Danganronpa Su última voluntad

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Hygge, 6 Febrero 2018.

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    Hygge

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    Escritora
    Título:
    Su última voluntad
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1466
    Este fic contiene spoilers del tercer caso de Danganronpa v3, que no se diga que no avisé. (?

    Su última voluntad

    Tan solo habían transcurrido un par de días desde que ocurrió aquella desgracia. Aquella que se había cobrado la vida de tres de sus compañeros; dos inocentes, uno ajusticiado. Ahora eran muchos menos, tan solo nueve de los dieciséis que fueron en un principio, y nada había vuelto a ser lo que era antes.

    El ambiente se sentía enrarecido, pesado. Se podía palpar el dolor y el miedo que todos sentían a lo desconocido, a no saber qué les depararía el día de mañana. Nadie sabía cuándo les tocaría estar en el lugar de Angie o Tenko. Podía ser hoy mismo. Podía ser mañana.

    Aún así, seguían poniéndose en pie cada día. Con leves sonrisas que trataban de infundar ánimos se saludaban, se preparaban las comidas diarias en medio de charlas banales, solo para tratar de olvidarse de la situación en la que se encontraban. Kaito sin duda lograba su cometido obligando cada noche tanto a Shuichi como a Maki a entrenarse, a despejarse de todo y, por qué no, afianzar sus lazos. Miu se entretenía investigando y añadiéndole funciones al pobre Kiibo, que tampoco parecía quejarse demasiado, mientras que Kokichi y Gonta parecían pasar la mayor parte del día juntos. Tsumugi tampoco parecía quejarse demasiado. Todos tenían alguna distracción, pero a pesar de ello, estaban preocupados por alguien en especial.

    El comedor quedó en silencio en cuanto la puerta se abrió, dando paso a aquella pequeña figura que faltaba. Shuichi sonrió con una mezcla de ternura y tristeza al volver a ver a Himiko con aquel traje de luchadora al que tanto cariño parecía haberle tomado. Desde hacía un par de días que la pequeña maga había decidido, para su sorpresa, comenzar a entrenarse en el que fue alguna vez el dojo de Tenko, obligándoles tanto a Gonta como a al detective a practicar junto a ella. La saludó, notando cómo le devolvía una fugaz sonrisa, evitando las miradas de todos, y trataba de moverse más que de costumbre. Con esfuerzo, eso sí. Pero lo intentaba.

    —Buenos días, Himiko. ¿Tan temprano y ya estás lista para ir al dojo? —le preguntó con amabilidad, tomando un bol de cereales mientras el resto volvía a sus charlas.

    —Nyeh, ¿por quién me tomas? Si no aprovecho el día desde el principio, ¡de nada servirá el esfuerzo! —exclamó, alzando la voz más que de costumbre, y acercándose con pasos acelerados hacia un bizcocho que intentó comerse rápido. Pronto, comenzó a jadear, pues había hablado y caminado demasiado rápido para ella—. Ah... Ah... Espero que no faltéis al entrenamiento matutino de hoy, u os convertiré en sapos feos y gordos con mi magia más poderosa. ¿Entendido?

    —¿¡Sapos!? ¡A Gonta no le gustan los sapos! ¿No pueden ser insectos? —se asustó entonces el mayor, agitando sus manos con nerviosismo—. Gonta no faltará, ¡es una promesa, y los caballeros no incumplen las promesas!

    Shuichi sonrió con nerviosismo ante la escena. Ver a una niña tan bajita intimidar a un grandullón como Gonta era digno de admirar. Se dirigió hacia Himiko, depositando el bol con cuidado sobre la mesa, y asintió.

    —Allí estaremos, n-no te preocupes por el castigo.

    —Bien, entonces... ah... me iré adelantando. ¡Tengo que dejar el terreno listo para el verdadero entrenamiento! —y tras comerse con gran rapidez el último bocado del bizcocho, casi ahogándose en el proceso, correteó hacia la salida con pasos acelerados mientras no dejaba de jadear de vez en cuando.

    El detective suspiró cuando la niña se hubo marchado, desviando la mirada con un deje de tristeza. Admiraba lo bien que Himiko lo estaba llevando. Haber perdido a sus dos amigas de golpe... Debía sentirse muy sola. Pero a pesar de todo lo intentaba, intentaba cambiar y seguir adelante. Por ellas.

    "¿Puedes ver a Himiko desde donde sea que estés? Has llegado a ella, Tenko".


    ***

    Himiko tomó una bocanada de aire, deteniéndose justo frente a la puerta que daba al dojo de NeoAikido. Lentamente la deslizó hacia un lado, quizás con más pausa que de costumbre, y se adentró al interior de la estancia.

    Vacía. Tal y como la había dejado el día de ayer. Casi parecía que allí no había estado nunca nadie.

    La contempló en silencio, absorta en sus propios pensamientos y recuerdos. De pronto, toda la seguridad y energía con la que creía haberse auto-convencido se escurrió entre sus dedos hasta desvanecerse por completo. Y aquel nudo en su garganta volvió a anudarse con más fuerza que antes, impidiéndole respirar con normalidad. Su cuerpo empezó a temblar, consciente de la realidad en la que se encontraba.

    Allí no había nadie.

    Caminó con pesadez, sintiendo con cada paso mil agujas clavándose en su pecho. El ambiente se sentía pesado, su cuerpo se sentía desfallecer, y sus ojos escocían. Con la vista nublada se apoyó contra la pared con dificultad, y sin poder aguantarlo más, se deslizó lentamente hasta acabar acurrucada en el suelo. Abrazó sus rodillas contra su pecho, enterró su rostro entre sus brazos... y dejó por fin salir el llanto que tanto había estado guardando.

    Sollozó, dejando salir las lágrimas sin importar mojar su ropa ni su frío rostro. Dolía, le dolía mucho, y aún así sufría más al mantener y reprimir lo que en verdad sentía en su interior. No podía honrar la memoria de sus amigas así, siendo una niña llorona y asustada que solo deseaba rendirse y salir de allí. Seguro que si estuvieran allí se reirían de ella y de su estupidez, siendo incapaz de continuar como había prometido hacerlo.

    El llanto se acrecentó, consciente de que no había nadie allí, que en verdad estaba sola, sin ningún consuelo que la animase a detener sus lágrimas. Tenía frío, su cuerpo tiritaba y se desgarraba la voz quebrada en llanto, clamando por personas que no volvería a ver jamás. Estaba asustada, asustada y sola. Solo quería despertar de aquella pesadilla, abrir los ojos y volver a ver a Tenko y a Angie frente a ellas, sonriéndoles como lo hacían siempre.

    Ella también quería sonreír. Himiko necesitaba sonreír de nuevo con sinceridad.

    Mas, de un momento a otro, sintió un ligero peso sobre sus hombros. No uno en un sentido metafórico y angustiante, no. Se sentía... se sentía demasiado real. Como quien te arropa en un cálido y maternal abrazo por la espalda, logrando quitarte el frío y el temor del cuerpo. Haciéndote sentir protegida y segura por primera vez en mucho tiempo. Justo lo que más necesitaba Himiko en aquel momento.

    Himiko dejó de temblar lentamente y cerró sus ojos, sollozando cada vez con mayor lentitud, adormecida por la embriagante sensación de comodidad y calidez que había comenzado a sentir en su pecho. Se dejó llevar, acurrucándose en aquella esquina, sintiendo cómo todos sus temores y preocupaciones desaparecían, y solo deseaba permanecer así por mucho más tiempo. Porque de repente podía sentirla ahí, a su lado, dándole ánimos sin necesidad de decir palabra alguna. Acariciando con ternura su cabello, susurrándole al oído que todo estaría bien.

    Y todo estaría bien, porque no estaba sola. Tenía a todos sus amigos apoyándola con su compañía. La tenía a ella protegiéndola en la soledad.

    Porque una parte de ella permanecería siempre a su lado, como la voz de la razón que la animaría a continuar cuando su cuerpo no diese más de sí. Le gritaría que luchase, que siguiese adelante, con esa sofocante energía suya que siempre había irradiado por cada poro de su ser. Esa energía tan contagiosa que tanto comenzaba a añorar.

    Himiko dibujó una fugaz sonrisa en su rostro antes de quedarse dormida. Una sonrisa sincera, pura. Sentía una indescriptible felicidad en su pecho en aquel instante. Porque por fin podía verla allí, junto a ella, abrazándola. Podía verla en sus sueños, cuando cerraba los ojos y todo se volvía negro. Como la luz más brillante en medio de la aterradora oscuridad.

    Y a pesar de todos los dolores de cabeza que le había dado aquella acosadora chica, jamás olvidaría sus últimas palabras. Las más sabias que había escuchado salir de sus labios jamás. Su última voluntad. Y la cumpliría, dejaría ir todas sus emociones, no volvería a esconderse en las sombras, a lamentarse de sí misma nunca más. Himiko no era patética. Llorar, gritar, reír cuando fuese necesario, ¡todo eso estaba bien, porque era humana! Y sentía, como todos, así como debía dejar salir sus emociones para encontrar esa tranquilidad en su pecho que tanto ansiaba.

    Una tibia lágrima recorrió con delicadeza su sonrosada mejilla.

    El recuerdo de Tenko Chabashira permanecería para siempre en su corazón. De eso estaba segura.
     
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    Etihw

    Etihw ghost Comentarista empedernido

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    Al principio, mientras leía, pues la verdad es que una pequeña sonrisa se me asomó (? porque me daba ternura Himiko con el traje puesto para seguir yendo al dojo tan temprano, y el cómo amenazó a Gonta con sapos. Eso ha sido gracioso, la verdad.

    Pero mi corazón está roto. Y ahora pegado con super glue, pero eso más adelante. Porque mi corazón se rompió al ver cómo Himiko ya no podía aguantarlo más. No podía seguir actuando fuerte, eso es un esfuerzo demasiado moledor, le destroza a la pobre. El cómo lloraba desconsolada, sola, con frío. Esa escena me ha partido en cachitos el alma. Mi bebé debió de haber sufrido tanto en aquel momento, god... en verdad esas dos muertes seguidas fueron un gran impacto sobre Himiko. No valía que hubiese visto a Angie muerta, no, luego de haber cantado semejante ritual tenía que aparecer Tenko así, dios mío.

    Pero, pero... omg? Omg, Andy. Ese peso cálido que sintió, gosh. Un abrazo lleno de amor, que le recordaba que debía seguir adelante, expresándose sin temor, y acordándose siempre de ellas dos con una gran sonrisa. Que debía sonreír por ambas. Que siempre estarían juntas. Y dios mío, semejante cosa me junta de nuevo los pedacitos rotos (? y me hace querer llorar pero no de tristeza, sino de lo bonito que es esto. Es duro, muy duro, pero ellas siempre estarán a su lado pase lo que pase.

    Dios, es que esto... esto está cargado de muchos sentimientos y emociones diosssssss. Lo que me has hecho sentir con un simple escrito es increíble. Tienes tal dominio de las palabras y de la narración, describiéndolos de una forma tan clara y comprensible, que creo yo que es imposible no acabar sintiendo cómo el pecho se comprime.


    Oh, gosh. My heart is feeling too much right now.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Recordar este escrito no me ha hecho bien, pero nada bien. Ha sido un duro golpe de: "¡eh! ¿te acuerdas cuando todos tus personajes favoritos murieron y dejaron atrás a personas tristes y solas? ¿te acuerdas?" Pero está tan bien escrito que obviamente te mereces un buen comentario.

    Y es que, de todos los juegos de danganronpa, yo creo que el doble asesinato del V3 es el más duro porque todos somos conscientes del durísimo golpe que tuvo que haber sido para Himiko perder a sus dos amigas. Si encima tenemos en cuenta que la muerte de Tenko fue supeeeeeer innecesaria, en el sentido de que el asesino la hizo por hacer y no porque fuese parte del plan o se inmiscuyese o algo así, como en casos anteriores, pues debió ser peor.

    Y luego es la pobre Himiko la que debe seguir viviendo sin las dos personas que la han estado acompañando y animando esos terribles días. Y aunque toma la decisión de ser fuerte, es difícil, claro que es difícil, despertarse cada mañana y tener que asumir que ya no están ahí, que nunca más lo estarán. Pero... que no estén físicamente no significa que no lo estén de otra manera. Por supuesto aquí se ha podido añadir ese sentido "espiritual" y pensar que el "fantasma" de Tenko está ahí, animándola y apoyándola. Pero lo importante es que sus palabras se han quedado grabadas en Himiko y que cumplirá su voluntad, y en ese sentido realmente sigue ahí con ella, porque la tiene en la memoria y esa es la manera de marcar a alguien.

    He amado este escrito todas las veces que lo he leído, que han sido varias, cualquier idea escrita por ti será algo completamente disfrutable y fácil de leer y releer. ¡Sigue así!
     
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