One-shot Suerte

No soy muy bueno, así que no me maten T_T
Hicé lo que pude *esta muriendo en el teclado de su computadora*

Suerte​

El día estaba soleado, las nubes esponjadas decoraban el cielo azul como el mar y el ambiente era de felicidad. Heroine se encontraba tratando de recordar su vida, sus gustos…su amor verdadero. Las preguntas le atormentaban cada vez más y lo peor de todo es que las respuestas nunca llegaban, ese día había decidido salir a caminar por el parque aprovechando la tranquilidad del día.

— ¡Ten cuidado! —comentó Orión en el oído de Heroine, demasiado fuerte para su gusto. Se paró en seco y miró a los lados ¿Acaso ocurría otra vez su muerte? Al notar que no había nada cerca miró de manera rara a Orión, formulando la pregunta en su simple mirar —Mira eso— dijo este contestando aquella pregunta invisible. Ella miró hacia abajo; dirección donde le indicaba el dedo índice del ser mágico.

—Es una corona— se agachó a recogerla y la miró, una, dos vueltas bastaron para darse cuenta que era de auténtico oro y diamantes ¿A quién se le ocurría dejar algo tan valioso en el suelo? Miró a todos los lados una vez más pero nadie parecía percatarse del suceso — ¿Qué haré con esto?

—Deberías venderla para obtener mucho dinero. Tal vez así recordarías algo más— dijo el ser mágico bromeando

—No, estoy segura que no soy así— replicó un poco brusca. Al no tener idea de que hacer se fue al café Maid donde los 4 apuestos jóvenes la esperaban, todos y cada uno de ellos sonrieron al verla en ese lugar en su día de descanso.

—Hola— dijo Ikki de manera coqueta, como siempre solía hacer, acercándosele demasiado.

—Hey Ikki, deja de acosarla— interrumpió Shin con la bandeja debajo de su brazo, listo para golpearlo si era necesario

—Vamos, vamos chicos es su día libre, denle un respiro de sus peleas— bromeó Toma recargándose en el hombro de Shin, gesto que le desagradaba de sobremanera. Kent se limitó a mirarla de lejos desde la cocina. Nada de eso tenía ni pie ni lógica para él, en pocas palabras no le interesaba en lo absoluto.

—Hola chicos, me preguntaba si me podrían decir ¿Qué hacer con este objeto? —Heroine buscó en su bolso de mano negro la corona que había encontrado. Todos los guapos chicos la miraron embobados, asombrados con la belleza y sobre todo el valor de aquel objeto. Antes de que formularan una pregunta siquiera, una voz femenina los interrumpió

— ¿Dondehasencontradoeso? —pronunció de manera rápida por lo que nadie comprendió sus palabras. Todos voltearon a ver al dueño de aquella voz. Una joven de ojos esmeralda y gran (literal) gran gran cabello les miraba sorprendida y emocionada.

— ¿Tú quién eres? —preguntó Heroine de manera confusa, sus facciones no solo la hacían extraña sino que su largo cabello la hacía aún más.

—Me llamó Rapunzel, seguramente han visto mi película de enredados. Si lo sé soy ¡Famosa! Pero una actriz tiene derecho a divertirse ¿No creen? — les contestó dejando en blanco los ojos de todos –incluido de Orión que se había quedado mudo- y confundidos, no tenía sentido todo aquello.

—Pues, estaba en el parque tirada ¿Te pertenece? —preguntó la dueña del descubrimiento tratando de entregársela con un poco de desconfianza.

— ¿Quién nos puede asegurar eso? —Shin detuvo a mitad de camino la mano de la joven.

—Así es bella dama ¿Nos puede decir cómo es que llego aquí? — Ikki tomó la palabra inmediatamente, mirando a Rapunzel de manera seductora. Sin pensarlo dos veces ella accedió a dar toda la información que le pidieran, sonrojada y mirando hacia abajo respondió que ni siquiera ella sabía cómo había llegado allí si solo se la había dado a su esposo.

—Ya veo, tal vez él está aquí y se le cayó por accidente— dijo Toma llegando a una conclusión, que era ilógica pues ¿Qué hacía en el parque? ¿Por qué su esposo aún no aparecía? Sin embargo el estaba feliz de su respuesta.

—No lo sé, pero lo que si se es que esa corona trae suerte, es así como conocí a Flynn y me pude casar con él además claro esta de encontrar a mis padres, pero no hacer falta que hablemos de mí pues seguro ustedes conocen mi historia— decía imaginándose cada detalle de su vida, creyendo que ellos habían visto su película. No hubiera dicho eso pues los tres jóvenes comenzaron a imaginarse todo lo que podían hacer si se ponían dicha corona y todos llegaron a una conclusión…

Shin
Si esa corona fuera mía…Heroine se encontraba abrazándolo y besándolo en las mejillas, no lo soltaba por nada. Él se limitaba a mirarla y ella caía rendida a sus pies, sus padres habían aceptado su matrimonio siempre y cuando llevara la corona puesta. La imagen lo hizo ver un futuro cerca, unos bellos hijos con coronas hechas de papel y coloreadas con crayones. El sonrojo apareció en sus mejillas

Ikki
Haré esa corona mía…Se dijo mientras pensaba en su cercano futuro: Heroine a su lado, admirando su belleza que se acumulaba con la corona puesta en su cabeza. Todas las chicas sirviéndole de meseras para sus necesidades, pero solo una dueña de su corazón. Él no temió a expresar su sonrisa.

Toma
¿Una corona con suerte?...se imaginó a Heroine y sus hijos que habían formado juntos, jugando a quién era el rey y la reina, corriendo de un lugar a otro, sonriendo como payasos y besándose como amantes. Esa corona sería su amuleto de la buena suerte

Kent
Que tonterías…se dijo a si mismo pero no se detuvo al imaginarse a él en una oficina con la corona guardada en una vitrina, teniendo a Heroine como su secretaría personal donde admirara cada parte de su espacio personal y más aquel objeto de valor haciéndole creer que él era rico.

—No hubieras dicho eso— comentó la chica al ver la mirada perdida de los jóvenes

— ¿Por qué? —preguntó Rapunzel. Cuando miró a su lado, no observó a 3 chicos si no a tres bestias, con los ojos consumidos por el deseo

—3…2…1— dijo Orión y justo en ese instante los tres arrebataron la corona de las manos de la joven. La jalaban de aquí, para allá y de arriba a abajo hasta que en un descuido esta salió volando por una de las ventas. Todos se miraron esperando hasta el más mínimo movimiento de su contrincante. Kent sin querer salió a tirar la basura, gran error pues todos salieron aventándose uno con otro, creando una revuelta entre los cuatro.

— ¿Hasta dónde crees que lleguen? —preguntó Heroine de manera seria

—Seguramente hasta mi mundo— comentó Rapunzel sonriendo de manera perdida—Tal vez debí decirles que eso solo trae suerte a las mujeres

— ¿Así es? Bueno tenemos todo el día para esperarlos ¿Se te ofrece algo más?

—Un boleto a mi mundo —dijo la chica rubia mirando la puerta abierta –casi rota- por donde habían salido los guapos pero tontos chicos.