Saint Seiya Tío Kanon

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Arkannos, 28 Noviembre 2022.

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    Arkannos

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    Escritora
    Título:
    Tío Kanon
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3861
    Esta historia tiene mucho que la subí, solo que decidí que era hora de hacerle varias modificaciones -¡Muchas modificaciones!-. Espero les guste n.n

    Advertencias; Posibles personajes OoC, personajes OC, FIC NO YAOI. La inspiración para esta historia fue la Era de Hielo (una de mis pelis favoritas).

    Los personajes aquí empleados pertenecen a Masami Kurumada, excepto Legna de Buitre y el Saga Jr son míos xD

    Recuerden, en mis historias la lógica se va por la ventana :D

    Tío Kanon

    Capítulo I

    Si me lo pide mi hermano, responderé dos palabras; Esta bien—

    Muchísimas cosas molestaban a Kanon, tantas que si hiciera una lista era probable que la terminara en tres o cinco días.

    La primera que encabezaría esa lista -que no haría- seria levantarse temprano, le seguirían las películas de terror, el mal humor de Saga, el insomnio, la manía de Saga por tener todo en orden, los anuncios de televentas, su fastidiosa cuñada, no saber arquería, no tener suficiente dinero para comprar libros, el calor, el aroma del sudor, Poseidón, el calentamiento global, Saga otra vez, el no tener un gato, las peleas de las Marinas, las canas, las arrugas, Aioros, el ejercicio y tener que hacerla de "niñera"

    —¡Que no! ¡Yo no puedo hacerlo! —la voz de Kanon resonó en cada esquina de esa pulcra habitación al igual que sus pasos, caminaba de un lado a otro como animal enjaulado mientras que Saga permanecía sentado de piernas cruzadas en el cómodo sillón. Aunque el mayor se veía tranquilo en apariencia, el cómo tamborileaba los dedos sobre su dorso de la mano izquierda delataba cuan nervioso se sentía —¿Para esto me llamaste después de seis meses de no vernos? —espetó furioso el peliazul, plantándose frente a Saga.

    ¡Y es que no era para menos! ¿Cómo no estar furioso si tu gemelo solo te busca cuando necesita un favor? Bueno, el también hacia lo mismo ¡Pero no es lo mismo! Kanon nunca lo buscaba para pedirle cosas tan importantes… Solo lo buscaba para pedirle dinero, ropa y de ser posible también le pedía comida. Saga cocinaba muy rico, eso no lo iba a negar y seria un pecado el privarse de dichos manjares dignos de los Dioses.

    —Yo sé que tú puedes Kanon. Si pudiste con mas de cincuenta Espectros cuando fuiste al Inframundo, también podrás con esto. —el menor entrecerró los ojos, ese tipo de halagos viniendo de su hermano siempre eran con el fin de obtener algo —Y no solo te llamé por esto, también porque te extrañaba.

    —A otro perro con ese hueso. —le respondió dando un ligero manotazo antes de dejarse caer junto a Saga.

    Aunque si era sincero consigo mismo, Kanon también lo extrañaba y mucho. Pero era algo que no diría en voz alta.

    Después de tres años de haber sido revividos, cada uno había escogido que hacer con su vida. Él había decidido volver junto a Poseidón para continuar siendo su General Marino y custodiar el Atlántico Norte. Eso sí, cada mes sin falta alguna visitaba a su gemelo, pero cuando este se comprometió con la maldita italiana su relación se había vuelto un poco distante, debido a que no le visitaba como antes todo por esa perfecta esposa que Saga se fue a conseguir.

    ¿Cómo carajos fue que Saga se relacionó con una fiera guerrera del bélico Dios Ares? Era algo que no alcanzaba a comprender del todo. Aunque lo que mas le sorprendía era que su hermano se hubiera casado, ja. Toda la vida pensó que Saga moriría solterón y posiblemente virgen.

    No es que ella fuera una desgraciada con Saga, al contrario, le amaba y procuraba. Lo hacía feliz de una manera que nunca había pensado. Lo único malo es que entre ella y él las cosas eran un poquito difíciles. Era un estira y afloja, a veces bien a veces mal. El típico ni contigo ni sin ti.

    —A ver —se llevó ambas manos a las sienes, dando ligeros círculos con los dedos índice y pulgar. La conversación ya tenía demasiado tiempo para su gusto y no sabia ya como hacerle entender a su gemelo que no quería realizar tal misión —¿Por qué demonios no lo dejas con alguien más? Yo en todo el tiempo que tiene de vida esa cosa jamás lo trate. Muy a duras penas le vi seis veces, a lo mucho. —señaló al pequeño bulto que se movía inquieto dentro de la carriola

    —No lo dejaré con nadie más, solo confió en ti para cuidarlo. —respondió —Eres mi familia, mi hermano, sangre de mi sangre… Y él también lleva nuestra sangre…Y aunque no hayas convivido mucho con él, se que no hay nadie con la suficiente capacidad mental para cuidarle. —sin hacer movimientos bruscos se inclinó sobre la carriola y con cuidado saco al pequeño bebé que estaba dentro de ella. Ante los ojos de Saga, ese bebé era la cosa mas hermosa que había contemplado jamás, para Kanon era un simple costal de mugre.

    El niño en los brazos de Saga no pasaba de los seis meses de nacido, sus ojos eran de un bonito color verde grisáceo, el cabello era azul idéntico al suyo, con un look despeinado, piel pálida y cara regordeta. Su vestimenta era digna de fotografiarse, portaba un simpático mameluco de conejo en color celeste, el rabo y las orejas eran blancas, dándole un toque simpático y tierno. En simples palabras; ese mocoso era una verdadera monada.

    Algo dentro de sí mismo, le dijo a Kanon que esa vestimenta en el pequeño clon era parte de una sucia artimaña orquestada por su gemelo.

    —¿Acaso dejarías a esta hermosura con cualquiera de nuestros compañeros? —preguntó Saga, para luego estamparle un beso ruidoso en la mejilla. El niño soltó una carcajada tan dulce que Kanon estuvo a punto de reír también.

    —Antes que nada, el niño esta bonito, algo tenías que hacer bien en tu vida, hermanito. —Saga miró sin un ápice de humor a Kanon. El bebé sonrió al ver el vivo reflejo de su padre —Y, por otra parte, les haré saber a los chicos que los consideras no aptos para cuidar a tu pequeño Anticristo.

    —No le digas así. Y por mi ve y diles que les considero unos idiotas, me da igual. —movió la mano libre como si espantara una mosca —Pero ya, hablando enserio, necesito que lo cuides… Te suplico que lo cuides.

    —¿Me suplicas? —Kanon sonrió y se cruzó de brazos —Ponte de rodillas.

    —Kanon…

    —Nada de Kanon. —espetó, levantándose para empezar a caminar de un lado a otro de nuevo —¿Por qué no lo dejas con Olaf, Cabra o Potra? —preguntó, recordando a los tres mejores amigos de Saga.

    —¡¿Cómo se te ocurre tal tontería?! —exclamó, casi ofendido —Si dejo a mi hijo en casa de Camus es seguro que se congele como un gansito en la nevera. —Kanon se río —Shura apenas y puede con su propia alma. Aioros no es una buena opción, se olvida hasta de respirar ¿Crees que recordará que tiene que cuidar un niño que no puede valerse por sí mismo?

    —Omitiendo su típica maña por olvidar hasta su jodido nombre… —empezó a decir Kanon —No olvidemos que daría la vida por tu hijo en caso de ser necesario, ya vez lo que hizo por Saori.

    —Oh, sí. —replicó Saga, en tono sarcástico —También hay que omitir el hecho de que se lanzó por un jodido barranco con una recién nacida en brazos. Y no solo fue con Athena, ¿Acaso no recuerdas lo que paso con Aioria? —Kanon se mordió el labio, claro que recordaba esa vez—Esa vez Aioros no se lanzó por un barranco… Lanzó al pobre minino por uno. De milagro el Gato sigue vivo.

    Kanon suspiró, era caso perdido intentar hacer que Aioros se viera como una buena opción.

    —¿Y Cojijo, Jaiba y Gato? ¿Ellos no querrán cuidarlo? —sugirió, con cierta duda.

    —¿Acaso quieres que mi bebé se pierda en el vicio y la perdición? Ángelo me lo traumaría con solo verle a la cara, Milo es un caso perdido y Aioria esta más ocupado con Marín en hacer hijos que en cuidar los ajenos —Saga acunó a su hijo con mayor protección, como si algo fuera a quitárselo de un momento a otro —Y antes de dejarlo con ellos, preferiría dejarlo en las fauces de un lobo hambriento.

    —Ay que buen padre me saliste. —bufó —¿Qué hay de Shion?

    —El ya esta demasiado viejo para estas cosas, Kanon. —respondió Saga con calma.

    —¡¿Cómo demonios va a estar viejo si volvió a la vida con un cuerpo de dieciocho años?!

    —Para mí Shion siempre, siempre, siempre, estará viejo. Punto.

    Kanon chasqueó la lengua, se le estaban terminando las opciones.

    —¿Roshi?

    —La ultima vez que Dohko lo cuidó, se le ocurrió ir a la ciudad y hacerse pasar por padre soltero para ver que mujer le hacia caso. —el bebé soltó un gritito y aplaudió contento —Terminaron dentro de un table dance.

    —¿Cómo carajos lo metieron al table? —preguntó estupefacto señalando al niño.

    —No tengo idea, solo se que mi hijo por poco ve pechos, y no eran los de su madre.

    —Ese viejo maestro es mi ídolo... —farfulló Kanon para sí mismo —Bueno, bueno… ¿Y Alde?

    —No voy a dejarlo con alguien que va a tener a mi niño como animal de engorda ¡Cada que lo ve le da cuanto dulce trae en los bolsillos! —Kanon se llevò ambas manos al rostro, exasperado —Y no me sugieras a Mu, el bastante trabajo tiene con Kiki.

    —¡Entonces déjalo con Nemo!

    Saga volvió a negar con la cabeza.

    —Emil es un peligro para cualquier niño. No solo por su jardín de rosas, si no por su nulo tacto con seres pequeños e indefensos. Y ni se te ocurra sugerirme a Shaka, ¿Entendiste? Ese loco se molestó cuando supo que sería niño y no niña tanto como el deseaba —el menor de los géminis no dijo nada, prefirió guardar silencio. Se sabía de memoria esa historia, el calmado de Shaka se atrevió a darle un libro de nombres de niña a su hermano ¡Con varios nombres elegidos por él! Eso fue demasiado extremo —Tu eres el único que puede cuidarlo, Kanon… Eres nuestra familia, eres su tío

    —¡Agh! ¡No lo menciones! —gruñó, volviendo a caminar de un lado a otro con mas inquietud—Odio que me digan así, me hacen sentir viejo. —y le pese a quien le pese, aunque ya estaba los gloriosos treinta y un años, Kanon se sentía de veintitantos.

    —Kanon, por favor… —le dijo en tono suplicante.

    Y esta vez lo decía de manera sincera. No era una simple petición de dientes para afuera, realmente Saga le estaba suplicando por su ayuda.

    —No, Saga, ya te dije que no. —y vaya que le estaba costando un mundo decirle que no a su igual. Kanon desvió la mirada, si seguía viendo los ojos de perro a medio morir de su hermano, terminaría cediendo a lo que este le pidiera.

    Sabia que esa medida de no mirarle no funcionaria por mucho tiempo, pues cuando Saga se lo proponía era extrañamente tierno y convincente -sin necesidad de recurrir a las famosas amenazas de muerte-.

    Y en esos momentos Saga era tan jodidamente tierno con su sobrino en brazos que le daban ganas de abrazarle…

    —Por favor Kanon, hazlo por mí, por él… Por tu amado y único sobrino, que, aunque no lo admitas se que lo amas tanto como yo lo amo… ¿Acaso dejaras a mi hijo a su suerte? ¿A que Milo le corrompa con sus películas porno y Ángelo le lleve al fanatismo extremo por coleccionar rostros? ¿Mmm?

    … Y también le daban ganas de partirle la cara.

    —¿Cómo carajos es que eres tan dramático? —espetó Kanon, rodando los ojos. Saga en simple respuesta le ignoro.

    —¿Acaso dejaras a esta cosita hermosa sin amor, sin cariño y sin su tío favorito? —de un par de zancadas, Saga ya estaba frente a Kanon, el bebé al estar cerca del menor de los gemelos extendió sus bracitos, abriendo y cerrando los puños. Kanon en respuesta automática se echo para atrás, deseando con toda el alma fundirse en la pared a sus espaldas ¡Eso era jugar sucio!

    ¡Y no se había equivocado en su primera observación! ¡Ese maldito disfraz de conejo tenía toda la intención de manipularle emocionalmente! ¡Pero no! ¡El gran Kanon sexy de Géminis y Dragón Marino no sedería tan fácilmente! Si pudo hacerle frente a un espectro de la talla de Ratamanthys, podría con eso. A Kanon no se le conocía por ser un facilote… Bueno, el caso cuando perdió su virginidad entre las piernas de una hetaira fue muy diferente.

    —¿Qué no es una monada tu sobrino? —preguntó Saga, acomodándole el gorrito al bebé. La sonrisa paternal que lucían sus labios por poco y se le contagiaba a Kanon.

    —Si, ajá, ya te dije que fue lo único que supiste hacer bien. —respondió, intentando ver cualquier cosa menos a ese par. A cada segundo que los tenía enfrente su corazón se ablandaba más y más.

    —Solo serán unos cuantos días, no te pido más. Por favor, cuídalo. Te lo pido por el amor que nos tienes a mí y a Legna.

    —¡Yo no la quiero! —respondió Kanon, alzandó los brazos, el solo escuchar el nombre de su cuñada le causaba comezón —La soporto, que es muy distinto.

    —Kanon…

    —¡No! ¿Por qué no te lo llevas? —preguntó, ya cansado y en parte resignado. Solamente estaba alargando algo a lo cual ya sabía que pasaría —Así no estarías con preocupación si come a sus horas o no.

    —No puedo llevarle, ya te lo dije. —bufó, soplándose los flequillos —Legna y yo queremos un par de días de vacaciones…

    —¿Van a conseguirle el hermano?

    —¿Qué? —Saga sacudió la cabeza, casi espantado por la idea —Claro que no, es solo que arreglaremos un par de cosas. Buscaremos la posibilidad de bautizarlo por la religión de ella. —Kanon rodó los ojos, ya una vez su gemelo le había mencionado eso, pero no pensó que fuera enserio —Además, te deje todo listo para que no sufras, ya esta la pañalera e ¡incluso te deje comida! —Buena oferta, pero no lo vale, gracias —Y él no te causara problemas, es un angelito.

    Eso de angelito lo ponía en duda.

    —¡Que afán Athena mía! ¡Que afán! —exclamó Kanon, pasándose las manos por el cabello —¿Por qué no dejan eso del "bautizo" de lado? Háganlo como se hace aquí en el Santuario; En el nombre de Athena te llamare "Pancracio" y asunto arreglado. —chasqueó los dedos —O como lo hacen en las tropas de Ares; Degüellan un ser humano, bañan al mocoso con esa sangre y le ponen un nombre artístico; Matesu o algo así, algo acorde los guerreros de su bélico dios.

    —Jamás comprometería a mi hijo con ese Dios, y menos Legna, ella prefiere que cuando el sea grande escoja a cuál servir.

    —Que sea como yo —dijo Kanon con pose orgullosa —, que unos meses este con uno y otros meses con otro —era una clara referencia a su ya conocida doble vida; Ser guerrero de Athena y Poseidón —Le va a convenir, seria salario doble.

    —Ándale, salario doble. —Saga le estampo un pequeño golpe en la nuca, despeinándole más. El niño aplaudió mas gustoso —No veo ningún problema que mi primogénito sea bautizado por la religión católica.

    —Yo no dije que sea malo. —le corrigió Kanon, sobándose el área donde fue golpeado —Soy abierto a todo tipo de creencias. No tengo nada en contra de los pensamientos de tu esposa —dijo entre dientes —solo que es una perdida total de tiempo hacer tantos preparativos para algo que podría ser sencillo.

    —¡Bueno ya! —Saga se puso mas derecho de lo que ya estaba, ya era hora de terminar los tontos juegos —Dime que si lo cuidaras.

    —¿Ah? ¿Ahora te estas poniendo exigente? —entrecerró la mirada, viéndole con acusación —¿Dónde quedaron las suplicas?

    —Kanon… —esa mirada otra vez, como detestaba esa mirada de perro lastimero.

    —Ay, por amor de Athena. —se llevó ambas manos al rostro, suspirando pesadamente contra sus palmas —Con tal de que dejes de mirarme así lo voy a cuidar…

    —¡Gracias! —exclamó, dándole un medio abrazo que Kanon no hizo esfuerzo alguno en responder —Te debo un enorme favor. —sin darle tiempo a negarse, Saga le tendió al niño para que lo sostuviera. Kanon apenas tuvo tiempo de reaccionar, tomo al niño de ambas axilas y lo mantuvo alejado de su cuerpo, como si fuera dañino para su ser ¡Nunca había cargado a un bebé! ¿Cómo sostener esa cosita tan pequeña y frágil? ¡Y lo peor es que el jodido mocoso pataleaba y seguía extendiendo las manos para poder agarrarle!

    La mirada de terror que tenía en su rostro no paso desapercibida para Saga, pues soltó una carcajada.

    —Relájate y procura sostenerlo contra tu pecho, no te va a morder. —con calma lo acomodo en los brazos de su igual, dejándolo recostado —Pareces un palo de escoba, relájate Kanon…

    —Es fácil para ti decirlo Tweedledee.

    —Si tú lo dices, Tweedledum. —sonrió Saga, recordando con gusto esos particulares apodos que se habían puesto de niños al ver la película de Alicia en el País de las Maravillas.

    —¿Cómo se llamará tu costal de mugre? —preguntó Kanon, mirando fijamente al bebé, el niño sonreía tan dulcemente que era imposible no amarlo.

    —Digamos que es una sorpresa. —Kanon alzó una ceja, extrañado —Todo a su tiempo, hermano.

    —¿Entonces como le llamare? ¿Cosa apestosa? ¿Cosa mugrosa? ¿Mocoso? ¿Saga Jr.?

    El mayor en respuesta se encogió de hombros —Como tú quieras llamarle está bien. —Saga se acercó al bebé y con delicadeza le dio un beso en la frente —Te cuidas, mi amor, y también cuida a tu tío.

    Kanon tembló levemente, el escuchar la palabra tío en los labios de Saga era tan… terrorífico. Ya estaba dicho, Kanon nunca se cansaría de decir que esa palabrita atentaba contra su edad.

    —Es un mocoso, apenas entiende. —farfulló Kanon, rodando los ojos. Saga le ignoró y continúo hablando con la luz de su existencia.

    —Recuerda que te amo...

    —Sí, sí, sí, y él también te ama a ti. —bufó —Ya lárgate, antes de que me arrepienta. —Saga sonrió y con travesura despeinó al mas pequeño, para luego alborotar mas los cabellos de Kanon, el cual en respuesta gruñó descontento.

    Saga se dirigió junto al sofá y de tomo la mochila que estaba sobre él, se la colgó al hombro y encendió su cosmos levemente. Un halo dorado le envolvió, y varias motitas de polvo resplandecientes se esparcieron por el lugar, extendió su mano y un portal se abrió, dejando ver una inmensa oscuridad en el fondo y unas cuantas estrellas.

    —Te deje la pañalera en la cocina. —dijo Saga, mirando a Kanon —Ahí está todo lo que necesitas, desde mamilas hasta pañales.

    —¿Y cómo debo cuidar tu bola de grasa? —preguntó, frunciendo el entrecejo cuando el bebé tironeo de su pelo con fuerza.

    —Te deje unas instrucciones de lo que tienes que hacer al prepararle la mamila, —alzó la mano y empezó a enumerar con los dedos —, la hora de la siesta, como bañarle, sus cuentos favoritos y como cambiarle el pañal.

    —Perfecto entonces ya esta lo de la comida, siesta, cuentos, baño y cambiar pañal… —se detuvo, abriendo ampliamente los ojos y mirando con pánico a Saga —¡¿CAMBIARLE EL PAÑAL?! —vociferó —¿Qué no es sentarlo en la taza y esperar a que saque lo que tiene que sacar?

    —¿Qué? —parpadeó —¿Estas de broma? ¿Cómo demonios vas a sentar un bebé en una taza? No seas idiota, tienes que cambiarle el pañal. —Saga se internó en el portal, el cual poco a poco se fue cerrando. Kanon hecho a correr hacia él con el niño en sus brazos, sosteniéndolo con tanta fuerza para que no se le cayera.

    —¿Cómo que cambiarle el pañal? ¿Voy a oler y ver su popo? —preguntó y arrugo la nariz. Un monín asqueado se dibujo en su perfecto rostro —¿Saga? —el portal, finalmente se cerró, dejando a Kanon completamente solo en el templo —¿Saga? ¡Saga!

    "Gracias Tweedledum" la voz de Saga se escucho en su mente, tan clara como el agua.

    —Vete al… —se mordió la lengua al recordar que había un menor en brazos. El bebé simplemente continúo jugueteando con los cabellos de Kanon, de los cuales se había encaprichado y no dejaba de llevárselos a la boca —¿Qué te traes Enano? —preguntó, mirando con falsa molestia al niño —Deja, que esto no es comida. —le quito los mechones y se los hecho para atrás, alejándolos de su sobrino babeador de cabellos.

    El pequeño al verse privado de su nuevo juguete favorito soltó un falso gimoteo, miró con tristeza a Kanon y el mayor se asusto ¡Como no! Si parecía que el mocoso soltaría en llanto en cualquier momento. Ese niño a pesar de su edad era un muy buen manipulador.

    —¡Ya! ¡Ya! ¡Ni se te ocurra llorar, mugre Enano! Trágatelos si eso quieres. —volvió a colocarse la melena hacia el frente y el niño rio con travesura, volvió a enredar sus manitas entre el sedoso cabello del Géminis —¿Qué voy hacer contigo? ¿Mmm? —le miró expectante, como si le fuera a responder —Maldita la hora en que Saga decidió casarse y perder su virginidad. —el niño le miro con atención, capto claramente el nombre de su papá —Mejor se hubiera vuelto monje o hubiera seguido mi camino de excito; Ser soltero y codiciado. —el bebé soltó una jocosa risilla —¿Si entiendes, cosa apestosa? —volvió a reír feliz —Mmm, este favor le saldrá muy caro a tu padre, te lo puedo asegurar.

    Si su hermano no se hubiera casado, Kanon estaba seguro que no tendría por cuñada una chica encantadora -pero de víboras- y por sobrino un renacuajo.

    Un adorable renacuajo con traje de conejo.

    —Tío Kanon…

    ¡Ugh! Sonaba mas horrible si lo decía él.

    Continuará—

    Matesu: Según leí en un artículo, significa sufrimiento.

    Legna; No se que signifique ni su origen, solo me gusto como suena xD (Créditos a mi Gatuchi que una vez lo dijo)

    Emil; Nombre que le asigne al hermoso de Afrodita (considero que Afrodita es su apodo) y también le llamo Nemo (es un apodo que le puso DeathMask). Espero no les moleste =D

    Esta historia la subí hace eternidades -casi seis años- y por el bien de los nuevos lectores, decidí editarla :P

    Cambie muchos puntos de la trama y trate -juro que trate- de hacerla lo mas apegado a los personajes, una disculpa si falle en ello. Espero le den una nueva oportunidad a esta historia. Las actualizaciones después del capítulo tres serán lentas -mas lentas que los tramites del IMSS xD- ya que solamente tengo escritos tres caps y la continuación sigue en mi cabeza.

    Gracias por leer y por los comentarios respetuosos que pueda llegar a recibir :D

    SafiroBipolar
     
    • Gracioso Gracioso x 1
  2.  
    luigipadovano

    luigipadovano Iniciado

    Géminis
    Miembro desde:
    13 Julio 2018
    Mensajes:
    42
    Pluma de
    Morí de la risa, esta muy bueno lo de Kanon de niñera y lo inepto que serian los otros caballeros dorados para cuidar bebes. Muy bien hecho
     

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