Planet Survival Sobrevive (Kao&Lu)

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Acero, 18 Enero 2010.

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    Acero

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    Sobrevive (Kao&Lu)
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    Sobrevive (Kao&Lu)

    Este relato corresponde a un reto, propuesto por Erika Chica. Opino que pudo haber salido menos mediocre, pero ya que xD.

    Aquí va:



    Sobrevive
    (Kao&Lu)


    Arreciaba la tormenta. Orión se bamboleaba en el océano enfurecido como una hoja en una cascada. Yo hacía lo posible por mantener la nave a flote, pero la presión maltrataba mis nervios y las lágrimas comenzaban a empañar mis ojos. Luna...​

    Momentos antes habíamos recibido la mala noticia. Puse el piloto automático y, junto a Chako, corrí a la parte trasera de la nave donde estaban los demás. Luna había caído al agua, siendo arrastrada por las olas, y Bell habría saltado tras ella si no lo hubieran detenido los otros chicos. Yo hubiera echo lo mismo... pero era demasiado peligroso.​

    Chako estaba en el asiento del copiloto sin pronunciar palabra alguna, y yo seguía tratando de concentrarme. El panorama no era bueno, y todo dependía de mi habilidad: de un momento a otro la nave podría voltearse y seríamos arrastrados a un terrible desastre.​

    -Luna sobrevivirá... -oí decir a Sharla-. Es fuerte...​

    -Maldición... -Haward caminaba nervioso de un lado a otro de la cabina, sin dejar de murmurar y maldecir entre dientes.​

    Bell no dejaba de llorar. Era la primera vez que lo veía así. Y Adam y Shingo sollozaban en silencio. Menoly, cerca de una ventana, les daba la espalda a todos y miraba hacia afuera; no podía ver siquiera el reflejo de su rostro.​

    Luna era muy importante para nosotros, sin duda, y temía que sin ella todo se desmoronaría... Cerré los ojos.​

    Sentía que, sin ella, no tendría mucho sentido seguir adelante. ¿Por qué tuvo que suceder?​

    El sonido estrepitoso de un trueno me devolvió a la realidad. Abrí los ojos otra vez y observé lo que tenía enfrente: olas inmensas, impulsadas por la furia del viento, que iban de un lado a otro jugando con Orión como si fuera una cáscara de nuez. Pensé que no lo lograría, no tenía las fuerzas para ello.​

    -Kaoru -Chako me observaba detenidamente-, debes concentrarte más, dependemos de tí para salir de la tormenta a salvo.​

    Depender de mí... ¿Y por qué yo?​

    "No Kaoru, tú debes ir, eres el único que sabe pilotar una nave". Las palabras de Luna resonaron en mi cabeza, tan claras como si hubiesen sido pronunciadas hacía poco.​

    Necesitaba, ahora más que nunca, ser fuerte y seguir adelante. Por ella, por mí, y por mis amigos... Y ya no me importó que lágrimas abundantes recorrieran mis mejillas.​


    ***​


    Pasaron horas, y con ellas la tormenta también pasó. Orión seguía navegando, firme pero silenciosa. Sharla se había ocupado de las comidas, Haward y Shingo se turnaban para hacer de vigías y explorar el mar en busca de rastros, y Bell vino a reemplazarme para pilotar. Con Chako en el asiento del copiloto y la nave en buenas manos, me retiré en silencio a tratar de descansar.​

    Nadie hablaba más de lo necesario, y la tristeza afloraba en el rostro de todos. Menoly apenas me miró al entrar en la habitación; estaba sentada en la cama de Adam, que sollozaba en un susurro casi inaudible, dándonos la espalda.​

    Me arrojé sin ánimos en la cama, mirando hacia la pared, e intenté dormir. Un pesar enorme inundaba mi corazón, y aunque estaba cansado, sabía que era inútil tratar de descansar. ¿Cómo podría hacerlo sabiendo que Luna estaba perdida allí afuera, en medio del océano?​

    Otra vez el llanto inundó mi garganta, un llanto que estaba a punto de explotar y no sabía cómo contener. No sabía qué hacer para salvarla, y no podía creer que no estuviera haciendo nada. Me sentía impotente... ¿Acaso debía arrojarme al agua tras ella?​


    ***​


    Las horas seguían pasando, así como los recuerdos de Luna. Uno tras otro, sin cesar, desde el día en que la conocí hasta el último momento en que la vi. Siempre tan fuerte, siempre tan decidida, siempre sorprendiéndome...​

    "¿Acaso no te pidió que vivieras?"...

    El recuerdo de Louis invadió mi mente, y con él el grito de '¡Vive!'. Recordé cuando le conté esa historia a Luna, historia que jamás había contado, y ella me escuchó y me comprendió. En ningún momento me juzgó.​

    '¿Acaso no te pidió que vivieras?', me había preguntado. Y las palabras de Louis olvidadas en mi mente hacía tiempo afloraron en ese entonces otra vez: '¡vive!'.​

    ¡Vive! Mi mente se aclaró y mi cuerpo reaccionó. Me dirigí a la cabina y, en un susurro decidido, mandé a Bell a descansar. Yo me ocuparía de la nave otra vez. Aunque no había dormido nada, ahora tenía las fuerzas para hacerlo.​

    Bell me miró y enseguida se retiró, lenta y silenciosamente. Chako no dijo nada tampoco.​

    Tomé el mando de Orión nuevamente y fijé el curso, firme y decidido. Rastrearía el mar de punta a punta de ser necesario, pero no volvería a rendirme otra vez. Seguiría adelante y viviría, pasara lo que pasara. Lo haría por tí, Luna. Por tí y por el recuerdo de mi amigo Louis.​


    ***​


    Las horas se arrastraban lentas y dolorosas; la luz del sol y las estrellas, también.​

    Ya había perdido la noción del tiempo, pero aún no me rendía. Y no lo haría, tenía que vivir. Aunque ya casi no albergaba esperanzas, algo me impulsaba a continuar. Supongo que eras tú.​

    Y esa mañana, a la luz del alba, la voz jubilosa de Haward me devolvió todas mis esperanzas e, incluso, mi sonrisa.​

    -¡Fuego, humo! -Lo oímos gritar desde su puesto de vigía-. ¡Allí adelante, tierra! ¡Humo, veo humo!​

    Algunos de mis amigos salieron a cubierta. Otros vinieron y se quedaron detrás de mí, con la vista fija hacia el frente.​

    -¡A toda marcha! -oí decir a Shingo. Era grandioso volver a ver a todos con ánimos otra vez.​

    Y yo me sentía feliz, por supuesto. Puse rumbo a tierra y marchamos a toda velocidad, con una gran dicha inundando mi corazón.​

    La visión de tierra firme se acercaba más y más, y con ella crecía la alegría de todos.​

    -¡Luna! -gritó Adam. Y entonces supe que ella lo había logrado.​

    Me sentí enormemente feliz cuando distinguí tu silueta en la playa. Me sentí aliviado al notar que estabas bien, y todos mis miedos se desvanecieron. Algo en mí explotó y me llenó por completo, y supe que jamás me permitiría perderte otra vez, Luna...​

    Nunca te conté lo que sentí aquella vez, y nunca lo haría tampoco. Sólo me limitaría a protegerte y estar junto a tí, siempre.​

    Porque tú eres demasiado importante para mí, Luna. Tan importante que es por tí que aún sigo aquí, sobreviviendo. ​
     
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