de Inuyasha - Tentadora adicción: Caprichos y confusiones.

Tentadora adicción: Caprichos y confusiones.

Holaa!!
Este es un desafio de Lady of Devi, a la que quiero agradecer aparte de la infinita paciencia, que ha tenido conmigo, el titulo.Espero que no te decepcione lo que pueda salir de aqui.Y a quien lo lea, espero que os guste.


Su vida era perfecta, los estudios, el amor, la amistad, la relación con sus padres y su hermano, todo le iba bien. Kagome Higurashi una joven de 16 años, pelo largo y castaño, facciones agraciadas, cuerpo escultural y unos ojos color chocolate que te hechizaban a la primera, salió a la calle con la sensación de que esa tarde nada le podia ir mal.Pero no se imaginaba como de equivocada estaba, todo empezó con la visita de un antiguo amigo.


Tras mirarse en la puerta de cristal y observar atentamente su reflejo decidió que estaba lista para salir, esa tarde había quedado con su novio Sesshomaru Taisho, aún no podia creerse que un chico tan guapo la hubiese escogiddo a ella, y de eso hacian ya seis meses.Sesshomaru era un chico de su clase, de carácter introvertido, siempre parecia estar observando en silencio lo que pasaba a su alrededor y eso le daba un aspecto misterioso que habia hechizado a Kagome desde el primer momento en que le vio, sentado en una silla con varios de sus compañeros pero en verdad alejado de todos.Tenia el cabello plateado, largo y liso, los ojos de color ámbar, el rostro hermoso y el cuerpo musculoso.Kagome salió emocionada de su casa, ese dia el y Sesshomaru hacian seis meses, para celebrarlo Kagome habia propuesto ir al cine y despues a un sitio romántico a cenar pero el le habia dicho que tenia una sorpresa y que ella simplemente tenia que acudir a su casa.Se moria de ganas que es lo que había preparado y de tan distraida que iba cuando salió por su portal chocó con un muchacho, del cual lo primero que percibió fue lo maravillosamente bien que olia.


-Perdona, yo no queria, no me estaba fijando...-Empezó a disculparse ella.
-No importa, yo tampoco he estado atento.-Dijo el quitandole importancia y sonriendo.


A Kagome ese chico le recordaba a alguien y no pudo mas que quedarse observandolo, el cabello oscuro como el de un cuervo, los ojos oscuros, esas facciones tan severas y esa sonrisa...Mientras lo observaba se dio cuenta de que el se habia parado delante de su edificio y observaba los timbres como buscando un nombre en concreto.


-Perdona ¿buscas a alguien?-


Pasaron unos segundos y el chico no decia nada, Kagome empezaba a temer haber sido demasiado entrometida.


-Si, estoy buscando a una vieja amiga, tengo entendido que vive aqui con su familia-Le contestó al fin pero sin apenas dirigirle una mirada.
-Quizas yo te pueda ayudar, vivo en este edificio.-Sin saber porque sentia la necesidad de ayudar a aquel extraño pero que sin embargo tenia la sensación de conocer.
-Oh, se llama Kagome Higurashi ¿la conoces?-Esta vez si que se giro para contestar y parecia mas interesado que antes.
-Em, bueno-No pudo evitar reirse ligeramente mientras se preguntaba quien era el.-Si que la conozco, yo soy Kagome Higurashi.


El joven puso cara de sorprendido y la observo de arriba a bajo de una forma que a Kagome se le antojo bastante molesta e irrespetuosa.Cuando volvió a mirar a Kagome a los ojos y vio la expresión de confusión y enojo de esta, fue su turno de reirse.


-Por lo visto no me recuerdas, aunque si yo e cambiado la mitad de lo que has cambiado tu, te entiendo.Soy Naraku ¿me recuerdas?.


La cara de sorpresa de Kagome fue toda la respuesta que necesito.Rapidamente Kagome invitó a su viejo amigo a subir a su piso, ayudandole a subir sus maletas.Cuando llegaron arriba Kagome dejo el bolso descuidadamente encima de uno de los sillones, los dos amigos siguieron hablando, recordando y riendo durante toda la tarde, cuando se hizo de noche los padres de Kagome, al igual que ella insistieron en que Naraku se quedara a cenar y a dormir.En un momento de la tarde un sonido de alerta batería baja se escuchó en el salón proveniente de un bolso pero no había nadie allí para oirlo, al igual que no habia nadie para oir las llamadas que estuvieron llegando hasta que el móvil, por falta de bateri
bateríaa, se apagó.