Sorpresa dorada Era un día húmedo. El Callejón Diagon estaba atestado de magos y brujas que corrían de aquí para allá, entrando de tienda en tienda y riendo estrepitosamente. En el cielo, el sol brillaba con intensidad y no se divisaba ninguna nube. La señora Longbottom bajó la mirada y negó con la cabeza. “Hoy habrá lluvia”, pensó, y continuó su camino. Había ido con el fin de obtener un regalo para su olvidadizo y torpe nieto. Neville era un niño regordete y sin amigos que había entrado a Hogwarts unas semanas atrás. Augusta era muy severa con su nieto pero no porque lo quisiese menos o deseara que sufriese, sino que buscaba enseñarle que a través del compromiso de la rigurosidad a la hora de trabajar se podía lograr mucho. Avanzó entre las personas mirando vidrieras. Algunas exponían escobas hermosas y talladas, pero Neville no sabía volar bien. Otras tenían túnicas de gala de colores extravagantes, pero Neville era muy joven para asistir a bailes. La librería estaba descartada, su nieto no tenía mucha concentración. Las mascotas también, dado que ya poseía un sapo del cual apenas podía cuidar. ¿Entonces qué? —¡Acérquense a mirar los excelentes productos recién traídos de Albania, señores! ¡Para la bruja, el hechicero, el troll o el gnomo! ¡Productos de excelente calidad y a un muy buen precio! — Una mujer con un carrito dorado y rosa avanzaba alegremente por el Callejón. Al parecer se dedicaba a vender objetos cotidianos pero que facilitaban la vida del mago. Augusta se acercó curiosa a observar qué vendía la mujer. Habían extraños artefactos que jamás había visto y otros que eran bastante comunes pero sólo uno llamó su atención. La mujer dueña del carrito la instó a que probase lo que quisiera con tal de demostrar la calidad de sus productos. La señora Longbottom tomó entre sus manos aquel objeto y sonrió. Sí, sería perfecto. —¿Cuánto cuesta esto? — Preguntó con voz autoritaria. —¡Ah, ése está en rebaja! — La mujer habló apresuradamente pues otros clientes se habían acercado—. Cuesta un Galeón, señora. —Muy bien, entonces lo llevaré—. Tomó su varita e invocó el dinero de su bolso pero nada vino a sus manos—. ¿Pero qué gorgonas sucede aquí? ¿Acaso he olvidado mi dinero? —Una y otra vez (sin éxito) lanzó el hechizo Accio, hasta que dio por sentado que definitivamente había olvidado sus galeones—. ¿Qué le regalaré a Neville entonces? Un joven que por allí pasaba se acercó amablemente. Había escuchado el problema de Augusta y viendo que se dirigía a Gringotts a depositar su dinero, decidió hacer una buena acción. —Tome—, el joven puso un galeón en la mano de la señora, la cual lo miró sorprendida—. Escuché su problema, ojalá pueda comprarle algo a ese tal Neville. —Gracias, jovencito, pero no necesito la ayu… Antes de que pudiese negarse, el joven se había esfumado. Augusta quedó sorprendida y agradecida con aquel extraño. Sonrió y compró el regalo de Neville, esperando volver a ver a ese muchacho lleno de pecas que la ayudó.
AYYYYYYYY, que cuchitura. Sí, el regalo perfecto para su nieto. La gente en apariencia más fuerte suelen ser los que quieren más al final.. :3
Y cómo no, aunque la abuela parezca una señora dura y estricta, realmente quiere a su nieto y solo desea lo mejor para él, como todas las abuelas~ Me ha encantado que quisiese hacerle un regalo a su querido Neville. Y parece que la cabeza empieza a verse afectada por la edad, porque eso de olvidarse el dinero en casa es muy de abuelas (? Me ha gustado mucho que hayas relacionado esta historia con la otra por el hecho de que haya sido Charlie el que le haya dado el Galeón que necesitaba. Sigue así ^^
No se si el pecoso era Charlie o alguno de los otros pelirrojos, aunque si es de esperar que sea de el. Es noble, el lo es y no es raro imaginarlo haciendo una buena acción. Me gusta, de verdad, ver los puntos de vista de estos personajes. Mira que la abuela de Neville siempre la han mostrado dura, cruel y estricta, Neville siempre le teme y espera no hacer nada para que lo repriendan, lo cual da su imagen de que no se toca el corazón pero nunca he dudado que quiera a su nieto y aqui el claro ejemplo de eso, como busca algo adecuado para el y eso ha sido demasiado tierno. Me gustó mucho, saludos c:
"Nuevo Proceder", "Sorpresa Dorada" y otro drabble llamado "Preocupaciones" fueron escritos con tres palabras de las tablas de Harry Potter. Odio matar el suspenso pero debo hacerlo: cada escrito debía estar relacionado de alguna forma, y sí, es Charlie quien le da el dinero a Augusta. Si no se dieron cuenta, iba a depositar la bolsa de dinero que le dieron ewe
Lo amé, jaja. Ha sido lindo leer algo sobre la abuela de Neville. Es común que un abuelo haga un regalo a su nieto, pero esta acción en Augusta me pareció linda y adorable sobre todo por el hecho de que en los libros no se sabe mucho de ella y lo poco que se sabe es que es muy estricta con Neville. Charlie, lo amo, tan generoso él. Me quedé con ganas de leer más. Me ha encantado el drabble. ¡Saludos!
