[Superpoderes para Navidad] Villana por Navidad

El otro día salvé a una ballena que se había quedado varada en la playa, después de pensar mucho, mucho, mucho, si la quería ver morir lentamente o era mejor que volviera a su sitio. Desde el 25 de Diciembre (fun, fun, fun), descubrí dos cosas importantes para mí: podía controlar el agua (¡yupi!) para bien y para mal... pero me habían echado encima 10 años más, de forma que, aunque diga que tengo 20 años, que estoy en la flor de la vida, la gente dice que ando en los 30 - 35 años. Algunos incluso se atreven a decir que tengo 40 y que soy una mentirosa. Me costó superar la depresión esa de ser tan vieja tan pronto... Pero por otro lado tenía un poder que me gustaba mucho. Vamos, ¿vosotros podéis evitar acabar empapados cuando fregáis una cucharilla? Yo sí. De hecho, esa fue la manera en que descubrí mi nuevo poder.

Fue un día muy entretenido. Descubrir hasta dónde podían llegar mis poderes. Regar las plantas desde el salón, evitar que una niña acabase echa una sopa por un maleducado conductor que no redujo la velocidad cuando llegó a un charco (y después empaparlo a él dentro del coche. Tuvo un accidente, pero eso es lo de menos), no tengo que llevar paraguas cuando llueve... Pero también puedo hacer cosas malas con mi poder. Ahogar o dejar secos a las personas, por ejemplo. No era mala cuando me dieron este don... pero tampoco era un angelito. Las primeras treinta veces cuesta mucho controlar este nuevo poder. No es del palo que te lo dan y tú ya sabes controlarlo a la primera. Esto es como montar en bici, te caes mucho, te haces daño, pero una vez que lo dominas, es lo mejor del mundo. Y también cansa un poco si abusas de él. Pero eso es como todo.

Me corrompí, por decirlo de alguna manera.

Intenté llevar mi poder con responsabilidad, todo ese rollo que siempre sale en las películas y en los libros... pero en cuanto me di cuenta de que podía hacer lo que quisiera, se me fue todo de las manos. Las personas que me molestaban tenían accidentes en el agua, o bien morían deshidratados. Los tsunamis acababan con ciertas injusticias de los telediarios. Los ricachones tramposos desaparecían junto con sus yates, tragados por lo que muchos medios habían llamado como "el kraken". Era divertido, sobre todo porque pude hacerme con una pequeña fortuna robando aquí y allá y haciendo ciertos trabajos sucios. Todo esto me compensaba el parecer vieja. ¿Qué más me daba? Y pensar que al principio de todo esto me preocupaba mi aspecto, ja, ja, ja. Pero ahora que soy poderosa y puedo hacer lo que quiera, me siento invencible. Nadie puede detenerme, principalmente porque vivo en el anonimato. Otra personilla más en el mundo aburrido del día a dia (que se ve salpicado de extraños sucesos).

Tal vez si hubiera sabido que todo lo que llega en algún momento se va, habría sido más ambiciosa, habría hecho las cosas de otra manera o, ¿quién sabe? hubiera tomado el buen camino. En resumen, aquel que me dio ese don, viendo que lo usaba para hacer el mal, no solo me lo quitó, si no que me dejó vieja y con una ironía de la vida. Me hizo alérgica al agua.