Microrrelato Secuestro

Tema en 'Nano y Microrrelatos' iniciado por Marina, 9 Julio 2014.

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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    10 Diciembre 2010
    Mensajes:
    2,063
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Secuestro
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    403
    Hola de nuevo. Esto es para la actividad: Frasemanía.
    La frase es: Algunas veces hay honor en la venganza.

    Secuestro

    Miró a la joven mujer que, llorando desconsolada, aparecía en la pantalla de la televisión y no pudo evitar alargar la mano derecha para tocar el rostro que aparecía tan cerca de ella a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de distancia.

    La entrevista estaba por concluir y la mujer de la televisión suplicó en una agonía tal que cualquiera que hubiese secuestrado a su bebé, se lo devolviera y por un momento, Carmina sintió compasión por su dolor, porque ella también había perdido un bebé, cuando este todavía no había nacido.

    Una loca al volante la había atropellado año y medio atrás, matando a su bebé de siete meses de gestación y dejándola estéril de por vida. En ese día fatal había perdido el derecho de ser madre y posteriormente su esposo la había dejado ante la humillación de no poder darle un hijo.

    Esa loca por la velocidad le había robado todo, despojándola de su gran sueño: el honor de ser madre y las autoridades no le habían hecho justicia y así como la joven de la pantalla clamaba por la devolución de su bebé, ella también había clamado por justicia, pero nadie se la otorgó, así que desechó el momento de compasión y su mirada se tornó muy fría cuando la escuchó preguntar con voz desgarrada por la desesperación.

    —¿Por qué? ¿Por qué te has llevado a mi bebé? —Una interrogante al aire, pues las autoridades no tenían ni una pista del secuestrador o secuestradores... y jamás la tendrían.

    —¿Por qué? —Inquirió Carmina apagando el televisor y levantándose de la cómoda silla en la que había estado sentada, concluyó en un tono helado—. Porque algunas veces hay honor en la venganza.

    El llanto de un bebé de escaso un mes de nacido, invadió la habitación y Carmina se apresuró a la cuna en donde tomó a la criatura en brazos. Lo miró y arrulló con gran ternura y besándolo en el rostro, murmuró:

    —Tu madre me despojó del honor de tener hijos, pero ya me lo ha devuelto. Desde este momento tú serás mi hijo y yo seré tu madre.

    El bebé bostezó y cerró los ojos abandonándose por completo en la seguridad de esos brazos tan amorosamente maternales.

    F i n
     
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