Localidad: Planeta Drompic (Galaxia Qhink) Año: 2086 Sujeto: Niara Dod Especie: Nekogirl Edad: 16 años El planeta Drompic es el planeta encontrado por los humanos en dos mil diez y seis, al descubrirse que había vida inteligente decidieron tomar comunicación con éstos seres que parecían sacados de un cuento de hadas, las chicas con las cuales los chicos siempre habían soñado y paraísos tan hermosos que en el planeta tierra solo se podían alcanzar con la imaginación. En el año dos mil sesenta y cinco se evacuo el planeta tierra a causa de la destrucción de toda la naturaleza a causa de la ignorancia de los humanos. Los humanos se dirigieron al planeta Drompic porque ya contaban con la tecnología suficiente como para hacerlo, pero solo bastaron cinco años para que los Drompiccianos se dieran cuenta de la ignorancia humana y su afán por destruir la naturaleza, ésto desata una guerra entre las dos naciones, diez y seis años después las cosas se han calmado un poco, pero siguen habiendo ataques humanos, los cuales han evolucionado desarrollando una inteligencia bastante aceptable, pero éstos solo quieren dominar Drompic, así que siguen creando ataques. Niara, es una chica de diez y seis años, tiene el cabello color negro, con un fleco y unas orejas de gato de color blanco, una cola del mismo color pero que en la punta se torna negra, suele usar ropa ajustada y faldas para llamar la atención de los chicos, pero no logra llamar la atención del chico que quiere realmente. Ésta es la historia de una chica extraterrestre enamorada de un humano. — Niara, debo decirte que el día de hoy estás verdaderamente hermosa. ¿Quieres besarme?. — Imaginaba Niara con el chico que a ella tanto le gustaba mientras hacia la mueca de beso. — ¿Qué haces Niara?.— Dijo medio impactada su amiga Yiwi. — ¡Ohhhh! N-nada, lo siento, me quedé dormida.— Contestó Niara que se sonrojó rápidamente. — Que picarona, apuesto a que soñabas con el chico que tanto te gusta. ¿Como es que se llama? ¿Goflalo? ¿Gordalo? Ah, no, ya recordé. ¡Gonzalo!.— Dijo Yiwi haciéndose notar muy tonta. — ¿P-pero qué dices? ¡Ni siquiera lo nombres! ¿Entiendes?.— Dijo Niara algo molesta. Y es que así eran las cosas; "Pueden haber mil guerras, pero habrán mil y una pasiones de amor"... Niara no entendía de la vida, aunque había sido criada por sabios, había sido entrenada para ser una maquina asesina, y nadie podía entender el porque ésta chica tenía su lado completamente ignorante, se dejaba llevar por el amor, era capaz de recibir pisotones y dejarse humillar por quien amaba, pero nunca dejaba de amar. Por otro lado, Gonzalo era un chico que resultaba ser un completo vago, lo habían entrenado para ser un genio en el combate mano a mano, sin armas, pero él no hacía caso a las ordenes que se le daban, el chico de cabello negro, un ojo negro y el otro ciego a causa de una pelea que tuvo hace cuatro años, y ahora estaba marcado con un corte vertical por encima de la ceja que bajaba hasta la mejilla, daba terror de tan solo verlo con su sonrisa de loco y a la vez amenazante. Tanto Niara como Gonzalo vivían en Tukuro, una ciudad la cual había tenido paz en los últimos diez y seis años, ambos iban al mismo colegio, pero a diferentes grados, Gonzalo siempre iba un grado más avanzado que ella. Lo que ella no sabía, es que Gonzalo la espiaba a escondidas, porque llamaba su interés...
