[UVD] save your mercy (for someone who needs it more)

Tema en 'One Piece' iniciado por Eternatus, 9 Febrero 2018.

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    Eternatus

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    Escritor
    Título:
    [UVD] save your mercy (for someone who needs it more)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1173
    Escrito para la actividad Un Valentín Diario. Día nueve ---》 para alguien que merece sentirse especial.

    Pairing: Charlotte Katakuri x Nami
    N. de Palabras: 1124.
    Advertencias: Spoilers.

    save your mercy (for someone who needs it more)

    Nami suspira con pesadez, preguntándose por novena vez en la noche qué estaba haciendo allí. Su capitán y el resto de sus nakamas probablemente estarían durmiendo a pierna suelta en el Sunny, mientras que ella estaba allí.

    ¿Qué era exactamente allí, entonces?

    La Gata Ladrona aún no estaba segura de cómo describirlo.

    Lleno de gente y con luces estroboscópicas tan potentes que podrían cegar a un humano medio, aquel pub no podía ser otra cosa que una sala de fiestas en la que (por la apariencia general de los invitados) sólo los más pudientes podían entrar. Nami no lo había tenido díficil para acceder, sus tácticas funcionando a la perfección, como siempre.

    Ya había recolectado más dinero del que esperaba, las carteras de sus dueños descasaban ahora en el primer cubo de basura que había encontrado. Su misión, o hábito, mejor dicho, ya había dado sus frutos. Nami tenía su dinero, había bebido alcohol gratis y flirteado con algunos hombres con los que no le importaría pasar la noche. Sí, ya debería dar su paseo por terminado.

    Antes de que pudiera levantarse, una extraña tensión invadió la sala. Con los ojos de un ladrón entrenado, Nami observó como algunas personas se ponían tensas de repente, bloqueando todos los músculos del cuerpo, como preparados para luchar.

    Haki.

    Siguiendo la dirección de la mirada de alguno de los sujetos, Nami se encontró con la imponente presencia de Charlotte Katakuri, segundo hijo de la Emperadora Big Mom. La masa le habría paso con facilidad, su tamaño y amenazadora presencia eran lo único necesario para aterrorizar por completo a aquellas personas que nada sabían de la vida pirata.

    La Gata Ladrona no perdió el tiempo estudiando a la masa, su atención completamente centrada en el comandante a unos 15 metros de ella. Luffy le había hablado del hombre, de su lucha, de cómo había sido el único en llevarlo a unos límites que no conocía. Luffy había llegado a la pelea con Katakuri siendo un niño, y había emergido siendo un hombre. La batalla a muerte con elcomandante lo había cambiado de una manera que aún asustaba a Nami. Luffy era ahora más poderoso que nunca, y su Haki de observación probablemente estuviera a la par del hombre frente a ella.

    La clase de hombre que Charlotte Katakuri debía ser para conseguir esos resultados, incluso sin intentarlo…

    Un escalofrío recorrió la columna de la joven, y de repente Nami se encontró con la mirada carmesí del hombre en ella. Una extraña sensación se apoderó de su cuerpo. No era miedo, pero sí una tensión en sus músculos que le gritaba que corriera lo antes posible. Aquello también había sucedido cuando lo había visto en la boda de Sanji, y aún no podía descifrar por qué.

    Por qué él.

    Nami se sentía segura, sin un miedo real por el pirata, pero eso no era algo simple. Su falta de terror provenía de un detallado análisis de su personalidad y motivaciones que la habían llevado a la conclusión de que Katakuri valoraba la lucha que había tenido con su capitán, y a Luffy mismo, incluso. Matarla o dañarla sería faltarle al respeto a Mugiwara.

    Eso no significaba, sin embargo, que el hombre iba a mantenerse alejado de ella. Los 15 metros que los separaban rápidamente se hicieron menos de uno y Nami no pudo evitar alzar la cabeza para encontrarse con los ojos de Katakuri.

    El hombre simplemente se sentó en una banqueta vacía a su lado, provocando que todos los ocupantes de la barra se marchasen sin siquiera acabar sus bebidas. La Gata Ladrona sonrió mientras sorbía lentamente de la pajita de su cóctel. Aquello podría resultar divertido.

    Robarle al hombre a su lado sería un suicidio, así que Nami mantuvo sus manos sobre la barra. Pidiendo una copa más, la joven decidió que se quedaría un poco más. Nunca se había planteado la posibilidad de encontrarse con el pirata, pero era una oportunidad que no podía desaprovechar.

    Los Mugiwara le debían mucho a Charlotte Katakuri.

    Nami deja que los minutos pasen, calculando qué iba a decirle. Algo en su postura aparentemente despreocupada hizo que recordara algo vital de su conversación con Luffy que por alguna razón había olvidado. Katakuri estaba bebiendo con una pajita, su bufanda ocultando completamente su boca.

    Un par de borrachos que acababan de situarse a su lado, sin duda conocedores de lo que había debajo de la bufanda emplumada (algo que no sorprendía a la pelirroja, pues alguien de la familia Charlotte había difundido varias imágenes del hombre sin dicha prenda), se estaban riendo, la burla evidente en su rostro.

    Al hombre parecía no importarle, pero gracias a lo que Luffy le había dicho, Nami sabía que era precisamente todo lo contrario.

    Con una idea en mente, la joven se sube a la barra y se sienta a su lado, así, por suerte, la diferencia de altura no es tan grande.

    —¿Sabes? Creo que deberías dejar de usar esa bufanda. — Le dijo mientras tomaba la prenda con una mano, sabiendo que el hombre sabía perfectamente lo que estaba haciendo (no le importaba). —Después de ver esas fotos… — Nami se acercó peligrosamente al rostro de Katakuri, hablando lo suficientemente alto para que los idiotas a su lado la escucharan. —Creo que a cualquier mujer le alegraría la vista el que no llevaras la bufanda puesta.

    Con un último tirón, la bufanda es retirada por las expertas manos de la gata ladrona, exponiendo así el rostro de Charlotte Katakuri. Con una sonrisita seductora, la joven ignora la mirada indescifrable del pirata y acaricia con un dedo una de las cicatrices que recorren sus mejillas.

    —Personalmente, a mí me gustas mucho más así.

    Su dedo viaja hasta uno de sus colmillos más prominentes y la sonrisa de la joven se hace más grande, tomando al mismo tiempo un tinte más oscuro, hambriento.

    —Me pregunto… cómo deben de sentirse en mi cuello. — Susurró ella, refiriéndose a los colmillos del pirata.

    Dicho esto y con una mirada triunfante dirijida a los dos individuos que se estaban burlando de Katakuri (ahora lo miraban con ojos estupefactos), Nami le devuelvuelve la bufanda a Katakuri y se termina su bebida. Con ojos serios por primera vez, la Gata Ladrona se asegura de que el pirata entiende la situación.

    Con un breve "gracias" escapando de sus labios, Nami se aleja en dirección a la puerta, segura de que Katakuri aún la está observando. Pensándoselo mejor, la mujer lo mira sobre su hombro, su mirada oscureciendose y una sonrisa perezosa esparciéndose por sus labios.

    Una invitación.

    Las largas piernas de la pelirroja la acercan a la puerta en unos cuantos pasos, pero Nami nunca llega a la salida.
     
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