Dr. House Same [Dr House]

Esto ocurre varios años luego del final de House MD.


Gregory House andaba por simple inercia por su pequeño departamento, observó la sombra de su rostro demacrado y con una sombra descuidada viviendo una rutina que le parecía interminablemente eterna.

Un ruido metálico se escuchó en la cocina seguido por otros que le continuaba, el doctor avanzó en la cocina y se encontró a un huésped indeseado, habia entrado por la ventana abierta un gato despeinado callejero, mugroso y desaliñado; mordisqueando un trozo de carne que iba a ser su comida.

House gruñó y avanzó rápido hacía él moviendo su bastón, el gato bufó erizandose, lanzó un par de zarpasos mientras intentaba alcanzarlo con el palo, dio un salto, intentó golpearlo de nuevo y el gato con otro moviento saltó por la ventana, House alzó la mano para alcanzar su cola, la iba a tomarla y jalar cuando lo miró, se detuvo al observar su pierna trasera, estaba atrofiaba y era solo un pequeño muñon.

House se recostó aquella noche sin cenar, como lo hacía generalmente, había días enteros en los que perdía el hambre por completo, otros días ni siquiera se levantaba de la cama, sin planes actuales no trasendian a esperar a que el dinero se le terminará y perecer allí. A tientas buscó su celular, este le alumbró el rostro, vio en los contactos, nombres de antiguos colegas y la idea de contactarnos paso por su cabeza hasta recordar que hace tiempo que solo era un reproductor de mp3 sin crédito, tomó sus audífonos audífonos y escuchó una canción que lo evocó a otra época. Amargamente tragó saliva recordando a su amigo Wilson.

El día siguiente, Gregory se levantó y se sentó lentamente en el pequeño pasillo en el que consistía la cocina, espero pacientemente en actitud pasiva, no tardó mucho en que el invasor apareciera de nuevo, House se impulsó con la pierna buena y lo atrapó al primer intentó.

— ¡Te tengo!— exclamó victorioso.

El gato comenzó a retorcerse intentando zafarse, House puso más resistencia mientras avanzaba, el animalillo comenzó a morder y rasguñar su brazo, el diagnosta presionó sus dientes y siguió andando, mirando el pequeño trozo de carne que sobresalía de su cadera moviéndose también por instinto aunque no alcanzará nada.

— Estate quieto maldición—reprochó.

Tomó una jeringa ya dispuesta con un líquido dentro y lo inyectó a la criatura.

El doctor se tiró al suelo sentándose exhausto, el gato permanecía en su regazo totalmente suelto, la muñeca de House sangraba.

Pasaron varias horas y el minino reabrió los ojos, se sintió extrañamente ligero, se giró para lamerse encontrando su pelaje mas liso, limpio, olisqueo y enseguida encontró comida, sin pensarlo comenzó a devorarla, mientras la comía ronroneando y relamiendose observó una mano vendada y ojos severos que lo observaba.

— Eres un maldito— le reprochó.

El gato maulló.

— Termina de comer— le indicó.

Con su caminar pausado cerró la ventana de la cocina y observó de nuevo al minino, este le pasó entre las piernas untandose cojeando como él y lo siguió a su habitación.