One-shot Se cierra el telón. [DMW]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Zireael, 21 Junio 2019.

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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Escritora
    Título:
    Se cierra el telón. [DMW]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3492
    ¿Que por qué hago esto? Porque me va el sufrimiento y tenía que cerrar, tan siquiera, el ciclo de angst que quedó abierto.
    Sorry not sorry.

    No sé si alegrarme porque se cancelara porque luego de esto hubiéramos quedado rotísimos (aún más), pero well, aquí está.

    Voy con mis spoilers sabrosos.
    Si la cosa no se hubiese cancelado y Laila no moría pronto, lo más probable es que su character development (y unas cuantas visitas más a Joker) la hubieran continuado moldeando hasta convertirla en alguien muy similar a Agnes, sobre todo dependiendo del deterioro de su relación con Shawn o incluso si sucedía la fatalidad de que él muriera antes que ella.
    Era como que super obvio tho, pero quería confirmarlo (?)

    Sin más, dejo el último fic de esto.

    Me aventé 3k. Terrible, oremos.

    Y como I'm fucking obsessed, dejo una canción.


    Just as I thought, I had it all. I pulled the trigger and nothing happened.





    Se cierra el telón






    —¿Qué hablaban Laila y Noah en el baño?


    Una sonrisa enfermiza se formó en los labios del niño mientras tomaba una postura muy similar a la Agnes y Maxwell, cruzando una pierna sobre la otra.

    Cínico, egoísta, traidor.

    Una parte de sí le envió la imagen de Laila aferrándose a Shawn en la playa y los recuerdos del albino en Joker, pero los arrojó al fondo de su mente, donde no hicieran ruido.

    Parecía que se relamería los labios, como un felino.


    —Vaya, ya decía yo que era extraño que no me llamaras tan pronto de aquel cuarto... Te seré franco que no puse mucha atención al final, pero escuché lo suficiente…


    Una risa brotó de Astaroth cuando terminó de escuchar al niño.

    Fe y una burbuja.

    Ingenuos.

    Movió sus piezas con la certeza de que su próxima jugada haría pedazos a cuatro de ellos con un solo movimiento.


    —¿Qué diría Shawn si te escucha Galen?


    Aquel tono de voz terrible, trastornado.

    Infidelidad.




    Activó los altavoces, obligándose a contener la risa.
    Era hora de despertar a su pajarito y al estúpido quebrantahuesos.

    Hora de volver a la realidad.

    Realidad. ¿Qué se supone que era eso? ¿Qué había más allá de la burbuja de oscuridad de Noah? No. ¿Qué había en la propia burbuja?

    El sueño. Ese maldito sueño.

    Su respiración ahogada, irregular, dolorosa. La respiración agitada de alguien más en su oído, erizándole hasta el último vello del cuerpo.
    El calor, la sensación de su cuerpo contra el suyo, la humedad.

    Sintió los músculos de su vientre tensarse, presa de sus más repulsivos impulsos, y cuando sintió ese mismo calor junto a ella, su cuerpo reaccionó arrojándola al otro extremo de la cama, con el corazón latiéndole en la garganta, amenazando con ahogarla.

    El suspiro que se le escapó de los labios fue casi un quejido.
    Se sentía sucia, patética, ridícula. ¿Acaso tenía quince años aún? Estaba en una maldita prisión, no tenía tiempo para que sus sueños le jugaran esas pasadas, aunque lo cierto era que probablemente por eso su mente estuviera enviándole esos mensajes con tinte de delirio, que contradecían todo en lo que ella creía.

    Noah. Sinsonte.

    Debía sacarlo de allí si no quería que todo empeorara, debía enfrentarlo, sacarlo a la luz y dejar allí en ese cuarto el desorden que tenía en la mente, si era que podía.
    Lo trajo a la superficie y nuevamente le ofreció su mano para que se anclara al mundo si lo necesitaba, para luego guiar el camino.
    No le importó el empujón del guardia, estaba demasiado ocupada con el dolor que le atravesaba la cabeza por la luz y en no soltar al muchacho que apenas era que podía sostenerse en pie.

    Terror. Eso fue lo que sintió desde el momento en que abrió la puerta, porque tenía un presentimiento terrible, pero como hizo Galen, arrojó el pensamiento en un lugar recóndito de su mente.

    Las luces cegadoras del escenario rebotando en la madera brillante, Shawn sentado junto a Galen, Maxwell junto a Agnes, Noah también.

    ¿Catherine? Hasta ahora sabía su nombre completo.
    Cathy.

    Catherine a su lado porque los asientos nunca eran al azar, estaban colocados como las piezas en un tablero

    Noah.
    Laila.
    Catherine.

    Sus tres nombres allí.
    Su sentencia de muerte, su tiquete a la horca.

    Ni siquiera notó cuando Aimi se sentó junto a ella ni cuando llegaron los demás, tenía la vista clavada en esos nombres escritos allí, deseando levantarse, tomar a Noah de la mano y regresar a la oscuridad.

    Siempre puedes venir aquí conmigo y no tener que ver nada.

    Le entregaron a cada uno una hoja, lo notó en el rabillo del ojo. En ella estaba la expresa orden de no mostrarla y las reglas a seguir.

    Las terribles reglas.

    El mundo parpadeó a su alrededor, girando sobre su propio eje, y si hubiera comido algo seguramente lo habría vomitado.

    Aquí estás a salvo incluso de ti misma, aquí puedes esconderte cuando te pidan hacer algo que no quieres.

    No se dio cuenta cuándo se había puesto de pie, con el guión en las manos, pero fue consciente de que iba a dar un paso en dirección a Noah, dejándose vencer por aquel impulso de solo arrastrarlo de nuevo a la oscuridad de la que acababan de salir. Esa oscuridad donde no tenía que hacer nada ni sentir nada, donde no tenían que enfrentarse más que las difusas siluetas de las cosas y al tacto tranquilizador del otro.

    ¿Hacer algo que no quieres? ¿Realmente no quieres, Laila?

    El demonio que Astaroth había despertado fue el que la hizo avanzar en dirección contraria, subir al escenario y encaminarse detrás de la gran tela.
    Tragó grueso, escuchando los pasos de Catherine y Noah tras ella, apagados, lentos, resignados, hartos.

    En silencio, con el guión reposando en el suelo, se deshizo de su ropa como indicaba el maldito papel y cuando se estaba anudando la bata, idéntica a la de la zorra cuando estuvo en la oficina con Shawn, una voz tenue interrumpió su acción.
    En otro momento y circunstancias no tener más una bata encima la habría hecho sentir expuesta, pero lo cierto es que ahora mismo eso era lo de menos.


    —Laila. —Por un segundo había olvidado que ese era el nombre de una parte de sí y le tomó un momento girarse lentamente para clavar sus ojos en quien la llamaba.


    Semidesnudo y demacrado. Eso fue en lo único que pudo reparar.


    —Dime, cariño —murmuró, apartando la vista mientras terminaba de anudar la bata en su cintura.


    —Ella dice que… —Lo escuchó soltar un pesado suspiro y un labial se colocó en su campo de visión, sostenido por la mano delgada de Noah, sus siguientes palabras la paralizaron en su lugar un momento. Mala elección de vocabulario, pajarillo imitador—, que me marques.


    Tomó el labial que le extendía con cuidado, sin atreverse siquiera a rozar su mano y lo destapó, descubriendo su brillante color rojo.
    Chasqueó la lengua y se dispuso a colocarlo en sus labios, cuando alzó la mirada hacia Noah lo vio tensarse y una sonrisa extrañamente burlona se formó en sus labios ahora manchados de rojo.


    —No haré nada que no quieras —murmuró mientras se llevaba el dorso de su propia mano a la boca, dejando una marca roja sobre su piel y el siguiente comentario surgió del maldito quebrantahuesos, al que no le importaba que Cathy estuviera apenas unos metros más allá—. ¿O acaso es que quieres?


    No esperó una respuesta para acercar el dorso de su mano, transfiriendo la marca a la piel cálida del pecho del chico y lo sintió tensarse ante su tacto.
    Otra sonrisa burlona.

    Repitió el proceso un par de veces y luego repasó el color de sus labios, para repetirlo también en la espalda desnuda de Noah.
    Otra vez aquella sensación de ser extremadamente pequeña comparada con él.


    >>¿Te gusta el teatro, Noah? —Lo vio encogerse de hombros, tenso aún—. La verdad es que yo lo odio, quiero decir, al menos la parte de actuar… pero confía en mí. Recuerda la burbuja, la burbuja a la que me invitaste, cariño.


    No es normal que su piel esté así de caliente.

    Calla, Laila.


    Las cegadoras luces del otro lado de la tela se apagaron y la voz de la bruja solicitó que los tres tomaran sus lugares en el escenario.
    Avanzó hacia la oscuridad, distinguiendo siluetas una vez más.

    Un escritorio… y una silla apenas un par de metros más allá.

    Zorra insufrible.

    Subió al escritorio, en silencio y notó la silueta de Noah acercarse a ella, a su espalda, la de Cathy sentándose en la silla.

    Suciedad, repulsión.

    Todo estaba mal, absolutamente mal, pero debía ceder a aquello sin importar si todos terminaban odiándola, incluido Shawn, debía ceder a aquello para mantenerlo a salvo.
    Su sentido de la moral y su procesamiento de las situaciones estaba extremadamente deteriorado.

    Usada.

    Usada para que ella usara a otros.


    Extendió la mano hacia Noah, quien la tomó, y lo atrajo hacia sí.


    —Perdóname, cariño —murmuró tan bajo que dudó que la escuchara.


    No le permitió reaccionar siquiera cuando ya había rodeado su cintura con sus piernas, como Agnes había hecho con Shawn. Sintió la calidez del cuerpo ajeno en su piel desnuda, expuesta.

    Cuando las luces se encendieron, se sintió aún más sucia… porque ya la oscuridad no los cubría.
    Silencio. Total y absoluto silencio. Tanta tensión que podía cortarse con un cuchillo.

    Perdóname por destrozar los huesos de lo único que te importa en la vida.

    Enredó con más firmeza sus piernas en torno a la cintura del muchacho y deslizó sus brazos por su cuello, abrazándolo, pegando sus cuerpos. Otra vez la tensión, ya no solo de él, sino la suya también.

    Sin principios no somos nada, cariño, incluso en un lugar como este.

    Las palabras que le había dicho a Shawn en la habitación de corazones rebotaron en su cabeza.
    Ya no sabía siquiera si tenía principios algunos que la anclaran a algo.

    No soy nada.


    —Lo siento —susurró a su oído, de forma que solo él la escuchara, antes de cederle dominio a aquella terrible parte de sí misma. Sus ojos opacos, felinos, desconocidos, se clavaron en Catherine mientras deslizaba sus uñas sobre la piel de los hombros de Noah, y prácticamente vio tensarse cada músculo del rostro de la muchacha. Su voz se transformó en un ronroneo, lo suficientemente audible para ser recibido por el silencio sepulcral de todos los presentes—. Olvídate de ella. Olvídalos a todos. Solo somos tú y yo.


    Lo escuchó suspirar con pesadez y pronto sus manos se deslizaron por su espalda, amenazando con arrancarle un suspiro a ella también y a su oído llegó el cálido aliento del muchacho.


    —¿Qué diferencia haría un solo error más? —Se separó lo suficiente de ella para poder clavar la vista en la suya y por un momento, fue incapaz reconocer a la chica que le rodeaba la cintura con las piernas. No era esa Laila que había tomado su mano en el autobús, tampoco aquella que se había tirado del cabello al ver a su adorado Shawn salir sorteado para entrar a la jaula, y aunque no hubiera alzado la vista para observar la batalla sabía, en el fondo de sí mismo, que era la misma que había luchado hasta caer inconsciente, la que había obligado al albino a pelear contra ella: Lammergeier—. Solo un pecado más.


    Cathy. Cathy está aquí y no hay oscuridad.


    —Enciérrate conmigo, cariño. —Otro ronroneo. Clavó la vista en la piel expuesta que dejaba el collar, aquel maldito collar, y acercó sus labios volviendo a posar su mirada felina en Catherine. Más tensión, vio sus ojos humedecerse y una risa burlona brotó de su garganta, ronca. Deslizó su lengua por la piel del muchacho, sintiendo su respiración detenerse, y pronto lo mordió, marcándolo, haciendo que un gruñido escapara de él. Su voz se convirtió de nuevo en un susurro, apenas audible para ellos dos—. No eres el único que puede compartir su oscuridad. Ven, mis tinieblas te cuidarán.


    La ira regresó a ella, aquella que había sentido fluir por sus venas desde que Agnes había comenzado el juego sucio en la oficina.

    Tus límites me importan una mierda, zorra.

    La voz ronca de Noah cerca de su oído de nuevo estuvo por hacerla suspirar.


    —Donde no hay nadie, donde nadie puede vernos.


    Cathy y Shawn.

    No.

    Aquí no hay nada.



    —Mírame.


    Posó sus manos en el rostro del menor, obligándolo a verla nuevamente.
    Ojos opacos, convulsos, tormentosos… Amenazaba con fracturar sus huesos si cometía un solo error.

    Más allá, como traído de otro mundo, escuchó un sollozo brotar de la castaña y su voz llamando al muchacho entre sus muslos, a su merced.


    >>No escuches a nadie. —Se aferraba a él como una serpiente a su presa—. Solo a mí.


    Mal.

    Terrible.

    Imperdonable.

    No eran más que un asco de seres humanos.

    Calla, Noah. Es solo una obra, ¿no? Como en las películas.



    —No lo haré. —Las palabras brotaron en tropel de su boca y la muchacha volvió a sonreír, esta vez satisfecha consigo misma.


    ¿Así se siente el poder?

    Vio los labios del muchacho temblar y acercó los suyos peligrosamente, amenazando con comerlo vivo en cualquier momento. Sin embargo, acarició suavemente su rostro aún entre sus manos.
    Fue consciente de que ya no era solo el cuerpo de Noah el que desprendía demasiado calor, sino el suyo propio y a centímetros de los labios del muchacho, su cuerpo reaccionaba como solo lo había hecho con Shawn.

    No. Es diferente.

    Aquí no hay amor.


    De nuevo la voz suplicante de Catherine, los sollozos, el silencio sepulcral de los demás.
    Si algo más estaba ocurriendo, no era capaz de escucharlo.


    —Tus mejillas arden, Noah —murmuró—. ¿Estás bien?


    Un fragmento de la otra Laila, solo un fragmento que desapareció al sentir las grandes manos de Noah recorrer las curvas de su cuerpo y por fin el suspiro que amenazaba con brotar de sus labios surgió cuando las sintió pasar por su cuello, hasta subir a su rostro y acariciar sus labios.


    —¿Puedo?


    Otro de sus impulsos tomó posesión de ella, sin recordar siquiera que estaba escrito en el maldito guión, y clavó sus uñas en la piel descubierta de los hombros del muchacho.


    —La oscuridad guarda secretos, ¿no? —Subió por su cuello, hasta volver a aprisionar su rostro entre sus manos y fusionó su aliento con el de Noah por fin, necesitada, perdida, impaciente, fuera de sí, y sintió el peso del cuerpo ajeno haciendo retroceder el suyo.


    Sus amplias manos en su cintura, apretando el agarre, las de ella entre su cabello, profundizando aquel desesperado beso. La calidez de su cuerpo en medio de sus piernas, peligrosamente cerca.

    Suciedad.

    Repulsión.


    Tiró de su cabello, arráncandole un suspiro que le permitió apoderarse de su boca y su mano derecha se deslizó hasta la bata, dando la sensación de que desharía el nudo que la mantenía cerrada, sin embargo, retiró algo de sus pliegues que relampagueó bajo las cegadoras luces del teatro.

    En un movimiento fluido que recordó al de sus ataques en la jaula, pegó el trozo de cristal roto al cuello de Noah, por encima del collar, deteniendo el beso de golpe, con la respiración de agitada, y posó sus ojos en Agnes.
    Con la mano libre se limpió la boca con fuerza y luego escupió sobre el suelo de madera brillante, como si quisiera deshacerse de la saliva ajena. Altanera, insufrible.

    Mentirosa.


    —Mataré a tu pajarillo, zorra. —Sintió el cristal clavarse en su propia piel y el cuerpo ardiendo de Noah tensarse entre sus piernas luego de soltar su cintura como si de repente su piel le quemase—. ¿Qué te parece?


    Los guardias que se acercaron a ella fueron detenidos por una orden silenciosa de la bruja, que sonrió divertida.

    Los sollozos de Cathy, el sonido de sorpresa colectivo, algo que le pareció un aplauso.


    —¿Tú, Laila? —preguntó, apoyando su rostro en su mano.


    —Lammergeier, zorra. —La cálida sangre que empezó brotar de su mano, cayendo sobre la piel expuesta de Noah, no la detuvo y clavó la punta del cristal en la delicada piel del cuello del joven—. Me dejaste usar a tu juguete, así que lo usaré a mi manera.


    Confiaba en Laila.

    ¿Y en Lammergeier? Habría que preguntarle a ella si confía en el Sinsonte.

    Usar. Ella estaba siendo usada como un títere, para que lo usara a él.



    —¿Una sumisa como tú usando al Sinsonte? —Rió como si fuera la gran gracia—. ¿Tú, quién entró a su burbuja para mantenerlo a salvo? El chiste se cuenta solo, Lammergeier, pero venga, inténtalo.


    Duda.


    —Aburrido —bufó apartando el vidrio del cuello del chico—. Fue el chiquillo, ¿cierto? Fue ese idiota el que te lo contó, pero poco importaba si él te lo contaba... ibas a saberlo igual, voyeurista de mierda.


    Con la mano libre empujó a Noah lejos de ella y bajó del escritorio, aún asiéndose con el cristal roto que había recogido del baño en la habitación. Clavó el vidrio en el costado de su muñeca y antes de darle tiempo de reaccionar a cualquiera e ignorando la orden de Shawn pidiéndole que se detuviera que le llegó como un eco; bajó del escenario con la guadaña granate que se formó por delante, arrojándose sobre Agnes, quien la repelió con un solo movimiento y de una patada la lanzó lejos de ella.

    Avanzó hacia Laila y le pisó el dorso de la mano de la que surgía la guadaña, clavándole el tacón de su zapato.
    El grito que brotó de su boca se mezcló con el llanto de Catherine.


    —Laila, estabas haciéndolo tan bien. —Aumentó la fuerza de su pie sobre la mano de la chica, arrancándole otro grito—. Casi nos convences de que no lo disfrutaste, pequeña mentirosa. Es más, lo estabas haciendo tan bien como en Joker… Si no fueras tan tozuda, tendrías bastante potencial.


    —Cierra la boca. —Su mirada opaca se clavó en Astaroth.


    —No, niña. Tú cerrarás la boca hoy. —La levantó del suelo, sujetándola por la bata, amenazando con dejarla expuesta y acercó sus labios a su oído—. Por tu actuación de hoy tu halcón no será castigado en tu lugar, pero puede que me divierta con él un rato.

    Ira.

    Uno de los guardias relevó el agarre de Agnes sobre ella.


    >>Volverás a mi habitación favorita, Laila, disfrútala.


    Los ojos opacos de la muchacha se clavaron en Shawn, de pie, metros detrás de Agnes, pálido como un muerto, ojeroso, vacío. Parecía que caería inconsciente en cualquier momento.
    Lo había matado, ¿cierto? Lo había matado por fin, porque él nunca hubiera hecho lo que ella acababa de hacer.

    Sucia.

    Repulsiva.

    Estúpida.


    ¿Ese fue el costo de salvarlo de Joker o de algo peor?

    La mano le palpitaba.

    Su vista viajó hasta Aimi, hecha un ovillo en su asiento, hasta Galen, tratando de procesar de la estupidez que ella acababa de cometer y sintió las miradas de todos los demás, incluso del ex-enmascarado, juzgarla.

    Ricochet.

    Rico, lo siento.


    Todos… menos ella, el pajarito violeta, Alice. Se estaba deleitando, lo veía en sus ojos.

    Con cada segundo que pasaba la sensación de corrupción tomaba aún más fuerza. Un golpe sordo la hizo regresar su vista al escenario, solo para dar con Noah en el suelo.
    Intentó deshacerse del agarre del guardia, fuera de sí, con el rostro lleno de genuina preocupación.


    —Déjame. —Era una súplica—. ¡Déjame ir con él, zorra, dile que me suelte! ¡Déjame ir, no puedo dejarlo solo! ¡No puede estar solo!


    El demonio fue empujado atrás por esa otra versión de sí misma que lo acompañaba y las lágrimas no tardaron en rodarle por el rostro.

    Ira, culpa, preocupación, asco. Todo.


    —Catherine. —Esa fue la orden que despegó a Cathy de la silla por fin, permitiendo que prácticamente se abalanzara sobre el menor, a pesar de que aún sollozaba como una niña. Las siguientes palabras buscaban clavarse en el corazón de Laila, aumentando su culpa—. No está solo, Laila.


    Una seña con la mano hizo que el guardia se la llevara a rastras.
    El cristal roto parchado de rojo y su sangre sucia manchando el suelo quedaron atrás, junto con el cascarón vacío en el que había convertido a Shawn.

    Soy un demonio.

    El guardia abrió la puerta con el Joker grabado y arrojó a la chica dentro, cerrándola de nuevo antes de que siquiera se levantara.
    La recibió el tono granate del cuarto y las luces, además de las decenas de ojos.

    Bienvenida a casa, Lammergeier.
    Nunca saldrás de aquí.


    Te convertirás en ella.
     
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    Que sepas que este cuerpito con fiebre se levantó de la cama para agarrar la computadora y venir a comentar cuanto antes because DESERVE.

    Nunca me había fangirleado tanto que me casi mataran a un personaje como cuando Laila casi le corta la yugular alv a Noah y POR QUÉ NO SE LA CORTASTE POR QUÉ NO LO LIBERASTE okno. Pero dios, que hasta mi cuarto se calentó leyendo la tensión entre esos dos y eso que es puto invierno Y HACEN NUEVE PUTOS GRADOS

    pa que vean que no miento:
    upload_2019-6-21_8-48-45.png

    AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA morí de fangirleo porque sí, aquí lo que hay es pura depresión y hormona intentando compensar el desequilibrio emocional por el que ambos sufren ;-;

    Se me arrugó el corazón un cachito tho, porque Noah desplomándose ahí luego de verla hacer eso cuando lo único que él habría intentado era hacerla comportarse mejor para que Agnes dejara de hablar de ella como si la fuera a matar cada vez que la nombraba en el privado </3 No podía narrar mucho al respecto porque no lo tenía permitido y Noah no se lo iba a decir por sí mismo para no hacerla enojar aún más con Agnes, pero toda esa invitación a la oscuridad y todo eso de dejarla entrar fue un mero intento por tratar de calmarla un poco, buscar darle consuelo ante todo lo que seguro estaba pasando en su propio infierno </3 Y VERLA HACER ESO LUEGO DE SU ESFUERZO SEGURO FUE EL CLAVO QUE TERMINÓ DE REMACHAR SU ATAÚD DE ESTRÉS </3

    He de decir que me encantó sufrir contigo en este rol, yalsiña, aunque nos hubiéramos puesto a ello de forma reciente y nos hubieran cortado el mariqueo mucho antes de ver los frutos de nuestros cocoros sedientos de angst :( A ver cuándo lo volvemos a hacer POR FAVOR ;-;

    Me iré a escribirte algo <3 TE LOVEO FUERTE Y LOVEO EL NOAILA CRACK♥
     
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    Vaya, sin dudas muy épico todo... ¿Qué puedo decir? En serio... Me ha encantado, y habría sido un plot bastante grandioso de presenciar en el rol, seguro Galen se habría reído sutilmente durante la actuación, tanto de nervios, culpa y de su misma traición que igual, seguro se habría quedado estupefacto a la hora del plot. Luego que arrancas con esa secuencia de la traición... Jo.

    Me habría gustado pero a la vez no de ver a Shawn en ese momento, que hubiera expresado, que hubiera hecho... Seguro así como iba la cosa, tal vez y hasta Galen ya iría en picada, pues no bromeaba cuando decía que Shawn era su pilar principal de determinación y resistencia... Es una lástima que se haya quedado así...

    Pero tbh agradezco de nuevo que acabara, seguro habría terminado muy roto como no... Y por como iba de momento, parecía que literalmente, ya pasábamos todos a una segunda etapa, una en donde ya sin duda alguna todos íbamos en picada, luego que iríamos a otra Batalla justo después, jo.

    Me encantó Yáahl, en serio. No tengo y no sé que decir jaja.
     
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