One-shot Secretos de Navidad [AU | Mimi & Emily]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Hygge, 14 Enero 2017.

  1.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Secretos de Navidad [AU | Mimi & Emily]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3050
    Listo, aquí está al fin el fic que he hecho como regalo para mi amiga invisible, ¿adivináis quién es? :3

    @Noir , ¡buu, sorpresa! <3 Ay, ojalá te guste esta historia, la hice con mucho cariño y, bueno, quedé satisfecha con el resultado ;u; Disfruta de tu fic ♡


    Secretos de Navidad

    Cerró los ojos y respiró profundo un par de veces, hasta que sintió que había recobrado la compostura. Sí, aún seguía allí, en medio de aquel oscuro pasillo. Sola, presa de los nervios pero, sobre todo, se encontraba en pijama. Aquel pijama de corazones de colores chillones con el que le daba tanta vergüenza ser descubierta, pero al que le tenía mucho cariño... Al fin y al cabo, solo era una niña de diez años. ¿Qué más cabría esperar?

    Avanzó, presurosa, intentando contener la respiración lo mejor posible. De vez en cuando palpaba la pared en un intento por tantear el terreno, presintiendo que de un momento a otro acabaría cayendo de bruces contra el suelo, alertaría a todos los presentes de la casa y todo su plan acabaría yéndose al caño. Mas aquel inminente peligro era de donde sacaba su determinación, a sabiendas de que sólo tendría una única oportunidad para poder intentarlo al menos.

    De un momento a otro su respiración se volvió algo más agitada, y apretó la caja que guardaba con sumo cuidado entre sus brazos, sintiendo su cuerpo tensarse con tan sólo ver la puerta que buscaba. Ahora que se encontraba frente a su habitación... casi sentía ganas de dar media vuelta, correr hacia su cuarto y esconderse bajo las sábanas, olvidarse de todo aquello hasta poder conciliar el sueño de nuevo. Pero no era tan fácil, claro que no.

    Quizás ya no había vuelta atrás, había llegado un punto sin retorno en el que tendría que ser valiente y arriesgarse. Sólo debía depositar la caja junto a su mesita, salir con cuidado y podría regresar a su cama. ¡Nada más! ¿Acaso no se oía sencillo? ¿Por qué sentía entonces sus mejillas arder de esa forma? ¿Por qué su corazón golpeaba con tanto nerviosismo contra pecho? Aquella sensación la estaba matando lentamente.

    Ya basta, Mimi. Los Honda no nos rendimos así como así. ¿Qué pensaría papá si me viese huir ahora? Aunque... ¿acaso importa lo que él piense ahora mismo?

    Antes de recuperar el sentido de sus pasos, Mimi ya se encontraba en el interior de la habitación. Aquel lugar le inspiraba cierta ternura y calidez que le agrada, sentía una comodidad inusual al permanecer en el interior de aquellas simples cuatro paredes pintadas de rosa. Todo seguía en su sitio, nada había sido cambiado de lugar; los miles de peluches de pokémon que adornaban los muebles la observaban en la oscuridad y, sin embargo, no sintió miedo alguno. Era incapaz de sentir emociones negativas allí dentro, no entendía el porqué.

    O quizás sí. Quizás todo se debía a... ella. De alguna forma que no lograba comprender.

    Allí, al final de la estancia, podía ver un pequeño bulto moverse suavemente bajo las sábanas, tan sólo dejándo ver la cabeza de uno de los peluches con los que tanto solía dormir la pequeña. Apretó instintivamente la caja envuelta contra su pecho, sintiendo de nuevo el temor de ser descubierta in fraganti. Pero tras acercarse muy lentamente y permanecer varios segundos oculta en la oscuridad de la noche, advirtió que estaba durmiendo muy profundamente, y no parecía querer despertar pronto.

    —Es ahora o nunca... —
    pensó en su fuero interno, infundandose el valor necesario para realizar su cometido.

    Exhaló, expulsando todo el aire de sus pulmones, y depositó con sus manos temblorosas el pequeño regalo sobre la mesita de noche. Sintió cierto movimiento en el cuerpo que tenía en frente, y casi notó su corazón detenerse por escasos segundos. Pero continuó durmiendo como si nada, y Mimi sintió un gran alivio tranquilizarla. Una efímera sonrisa se dibujó en sus labios, sintiendo el orgullo de quien logra su cometido con éxito, y se alejó con lentitud sin dejar de observar el rostro de la niña que dormitaba sin percatarse de nada.

    Parecía que una gran paz y serenidad la envolvía en su plácido sueño; por unos instantes, incluso, deseó estar en su lugar. Se veía tan tranquila, sin ninguna clase de preocupación pasando por su inocente cabecita, a pesar de que sabía que la vida no había sido nada justa con ella. En ese sentido, podía decirse que tenían algo común. Aunque no podía comparar sus tontas preocupaciones con los problemas de su amiga. Ella... Ella no se merecía esto.

    Aún podía recordar el primer día que la vio entrar a su hogar como si hubiera sido ayer.

    "—Mimi, como te expliqué, estos son los señores que trabajarán en la mansión a partir de ahora —Moura Honda le dirigió una mirada que ella comprendió al instante, y les saludó con un gesto solemne a modo de bienvenida. Al alzar de nuevo la cabeza se sorprendió al ver que la nueva pareja no estaba sola, alguien más pequeño parecia ocultarse entre el cuerpo de ambos progenitores—. Oh sí, los señores Hodges no vienen solos: te presento a Emily, su hija. Tiene más o menos tú edad, espero que os lleveis bien.

    Al principio, Mimi no supo cómo tomarse aquella noticia de última hora. Su mirada inquisidora y distante buscó la de la niña, quien sacaba su cabeza de vez en cuando de detrás de su madre, a la que se aferraba con temor, para ver mejor lo que ocurría a su alrededor. En un momento determinado sus orbes brillantes e inocentes se cruzaron con su mirada azulina, y por un instante ambas evitaron apartar la mirada. Fue solo hasta que la madre de la niña tomó su mano y la llevó hacia la que sería su habitación que dejó de observarla, siguiendo su camino hasta que desapareció escaleras arriba.

    Mimi sacudió su cabeza con suavidad, dejándolo estar. No es como si le hubiese ilusionado en el fondo el hecho de tener algo de compañía que no fuera la del idiota de Matt, y al menos parecían no llevarse muchos años. Pero no podía confiar en que aquello saldría bien, ¿quién le aseguraba que no intentaría quitarle la atención de su padre como Matt lo había hecho en su momento?

    Aquel pensamiento le infundó cierta desconfianza en la niña, sin embargo, el tiempo hablaría por sí solo. Dio media vuelta y, tras despedirse de los presentes, puso rumbo de nuevo hacia su habitación."


    Sacudió su cabeza con suavidad, dispersando los recuerdos del momento. No era ni el momento ni el lugar indicados para ello, y sabía que no podía permanecer demasiado tiempo fuera de su cama. El Luxray de su padre siempre vigilaba en las noches que todo estuviese en orden, y estaba segura de que su vigilia aumentaría en vísperas de Navidad como lo era aquel día. Ya había tenido percances con Matt intentando abrir los regalos antes de tiempo años atrás, podría descubrirla a ella también esta vez... y no sería agradable.

    Así fue como dio media vuelta en un intento por volver sobre sus pasos sin hacer ruido. Y estaba a punto de conseguirlo, de verdad que sí, si no fuera porque una mano se aferró a una parte de su pijama no con demasiada fuerza, pero aún así, impidiendole marchar.

    Una gota de sudor frío recorrió su rostro, girando la cabeza para comprobar lo que se temía: Emily se había despertado, y ahora la observaba medio adormilada y aturdida, con aquella mirada brillante y curiosa que le inspiraba tanta debilidad. ¿P-por qué... tenía que mirarla de esa forma?

    —Uhm, ¿Mimi? —susurró aquella voz delicada, haciendo que se detuviese de súbito. Sus ojos se encontraban entrecerrados por el sueño, casi no podía verla a través de la oscuridad—. ¿Qué haces aq...?

    —¡E-Emily, y-yo no...! S-solo, y-yo pasaba por aquí y-y... —su lengua comenzó a trabarse entonces, presa del pánico. ¿Qué excusa le diría ahora? ¡No tenía escapatoria! —Escucha, sólo vine a buscar una cosa, tú sigue durmien-

    —¿Puedes quedarte aquí... conmigo? Me da algo de miedo la oscuridad... Y sin la lucecita de noche... —volvió a hablar con aquel tono adormilado, cortando las palabras de Mimi. Esta no tardó en abrir los ojos con sorpresa.

    —¿¡C-cómo dices...!? —mas su sorpresa no sirvió de nada, pues la niña la arrastró con ella haciéndole sitio en su cama. Como ambas eran pequeñas, no ocuparon gran espacio. Maldición, ¿y ahora qué? —E-Emily, tengo que volver a mi cama, Luxray me va a pillar aquí y... No quiero problemas.

    La pequeña se revolvió en su lugar, entre el sueño y la vigilia, y Mimi se preguntó si acaso siquiera estaría consciente. Por un momento la idea de que no recordara nada al día siguiente la reconfortó, pero no lo creía tan posible. Sintió cómo le abrazaba del brazo y se acurrucaba, y un rubor, avergonzada, coloreó sus mejillas.

    Aún era incapaz de asimilar como en tan poco tiempo, Emily se había ganado su amistad de esa forma. Hace nada tan sólo sentía curiosidad, y ahora, ambas pasaban el día juntas.

    "—Es un placer, yo soy Mimiko Honda, pero puedes llamarme Mimi.

    Aprovechando que había encontrado a solas a esa pequeña escurridiza de una vez, tuvo la necesidad de presentarse, o más bien, a petición de su padre. Extendió su mano hacia ella, a pesar de que esta pareció tardar en reaccionar. Se limitaba en mirarla, algo tímida de acercarse, pero el extraño impulso de poder conocer a aquella chica que le daba tanta curiosidad no tardó en hacerse visible.

    Dio un paso rápido hacia adelante, sorprendiendo a Mimi, y tomó con las dos manos la suya, agitandola de arriba a abajo.

    —¡H-Hola! Yo soy Emily, Emily Hodges. Encantada de conocerte, espero que podamos ser buenas amigas~ —y sonrió, con ilusión en su mirada, sin soltar su mano en ningún momento.

    A la joven Honda le abrumó tanta energía y entusiasmo, pero algo dentro de ella se ablandó ante sus palabras. ¿Buenas... amigas? Ella no tenía de eso, le era tan extraño el propio término, que no supo qué decir.

    Desvió la mirada, con sus mejillas sonrosadas, intentando mantener la compostura.

    —Ya lo veremos. Por lo pronto, buenas noches. Debo irme a dormir —y con una solemnidad que intentó mantener sin que se le notaran sus verdaderas emociones, abandonó la sala ante la alegre mirada de Emily.

    —¡Claro, buenas noches, Mimi! ¡Que descanses~!"



    —Tengo muchas ganas de que venga Santa Claus, ¿sabes? —murmuró entre sueños, Mimi la escuchaba atentamente, mientras salía de su trance.—. Mamá me dijo que no esperase mucho este año, pero yo sigo confiando en que vendrá por mí. Porque Santa es muy bueno, ¿a que sí?

    La joven Honda quedó muda de incomodidad, sin saber qué decir. Permaneció inmóvil, observando en silencio el lacio cabello azabache que le cosquilleaba el hombro con pesadumbre. Las cosas no eran así, demonios. ¿Por qué? ¿Por qué la mamá de Emily no podía darle ilusiones por una vez? ¡Emily era la persona más buena del mundo! De nuevo, volvía a repetirse lo de aquella vez...

    "—¡Mira, Mimi, mira! ¡Ese es el peluche del que te hablé! ¿A que es precioso? —mediante una serie de tirones, Mimi fue arrastrada hasta el escaparate de la tienda por la insistente Emily. Parecía muy emocionada con ese juguete—. ¡Es un Eevee, uno de mis pokemon preferidos! Ojalá pudiese tenerlo conmigo, parece tan suave... ¿Crees... que Santa pueda traermelo este año?

    Mimi la miró, confusa. ¿Por qué tanta emoción por un simple peluche, cuando existían cosas mucho mejores que comprar? Quizás se debía a que siempre pudo tener todo lo que pedía gracias a su papá, mas Emily nunca pudo experimentar eso. Observó el juguete en silencio, y entonces, asintió suavemente.

    —¿Quién sabe? Será cuestión de esperar.

    ***

    —Señorita Honda, me temo que eso no será posible.

    Aquellas palabras las pronunció de manera mecánica, sin transmitir sentimiento alguno en su voz. Se encontraba dándole la espalda mientras ordenaba la estantería de la sala, pero Mimi no iba a quedarse de brazos cruzados así como así.

    —¿Pero por qué no? ¡Emily se lo merece, podría comprarselo a su hija por las buenas notas que sacó en el colegio! No es justo, ¿me oyes? ¿Ni siquiera crees que Santa se lo traerá?

    La mujer, sin embargo, permaneció inmersa en su trabajo, obviando las palabras de la joven Honda. Y, cuando esta última iba a volver a replicar, llena de molestia, volvió a hablar.

    —Que no espere demasiado de Santa este año —sentenció, distante. Con la ligera diferencia de que, esta vez, su voz pareció quebrarse en el último segundo."


    Mimi apretó los puños en silencio, sintiendo la respiración de Emily muy próxima a ella. Esta había vuelto a ser lenta y profunda, por lo que entendió que se había quedado dormida de nuevo. Podría deshacerse del agarre con cuidado y marcharse cuanto antes, pero decidió permanecer un poco más allí, junto a ella. Realmente... No se estaba tan mal.

    Sin embargo ese rato acabó cerrándole los ojos a la pequeña, hasta que sin poder evitarlo, acabó durmiendose acurrucada junto a Emily.

    Quizás, después de todo, aún era demasiado pequeña para comprender que no todo el mundo podía conseguir lo que quisiese con un sólo chasquido de sus dedos.

    ***

    Dos orbes dorados que la observaban en la oscuridad la sorprendieron en mitad de la noche. Mirada que iluminaba ligeramente la habitacion, tan solemne e imponente que no tuvo que preguntarse de quién se trataba para averiguarlo por sí sola. Luxray estaba ya aquí, y la había pillado fuera de su cama. Al menos gracias a él logró despertarse a tiempo.

    —Luxray, tranquilo, no he ido a buscar regalos —susurró, bajando con cuidado de la cama. No tardó en recibir una mirada recriminatoria del pokemon, que señalaba con su cabeza el regalo en la mesita de noche—. Ah, ¿ese? Es de Emily, ni se te ocurra tocarlo.

    Pokémon y niña salieron de la habitacion cerrando con cuidado, y la joven Honda comenzó a caminar de vuelta hacia su habitación, siempre seguida por Luxray. Como su fiel guardián o, en este caso, su atento vigía. En cierto modo ella misma se lo había buscado, ¿no? Como esperaba, no tardaron en oír ruidos en la habitacion de Matt, y pronto ambos niños se encontraron en medio del pasillo, con el pokémon echando imponentes chispas de su cuerpo con una visible molestia.

    —Oh vaya, parece que no salí en el mejor momento —masculló el chico para sus adentros, y rápidamente alzó la cabeza para mirar a su hermanastra con una sonrisa de lado—. Veo que tú no corriste mejor suerte, ¿verdad, Mimiko?

    —Cierra la boca —gruñó, frunciendo el entrecejo como toda respuesta. Le señaló con un amenazador dedo índice, molesta—. Yo ni siquiera tenía intención de buscar los regalos, solo he ido a llevarle algo a Em...

    Iba a taparse la boca antes de contarlo, pero fue demasiado tarde. Matt abrió los ojos con sorpresa, encaminado sus pasos ahora hacia la habitacion de Emily. El cuerpo de la joven se tensó inmediatamente, previendo sus acciones.

    —No me digas que le regalaste algo a una simple criada como ella. ¿En serio? ¿No tienes mejores amigos con los que juntarte?

    —¡Emily no es ninguna criada! ¡Y ni se te ocurra acercarte a ella o te las verás conmigo, ¿me oyes?!

    Iba a correr hasta colocarse en la puerta, empujando al muchacho para evitar que hiciese de las suyas y acabase con su sorpresa, pero Luxray fue más veloz y se interpuso en su camino. El chico dio un respingo y saltó hacia atrás, siempre había sentido cierto respeto por aquella criatura característica de los Honda, y desde luego no iba a plantarle cara.

    La expresión de Matt se tornó resignada, y antes de dar media vuelta, vislumbró a Mimi sonreír orgullosa con Luxray haciéndole frente. Casi parecían pokemon y entrenadora, compenetrados a la perfeccion. Ante toda respuesta, simplemente gruñó y regresó por donde había venido seguido de Luxray.

    Mimi pudo dejar escapar un largo suspiro de alivio, y antes de marcharse por completo, notó la fugaz mirada que Luxray le dirigió en medio de la oscuridad. Una ligera sonrisa sincera se formó en sus labios.

    —Gracias...

    ***

    Unas insistentes llamadas en la puerta lograron despertar a la niña de su plácido sueño. Somnolienta, observó la hora que marcaba el reloj: las nueve de la mañana. ¿A quién se le ocurriría venir a despertarla tan temprano? ¡No habría perdón!

    Caminó hacia la puerta abrazandose a sí misma y tiró del pomo desganada, con la sola idea de echarle la bronca y volver de nuevo a la cama.

    —¿Quién demonios me despierta a estas...?

    Pero antes de poder espabilarse del todo, unos brazos la rodearon con fuerza haciéndola retroceder, y cuando quiso darse cuenta, tenía a Emily en sus brazos dando saltitos llena de alegría.

    —¡Mimi, Mimi, no te lo vas a creer! ¡Santa ha venido de verdad! ¡Ha venido! ¡Y mira lo que me ha traido! ¡Es increible!

    Mimi observó su rostro de completa felicidad, abrazando un peluche de Eevee con gran cariño. Llevó su mano algo vacilante hacia su cabeza y, manteniendo la compostura, le dio unas suaves palmaditas sobre su cabello.

    —¿Ves, Emily? Te dije que vendría.

    —¡Sí, tenías razón! Me trajeron más cosas, pero este sin duda es el mejor regalo del mundo. ¡Voy a enseñarselo a mis padres, no se lo van a creer!

    Y la niña echó a correr de nuevo tras otro rápido abrazo lleno de cariño, dejándole una agradable sensación a Mimi en el pecho mientras esta desaparecía por la puerta. Abatida por tantas emociones se dejó caer en la cama, sin evitar poder sonreír.

    A veces... no estaba mal hacer algo por alguien sin esperar nada a cambio, ¿verdad? Se sentía tan... gratificante. Definitivamente, ver su feliz sonrisa era todo el regalo que podría desear por Navidad, por muy cursi que sonase.

    Luxray, quien pasaba delante de su habitación, la miró fijamente. La niña entonces comenzó a caminar hacia la salida, acariciando su suave pelaje azabache en el momento.

    —Shh, es un secreto, ¿sí? —susurró, sonriente, y echó a correr hasta perderse de vista.
     
    Última edición: 14 Enero 2017
    • Ganador Ganador x 3
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Adorable Adorable x 1
    • Creativo Creativo x 1
  2.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    15,857
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    SKLAJNDSJKANIUEOAHIUDFNAJSBLJA

    Omg, amé esto y ni siquiera era un regalo para mi xDD but.

    Bueno, bueno, voy a empezar a comentar por el principio, si es que puedo, porque estoy muy fangirl, en realidad.

    Oh Dios, me ha gustado mucho. El relato es muy tierno, en serio, y aunque sea un AU, en realidad está muy muy bien hecho, sobre todo por el IC. Muchas veces he pensado que podían haberse conocido de esta manera, claro que mi pensamiento se iba directamente a la adolescencia donde pasaban cosas zukulemtas, pero esto, esto es tan tierno y a la vez real que no puedo no amarlo.

    A ver, es que si Emily fuese la hija de los nuevos sirvientes de la familia Honda, realmente estaría muy avergonzada de hablarle pero finalmente lo haría. Y no dudo en que Mimi también acabaría siendo su amiga a pesar de demostrar que no, porque, bueno, es Mimi.

    Es que, no puedo decir nada al respecto, los ha expresado totalmente como sería en mi cabeza y eso es demasiado bueno como para poder decir nada. Si está en mi cabeza, es porque me gusta, así que este escrito simplemente me puede encantar.

    Me encanta la referencia a que Luxray y Mimi parecían entrenadora y pokémon, porque Luxray es su pokémon predilecto al fin y al cabo.

    Y no sé, que más decirte.

    Si te soy sincera, incluso la madre de Emily sería así. Aunque no haya hablado mucho de ella en el rol, yo tengo su historia montada en mi cabeza y es que es exactamente así, ella es una mujer fría.

    Si has tenido fallos técnicos, yo no los he visto, estaba demasiado fangirl. Pero bueno, tú siempre has escrito muy pulcro así que no dudo que así haya sido esta vez también.

    Sigue así ^^
     
    • Fangirl Fangirl x 2
  3.  
    Velvet

    Velvet Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    8 Julio 2018
    Mensajes:
    138
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    3000 palabras! 2017 arranca fuerte para la rrotifa. Y AAAAAAAA, ES POKEMON ME MUEROOO!!!

    Regalos de Navidad a mitades de Enero. Ese es el clásico espíritu fickero, siempre entregando elegantemente tarde. Ya dije que no iba a resaltar la redacción, ¡pero este también está muy bien escrito!

    La deconstrucción está bastante bien. Incluso sin saber cual era el verdadero contexto del pedido de amigo invisible, el efecto Toy Story con Pokémon como peluches resultó de lo más interesante. Y una vez más, pierdo un poco de contexto por el famoso rol que no puedo encontrar.

    Siento que me falta una pieza del rompecabezas para entender a mi personaje estrella.
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso