Drabble de Naruto - Suave como pétalo de cerezo.

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Observó las pequeñas pétalos rosadas deslizarse en el agua, como si fueran uno mismo, alejandose cada vez más con la ayuda de la corriente del agua cristalina del puente de la aldea. Movió rapidamente los dedos de sus manos que se sujetaban al barandal, intentando deshacerse de los nervios.

Rock Lee era una tipo super increible, fuerte y guapo, el más guapo de la aldea de la hoja. Pero apesar de esa verdad irrefutable, él estaba nervioso, ansioso de que ella llegará.

Escuchó levemente unos pasos, obligandolo a mirar a su derecha. A unos cuantos metros se acercaba con ese dulce caminar, aquellos orbes jades penetrantes tan resplandecientes como un diamante, tan llenos de luz, la llama de la juventud en su máxima expresión. Deslizó un mechón de cabello atras de su oreja y le dedicó una leve sonrisa al llegar enfrente suyo.

Al citarla en ese punto todo su valor proporcionado y desarrollado con ayuda de su Sensei estaba en su nivel máximo, ahora, teniendola ahi enfrente, tan delicada y hermosa, se quedó sin palabras.

—Hola Lee, ¿qué sucede? —lo evaluó con aquellos orbes esmeraldas.

La bestia de la hoja intentó hablar, tartamudeando algunas palabras inexistentes, sin conectar la frase con lo que salia de sus labios, sus pómulos reflejaban el mar de emociones en su interior, una lucha intensa dejando como resultado ese rojo carmesí.

—Sakura...

Susurró levemente y obligandose a avanzar silenció los labios de ella con los suyos, en una caricia ligera, un poco torpe e intentando trasmitir aquellas palabras que su corazón gritaban fuertemente. Desde que la miró en el equipo del enemigo de su Sensei, Rock Lee quedó irremediablemente enamorado de aquella silueta y dulces ojos.

Se alejó con sentimientos revoloteando en su estomago y un nudo en la garganta mientras observaba a una sorprendida Haruno. De forma inesperada lo tomó de la camisa acercandolo fuertemente, su rostro con un gesto de pocos amigos y parecido a un tierno tomate.

Sakura iba a matarlo, pero él no se arrepentia de nada.

Lee se quedó quieto en su sitio, sus brazos tensos a sus costados y esperando el golpe descomunal en alguna parte de su rostro, pero el lo aceptaría gustoso. Guy-sensei le enseñó a ir por lo que él queria, a pesar de la corriente, contra cualquier pronostico y aceptando las consecuencias. Cerró los ojos levemente.

Sus labios fueron atrapados por unos suaves que se movian ansiosos, demenciales y necesitados. Abrió aquellos ojos redondos encontrandose a Sakura Haruno, su amor platonico, la mujer más hermosa de la aldea, con los ojos cerrados demandando como suyos . Una caricia estrujó su corazón y respondió con toda la llama de su juventud aquel beso cálido y suave.

Tan suave como un pequeño y dulce pétalo de flor de cerezo.