One-shot Sucesos [ Gakkou Roleplay | Aaron Yume ]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Nekita, 12 Abril 2022.

  1.  
    Nekita

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    Escritor
    Título:
    Sucesos [ Gakkou Roleplay | Aaron Yume ]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1067
    N/A: Esto sería después del festival y asumir porque luego Aaron no fue a clases un ratote (? Anyways, esta medio raro pero es más para mi y no olvidarme de lo que va pasando en mi cabeza~




    —¿¡Qué fue lo que estuviste haciendo?!

    Tan solo había abierto la puerta de su apartamento cuando una mano se aferró al cuello de su kimono para arrastrarlo dentro de su apartamento, empujándolo no mucho después hacia la sala haciéndolo caer.

    Usó sus manos para apoyarse sobre el suelo con la intención de levantarse y defenderse motivado por aquella adrenalina que tenía por el miedo y sorpresa pero, en el instante que pudo enfocar a una de las personas que estaba allí viendo aquel espectáculo, toda aquella energía se esfumó.

    Y ahora solo existía el miedo.

    Mirándolo estar allí tendido en el suelo con tan solo sus manos para poder elevar su torso estaba su madre mirándolo con gran desaprobación, siendo cobijada por los brazos de su hermano, Asaki con una disimulada sonrisa en su rostro.

    —...¿Qué estaba haciendo? No…No entiendo —Murmuró Aaron con un hilo de voz, girándose con cuidado para ahora ver hacia el origen de aquella voz molesta, su padre a quien no le agradó en lo absoluto su respuesta. Se acercó a él con pasos firmes, agachándose esta vez para volver a tomar esa prenda de ropa y levantarlo del suelo.

    —¿Qué fue lo que estuviste haciendo en el festival? —Gruñó Shou, al tiempo que lo estampaba contra la pared con cierta fuerza, sin dejar ir su agarre en su ropa —, desapareces dejando a tu hermano solo, no contestas ni sus llamadas o mensajes, ¿y luego te ven…?

    —¡Eso no es cierto!

    El simple hecho de imaginar cómo acabaría la frase alimentó su pánico, haciendo que apartara con algo de esfuerzo el agarre de su padre para apartarse de aquella pared, dejar de sentirse acorralado.

    —¡Miente! —Escuchar de pronto la voz de Asaki lo preocupó, su madre ya parecía haberse apartado de él para dejarlo hablar. Sacó su celular y lo mostró todavía bloqueado —, yo tengo pruebas, no te mentiría padre.

    Aaron no pudo evitar palidecer, pensando en la posibilidad de que tuviera una foto de lo sucedido con Daute en ese teléfono y cómo podría reaccionar su padre si viera algo como eso. Su corazón comenzó a golpear con fuerza su pecho, y la incertidumbre comenzó a convertirse en desesperación; no quería que lo vieran, no ellos.

    —...¡Nada de eso es tu asunto! —Gritó Aaron en desespero atrayendo nuevamente la atención de sus padres, pero Asaki tan solo bajó su mirada al teléfono y en el primer intento de desbloqueo, saltó.

    Era cómo aquel día del gimnasio, su cuerpo entero se desconectó y solo podía centrarse en aquel celular que su hermano tenía, dejando todo lo demás en un denso negro. El primer grito de su madre lo hizo saber que en efecto pudo quitarse a Shou del camino para abalanzarse hacia Asaki con fuerza, pelear por tener en sus manos aquel aparato que pudiera estar comprometiéndolo.

    Pero el segundo…el segundo grito y el continuo dolor en su cuerpo hizo que todo aquel negro se disipara.

    —¡No te atrevas a tocarlo de nuevo!

    No sabía cómo, pero ahora él era quien estaba en el piso, ahogando quejas por la falta de aire y tratando de protegerse el rostro de las patadas que llegaban a su cuerpo por parte de su padre con enojo.

    —¿¡Te dimos todo y esto es lo que se te ocurre intentar hacer esto de nuevo?! —La molestia creciente de Shou podía notarse no sólo en su voz, sino también en la fuerza en la que dejaba caer sus golpes en Aaron aprovechando que estaba en el suelo y cada vez que parecía querer hablar, dirigía el golpe a su abdomen para callarlo.

    —...No sabes apreciar la suerte de que Asaki hubiera querido dar otra oportunidad luego de lo que provocaste —Bufó al finalmente detenerse —, pero parece que realmente solo te importa demostrar que no valoras la educación que te dimos. Pudimos hacer la vista gorda con tus malas notas… pero escabullirte, ignorar mensajes, desaparecerte con extranjeros cuestionables y mentirnos ya es demasiado.

    —...No les he mentido…—Murmuró Aaron con un hilo de voz quebrada, se había vuelto nuevamente un ovillo en el suelo para tratar de recuperar el aire faltante —...juro que nunca lo he hecho… si tan so-

    —Aaron, basta, deja de decir esas cosas —Escuchar la voz frustrada de su madre lo sorprendió lo suficiente para que intentara verla desde su posición —. ¿No nos mientes? Mira la nada que te rodea… claramente has estado haciendo…otras cosas… con lo que estamos obligados a darte, ¿no es suficiente con la vergüenza y el pesar que nos has hecho pasar?

    —...Lo siento…

    —Y aun así, no sería suficiente —Negó con suavidad su cabeza decepcionada, dejando ir de sus brazos a Asaki para poder acercarse a Shou y acariciar su brazo—, vámonos, ya es tarde y seguramente hemos importunados a otros vecinos…

    Su padre asintió sin mucha resistencia, desapareciendo por la puerta al lado de Kyoko con Asaki tan solo un par de pasos atrás de ellos solo que, antes de salir por completo del apartamento, se detuvo.

    —Olvidé mi celular, vuelvo rápido —Dio media vuelta y Aaron lo observó acercarse sin moverse un solo centímetro de su posición, sin querer pelear ya por aquel objeto que tan solo tenía la pantalla rota —. Eres muy idiota, ¿sabes? Lo único que nuestro padre hubiera podido encontrar aquí eran fotos de mi y los chicos en el festival… pero tu eres alguien muy predecible.

    Con la base del celular dio unos pequeños golpes sobre su cabeza con una sonrisa divertida en su rostro.

    —¿Vengo después para que me pagues lo que rompiste, idiota? No encontré dónde escondes tu dinero para cobrarme ahora~

    Aaron asintió en silencio, ganándose una pequeña caricia en su cabello por parte de Asaki.

    —Entonces nos vemos luego, luego limpia todo este desastre, da pena.

    Incluso cuando el silencio reinó, Aaron no se movió de su lugar, ni hizo algún intento de limpiarse la cara o apaciguar el dolor que estaba sintiendo en el cuerpo tan solo fue tomando fuerzas para sacar su propio celular del kimono para poder ver la aplicación de mensajes y esperar.

    ¿Qué eran 14 horas de espera en su situación? Nada, realmente.
     
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