RUTA 310 PURIFICADA Dentro: Arrecife de Plata Dentro: Edificio extraño (la entrada está firmemente cerrada; quizá entrando por la ventana… es necesario usar “Treparrocas” para alcanzar ésta) Al este: Isla Caballete Esta ruta es, sin duda, el mejor lugar para capturar pokémon de tipo agua. Ahora que el agua vuelve a estar limpia, la ruta vuelve a estar llena de pokémon. Es un exhuberante paraíso para las criaturas marinas, sin duda alguna. Este sitio es, desde luego, el epicentro del mar de Galeia. El lugar donde cualquier pokémon tipo agua querría estar. Pokémon salvajes de la zona: Dado de 10 caras: -1: Horsea -2: Seadra -3: Gorebyss -4: Huntail -5: Clamperl -6: Gyarados -7: Lapras -8: Sealeo -9: Dewgong -10: Corsola Pescando: Dado de 5 caras con caña vieja: Dado de 10 caras con caña buena: Dado de 15 caras con supercaña: 1- Magikarp 2- Magikarp 3- Nada 4- Magikarp 5- Nada 6- Feebas 7- Mantine 8- Wailmer 9- Lanturn 10- Nada 11- Wailord 12- Nada 13- Alomomola 14- Relicanth 15- Milotic No hace falta cumplir ningún requisito para atravesar esta zona.
Entre con velocidad a la ruta montado en mi Froakie-- Agh, que asco viejo. Al edificio-- le ordene y con ayuda de Kangazkhan subi al lugar.
Aterrice en la ruta junto a Froakie. Lo libere a tiempo antes de llegar al agua. -- Al arrecife que se ve al fondo--le ordene mientras este se movia a lo mas rapido que podia
[Steve] Caí en el agua desde el aire, liberando a Vaporeon para que me agarrase justo al caer. La contaminación de aquel mar era tan grande que sin duda podría suponerme un problema a mí y a mi pokémon. —Vamos, Vaporeon, lleguemos rápido a ese agujero, esto es peligroso —le dije, mientras nos acercábamos cada vez más a un agujero en mitad de la ruta, que dejaba ver piedras por las que podía saltarse, cayendo a su alrededor el agua como si de grandes cataratas se tratara —. Allá vamos.
Llegué volando a la ruta, colocándome justo sobre el agujero enorme que había en plena ruta. Lentamente, bajé hasta poder bajarme de mi pokémon justo en uno de los salientes del Arrecife. —Un camino complicado y largo que lleva hasta una tal Torre Plateada, ¿acaso estoy teniendo un déjà vu? —hablé en voz alta, mientras comenzaba a bajar.
La ruta 310, este lugar era el indicado, a partir de este punto empezaba mi travesía. —Bien, continuemos, este lugar me da mala espina.—Lapras se sentía incómoda por las aguas contaminadas, avanzó lo más rápido que pudo.
(@Campeón Rojo, @Ashareen) Volando, o mejor dicho, levitando, nos situamos encima de la ruta marítima, y con esfuerzo tomé la pokeball de Samurott para tenerla a mano. —Vale chicos, ¿preparados? —les dije con emoción.
Le sonreí a Pauline ante su comentario y luego miré a Rojo. —En mi pokémon cabemos todos, además es más grande. Mejor deja que Wartortle guarde energías para el combate. —dicho esto, cerré los ojos, nerviosa, y le di la orden a Sigiliph de que nos soltara.
Cerré los ojos y lancé un gritito cuando Sigiliph me soltó, pero al caer sobre Samurott sonreí. Gracias al cielo que Liza lo había liberado. Acaricié al pokémon mientras le decía:—Muchas gracias, Samurott.
Suspiré hondamente y me giré a ver a los demás. —¿Estamos todos bien? —les sonreí y le pedí a mi pokemon que comenzara a nadar hacia el lugar indicado.
—Bien—dije tranquilamente sonriendo. Miré a mi alrededor y el paisaje no me gustó nada, me sentía sofocada; había algo raro en el ambiente. Me giré hacia los chicos y les comenté:—Oigan, no me siento a gusto aquí, quizá deberíamos apurarnos... Hay algo extraño con respecto a este lugar que no me gusta mucho.
—Yo por lo menos siento que el aire está contaminado más por aquí. Me cuesta respirar un poco. —les respondí y Samurott aceleró el paso. El tampoco lo estaba pasando bien nadando sobre estas aguas.
Mientras los holders se recuperaban de la repentina situación, ahora encontrándose flotando en las ponzoñosas aguas de la Ruta 310, una risa ahogada y maniática comenzó a oírse. —¡Ja, ja, ja, ja, ja! —del agujero del arrecife comenzó a surgir una plataforma, la misma que comenzó a brillar cuando la Torre se "abrió" al reaccionar ante Lugia. Ómicron, con una ya enorme Entidad danzando alrededor de él, ambos desprendiendo un aura oscura e inexplicable, estaba justo en el centro de dicha plataforma que subía y subía—. ¡Desconocía este poder, Entidad! Mi propia creación es mejor de lo que pensaba. ¡No necesitamos cuerpos como el de Lugia! ¡Tú sola sirves para destrozarlo todo! ¡¡Nadie nos detendrá ahora!! —conforme más hablaba maniáticamente Ómicron, más era el tamaño de la criatura. Sin poder hacer nada, todos veis cómo la plataforma llega hasta las nubes. Allá en el cielo os aguardará la verdadera batalla final. ¿Cómo se combate contra algo que no es un pokémon...? (Esperad 5 minutos a que cree la actividad y la zona, y en el momento en que elijáis, no tiene por qué ser ahora, podréis subir a la batalla final usando Vuelo)
Miré con horror como la batalla continuaba tras abrirse unas escaleras hacia el cielo y saqué a Sigiliph rápidamente. Necesitaba recuperar a mis pokémon y descansar para la batalla final. —Rápido amigo a alguna ciudad. —le pedí a este y salimos volando raudos de allí.