Sous la pluie

Bueno, esta fanfic, no es la primera que hago, en general, pero si la primera de bleach. Quisiera su opinión, yo soy de esas personas que escriben poco, osea, si escribo pero cuando son capítulos y eso son muy cortos. Así que, aquí las dejo. Trata sobre las cosas extrañas que empiezan a pasar en la ciudad de Karakura y dos shinigamis, llamados Takashi y Yukio, son enviados a investigar. En la tierra conocen a un chico con poderes peculiares que los ayudara en su misión.
Esta basada años después de la saga actual (La guerra sangrienta de los 1000 años).
Otro dato peculiar es que agregue como algunos personajes a los del software vocaloid... I know que estoy muy drogada como para agregarlos a la historia pero nose, a mi me convencieron.
Por cierto 'Sous la pluie' signfiica 'En la lluvia' En frances :D
Ok, aquí el prologo. (Creo que esta 'presentación' es más larga que el prologo)

Prologo​

Ciudad de Karakura​

03:00 pm​

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Huyendo del cazador como el venado indefenso, así estaba yo, corriendo inútilmente por mi vida -Bueno, por mi otra vida- Corría contra la corriente de aire aunque no sentía el frio. Si hubiese estado vivo en aquel momento seguro tuviese los huesos congelados. Quizás esta era la noche más fría del año pero yo no podía sentirla, ya no. las calles estaban llenas de charcos, no tan profundos, yo pasaba por encima de ellos salpicando la acera. Mire hacia atrás, aquel demonio me seguía persiguiendo, vacile ¿acaso no se cansaba? volví mi mirada hacia el frente pero note que algo iba mal, caí al suelo y sentí como los tentáculos de aquella bestia me jalaba una pierna, golpeándome fuerte contra una pared. Todas mis esperezas de cruzar al otro lado se habían desvanecido por completo. ​

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-Suéltalo, Ahora- Resonó una voz firme en la oscuridad, aquella bestia me soltó dejándome caer al suelo, con mi cuerpo totalmente golpeado tome las fuerzas que me quedaban para correr hacia aquella sombra, que se reflejaba por un destello de luz proveniente de un faro a un lado de aquella calle, mientras me acercaba a aquel sujeto para agradecerle lo que había hecho por mí, sintiendo que aquella bestia ya no estaba en aquel lugar asombrado volteo mi mirada hacia para atrás para asegurarme de aquel hecho, dándome cuenta que si era así, vuelvo mi mirada hacia aquel extraño sujeto, notando que se acerca lentamente hacia mí. Esta vez pudiendo ver como desenvaina su katana y quitándose su capucha del rostro que por primera vez pude ver. ​

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Su cara era tan blanca como la porcelana china y su nariz era perfilada, sus labios eran finos y no mostraba ninguna expresión que yo pudiese reconocer, sus ojos eran azul claro y su largo cabello de color morado estaba recogido en una cola de caballo, dos mechones caían por su frente y llegaban hasta su pecho. ​

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- Gra- Gracias por venir a salvarme - Dije nerviosamente rompiendo el silencio.​

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- ¿Quien dijo que he venido a salvarte? - Respondió y lo último que pude ver fueron sus labios curvándose en una sonrisa.​

 

*:
*Shinigami: 'Dios de la muerte' En japones.
*Hollow: Demonio/ Espiritu maligno.
*Gigai: es un cuerpo artificial utilizado por los Shinigami. Este se creo con el objetivo de que los shinigami pudieran regenerar su poder espiritual (Reiatsu) si llegan a estar heridos o debilitados, los cuales no pueden recuperar en forma de espíritu. Tambien les permite permanecer en el Mundo Humano durante un período prolongado, en el caso de que tengan alguna mision de larga duración.
*Katana: sable japonés.
*Kon: Es un Alma Modificada que actúa como el alma artificial de Ichigo Kurosaki cuando éste asume sus funciones de Shinigami Sustituto. Su nombre proviene precisamente de Kaizō Konpaku (alma modificada)
* Quincy: Son humanos con poderes sobrenaturales que luchan contra los Hollows. Al contrario que los Shinigami, los quincy no purifican a los Hollow, sino que los destruyen por completo.

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Capitulo 1​

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Se sentó en los banquillos del gimnasio totalmente agotada y con dificultad al respirar, nunca en su vida la habían puesto a correr tanto, de hecho ni si quiera en la academia de shinigamis* le exigían tanto esfuerzo.
— ¡Hey Takashi! — Grito a lo lejos una pelirroja que se acercaba corriendo a la banca — ¿No has notado… que ese chico te está mirando mucho? — Agrego aquella pelirroja mientras se sentaba a su lado.
— ¿Cuál chico? — Respondió con intriga.
— Ese, aquel chico que está en la puerta – dijo señalando con su dedo a un muchacho de cabello largo y negro que rosaba su cuello, tenía grandes ojos de color violeta, un poco alto y corpulento. Él miraba fijamente a Takashi con una expresión de arrogancia en su rostro.
— Ah… él – dice ella mientras se levanta de la banquilla – Regreso en un instante – agrego mientras caminaba lentamente hacia la puerta donde se encontraba aquel chico.
Tomo su camisa y se seco el sudor de la frente con ella. Al acercarse a él este le tira un alma modificada con forma de pastilla, ella lo toma y se dirige al patio donde se encontraba aquel demonio.
Estando allí frente a el hollow* Takashi se traga la pastilla y una vez fuera de su gigai* le ordena a Kon* que vuelva al gimnasio y no haga nada estúpido.
— ¡Ja! Te tengo – dice Takashi al hollow mientras corre hacia él sacando su katana*. Ella toma un brinco sobrepasando al hollow mientras este levanta su mirada hacia ella, produciendo un gran rugido, entonces esta corta su máscara con su katana mientras cae al suelo provocando que este se desvanezca. — que perdida de tiempo – agrega una vez estando en el suelo.
Mientras envaina su katana se abre una puerta repentinamente saliendo de ella un chico de cabello corto con un tono naranja, un poco alto y algo corpulento con un rostro un tanto gracioso debido a sus grandes ojos de color dorado.
— ¡Demonios! He llegado tarde – Dijo el chico — ¿Quién eres? — exclamo al ver a la chica de cabello rubio, de ojos azules, un poco bajita de estatura que estaba a un lado del patio — ¿Lo has destruido tu sola?
— Si, un momento… ¿Cómo puedes verme? — pregunto ella sorprendida.
— Viéndote — Respondiendo este con una sonrisa un poco tonta. — Jaja, solo bromeaba al igual que tu también destruyo esas bestias.
— ¿Eres un shinigami? ¿A qué división perteneces? – vuelve preguntar con mas intriga aun.
— ¿Un shinigami? No ¿Qué es eso? Yo solo destruyo aquellas bestias que aparecen.
— ¿las destruyes? ¿Cómo lo haces si ni siquiera sabes que es un shinigami?
— No sé cómo explicarlo, solo concentro mi atención en el brazalete de mi padre y aparece
— ¿aparece? ¿aparece qué?
— Una especie de arco, me-mejor observa — Dijo mientras estiraba su brazo derecho y miraba fijamente su brazalete. Al paso de unos minutos empezó a brillar la cruz que colgaba de el formando así una especie de arco de color azul.

Takashi, que miraba desinteresadamente el brazo del muchacho, quedo sorprendida al ver el arco que creo aquel chico de la nada.

— Mmm, interesante — exclamo ella — Un Quincy*.
— Un… ¡¿Qué?! ¿Un Twinki? ¿Qué es eso? – Pregunto él con mucha curiosidad mientras se desvanecía el arco.
— ¡Ja! Humanos… — Respondió ella con un tono de burla – un Quincy niño, ¿acaso no sabes que raza eres? – pregunto molesta
— No, de hecho no sé como obtuve estos poderes, solo sé que puedo ver a esos fantasmas y bestias desde muy pequeño – dijo con una expresión de seriedad en su rostro evitando la mirada de Takashi. — pero ¿me podrías decir que es un Quincy?
— Lo siento, debo irme, no puedo seguir perdiendo mi tiempo contigo – agrego mientras regresaba al gimnasio.
— ¡Espera! ¿Al menos me podrías decir tu nombre?
— Claro, me llamo Takashi
— ¡Oh! Takashi, que lindo nombre, mi nombre es Kagami, un gusto.
— Si, si igual, adiós – respondió ella mientras cruzaba la puerta del gimnasio
— Adiós – susurro Kagami mientras la veía irse, idiotizado por el hermoso rostro de la muchacha.​

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Bueno, como siempre nose si estara bien este capitulo... ya que mi corrector no ha querido leerme y voy a asesinarlo(?)
Quiero aclarar que Obento significa Almuerzo y El shunpo es una técnica de movimiento que permite al usuario teletransportarse de un punto determinado a otro. Eso. Espero les guste. Dejen su opinion en los comentarios...

Capitulo 2​

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Capitulo 2
Alrededor de las 9:00 pm se encontraba un joven, de aspecto un poco atlético, caminando por las oscuras calles de la ciudad; en ese instante, el mira su reloj y al darse cuenta de lo tarde que es, decide tomar un atajo a su casa por un callejón. Mientras caminaba por allí escucha un ruido a sus espaldas. Voltea rápidamente para saber que provoco ese extraño ruido y se da cuenta de que el ruido provenía de unos gatos que peleaban en una de las acercas. Vuelve su mirada al frente aliviado y luego choca con algo robusto provocando que él caiga al suelo.
— di-di-disculpa — dice el joven un poco asustado dándose cuenta de que es una persona con la que había chocado
— ¿Te encuentras bien? Un joven como tú no debería andar por aquí y menos a estas horas de la noche, puesto que podría ser muy peligroso — dice esta persona amablemente mientras le tendía su mano.
— Si, gracias, y si lose, perdí la noción del tiempo — respondió al momento que agarraba su mano para levantarse, dándose cuenta de que aquella persona cargaba un aspecto un poco extraño puesto que tenía una chaqueta la cual tapaba toda su cuerpo y un pañuelo el cual cubría gran parte de su rostro, mostrando únicamente sus ojos que eran de un intenso azul zafiro.

Una vez levantado, este joven baja su mirada y sacude su ropa.
— Adiós — dice aquel hombre con una mirada escalofriante mientras desenvaina su katana.
— Adiós — responde aquel chico sin percatarse de que estas serian sus últimas palabras.

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— Kurosaki-kun ¿Qué tipo de música te gusta? — Pregunto una de las muchachas que rodeaban el pupitre donde estaba sentado el pelinegro. Este comía el obento* hecho por su tía Yuzu y no parecía molestarle para nada las insistentes preguntas que le hacían.
— Esto… Kurosaki-kun ¿Tienes novia? — Se atrevió hablar una chica de baja de estatura, ella estaba levemente sonrojada, quizá no acostumbraba a realizar ese tipo de pregunta, pensó Takashi.
— No me llamen ‘Kurosaki-kun’ Es sofocante, llámenme Yukio — Reclamo el pelinegro con la boca llena de arroz. Desde que Takashi tenía memoria a Yukio siempre le molesto que lo llamasen por su apellido. Quizá lo había heredado de su padre.
— ¿Por qué todas rodean a Yukio? — Dijo una pelirroja que se acercaba al pupitre donde estaba Takashi. Esta llevaba en su mano derecha una barra de chocolate.
— ¿No estabas haciendo dieta? — la pelirroja le lanzo una mirada asesina a Takashi mientras se sentaba encima de un pupitre que estaba detrás de ella.
— Obviamente. ¿No ves? Hoy no me he comido mi obento. Aun lo tengo en mi mochila. ¿Lo quieres? — Respondió esta mientras mordía la barra de chocolate.
— No, gracias — Rechazo Takashi — Respecto a tu pregunta sobre Yukio, el siempre está rodeado de chicas. Es ley. — Agrego en tono de seriedad.
— Pareces estar acostumbrada ¿En serio sois primos? — Volvió a preguntar la pelirroja con curiosidad.
Takashi estuvo a punto de responderle pero fue interrumpida por el sonido de su celular. Un mensaje había llegado. Y no cualquier mensaje. Quizá una alerta de hollow o una orden de sus superiores.
— Voy al baño — Dijo Takashi mientras se levantaba de su silla.
— Siempre tienes que irte: a tomar aire, al baño, a la enfermería. A veces pienso que te fugas del colegio y eres lo bastante egoísta como para no llevarme contigo — Se quejo está mientras Takashi se dirigía a la puerta.
— Lo siento Piko — Takashi le dedico una mirada antes de salir — Cuando me vaya a fugar no dudare en decirte.
La rubia salió al pasillo del colegio. Estudiantes caminaban de un lado al otro mientras charlaban. Algunos recostados a las paredes y otros mirando hacia afuera a través de las ventanas. Ella hizo caso omiso a lo que ocurría a su alrededor y se dedico a revisar su teléfono.
Mientras lo desbloqueaba, sintió el tacto frio de una mano en su hombro. No tuvo que voltear la mirada para saber que era Yukio. Aquellas manos frías solo le pertenecían a él.
— ¿Y tus admiradoras? — Pregunto la muchacha. Mientras soltaba un suspiro y se volteaba a verlo. El lucia tan pulcro y atractivo como siempre.
— Mmm — El se froto el cabello desordenándoselo un poco — No sé donde están. Hace unos minutos estaban a mí alrededor pero luego se esfumaron.

Quizá a Yukio le rodeaban millones de chicas todo el tiempo, pero a él no parecía importarle. Aunque esto había hecho que se volviera más egocéntrico y engreído de lo normal.

Takashi se quedo mirando al pelinegro por un momento, sosteniendo la mirada fija en sus ojos violetas, el estaba mirando hacia otro lado, distraído y aburrido. Se pregunto en qué cosa estaría pensando en aquel instante. Él volvió su mirada hacía ella confundido y luego frunció el seño.

— ¿Qué tanto miras? — Preguntó provocando que Takashi se sonrojara levemente.
— Yo…
— ¿Ah? ¿Takashi? — Resonó otra voz en aquel pasillo. A ella le sonaba extrañamente familiar.

Se volteo para observar a un muchacho de cabellos naranjas y ojos amarillos. Que por la expresión de su rostro parecía estar feliz pero a la vez sorprendido. Él se acercaba a donde estaban ellos.
— Genial, ahora tienes un amigo humano —Dijo el pelinegro con el ceño fruncido aun.
— Cállate — Exigió la muchacha — La verdad no sé quién es.

El chico de ojos amarillos se detuvo al estar frente a Takashi.

— ¿Estudias aquí? —Preguntó.
— Que poco observador eres. Por su puesto que no estudiamos aquí, solo nos colocamos los uniformes porque son cómodos —Respondió con sarcasmo el pelinegro. Ese era el resultado de mezclar arrogancia y novelas manga.
— ¿Quién te pregunto a ti? —Dijo el chico en tono molesto. Su mirada parecía lanzar rayos de odio a Yukio. Este también lo miraba de la misma manera.
— ¿Te conozco? — Interrumpió Takashi. El chico Cabeza de zanahoria desvío su mirada y la poso en ella. Una gota de sudor bajo por su frente.
— ¿No te acuerdas de mí? — Respondió este con tono de decepción en su voz. — Soy Kagami.
— Ah — La muchacha recordó quien era aquel chico — El Quincy.
— Exacto — Sonrió Kagami.
— Lamento arruinar su amena conversación, pero, ¿Podrías decirme por qué carajos sonó tu teléfono y no lo has revisado?
De nuevo Takashi se sonrojo levemente. Lo había olvidado. Ella termino de desbloquear su teléfono y reviso el contenido de aquel mensaje.
— Es una orden — Dijo por fin a Yukio — Debemos patrullar de noche — Agrego, sin dar más detalles.
— ¿Es que acaso creen que por ser shinigamis no dormimos? — Se quejo el pelinegro.
— Pues si no te gusta, debiste quedarte en la soul society — Le regaño Takashi.
— Yo podría ir contigo Takashi-chan — Cabeza de zanahoria, que había estado en silencio, se atrevió a interrumpir provocando que el pelinegro le lanzara una mirada asesina.
— Metete en tus asuntos. Niño — Dijo este. Kagami se enrojeció de furia — No necesitamos de tu ayuda.

Kagami estuvo a punto de responderle pero el timbre de entrada sonó. Los estudiantes que se encontraban en el pasillo volvieron a sus respectivas aulas de clase. Yukio agarro a Takashi del brazo antes de que ella pudiese despedirse de Kagami y la arrastro hasta la puerta del salón obligándola a entrar.

Kagami maldijo por lo bajo a Yukio y regreso a su aula de clase.



‘’No necesitamos tu ayuda, niño’’ —Cito kagami con furia mientras salía del supermercado. La oscuridad de la noche inundaba la calle y lo único que parecía iluminarla era la pobre luz que emanaba el local. Kagami llevaba puesta una franela blanca y unos jeans un poco ajustados. El brazalete de su padre colgaba de su muñeca y un collar, con forma de flor azul de cinco pétalos, rodeaba su cuello. — No lo soporto, y tampoco soporto a mi hermana — Pateo una lata de coca-cola y esta fue a parar lejos de donde él estaba — ¿Por qué ella no viene a comprar sus cosas?
— Pareces un loco hablando solo, joven —Dijo una mujer que estaba detrás de él. Aquella voz nunca la había escuchado antes. Kagami se volteo para poder contemplarla, la mujer era de baja estatura y su cabello rosado estaba recogido en dos coletas que parecían taladros. Sus ojos eran del mismo color que su cabello, su piel era pálida y en cuanto a su vestuario llevaba un par de botines, negros, que llegaban hasta su rodilla; una pequeña falda gris y una camisa sin mangas del mismo color.
— Y usted parece una idiota utilizando una falda tan corta con el frio otoñal que hace afuera — Respondió Kagami. Este opto por ignorar la reacción de la mujer ante su respuesta y se dedico a caminar a su casa.
— Ese no es tu problema.
— Y el que yo parezca un loco hablando solo tampoco es el suyo — Le refuto Kagami sin voltear a verla.
— Claro que lo es — Dijo la mujer — Porque puedo terminar con esa locura ahora.

Kagami se paró en seco confundido por la respuesta de aquella mujer. Volteo para pedirle una explicación, pero ella ya no estaba allí. Él comenzó a sentir como a su cuerpo le invadían los nervios. Trago saliva y siguió caminando sin quitar la vista del frente.

— Adiós — La mujer apareció frente él con una guadaña. El color de sus ojos se habían tornado más intensos. Kagami retrocedió asustado y cayó al suelo — maldición — Dijo la mujer al fallar. Se acerco a donde estaba Kagami apuntándolo con la guadaña. — Tu alma será mía.
— No creo que esta sea la manera correcta de acabar con mi locura, de hecho, me estas volviendo más loco — Dijo Kagami levantándose rápidamente del suelo y retrocediendo a medida que la mujer se acercaba a él. Ella se movió con rapidez y lanzo un golpe con su guadaña. Kagami se cubrió con los brazos y cerró los ojos, aunque era inútil, tarde o temprano aquella guadaña lo cortaría. Pero, en vez de sentir que sus brazos eran cortados no sintió nada. Abrió sus ojos y quedo sorprendido con lo que vio. Había un escudo naranja protegiéndolo. La guadaña estaba clavada allí y la mujer también parecía sorprendida — ¿Qué… es esto? — Se pregunto Kagami.
— ¿Me he perdido la diversión? — Dijo una tercera voz. Takashi. Kagami volteo a verla. La rubia estaba de pie en el techo del supermercado, lucía un traje de ninja ceñido a varias partes de su cuerpo y llevaba una trenza que llegaba hasta su cintura. El pelinegro no estaba con ella y tampoco cargaba la katana con la que la había visto la primera vez. La luna llena estaba detrás de ella dándole un esplendor sobrenatural y hermoso. Ella desapareció de la nada y apareció a su lado.
— ¿Tele transportación? — preguntó Kagami.
— Shunpo* — Respondió ella — ¿Este escudo lo has creado tu? — Takashi tenía cierto tono de interés.
— Nose
— ¿Cómo no puedes saber? — Una gota de sudor bajo por la frente de la rubia — Olvídalo. Mira, quiero que te alejes de aquí porque voy a luchar, y no me gustaría que salieras herido.

Kagami se sonrojo levemente y asintió. Takashi miro en dirección a la mujer que ya había logrado tomar su guadaña otra vez.

— Que estas esperando para irte — Dijo la rubia a Kagami.
— Pero… tu espada — Susurro Kagami. Era imposible que luchara sin espada, saldría herida.
— Descuida, puedo con esto.

Por alguna razón, la respuesta de Takashi lo había tranquilizado. Podía confiar en que ella le ganaría a la mujer cabellos de taladro. Él empezó a correr rápidamente para alejarse de allí, dándole la espalda a la batalla que no tardaría en comenzar. Cuando escucho un gran crujido y se volvió para mirar que había sido. La rubia había atravesado con su brazo el pecho de la mujer. Un chorro de sangre mancho el rostro de takashi y la mujer agonizaba.