de Inuyasha - Take care now

Take care now

Prólogo

La alegría que sentía al tocar su delicado rostro, sentir sus dulces labios. Eran sin duda inigualables. ¿Cómo era capaz yo de sentir algo tan fuerte por él? Era un pequeño pedazo de mi mundo…

Nuestros sentimientos eran fuertes, me sentía protegida entre sus brazos. De repente, ese recuerdo fugaz volvió a mi memoria, aun no estaba segura de todo lo que sentía. Me quedaba la duda… y una parte de mi corazón me carcomía como una herida que nunca se curaba. Y lo odiaba, esto no estaba bien… A pesar de todo lo odiaba y estaba allí con mi peor enemigo. Disfrutando una de las mejores n noches de mi vida, estaba dispuesta a hacerle todo el daño posible, estoy segura de que el también me odiaba. De una cosa si estaba segura, nos habíamos lastimado demasiado…

Todo había comenzado en esa fiesta… Desde ese momento nuestras vidas tomaron rumbos diferentes

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Capitulo 1: Sorpresa


No sabia exactamente que hacia ese idiota allí, con tan solo mirarlo me causaba nauseas y sin duda alguna odiaba el hecho de que estuviera él en mi fiesta. Hice un repaso rápido en mi mente recordando porqué él estaba allí. Después de un momento de analizarlo pude darme cuenta de que, claro, para la mejor suerte del mundo. Ese idiota era amigo de Miroku, el cual era enamorado de mi mejor amiga, Sango, y por ende él, debía estar allí.

Lo había logrado, había logrado arruinarme la fiesta que quería que fuera un éxito total, sin duda no podía hacer nada así que trate de mantenerme al margen. ¡Que gracioso! Mi cumpleaños y debía esconderme porqué no quería verle la cara a ese idiota, sin duda, lo odié, lo odié como nunca en mi vida había odiado a alguien. Su sola presencia me enfermaba.

Pero… Oh! Vino tinto, lo recordé, no tenía ningún motivo para estar tan incomoda, agarre dos vasos de vino que uno de los meseros se encontraba repartiendo y dirigí la miraba a la primera pareja que estaba a mi vista. Kouga y Akane, maravilloso.

Kouga y yo habíamos estado saliendo hacia 2 años y fue una de las relaciones más largas que tuve, no recuerdo el porqué habíamos terminado… Creo que había sido un estúpido mal entendido, pero eso no tenía que ver en este momento. Repase mentalmente como estaba vestida. El vestido que tenía negro con ligeros brillos descansaba en mi cuerpo que lo moldeaba perfectamente. La parte de atrás estaba desnuda hasta mis caderas. Mis senos perfectos a mi parecer, sobresalían de la pequeña abertura que había entre ellos y mi cabello y maquillaje eran perfectos. Tuve que tomarme fotos de todos los ángulos para poder fijarme que nada saliera mal. Sin duda todo seguía como antes.

Me acerque a ellos dos mientras bailaban uno de esas piezas movidas, parecían felices pero no me importo, hoy día era mi día y no me debía importar nada.

- ¿Interrumpo? – pregunte sutilmente y observe como Akane me mataba con su miraba mientras Kouga no dejaba de mirarme
- Sí – respondía ella rápidamente
- No – dijo él después, al parecer no pensaban lo mismo
- Oh lo siento… - puse mi cara triste- no quería molestarlos pero es que estoy tan sola… -resople
- Descuida Kagome, todo esta bien, solo bailábamos –dijo Kouga rápidamente
- ¿Quieres vino? – le propuse a el ignorándola completamente a ella. Según mis cálculos, iba a pasar a ser historia en 5 minutos
- Claro
- ¿No quieres bailar? – le sugerí después de acabar el vino
- Pues...
- Anda – le dije animándolo

Y como lo había predicho me había desecho de Akane, en cuestión de instantes ella estaba en una esquina mirándonos y yo me divertía, claro que me había dado cuenta de que mi actitud y el hecho de bailar con Kouga era porque había tomado demasiado. Yo nunca haría eso, pero ahora me causaba gracia, mientras la canción se ponía más movida, el me tomaba de la cintura y se apegaba a mi. Sentía como nuestros cuerpos sudorosos se mesclaban y mi aroma se quedaba impregnado en el.

Debíamos estar bailando de una forma muy provocadora porque cuando volví a ver Akane ya se había ido y se le notaba indignada. No me importo y baile con Kouga de la forma más descarada que pude. De vez en cuando su compañía me aburría, ingerí dos o tres vasos de vino más. Y todo volvía a la normalidad.
Llego un momento en donde todo se torno muy confuso, y me sentía mucho más atraída por Kouga, era raro, me queda atraída en sus labios preguntándome que seria besarlo y sus ojos, me sentía abstraída por completo

- Pasa algo – dijo el, mirándome raro
- Nada – dije despreocupada – Solo me preguntaba…
- ¿Si? – me alentó
- Porqué tu y yo terminamos Kouga? – Me recosté ligeramente en su pecho como quien n o quiere la cosa
- Sentí como el trago saliva
- ¿Celos? – sugirió
- No lo creo, pero sabes – me acerque y toque sus labios con mis dedos – deberíamos intentarlo de nuevo…
- Estás muy tomada Kagome – se bufo de mí
- ¿Tú crees? – Lo mire de reojo – Te gusto, y tu me encantas demasiado. Si una vez funciono porqué ahora no

Y le robé un beso a este punto. Me di cuenta de que no podría resultar nada bueno de mi pequeña su gerencia , sentí como si no hubiera distancia entre nosotros dos, nuestras respiraciones se hacían más entrecortada rocé los labios nuevamente con el. Pero con el poco de cordura que tuve y no sé donde lo pude conseguir alejarme.

- Dame un minuto ¿si? – Le respondí algo mareada

En ese instante sentí de que estaba apunto de decirme algo. Eran las 4 de la mañana la mitad de las personas se habían ido y quedaban solo unos cuantos y se encontraban regados en diferentes sitios.

Alguien me había empujado y me estaba dirigiendo hacia afuera. Con el contacto del aire, sentí que el mundo me daba vueltas y vueltas. Tenía ganas de vomitar, pero después de 30 minutos y de encontrarme hay con esa persona desconocida que descansaba en la pared al otro lado donde yo me encontraba, me di cuenta que era él. El mismo idiota del que estaba tratando de huir todo este tiempo en mi fiesta. Me dieron ganas de vomitar de tan solo verlo. Tan soberbio, tan arrogante. El, Inuyasha…

- ¿Qué diablos...? –dije tocándome la cabeza
- Vaya… hasta que por fin volviste en ti
- ¿Por qué estás acá? Aléjate – le dije y empecé a caminar
- Espera – me agarro firmemente antes de irme
- Suéltame ¿Quién eres tu para tocarme?
- Cállate. Me das dolor de cabeza –repuso el
- Vaya novedad… -dije apurada – Sabes que Inuyasha…- lo mejor era ir llevando las cosas tranquila, no debía alterarme - Esta es mi fiesta, la hice yo y tengo el derecho de hacer lo que quiera. Apreciaría mucho de que te fueras de mi vista para seguir disfrutándola… Estaba pasándomela tan bien con Kouga…
- No sabia que habías vuelto con el…
- No es de tu incumbencia lo que haga o no
- Claro, pero te saque de allí, parecías una pequeña zorrita bailando hay con él. No dudo mucho que mañana estén hablando de lo fácil que puedes ser Kagome

Increíble! Ahora este idiota me decía que parecía una zorra. Vaya sorpresa, no estaba de humor para tolerar eso, estaba considerando seriamente volver con Kouga, pero lo que me dijo Inuyasha me hirvió la sangre y cuando estaba tan cerca de darle una cachetada, tan cerca Y ya había alzado mi mano. Me acorralo en la pared al darse cuenta de que estaba a punto de golpearlo. Trate en ese momento de zafarme, con todas mis fuerzas, peor el idiota ese era mil veces mas fuerte que yo.

- ¡Idiota! – Lo mire con odio – ¡Suéltame, que tú no vales nada!
- Pues no pienso de la misma forma. Te gusto y lo sabes
- Cuanta arrogancia de tu parte. ¿Que se te acabaron las zorritas con las que te gusta estar?
- Pues faltas tú…
Le tire una patada con todas mis fuerzas pero fue en vano, cada cosa que hacia, cada esfuerzo era en vano.
- Personas como yo, nunca podrán estar con alguien como tú
- Pues parece que si… Conozco a alguien que solía ser tu mejor amiga
- No sé de quién hablas – dije rápidamente – Suéltame- le grité
- Pareces que estas dolida Kagome –sonrió el sosteniéndome más fuerte
- ¿Yo? ¿Por quién?
- Por Kikyo – respondió – Todavía no lo puedes aceptar
- Cállate, – me puse fría y deje de lucha por zafarme – es mejor que te calles
- Huy! ¿Te lastime? Cuánto lo siento… Aun te sigue doliendo el saber que estuve con ella alguna vez ¿no?

Quería que se callara, en ese momento quería que se callara para que todo acabe quería que me soltara y sobre todo no quería recordar, lo basura que había sido Kikyo al meterse con Inuyasha, después de todo había sido la peor de las traiciones. Nunca me había sentido atraída por Inuyasha, pero el hecho de que Kikyo se halla metido con el mientras estaba con Akane primero, se me hizo muy bajo de su parte. Recordé que en un tiempo Inuyasha era mi amigo, un gran amigo mío y que Kikyo no lo podía ver… Me causaba gracia por que me sentía de cierta forma bien con su compañía y estaba en un dilema por complacer a las dos. Kikyo e Inuyasha se aborrecían a morir, se la tenían jurada y yo estaba entre ellos dos. Los quería a los dos por igual, pero cuando Kikyo e Inuyasha empezaron a estar, todo cambio para mi. La forma en que veía a kikyo, todo cambio… Para mi gran suerte Kikyo, se había ido a Rusia a estudiar y yo ya no vería su repugnante cara nunca más. Pero al idiota de Inuyasha lo debía ver todos los malditos días en las horas de clase

- Era mi mejor amiga idiota… - se me quebró la voz y me di cuenta que estaba a apunto de llorar-

El noto eso y me soltó, se quería disculpar por lo que había hecho lo presentía, pero esta vez no podía con la cólera que tenía, le di una cachetada que me hizo doler la mano a mi también, pero me quede callada. Mientras el, me quedo mirando con rencor y yo le sonreía irónicamente, causándome gracia todo esto

- Vamos… - lo reté—Y ahora que me vas a hacer Inuyasha?

Se agarro la cara y sin darme cuenta me volvió a acorralar con mucha más fuerza apretándome las muñecas como si me quisiera hacer daño

- Serías un cobarde si lastimas a una mujer
- Al parecer no me conoces mi quería Kagome
- Cobarde – volví a decirle sin miedo tratando de patearlo pero me apretó con su cuerpo- ¿Y ahora que vas a hacer Inuyasha? – Le volví a repetir
- Esto… - respondió el

Y todo fue tan rápido en ese instante, sentí su mirada de odio y nuestro contacto visual, los dos fulminándonos la mirada y toda la impotencia que el sentía y yo bufándome de lo que él hacia. Acerco su rostro y me besó.

Me besó bruscamente sentí sus labios como interrumpían a los míos, me resistía a besarlo, me mantenía firme, lo único que se me ocurría para detenerlo era morder sus labios y zafarme de esa. Trate de hacerlo, peor al deja de resistirme nuestro beso se intensifico, sentía su lengua sobre la mía y come se movía bruscamente y yo no me quería dar por vencida, note que había dejado de agarrarme y mantenía su cuerpo sobre el mío, alce mis brazos y agarre sus cabellos.

Peor en ese instante la lógica de mi mente se nublo y mientras me acomodaba para hacerlo sufrir, lo deseé tanto, como nunca antes había deseado a alguien, mis brazos atraparon su cabello y empecé a besarlo poco a poco, con intensidad y pasión, mordí sus labios con sutileza y disfrutaba cada momento de ese beso que se me hizo mágico. Olvidé por ese instante con quien me estaba besando y me apegue más a el nuestras lenguas danzaban juntas y suspire una y mil veces en todo el tiempo que duro el beso.

El me agarro de mi cintura y me alzo poco a poco, nos separamos y creí por un instante que la magia se había ido, pero al vernos a los ojos y sentir todo ese rencor que vi en sus ojos, hizo que lo quisiera mucho más y lo volví a besar y el lo hizo también, me sentía abstraída en sus besos, tan solo era míos. Solo éramos el y yo… Sintiendo sus dulces labios. Los labios de Inuyasha… que me gustabas tanto…

Un momento... Eran los labios de Inuyasha? En ese momento la lógica domino sobre mí y volví a ser yo misma. Me sentía morir, cuando nos falto el aire y por fin nos separamos teníamos cierto rubor en mis ojos y nos miramos fijamente. Nuestras respiraciones estaban entre cortadas… No quería mirarlo, en ese momento consideré las más estúpidas de mis ideas, que tal vez en un universo no muy lejano Inuyasha me podría gustar, pero no…
Lo había aborrecido tantos años que era imposible para mí

- Esto fue un error... – repuse agitada
- Pero te gusto ¿A qué no? – Me coqueteo un poco
- Cállate – evite su mirada para que no observara- ¡Eres un cretino!
- Lo sé -sonrió- Pero sé que te gustó
- No quiero hablar de eso. Nadie se debe enterar de este estúpido error
- Vamos – puso los ojos en blanco- no es para tanto. Estas siendo muy dramática
- ¿Que quieres que te diga? – dije exaltada – ¡Oh Inuyasha! Por favor, por favor! Vuélveme a besar quiero sentir de nuevo tus delicados labios sobre los míos… ¡Te lo ruego Inuyasha!...

La verdad era que lo que había dicho en el fondo, muy en el fondo era lo que quería pero estaba siendo sarcástica. Irónica para que el se quitara esa idea y yo hiciera como si nada paso, para poder olvidarnos de este absurdo momento

- Lo que tú digas… - sonrió
Se acerco de nuevo, me tomo por la cintura y por tercera vez en la noche me volvió a besar, solo que esta vez ni yo ni el nos resistimos. Arqueé mi cuerpo hacia el de él, y sentí como rodeaba mi delicada cintura. Este era un juego que ninguno de los dos deberíamos jugar… En lo poco que duro esta vez tuve el tiempo suficiente para reaccionar rápidamente.

- ¿Quien diablos te crees para estar besándome por hay? – le dije una vez que pude pensar mejor
- Mira Kagome – dijo de la forma más tranquila – Te quería hacer daño… Te quiero hacer daño… No tienes una idea de cuánto te aborrezco
- En eso estamos a mano Inuyasha
- Y al parecer lo logré –dijo - Descuida no creo que vuelva a pasar… a menos que se me antoje claro… -movió sus cabellos como quien no quiere la cosa
- No lo permitiré de nuevo ¿Entendido? – dije exasperada – Nunca más volverá a pasar y será como si nunca paso. Tengo una reputación ¿sabes? – me apresuré a decirle - Además no estoy interesada en lo absoluto en ti
- ¿Y si en Kouga? – alzo una ceja
- Oh no… ¡Por favor! Tengo dignidad…
- No parece – susurro
- ¿Qué dijiste? – lo aventuré a que siguiera
- Nada, nada. Olvidalo – rio por lo bajo - ¿Quién es el afortunado? – me siguió el juego
- Tu hermano – le sonreí descaradamente
- ¿Sesshomaru? – se sorprendió
- Sí – dije – apreciaría que no te vuelvas a acercarte a mi Inuyasha …
- Lo que tu digas – se mofo de mi

Y con esto me fui rápidamente adentro, aliviada a que todo este error tuviera una solución digna pero cuando estaba punto de llegar a la puerta. Sentí que él otra vez me agarraba, esta vez estaba decidida a volver a darle otra cachetada pero al volvetearme, me agarro firmemente y dio un beso fugaz en los labios, intenso que lo disfrute cada segundo que duro. Y luego me soltó cuidadosamente y se dirigió adentro de la fiesta. Claro si antes decirme:

- Cuando se me antoje… recuérdalo

Me enrojecí de pies a cabeza, era la primera vez que alguien me hacia enfadar demasiado, pataleé en ese momento y observe a mi alrededor, solo había un par de chicos pero que no eran de la fiesta. En conclusión nadie nos había visto, antes de entrar a la fiesta, respiré hondo, tratando de olvidarme de todo lo que había pasado allí. Sin embargo había algo que se había quedado impregnado aparte de su aroma a mí alrededor.

Había sido el dulce y cálido sabor de sus labios sobre los míos, que me hacían estremecer cada vez que pensaba en él…

Terminado domingo, 20 de diciembre de 2009​

A las 21: 45​

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Nota de autor: Okk, no estaba segura de que lo haría, simplemente fue una inspiración que tuve y necesitaba plasmarla. ¿Lo que hacen los sueños no? Espero que les agrade, tenía muchas ganas de volver a mis inicios en Cz. Los FFs de Rumiko Takahashi. Con respecto al título es algo muy en particular que conforme la trama vaya aumentando sabran que se significa... no es lo que parecen. No juzguen a la historia por su titulo (aunque también influye, pero ya veran ;D) Depende de ustedes que lo continue x3. Dudas, quejas, consejos. Son bien aceptadas y que alguien lo lea no ;_;? Bleeeh. Disfrútenlo :]

 

Re: Take care now

Capítulo 2: Grupos

Esa mañana me levante con el recuerdo de Inuyasha, e inconscientemente saboreaba el sabor de sus labios que habían quedado impregnados sobre los míos, mi mente era la que me jugaba sucio y yo era incapaz de darme cuenta de ello simplemente pasaba. Cuando me di cuenta que mis pensamientos volaban de una forma muy extravagante los tuve nuble por completo. No era posible que yo después de lo sucedido recordara ese tipo de cosas. Y todavía a él, me había quedado sorprendida por todo lo que había pasado, era mucha información la cual tenía que procesar pero tenía cosas mucho más importantes en las que pensar… Como el horario de clases que ya estaba llegando tarde.

Me asusté y de pronto hice todas las cosas rápidas, me bañe, cambié, desayuné, todos de una forma muy rápida. Iba a ser la enésima vez que llegaba tarde, lo único que rogaba era que las clases no hubiesen comenzado todavía…

Cuando llegue al salón, todos andaban haciendo tanto alboroto que me sentí aliviada, el profesor todavía no había llegado. Respiré hondo y me fui a sentar al lado de Sango, uno de mis mejores amigas, de hecho era la única, pero muy poco me importaba. Tenía una sonrisa pícara como si supiera lo que yo había hecho y me sonroje por completo pensando que se había enterado de todo lo que había pasado en la fiesta. Debía negarlo todo

- ¡No lo puedo creer! – Fue lo primero que me dijo cuando estuve cerca a ella
- ¿Qué?
- Tú y él… - dijo moviendo sus manos apresuradamente – Y pensé que se odiaban… Lo tenías tan bien guardado…
- ¿De qué hablas? – dije poniendo cada vez más roja
- Te vieron besándote con él…
- Estas loca – dije evitando su mirada
- Vamos Kagome… No soy idiota – frunciendo en ceño – Todos lo saben
- ¡¡TODOS!!

Estaba completamente sonrojada, no podía ser posible. Ese idiota se lo había contado a todo el mundo, y ahora iban a pensar que estaba siendo exagerada, y lo peor de todos era que iba a estar en boca de todos. Claro, lo único que Inuyasha quería era tener algo de que pavonearse todo el año escolar y a mi que me parta un rayo… ¡Dios! Me quería morir en ese instante. Pensé rápidamente en lo que le podía decir a Sango y a la misma forma estaba mirando que posibilidades tenía que irme a otro país… Rusia no estaría tan mal…

- Vamos Kagome – volvió a decir Sango - ¿No me vas a contar?
- No hay mucho que decir –balbucee
- Dejaste a todos atónitos, y sobre todo a mi… ¿Están saliendo con él?
- ¿Yo con ese idiota?

Estaba a punto de gritar, patalear o mucho peor largarme muy lejos de allí. Maldecía a Inuyasha por mis adentros cada vez que podía y sentía la vergüenza más grande del mundo, solo este tipo de cosas me pasaban a mi, sólo a mi. Y para mi suerte el estúpido del profesor no llegaba y tenía que soportar el interrogatorio de Sango que estaba muy segura no iba a dejarme en paz hasta que consiguiera algo importante de todo lo que había pasado.

- Eres injusta conmigo –replico – Yo te conté absolutamente todo que paso con Miroku… Y tu no me quieres contar nada
- Lo siento… - me apené, después de todo era mi amiga, era muy difícil guardarle secretos a ella – Es que todavía sigo sorprendida… No pensé que podría llegar a pasar ese tipo de cosas. Simplemente paso y ya… Pensé que nadie nos habían visto
- Eso seria muy ilógico – me miro – si lo besaste delante de todos
- No fue tanto así –dije sonrojada – Estaba segura de que nadie nos había visto
- Pobre Akane…
- Sí, pero te aseguro que no volverá a pasar …

Miré el suelo sin ganas de nada, pero al escuchar el nombre de Akane todo encajo perfectamente. Inuyasha no tenía nada que ver con Akane… Ella estaba saliendo con Kouga… Me puse completamente roja y a la vez me sentí más aliviada. Sango no hablaba de lo que había pasado entre Inuyasha y yo, ella hablaba del “beso” por así decirlo con Kouga mientras estábamos bailando. Me reí para mis adentros, el asunto de Kouga y mío era caso a aparte y sin mucho importancia, el en el fondo quería a Akane y yo… simplemente había hecho algo por aburrimiento y ponerla a ella de mal humor, el único problema era que ahora la que andaba de mal humor era yo.

Por un momento dudé de la palabra que me había dado Inuyasha, aunque su palabra por completo no me la había dado, simplemente me había dado a entender que haría lo que quisiera, solo me quedaba una pequeña esperanza a que hiciera como si nada hubiese pasado.

- Sango… -dije lentamente – yo no siento nada por Kouga
- Sí ya lo sabía – dijo tranquilamente-
- Y… ¡¿Por qué me haces tanto alboroto?! – le jale el cabello exasperada
- ¡Ouch! Es que… quería ver tu reacción – me sonrió
- Que graciosa, no me vuelvas a hacer ese tipo de cosas – le dije recostada en el asiento
- Ya, ya, lo siento – miro el techo por un instante – Aunque tengo una duda…
- ¿Cuál? Ya te dije que no me interesa…
- No es eso – dijo – Cuando te mencione el tema te pusiste sonrojaste y estabas muy exasperada por que todos se habían enterado… Si no fue por Kouga el porqué te pusiste así ¿Por quién fue? –alzo una ceja

Sin duda Sango era mi verdugo, no le podía esconder absolutamente nada, ella sabía el por qué y por qué no hacia una cosa u otra y llegaba a ser muy irritante e incomodo muchas veces. Trate de ponerme seria, pero al ver su cara empecé a reírme descontroladamente

- ¿Qué es tan gracioso? – frunció el ceño
- Tú, boba – le dije jugando – ¿Aún sigues queriendo ser detective y cosas así no?
- Algo… - dijo pensativa –Todavía no esta bien definido
- Pues te serviría de mucho

Y con esto de último entro Inuyasha al salón y con el profesor ¿Mencione que el profesor de matemáticas era el papa de Inuyasha? Su hijo recorrió todo el salón y se sentó detrás de mí, sentí su mirada sobre mi cuerpo pero yo ya me había dado la vuelta, apenas hicimos un pequeño contacto visual, evité el sonrojarme y detuve las imágenes de nosotros dos en mi fiesta para mi propio bien.

El parecía que lo andaba llevando muy bien había logrado ignorarme y no parecía incomodo, en cambio yo… ¡No soy de piedra! Tengo sentimientos como todos y que la persona que más odio me ande besando en cada fiesta no es nada reconfortante…. Lo odié una y mil veces y mientras mi mente divagaba de una a otra cosa basándose en cuanto lo odiaba recordé a kikyo…

Me puse rígida y mi rostro se endureció, no prestaba para anda atención a la clase, pero si recordaba lo bien que me llevaba con Kikyo, los recreos que habíamos pasado juntas, como confabulábamos para que algún chico nos mirara, ella mucho más que yo, lo más probable era de que debería estar a muchos kilómetros de distancia de mi, sin mortificarme más la vida. Me entristecí, quién iba a pensar que acabaríamos así… Ni yo lo veía venir…

Me cambiaste de tema Kagome, pero todavía me tienes que responder lo que te había preguntado ¡Eh! Si no es hoy… Tengo mucho tiempo hasta que me digas o lo averiguare por mi cuenta.​

Sango​

Sango me paso ese papel disimuladamente mientras yo estaba a punto de dormirme, respiré hondo y pensé las formas más probables de poder engañarla un poco, nada era lo suficientemente bueno como para que ella se la creyera y me dejara en paz. A ella no se me daba fácil mentirle. Nunca podía hacerlo y si me creía al poco tiempo me desmentía. Debía empezar a buscar otras formas para hacer que me dejara en paz. Ignorarla por un tiempo no era mala idea.

- Antes de terminar la clase – dijo el profesor de matemáticas – Les daré un proyecto y trabajos diarios para que los hagan en grupo de a dos

Escuche que la mitad del salón protesto y la otra se quedo callado, casi alabando lo que había dicho el profesor.

- Yo escogeré los grupos, porque no quiero ningún desnivel ni favoritismo, el que se queje de su pareja, quedará reprobado de mi curso. Y a petición de su tutora, me pidió que esos grupos de a dos que voy a formar se queden hasta fin de año, y realicen su investigación en todos los cursos, si deciden cambiar de compañero, supongo que tendrán que atenerse a las consecuencias.

¡Genial! El profesor Inutaisho siempre me ponía con Sango así que no era un gran problema para mí, estaba muy seguro de que las cosas iban a mejorar poco a poco conforme pasaran los días. No le tomo mucho tiempo empezar a formar grupos. A Kouga le toco con Akane, a Houjou con Rin, a Sango con Miroku… ¡¡Dios!! ¿Se habían olvidado de mí? Los que quedaban eran todos incompetentes e idiotas. No quería que me tocara con ninguno de ellos, no iba a poder aguantar hasta el final del año escolar…

- Inuyasha Taisho y Kagome Higurashi – dijo el profesor – ustedes serán el grupo 10
- ¡¡¡ ¿QUÉ?!!! – Los dos gritamos al mismo tiempo
- Un punto menos por hacer alboroto

Era inaceptable, parecía como si el universo estuviera confabulando en mi contra para que algo terrorífico me sucediera y todo el año tengo que investigar, y hacer trabajos con él. ¿Por qué ese tipo de cosas me tenían que suceder a mí? Me parecía absurdo, inaudito. Sion duda todo iba de mal a peor. La clase acabo rápido y la única idea que tuve para solucionar ese inconveniente era hablar directamente con la tutora para que al menos no me tocada con él en los demás cursos

- Lo siento Higurashi… - me dijo – Si el Profesor Inutaisho escogió esos grupos no los puedo cambiar, pero si no deseas hacer esa dinámica en equipo… Puedes reprobar, aunque no te lo recomiendo. Ya sabes la beca que andas buscando, tienes que tener las mejores notas. Y lo andas haciendo bien hasta ahora…

Ok, estaba perdida con un retorcido final, todos parecían felices con las parejas que les había tocado. Claro, todos excepto. A la hora del receso, hui de todos los que me rodeaban, el colegio tenía un magnifico paisaje, tenia algo parecido a una colina y un inmenso árbol estaba en el medio. Me senté debajo en su sombra, tratando de olvidar todo. Se sentía bien, la brisa era muy reconfortante y esa era la única forma en la que me podía olvidar las terribles cosas que me pasaban, solo disfrute el momento. Deseé con tantas fuerzas que la estúpida adolescencia se me pasara y madurara de una vez, para no mortificarme tanto y hacer las cosas por mi misma, pero eso era pedir mucho. Sin embargo, era un alivio poder tener paz en ese momento, como si el tiempo se hubiera detenido solamente para mí. Había dormido tan poco… y se sentía tan bien, nadie se daría cuenta si me dormía… Y si no entraba a clase… podría volver a casa ¿no?

- Hoy día a las 16 horas Kagome, y no vayas a llegar tarde – hablo interrumpiendo mi tranquilidad –
- ¿Por qué… - respiré hondo ignorándolo - …siempre tienes que aparecer en el peor momento?
- Lamento interrumpir tu momento de ociosidad…
- Pues debes seguir lamentándolo, porque estoy a punto de patearte
- Keh! Como si pudieras – se mofó de mi
- Inuyasha, lárgate – le grité
- Como quieras, pero debes ir hoy día y espero que seas puntual
- No pienso ir a tu casa – dije rápidamente- ¿Por qué no lo hacemos en la mía?
- Porque estoy muy cansado y no quiero irme hasta allá –dijo
- ¿Y yo tengo que hacer el esfuerzo sobrehumano de irme? – suspiré- ¿Podemos hacerlo otro día?
- Claro – me sonrió
- ¿Seguro?- fruncí el ceño
- Claro, si es que quieres pasar los últimos 2 meses trabajando día y noche conmigo para presentar el trabajo que no hicimos, no tengo ningún problema… - se sentó a mi costado - pero creo que yo no haría nada
- Eres un…
- Si no quieres ir, yo no tengo ningún problema. Mejor para mi
- Eres increíble

Mire hacia el lado opuesto donde estaba él, quería olvidarme que estaba allí, quería olvidarme de su presencia y sobre todo quería olvidarme de mi misma. El paisaje era tan hermoso, por un instante solo me concentre a lo lindo que sería vivir en un sitio donde nadie interrumpiera la meditación, el pasto verde que se movía con la ola de la brisa y los arboles con diferentes colores y formas se moldeaban conforme el viento se movía… Era todo un mundo tan inmenso por descubrir…

- ¿Kagome?
- ¿Si? – dije medio soñolienta

Me di la vuelta para dirigirme hacia donde estaba él, me sorprendí al ver que estaba tan cerca de mí… Solo él y yo y nadie más, mis ojos café desviaron hacía la curvatura de sus labios tenía tantas ganas de probarlos nuevamente, no era la razón la que hablaba por mi. Sólo estaba siendo extremadamente impulsiva, sus ojos dorados chocaron los míos y ninguno de los dos nos desviamos, su respiración estaba tan cerca a la mía. Y su aroma… me embelesaba y me hipnotizaba de una forma que ni yo misma era consiente. Estaba a punto de cerrar mis ojos y abalanzarme hacia el, estaba tan cerca de hacerlo. Y allí fue donde me di cuenta que era tan débil… tan débil a él…

- Te sonrojaste – se rio de mi
- Idiota – me aparte
- Al parecer – dijo sin hacer caso mi comentario – todos se enteraron de lo que hiciste en tu fiesta
- Sí, pero lo Kouga. No lo tuyo y mío – moví mis manos desinteresadamente
- ¿Eh? ¿Lo tuyo y mío? ¿De qué hablas? – Me miro raro
- De eso… - seguí hablando – Del beso y lo demás, aparentemente nadie nos vio
- ¿Tú y yo nos besamos? ¿Eh? – Habló sorprendiéndose más
- Deja de hacerme bromas que no estoy de humor para aguantarte – empecé a irritarme
- Pensé que dijiste “Nunca más volverá a pasar y será como si nunca paso” – cito mis palabras de la noche anterior y me sonrió – pensé que eso quedo bien entendido
- Sí – dije seria – pero tienes el cerebro y los sentimientos del tamaño de una cucharita de té que no serias capaz de comprender
- Todavía lo recuerdas Kagome ¿Por qué será? - con una sonrisa que no se iba de su rostro
- ¿Tal vez porque eres un idiota no crees?
- Que agresiva eres – se hizo el inocente – lamento decirte que hoy no se me antoja besarte - se acerco a mi rostro, lo toco delicadamente con sus manos y puso uno de sus dedos en mis labios – pero… se me antoja hacerte sonrojar
- Oh… es una pena – dije pensando rápidamente y dejando de lado el estar sonrojada, debía de hacer algo para que se callara – En cambio yo…

Él dejo de tocarme en rostro y parecía tan complacido con lo que hacia, andar jugando una y otra vez. Viendo como reaccionaba, los dos estábamos sentados y el en un descuido sin que se diera cuenta hice que se echara. Todo su cuerpo callo sobre el pasto y yo estaba a su costado, tocando su rostro de la misma forma en la que él lo había hecho con el mío

- ¿Nunca te has puesto a pensar… - le dije susurrándole al oído –… que pasa por mi mente…?
- Ka...go…

Puse los dedos en sus labios dando señal ara que se callara

- No tienes una idea de lo mucho que te deseo - besé su nariz, mordí ligeramente su oreja y sentí su estremecimiento…

Sabía que él disfrutaba de mi aroma y a mi me agradaba hacer este tipo de cosas, estaba sonrojada, más de lo que pensé que iba a estarlo. Roce muy ligeramente sus labios con los míos y volví a sentir su contacto visual, nuestras respiraciones eran increíblemente entrecortadas. Sentí como sus grandes manos tocaban mi rostro con mucha delicadeza, era diferente de la primera vez que lo había hecho. Al parecer estaba perdiendo el juego. Para mi sorpresa él dejo que hiciera todo eso, tenia la fuerza suficiente como para revertir el caso, se le notaba tan atónito… De la misma forma en la que quería que estuviera y me reí.

Me levante rápidamente y el todo su rostro tratando de parar su sonrojo, había logrado lo que quería

- Este juego se puede jugar de a dos…

Y con eso me levante y me fui, cuando estaba a punto de llegar al salón de clases, vi que Sango y todos los demás chicos entraban a sus salones. Grité su nombre y le hice una seña para que me espere. Sango frunció el ceño de una forma muy rara, al parecer tratando de comprender algo que ni yo misma veía, me di la vuelta para ver si el idiota ese ya se había ido y aparecer estaba saliendo en otra dirección, lo cual hacia las cosas más pasadero. De cierta forma sentí que Sango relacionaba a Inuyasha conmigo, de una forma muy diferente. Vi como movió la cabeza y parecía como si lo hubiera olvidado.

Camine a su lado y dejo de fruncir el ceño. Sólo esperaba a que dejara de hacerse ideas locas en la cabeza que no eran, a pesar de todo Sango podía ser muy perspicaz en este tipo de cosas. Y descubría las cosas como eran de una sola vez. Respire hondo y le empecé a contar de un chiste que mi papá me había mencionado, haciendo que ella se olvidara de lo que había visto.

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Estaba fastidiada, era como ir con mi propio verdugo, no me explicaba el por qué me sucedían solo a mi este tipo de cosas, pero trate de ser más positiva, ese tipo de personas pesimistas no era yo. Me había hecho la idea de que solo estaría dos horas allí, avanzaría la mayoría de las cosas y me iría. No tuve que ponerme a pensarlo en mucho.

La casa de Inuyasha era tan grande como la mía, los decorados eran muy extravagantes y no tan coloridos, había muy pocas flores. De todas formas sólo venía a hacer el estúpido trabajo en grupo que muy pocas ganas me daban de hacerlo. Pero lo más probable es que él me dejaría hacer todo a mí si me seguía negando a no ir a su casa, y eso no me convenía.

Toque el timbre y después de un tiempo prolongado, salió un chico casi parecido a Inuyasha en muchos aspecto. Era alto, tenía los ojos más dorados que Inuyasha, su cuerpo estaba bien formado, las facciones de su rostro eran perfectas, el ángulo de sus labios. Me sonroje de inmediato porque sabía perfectamente que él era el hermano de Inuyasha, Sesshomaru, y la forma en la que se encontraba él allí era algo vergonzosa para mí. Sesshomaru tenía solo unos bóxer, el pelo ligeramente mojado y las gotas de agua estaban en todo su cuerpo bien formado cuerpo.

Sentí como se sorprendió al ver y fruncía el ceño a la vez, sentí como me sonreía de una forma fría, que me hizo estremecer todo el cuerpo por completo. Me di cuenta que a él le agrada la escena en la que estábamos, los dos sin hablar nada en lo absoluto, era vergonzoso, solo tartamudeaba, pero no decía nada en concreto.

- ¿Te conozco? – dijo frunciendo el sueño
- Este… - balbucee – ando buscando a Inuyasha
- Ah… - se relajo – pensé que venías a verme a mi
- Tan rápido y ¿Ya andas coqueteando a cualquier chica que se te acerque? – replicó enojado Inuyasha al ver que Kagome tenía problemas y se sonrojaba cada vez más
- ¡Cállate! – lo amenazó con la mirada – estaba hablando con ella
- Ella está conmigo – dijo rápidamente Inuyasha
- ¿Es tú enamorada? – abrió los ojos sorprendido
- ¡NO! – grito rápidamente Kagome
- Mejor entra – dijo rápidamente Inuyasha

Inuyasha me tomo del brazo rápidamente y con mucha fuerza, me dejo en la sala esperando mientras escuchaba ligeramente como los dos hermanos se peleaban, aunque no parecía pelear, eran raros. Cada día lo confirmaba más, escuché como Sesshomaru se rió y con esto Inuyasha entro a la sala y sin nada más que decirme nos pusimos a avanzar con los trabajos, parecía tan enojado. Que no nos dijimos nada.
Trate de no hacer un tema de conversación, repase ligeramente los motivos por los que Inuyasha se podría haber enojado conmigo, era muy raro verlo así, por lo general debería estar molestándome, repase mentalmente como estaba vestida, estaba demasiado bien para su gusto. Era uno de los vestidos y el de los más bonitos que me quedaban, no llevaba mucho maquillaje y no llegue a entender el por qué de su comportamiento, pero decidí dejarlo así. Estuvimos así por 3 horas aproximadamente y cuando ya estaba aburrida y con ganas de irme, Inuyasha se ofreció a prepararme algo para comer, antes de que acompañara para irme a mi casa

- Estas muy bonita – dijo Sesshomaru, que había entrado a la sala rápidamente sin que me diera cuenta
- Gracias – dije más tranquila y seria
- ¿Ya no te sonrojas?- alzó una ceja
- ¿Por qué todo el mundo quiere que me sonroje? – le dije casi molesta
- Se te ve muy bien – respondió
- Es que… me sorprendí al verte en la entrada, y la forma en la que estabas vestido… - balbucee
- Lo siento, estaba terminando de bañarme
- Me fije – dije sin mirarlo – Por cierto, tu hermano y yo no somos nada
- Si lo supe en el instante en que te vi – me sonrió fríamente- solo quería confirmarlo
- ¿Y como te diste cuenta? – pregunté curiosa
- Eres mucho para él – se apresuro a decir – No lo mereces
- ¿Y según tú a quién merezco? – alcé una ceja
- Pues… - se reprimió un poco

Era gracioso ver qué después que se la había pasado coqueteándome se iba a poner nervioso. En ese momento me di cuenta que mi corazón se había acelerado precipitadamente, era tan mágico ese momento, sus ojos me atraían tanto

- ¿Sí? – lo insté a que siguiera
- Alguien como yo
- Oh… -dije casi susurrando – Eso también pensé

Sus dedos juguetearon ligeramente con mis cabellos, y nos acercábamos más sin darnos cuenta, era raro que después de tan solo hablar un par de horas, estuviéramos así. En ese momento no me intereso conocerlo más, Sesshomaru se tomaba las cosas rápidamente, sin darme cuenta ya me estaba interrumpiendo mis pensamiento con sus labios fríos y rápidos sobre los míos, besándome con absoluta pasión y yo correspondiéndole con todo, el momento perfecto que yo había soñado. Me tomo de la cintura y me acorralo en la pared y yo, recorrí sus brazos sobre su cuello. Era una sensación única… Nos falto la respiración y nos separamos en ese instante.

Lo observe sonrojada por lo que había pasado, el me sonrió y nos volvimos a besar. O de hecho el fue el que lo hizo, tenía una forma muy peculiar de seducirme

Terminado 12 de enero de 2010


11:56​

Nota del autor: Lamento la demora con este capitulo, pero la Universidad me tiene como loca, tengo que andar leyendo una y otra cosa más. Y los trabajos que tengo que hacer, no son un pan comido D:. Pero agradezco mucho sus consejos, con respecto a la ortografía el pinche Word con el corrector ortográfico no corrige bien, creo que a este paso necesitare un beta Reader x3 ¿Seguirán habiendo? xD Y sobre la redacción, sé que a veces repito las palabras, me cuesta buscar sinónimos y toda la cosa. Pero siempre se puede hacer algo no ;D Emmm… la historia se pone cada vez más kuul, me emocione de tan sólo pensarlo. Agradezco que lean esta historia espero que este capitulo les guste y lamento la demora ;O;