Taitō Santuario de Ueno Tōshō-gū [Santuario]

Localizado dentro del Parque Ueno, en el barrio de Taitō, fue primeramente establecido en 1627 y renovado en 1651; desde entonces su estructura ha permanecido casi intacta, volviéndolo un gran ejemplo de la arquitectura Shinto del período Edo. Forma parte de los santuarios Tōshō-gū que hay distribuidos por Japón, caracterizados por consagrar a Tokugawa Ieyasu, el primer shōgun del shogunato Tokugawa, que gobernó sobre el país desde 1603 hasta la Restauración Meiji de 1868. El Santuario de Ueno Tōshō-gū consagra, a su vez, a otros dos shōgun Tokugawa: Tokugawa Yoshimune y Tokugawa Yoshinobu. Hasta su destrucción en 1868, el santuario fue parte del templo budista tendai Kan’ei-ji.

Posee un estilo gonzen-zukuri y se ha vuelto una atracción popular del Parque Ueno. Su diseño y decoración son bastante exuberantes. Los muros sukibei que encierran el recinto están decorados con criaturas de la tierra y son originales de 1651. La puerta de estilo chino Karamon también data de 1651 y tiene hojas doradas y decoraciones con forma de flores y pájaros en las puertas, además de dragones en los pilares. Su camino de acceso está marcado por un gran arco torii y cincuenta lámparas de bronce. Posee, a su vez, un jardín privado de peonías.

Barrio de Tokio: Taitō

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[Puesto #2]

Ni en el peor de los escenarios posibles que era capaz de plantearme me había imaginado que algo como eso pasaría, que sería tan estúpida como para hacerme un esguince en el tobillo dos días antes de las vacaciones y que, por mucho que lo intentase disimular, Fred lo acabase notando. Le aseguré que no era nada grave, pero fui incapaz de esconder la mueca de dolor que me cruzó el rostro cuando me giró el pie para ver si era verdad.

Acabé por desistir, entonces, y acepté quedarme en casa los dos días que teníamos clases esa semana, a pesar de que la simple idea de perder tanto material de las lecciones me lanzaba encima una cuota de ansiedad bastante importante. Claro que Kashya me trajo todos sus apuntes y se encargó de darme como unas especies de clase particulares por la tarde, y por supuesto confiaba plenamente en que sus apuntes estarían perfectos, pero simplemente no era lo mismo.

Cuando empezaron las vacaciones, ella y su hermano pasaron un par de días por mi casa para hacerme compañía, Alice también se había encargado de que no me aburriese demasiado mientras estuviese en casa y me constaba que Fred había cancelado planes para quedarse a pasar el rato conmigo, detalles que por supuesto apreciaba como nadie pero que, sin lugar a dudas, me dejaban un poco de mal cuerpo. No me gustaba la idea de que los demás cambiasen sus planes por mi beneficio, menos cuando ni siquiera era algo tan importante.

Un poco me había hecho a la idea de que ese año no iría a ningún festival, incluso cuando habían pasado unos cuantos días desde el accidente y el tobillo ya no me dolía tanto, pero era posible que el desanimo fuese tan evidente que al final ni siquiera mi hermano hubiese podido resistirse. Tuve que prometerle que no me separaría de él en ningún momento y que le avisase a la más mínima molestia que pudiese sentir, pero acabó por ceder en llevarme al mismo, al menos el último día. Papá y mamá vendrían después con Alice, para ver los fuegos artificiales, porque ellos ya habían estado viendo los puestos antes, así que pasaría la mayor parte del tiempo con Fred y, bueno, mentiría si dijese que no me hizo toda la ilusión del mundo.

Me cambió el vendaje del pie después de ducharme, con todo el cuidado que le fue posible, y me ayudó a colocarme el kimono que había sacado con una semana de antelación para el evento; también me hizo una trenza que dejó caer a un lado de mi hombro y yo acabé el peinado colocándome una pinza con flores violetas en el lado contrario a la trenza misma. Nos montamos en el coche que uno de sus amigos le había dejado para la ocasión y, en menos de media hora, estábamos cruzando el parque para dirigirnos hacia los puestos del festival.

Supe con plena certeza que los ojos empezaron a brillarme ante el panorama y Fred tuvo que hacer un esfuerzo enorme para evitar que saliese corriendo de un lado para otro, redirigiendo toda mi energía hacia uno de los primeros puestos que captó su atención.

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holi, he tirado un dado en el tema de los dados (valga la redundancia) para que no se diga que hago trampas y abro los puestos que me apetecen (?) digan no al despotismo (???

y aquí dejo una fotito de la nena cuz *full uwu*

 

#2: High striker​

Emily y su hermano se acercaron al segundo puesto, y de inmediato distinguieron la gran torre dispuesta a un costado. Era delgada, tenía una campana incrustada en la punta, números ascendentes pintados a lo largo y había un martillo recostado en el césped. Tal parecía ser un juego, de esos más habituales de ferias y circos occidentales, lo cual les llamó un poco la atención. ¿El festival habría incorporado ciertos elementos del otro lado del charco? A saber. El puesto llevaba un gran cartel pintado a mano que, en inglés y letras rojas, rezaba "high striker".

—¡Bienvenidos! —Un hombre japonés bastante corpulento apareció del interior del puesto, risueño y animado—. Joven, ¿le gustaría poner a prueba su fuerza? ¡Puede llevarse increíbles premios!

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¡Primer juego desbloqueado! Recuerden que las reglas del high striker, así como de todos los juegos, las encontrarán en Mecánicas de juego. A su vez, primer post editado con el plano actualizado y la lista de puestos.

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[Puesto #2]


Las vacaciones habían ido bien hasta la fecha, realmente. Todo muy tranquilo. Bueno, exceptuando el trabajo, claro, pero al menos las noches me habían quedado libres para hacer cosas con mi familia. Un picnic en el patio, tomar un helado o simplemente pasear para ver los sakura. La había pasado muy bonito, a quién iba a mentirle, y alcanzando la última noche del Yozakura los niños dijeron que querían ir a ver los fuegos artificiales. Bueno, y eso era una excusa, realmente a mí también me hacía ilusión.

Si hasta el momento habíamos evitado las concentraciones de gente era por Danny y granny, pero con el Yozakura a punto de acabar con papá coincidimos que, por esta vez, podíamos darle el gusto a los mellizos. Llamamos a la acompañante terapéutica de Danny y por suerte tenía la noche libre para quedarse a cuidarlo. Granny ya estaba estable y de buen ánimo, así que prácticamente nos echó a patadas para que fuéramos a disfrutar del festival.

A la tarde papá apareció en mi habitación, llevaba una caja bastante grande encima de ambas manos y una sonrisa pegada al rostro. Me lo olí, la verdad, también lo recordaba. Cuando dejó la caja sobre la cama y la descubrí, algo se me removió dentro y solté el aire por la nariz.

—¿Estás seguro? —le pregunté.

Era la yukata de Eloise. Yo la acompañé a comprarla, pero por esas épocas seguía siendo medio estúpida y rebelde y rechacé su oferta de llevarme una. Recuerdo haber soltado algo de "¿para qué quiero yo una bata ridícula de las que usan aquí?". Al menos fue en inglés, o habría sido un momento incómodo frente a la dependienta.

Papá asintió, me sonrió y se inclinó para dejarme un beso en el cabello.

—Absolutamente. Es lo que ella habría querido, además.

Suspiré, repasando la tela con la punta de los dedos, y me dejó sola para que me cambiara. La tuve un poco difícil, para qué mentir, en un momento Fanny se coló dentro y good Lord, la niña de cinco años me salvó sosteniendo mierdas que se me caían cuando intentaba anudarme otras. Acabé buscando un tutorial en Youtube y todo, pero al final quedó decente y Fanny dio varias palmaditas.

—¡Estás super linda, Sashie!

Dios, es que era adorable. Me la comí a besitos y se echó a reír, hasta que pudo zafarse y salió corriendo en dirección a la sala. Yo no pude perseguirla en yukata, ni modo, así que la dejé ir y me encontré con el resto. Danny estaba echado en el sofá viendo uno de sus documentales y le acaricié el cabello a la pasada, luego nos subimos al coche.

El festival se veía precioso, la verdad. Lleno de linternas y guirnaldas, era como si lo hubiesen bañado en oro. Observé todo alrededor y los niños no tardaron en corretear hacia el mar de gente. Bueno, Fanny arrastró a Lulu, siendo exactos. Papá los persiguió como pudo y yo los seguí por detrás, aunque apenas empezábamos el recorrido di con una cara conocida. Venga, ¿cuáles eran las probabilidades?

—¿Emi? —la llamé, acercándome desde un costado, y sonreí ampliamente al reconocerla. La miré de pies a cabeza, también, y asentí como toda una madre orgullosa—. Jesus, you're super cute! Qué sorpresa verte aquí, ¿acabas de llegar?

Papá había notado que me detuve pero tampoco interrumpió, simplemente se quedó a una distancia prudencial intentando controlar el torbellino de energía de Fanny.

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yo quería hacer un post cortito, pero no sé hacer esas cosas con Sasha. Y HABLANDO DE MI REINA, aquí dejo su yukata uwu

 

[Puesto #2]

La torre que había a un lado del puesto fue lo primero que llamó mi atención en cuanto nos acercamos, haciéndome ladear la cabeza con curiosidad mientras lo repasaba con la vista. Era la primera vez que veía uno de esos en un festival japonés, aunque me sonaba haber visto ese juego un par de veces en series americanas o algo por el estilo. Solté una risa ligera cuando el hombre que se encargaba del juego se nos acercó, levantando la mirada hasta dar con el rostro de mi hermano.

—Da igual, Fred, vamos a mirar otros puestos~ —le dije, en un tono suave y claramente conciliador.

Adoraba a mi hermano, eso era algo que nadie jamás podría negar, pero por mucho que lo quisiese, no pretendía negar que tenía sus debilidades, y la fuerza física definitivamente era una de ellas. Sabía que hacía algo de ejercicio para mantenerse en una condición saludable, pero él siempre había sido más de cerebro que de deporte, y por encima de todo, prefería una quedada con sus amigos o una buena fiesta.

A mí no tenía nada que demostrarme, así que se encogió de hombros con cierta resignación hacia el hombre del puesto y me dispuse a guiarlo hacia otra zona. Esa fue la intención inicial, claro, porque en su lugar me vi interceptada por un rostro conocido y me paré en seco, la sorpresa extendido por todo mi rostro.

>>¡Pierce-senpai! Buenas noches~ —saludé, haciendo una ligera reverencia, y pretendí ignorar el leve sonrojo que me asoló las mejillas al oír su comentario mediante una sonrisa entusiasmada—. Te ves muy bien, senpai, el blanco te queda muy bien —le dije, con toda la sinceridad del mundo, antes de asentir con la cabeza—. Acabamos de venir, síp. ¡Este es mi hermano, por cierto!

Fred la saludó con un gesto de cabeza y una de sus sonrisas encantadoras, porque el pobre no podría resistirse cuando había una chica cerca, y sentí como se separaba de mi brazo para finalmente ceder a las palabras del señor japonés y coger el martillo, con clara intenciones de suerte en el juego en cuestión. Ah, ¿acaso pretendía impresionar a Sasha? Dios, iba a hacer el ridículo de una manera...

>>¿Y tú? ¿Vienes con tu familia también?

 

#2: High Striker​

El dueño del puesto permaneció atento al par de hermanos, viendo cómo la pequeña intentaba seguir camino pero luego el muchacho acababa cediendo a ¿la tentación? ¿El impulso? ¿El desafío de hombría? Vaya uno a saber. De la forma que fuera el hombre sonrió, satisfecho, y recogió el martillo del césped para extendérselo a Fred.

—Suerte, muchacho. —Antes de dejarlo solo frente al juego le propinó una palmada muy poco delicada al centro de la espalda—. Apúntale bien al centro, ¡es donde más impacto hace!

Y se retiró, alineándose junto a las señoritas para observar a su jugador, pero no hubo gran espectáculo. Fred golpeó la base y, por mucha fuerza que le hubiera aplicado, el indicador apenas se despegó del suelo. Por encima de la torre, en una pantalla que hasta el momento había pasado desapercibida, se iluminó un número: el seis. El hombre soltó una risotada.

—¡Ah, qué mala suerte! ¿Te gustaría intentarlo de nuevo? —Se acercó a él, confidente, y bajó la voz—. Ya sabes, para llevarle al menos un par de tickets a las damas.

¿Se había olido que podía llegar a convencerlo con ese argumento? Bueno, eso jamás se sabría.

Entre tanto, las chicas le echaron un vistazo al puesto que había adyacente al High Striker. Se veía que era uno de juegos, también, y occidentales para variar. Tenía dos máquinas dispuestas al centro, con cinco agujeros y un martillo cada una; en su cartel había topos pintados y el nombre, bastante extravagante y lleno de colores, rezaba "Whac-A-Mole".

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belu: al descubrir un puesto se descubren también los adyacentes
also belu: *olvida su propia regla al primer post que hace*

bueno, corregido uwu

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Correspondí a la reverencia de Emily con un asentimiento de cabeza y me mantuve en silencio, pese a que su sonrojo me mató de ternura. Por favor, si es que daban ganas de comérsela. Se las apañó bastante bien, sin embargo, me sonrió muy entusiasmada y no pude más que reflejarlo puesto que yo también andaba muy contenta desde hacía días. Tanto, que ni siquiera recordaba ya la ligera mezcla de molestia y preocupación que me picó al darme cuenta que ninguna de mis galletas de Golden Week habían recibido feedback alguno. Qué chicos más desalmados~

—Gracias, cariño —dije de todo corazón, luego de echarme un vistazo al mencionar el color de la yukata, y deslicé la vista al presunto hermano de Emily—. Hi~

No le di muchas vueltas a mi saludo, pese a que noté el tinte principesco de su sonrisa y mi semblante, ya de paso, también se suavizó. Era bastante guapo pero seguro estaba en sus veintitantos, ¿cierto? Era otra liga, definitivamente.

Entre tanto, al parecer el muchacho se decidió a participar del juego y me quedé junto a Emily. Qué va, ni de coña se me cruzó por la cabeza que mi repentina aparición podría haber influido de alguna manera. Aguardé con cierta expectativa y fruncí ligeramente el ceño al ver el resultado iluminado en la pantalla. Ugh, ni idea, a mí de estar en su lugar sí me daría un poquito de vergüenza quizá, además ¿los hombres no se tomaban estas cuestiones bastante más a pecho?

—Such a pity —murmuré, fue un pensamiento en voz alta antes que otra cosa, y regresé la mirada a Emily al oír su pregunta—. ¿Hmm? Sip, ahí están, de hecho.

Medio giré el torso hacia ellos y se los indiqué con el dedo índice. Andaban del otro lado de los puestos pero seguían siendo fácilmente distinguibles.

—Ahí están papá y los mellizos, Fanny y Lulu. —Solté una risa suave al ver cómo Fanny saltaba alrededor de papá, vete a saber pidiéndole qué cosa, y regresé mi atención a Emily con la misma expresión sosegada—. ¿Viniste sólo con tu hermano? ¿Y qué tal las vacaciones hasta ahora?

Recordé algo de repente, así que alcé las cejas y sonreí ampliamente.

—¡Ah! Probé las mascarillas con granny el otro día. Muy buen tip, la verdad, me gustaron un montón y a ella también. Le quitaron como diez años de vida, ¡te lo juro!

 

[Puesto #5]

Si a mí me lo preguntaban no tenía lo que se dice especiales ganas de ir al festival, al final iba a resultar que sí era un poco amargado y eso, qué sabía yo, pero tampoco era una roca y cuando a mis hermanos se les ocurrió por la mañana que fuéramos no encontré por dónde decirles que no. Yuzu me había dado algo de pasta de una información que le había pasado, así que podía permitirme el viaje a Taito y toda la mierda.

—¡Sei! ¿Te acuerdas del año pasado que vinimos a ver los cerezos y estaba el amigo amargado de Arata? —preguntó Izumi mientras echábamos a andar hacia el Parque Ueno, en dirección al santuario.

Me daba que al crío se le había olvidado peinarse, porque llevaba el cabello castaño bastante alborotado, así que estiré una mano y medio le acomodé varios mechones antes de dejarlo adelantarse un poco junto a Seiichi.

—Ajá —contestó el otro medio seco, aunque se le iluminó la bombilla de repente—. ¡Ah! ¡Pero nos compró dangos!

—Mira que rascarle unas golosinas a Hikkun es de campeonato mundial —comenté por encima del ruido de la gente, dado que iba algunos pasos detrás de ellos—. Y créanme que lo intenté.

—¡Pues ponle más emoción! A nosotros nos vio mirando las golosinas y ni siquiera se lo pensó —respondió el señor "peinarse es de débiles".

—Vergüenza debería darles —atajé junto a una risa floja.

Cuando quise darme cuenta ambos se habían quedado con la vista fija en uno de los puestos, Sei le soltó un empujón al enano y echó a correr entre la gente para acercarse antes siquiera ver si lo seguía. Bueno, para tener dieciséis y quince todavía se comportaban como críos en más de un momento, era una estupidez pero me servía de consuelo. Es decir, no iba a fusilarlos porque una que otra vez aparecieran y me dijeran que se habían bebido alguna cerveza o fumado alguna mierda en tanto no terminaran entre el verdadero infierno desatado del Triángulo.

No me quedó más que seguir al par de tontos, que luego se perdían y no me contestaban el móvil, porque así eran. Me pareció ver la melena de Pierce, no le presté mucha atención en el momento por seguirles el rastro a mis hermanos, pero me acordé de las galletas y lo mucho que les habían gustado así que debería tener la decencia de agradecerle en algún momento. Además, ¿a quién engañábamos? Estaban buenas.

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what a time para traerme a los hermanos de arata huh

 

#5: Puesto de amuletos​

Aquel era uno de los pocos puestos del festival regenteado por una miko. Se trataba de una mujer bastante joven, japonesa de pies a cabeza, con la melena corta y un muy bonito arreglo floral a un costado de la cabeza. Había permanecido sentada de su lado del escaparate hasta que advirtió la presencia de unos adolescentes. Se incorporó, entonces, y bordeó la mesa hasta situarse frente a ellos. Quizá las demás miko prefirieran conservar una distancia diplomática pero ella, bueno, era ella.

—Buenas noches. —Se dirigió hacia los hermanos de Arata con una sonrisa cordial y ejecutó una profunda reverencia. Pausada, fluida y elegante—. ¿Les han interesado alguno de los amuletos que tenemos a la venta? No les recomendaría que se vayan de aquí sin al menos comprar uno. Además, desde aquí pueden también hablar con los dioses. ¿Hay algo que les gustaría pedirles? ¿O quizás agradecerles?

Se concedió un momento para acentuar su sonrisa y deslizó la mirada a Arata, justo antes de extender el brazo y mostrar los productos a la venta: omikuji, ema y kiganbun. También había un tablón lleno de tablillas de madera colgantes a la derecha, y junto a los amuletos una caja de ofrendas.

Contenido oculto: Tienda de amuletos

En las tiendas de amuletos tienen, a grandes rasgos, tres opciones: comprar algo, marcharse o pedir más información respecto a alguno de los productos. También pueden salirse del guión, claro, pero para que sepan.

Productos a la venta

• Omikuji: pequeño trozo de papel rectangular que predice la fortuna. Lleva el nombre y un dibujo en acuarelas del santuario en el reverso (3 tickets)
• Ema: tablilla de madera sobre la cual se escriben deseos personales, luego se cuelga en un gran tablón dispuesto por el santuario. Decorada con motivos japoneses (5 tickets)
• Kiganbun: carta privada a los dioses del santuario. La miko provee del papel y pluma para redactar la carta en el mismo puesto, luego se introduce en la caja de ofrendas junto a una cantidad de yenes a discreción (8 tickets)

 

[Puesto #2]

Tuve que taparme la boca con la mano después del intento de Fred en el juego, para intentar disimular de alguna manera la risa que amenazó con escaparse de mis labios. Lo hice por intentar mantener un poco su honor delante de Sasha, porque en otra condición no hubiese tenido mucho problema en reírme antes de ir a consolarlo por el fallo. No había maldad en la reacción y, de todas formas, sabía que él no se molestaba por ese tipo de cosas, menos viniendo por mi parte.

Se encogió de hombros, sin mostrar ninguna clase de vergüenza por su resultado, y vi cómo le dedicó una sonrisa derrotada al dependiente del puesto antes de negar con la cabeza un par de veces y volver a mi lado. Lo hizo justo cuando Sasha me señaló a su familia y me incliné hacia un lado para poder verlos mejor, notando como una sonrisa enternecida se me extendía por el rostro al distinguir a los niños pequeños alrededor del padre.

—Sí, por ahora solo estamos nosotros dos —oí que Fred le respondía, aprovechando que yo seguía bastante distraída con la estampa familiar antes mencionada—. Pero mis padres y la pequeña vendrán para ver los fuegos artificiales, seguramente.

Me erguí en ese instante y asentí con la cabeza un par de veces, como para confirmar la información que el chico le había dado. Me dispuse a contarle sobre mis vacaciones justo un segundo antes de que volviese a hablar, haciéndome callar a la espera de lo nuevo que tuviese que decirme, y noté como cierta chispa de ilusión se me cruzó por los ojos al escucharla.

>>¿En serio? ¡Me alegra mucho oír eso, senpai! Me hubiese gustado ver el cambio en tu abuela, ¡aunque creo al cien por cien en tus palabras!

—¿Qué mascarillas son? ¿Esas que mamá siempre te está pidiendo que compres? —me preguntó Fred, a lo que asentí con la cabeza de nuevo, levantando al vista para poder mirarlo.

—En cuanto a mis vacaciones... —retomé, volviendo a centrarme en la chica—. Me hice un esguince y no he podido hacer mucho, ¡pero al menos he estado bien acompañada! Ah, quizás haber descansado durante tanto tiempo me ha dado nuevas fuerzas... ¿qué tal si intento yo darle al martillo~?

Solté la frase medio al aire, pero lo cierto es que planeé intentarlo yo también desde que vi a mi hermano haciéndolo. ¡No podía hacerlo peor que él, ¿verdad?! Mientras me daba la vuelta para coger el martillo, escuché de fondo a Fred, preguntándole a Sasha por sus vacaciones también, posiblemente sabiendo que yo querría saber al respecto una vez volviese de mi intento en el juego.

 

#8: Puesto de amuletos​

La miko detrás del octavo puesto se veía serena y compuesta. Permanecía sentada, con las piernas recogidas y ambas manos encima de su regazo, observando a la gente pasar. No lucía particularmente interesada ni aburrida, como si nada atravesara su mente. Parpadeó al notar que dos muchachos se acercaban a ella, tendrían que rondar su edad o ser incluso mayores, pero no le otorgó mayor importancia.

—Bienvenidos al festival Yozakura —anunció, inclinando la cabeza, y envuelta en su impermeable seriedad mostró lo que yacía sobre el mostrador—. Son libres de ver y preguntar lo que deseen. ¿Ya han comprado su daruma de este año?

Contenido oculto: Tienda de amuletos

Two in a row, yey. Recuerden las opciones básicas: comprar, marcharse, preguntar información extra sobre un determinado producto. Nekita te etiqueto cuz yes

Productos a la venta

• Daruma: muñeco rojo y redondeado hecho en arcilla, sin brazos ni pies, con una cara masculina que tampoco tiene ojos, solo dos círculos blancos. También llamado "el muñeco de los propósitos". (8 tickets)
• Maneki-neko: el popular gato de la suerte. Es una estatuilla artesanal hecha en cerámica, blanca y con detalles rojos. Su pata izquierda está levantada a la altura de la cabeza, mientras que en la otra está agarrando una koban. (12 tickets)

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#2: High Striker​

El hombre decidió dejar de insistir en cuanto advirtió la negación de Fred, sin embargo permaneció expectante al grupo de jóvenes en general. Tal parecía que el grandulón tenía olfato para los negocios, ya que su mirada no tardó en conectar con la de Emily y sonrió ampliamente, alentándola a darle su buen golpe al juego. Le extendió el martillo con una risotada y se cruzó de brazos, expectante. ¿La niña lo haría mejor que el chico? ¡Vaya día sería!

—¡Ja! —La exclamación le salió del pecho al ver cuánto se elevaba el marcador, se lo veía por demás contento y con el pecho inflado en orgullo—. ¡Buen golpe, niña! ¿Qué te dan de comer en el desayuno?

Soltó una risotada de lo más alegre y así se fue detrás del mostrador, de donde sacó un rollo de tickets y cortó cinco para extenderle la cinta a Emily.

—Bien hecho, pequeña. ¡Sigue así! ¡Algún día serás una gran mujer! —Volvió a reírse y, al erguir la espalda, repasó a la gente con la vista—. ¡Venga! ¡Sólo falta usted, señorita!

Le estaba hablando a Sasha, claro.

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Yeey, Emi ganó 5 tickets uwu

Yo tendré un registro interno pero igual les recomiendo llevar la cuenta de los tickets de sus personajes por si se me chisporrotea la neurona en algún momento.

Also no me di cuenta de aclararlo en su momento, si así lo desean también pueden jugar juegos con sus NPC aunque estos tickets no se agregarán al pozo de sus personajes. Eso, claro, a menos que narrativamente el NPC le regale sus tickets al personaje or something. Ya esa no es mi jurisdicción (?

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Puesto #2


El hermano de Emily no lucía realmente molesto o avergonzado por su desempeño en el juego, y fuera verdad o simplemente un gran actor decidí quedarme con eso porque, bueno, en definitiva no me concernía, ¿verdad? Tampoco era yo de agarrar confianza rápido, así que no me vería haciéndole bromas al respecto. Lo que sí, noté que Emily tuvo que taparse la boca para no echarle la risa en la cara y eso sí que casi me aflojó la risa a mí.

Ya de paso, la chica se distrajo buscando a mi familia y recibí la respuesta a mi pregunta por parte de su hermano. Le sonreí, asintiendo tranquila, y alcé las cejas al oír mención de un tercer hermano.

—Oh, ¿tienen una hermanita? —Una cuota de ilusión se me pegó en el tono, ni modo. Era una loca de los niños.

La atención de Emily regresó a nosotros y solté una risa breve, de lo más enternecida, al notar cuánta ilusión le hacía saber que las mascarillas me habían gustado. La verdad era que, tras regresar del parque, pasamos un momento muy bonito y relajado en casa con la abuela; incluso acabamos bromeando y le saqué fotos para comparar el antes y el después. No había diferencia alguna, claro, pero se había montado al teatro y ya la cara de decepción y de felicidad marca telecomercial barato lo era todo.

Pero bueno, tampoco sentía la confianza necesaria quizá para sacar el móvil y ponerme a mostrarles fotos, así que no dije nada al respecto.

Fruncí apenas el ceño al oírla mencionar que se había hecho un esguince, y si me ahorré la pregunta de si estaba bien fue porque la estaba viendo y, bueno, se veía vivita y coleando. Aún así la repasé con la vista, fue más una manía heredada de Danny, que nunca abría la boca y a veces me tomaba unas cuantas horas o incluso días adivinar tal o cual raspón, tal o cual rasguño. De la forma que fuera, su propuesta de probar el juego me sorprendió y alcé las cejas, esbozando una sonrisa divertida.

—Well then, you go for it, girl~

Si le iba mejor que a su hermano sí la iba a tener difícil tragándome las ganas de soltar alguna broma al respecto, pero daría lo mejor de mí. Seguí su recorrido, la alegría del dueño del puesto me causó cierta gracia y me reí en voz baja al tiempo que regresaba la vista a Fred, siendo que me había hablado. Aún así fue apenas un segundo, que me daba mucha intriga ver cómo le iba a Emily.

—Ha estado bien, muy tranquilo. Pasé el tiempo con mi familia, trabajando y... no mucho más. —Me encogí de hombros—. Pero así me gusta.

Volví a mirarlo un instante al decir aquello último y ya le dediqué mi entera atención a Emily. La niña logró que el marcador alcanzara la mitad de la torre y hasta abrí la boca de la sorpresa, sonriendo ampliamente.

Ah, fuerza de voluntad, no me abandones justo ahora.

—Congrats, sweetie! —exclamé como una madre orgullosa, aunque la alegría se me disolvió al notar que el hombre del puesto me invitaba a participar. Parpadeé, indecisa, y ya la fuerza de voluntad no me rindió tanto—. A ver, ¿y si me va así de bien como a Emi? —Lo solté prácticamente al aire y luego miré a Fred de soslayo, con una ligera sonrisa divertida plantada en el rostro—. Wish me luck, big bro~

Ya entre todo el show ni de coña había notado que Arata había pasado por ahí. Me acerqué al juego, donde el dueño me alcanzó el martillo y le guiñé un ojo a Emily. Tuve que tragarme la risa al oír la clarísima voz de Fanny exclamando a mis espaldas, seguramente habiéndose reunido con los Hodges de la puta nada, anunciando a los cuatro vientos que su hermana iba a jugar "la cosa esa del mazo y la campana".

 

[Puesto #2]

Realmente no tenía tanta confianza en mi fuerza como hubiese podido parecer, y más bien aquello estaba siendo un intento de acompañar a mi hermano en su desgracia, ya que seguramente yo tampoco sacase una puntuación muy elevada. ¿Cuál fue mi sorpresa, de hecho, al ver que el marcador se elevaba hasta la mitad de su trayectoria? Tanto así que me quedé un par de segundos congelada, con los ojos bien abiertos y sin apartarlos de la máquina.

Solo conseguí reaccionar cuando el hombre del puesto me entregó los tickets correspondientes, logrando dedicarle una sonrisa agradecida y algo avergonzada antes de volver junto a mi hermano, con una sonrisa poco a poco más orgullosa según lo alcanzaba. Extendí los cinco tickets delante de él, alzando un poquito la barbilla, y se los extendí después de un rato, para que los guardase en la mochila que habíamos traído para la ocasión.

Me giré después para encarar a Sasha, con la sonrisa agradecida al escuchar su felicitación, y cuando vimos que se dirigió hacia el juego para probarlo también, tanto mi hermano como yo le deseamos buena suerte, prácticamente al unísono. Mientras esperábamos a ver su resultado, escuché la voz de una niña a nuestro lado, y me di cuenta prácticamente al instante de que se trataba de una de sus hermanas. Tampoco tenía mucho mérito, teniendo en cuenta que estaba gritando a los cuatro vientos que Sasha era su hermana mayor, pero igual me sentí satisfecha con la resolución que hice.

Si me había sorprendido con mi propio resultado hacía apenas unos minutos, ver el número final que la pelirroja había conseguido prácticamente me hizo desencajar la mandíbula por la sorpresa. ¡Había conseguido casi la máxima puntuación! La máquina comenzó hasta a hacer ruido y encender un montón de luces por ello y yo, después de la sorpresa inicial, aplaudí bastante emocionada mientras la veía volver.

—¡Eso ha sido impresionante, senpai! Quizás tenga que engancharme de tu brazo para no caerme y no del de mi hermano~ —bromeé, soltando una risa ligera por la idea—. Ah, Alice es nuestra hermana pequeña, sí —contesté, recordando repentinamente la pregunta que había hecho antes de que me fuese hacia la máquina—. Creo que le va a hacer mucha gracia cuando le contemos esto. Si seguís por aquí para los fuegos artificiales, ¡quizás pueda presentárosla también!

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Aclaro, pues, que todos los tickets que Fred pudiese ganar (aunque su mala suerte, f) irán para emi-chan porque es su niña mimada uwu still, lo rolearé siempre que pueda para que quede constancia uwu7

 

#7: Dunk Tank
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Mientras los dos hermanos paseaban por el festival, su atención se vio atraída por un puesto que tenía una gran tanque de agua y cuyo colorido cartel indicaba que se trataba de, nuevamente, un juego bastante occidental.

—¡Buenas noches, jóvenes! —saludó una mujer de mediana edad, bastante elegante pero con una chispa de clara diversión en su rostro—. ¿Os gustaría probar suerte? No hay mejor puesto para ganar premios y refrescarse después de un caluroso día de primavera~

 

#3: Dardos​

Para fortuna de ambos, lo que encontraron en el tercer puesto fue un juego perfecto para conseguir esos tickets que tanto ansiaban. En aquella ocasión, sin embargo, los que salieron a atender a los estudiantes fueron un par de hermanos mellizos: una chica y un chico de claro aspecto japonés, de unos doce años como mucho.

—¡Hola, hola!

—¿Queréis conseguir premios y poner a prueba vuestra puntería?

—¡Estáis en el puesto adecuado! ¡Aquí podéis jugar a los dardos!

—¡Venga! ¿Os animáis~?

V-vaya, parecía que habían ensayado mucho para conseguir intercalar el discurso entre ambos de manera tan coordinada y rítmica.