Contenido oculto Este relato es para la actividad "Pidamos dulces 2.0 de @SweetSorrow y el dulce en cuestión me lo dio @Amane . Espero que disfrutéis la lectura. Oscuridad. Me había acostumbrado desde pequeña a la oscuridad. Muchos eran los que se veían apenados y se sentían desdichados por vivir de aquella forma, pero yo me había acostumbrado a la ausencia de luz, tanto, que si de repente todo se iluminase, sería lo más molesto del mundo. Cierto era, que muchas veces me preguntaba, por qué en un mundo tan oscuro yo había nacido con ojos para ver. Y a veces, me cuestionaba también, si quizás en realidad, yo era invidente y por alguna razón no lograba saberlo. Aunque me consolaba pensando, que yo sí podía ver luz en la oscuridad, no de la misma forma que si un sol de repente iluminase todo el firmamento, pero sí, encontraba acogedora aquella oscuridad. A veces, entre la vigilia y el sueño, algunas imágenes, imágenes lejanas, de rostros claramente iluminados, venían a mi mente, pero yo no lograba unirlos a ninguno de mis recuerdos. Por lo que aquellas trampas de mi subconsciente, las evitaba en la medida de lo posible, ya que no me gustaba pensar en lo que no pasaría. En uno de mis muchos despertares a la mitad del sueño, una vez pude escuchar una voz. No sabía de dónde provenía, parecía provenir solamente de mi cabeza. —Mami mami, ¿puedo encender la televisión? Aquella voz era cantarina, diferente a la mía propia, que pocas veces manifestaba en realidad, ya que casi no tenía con quién hablar. Por alguna razón, se me tornó familiar, ¿de dónde procedía? Quizás, eran propios delirios de mi cabeza, quizás, estaba teniendo un sueño y no me daba cuenta de ello. Quizás. —Hija, aléjate de la televisión, ya sabes que está prohibido encenderla. Aquella voz, por alguna razón, golpeó fuertemente mi corazón. ¿Por qué? ¡¿Quién demonios ella aquella persona y por qué su voz era tan poderosa contra mí?! ¡¿Quizás era algún tipo de bruja?! Estaba aterrorizada. Me tiré al suelo apoyada con ambas manos y empecé a jadear. ¿Qué me pasaba? No tardé mucho en romper en llanto. ¿Qué ocurría? Me sentía como si no fuese yo la que estaba haciendo aquello. Siempre había sido una persona tranquila, pasiva... pero ahora... aquella voz femenina, aquellas voces... me habían vuelto loca. —Mami, mami —aquella voz cantarina de nuevo—, ¿por qué lloras? Entonces empecé a escuchar el llanto de aquella mujer, también, y por alguna razón, sobrecogió mi corazón. Por alguna razón, sentí que llorábamos por lo mismo. Sentí, como si estuviéramos unidas. Pero algo inesperado ocurrió, algo me agarró fuerte del brazo, sentí como si aquella mano me quemaba y un recuerdo venía a mi mente al contacto con la misma. Algo de un pasado muy lejano, una infancia quizás, que ya no volvería. —Estás demasiado cerca y ya sabes, que nunca saldrás de aquí. Jamás volverás a casa —aquella figura fantasmagórica que me llevaba de arrastro dijo aquellas palabras, que me evocaron todo. Todo lo que había perdido, tan solo por ser curiosa. Me arrojó a un cuarto oscuro y allí me dejó, en silencio, pensando en todo lo que había ocurrido. —Si tan solo, tan solo, hubiese hecho caso de las recomendaciones de mi madre, si tan solo —dije entre sollozos, llevándome las manos a la cara. Si tan solo. Nunca hubiese conocido a aquella devoradora de almas, que se alimentaba de la poca alegría de los corazones de aquellos que lograba arrastrar a su mundo. —Jamás saldrás de aquí, jamás -la voz macabra volvió a sonar, pero esta vez no estaba ella por allí. Realmente, no le hacía falta, todo aquello, era su reino. Y todos nosotros, sus esclavos. —Mamá... —susurré cerrando los ojos y evocando, aquella voz, una vez más— te quiero, mamá... No quiero volver a olvidar...
