Siempre Tiene la Razón

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Bloody Rabbit, 15 Agosto 2011.

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    Bloody Rabbit

    Bloody Rabbit Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    14 Febrero 2009
    Mensajes:
    359
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Siempre Tiene la Razón
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    323
    Prólogo

    Para ser una adolescente ordinaria de dieciséis años tenía que admitir que su vida no era del todo normal, casi todo, en la escuela ve lo que habitualmente se ven en otras escuelas, chicos populares intentando verse superiores a los que no son, los atletas molestándose con los nerd haciéndole las peores de las travesuras.

    Y ella, una joven chica concentrada en sus estudios que daban frutos de buenas notas, la admiración de su madre quien se divorcio de su padre cuando ella tenía 10 años; por lo que desde ese entonces para escaparse de sus problemas se adentraba mucho en pasar sus materias y ser una de las mejores de su clase.
    Con una figura muy estable nadie se metía con ella porque en cierta parte era popular y en otra era toda una nerd pero con estilo. Estando un día en clases comienza a pensar de forma profunda en donde siente más de un deja vu que hace extrañarla demasiado ya que sentía que había vivido eso antes.

    A los dos días presiente que va a ver un examen en la cual la mayoría de los alumnos salen aplazados y fue lo que exactamente ocurrió a la hora de su clase de historia, desde ese entonces cada cosa que ella veía se cumplía pero solamente acertaba con otras personas más no con sus cosas personales, porque cando veía algo que era reflejado hacia su persona ocurría pero de forma contraria a como lo presentía.

    Entre tantos aciertos que está consigue se tropieza con un joven de ojos penetrantes que volteara todo su mundo al revés y no de la manera en la que muchas chicas piensa, porque esté lo que intentara superarla en cada cosa que ella hace... pero, cuando descubra su secreto las cosas darán un giro inesperado.
     
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    Bloody Rabbit

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    Escritor
    Título:
    Siempre Tiene la Razón
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1466
    Capítulo I

    Eran las siete de la mañana, y desde hace dos horas que se encontraba despierta, como de costumbre tenis sus orbes grises abiertos de par en par a las cinco de la mañana. Lucia una jovencita de dieciséis años que lleva una vida como cualquier otro adolescente, no le parecía normal que estuviera teniendo estos tipos de insomnios y eso que ya se ha vuelto muy seguido porque lleva así dos semanas, y aun así no tenía idea del porqué le ocurría esto.

    Se sentó con dificultad en la cama, desvió la mirada hasta el reloj y con esos orbes que se encontraban apagado seguía la aguja del reloj que se mantenía en movimiento marcando ahora las siete y cinco. Tenía ya veinte minutos para arreglarse porque su madre tenía que llevarla a la escuela, porque tenía establecido una hora de salida que era a las siete y veinticinco. Al momento en que se decidió levantarse camino con esa misma pesadez hasta el baño en donde se dio una larga ducha para después cepillarse los dientes, encaminándose ahora hasta su armario saco su uniforme escolar, de un color negro con un lazo rojo se vistió de forma tranquila para después irse a su peinadora en donde se sentó con las piernas juntas cruzadas hacia un lado.

    Quedando huérfana de padre a los ocho años se podría decir que Lucia era de las chicas que sonreían por motivos que no sólo se las daba su padre sino también su madre quien era una persona demasiado alegre, con hermoso humores podía inundar a una oficina completa de felicidad con tan sólo sonreír pero al perder al único amor de su vida, recordando con exactitud cada una de sus palabras el día en que velaron el cuerpo de su difunto esposo: “Ahora que te has ido de mi lado mi gran amor, no tengo razones para seguir sonriendo… Porque… Tú y nuestra hermosa hija eran mi motivación de mantener esa alegría que invadía cada día que estábamos juntos como familia”.

    Cepillándose sus castaños cabellos, seguía aún metida en sus pensamientos se hacía sus dos coletas largas que se ubicaban a cada lado de sus hombros y con dejarse dos mechones por fuera se levantó de la silla para arreglar su cama, después tomó su mochila para darle una última mirada a su cuarto, suspiró cansadamente y con cerrar la puerta tomó camino hasta la cocina en donde vio a su madre, una mujer con sus respectivos veinticinco años de una piel blanca, con esos largos cabellos negro que le llegaban hasta la cintura no podía ver el perfil de su rostro ya que éstos se los tapaban.

    Con su desayuno en manos se acerco a la mesa para colocárselo en el junto con su vaso de jugo de naranja, su hija se acerco a la silla para tomar asiento, comenzando a comer vio como su progenitora la miraba con serenidad logrando verle esos orbes cobalto que habían perdido el brillo desde aquella perdida.

    Buen día, mi niña. Saludó a su única razón para vivir, acercándose a donde estaba le acaricio con una ligera sonrisa una de sus mejillas.

    Buen día madre. Con ese mismo tono sereno le mostraba respecto a su madre para continuar con su desayuno.

    En ese corto periodo se mantuvieron las dos en silencio, haciendo cada una lo suyo, haciendo que solamente se escuchara el sonido de la pluma y el choque entre el cubierto contra el plato. A los pocos minutos ambas mujeres se encontraban dentro de un auto de camino al colegio de la castaña, Lucia miraba distraídamente la ventana pensando en muchas cosas, como que tiene que mantener un perfil bajo en su escuela, o sus calificaciones, aunque no se entendía el porqué lo hacía si era una de las mejores de su clase y eso que ahora porque está por salir ya que la han adelantado un año; lo que de verdad le molestaba y aunque no le prestaba mucha atención eran ésos que a diario criticaban a cualquiera que pasaran por su camino, en especial las personas que son populares que piensan que con ofender a otros se creen superiores, en su opinión personal ese tipo de persona lo que se ven son débiles porque se dan cuenta que tienen cosas que nunca tendrán.

    Llegando a la entrada, suspiró nuevamente pero por fastidio ya que miraba la llegada de cada uno de esos infelices estudiantes que venían con hambre de insultar a la primera persona que sus orbes viesen. Agarró su mochila y miró una vez más a su madre, quien le dedico una sonrisa para animarla a que fuera a su labor del día.

    Recuerda lo que te dije, Lucia. Dijo ella dándole un beso en la frente.

    Sí lo sé, mamá y gracias. Le agradeció devolviéndole la sonrisa. Abrió la puerta del auto para salir por ella, cerrándola con cuidado comenzó a caminar al interior del lugar.

    Sacando su mp4 se colocó sus audífonos para poner una música que la relejaba un poco, y sin escuchar sus pasos caminó hasta el edificio, sin prestarle atención aquellas personas que la rodeaban sólo deseaba llegar al salón de clases para no entre cruzar palabras con otra persona Aún sigo sin entender cómo es que puedo soportar a éstos… Que se hacen llamar “personas” pensando con una expectativa diferente de dichos seres humanos continúo con su caminata sin necesidad de mirar sus zapatos.

    Pasando por los pasillos del colegio, miraba a muchos chicos que se encontraban en sus lockerscharlando de cualquier cosa que hacen en sus cortas vidas, los miraba de reojo porque importancia no le daban y mucho menos mostraban interés en lo que hablasen. Llegando a su locker introdujo su combinación para abrirlo, guardando en él sus cosas solamente dejo por fuera los libros que iba a utilizar en sus dos periodos; cerró su locker para volver a tomar su camino directo al salón de clases.

    Yéndose a su lugar que se encontraba ubicado casi al final del lugar cerca de una ventana, puso sus cosas en la mesa de estudio para sentarse con la misma tranquilada en su silla, miró su mp4 y cambio la canción para poder comenzar a revisar la tarea de matemáticas que había realizado por la noche el día anterior.

    Completamente metida en sus asuntos no se dio cuenta que una joven de su misma edad, cabellos rubios semi ondulados que le llegaban hasta la mitad de su espalda poseedora de unos ojos color azul mar la miraba con una sonrisa serena que mostraba la extraña alegría que le transmitía su progenitora cada vez que le dedicaba una.

    Buenos días, Lucia. Saludó a su compañera de clases tomando asiento al lado de su lugar.

    Al saber que no esta escuchaba está llevo una mano a su oído derecho para quitarle un audífono captando de una vez su atención.

    Discúlpame, Carlota; estaba revisando la tarea que nos dejaron ayer. Se excusó apenada, mirando con serenidad.

    No me sorprendería que hicieras eso antes de que la clase del profesor Roberto comenzara. Comentó con esa misma sonrisa.

    Carlota desde que la pasaron de año ha sido su única amiga, porque era quien entendía a la perfección su manera de ver a las personas. Siempre ayudándola en cualquier cosa que requiriera de su conocimiento, jamás pensó que tendría una confortable relación amistosa con la susodicha, ya que venía de una refinada familia pero, ella no aparentaba tan alto rango de sociedad. Su personalidad tan dulce y bondadosa la hace ver como si fuera de clase media pero… Tampoco le prestaba atención a eso y más porque sus padres la complacían en cualquier cosa que le pidiese.

    Manteniéndose con ese mismo silencio tomaron sus asientos para esperar al profesor que había aparecido minutos después de que sonara la campana que indicaba el comienzo del primer periodo de clases.
     
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