Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Lia Sango, 2 Octubre 2008.

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  1. Es genial, lo llegas a dejar incompleto y no te lo perdonaré

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  2. Está bueno, me atrapó.

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  3. Si no lo sigues no me afectará, no está tan bueno.

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  4. Deja de escribir y ve a hacer algo para lo que sí sirvas.

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    Lia Sango

    Lia Sango Entusiasta

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    Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Bueno chicas y chicos, he vuelto con un fic que había dejado sin terminar. Esta vez estoy decidida a terminarlo, además que ahora está mejorado, le estoy dando unos retoques, espero que sea de su agrado.
    No se olviden de votar en la encuesta y me dan dando sus opiniones :)

    Sacrificada por ser virgen.
    ¿Por qué a mí? ¿No hay más chicas?


    Jajajajaja, Sango sos muy graciosa— riéndose de su hermana que tenía la boca llena de agua y la escupía como si fuera una fuente.

    Dicen que en algún lugar del mundo hay ese tipo de cosas por todos lados. —terminando de lavarse la cara.

    — ¡No te creo! — Mirando la canasta que llevaba en las manos— ¿Cuántos te parece que atrapamos ?—

    — No sé, yo diría que unos... ¿10? — Mirándolos con felicidad —Vamos a poder alimentar a Kohaku, Souta y a tu madre.

    Sí, por fin, hace días que no probamos bocado

    Se dispusieron a caminar un largo tiempo, alejándose del río y adentrándose en el pueblo. Kagome iba metida en su vida, no paraba de pensar en Hojo, su antiguo novio que habían decidido separarse por no querer entregarle su virginidad—después de todo, él sólo quería sexo— susurró para si misma. Las palabras rodeaban su mente...hasta que vio una multitud reunida en círculo.

    —Sango— golpeándole el brazo, llamando su atención.

    — ¿Qué? — un tanto molesta, siempre hacía lo mismo para llamarle la atención un día terminaría llena de moretones por todo el brazo.

    — ¿Qué es eso? Hay mucha gente, están todos reunidos en círculo y escuchan a ese hombre—señalando con el dedo índice al señor de aproximadamente 40 años que hablaba arriba de un cajón de frutas.

    No lo sé, Kagome, “ese hombre” es Naraku, el líder del pueblo. Al único que identifico entre todos los que están en ese montón de gente. —

    Ah...sí. Escuché ese nombre pero nunca lo ví personalmente. —Negando con la cabeza.

    Yo me lo crucé un par de veces en la feria, como vos NUNCA vas a hacer las compras es muy probable que no te lo cruces. — Dijo con un tono de ironía y de enojo en su voz.

    Bueno, bueno Sango, excelente manera de refregarme en la cara mi vagueza, ¡ve a darle las gracias por esta “MARAVILLOSA” oportunidad!—riendo con sarcasmo.

    Está bien Kag, calmate. Quiero llegar a casa rápido, tengo frío porque mis ropas están mojadas y el olor a pescado me está matando. —tapándose la nariz.

    Las muchachas llegaron y dejaron la canasta en la mesa. La madre les dio la bienvenida y se dispuso a preparar los pascados para la cena. Extrañamente la señora les pidió que agarren más de lo común como si supiera que habría visitas.


    Las jóvenes se fueron a su habitación a cambiarse la ropa, estuvieron hablando de lo ocurrido en el día. La señora Higurashi interrumpió la conversación diciendo que se pongan las mejores ropas que tenían. Cada segundo Kagome y Sango estaban más desconcertadas.
    Las dos jóvenes estaban listas para la cena y el aroma a comida casera estaba impregnado por toda la casa.

    Niñas, vengan, tenemos visitas. —se escucha fuera de la habitación.

    Sí madre—contestan.

    Cinco minutos después aparecen las dos muchachas vestidas con hermosas vestimentas. Para su sorpresa se encontraron con que el ÚNICO invitado era Naraku, el mismo hombre que estaba hablando esa tarde. Él se acercó a ellas y les dijo— Señoritas, son perfectas. — tomando sus manos derechas y depositándoles un suave beso en éstas. A las muchachas en vez de sonrojarlas les hizo correr un escalofrío por toda la espina dorsal.


    La cena pasó sin penas ni glorias. Cuando las hermanas estaban dispuestas a retirarse, la madre con tono serio dijo – Ustedes no se van a ningún lado. Se quedan aquí
    Kagome y Sango se miraron y un temor las invadió, se sentaron en el piso junto con Naraku y su madre.

    Niñas, como sabrán la Diosa del cielo, Midoriko está enojada con nosotros—hablándole de manera atenta y firme.

    Sí señor, escuchamos algo sobre eso. —contestó Kagome.


    Sigo sin entender qué tiene que ver esto con nosotras — preguntó un tanto molesta Sango.

    Muy bien…para tranquilizarla como es costumbre, sacrificamos niños y jovencitas vírgenes en el Pozo de la vida. —mirando fijamente a Sango.

    Qué ironía, llamar el Pozo de la vida a un lugar dónde matan personas— pensó Kagome.

    Estaba aterrada, ese lugar era una cascada profunda pero cerrada dónde tiraban a las mujeres atadas y con un peso en los pies, así morían ahogadas. Qué hermosa muerte, la mejor de todas. El sarcasmo se estaba apoderando de ella, debía parar o comenzaría a entender mal las cosas.

    Bueno, no pienso comenzar con rodeos, ¿cuál de ustedes dos es virgen?— mirando a Sango y a Kagome sucesivamente.

    — ¿¡Qué!? —gritaron al unísono las niñas colocando sus manos en su pecho.


    Rápido, no tengo tiempo que perder. —levantándose y mirándolas de pie.

    Kagome buscaba con su mirada los ojos de su madre. En cambio la señora Higurashi bebía té con mucha tranquilidad y con los ojos cerrados. Kagome atónita comenzó a temblar de rabia... ¿la estaba entregando así? ¿Tan fácilmente sin oponer resistencia por sus queridas hijas? Era seguro que la única virgen era Kagome, Sango tenía un novio, Miroku. Ella le había contado que ya habían consumado, por lo tanto, no era virgen.

    Yo soy— dijo Sango enfrentando a Naraku y poniéndose de pie.

    Kagome se quedó atónita, no podía mirar como por su culpa se llevaban a Sango a una muerte segura. Ella le tenía miedo a algunas cosas pero no, no era una cobarde. Antes de que Naraku comenzara a atarle las manos con una soga a Sango Kagome se levantó de un golpe.

    Sango, no mientas más, gracias pero igual… acá la única virgen soy yo

    Sango era muy buena y quería mucho a Kagome, además de que era la mayor. Solo la quería proteger, pero Kagome no podía ver como su hermana mayor se entregaba a la muerte teniendo a un novio tan amable y posiblemente estando embarazada. No podía dejarla tirar todo lo que había construido por la borda.

    Pero…Kagome, ¿qué estás haciendo? — mirando como se dejaba atar las manos y siendo sacada de la casa.

    Cumplo mi destino, Sango…prométeme que te voy a ver antes de morir— sus ojos ya se estaban tornando cristalinos, aunque luchara dentro de un tiempo esas lágrimas se iban a escapar de sus ojos. Por más que tratara evitar que Sango la viera llorar, eso se le estaba haciendo muy difícil, casi imposible.

    La subieron a un caballo y se la llevaron a un lugar extraño. Tenía una ventana la cual daba a un enorme precipicio, la ventana no tenía protección ni nada por el estilo por si llegaba a llover, según ellos “tenía que estar en permanente contacto con la naturaleza y vivir en ella”. Escapar, era lo mismo que morir. La dejaron en su cama pero con las manos atadas y cerraron la puerta con llave.

    Mamá... ¿¡por qué lo hiciste!? —Gritaba con furia golpeando el piso mientras gruesas lágrimas de angustia caían por su rostro. — ¿Tan poca cosa significa tener una hija para ti? —Dejándose vencer por la realidad. —Claro...no tengo nada que ofrecer, tenía un novio que estaba cansado de la manera en que Naraku manejaba al pueblo y creían en que la gente debía ser “más libre”. Recuerdo como lo llamabas “ese idiota sin futuro”al decir eso unos duros recuerdos vinieron a su mente.

    &&&&Flash back&&&&

    Pero mamá ¡Yo lo amo!—gritaba una niña que cada vez que pronunciaba esas palabras se golpeaba el pecho con la palma de la mano.

    Por favor Kagome, ese tipo no tiene futuro. Un día va a desaparecer, está jugando con fuego...quiere desplazar a Naraku para obtener un pueblo más libre. Ese Hojo, no te promete nada. Va terminar muerto a miles de kilómetros de aquí, y nosotras vamos a tener que decir que había tomado mucho alcohol y había amenazado con quitarse la vida. No quiero seguir mintiéndole al pueblo, ya todos hablan mal de nosotras. —

    &&&&Fin del Flash back&&&&

    Esto no es justo, sólo te importaban las “apariencias”. Nunca fui importante. —A Kagome siempre le gustaban los hombres extraños, no esos hombres “prototipo” que son excelentes personas y nunca hicieron una maldad en su maldita vida. Estaba a punto de pronunciar un grito desgarrador hasta que escuchó una voz familiar gritando desde el piso inferior.

    — ¡Quiero verla! ¡¡Kagome!!—La voz aparentaba tener la misma edad que Kagome, sólo que ésta tenía un toque de niña.

    Kagome reconoció la voz enseguida y grito desesperada golpeando la puerta con su cuerpo — ¡Rin! ¡Amiga! ¡Estoy arriba!Cómo puede ser que ella...ella también... —

    Las puertas se abrieron y dejaron ver a una niña muy parecida a Kagome pero más bajita y con el cuerpo más aniñado. Sus ojos y facciones eran iguales, parecían gemelas pero eran sólo amigas.

    — ¡Rin! ¿¡Cómo es que terminaste aquí!?—mirándola con desesperación.

    Unos hombres entraron a mi casa y me llevaron a la fuerza ¿y tú?La niña estaba desesperada, se le notaba en la voz.

    Mi mamá lo disfrazó muy bien, hasta parecía que la cena iba a ser divertida— dijo con un tono de ironía y tristeza.

    Niñas, como molestaron al líder Naraku dormirán separadas. Pensábamos ponerlas juntas pero vemos que son muy ruidosas Naraku necesita dormir. Despídanse por hoy. —Tomando a Rin por la cintura y llevándosela.

    — ¿¡Pero qué!? ¡Esperen! —trató de ir corriendo pero la puerta se cerró en su nariz.


    Cansada pero enojada recargó su espalda en la puerta, se dejó caer hasta que sus muslos hicieron contacto con el frío cemento, colocó su frente entre sus rodillas y comenzó a pensar en lo tranquilo y normal que había sido su día antes de toparse con Naraku.—Haría todo lo posible por seguir viva—dijo en voz alta. Seguía sin moverse, parecía pegada al suelo.

    — ¿Cualquier cosa?—cuestionó una voz ronca y varonil. Kagome levantó la cabeza sorprendida, estaba tan sumergida en sus pensamientos que ni se dio cuenta de la presencia de un hombre junto a ella.

    Él la miró esperando una respuesta. Kagome pudo notar que sus ojos tenía un extraño color dorado. Una fría ráfaga apagó la vela dejándolo todo cubierto por la luz de la luna. Eso también hizo resaltar el plateado de su larga cabellera.

    — ¿¡Quién eres tú!?—preguntó Kagome toda exaltada. ¿Cómo hizo para escalar tremenda altura? Tenía que tener un buen estado físico, aunque eso se notaba a lo lejos, se podía ver los músculos marcados a través de las descuidadas ropas.

    Me llamo Inuyasha, vengo de un pueblo vecino, me escapé de mi casa junto con mi hermano. Cuando pasaba por un puesto en la feria escuché que en ésta torre había una joven y bella niña que iba ser sacrificada. Quería comprobar esa belleza con mis propios ojos. —Mirándola de arriba abajo. — ¿Segura que eres virgen? Es una pena que una niña tan hermosa y tan sexy muera sin saber qué es el placer. —Esbozando una sonrisa seductora. — Volviendo a mi pregunta... ¿harías cualquier cosa con tal de salir viva?

    A Kagome la intimidaba esa voz, ese cuerpo y esa mirada. En pocas palabras la intimidaba TODO en ese hombre llamado “Inuyasha”. Estaba desesperada y ese muchacho le estaba ofreciendo una oferta tentadora, lo iba a escuchar antes que decirle un “NO” rotundo. —SS...i...—pronunció en tono aún más bajo.

    — ¿Qué dijiste? ¡No escuché!—poniendo su mano en el oído como para amplificar el sonido.

    — ¡Que sí! ¡Dije que sí!— su miedo se había desvanecido y estaba segura.

    —Genial— dibujando una sonrisa en su rostro.

    — ¿¡Me ayudarás a escapar!? Pero ¿qué ganarías tu?—desconfiando un poco. Nadie da sin exigir algo a cambio.

    —No vas a escapar...saldrás libre y justificadamente—cruzando sus brazos acercándose a ella.

    —No entiendo— ese tipo la desesperaba, cada vez la dejaba más desconcertada.

    Claro mi amor... dejarás de ser virgen y no servirás más, ¿acaso lo olvidaste? SÓLO buscan jovencitas VÍRGENES. ¿Estarías dispuesta a perder tu virginidad conmigo y ser libre?—acorralándola contra la pared.

    ¿Desde cuándo ese atractivo y “bondadoso” hombre había pasado de ser un extraño en la ventana a ser un extraño con proposiciones libidinosas y acorrala mujeres?

    Continuará...
     
  2.  
    Candeela

    Candeela Entusiasta

    Cáncer
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Me re gusto la idea... quiero saber que es lo que sigue...
    Aunq ese Inuyasha es algo altanero xD... va como siempre...
    Espero la conti!!...
    Bsooo!!
     
  3.  
    Lia Sango

    Lia Sango Entusiasta

    Tauro
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Me alegra mucho que les guste, no se cuando voy a poner la próxima continuación, pero estoy segura que de la semana que viene no pasa. Puede que sea mañana, el lunes, el miércoles la verdad no sé. Incluso puede que la ponga hoy, no sé como voy a estar con los tiempos. jajaja

    Suerte y mil gracias a los que leyeron mi fic :)
     
  4.  
    ....

    ....

    Escorpión
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    hola!
    acabo de leer el fic y esta muy bn :)
    joe, es a mí a kien pregunta inuyasha si kiero cn el y no me lo pienso dos veces xD jujuju
    pero no te tardes muxo eh??? k kiero saber k ocurre
    bueno adios besos
     
  5.  
    Cath_Chan

    Cath_Chan Usuario común

    Virgo
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    lol, Lía. Tenía años sin leer esta historia. Si es la original y no le cambiaste nada de nada de nada excepto eso, yo ya sé como continua la historia (:
     
  6.  
    mikito15

    mikito15 Usuario común

    Capricornio
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    hola amiga!!!
    que bien!!!!!! que bien!!!!!
    me encanta!!! me has dejado muy pero que muy engachada!!!!!
    pero anda que la madre que tienen Kagome y Sango!!
    iba a dejar que se llevasen a una de sus hijas!
    ahora que directo es Inuyasha!!! xD
    esta muy bueno amiga!!!
    espero que continues pronto!
    Besos!!
     
  7.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    ¿Estás segura que ese es Inuyasha? Se parece más a Miroku XD
    Me gustó lo que leí y quiero ver como lo seguirás.
    No tienes grandes errores, sólo trata de especificar un poco más cual es el personaje que habla, a veces confunde.
    Esperaré el próximo capítulo.

    Saludos
     
  8.  
    Anniheri

    Anniheri Usuario común

    Aries
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    hola
    me gusto mucho la idea
    pero creo q la personalidad(de inuyasha) le quedaba mas a mirokuxD
    vala livindosoxD ME PREGUNTO Q DIRA KAGOME
    no puedo crer q la mama de kagome aya hecho tal cosa como pudo entregar a su hija para tal cosa

    bueno me gusto mucho
    sigel pronto
    bye
     
  9.  
    Lia Sango

    Lia Sango Entusiasta

    Tauro
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Estoy dándole los últimes retoques al segundo capítulo pero y lo subo, espero sea de su agrado.
     
  10.  
    Lia Sango

    Lia Sango Entusiasta

    Tauro
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    Sacrificada por ser virgen [InuxKag]
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Bueno aquí la segunda entrega de mi fic. Me alegra mucho la respuesta que he recibido de todos ustedes. En el primer capítulo ya 11 personas han leído mi fic, cosa que me alegra mucho y espero con muchas esperanzas que el número siga creciendo.
    Espero disfruten de este capítulo tanto como yo lo disfruté al escribirlo.
    Suerte a todos.

    Sacrificada por ser virgen.

    La gran decisión... ¿tan desesperada estoy?



    -Veo que te tomé por sorpresa-esbozando una seductora sonrisa.-Tienes hasta mañana en la noche para decidir-haciendo una breve pausa. -Aunque quiero un adelanto-el albino no podía parar de mirar los carnoso y seductores labios de esa muchacha. ¡Por Kami! Eran tan provocativos, incitaban a ser besados con pasión. No podía esperar hasta la noche siguiente, tenía que probar algo de esa muchacha en ese instante o moriría.

    Kagome no entendía nada, solo podía sentir una penetrante mirada posada en sus labios. – ¿Qué tipo de adelanto quieres?- cuestionó con timidez.

    -Este tipo de adelanto es el que yo quiero -El albino se comenzó a acercar lentamente a los labios de esa mujer que tenía en brazos.

    Mientras tanto Kagome solo lo miraba sorprendida, ¿quería un beso? Ella solamente se había besado con Hojo pero... ¿qué tipo de besos querría él? ¿Esos roces simples que había vivido con su anterior pareja o en los que se veían a menudo en las dramatizaciones de los sábados? ¿Ese beso lleno de pasión? Miles de preguntas inundaron la cabeza de Kagome pero se desvanecieron enseguida a causa de una presión que sintió en sus labios. Eran los labios de Inuyasha que se posaban dulcemente en los de ella, eran cálidos y fuertes pero para nada bruscos. Estuvieron así por unos segundos, Inuyasha se cansó de eso y comenzó a exigir que Kagome abriera la boca, ella sin saber le correspondió el beso y siguió a Inuyasha en todo lo que él hacía, por Kami ¡se estaba quemando por dentro! Kagome ya estaba íntegramente entregada pero se tuvo que separar por la falta de aire. Ninguno de los dos quería romper ese beso. Inuyasha maldijo para sus adentro al igual que Kagome.

    -Maldición, quería seguir. ¡Esperen un momento! ¿Quería seguir? ¡Kagome! ¡¡Lo acabás de conocer!! ¡Muy mal! ¡Muy mal! -no paraba de regañarse hasta que una voz la sacó de sus pensamientos.

    -Mi querida virgencita...hasta mañana-dedicándole una de esas sonrisas que aunque ella no le dijera, ya podía ver en sus ojos que la volvían loca.- prepárate porque estoy seguro que aceptarás- Trepando la ventana disponiéndose a saltar e irse.

    -¡Espera! ¿Cómo sabes que voy a aceptar?-tomándolo de la manga de su desgastada ropa y desafiándolo.

    -Correspondiste el beso – dijo seguro de sí mismo - y qué manera de corresponder.-lamiéndose los labios y mirándola con lujuria.

    Ese comentario hizo que Kagome se sonrojara y que soltase la manga de Inuyasha. Él aprovechó y salió por la ventana, pero no sin antes dedicarle un “te deseo”. Al cabo de un tiempo la muchacha se dio cuenta de su soledad, se asomó a la ventana y se puso a mirar el cielo, se observaba con claridad la luna despejada, sola en el cielo, tan sola en esa oscura noche como lo estaba ella.

    -Qué hermosa noche-dijo en un suspiro que podía ser confundido claramente con el viento que movía la copa de los árboles.

    En se instante recordó lo vivido hace unos minutos atrás. Fue tan placentero, con sólo pensar en que ella estuvo acorralada por Inuyasha le erizó la piel. ¿Acaso se estaba enamorando de un completo extraño? Bah, extraño ya no era porque tenía nombre, se llamaba Inuyasha.

    - ¿Qué le voy a decir?-se interrogaba a sí misma mientras se alejaba de la ventana y se iba acurrucando en su cama. Antes de quedar totalmente dormida susurró algo, una palabra que se escuchó claramente –Inuyasha... - inconscientemente se tocó los labios con las yemas de los dedos.

    Calló en un profundo sueño, un sueño demasiado confuso, que en ese momento no significaría nada más que una horrible pesadilla.
    Había una cascada y ella se encontraba en la cima de ésta. Rápidamente pasó a un bosque en el que estaba lloviendo, podía sentir con claridad las gotas de lluvia golpear su rostro, ella estaba sentada en un árbol y de pronto escuchó un ruido detrás de donde ella se encontraba recostada. Y para finalizar lo último que soñó; fueron un par de orbes doradas mirándola fijamente, se podía notar preocupación en su mirada y es su manera de hablar, le estaba hablando, era Inuyasha y le decía que resistiese, que todo estaría bien. ¿Resistir? ¿Pero qué tenía que resistir? Quería hablar, decirle que todo estaría bien pero las palabras no salían de su boca.
    Fue despertada por un ardor en la mejilla. Rápidamente reaccionó, ¿la habían abofeteado? Sí, un guardia de cabello negro, recogido con una trenza larga que llegaba hasta la cintura. Era bastante guapo pero... ¿por qué la había abofeteado?

    Trató de incorporarse pero se le hacía un poco difícil ya que estaba atada, esa soga molesta que mantenía sus muñecas juntas. Cuando logró sentarse dirigió su mirada al guardia.

    - ¿Quién eres tú?- en la mirada se le veía odio.
    -Me llamo Bankotzu, mejor que cambies esa cara porque no me gusta, y esa abofeteada la próxima vez va a ser un golpe en el estómago, odio que me pongan con niñas malcriadas.- Jalándola del brazo y obligándola a bajar las escaleras.

    -Quiero que me suelten las manos, ya no las siento-tratando de safarse del agarre, pero ese tal Bankotzu la sostenía con firmeza.
    -Mirá mocosa, ¡a mí con reproches no! Andá a quejarte con Naraku, ¡no me metas a mí! -la zamarreó un poco en señal de que callase.

    Al llegar al último escalón pudo observar como su mejor amiga estaba muy pensativa. Luego de que la sentaron en la mesa, las dejaron solas, entonces Rin habló-Ayer un hombre vino... a mi habitación...- estaba nerviosa, como una niña que admite que cometió una travesura de la cual estaba avergonzada.

    Kagome no salía del asombro... ¿¡acaso ese Inuyasha era un Don Juan!? ¿Sólo había jugado con ella? -Espera...él dijo que había venido con su hermano mayor, o algo parecido... Kagome, no te dejes llevar tan fácilmente por tus emociones-

    -Se llamaba Sesshoumaru - titubeó la muchacha.-Me va a ayudar a escapar-susurró en un tono casi inaudible, salvo por Kagome que entendió todo.

    -Ah, también vino su hermano, Inuyasha, y él me dijo lo mismo.- Luego de ese intercambio de palabras que quien lo viera desde afuera parecían temas “idiotas, que sólo pensaban las niñas” ninguna de las dos habló simplemente sintieron que no era necesario.

    Las muchachas divisaron una imagen varonil cruzar el umbral, era Naraku.

    -A ver niñas... acá me han dicho que una de ustedes pidió que le soltáramos las manos.-Kagome asintió.-Muy bien, hoy en la tarde tendrás las manos libres.-Dicho esto dio media vuelta y se fue hablar con un hombre.

    Kagome y Rin se miraron con los ojos bien abiertos... ¿Ese hombre era tan malvado como aparentaba?

    Las niñas comieron y fueron llevadas al pueblo donde en el “punto central” había dos sillas una al lado de la otra y ya gente reunida. Kagome preguntó para qué eran pero no recibió respuesta sólo las sentaron. Luego llegó Naraku con un cuchillo y varias cuerdas.
    Las muchachas se preguntaban que les iría a pasar. Naraku tomó las manos de Kagome y levantó el cuchillo.

    - ¡Me va a cortar las manos!- chilló Kagome para sus adentros, pero para su sorpresa le cortó las cuerdas.

    Cuando estaba por dar las gracias, sintió como tomaban sus pies y los amarraban a las patas de la silla.

    -¿¡Pero qué!?-preguntaba Kagome haciendo el amague de pararse, pero no podía, estaba muy bien atada.

    Lo mismo hicieron con Rin, al cabo de una hora todo el pueblo estaba reunido. Una de las etapas de la preparación de 7 días era escuchar las súplicas de las jóvenes y comunicárselas -cuando llegasen al más allá- a Midoriko.

    Rin no escuchó ninguna, sólo pensaba....- ¿Qué le respondo? Ese tal Sesshoumaru es muy hermoso y no parece una mala persona - recordando lo pasado la noche anterior. Sin siquiera pensarlo, pudo sentir sus mejillas arder. Con solo pronunciar su nombre, toda su cordura se desvanecía.

    &&&&Flash back&&&&

    Una negriazulina estaba acostada en la cama con un hombre arriba de ella.

    -Eres muy bonita... me gustaría hacerte mía, además te haría un favor... ¿por qué no lo piensas? -lamiéndole la mejilla izquierda.

    Rin no paraba de suspirar, se estaba quemando, la ropa le molestaba...ésa era su única manera de escapar, no tenía otra opción.

    &&&&Fin del Flash back&&&&

    Mientras tanto, en las afueras del pueblo.

    -Hoy saldré, no me esperes.-dice un muchacho colocándose su chaqueta.

    -Está bien, total...yo también iba a salir.-dice el otro hombre que parecía ser mayor que él prendiendo un cigarrillo.

    -Sesshoumaru, un día te vas a morir fumando uno de esos- Con su mirada buscaba al anciano Totosai.

    Sesshoumaru al entender lo que quería su hermano, contestó mirando fijamente el fósforo que tenía en sus manos, que hace unos segundos había sido consumido por el fuego. -Se fue…le dejaré una nota-

    -Aja, como quieras-giró sobre si mismo y se dirigió al umbral, antes de pasar por completo levantó la mano en señal de despedida.

    El ambarino que había abandonado la posada del anciano Totosai, caminaba con la mirada perdida. –Ese buen hombre nos dio comida y techo...-se decía, agradeciendo su suerte de toparse con un hombre tan bondadoso como el anciano ese.
    -Próximo destino, el pueblo, mejor dicho, la mansión del líder.-al levantar su mirada pudo observar la figura del enorme castillo siendo iluminada por la luz de la luna.- ¿Acaso esta mujer me está volviendo loco? Es que... es tan exquisita - luego de pronunciar esas palabras pudo recordar el beso que se dio y como ella se entregó, pero su imaginación quería más y le jugó una mala pasada: Le mostró una imagen de Kagome gimiendo y gritando de placer, cubierta de sudor y él haciéndola suya. El joven ladeó la cabeza, intentaba despejar su mente, pero era imposible sacarse esa tentadora imagen.

    En el pueblo, Kagome ya estaba cansada, siempre oía lo mismo “sálvame de la hambruna”, “dame techo”. Igual nada le importaba, tenía su cerebro totalmente desconectado de la realidad. Sólo pensaba qué le iba a responder a Inuyasha, la noche se estaba acercando y el tiempo se acortaba.

    Les ataron las manos y cortaron las sogas de los pies, pero como Naraku no quiso prender una vela y según él, veía “perfectamente” en la oscuridad le hizo un tajo a Kagome y a Rin en sus pies.”Maldito mango, se me resbala, hay que comprar otro fue el único comentario que pronunció Naraku en su defensa.

    Las muchachas cojeaban y no podían hacer mucho equilibrio, para descontar el relieve desigual de los pisos de tierra. Kagome fue la primera en caer, no podía continuar…su pie sangraba demasiado y estaba muy cansada, y para mejorar su situación tenía las piernas dormidas. Al recuperarse, Rin también cayó, las dos muchachas estaban cubiertas de tierra y sus polleras manchadas de sangre, ambas se miraron a los ojos, daban pena.

    -No podemos permitir que mueran, Bankotzu, llévala-éste maldijo tres veces, la agarró de la cintura y se la colocó en el hombro. Kagome pensó que peor humillación no podía haber… ¡Estaba siendo arrastrada como una bolsa de papas!

    El hombre de Rin, Jaken, no había sido “amable” pero tampoco tan bruto ya que la llevó al estilo nupcial.

    Luego de ser arrastrada, Bankotzu la tiró en el piso de la habitación que le fue asignada, al instante llegó Kaede, la enfermera del palacio.
    Viendo el pie, la anciana dedujo-este tajo fue hecho con la punta de un cuchillo, está claro que fue un accidente... -hizo una breve pausa, como para reflexionar- Fue Naraku, ¿no?-

    -Sí, fue él- dijo Kagome cortante, luego de eso ninguna de las dos pronunció palabra alguna.

    Le curó las heridas y le vendó el pie. Se disculpó por la falta de Naraku y le trajo agua y pan -Este va a ser tu único alimento permitido- ¿ahora era un animal de criadero? No, peor que eso, era una esclava.

    Lloraba, creía que su suerte no podía empeorar. La puerta se abrió de un golpe. Era Bankotzu y para su susto llevaba 3 baldes de agua.

    -Levántate, mujer- indicándole con el dedo un rincón de la habitación.


    Kagome por miedo a recibir un golpe o algo peor obedeció, no sabía que quería hasta que vio que depositaba 2 baldes y tomaba uno con ambas manos.

    - ¿Qué vas a... - una oleada fría la interrumpió. ¡Bankotzu le había tirado arrojado un balde de agua! Estaba helada, parecía que ese líquido había sido gotas del mismo iceberg que hundió el Titanic.- ¿¡Con qué objeto hiciste eso!?-sacudiendo sus mangas que estaban pegadas a su cuerpo y goteaban.

    No la dejó terminar, le tiró los dos restantes baldes antes de cerrar la puerta dijo –Estabas llena de tierra, dabas asco-

    Prefiero estar llena de tierra a estar empapada!- corriendo hacia la puerta, quería romperle la cara, pero recibió un golpe en el pecho y escuchó un portazo, se quería matar, sería el mejor escape… Desolada se encogió y con sus brazos tomó sus piernas, ya comenzaba a tener frío por la brisa que recorría y llegaba a su nuca, la ventana le daba justo ahí. Comenzó a llorar, de un momento a otro sintió una mano posada en su hombro, ella levantó la vista y se encontró con dos orbes doradas que la miraban.

    Inuyasha!-no dudo y se lanzó a llorar a sus brazos, necesitaba un amigo con quien hablar y alguien con quién desahogarse.

    - ¿Qué sucede, virgencita?- con su mano acariciaba el cabello, parecía muy indefensa. Siguió examinando su cuerpo, podía notar el frío que tenía, estaba temblando, él no pudo evitar sonreír lujuriosamente. Siguió bajando y se posó en su pie, estaba vendado, no pudo hacer caso omiso a sus dudas y le preguntó.

    -Querida…tengo dos preguntas, la primera: ¿por qué estás empapada? -hizo una pausa esperando la respuesta.

    -Como estaba lastimada, me caí al piso, Bankotzu dijo que estaba “sucia” y me tiró estos tres baldes de agua.- lo escupió de una, no podía soportar tanto maltrato junto.

    -Pobre niña…- la estrechó más firmemente. Kagome no tenía idea donde estaba, nunca estuvo así con nadie… pero se sentía segura.

    -¿Bankotzu?-Nunca supo porqué, pero le dolió que pronunciara otro nombre que no sea el de él.

    -Es el guardia que me “cuida”. En realidad, él me pegó y me trata como la peor. Me odia y el sentimiento es mutuo.-se aferraba más a él, como si al hacerlo ese sentimiento se hiciera más profundo.

    -Y… ¿por qué estás herida?- levantándole la barbilla con las manos, incitándola, obligándola a que lo mirara.

    -Naraku, dijo que veía y al intentar cortar las sogas que me tenían atada a las sillas, cortó algo más- soltó una risa ahogada, le daba rabia.

    -Pero ¿estás bien? Digo aparte de todo eso, ¿sucedió algo más? –Pobrecita…todo lo que había que tenido que soportar.

    -Inuyasha…-en su voz se distinguía el miedo, pero también la decisión.

    - ¿Qué pasa, amor?- en su voz se podía notar ternura, ¿él no iba allí a hacerla suya? ¿¡Qué le pasaba!?-

    -Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de librarme.- se escondió en el pecho de él, Inuyasha, entendía PERFECTAMENTE el significado de “cualquier cosa”.

    - ¿Segura?- no podía creer lo que oía, ¿se estaba entregando? La debería estar pasando realmente mal, no parecía ser ese tipo de muchachas que por cualquier razón se acostaría con un extraño.

    -- estaba colorada, ¿tan desesperada estaba? Esa pregunta se la hacía cada instante en su mente. Sintió que la tomaban de las manos y era libre. Inuyasha le estaba cortando las sogas, Kagome iba a agradecerle pero él le agarró amabas manos, la acostó sobre su cama y colocó sus manos al costado de su cabeza. Él estaba sobre ella, Kagome estaba nerviosa.

    -Shh… ¿cómo te voy a hacer gozar si tenés las manos atadas?-comenzó a besarle el cuello, Kagome estaba totalmente colorada al escuchar esas palabras y además se estaba quemando por dentro, pensar que sólo recibió unos fugaces besos en su cuello. Inuyasha paró y fijó su dorada mirada en la de ella. Se fue acercando a su boca y la beso, primero fue un roce, luego le mordió el labio inferior, y para terminar se apoderó de sus dos labios.

    Inuyasha colocó las manos en sus mejillas profundizando el beso, Kagome no se quedó atrás, con sus brazos rodeó el cuello y lo besó más apasionadamente.

    Definitivamente Kagome e Inuyasha estaban comenzando algo… pero no algo de una sola noche…tal vez algo que duraría por el resto de sus vidas.

    Continuará…
     
  11.  
    Anniheri

    Anniheri Usuario común

    Aries
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    hola
    q ermoso cap^^
    inuyasha la beso
    no lo puedo creer
    y va a hacerla suya por q kagome acepto
    q lindo^^
    y rin conocio a sesshomaru
    aunq definitivamente sus personalidades no se parecen en nada

    bueno quiero conti
    bye
     
  12.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Cuanto sufrimiento tiene que sentir Kagome, y ese Bankotsu, tanto odio que le guarda y no le importa nada.
    Un capítulo muy bonito.
    Me dejaste intrigada con el sueño, claro ese era tu plan.
    No resaltaré nada en cuanto a la forma del relato, ni las faltas ni nada porque no noté ninguna, me gustó el modo en que lo escribiste y no tengo comentarios hacía eso.
    Lo único que voy a decirte es que lo sigas lo antes posible.


    Hasta el siguiente capítulo.
     
  13.  
    Krisst

    Krisst Guest

    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    de veras q te esta quedando super
    mega bien
    en serio me gusta mucho
    además InuYasha super mega pervertido el tipo eh?
    hijole....
    luego seshomaru...
    no manches que par de morbosos
    clro son familia
    y para acabarla los muy sinicos niegan q se pareces
    hahaha
    bueno te quedo muy padre enserio...
    espero con ansias la conti...
    bye nos vemos luego
    besos
     
  14.  
    Lia Sango

    Lia Sango Entusiasta

    Tauro
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Bueno, simplemente les dejo este mensaje para comuinicarles que el lemon está en mi blog.
    A los que no les agrade el lemon, pueden no leerlo, total no perderán parte de la historia para nada. Uno puede tranquilamente leer el segundo capítulo y después leer el cuarto, no hay problema. Como son dos capítulos seguidos puede que tarde un poco más en publicar el siguiente pero bueno, simplemente aviso.
    Espero les agrade el lemon, me alegro que ya 14 personas hayan votado en la encuesta. Gracias a todos por los mensajes.

    Nos vemos o nos leemos =)

    Lía_Sango
     
  15.  
    bettytoon

    bettytoon Iniciado

    Libra
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    que excitante y hermoso lemon...que lindo se estan enamorando...ahh amor a primera vista...sigue adelante ciao y besos...suerte
     
  16.  
    Maritza Chan

    Maritza Chan Fanático

    Sagitario
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    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... Que bien que has
    vuelto a publicar tú fic, Lia *-*
    me encanto los dos capitulos,
    quiero pegar a Ban por tratar
    asi a Kagome :mad: claro que a
    Naraku tbm y que decir de la
    mamá de Kagome u.u, continua
    adelante, muchas felicidades,
    cuidate.
    P.D. Gracias por avisarme ^^
     
  17.  
    mailen

    mailen Entusiasta

    Géminis
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    62
    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Me acabo de leer los dos capítulos de tu fic (y obviamente el lemon, jeje) y me encantó!

    Es original la idea que se te ocurrió. ¡Te felicito! Quiero ver como sigue esta historia.

    Nos vemos y espero pronto leer la conti ;)

    ♥ mailen ♥
     
  18.  
    Lia Sango

    Lia Sango Entusiasta

    Tauro
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    29 Diciembre 2006
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Sacrificada por ser virgen [InuxKag]
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    3994
    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Aquí una nueva entrega del fic "Sacrificada por ser virgen". Me alegra mucho que con tan solo 3 capítulos, ya 20 personas lo hayan leído. Y aunque me digan que es poco, para mí es mucho porque quiere decir que a 20 personas les gustó mi historia y mis ideas. Este capítulo, por mi parte, es uno de los que más me gusta por ahora. Desde ya muchas gracias y espero que disfruten leyendolo tanto como disfruté al escribirlo.



    Sacrificada por ser virgen.


    Quemándome con el calor del infierno




    Kagome despertó al día siguiente con las manos atadas, ¿habría sido todo un sueño? Estaba vestida, con las manos atadas y tapada, como si se hubiera acostado a dormir. Al destaparse, pudo ver en la sábana que tenía unas manchas de sangre...sí, eso NO había sido un sueño.

    Se quedó pensativa mirando el techo durante un tiempo, las imágenes inundaban su mente de manera sucesiva, sin poder evitar sonrojarse de vez en cuando recordando todo lo sucedido hace unas horas.

    De pronto sintió un ruido en el pasillo, era los pasos de alguien que se acercaba. Lo sentía, era Bankotzu, estaba dispuesta a encontrarse con su horrible cara y su permanente desprecio. Volvió a escuchar un ruido, esta vez fue el ruido de unas llaves introduciéndose en el cerrojo de la puerta, permitiendo que ésta se abra.

    La puerta se abrió y sus sospechas se confirmaron, del otro lado de la puerta se encontraba Bankotzu, mirándola con una cara llena de odio, repugnancia y cierta diversión por ser él el macho alfa que la “dominaba” en cierta manera.

    — A ver, a ver... ¿a quién tenemos aquí? — Sonriendo con malicia.

    Kagome se limitó a mirarlo de reojo, ese hombre no se merecía ni que lo mirara a los ojos.

    Bankotzu se le acercó amenazadoramente — ¡A mi se me mira cuando yo hablo! — tomándola de los brazos y sacudiéndola bruscamente.

    Kagome reprimió un suspiro, ni siquiera reaccionó ante tal agresión, lo único que se limitó a decir fue: — Quiero... hablar con Naraku... a solas... —

    Bankotzu se sorprendió al notar la manera en que lo ignoraba, por más que la amenazara, la sacudiera, la abofeteara... Kagome, esa insolente niña, no se ponía a sus pies por nada.

    — Después de comer hablarás con él — fue lo único que dijo, no quería hacerla hablar porque sabía que cualquier respuesta lo enardecería más y haría que la golpeara de tal manera que Naraku lo encerraría en un calabozo de por vida...

    Bankotzu abrió la puerta y dijo por lo bajo — Si quieres comer, sígueme —

    Kagome supo que tenía que seguirlo, estaba muerta de hambre; Parece que tanto ejercicio con Inuyasha le había dado hambre. Después de muchos días, sin la necesidad de que Inuyasha estuviera al lado de ella, sonrió de felicidad, al recordar que por fin podría salir de aquel horrible lugar.

    Luego de bajar las escaleras, Kagome pudo mirar a Rin por primera vez desde lo sucedido el día de ayer y tenía un aspecto nuevo, algo en ella se notaba distinto... ¿Acaso también ella...? No, imposible. Aunque si uno le hubiera dicho hace una semana que ella terminaría perdiendo su virginidad con un extraño... ella no lo hubiera creído.

    Bankotzu de mala gana se acercó con un cuchillo y cortó la soga que le ataba las manos para que pudiera comer sin que dependiera de él.

    La comida pasó sin ningún acontecimiento en especial. Ambas comieron muertas hambre, cosa que hizo que las sospechas de Kagome se hicieran realidad. Algo le decía que Rin... no era más virgen.


    De pronto apareció un hombre, saliendo del despacho de Naraku llamando por su nombre a Kagome.
    Kagome Higurashi... El señor Naraku cumplirá con sus deseos de entablar una conversación con él. — y dicho eso, el hombre dio media vuelta y se retiró.

    Esa era la segunda vez que Kagome veía a ese hombre y había algo en él que le hacía recordar a Bankotzu, pero había una gran diferencia. Bankotzu tenía una cabellera larga y negra como la noche, en cambio ese hombre no tenía cabello alguno y lo ocultaba con un pañuelo atado a su cabeza. En lo único que compartían de familiar con Bankotzu era que ninguno de los dos le provocaban simpatía.

    Kagome se paró de un salto de la silla en la cual se encontraba y fue corriendo hacia el despacho de Naraku. Cuando cruzó el umbral, pudo observar una gran cantidad de lujo, pero no se quiso detener a mirarlo detalladamente porque no estaba para ese tipo de cosas en ese momento, estaba para aclarar un malentendido y arruinarle las intenciones a Naraku, quería ser libre y poder ver a Sango, contarle todo y si era posible, abrazar a Inuyasha y poder pasar el resto de su vida con él...

    De un momento a otro se quedó helada, ¿pasar el resto de su vida con él? ¿De dónde había salido tal sentimiento? ¿Era posible que se haya enamorado de él en tan poco tiempo? Miles de preguntas rondaban su cerebro hasta que una voz áspera y profunda la despertó de sus pensamientos.

    — ¿Qué quería discutir conmigo, Señorita Kagome? — preguntó Naraku, sentado en un gran sillón, que tenía tallado en la parte superior del respaldo la cabeza de un mandril.

    — Este... yo le quería decir que... yo... ya no le sirvo más... — le costaba demasiado pronunciar esas palabras sabiendo la connotación que éstas tenían.

    — ¿A qué se refiere con que no me sirve más? — volvió a preguntar, pero está vez con un tono de interés en su voz.

    —Es que... este... usted necesita para sacrificar a una virgen y yo... yo... ya no soy más una... yo ya he... este... yo ya... no soy más virgen. — Sentenció de una manera firme, tratando de oponer resistencia a la mirada incrédula que proporcionaba Naraku — Por eso yo ya no le sirvo más...

    Kagome estaba preparada para cualquiera reacción de parte de Naraku menos esa... estaba preparada para la violencia, la ira, la desesperación, la tristeza, pero no para la... ¿risa?
    Sí, Naraku había comenzado a reírse de manera enfermiza mirándola sin creérselo.

    —A ver niña... y ¿cómo fue que perdiste tu virginidad? ¿Un hombre extraño entró por la ventana y te la quitó? Jajaja, por favor, no me hagas reir, creí que era para algo más serio por lo que querías hablar conmigo... —

    Kagome se quedó helada, petrificada, no esperaba que no se la creyera, y ¿qué le iba a decir? ¿Le iba decir que tenía razón, que un hombre extraño le quitó la virginidad de la manera más apasionadamente y hermosa que pudiera existir? – Pero... señor... yo... —

    —Además — pronunció Naraku poniéndose serio — ¿pensabas que te iba a dejar morir virgen? Siendo tan hermosa, voluptuosa, irresistible, tentadora... ¿ibas a morirte sin gozar? —Acorralándola a Kagome contra la biblioteca, haciendo caer algunos libros — Kagome, ¿acaso crees en Midoriko? ¿No te das cuenta que es todo una mentira para que la gente nos de dinero? No hay mejor manera de controlar al pueblo que el miedo, la gente cuando tiene miedo es mucho más fácil de manipular, de controlar...—

    Kagome estaba asustada, demasiado asustada, no entendía qué era lo que le estaban diciendo ese horrible hombre, acaso... ¿él tenía planeado abusar de ella? ¿De Rin y de ella?

    —Pero... Midoriko... va a seguir enojada con nosotros... —

    Ese hombre volvió a reir — Kagome, Kagome, Kagome... ¿es que no entiendes? ¿Todavía no te imaginas cuál es el séptimo paso previo a ser sacrificada? — mientras llevaba una de sus manos hasta el muslo de la chica. — ¿Ni siquiera te lo llegas a imaginar? — Comenzando a acariciarle el muslo de una manera que a ella le causaba repugnancia.

    Kagome estaba petrificada contra la biblioteca, tratando de asimilar toda la información que había recibido: no existía Midoriko, lo que había hecho con Inuyasha no tenía significado pero... ¿por qué no se arrepentía? Y además... Naraku tenía otros planes para con ella.

    De pronto sintió cómo le levantaba la falda. — ¡Maldito! — gritó al reaccionar y darse cuenta de lo que sucedía. — ¡Eres repugnante! — Y dicho esto le proporcionó una cachetada en la cara.

    Naraku luego de recibir el golpe, tomó a Kagome por ambas manos y la golpeó contra la biblioteca — ¡Maldita hija de perra! Vuelves a hacer eso y te juro que te tiro al pozo sin preparación previa. ¡De mí depende tu vida, no juegues con fuego porque te vas a quemar!— volviéndola a golpear contra la biblioteca.

    Kagome no sentía sus manos por la presión que Naraku ejercía en ellas, reprimiendo un grito de dolor cerró los ojos y en ese preciso momento sintió que unos labios ásperos y bruscos se posaban en su boca. Kagome apretó los labios resistiéndose al beso y en cuanto tuvo la oportunidad le mordió el labio inferior.

    Naraku la tomó por ambos brazos y la arrojó al suelo, mientras Kagome trataba de recobrarse del shock, sintió una patada en el estómago, haciéndola gritar de dolor.

    —Si eso te dolió no te atrevas a desafiarme de nuevo porque ahí sí vas a saber lo que en realidad es dolor. — Dicho eso abrió la puerta de su despacho y con vos fría dijo — Retírate de mi vista, hoy te espera un día no muy lindo

    Kagome se levantó, con el orgullo herido y muy dolorida pero sin producir quejido alguno. Nunca le iba a demostrar a Naraku cuánto le dolían sus golpes.

    Bankotzu, en cuanto Kagome salió del despacho, se dirigió hacia ella y le ató las manos, Kagome estaba tan adolorida que no tenía fuerzas ni para quejarse.

    Al terminar de atarle las manos, Bankotzu la obligó a caminar hasta un caballo que la llevaría hasta el centro del pueblo.


    En el pueblo, Inuyasha andaba rodando por la feria, comprando alimentos y alguna que otra cosa. Estaba muriéndose de calor, el sol estaba horrible, incluso podía ver a todas las mujeres y los niños tapándose las cabezas y a algunos hombres muertos en la calle ya que el calor había acabado con ellos.

    —Escuché que hoy es el día del infierno para la virgen que van a sacrificar — le comentaba una mujer a un hombre que vendía fruta. — Dicen que la pondrán en una jaula a que sufra el mismo calor del infierno. Para entender lo que es el cielo, tienes que entender lo que es el infierno. No quisiera ser ella en este mismo día. Estoy segura que morirá —

    Inuyasha sin poder soportarlo más se acercó a la mujer y le preguntó: — Perdone mi intromisión señora pero... ¿no escuchó ningún rumor de que hubo un error y que una de las muchachas no resultaba ser virgen? — estaba deseoso de escuchar un “sí” de esa señora pero todo lo que obtuvo fue una rotunda negativa.

    —No muchacho, ¿estás ciego? Mira... — Señalando con el dedo un caballo que se acercaba a toda rapidez hacia el centro de la feria, depositando a una mujer, esperen... esa mujer era... ¿Kagome?

    Kagome al bajar del caballo se enganchó la parte trasera de sus ropas y estas se desgarraron, dejando su espalda descubierta, en ese momento no lo pensó pero en el futuro iba a afectar gravemente su estado.

    — A ver mocosa, te quedarás bajo el sol hasta que éste se ponga, toda la gente pasará, podrá escupirte, hablarte... es no importa, pero yo — Mirándola de una manera amenazadora — Yo estaré mirándote desde esa esquina, viendo que no quieras escapar. — señalando una esquina que estaba cubierta de sombra.

    La soltaron y la metieron en una jaula. Inuyasha que miraba todo esto de lejos no lo podía creer, ¡la estaba maltratando como a un animal!

    En cuanto ese hombre de trenza se alejó de ella, Inuyasha salió corriendo para estar cerca de ella, necesitaba verla, hablarle, preguntarle cómo estaba. Cuando se acercó... ¿Kagome estaba llorando?

    Kagome... — Susurró Inuyasha — Kagome...—

    Kagome levantó la vista del suelo y las vio... esas dos orbes doradas que tanto estaba extrañando.

    — Inuyasha... — dijo apenas en un susurro — Lo que hicimos... no... No sirvió — dijo en un sollozo — Inclusive Naraku... Naraku quiere... A Naraku no le importó que yo no sea virgen porque sus planes finales eran... — Tomando una bocanada de aire — Antes de tirarme al pozo sus planes eran... — Tragando fuertemente — violarme.

    Inuyasha al escuchar eso se quedó helado, tendría que sacarla de ahí de otra manera, no podría hacerlo ahora porque sería demasiado obvio. Necesitaba abrazarla, consolarla y limpiarle esas lágrimas de su hermoso rostro.

    — Entonces lo que hicimos no sirvió para nada... — repitió las palabras que había pronunciado la muchacha, sentía que cada sílaba que decía, era un puñal que se le clavaba en el corazón. Pero... ¿Por qué le dolía tanto que ella solo lo mirara como una vía de escape? – Lamento haberte hecho pasar por tanto sacrificio por nada — se levantó de al lado de la jaula y estaba dispuesto a marcharse hasta que sintió una mano que se aferraba al pantalón que él llevaba puesto.

    —Inuyasha... — dijo apenándose por lo que estaba por decir — quiero que sepas que no me arrepiento de nada de lo que hice y que... lo que hicimos no tuvo nada de parecido a un sacrificio —sin darse cuenta estaba más colorada de lo que debería estar por el calor del sol. Sentía calor... pero no era el calor correspondiente a un día soleado.

    Al escuchar esas palabras, una parte de su ser se sintió aliviado. Ella no lo estaba despreciando, al contrario... lo estaba ¿aceptando?

    — Pequeña iré a buscar agua, como no quiero que mueras te mantendré hidratada, supongo que estarás muerta de sed... –levantándose para ir en busca de agua para ambos, iba a ser un día muy largo y caluroso. Él lo resistiría porque su piel estaba curtida por el sol, pero estaba asustado por ella ya que su piel parecía tan blanca y tan pura... no podía apartar la vista de ella, era como mirar la blanca y fría nieve que siempre queda sobre la copa de los árboles luego de un tormenta... tan parecida a ella... Sacudió la cabeza tratando de borrar esos horribles recuerdos que atacaban su mente. —Son cosas del pasado y ahí deben quedarse — se repitió a sí mismo.

    Caminó unos pasos hasta llegar a un río cercano, se encontraba aproximadamente a unos 500 pasos de donde estaba Kagome. Tomó un poco de agua, se mojó la cara, la nuca y guardó un poco de agua para Kagome en un vaso.

    Cuando volvió Kagome había cerrado sus ojos, parecía que el calor ya había causado algún efecto sobre ella.

    — Aquí tienes — le dijo mientras le alcanzaba el vaso de agua entre los barrotes — no está muy fresca pero algo es algo...

    —Gracias Inuyasha... gracias por todo lo que estás haciendo por mi — tragándose de una el vaso de agua que inuyasha le había alcanzado. — ¿Te puedo hacer una pregunta? — Le inquirió de manera impulsiva, necesitaba saberlo, no lo entendía y lo peor de todo es que no entenderlo le producía más confusión de la que ya tenía.

    — Claro Kagome... ¿qué deseas saber? — le había sorprendido la forma en la que ésta se lo preguntó. Como si estuviera escupiendo algo que tenía hace ya mucho tiempo en la boca. No, en la boca no, más específicamente en la punta de la lengua. Estaba bastante intrigado con saber qué le iba a preguntar.

    — Inuyasha... ¿por qué hacés todo esto por mí? No me conocías y repentinamente decidiste... ayudarme. Nunca me habías hablado y un día apareciste...— dijo casi susurrándolo — en mi ventana y... bueno... el resto es historia— poniéndose colorada.

    Inuyasha no se esperaba esa pregunta, fue un golpe extraño. De pronto miles de recuerdos vinieron a su mente.

    &&&&Flash back&&&&

    — Ella puso veneno en el vino... ten cuidado. Te aconsejo que tomes del vaso de agua— le aconsejó un hombre, con voz ronca y áspera, susurraba mientras miraba hacia la cocina, donde la mujer cocinaba.

    — Pero... ¿cómo pudo?— miles de preguntas venían a su mente ¿ella? ¿Matarlo? ¿Por qué?

    — Me dijeron que su amante la está obligando, quieren quedarse con su fortuna. Simplemente yo le advierto amo— dijo haciendo una reverencia exagerada.

    Seguía en su mundo, pensando en cómo la mujer que él amaba lo podía traicionar así.

    De pronto miró hacia el umbral de la cocina y la miró. Estaba parada con una olla llena de comida, pero algo había cambiado en su mirada. ¿Estaba triste? No entendía... él tendría que ser el que estaba triste, no ella.

    &&&&Fin del flash back&&&&

    Inuyasha estaba viviendo ese momento demasiado real, tenía ganas de llorar. Se dejó traicionar y todo había terminado de esa manera. Instintivamente se llevó la mano al brazo, recordando con demasiado dolor.

    &&&&Flash back&&&&

    — ¿¡Cómo pudiste!?— tomando el cuchillo que estaba utilizando para cortar su cena, rápidamente se acercó a él e intentó clavarle el objeto en su corazón, pero Inuyasha fue más rápido y lo único que pudo hacer fue anteponer su brazo izquierdo para proteger su preciado órgano vital, que ya estaba demasiado dañado para recibir otra herida más.

    Pudo sentir un dolor desgarrador en el brazo, aunque nada se comparaba con lo que estaba sintiendo al saber que la mujer que amaba lo había intentado matar dos veces ya.

    De pronto la vio, más pálida de lo común y sosteniéndose el pecho, respiraba agitada. Rendida se arrodilló en el piso y comenzó a llorar.

    — ¿Kikyou? ¿Por qué lloras? — decía Inuyasha, agachándose, estaba desangrándose, la sangre corría por su brazo sin frenarse pero no podía soportar ver a una mujer llorar.

    — ¿¡No te bastó con poner veneno en el vino!? ¿¡Tenías que ponerlo en el agua por si alguien me alertaba!? – comenzó a toser, se sentía realmente mal. — Te odio... ¡todo porque estabas con Tsubaki! ¿Ella te dijo que hicieras esto, no? ¡Malditaa! ¿Se burlaban los dos de mí mientras yo me entregaba a vos ciegamente? —seguía tosiendo, podía sentir como la vida se le escapaba, era imposible retenerla, se le escapaba de las manos como el agua.

    — ¿¡Kikyou!? ¿De qué estás hablando? Si yo... no hice... — sentía que le bajaba la presión, la falta de sangre comenzaba a hacerle efecto, era una carrera contra el tiempo, debía apresurarse.

    —Esperaba a cualquiera capaz de esto... pero no esperaba que vos lo hicieras... Me dolió demasiado enterarme que ibas a intentar matarme colocando veneno en mi bebida y que salías con Tsubaki... ¡salías con ella mientras vos salías conmigo! —lloraba, no veía nada, escuchaba las voces lejos, su hora estaba llegando.

    — ¿Por qué me apuñalaste Kikyou? ¿Por qué querías matarme?— esto cada vez era más confuso. Se estaban por casar en unos días. Su felicidad se había arruinado en segundos... no lo podía creer.

    —Inuyasha... ¿por qué... me envenenaste? — dijo en sus últimas palabras — yo te... amaba... yo... aún te...— en ese momento dejó de respirar, un leve suspiro se llevó su alma e Inuyasha sintió que el peso del cuerpo de Kikyou que llevaba en sus brazos se hizo más pesado. Kikyou se había ido. No lo podía creer, la luz de su vida se había extinguido. Pero... ¿quién le había dicho a ella que él la había envenenado? Todo esto era muy extraño. De pronto entró Myoga, un hombre que era muy amigo del padre de Inuyasha, que al ver el estado de ambos, bañados en sangre y Kikyou tendida en el suelo, lo primero que hizo fue salir corriendo a llamar a un médico.


    En un lugar muy remoto, en medio de un bosque, montado a un caballo, un hombre de oscura cabellera sonreía con malicia. A este ritmo ya los dos deberían haber muerto.

    &&&& Fin del flash back &&&&

    Kagome podía observar el dolor en el rostro de Inuyasha. Estaba recordando algo doloroso seguramente, se sostenía el brazo izquierdo. Ahora que lo recordaba, cuando lo vio desnudo notó que en su brazo había una horrenda cicatriz que debió haberle dolido mucho, de pronto sintió que Inuyasha volvía en sí y la miraba de manera extraña.

    — Inuyasha... –susurró. — ¿Por qué me ayudas sin razón? ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? — Quería seguir hablando pero Inuyasha la interrumpió. — ¿Estás bien? — notaba que estaba extraño.

    — Hay una razón por la cual te ayudo... todo, absolutamente todo... lo sabrás pronto, lo prometo...— dijo serio. — Estoy bien... no te preocupes, fue solo un mal recuerdo... —

    Kagome trató de hacer como si no le importara seguir escuchado, trató de mostrar indiferencia, pero no pudo. Algo en su mirada le decía que ese hombre ocultaba algo. Que Inuyasha era un hombre misterioso... pero que podía confiar en él.

    Continuará...


    Espero les haya gustado.

    Lía_Sango
     
  19.  
    LëT@

    LëT@ Entusiasta

    Acuario
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    22 Enero 2007
    Mensajes:
    59
    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Hola!!!

    Hacia mucho tiempo que no me pasaba por el foro porque no tenia tiempo y acabo de leer tu hitoria. Es genial!!!
    Espero que la continues cuanto antes y, aunque no te ponga ningun comentario, que sepas que la continuare leyendo cuando pueda, de acuerdo?

    Besos y hasta pronto!!!
     
  20.  
    mailen

    mailen Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    25 Septiembre 2008
    Mensajes:
    62
    Re: Sacrificada por ser virgen [InuxKag]

    Te quedó genial la continaución. ¡Demasiado buena!

    Me encantó que pusieras algunos hechos parecidos a los de la serie, como la muerte de Kikyo. Muy buen detalle ;)

    Ese Naraku.. es un Hijo de la re mil %$&%$&

    Espero que la continuación, eh!

    Besos

    ♥ mailen ♥
     

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