Al Oeste: Sede del Gran Campeonato Al final: Faro del Descubrimiento Aquella Ruta, la Ruta 315, era la última ruta de la Región. Situada en el extremo más al este, es un camino largo, recto, lleno de flores, piedras extrañas y pequeños estanques, tierra, árboles, arbustos, y montones de lugares que fomentan la gran variedad de ecosistemas apropiados para garantizar la vida de multitud de pokémon diferentes. Al final de la ruta, un risco espera, un acantilado con vistas al vasto mar. En ese extremo, hay muchísimas flores, un campo de flores particularmente bello que desprende una energía extraña. Junto a dicho campo de flores, el gran Faro del Descubrimiento se alza, imponente. Hace algunos años estaba activo, aunque ahora no es más que un lugar vacío, monumento clave de Galeia. ¿Hm? ¿Acaso hay... alguien inconsciente sobre el campo de flores? Dado de 15 caras: 1- Exeggcute 2- Tyrogue 3-Hoppip 4- Cherubi 5- Cleffa 6- Joltik 7- Gulpin 8- Wynaut 9- Croagunk 10- Pansear 11- Panpour 12- Pansage 13- Elgyem 14- Dwebble 15- Snubbull No hay requisitos para salir de esta Ruta. 8 posts para llegar al faro y al extremo final de la Ruta.
El camino hacia el faro lucía como un alegre campo de flores salvajes… me recordó un poco a la ruta que había cruzado de camino a la sede en compañía de Mimi y Emily, aquella donde, sin que los supiéramos, se encontraba cantando Meloetta, escondida entre la vegetación. Sintiéndome un poco sola en aquel alegre paisaje, sin compañía alguna, decidí sacar a Marowak de su pokebola. El pokémon tipo tierra hizo girar su hueso boomerang en sus manos un poco al salir, y luego reanudamos la marcha. Era un camino pacífico y lleno de verde… vimos a varios pokémon salvajes que correteaban alegremente por allí. —¿Maro? —me llamó el pokémon, deteniéndose de repente. —¿Sucede algo, Marowak? —le pregunté, deteniéndome también. —¡Maro Marowak! Tras soltar aquella exclamación, Marowak apuntó al frente con su hueso, a lo que parecía ser un campo de flores. Y algo… ¿acaso había alguien inconsciente tirado allí? ¿Era cierto lo que me mostraban mis ojos? Debía… debía acercarme a ver si estaba bien, ¿no? Contenido oculto GalladeLucario nose si tengo que llegar a los 8 posts antes o no, si tengo que hacerlo me avisas, pero sino bueno… i'm here (?
—¿Crees que deberíamos acercarnos a ver qué sucede, Marowak? —le consulté al pokémon, dubitativa. —Maro —replicó el tipo tierra como toda respuesta, asintiendo con la cabeza. Suspiré; realmente quería ir directamente hacia el faro, pero no parecía que tuviese otra opción. Además, probablemente luego me quedaría pensando en qué le sucedía a aquel sujeto y en que quizás debería haberle ayudado… así que resolví comenzar a caminar en dirección al campo de flores. [2/8]
Mientras comenzaba a caminar a través del prado, recordé algo; cuando había partido del Pueblo Pincel, no había visto a nadie más. Probablemente por la hora en la que terminó la batalla contra Drake, ya todos se habían marchado a dormir, pues el combate no concluyó hasta bien entrada la noche… Ni Mimi, ni Emily, ni Hubert, que habían partido junto conmigo y Drake de la Isla del Triunfo, se hallaban dentro del centro pokémon cuando estuve ahí. Ni tampoco Dante y la chica de pelo de distintos colores que lo acompañaba, a quienes nos habíamos encontrado en la cafetería del centro pokémon, momentos antes de que comenzara la batalla pokémon contra Drake. Quizás… quizás debería enviarles mensajes para avisar y que no pensaran que simplemente desaparecí, ¿verdad? Me detuve en seco y saqué mi Holomisor. [3/8]
"Emily ¿cómo estás? No te vi después de que llegamos al Pueblo Pincel… espero que bien. Yo actualmente me encuentro viajando… dejé el pueblo y ahora me encuentro por la sede del Gran Campeonato. Me estoy dirigiendo hacia el Faro de Descubrimiento, pues es un área de la región que aún no he explorado y me da curiosidad ver que encontraré allí… creí que, como compañera de viaje, al menos debía avisarte. ¡Eres libre de unírteme si quieres! Actualmente estoy en la Ruta 315, un poco más adelante de la sede… tal vez nos veamos, o sino ya te contaré de lo que hay en el faro cuando nos veamos luego, ¿no? Effy." Hmm… sí, me parecía que había quedado bien. Tras terminar con el mensaje para Emily y enviárselo, resolví proceder a seguir con los demás mensajes pendientes…
"Mimi , ¿cómo estás? Ya que no te vi desde que nos encontrábamos en Pueblo Pincel y no se si aún te encuentras con Emily o no, creí que debía avisarte por aquí. Tuve que dejar el pueblo tras mi combate contra Drake, actualmente estoy de viaje… vine hacia la sede del Gran Campeonato, y la dejé atrás para dirigirme hacia el Faro de Descubrimiento, lugar a donde me dirijo actualmente mientras hablamos. Hay algo misterioso acerca de aquel lugar… y como compañeras de viaje, pensé que debía contártelo. ¡Tal vez hasta puedes venirte y unirte a la exploración de ese lugar si quieres! Me encuentro en la Ruta 315 por si quieres, apenas pasando la sede… y sino, bueno, ya te contaré luego lo que encuentro allá. Effy." Había quedado algo más extenso de lo que creí que sería el mensaje. No pude evitar sonreír con algo de nostalgia; realmente nuestra relación había cambiado mucho desde nuestro primer encuentro, ¿no? Sin esperar mucho más, envié el mensaje. [5/8]
Emily Hodges [1/8] Y ahí estábamos, en la Ruta 315, la última de Galeia. ¿Quién lo diría? Yo, la pequeña Emily que no podía hacer nada sin el consentimiento de su madre, llegando al final de la región. Se sentía... realmente bien. Solté la mano del chico y, cerrando los ojos, me estiré para recibir el aire freso por todo mi cuerpo, respirando hondo. —Este lugar es muy bonito, me gustan las flores... —murmuré, agachándome para mirar algunas de las plantas que decoraban el lugar. Poco después me puse en pie de un salto. >>Effy no debe estar lejos, ¡vamos! —dije con ánimo, deseosa tanto de ver a la chica como de conocer qué más escondía aquel misterioso lugar. Contenido oculto Jo, jo, jo, la desesperación (? @BrunoEVF
Aún me quedaba un mensaje más por enviar, tenía que enviarle mensaje a Hubert. A pesar de que habíamos pasado últimamente mucho tiempo juntos, realmente no había sido tiempo juntos, puesto que realmente habíamos estado combatiendo e intentando sobrevivir todo el tiempo. Entonces… ¿qué debía decirle? ¿Debía invitarle a venir al faro también, o quedar con encontrarme con él luego de ello? —Maldición, no soy buena para estas cosas… —musité, soltando un suspiro—. Ojalá Emily estuviese por aquí, ella sabría que debería decir… ¿hm? En aquel momento, noté que mi Holomisor se encendía. Aparentemente, había recibido un nuevo mensaje… ¿de parte de Mimi? ¡Esa sí que era una respuesta rápida! Veamos que tenía la Honda para decir… [6/8]
Hubert [1/8] Me complacía ver que Emily tenía la misma ansiedad que yo por conocer esta zona inexplorada de la región. Cuando admití que prefería volar a aceptar el desafío de la Calle Victoria me sentí algo avergonzado, pues sentía que me correspondía como entrenador. Pero al final, apenas aterrizamos en la Sede del Gran Campeonato, apenas tuve tiempo de admirar todos los Edificios Batallas y la arquitectura en general del lugar, pues mi amiga tomó mi mano para llevarme con ella hasta la Ruta 315, en el extremo Este de Galeia. Un camino con un paisaje muy tranquilizante. Sentir este aire fresco en mis pulmones era sumamente gratificante. Pero más importante: Effy estaba por aquí. Mi corazón estuvo acelerado desde que Emily pronunció su nombre en la Sede. Emily había dicho: “Effy también ha pensado como tú” . ¿Se podía considerar esta esta similitud de ideas como algo romántico? Tuve que hacer como que me interesaba por los estanques, ya que me había ruborizado un poco ante la sola idea. —Te sigo —le dije a Emily, yendo tras ella. Serperior aprovechó la ocasión para salir de su pokébola (a donde lo había regresado antes de partir) y, como siempre, se puso a mi lado.
Effy, está muy bien que quieras avisarme… Pero ¿cómo rayos esperas que vaya allá? ¿Acaso olvidas que no tengo aún la MO vuelo? Quizás podría acercarme con Raiden, aunque no estoy segura. O podría pedirle a Emily, pero no he vuelto a verla desde la discusión que tuve con Dante anoche... ¿le mandaste el mensaje también? ¿Está bien? No parecía estar demasiado bien… Era un mensaje de voz, y escuché las palabras de la Honda atentamente. ¿Discusión con Dante? ¿Mimi había discutido con Dante, o acaso él tuvo una discusión con Emily? Cuando los dejé en la cafetería, a pesar de la tensión, no me pareció un clima hostil… ¿quizás debería hablar con Emily y averiguar como estaba primero antes de seguir camino? >>... T-trataré de ir, pero no prometo nada. ¡En cualquier caso, podrías haber avisado antes! Hubiera sido mucho más sencillo para mí de esa forma. No creo que lo que encontremos en ese faro— si es que encontramos algo— sea peor que todo este asunto de Kappa... Aunque me da mala espina. Ah, tienes que contarme como fue el combate contra Drake. ¡Debes tener muy presente que solo tienes permitido perder contra mi! ¡No lo olvides! Mimi. No pude evitar reír. ¡Era tan típico de ella! Una parte de mi deseaba refregarle en la cara que jamás había podido vencerme en batalla… en el pasado lo habría hecho sin dudarlo. Pero simplemente tomé una bocanada de aire y me dispuse a responder a lo que me decía la muchacha de rubia cabellera con otro mensaje más. " Mimi, no sabía que no habías obtenido la MO Vuelo. Si te interesa buscarla, podrás encontrarla en las ruinas de Pueblo Brocha, al norte de la Pradera Arte. La encontrarás entre las ruinas de la farmacia… si te interesa buscarla, claro. Sino, si quieres, puedo enviar a Skarmory por ti; sólo dime si aún te encuentras en Pueblo Pincel o has partido ya hacia otro lugar. Le mandé mensaje a Emily también; aún no me ha contestado, espero que se encuentre bien. Te haré saber como está en cuanto tenga respuesta. Y no te preocupes… lo tengo bien presente, de modo que no tienes de qué preocuparte; por fortuna, pudimos salir victoriosos del encuentro. ¡Nos vemos pronto, hasta luego! Effy."
Emily Hodges [2/8] Miré al chico con una sonrisa mientras avanzábamos, llevando mis manos a la espalda para entrelazar los dedos. —Esto, Hubert... Si quieres, cuando veamos a Effy, yo me alejo un rato. Quiero decir, para que no os sintáis incómodos en el encuentro o algo así —dije, todo lo seria que pude estar, aunque realmente deseaba reírme bastante por la situación. Miré al pokémon inicial del chico, Serperior, y le sonreí de forma cómplice.
—¡Maro Marowak! La exclamación por parte del pokémon tipo tierra hizo que levantara la vista del Holomisor. Sin siquiera darme cuenta, ya había llegado a encontrarme a unos pocos pasos de la entrada del faro… y junto al propio faro, por supuesto, se encontraba aquel bello campo de flores donde Marowak había identificado, a lo lejos, a una cosa tirada que parecía ser una persona. Recordando inmediatamente que había decidido acercarme a ver si aquella persona se encontraba bien, caminé lentamente hasta el campo de flores y me acerqué al fin. Estaba… esa persona estaba nada más inconsciente, ¿verdad? —Ehm, ¿hola? ¿Te encuentras bien? —musité, acercándome despacio. Contenido oculto [8/8] ¡Ahora sí! GalladeLucario :D
El hombre llevaba unas ropas extrañísimas, vestido con una especie de corona que parecía ser un coral, llevaba pulseras y un collar con conchas, estaba descamisado y en las partes bajas llevaba, empapado, un pantalón ancho, de color azul marino y que ocupaba hasta sus pies, también descalzos. Llevaba un tatuaje muy extraño, que lucía ser una especie de dragón con cola de sirena o algo similar, en el costado derecho. Junto a él había una bolsa, llena hasta arriba de pokéballs. Al llamarlo Effy, el hombre reaccionó, y tardó unos segundos en darse cuenta de la situación. Se exaltó mucho, retrocediendo un poco. —Y'pyotek?! Lyotek M'ioli? —pronunció, en un idioma que le era total y absolutamente ininteligible a Effy, asustado. Tras eso, miró a ambos lados, y, preocupado, se levantó de un salto y corrió hasta el borde del acantilado, asomándose abajo. Miró a Effy y pareció pedirle ayuda—. Namm! Y'kusa-Flygon! H'hoki kusa! No sabía muy bien qué estaba diciendo, pero sí que pudo entender una de las palabras que el hombre decía... en cualquier caso, cuando se asomó también ella al borde del acantilado pudo observar, sobre las rocas que había al fondo, a un pokémon de color azul intenso y bastante grande y alargado, con alas. ¿Qué pokémon era ese? ¿Debería Effy ayudarlo? ¡El pokémon parecía inconsciente!
—Y'pyotek?! Lyotek M'ioli? —¿Eh? —fue lo único que fui capaz de pronunciar ante aquella sucesión de palabras. Bah, ¿eran palabras siquiera? No lo sabía; a simple vista, parecía que aquel sujeto se había dado un buen golpe en la cabeza, quizás demasiado fuerte… era la única explicación lógica, ¿verdad? Porque sino… ¿qué clase de idioma extraño era ese? —Namm! Y'kusa-Flygon! H-hoki kusa! No tuve tiempo de preguntar al respecto. El extraño hombre se acercó al acantilado que se encontraba al final del risco del faro, colocándose justo en el borde. Intercambié una mirada de sorpresa con Marowak; ninguno de los dos sabía como reaccionar ante tan curiosa situación. Acaso… ¿quería que me acercara? Me estaba haciendo señas raras… ¿es que acaso me estaba pidiendo ayuda? Al acercarme al borde del acantilado, seguí la mirada del hombre para finalmente observar, al fondo del mismo, sobre unas rocas, a un pokémon grande de color azul que no supe identificar a tanta distancia. No sabía que pokémon era, pero a juzgar por como lucía y por como el hombre se encontraba exaltado pidiendo ayuda… bien, parecía que tendría que darles una mano. —No comprendo bien la situación, pero les ayudaremos —declaré, sacando dos pokebolas. Saqué de ellas a Dragonite y Skarmory; los dos eran tipo volador y podían servirnos para esta situación—. ¿Deberíamos descender y acercarnos? ¿Cómo ayudamos?
Tras ayudar los pokémon de Effy, el pokémon, debilitado y herido, se mostró ante el hombre y Effy. El hombrecillo abrazó al pokémon con entusiasmo. —M'ioli kuss, Flygon... lyotek W-ioli? E'kusa-y, namm-e. Tras aquellas palabras que el hombre intercambió con el pokémon, dicho pokémon, que aún recobraba la conciencia, pareció dirigirse a Effy. Era un pokémon que, definitivamente, nunca antes había visto, pero, al mismo tiempo, era demasiado familiar... Contenido oculto El pokémon parecía agradecido... ¿tal vez le estaba dando las gracias a Effy? En fin, tras la escena, el hombre tocó el brazo de Effy, señaló con su mano el pecho, consciente de que no hablaban el mismo idioma, y dijo: —Maji. Maji. Parecía que estaba expresando su nombre. Luego, señaló su cabeza, e hizo un gesto de negación. —M'utelo-po —¿tal vez quería decir que no recordaba algo?—. Flygon —dijo, señalando a su pokémon. ¿Flygon? ¿Eso era un Flygon? —. Kusa. Kusa. Y'kusa-m. Se dirigió rápidamente al saco lleno de pokéballs, y extrajo una de ellas. Se la mostró, haciendo un gesto de extrañeza. Era como si no supiese bien qué era ese objeto, y quisiese obtener información. Por sí misma, Effy lo iba a tener difícil para comunicarse y ayudar a aquel hombre. Lo mejor sería, probablemente, acudir a pedir ayuda a alguien... ¿tal vez al profesor Abeto? Él podría saber de dónde venía ese pokémon y obtener datos sobre el hombre de ese modo. Tal vez lo mejor era llevarle a él y a su pokémon al Laboratorio del Profesor Pokémon, en Ciudad Lienzo.
Hubert [2/8] Me volteé a verla, sintiendo que mi corazón volvía a acelerarse. Estas vibraciones en mi pecho siempre se producía cuando sabía que estaba por ver a Effy. Pero tuve la sensación de que se habían intensificado desde que ella era mi novia. Era una experiencia, desde luego, agradable, pero que me incomodaba sentir delante de otras personas. Al final, me las ingenié para sonreír a Emily, mientras negaba con la cabeza. Lo malo es que no tenía manera de saber si me había ruborizado otra vez. —Ya te lo dije: todos te queremos—dije, con un tono cariñoso—. Y por eso disfrutamos de tu compañía. No te preocupes por nosotros, estoy seguro de que después arreglaremos un encuentro a solas. Fue entonces cuando me pregunté que podríamos hacer Effy y yo estando a solas. Desde luego, haríamos las cosas que siempre hicimos desde que nos conocimos: perseguir misterios, enfrentar maleantes, tener batallas entre nosotros, hacer carreras por el cielo. Pero también pensé que debería invitarla a tener una cita juntos. ¿Le gustaría la noche? ¿Qué podríamos hacer? ¿Salir a cenar juntos? ¿Recorrer una feria? ¿Visitar algún lugar desconocido? Es más, ¿cómo se sentiría? Yo nunca había hecho algo como eso. Me di cuenta de que yo no tenía ideas muy claras, mi mente estuvo centrada siempre en los libros y el entrenamiento de mis pokémon. Pero... Hay algo sobre lo que me siento realmente seguro, sobre lo que tengo certezas. La verdad: que la amo. ¡Tenía fe en ser capaz de hacerla feliz!
Emily Hodges [3/8] —Oh, vaya... —murmuré. No me esperaba que mi broma hiciese que Hubert me dijese eso. Ciertamente no me lo esperaba en absoluto. No pude evitar sonreír con calidez, bajando la cabeza. Realmente, tener esta clase de amigos es lo que siempre quise. Personas que me querían y lo demostraban, personas a las que que también quería. >>Una cita a solas con Effy, ¿eh? —volví a decir en voz alta, recuperando el tono alegre y mirando al chico con esa característica sonrisa—. No sé cuanto tiempo podría ella estar sin una aventura o algo por el estilo, la verdad~
Con ayuda de mis pokémon, logramos rescatar del fondo del acantilado a aquel debilitado pokémon, y ahora que nos encontrábamos más cerca de este podía identiicarlo como… ¡¿eh?! ¡¿Qué pokémon era ese?! Jamás en mi vida había visto u oído de un pokémon similar. Me sentí tentada de sacar mi pokedex e identificarlo con ésta, pero antes de que realizara cualquier acción sentí como aquel sujeto me tocó el brazo, intentando llamarme la atencción. —Maji. Maji. Maji… ¿acaso ése era su nombre? Parecía que intentaba comunicarse madiante gestos, y se apuntaba a sí mismo… y por las señas que hacía, parecía que no recordaba algo, ¿tal vez no se acordaba como llegó aquí? Y apuntó al pokémon y lo identificó como Flygon… ¿tal vez era una variante regional del Flygon normal? Después de todo, en regiones como Alola tenían Vulpix de tipo hielo y otros pokémon muy diferentes a los normales… puede que fuese nada más que eso, un Flygon un poco distinto, ¿no? —E… Effy —dije, señalándome a mi misma, esperando que comprendiera que ése era mi nombre—. Hmm, necesitan ayuda, eso es seguro… Pero… ¿cómo iba a ayudarlos, si ni siquiera sabía lo que decían? Era como intentar entender el idioma de los pokémon… Un momento, ¡eso es! ¡Ya sabía a dónde tenía que ir! Ayudé al tal Maji y a su extraño pokémon a colocarse sobre el lomo de Skarmory, y acto seguido regresé a Marowak a su pokebola. Indicándole mediante señas que se sujetara fuerte (y esperando que me entendiera), monté sobre Dragonite y le grité a Skarmory que nos siguiera. Y emprendimos vuelo… hacia Ciudad Lienzo.
Contenido oculto >:{ Hubert [3/8] —Sí, en eso estaba pensando. Sería mi primera cita con una chica —dije, volviendo a rascar mi mejilla. Era un gesto que siempre hacía cuando me ponía nervioso. Según me dijeron, mi abuela paterna también lo hacía—. Espero que salga bien —añadí antes de continuar, en respuesta a la última frase de Emily—. Y no creo que sea ella la que no pueda pasar mucho tiempo sin una aventura. Son éstas las que parecen no poder estarse quietas, vienen a nosotros con mucha frecuencia —bromeé. Sentí un roce en mi hombro. Era Serperior, que me había llamado la atención con un toque de la punta de su cola. Cuando me volteé, vi que mi inicial estaba mirando hacia arriba, en dirección a las nubes. Entendí que quería que yo hiciese lo mismo, de modo que alcé a la cabeza. El Dragonite de Effy era reconocible incluso de tan lejos, y lo mismo se podía decir de su entrenadora. Sus cabellos siempre brillaban como una señal que llamaba a seguirla. Lo más interesante fue ver que no muy lejos de ellos estaba Skarmory, cargando sobre su lomo a un hombre y un pokémon que no pude reconocer bien. En ese momento, se alejaron… —Effy se está yendo —dije—, y va con alguien más —intercambié con Emily una mirada curiosa—. Si no decidió quedarse en el Faro, es porque algo pasó. Creo que deberíamos seguirla. Como respondiendo a mis palabras, Reshiram emergió desde el interior de una nube y se posó a nuestro lado. Cuando aterrizamos en la Sede había decidido dejar que vagara libre por el cielo, pidiéndole que bajara sólo cuando él quisiera. Aunque llevábamos relativamente poco tiempo junto, el legendario volvió a mi lado. Era una buena señal para pensar que no le desagradaba estar conmigo.
Emily Hodges [4/8] Escuché las palabras del chico con atención, sonriendo. Ciertamente, en Galeia parecía que la aventura estaba al orden del día, lo difícil era no encontrarse con una, claro. Así que lo entendía perfectamente. ¡Pero ellos tenían que tener una cita tranquila y romántica! ¡Yo me encargaría de que así fuese! ¡Y le pediría ayuda a M...! —¿Eh? —dije de repente, saliendo de mi mundo al escuchar la voz de Hubert. Miré hacia el cielo—. ¡Oh, Arceus! ¡Hay que darse prisa! Así, llamé a Unfezant para poder emprender vuelo hacia donde fuera que Effy estaba yendo.
