Robo en el museo.

Bueno aqui una historia que no va con lo mio xD, me refiero a que nunca habia relatado este tipo de cosas. Primero pense el final ._. si es raro... pero con mi cabeza en los examenes solo eso salia y hasta ayer pude poner esto en palabras. Espero que haya quedado bien ^^
espero los comentarios.

Robo en el museo.​

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Las patrullas rodearon el edificio central que hace unas pocas horas exhibía aquellas maravillosas y por cierto, muy valiosas obras de arte.

Muchos uniformados bajaron de los autos y cubrieron la zona asegurando el área, algunas personas que pasaban por ahí se detuvieron a presenciar dicha escena que no se apreciaba todos los días.

Los robos en aquella ciudad habían aumentado, comenzando con el robo de un banco del cual nadie notó hasta que el dinero fue contado el día siguiente. Prosiguió con el centro comercial, donde fueron tomadas varias cosas para acabar con el supermercado.

Por eso me encontraba aquí, todos aquellos atentados eran de lo mas atractivo además de misteriosos. ¿Cómo la policía no había dado con aquel ladrón? Porque según las cámaras de seguridad- bueno técnicamente solamente pudo apreciarse una sombra- se trataba de un solo delincuente que irrumpía en las instalaciones y se llevaba lo que quisiera sin que ninguna alarma se activara.

Aquel sujeto era de lo más listo y ágil, si no contara con esa capacidad de escabullirse y de razonamiento no se encontraría tan lejos; era uno de los más buscados aunque ni siquiera contaban con una descripción. Todo eso aumentaba mi sed de curiosidad.

Era conocido nacionalmente como el mejor agente de investigación, por haber atrapado a todos y cada uno de los casos que me asignaban. Siempre iba un paso delante del criminal, no podía ser engañado. Ahora lo que mas deseaba saber era como aquel ladrón fue tan ágil para burlarse de toda la unidad policiaca de aquella ciudad.

En el edificio de exhibía el anillo perdido- y que ahora se había encontrado en una excavación- del emperador de Egipto, que por cierto era sumamente costoso. Acudieron a mi para evitar que aquel delincuente se lo llevara y si fuera posible atraparlo. Sonreí mientras entraba al edificio seguido de varios policías quienes miraban a todos los rincones buscando algún rastro. No se lo había llevado, o todavía no. Lo atraparía, de eso estaba seguro.

Un sentimiento recorrió mi espina dorsal, algo se poso en mi estomago y el corazón brincó de la emoción. Siempre sentía lo mismo cuando estaba apunto de resolver un caso. Entre en el elevador junto con cinco agentes y subimos al ultimo piso. La puerta se abrió y salí con paso decidido. La habitación estaba en la penumbra, los pasos hacían eco en el lugar mientras se aseguraban que no hubiera nadie.

Me acerqué a la pared la cual estaba hecha completamente de cristal. Miré a través de ella, el cielo estaba estrellado y las luces que venían de debajo se apreciaban a distancia.

Alguien hizo el favor de encender la luz y justo en medio de la habitación se encontraba la vitrina del anillo, y claro estaba justo ahí. Abrí los ojos conmocionado y di un paso inconscientemente hacia ella. No estaba. El anillo no se encontraba ahí. Los agentes se movieron por todo el lugar buscando al ladrón, pero él no estaba ahí. Hablaron por el radio informando a los otros agentes. ¿Cómo pudo burlarme? ¿Cómo sabría siquiera que íbamos a estar ahí? ¿Cómo fue tan astuto?

Apreté los labios impotente y con la rabia embriagando cada célula de mi cuerpo. Ese era el primer delincuente que se escapaba, el desgraciado que había manchado mi reputación perfecta…él había sido mas listo que yo, se había burlado de mí.

Percibí un movimiento en la ventana, miré instintivamente y abrí ligeramente la boca. Afuera, en la ventana, se encontraba una mujer sumamente hermosa que tenia una cuerda enrollada en la cintura y en la mano derecha, en el dedo índice se encontraba el tan ansiado anillo. Me miro por instante con esos penetrantes y hermosos ojos oscuros, me dedicó una sonrisa divertida, dejando ver un hoyuelo en su mejilla izquierda, y me guiñó el ojo para proseguir bajando por el edificio.

No pude moverme, seguí mirando la ventana tratando de asimilar. ¿Una mujer? ¿Una mujer había hecho todos esos robos sin ser detectada? ¿Una mujer había sido más inteligente que los agentes de la ciudad, más inteligente que yo?
Una sonrisa se extendió en mi rostro mientras algo en mi estomago se agitaba. Pasé una mano por mi cabello castaño despeinándolo, eso era de lo mas inesperado y estaba sumamente encantado. Esa mujer era increíble, sorprendente.

Un policía se me acercó con alerta en el rostro.

— ¿Qué hacemos señor?

Consideré un poco esa pregunta para después dedicarle una sonrisa.

—Rodeen el área, peinen la zona, no puede estar muy lejos y la noche es larga.

Los policías salieron corriendo ante aquella orden, me apoyé en la ventana mientras una carcajada divertida salía de mi garganta. Esa mujer era sensual e inteligente.
Metí las manos a mis bolsillos mientras maldecía en mi interior.

Me había enamorado de la mujer equivocada.