Hanged Man.
    XIII. Nameless.
    XIIII.
    The Temperance.
    XV. The Devil.
    XVI. The Tower.
    XVII. The Star.
    XVIII. The Moon.

    XVIIII. The Sun.
    XX. The Judgement.
    XXI. The World.
    Ø. The Fool.



    chimera, u show no mercy
    so savage, ur breathing fire
    u vicious, enchanting monster
    fill my veins with cruel desire




    The Devil.png
    .
    .

    El humo suspendido en el ambiente opacaba los de por sí tenues reflectores anclados al techo. Su luz amarillenta reptaba sobre la oscuridad y se fundía con ella en la silueta de los sillones desvaídos, las botellas de cerveza y los cuerpos perdidos.

    Ominoso.

    Joey dejó caer la cabeza sobre el respaldo acolchado y soltó el humo, denso y blanquecino, por la nariz. Su universo se limitaba en aquel momento a los halos danzantes de luz, serpenteando entre la ligera cortina de vaho suspendida en el aire. La muchacha sentada a su lado, según lo recordaba, le jaló de la camiseta suavemente y él giró la cabeza hacia ella. Sonrió, alzando un brazo del respaldo, y le acarició con cierta torpeza el cabello ondulado. Era rojo, parecía un incendio, y le combinaba con el labial de sangre.

    —Vamos, Joey —se quejó, haciendo un mohín—. Si no lo compartes es desperdicio.

    Wickham soltó una risa floja directamente desde su pecho. Borboteó ronca desde su garganta, acompañada por un vago rastro de humo, y le dio una nueva y profunda calada al porro. Separó el cigarro de sus labios, contuvo el aliento y le indicó que se acercara en un gesto sutil. La muchacha se inclinó hacia él, colocó ambas manos sobre su pecho y entreabrió los labios a milímetros de su rostro. Joey sonrió, enredando los dedos entre su incendio, y exhaló el humo lentamente dentro de su boca. Apenas acabó su tarea, la empujó hacia él y le dio un beso fugaz, intenso y descoordinado. Ella reaccionó de inmediato y estuvo a punto de sentarse a horcajadas sobre su regazo cuando una voz los distrajo.

    —Estás más puesto que la mierda, cabrón. ¿Me llamaste para mirarlos o unirme? No tengo problema con ninguna de las dos~

    Joey la vio entre la bruma del ambiente, el alcohol y la marihuana, y le sonrió ladino.

    —Al fin llegas, gatita. Me estaba aburriendo sin ti.

    Katrina permanecía cruzada de brazos, de pie frente a ambos, y se corrió el cabello oscuro del hombro con cierta altanería. Su expresión, sin embargo, fue prácticamente una seda cuando se inclinó hacia la chica y le habló al oído. Joey no pudo oírlas, ni tampoco se preocupó por hacerlo. Dejó caer la espalda sobre el sillón una vez más y estiró los brazos, observándolas divertido. No necesitaba sus neuronas espabiladas para comprender la situación.

    Unos segundos después, la pelirroja se encogió de hombros, le guiñó un ojo y se fue. Katrina reemplazó su lugar, echándose sin sutileza sobre el sofá, y extendió las piernas sobre la mesa ratona frente a ellos. Para cuando Joey fue consciente de ello, Akaisa ya le había arrebatado el porro de entre los dedos y estaba dándole una profunda calada.

    —Vamos, preciosa —murmuró, acercándose a ella—. Ya conoces las reglas. Si no compartes es desperdicio.

    Katrina lo vio de reojo, alzó una ceja y escupió el humo hacia el lado contrario. Joey suspiró y ella le sonrió. Todo en su expresión gritaba una profunda y malvada diversión; la mueca suave, de labios pálidos, la piel nacarada y su mirada dispar, afilada y dulce, capaz de desnudarte, destrozarte o congelarte. Joey meneó la cabeza luego de mirarla un par de segundos, y volvió a echarse para clavar la vista en el techo.

    Esa perra.

    —Tendrás que hacer valer mi tiempo aquí —le advirtió, aunque su voz no tuviera el menor tinte de amenaza impreso—. Digo, ya que ahuyentaste a la otra.

    —Por favor, Wickham, como si no fuera justamente eso lo que querías.

    Una sonrisa floja estiró los labios del chico.

    —¿Debería sentirme halagado?

    —Me vale una mierda.

    La respuesta áspera y cruda, absolutamente automática, le arrancó una risa de la garganta.

    —Ah, Katty, Katty. Por eso nunca tengo suficiente de ti. ¿Me lo pasas?

    Estiró la mano hacia ella, viéndola desde su posición. Akaisa le dio el pequeño cigarro tras pensárselo unos segundos y le echó un vistazo de soslayo mientras se lo acababa, paseando la mirada por el pub con cierto desinterés.

    —Qué pocilga. ¿Aquí te intoxicas todas las noches?

    —Algo así, sí. La cerveza es ridículamente barata y las chicas están buenas. ¿Tú dónde evitas volver a casa? ¿En un hotel cinco estrellas?

    Katrina lo repasó de arriba abajo y se sonrió, alcanzando la botella de cerveza junto a sus pies para darle un trago. Ligeramente tibia, con poco gas, pero ¿qué más daba?

    —Descuida, bebé. No darías la talla.

    —¿Cómo puedes estar tan segura de ello?

    ¿Qué clase de pegamento conseguía que siguieran pasando tiempo juntos? Era algo que a ninguno de los dos le interesaba preguntarse. Sólo eran un par de zorros escarbando en el otro lo que estuvieran dispuestos a darse, a cambio de recibir lo que esperaban.

    Joey era un saco de boxeo.
    Katrina era un agujero.

    —Sólo hay que mirarte.

    —Entonces, ¿qué haces aquí, preciosa? —ronroneó, inclinándose hacia su oído—. ¿Por qué no te vas a jugar con tus muñecas? Como esa niña tan bonita, la de primero. ¿Cómo era su nombre?

    La risa que vibró fuera de Katrina fue diferente a las anteriores. Se acabó la cerveza de un trago, dejó caer el vidrio al suelo y se giró hacia Joey con un movimiento rápido. La diversión usual de su expresión despedía, ahora, una llamarada fría de peligro.

    Pero a Joey no le asustaba Katrina, no como a los demás.

    Era sólo una gatita.

    —Ahora entiendo por qué no dudaste en lanzarte encima de la rata de biblioteca —murmuró, cerca de su rostro, recorriendo su pecho con la punta del dedo—. Dime, cariño, ¿te das cuenta el cabrón de mierda que eres? ¿O ni de eso te enteras?

    Joey había erguido la cabeza para sostenerle la mirada, y la eterna sonrisa en su rostro era probablemente lo que más conseguía quebrar los nervios de Akaisa. Él lo sabía, y lo usaba a su favor siempre que pudiera. Le encantaba provocarla.

    Le daban ganas de follársela.

    —¿Estás insinuando que nos diferenciamos en algo, linda? Porque yo creo que no~

    No eran ingenuos; la verdadera naturaleza de su relación no había tenido la decencia de retrasarse en aparecer. Furiosa, avasallante, como una olla a presión. Cada beso, cada mordida y cada embestida estaban pintadas de una rabia furiosa. Era una guerra constante que, al menos, los mantenía vivos.

    Poco más tenían.

    Antes de que Katrina pudiera responder —o más bien tirársele encima, según lo que parecía querer hacer—, Joey hizo aparecer el paquete de cigarrillos entre ellos, extrayendo uno de un golpecito seco. Lo dejó entre sus dientes y la miró, indicándole con la cabeza que se sirviera. Katrina echó el aire por la nariz, como un toro cabreado, y dispuso sin mucha delicadeza. Rebuscó el encendedor dentro de su ropa y sus facciones se iluminaron apenas un segundo. Joey se la había quedado mirando, y se inclinó hacia ella para encender su cigarro con el de la chica. Cuando Akaisa adivinó sus intenciones frunció el ceño y se echó para atrás, hacia el otro lado del sillón; pero Joey reptó sobre ella y anuló sus rutas de escape.

    Era, después de todo, una eterna lucha de poder.

    Le sostuvo el rostro, aplicando la fuerza necesaria para inmovilizarla sin hacerle daño, y unió la punta de sus cigarros un par de segundos. Sonrió amplio, habiendo ganado, y se retiró hasta su posición original. Katrina, quien estaba ahora recostada sobre el sofá, quitó los pies de la mesa ratona y los dejó caer con fuerza sobre el regazo de Joey. El muchacho se encorvó un poco ante el impacto, soltó una risa ronca y le dio unas palmaditas en las canillas envueltas en redecillas negras.

    Se quedaron así un rato, fundidos en la oscuridad, los vicios y el calor del pub; casi como si fueran elementos naturales del paisaje. El mundo transcurría agitado y bullicioso a su alrededor, pero no le prestaban la menor de las atenciones. Podría haber caído una bomba junto a ellos, sin conseguir inmutarlos.

    Entumecidos.

    La muerte del cigarrillo fue la campana de Katrina para cambiar de plan. Dejó caer la colilla al suelo, exhalando la última nube de humo, y se irguió junto a Joey. Colocó las manos en su hombro, la mejilla sobre ellas, y le echó un vistazo a lo que el moreno hacía con su celular. Su ceño se frunció de inmediato.

    Maldito cabrón.

    —¿Quién juega a las muñecas ahora? —ronroneó, borrando a consciencia cualquier rastro de molestia en su expresión, y acarició la oreja de Joey con su aliento cálido—. ¿Eh, niño inglés?

    Joey tipeó una última respuesta antes de devolver el móvil a su bolsillo y ver a Katrina por el rabillo del ojo, llevando su mano en silencio hasta el contorno de sus piernas.

    —Es interesante —respondió, deslizando la yema de los dedos sobre su piel—. Seguro tú me entiendes.

    —¿Y qué harás, hmm~? Cuando la pobre ilusa se trague el cuento, se crea que puede cambiarte, y se aferre a ti como un estúpido mástil.

    Joey rió, y su risa sonó genuinamente divertida. Mezclada, incluso, con una pizca de incredulidad.

    —Como si eso fuera posible —replicó—. Jez no es tan tonta.

    Katrina suspiró, meneando la cabeza, y con movimientos sinuosos se acomodó a horcajadas sobre su regazo. Joey calzó las manos en su cintura casi por reflejo y la vio desde abajo. La silueta de Akaisa se recortaba contra el humo y los reflectores amarillentos, brindándole un extraño y contradictorio halo de luz. Como un ángel, ¿eh?

    Más bien un ángel caído.
    O la puta de todos ellos.

    —¿Estás seguro de eso, cielo?

    No tenían mucho sentidos las sutiles advertencias de Katrina, a decir verdad, no cuando ambos estaban enredados de pies a cabeza en ese extraño juego de tira y afloje. Joey jamás la escucharía, pues hacerlo allí, bajo su cuerpo y su sonrisa victoriosa, significaría una absoluta e irremediable derrota; y aunque toda aquella competencia para él fuera, en términos prácticos, más un precalentamiento que otra cosa, bueno…

    Le divertía.
    Provocar a la gatita y luego verla retorcerse.

    —¿Te importa, de todos modos?

    —Aún menos que tú~

    —¿Para qué coño seguimos hablando, entonces?

    —¿Para qué, dices? —La sonrisa de Kat, de ser posible, se tornó aún más juguetona, y bajó una mano a la entrepierna del muchacho—. Para torturarte un poco.

    Joey no movió los ojos de los suyos ni un instante, ni siquiera cuando la chica comenzó a acariciarlo sobre los vaqueros, ni siquiera cuando le sonrió ampliamente, mostrándole su impecable hilera de dientes blancos, al notar el relieve bajo sus dedos.

    —Te pones duro tan rápido —soltó, burlona—. Eres un puto niño.

    Joey se encogió de hombros, sin verse afectado en lo más mínimo. ¿Cuánto más pretendía provocarla?

    Tirar, y tirar, y tirar. Hasta romperla.

    —Es lo que hay, preciosa. Y a juzgar por cómo sueles gritar, diría que no te molesta demasiado.

    En ese momento la detuvo por la muñeca y afianzó el agarre alrededor de su piel. Ah, su brazo era tan pálido y delgado; los dedos se le marcaban de inmediato.

    Las uñas también.

    —Déjalo para después —murmuró, sedoso, y tiró hacia sí con brusquedad; con la mano libre presionó su nuca, impidiéndole alejarse, y sus alientos chocaron—. Comienza a imaginarlo.

    Kat no opuso resistencia; sabía que era fútil intentar ganarle a Joey en el terreno de la fuerza física. Por ello contaba con otras… estrategias. Se sonrió contra sus labios cuando él prácticamente devoró su boca como un animal hambriento, aferrándose a su cabello y tirando apenas. Kat se acopló a su ritmo, ladeando el rostro y separando los labios lo suficiente para que su lengua ingresara sin problemas; pero Joey aún no dejaba ir su muñeca y, de hecho, parecía agarrarla con cada vez más fuerza. Akaisa gruñó contra su boca cuando sacudió la mano sin éxito y, molesta, le mordió con ímpetu el labio inferior. Joey abrió los ojos, ceño fruncido, y se encontró con la mirada helada de Katrina.

    —¿Qué mierda haces, Akaisa?

    —Suéltame.

    Una sonrisa torcida decoró el rostro del moreno.

    —¿Y si no quiero~?

    Katrina utilizó la mano libre para aferrarse a su camiseta con fuerza y jalarlo hacia ella, despegándole la espalda del sofá. Apreció el fino hilo de sangre corriendo por su barbilla y le echó su aliento caliente sobre la boca.

    Quemaba.

    —Suéltame, pedazo de mierda, o te arrepentirás.

    —Oye, Katty, acabas de lastimarme. Estoy muy herido aquí, ¿sabes? —Ahí iba de nuevo, la sonrisa torcida—. ¿No harás nada al respecto?

    Ardía.

    —Si quieres te muerdo más fuerte.

    Joey utilizó el puño de la camiseta para limpiarse la sangre y, de un movimiento rápido, se coló entre su cabello para alcanzar su cuello. Allí era cálido, olía a tabaco y perfume, y se relamió los labios. Apenas llegó a darle un mordisco suave antes de que Katrina lo empujara contra el sofá de vuelta y se lanzara encima suyo, siendo esta vez la primera en devorarle el aliento.

    Ardía como la puta mierda.

    Joey, finalmente, dejó libre su muñeca y se coló dentro de su blusa. Recorrió casi con maña cada centímetro de su espalda, jugueteó alrededor del broche del sostén y bajó hasta sus caderas. Kat, sin desatender sus labios, enredó ambas manos entre su melena oscura y jaló sin delicadeza de su cabello, arrancándole un gruñido bajo del pecho. Joder, cómo la ponía oírlo gruñir así. Bajó hasta su cuello, lo recorrió de punta a punta, y tiró de su camiseta para alcanzar la piel de sus clavículas. Joey echó la cabeza hacia atrás para dejarla hacer, mientras suspiraba al aire y apretaba sus muslos con ambas manos. Kat volvió a sus labios, sosteniendo su rostro contra el suyo, y Joey deslizó el agarre hasta sus glúteos para pegarla a él. El movimiento, algo brusco, la obligó a separar las piernas y sus intimidades chocaron a través de la ropa, arrancándole una reacción a ambos. Kat soltó el aire contra su boca, agitada, y Joey le mordió el labio sin fuerza. Compartieron una mirada breve, totalmente oscurecida, y Wickham hizo un movimiento de cabeza hacia la izquierda.

    —Las damas primero.

    —¿Qué tal si me quitas las manos del culo antes?

    El moreno rió y, en respuesta a su pedido, afianzó aún más el agarre. Kat lo fulminó con la mirada, pero permaneció en silencio y comenzó a mover las caderas sobre él. A medida que el ceño de Joey se arrugaba, ella sonreía.

    boy, i’ll get u so high.

    —¿Te piensas que puedes joder conmigo, niño inglés? —ronroneó a su oído, pronunciando aún más el vaivén contra sus vaqueros

    let me blow your mind tonight.

    —Estás muy equivocado, cariño. Tu puto cerebro de nuez sólo piensa con el pito, y jamás podrás superarme con eso. —Enredó los dedos lentamente entre su cabello, tirando de él para dejar expuesto su cuello—. ¿Quieres follarme? Tendrás que ganártelo, cabrón.

    Se aferró a la piel aceitunada entre sus labios, y succionó con fuerza para dejarle una marca intensa. Joey se dejó hacer como el animal hormonal que era, utilizando ambas manos para acompañar el vaivén de Katrina. Tenía los labios entreabiertos y siquiera se molestó en disfrazar cuán agitado brotaba el aire de su pecho. Se dejó hacer hasta que pensó que explotaría y volvió la vista hacia Akaisa. Ahí estaba, disponiendo de él a antojo y voluntad.

    Lilith.
    El súcubo más hermoso del averno.

    Bueno, si aquel era el infierno, debía reconocer que lo habían pintado mucho peor de lo que era; y si Katrina estaba allí para chuparle la sangre y consumirle la vida, no iba a quejarse.

    —Vas a matarme, preciosa —soltó sin gracia, en tono suave—. ¿Quieres oírlo directamente de mí?

    Akaisa despegó su cuerpo del suyo y lo vio complaciente. La sonrisa victoriosa en su rostro era tal que prácticamente podía escucharla ronronear.

    —Por favor~

    Joey alcanzó su rostro y lo atrajo hacia él, acariciando el lóbulo de su oreja con los labios. Respiró allí un par de segundos y, finalmente, susurró:

    —Ganaste.

    .

    .


    Quizá parecía enrevesado, pero no había en realidad gran complejidad en su dinámica; no viéndolo en retrospectiva. Podía decirse que se echaban el tiempo retándose y tentándose hasta que, como el flujo natural de un río, Joey cedía y Kat disponía de él hasta hartarse. Finalmente, casi a modo de recompensa, si se quiere, el chico recibía su tajada del pastel.

    Ella tenía el control sobre algo un rato, y él se la follaba a cambio.
    Bastante simple.

    Joey la arrastró al baño de hombres y apenas le prestó atención a las personas ahí adentro; a Katrina tampoco pareció importarle. Ella pasó primero dentro del cubículo y él azotó la puerta con fuerza, acorralándola luego contra ésta. Apenas había espacio entre el retrete y ellos, apenas hubieron besos, palabras bonitas o caricias. Kat le bajó la cremallera de los vaqueros con dedos torpes, mientras Joey se encargaba de quitarle la falda negra y las medias de red.

    —Deja de usar estas mierdas cuando vamos a vernos, joder. Son un asco para quitar.

    Katrina soltó una risa floja, rodeándole el cuello con los brazos, mientras él se ponía el condón.

    —Haré lo que me salga del culo, Wickham.

    —Ah, ¿este culo? —replicó, sonriendo ladino, y la despegó del suelo con ambas manos—. Te gusta así, ¿verdad? Cuando nos quedamos de pie.

    A Katrina ya no le interesaba contenerse o fingir desinterés a esa altura, no con su batalla ya acabada. Cuando Joey la sostuvo así, como si nada, y se apretó contra su intimidad expuesta, el calor la recorrió de punta a punta y dejó escapar un gemido prolongado, enredando las piernas en su cintura. Joey la vio cerrar los ojos y echar la cabeza contra la puerta, y se mordió el labio.

    Era un maldito hijo de puta, y le excitaba como pocas cosas hacerla desear.

    Comenzó a mover las caderas contra ella, casi en cámara lenta, sin penetrarla ni quitarle los ojos de encima, y siguió haciéndolo hasta que recibió la mirada helada de Katrina. Ah, joder, tenerla así sólo lo habría puesto más duro de ser posible.

    —¿Qué ocurre, Katty? —susurró, juguetón—. ¿Estás impaciente?

    —No me vengas con mierdas, Wickham.

    Era casi inevitable, la respiración agitada colándose entre sus palabras le quitó gran parte de veracidad. La sonrisa de Joey lucía gatuna y Akaisa frunció el ceño, gruñendo.

    —A ver, cabrón hijo de puta, ¿cuál es tu puta idea de-

    Los insultos se extinguieron al fondo de su garganta cuando Joey la penetró. No fue suave, como un encuentro romántico, ni lento, como sus fantasías de torturarla. Fue rápido, repentino y fuerte. Se coló dentro de ella al primer intento, como si conociera su cuerpo de memoria, y no esperó ni medio segundo para comenzar a embestirla contra la puerta. La hoja de madera se golpeaba contra su cerrojo al mismo ritmo que el cuerpo de Kat subía y bajaba.

    No había amor, ni cariño, ni paciencia. Era sexo rabioso, violento, casi obsesivo.

    Los gemidos de Akaisa no tardaron en llenar el recinto. Jamás lo admitiría, prefería morir antes que hacerlo, pero Joey sabía. Había aprendido con una agudeza casi increíble la forma de moverse que la volvía lisa y llanamente loca. Se aferró a su espalda con ambos brazos, deseando haberle quitado la camiseta para enterrar las uñas en su piel, y sintió la respiración caliente de Joey en su cuello mientras no le daba tregua. ¿De dónde sacaba la energía el cabrón, con lo puesto que estaba? Sus piernas pálidas permanecían enredadas con fuerza alrededor de su cintura, acompañando el movimiento de sus caderas para ayudarlo a ir aún más profundo, si es que era posible. Una bruma espesa le mantenía nublada la mente y apenas podía razonar sobre nada, sólo la gobernaba una mezcla ponzoñosa de éxtasis y furia.

    Maldito hijo de puta.

    Lo odiaba. Odiaba a los de su tipo, odiaba que fuera tan jodidamente bueno en lo que hacía. Odiaba sentirse tan bien cuando la follaba, pero lo que más odiaba era que no le importara lo suficiente para negarse. Lo odiaba todo a su alrededor, y aún así, ese odio era la inyección de adrenalina que la hacía sentir tan malditamente bien.

    Como allí, entre la puerta de madera y el cuerpo caliente de Wickham.

    Podía sentir sus dedos clavados en sus glúteos, con la suficiente fuerza para hacerle doler, y como si pareciera no contentarle todo lo demás, comenzó a repartir besos y mordidas casi nerviosas por su cuello. Dolía, y era revitalizante, y sólo quería más. Se mordió el labio en un burdo intento por ahogar sus gemidos, pero el cabrón comenzó a embestirla más pausado y profundo.

    No se lo haría fácil, ¿eh?

    —Vamos, preciosa —le dijo al oído; su voz sonaba ronca y, muy a su pesar, le ponía—. Quiero oírte.

    —Cállate la puta boca por una vez en la vida, Wickham —bramó, jalándole del cabello en reprimenda.

    Aquello lo obligó a echar la cabeza hacia atrás y Joey sonrió, deslizando las manos hacia sus muslos. La diversión en sus ojos opacos era irremediable y Kat lo sabía. Estaba a su puta merced.

    —Vale, me callaré —concedió, sin dejar de moverse lentamente dentro suyo—. Con una condición~

    Akaisa rodó los ojos, echando la cabeza sobre la puerta. Podría haber sellado sus labios en señal de protesta y quedarse allí, quieta, hasta que Joey se aburriera de molestarla y acabara su trabajo; pero no funcionaba así, no cuando la adrenalina parecía capaz de estallarle el corazón y la paciencia desaparecía de su mente nublada.

    Haría lo que fuera por recibir más de esa droga.
    Y el cabrón lo sabía.

    —¿Qué mierda quieres?

    La sonrisa gatuna de Joey era irritante. El muchacho se acercó a su oído y el susurro agitado le hizo cosquillas.

    Si ella era un súcubo, él era el jodido diablo.

    —Pídemelo. —Una breve pausa premonitoria—. Pídeme que te folle.

    La muchacha recibió sus ojos llenos de diversión y chasqueó la lengua, escupiéndole en medio de la cara. La sorpresa fue evidente en la expresión de Joey y, con el ceño arrugado, se limpió la saliva como pudo.

    —Fóllame.

    Su voz sonó suave e inocente, captando de inmediato su atención. Poseía una capacidad increíble para cambiarse las máscaras de lugar; para escupirle a alguien y pedirle semejante cosa con cara de ángel. Joey soltó una risa ronca, incrédulo, y devoró sus labios al tiempo que separaba aún más sus piernas con las manos para retomar el ritmo desquiciado de antes. Los gemidos de Kat morían en su garganta, y el sonido que llegaba a los oídos del chico se parecía a una queja. Le gustaba besarla pero oírla lo volvía loco, y entonces la dejó ir. Si el odio era la inyección de adrenalina de Akaisa, la suya propia era aquella. Cualquier chica entre sus brazos, con la mente perdida y las piernas flojas, pidiéndole prácticamente a gritos que no se detuviera.

    Poco más tenían.

    El primero en correrse fue Joey. Se apretó con fuerza contra Kat, deteniéndose allí en lo que el placer liberado le bañaba el cuerpo con una intensidad desmedida, y soltó el aire de golpe. Akaisa dispuso de él como si fuera un muñeco, echándolo sobre el retrete y colocándose a horcajadas encima suyo para acabar el trabajo por sí misma. Volver a sentirlo dentro le obligó a morderse el labio con fuerza. Estaba más caliente que la mierda, y ni loca se quedaría así. Joey la tomó por las caderas y acompañó sus movimientos sin quitarle los ojos de encima, como si pudiera devorarla con la mirada, y aquella sonrisa satisfecha plantada en el rostro. Era irritante, podría haberlo abofeteado, pero estaba a punto de llegar y cuando lo hizo se dejó caer sobre él. El aire apenas conseguía mantener su respiración a raya y el corazón le latía desenfrenado. Tragó saliva, sintiendo la boca seca, y al inhalar fue consciente de su puto aroma a tabaco y colonia.

    Hijo de puta.
    ¿Por qué mierda la hacía sentir tan bien?

    —Bueno, bueno, Katty —canturreó, con la espalda contra la pared y Akaisa sobre su pecho—. No puedo quejarme. Sí que hiciste valer mi tiempo.

    No bien contó con la resistencia suficiente para ponerse en pie, Katrina se incorporó y, en silencio, comenzó a colocarse la ropa. No era una sensación que exactamente le agradara, pero menos le apetecía lavarse en el puto baño de un pub. Joey seguía sentado allí, a sus anchas. Como si fuera el puto rey de la colina o algo.

    —¿Te acompaño a casa?

    Katrina rió ante su comentario; sabía que era una broma, que el jodido cabrón era un cínico de mierda y disfrutaba recalcar cuán desastrosa era su relación.

    —La próxima vez usaremos tus condones —sentenció, habiendo terminado de vestirse, y se corrió el cabello del hombro—. Ya no serás un puto parásito.

    —Bueno~ —coincidió sin más, y le sonrió con los ojos entornados—. Nos vemos en la escuela, preciosa.

    Katrina no le respondió, abrió la puerta del cubículo y la azotó con fuerza, como el cabrón había hecho cuando la estampó contra ella. Había un par de hombres ahí afuera, meando o arreglándose el pelo ante el espejo, que la vieron entre sorprendidos y divertidos. Akaisa alzó el dedo corazón en su dirección y desapareció de allí en un parpadeo.

    Hijos de puta.

    Eran todos una panda de imbéciles, de la peor calaña.
     
    Última edición: 7 Julio 2020
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  2.  
    Zireael

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    Le voy a soltar un puto ganador porque esta mierda me dio toda la vida y mira, no sé yo qué hacer después de esto ya. NO SÉ QUÉ HACER Y AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

    Listo. Ahora pretendamos que sigo siendo un humano racional, pero sobre todo, que soy funcional en este momento porque te juro que se me fueron todas las neuronas de un solo vergazo (gracioso uso de palabras en este contexto).
    Dios es que esta puta ship crack me hace sentir jodidamente sucia (???) y aún así la disfruto un huevo. No puedo explicarte yo lo que me encantan estos malditos estúpidos enfermos hijos de la reputísima madre.

    Su relación es un total y absoluto asco, creo que de hecho nunca sentí asco de estos dos hasta que se me juntaron, porque en el background de Kat siempre la puse metida en este fucking mundo, aprovechándose de pendejos, buscando en qué desatar la ira que le corre todo el cuerpo y seguir permitiéndose esa falsa libertad que el desobedecer algo le provoca pero BOY BOOOOOY cuando sumas al estúpido por excelencia a la ecuación esta mierda se descontrola todavía más, porque en este idiota encuentra todo un preámbulo asqueroso en el que puede permitirse competir, dar algo de resistencia y si hay algo que disfruta esta hija de perra es la sensación de desobediencia, pero también la de control y en el imbécil encontró las dos cosas. Una total y absoluta brat, sin duda, ya ni siquiera es que shape-shiftea a ser una brat para conseguir lo que quiere, es que directamente lo es y de todas las máscaras, esa sea probablemente una de las más genuinas, al menos en este contexto.
    Lo cierto es que puede llegar a aborrecer a Joey, pero el hijo de puta le afloja las piernas, lo que solo hace que lo siga odiando y así el ciclo continua, porque la verdad es que las putas ganas que le carga es del cabreo que le provoca (Kat sometimes I feel you so bad wtf) y a la vez lo provoca, solo para echarle gasolina al fuego, y conseguir lo que quiere. ¿Qué quiere la perra asquerosa? Esta maldita follada, cargada de ira, donde hasta podría decirse se castigan mutuamente sin siquiera tenerlo en cuenta o sabiéndolo y disfrutándolo, no sé yo, y de repente tampoco me importa como a estos les vale verga la vida entera.

    Uff, esta fue la que me pasaste en las sneak peek y gurl es horrible. Es por demás la parte más horrible de toda esta porquería y mira que están follando en un puto baño, más puestos que la mierda.
    Es horrible y no es más que la verdad, porque estos malditos están huecos y todo les da igual, en cuanto puedan llenar algo de ese vacío de alguna manera. Kat desata toda la ira que lleva encima en él y a la vez se lleva sus buenos polvos, y el imbécil este la pone. 10/10 excelente servicio, no precisamente sano, pero excelente. En resumidas cuentas no son más que eso el uno para el otro, al menos en este punto.
    ¿Que si en el develop eso podría cambiar? No sé yo, pero lo cierto es que se habrían habituado el uno al otro y si sacas el sexo de la ecuación, veo fácil fácil que sigan jodiéndose mutuamente por pura y mera costumbre. Hasta los pendejos son criaturas de hábitos, te lo digo por experiencia propia (??)

    Aquí me fusioné con Kat y sentí el baño de gasolina que esto el echó encima xDDD te lo juro, es que hasta yo me emputé y a la vez me emputé de emputarme (??) porque esto se lo va a buscar Kat sola. Cuando Joey le eche en cara la existencia de Rach como ella le hecha en cara a él la existencia de Jez, ni siquiera debería tener derecho a reclamar porque merecido se lo tendría, pero guuuurl que lo diga él es como: qUE TE PATEO LAS BOLAS, CABRÓN.
    Terrible, no sé yo de dónde saca este niño la capacidad de emputar así a la gente. *anota de nuevo no acercarlo a Hiro YET*

    Esta es parte de la de arriba pero refuerza mi punto. La llamarada en la expresión de Kat es oro puro y es suficiente para saber que, al igual que él, anda caminando en terreno inestable, solo que ella es mil veces más voluble.

    Esto, again, refuerza uno de los puntos de arriba. No hay nada más que ira contenida explotando, enviándose del uno al otro y así todo el tiempo. Me dan un asco terrible y a la vez nunca vi dos perros malditos que encajaran tan bien el uno con el otro, como dos fragmentos rotos de una misma vasija. Si los juntas lo suficiente la grieta que los separa, que los diferencia, desaparece pero apenas los sueltas son dos pedazos diferentes de nuevo.
    Estos hijos de puta parecen ser la misma criatura y de hecho a ambos les asignaría este arcano sin dudar un maldito segundo. Basta con irse a la cabrona carta (la del tarot de Marsella, aunque en otras barajas puede ser bastante similar a este), es un diablo super sexualizado, hermafrodita de hecho, en un puto pedestal y tiene dos pobres miserables atados a él. Esta carta cabrona es un desastre, como ellos, y como todas puede tener significados positivos pero de lo que sacamos solo de la parte gráfica... es cagadísima y si la torcemos mucho, podemos tirarla de una sola a esta energía absolutamente destructiva y animal que cargan estos dos, tanto solos como juntos. Consumen con tal de llenarse, dominan por lo mismo y cuando ceden es solo para conseguir la puta mierda que quieren.

    Nada que analizar aquí, solo me gustó un huevo la escena de Joey tomándole el rostro y encendiendo el puto cigarro con el de ella a pesar de que había intentado evitarlo.


    Otra escena que fue oro en varios sentidos. La maldita actitud de ambos, dios, Joey hombre mE SACAS DE QUICIO, CAN YOU STOP. I LOVE YOU, BUT CAN YOU FUCKING STOP.
    I'm soooo weak for Kat en este momento. Sus diálogos, sus acciones, todo es un combo que la resume a gritos. Irreverente, provocadora, demandante y, en el fondo, una maldita mente macabra también y lo sabe, la hija de puta lo sabe, que tiene más cerebro que este idiota y es más, va por la vida creyendo que tiene más cerebro que una mayoría importante de las personas. Pero el fact de que lo torture así y que le suelte esa mierda de que si quiere follársela va a tener que ganárselo. I'M WEAK, REPITO.

    I'm weak x100000. Esta referencia a Kat como Lilith me mató. Eso es todo, bai.

    I'm weak, AGAIN. Es que puedo casi escuchar el ronroneo de Katrina en cuanto le suelta lo que quiere, lo único que quiere al final del día: ganar.
    Y es que me cagan estos idiotas pero los amo, pero me cagan, porque al final ambos ceden. AMBOS, porque luego la vez a ella, la maldita fiera que es Kat, cediendo a la jodida petición de Joey con tal de seguir adormeciendo su vacío.

    10/10 best quote. KatxJoey in a nutshell.

    Otra parte que refuerza todos mis puntos anteriores.
    Es como si solo la violencia la hiciera sentir algo y si puede provocar a Joey para que le dé toda esa maldita violencia que desea, lo va a hacer. La hija de puta da y recibe, porque así funciona la cabrona, cambiando de forma como kitsune, pero siempre es eso: violencia.

    Y aquí está, cuando ella cede y AÚN ASÍ, cede a medias. Cede a su extraña y brat manera, cede pero le escupe porque lo fucking odia pero también lo disfruta y disfruta lo que hace y cómo lo hace, pero nunca le va a dar todo el poder, le escupe como el maldito diablo que es y luego shape-shiftea a hablarle con una inocencia de la que carece. Porque Kat nunca le va a dar poder completo a nadie en su puta vida pero si tiene que aflojar la cuerda para conseguir el puto polvo lo hará.
    I hate this bitches so bad and I love them but I hate them. Son unos perros repugnantes, par favar.

    Lo que deseé que lo abofeteara, dios, así a mitad de la follada por la ira y la dirtyness y el todo. JODER NO ES NORMAL QUE QUISIERA QUE LE SOLTARA UNA BOFETADA EN TODA LA CARA. GOD, FORGIVE FOR WHAT I'VE SIN.
    Dios, te juro que es que no puedo yo con este par y su angry sex, sus insultos, su continua pelea, cuando aflojan la cuerda, cómo se torturan y se castigan, cómo se usan y dIOS MÍO, CAN I DIE? ES ASQUEROSO Y AÚN ASÍ LO DISFRUTO UN HUEVO, AYUDA.
    La salida de Kat del puto baño is my jam btw.

    Gracias por matarte todas las neuronas con estas 4k de porno sin plot wey. Esto es una obra maestra, de verdad gracias por tanto. Seguro después me aviento yo otro fic en este rollo, joder.
    En fin, gracias por acudir a mi tedtalk y askdajskdas gracias por escribir esta mierda.

    Nos vemos en el infierno~ *inserte tono de voz del pendejo*
     
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    Amane

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    Bueno, como prometí, ahora que soy un poco más libre voy a leerme esta novela name "Tarot cards" (?) y obviamente, OBVIAMENTE, iba a empezar por este fic de aquí. Okey so...

    QUÉ ES ESTA PUTA MARAVILLA (AUDIO)VISUAL LIKE?????????????? SIS SOS.

    Osea, listen, yo sé que tú escribes maravilloso y de hecho una de las cosas que más me gustan de que seas una rolera más ahora mismo es poder leer tus posts tan precisos y tus fics, omg, tus fics gigi. ¿Cómo empiezo yo esto? Omg.

    So, ni Joey ni Kat son personajes míos y, a ver, no me malinterpretéis que yo amo a todos vuestros personajes porque son maravillosos pero pues normalmente mis niños son mis niños. Pero estos dos, dios como los adoro. Y aun tengo que leerme Btoom y Fate entero, but idk, yo lo adoro en el crossover y bendita sea su creación. Sé que luego hay develop y se vuelven softies y todo lo que tú quieras, but listen yo me, i'm a bitch y por muy tóxico que sean estas relaciones y estos personajes, i just adore them. irl les metería hostias a ambos but aquí i just

    Adoro su relación y cómo la tratan, y lo jodidamente perfecta que está plasmada en tu fic. Es precioso, idc, es puro sexo y su relación es puro sexo violento and i'm so into it. Like saben que no es nada más y es lo que realmente quieren y ambos disfrutan del juego, y ambos ganan a su manera, y no esperan nada más el uno del otro.

    Y tbh, Joey no es que se quede atrás bc i love flirty boys, pero Kat, dios Kat. Katrina puede ahogarme entre esas medias o pisarme la cara, tbh, i wouldn't even care, i would actually enjoy it way too much.

    No sé qué más decir, tbh, es que lo he adorado. Tu forma de escribir, de relatar a los personajes, su relación, la referencia a Rach pls. Oh fuck, y el sexo en un baño público en un pub es super típica pero me encanta tbh no por nada yo misma hice un fic así(?) y les pega demasiado y la kinkiness, y el teasing de ambos y omg, i- i love it.

    La escena final de Kat, por favor, ADORO E IDOLATRO A ESTA MUJER. She is a constant mood.

    Como nota final, como le dije a Yáahl yo conozco las cartas del tarot porque son un utilizable en un juego que adoro (The Binding of Isaac) y no es que tenga mucho que ver pero pues tengo que soltar mis frikadas (?) So en el juego, the devil te sube el ataque por una habitación y actually es muy buena carta (?) Y también está el personaje de Lillith and i don't know, datos random (?)

    Also, como una cosa super aparte (?) Personalmente creo que todo esto de las cartas, aparte de que ha sido vuestra idea y pues lo suyo es que sea vuestra thing, lo cierto es que creo que os pega un montón por los aesthetics, por vuestra forma de escribir y por los personajes. Lo digo porque habéis dicho que más gente puede usar las cartas para sus fics but por mi parte me sentiría como rompiendo algo muy bonito vuestro y pues yo voy a leeros y disfrutarlos como una bitch que soy pero no escribiré, so eso (?)
     
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