Es un día soleado en la playa y veo a una musa de cabellos dorados como los rayos del sol disfrutando de las bondades de la naturaleza a la que opaca con su rebosante virtud, en sus profundos y curiosos ojos verdes la luz del sol reverbera con gran fuerza resaltando su belleza. Su piel blanca como las perlas preciosas del mar, es bañada por las corrientes marinas de agua salada, donde juega con gracia y elegancia sobre la arena fina. Su vestido blanco es acariciado por la suave brisa del litoral, que hace ondear los pliegues de su falda que baila de forma traviesa, invitando a los ojos indiscretos de este admirador secreto. Su cabello se mece al compas del viento y su sombrero vuela por todo lo ancho del cielo. Las hadas del aire con capricho lo alejan de ella y ese sombrero blanco se mimetiza con las nubes pasajeras que hay sobre la playa. Un observador atento y bien dispuesto, aguarda en su espera, paciente y anhelante. Con dichosos ojos que observan como ese sombrero blanco viaja y se abre camino entre las corrientes de aire, las nubes en el cielo y una joven desesperada por rescatar su preciado sombrero. Con la ayuda de la bienaventurada oportunidad, este fiel admirador se maravilla de cómo la personificación de su inspiración se acerca hacia él. Aquel querubín con donaire etéreo flota sobre el paisaje obnubilando los ojos de este pecaminoso escritor. Las palabras escasean y las frases ingeniosas se vuelven fútiles para describir esta sublime experiencia. A las manos del afortunado escritor llega la inspiración en forma de un sombrero blanco. La diosa de su devoción lo agasaja con dos esmeraldas iridiscentes entregando su don al humilde escritor. Este estremecido por tal magnificencia, goza de la felicidad ante la cual se manifiesta en su forma perfecta de mujer para cautivar la imaginación de este iluso artista del papel. Aquella presencia recoge su pertenencia dejando escapar una sonrisa cautivante. Embelesado, aquel escritor absorto se contenta con las últimas visiones que sus ojos le entregan de aquel ser maravilloso y fascinante que se aleja para perderse en un punto fronterizo entre el cielo y el mar. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Sonia, gracias por comentar y debido a que siempre hay algo que a uno se le puede pasar. Esta vez para mí fueron las comas. Creo que no es malo encontrar palabras nuevas para enriquecer nuestro vocabulario, aunque eso conlleve perder el hilo de lo que se lee. Bueno con respecto a la forma en que está todo escrito, bueno quise probar una forma distinta de hacerlo nada más simple.
Interesante relato que expresa e imagina como es la musa de ese escritor. (Por lo menos así es como yo lo he comprendido.) La representación de ese sombrero blanco como el golpe de inspiración que muchos escritores solemos esperar. Me gustó mucho la verdad. Lo que no terminó de gustarme fue la manera en que esta escrita; me refiero en oraciones en vez de párrafos. Probablemente sea el hecho de que no suelo leer de esa forma. Debo de admitir que alguna palabras eran desconocidas para mi y me obligaste (que no es malo) a investigarlas, tal vez por eso detenía mi lectura y esto provocó que perdiera el hilo, me detuviera para poder parafrasear la palabra y luego con ojos entrecerrados decirme a mi misma: ¡Diantres! No conozco mi lengua materna. Tal vez sea yo una loca enferma de las comas pero me pareció que el escrito necesita un par de ellas porque vi que unas oraciones no terminaba de entender hasta leerla varias veces, en consecuencia por leer todo corrido. Como esta: Un observador atento y bien dispuesto, aguarda en su espera, paciente y anhelante. Creo que eso sería todo de mi parte. Como mencioné, me fascinó mucho la metáfora del sombrero blanco. Espero volver a leer algo más tuyo. ¡Un saludo!
Hola, bien pues me gusta tu historia. A decir verdad me gusta tu vocabulario enriquecido, ya que hace a la historia más interesante. Sobre la historia me gustó mucho la trama, es hermoso como lo has narrado y me parece interesante. Muy buena historia. A decir verdad es difícil imaginar el lugar ya que no lo describes mucho, no es necesario que digas todo detallado es sólo darle una idea al lector sobre el lugar. En el primer párrafo noté un error y es que no terminaste el párrafo con un punto sino que con una coma y luego empezaste el siguiente párrafo con minúscula. Sobre las comas ya hablaron de ello y sí faltan algunas comas, pero también sobran comas. Pudiste haber utilizado puntos o punto y coma en algunos casos para no cansar con las comas. Bien, pues me gustó tu historia y espero verte más por aquí, sigue así y ¡hasta luego! :D
