One-shot de Naruto - Testigo de nuestro nexo. [NaruSaku]

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Pareja: NaruSaku
Tipo: One-Shot.
Cant. de palabras: 2481.
Aclaración: El fic se ubica un tiempo después del regreso de Naruto con Jiraija y antes de la pelea con Pein. Para ubicarlos (?)

Testigo de nuestro nexo. ​

Al manifestarse el alba la sensación gélida en su piel le dio un leve estremecimiento en los vellos de su tez, entretanto mantenía sus codos reposando en el canto del ventanal, regocijándose la vista de sus fanales con aquella mescolanza de colores en el cielo. Sus ojos yacían perdidos en la salida de la esfera a millones de años luz de distancia, sí, ese círculo que en su infancia trazaba con crayon amarillo. Ese que tanto le daba giros en la cabeza al rememorar a aquel con hebras de color similar, dibujando en su haz una sonrisa.

Al girar su campo de visión se sorprendió al notar la hora, faltaban cinco minutos para que su despiste le diera un recibimiento poco agradable de parte de Tsunade por llegar tarde al encuentro. De tal manera, que ni siquiera había notado que el sol ya estaba en su punto máximo a esas horas en la mañana. Su retraso no sería perdonado por la Sannin legendaria, pues seguramente le diría que solo le estaba haciendo perder el tiempo por no respetar los horarios pactados. Una vez que logró aparecer, la de cabellos claros la esperaba de brazos cruzados, su mirar un tanto desagradable, demostrándole que su fastidio por tan sólo tres minutos había sido una eternidad para ella. La Haruno dejo salir el aire con diligencia, sabía que había cometido un error, la próxima vez trataría de no perder tiempo en una ventana.

Exhaló. —Entiendo que quieres aprender ninjutsu médico, pero la próxima no te esperaré, podría estar ganando dinero en muy buenas apuestas — dijo en regocijo.

Su evidente desilusión en demasía por su comentario lograron sacarle una risa con desgano. —Lo lamento, Tsunade-sama — disculpo, preparándose para practicar, recogiendo su cabello en una coleta con mucha delicadeza, para así, poner una mirada firme y convincente, demostrando que su tardanza no sería motivo en este momento. Puesto que, su meta aún era convertirse en ninja médica.

La mayor cruzo los brazos, ladeó la vista a su compañera que aparecía con Ton Ton en su usufructo. Regresando nuevamente a la de hebras rosadas, —Hmp. Espero estés preparada — expresó con confianza y, al otear que ésta respondió apretando sus manos formando puños, rió. —Entonces... ¡Comencemos! —

— ¡Sí! —


Tras ludir su semblante con la tersura del pañuelo que transportaba en su bolso, dejó escapar el aire contenido, advirtiéndole a sus ojos jade el entorno del edén. No podía evitarlo, ahora ese color celeste que, tan radiante, tan... suyo. Lo traía de vuelta en su memoria. Un recuerdo ambiguo, pero que le causaba deleite. Quería alcanzar lo con su propio esfuerzo, después de todo faltaba tan poco para que él volviera de su nuevo viaje. Claro, solo había pasado un mes, aunque eso parecía una eternidad. Ni siquiera a los hombros le lograba llegar que éste nuevamente la volvía a superar. Era un poco frustrante, pero después de todo así era él.

— ¿Oíste la noticia? — el habla de uno de los ninjas en la entrada de la tienda de comestibles la sorprendió, — dicen que ha vuelto, pero al parecer intentaron capturarlo —

— ¿Al portador del zorro? — continuó su camarada, — ¡Hmp! Siempre tendremos problemas con ese chico... —

—Ni lo digas, al parecer es algo grave, seguro Lady Tsunade-sama hará algo al respecto —

Se detuvo. Definitivamente se detuvo. Su latir se aceleraba, sus luminosos ojos jade parecían temblar, su cuerpo presenció un hormigueo tremebundo que adjudicó una sensación que no le agradó. El rubio se había ido con Kakashi, seguramente estaría en el hospital si algo le había pasado. Así, con premura, mientras su capacidad mental solo divagaba entre tantos posibles ultrajes que quizá sufrió. Negando energética y rotundamente cada hecho posible.

Al avizorar la puerta del hospital, ingreso con rapidez, agarrado con torpeza la mesada. — ¿Se encuentra Uzumaki Naruto en alguna sala? — pronunció a duras penas por la falta de oxígeno.

—No señorita Haruno, se retiró después de que Tsunade-sama le realizó un chequeo-

— ¡Gracias! — anunció, partiendo del establecimiento.




Reposó su cuerpo sobre la silla de su oficina, —Esto es el colmo, tendremos que tener más cuidado de ahora en adelante, no me gustaría tener que prohibir tu salida de la aldea, pero en caso de que me quedé sin otra alternativa tendré que tomar esa medida Naruto -

Acarició su cabellera apenado —Tranquila abuela Tsunade — expresó, causando el fastidio repentino de la mencionada — Kakashi-sensei y yo nos encargamos de esos tipos, no fue gran problema — rió.

Exhaló con disgusto. —Tú siempre tan cándido, no tienes entendimiento alguno de las consecuencias que puedes engendrar, ¿No? —

Al ver que no reaccionó ante la alusión de la actual Hokage decidió interrumpir —Lo que Lady Tsunade quiere decir, es que no seas tan tonto y tomes un poco de conciencia, no eres el único aquí, podrías causar la perdición de la aldea si llegas a perder la concentración en una batalla a campo abierto o cerrado. En todo caso, debes aprender y mejorar tu experiencia y rendimiento. Eres un genin, nadie en tu posición haría esta clase de cometidos — suspiró. — ¿Entiendes Naruto? —

Colocó ambas manos detrás de la cabeza, —Si, si — dijo, dirigiéndose a la salida — pero... aún no he alcanzado a Sasuke, sé que debo mejorar, no me rendiré tan fácil —. Cerró la puerta luego de retirarse.

Dejo salir un vagido agotado, sonriendo al instante tras apoyar los hombros en la mesa, —Es un cabeza hueca —.



Se dirigía hacia la habitación del Hokage, seguramente allí estaría Naruto. La aflicción a fruto de la celeridad que le propuso a su sistema para alcanzar a ver los luceros celestes qué día a día le mantenían amenizada su rutina. Ahora su pecho dolía, dolía como jamás había imaginado. Pues, quizá sabía la razón por la cual esto pasaba, pero, ¿No atesoraba a aquel contrincante suyo?

— ¡Oh, Sakura! — pronunció el de cabello grisáceo, había quitado la mirada del libro por unos segundos — ¿Vas a ver a Lady Tsunade? —

— ¡Kakashi-sensei! — se alivio, — ¿Dónde está Naruto? — concretó al sentir su ausencia.

—Tsunade le indicó que volver a salir de la aldea será peligroso si el no mejora un poco más sus habilidades —

—Entonces es verdad... — dijo con firmeza, causando un poco de confusión y sorpresa en él. —Iré a buscarlo —. Encetó partida hacia la ubicación del catire propietario de esos fanales con la vivacidad que tanto empuje suscitaban en ella. Quizá era obvio en estos momentos, pero ya se había percatado de lo mixtas que se encontraban sus emociones. Quizá el sosiego que acontecía en su persona al observar los iris resplandecientes, junto a esa sonrisa libre de culpas, le hicieron innovar que su afán de encontrar migajas de esperanza entre la penumbra que rodeaba a aquellos orbes oscuros que le quitaban suspiros estaba aún más lejos de lo que ella creía. Si su rival de amor había abandonado la lucha, quizá eso significaba algo para ella. Entre tanto divagar, se distanció de su meta inicial; al evaporarse las mínimas lágrimas cruzando sus mejillas, continuó.





No apartaba la vista del cielorraso, mientras que en sus labios marcaba un mohín de desacuerdo, puesto que sí, tal vez no tenía el tino necesario para ser un ninja de nivel elevado, pero su espontáneidad era lo que pocos poseían. Consecutivamente de un suspiro, el llamado a su puerta le dió estupor, se levantó de su cama, dirigiéndose a fin de abrir. Un fuerte golpe en su tez, seguido de un empellón que logró su caída. — ¡¿Sa- Sakura-chan?! — enunció estupefacto.

— ¡Idiota!, ¡Tonto Naruto! — vociferó, golpeando su pecho, — ¡No debes hacer algo así nunca más!, ¡¿Y si algo te pasaba?!, ¡No debes darme estos sustos así! —

— ¿D-De qué estás hablando? Sakura-chan yo no he hecho nada —

— ¡Tú! ... —

Un silencio abrumador tomo lugar, la Haruno no había recapacitado con claridad lo que iba a protestar le al Uzumaki. Lo único que había hecho todo este tiempo fue pensar en él, había hecho remembranza de todos los momentos y de la anatomía de aquel. Ahora sólo sentía pena por tanto alboroto.

—… ¿También vienes a decirme que no podré salir de la aldea? — murmuró con enfado. —Es ridículo, tengo diecisiete años, puedo hacer cosas por mi cuenta, sin necesitar opiniones de otros. No soy un inútil. Si entrené todo este tiempo fue por esto justamente-dattebayo —.

—No vine a eso, escuché en la aldea que habías tenido problemas en la misión, que habias ido a parar al hospital... Pero en el camino crucé con Kakashi y me dijo que estabas aquí y lo de Tsunade-sama — cerró sus ojos, entrelazando los brazos. —Se de tu capacidad, pero debes entender que todos están preocupados por ti, no solo por la bestia que portas. Yo también me preocupe, ¿Sabes que es recorrer la aldea entera solo para encontrarte? Eres importante para mí, no puedes tomar todo a la ligera. Tarado. Sasuke-kun —

Desvío el contacto ocular, —Tsk, Sasuke, Sasuke, Sasuke, siempre Sasuke-dattebayo — expresó con mosqueo en un tono difícil de percibir por el oído humano. Asimismo ella lo había oido.

— ¡Naruto! Estás... — Se puso de pie con premura, sacándose su bolso para buscar en él un vendaje. — ¡¿Por qué no me lo dijiste?! —, él ante la situación prefirió no decir nada, era una disquisición muy baga de su parte, seguramente Saruka lo golpearía o insultaría por ello. —Eres un... — exhaló. — Anda, quítate la ropa —

—Pero -

— ¡Sin objeciones! ¿Y así quieres alcanzarlo? — opuso. Descendió el cierre, ayudándolo a sacársela; le quitó la remera, concentrándose en la herida. A simple vista aquello se trataba de una lesión causada por un kunai a una distancia disminuida. Una vez finalizado el proceso, le indicó que permanecería en su departamento sólo por hoy. Uzumaki Naruto no pudo evitar su estadía, era notorio que no se iría.




El fragor propiciado por el reloj en la mesita penetraban sus tímpanos, la obstrucción de sonido le erradicaba el influjo en su complexión. Rotó la vista hacia la cama de él, en sus orbes era relevante el trepidar de ese luminoso jade que aderazaba su rostro, se emperifollaba con el bermejo en sus carrillos. —Sakura-chan— aquel llamado causó conmoción en su contextura, ocluyó a sus fanales el intento de mirarlo, — Sakura-chan, ¿Estás despierta?— nuevamente quedó estática, un hormigueo con extrañeza recorria desde la punta, hasta lo más recóndito de su cutis. Era un revuelo desconocido para sí, nunca experimentó algo así. Perceptuó que no debía blandirse, afligiéndose por este tipo de ridiculez que estaba llevando a cabo. Al sentir las sábanas siendo rozadas, las extremidades del Uzumaki palpar la superficie y trancos arrimándose a su futón, un escalofrío la tomo por estupor. El quejido de su parte hizo que sacudiera su cuerpo, causando una risa, — Sabía que estabas despierta, sentía que algo estaba obervándome-dattebayo — explicó.

—N-No es cierto, estaba dormida—

—Sakura—concreto firmemente, al no usar el prefijo que era tan típico en sí, ella se asustó. — ¿Sabes... lo que siento? Creo que es obvio, y que menciones todo el tiempo a Sasuke es... fastidioso para mi—. Colocó su mano en el pecho, haciendo ademán a su dolor —Pero... quiero decir, si algún día logro alcanzarlo, sin importar que... prometo que le diré lo que sientes— realizó una sonrisa característica de su parte.
Haruno Sakura sintió como su corazón parecía habérsele detenido, su oxígeno se esfumó de su sistema, dejando sus labios entreabiertos en intento de coger una bocanada de aire. Con velocidad rodeó el cerviz del Uzumaki, reposando su mentón cerca de su hombro, apropicuando sus torsos entre sí. Cada que transcurría el período en el que se encontraban adosados, la conmoción en su espina dorsal crecía en demasía, el rojizo en sus mejillas iba en acrecentamiento. Y en él, su pálpito se adueñaron de su capacidad auditiva, y el apego a la de hebras rosadas solo provocaba yerro en su autocontrol. Definitivamente los extractos de pasión estaban causando problemas. Sakura estaba confusa, todo este tiempo él la amo, entretanto que ella amaba quizá a una zona que le era imposible de infiltrar. Lo discutía a su capacidad mental, pero sus manos seguían a su instinto, la calidez que Naruto le estaba brindando, reducía sus escrúpulos ante el Uchiha; en efecto, en este preciso instante, inició la feloína a su bienquerencia hacia Sasuke.
Estaba por acatar su anhelo libidinoso en torno a Uzumaki Naruto. Desligó a aquel de su atavío, en tanto él rozaba su carrillo hasta llegar a su cabello y desceñirlo, acariciando con afabilidad algunos mechones. Así continuó, nominándose de modo recíproco. Lo único que daría atestación de su tris sería la luna, quizás las constelaciones, quizá el coetáneo firmamento de matiz azulada. Y sólo ellos acontecían el fugaz ápice que causarían, sí, únicamente ellos y su deslumbramiento.





—Sakura-chan...—

Desplegó los fanales con sobresalto, sentándose con presteza, deleitando sus ojos jade con la claridad que se introducía en la ajimez. Lo cometido rondaba por su cabeza,—Naruto—murmuró. recapacitando su evocación con nexo a la noche anterior. No tenía conocimiento de la finalización de la cópula consumada, tampoco contaba con la osadía de cuestionar acerca de ello, dado que si solo había sido una representación mental de su parte, quedaría en ridículo al preguntar. —V-Veo que estás mejor—
—¡Así es-dattebayo! ¡Todo gracias a ti Sakura-chan!— él le dedicó un gesto alegre, como siempre, sólo lograba atontarla aún más, ya no distinguía sus sueños de la realidad.
Torció el labio en buena fé, —Es bueno saberlo— observó el reloj — ¡Pero que tarde es! ¡Si llego tarde con Tsunade-sama va a matar me— informó, enunciando su retirada. Y, una vez que junto sus cosas, al avizorar su reflejo no pudo evitar quedarse gélida, su cabello estaba suelto, y estaba segura que al acostarse por distraída no se percató de que lo tenía sujeto. Pero, no era momento para distracción alguna, debía apresurarse. Al llegar a la entrada, se preparó para despedirlo.

—Sakura, mañana me iré a una misión nuevamente, iré con Kakashi-sensei— impuso, — por eso...— acortó su distancia, dándole un beso en la frente, — cuando esté de regreso, me gustaría que vieras a hacer tú el chequeo-dattebayo— prosiguió, con una sonrisa formidable.

Entonces, Haruno Sakura no pudo detener la coloración enrojecida en sus carrillos, dedicado un gesto absoluto de confusión —C-Claro—. Concluyó en salir del departamento del catire, su pecho hacía presión constantemente, no conseguía borrar de sus fanales las escenas que su pensamiento no borraba y no borraría. Seguramente, la decisión a la que ambos se aferraban, tan crédulos, iba a ser positiva. Y, la única testigo de su nexo sería la deslucida noche.

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Espero sea de tu agrado, Insane mientras lo escribía creí que nunca iba a llegar al final, fue muy divertido el proceso y un gran reto para mi haha ^^
Saludos~
Y gracias a todos por pasar y leer <3