Resplandor de Luna y Sol

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Sheccid, 19 Octubre 2012.

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    Sheccid

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    Título:
    Resplandor de Luna y Sol
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2062
    Dedicado a todo tercero A ¡Los quiero montón de indisciplinados platicones lindos!

    En especial a todas mis amigas (Caro y Fernandita siguen el manuscrito) y en cierta forma a Josué Abraham, el chico anime del salón
    Aviso que lo bueno empieza en unos capítulos más



    Capítulo 1: EL PRIMER DIA DE CLASES Y EL CHICO MISTERIOSO

    Adilene se incorporó del asiento, después de la vergüenza que acababa de pasar, con las mejillas carmesíes.

    - Entonces eres la jefa de grupo, Fernando se queda de subjefe, Mónica de tesorera y Claudia de encargada de mobiliario y aseo.- resolvió la maestra Morado

    Era una de las cosas que no entendía: Estaba esperando que alguien la postulara, con cierta soberbia dentro de ella, que se consideraba…digna del puesto. Sin embargo, le faltaba carácter, cosa en la que tal vez Fer le apoyaría

    - Si que eres vengativa, no inventes- le murmuro el ojiverde mientras abría su libro de Historia

    - Tú para que no me cuentas tus cosas. Se supone que soy tu amiga. Además ¿Qué mejor subjefe que tu?- el chico sonrío.

    En medio de la clase, algo se le ocurrió ¿no se suponía que trataba de ser diferente? Menos preocupona, más rebelde, si eso cabía en su personalidad.

    Tal vez todos la seguían viendo igual: La niña matadita, debilucha e invisible, atenida siempre a las reglas.

    Decidió no pensar en eso. Estaba en tercero de secundaria no pensaba arruinar esa sensación de sentirse mayor.

    ******************************************************************++

    - Deben hacer tres mensajes para personas con las que casi no conversen. Sorpréndanlos y escribanles algo agradable.

    De nuevo, desde que la maestra Claudia de español había empezado a decir la actividad, la mirada de Adilene se pasó por todo el salón… Bueno, escogería a Karina, la chica alta y amable de al lado, y a Daniel, el tímido niño primo de Guadalupe. Y claro:

    El chico misterioso.

    Con el uniforme de pants, con una camisa de manga larga, negra, blanca o beige,(ese día blanca) que le llegaba hasta las muñecas, cubriendo un poco las pulseras de tela negra y el reloj.

    Los ojos concentrados en su carpeta negra, que tenía sus dibujos, su vida. En la portada de la libreta de Cívica se leían nombres de grupos de rock sobre un fondo negro que ella ni siquiera había oído hablar. Y luego sus ojos castaños, grandes, llenos de lo desconocido. Su cabello negro alborotado…

    - *¡Eh¡ ¿Por qué estoy pensando esto?- pensó extrañada la chica.- Pues ya escribe, zonza, antes de que se acabe el tiempo y no alcances a leer Ghostgirl*



    Era difícil mandar un recado a alguien que casi no conocías.



    Karina: Me caes muy bien, eres simpático y agradable. Espero que este ciclo escolar te vaya bien y saques buenas calificaciones. Eres una excelente persona.

    Atte: ADILENE



    Dani: A pesar de que casi no hablo contigo, te considero un chico súper, aunque tímido , pero lleno de virtudes. Deseo que te vaya bien este año.

    ADILENE

    En ese momento una hoja al caer sobre su banca la quitó de sus pensamientos. Levantó la vista y una cara de sorpresa se dibujó. Martín, el chico problema le dejaba un mensaje . Extraño que alguien de un mundo tan diferente a Adilene intentara entablar una amistad con ella.

    _”Te considero mi amiga” decía el final. La niña sonrió. Uno tras otro le iban llegando. Otro de Yarelí le sorprendió, le pedía que no rechazará su oferta de amistad. Karina le entregó un mensaje, Adriana también, Marina, Poncho y…él.

    Un mensaje pequeño escrito en una hoja de cuadro pequeño. Al voltear a ver quién había sido, descubrió al chico misterioso. Él le sonrió cálidamente y sonó un poco de su voz.

    ¡Justo le iba a mandar uno a él¡



    ¡Hola!

    Pues no te conozco mucho, sólo sé que eres el mejor amigo de Guadalupe y que dibujas anime padrísimo. Ojalá te la pases bien este año.

    P.D. Ya te iba a mandar el mensaje antes que tu me mandarás el tuyo.

    ATTE: Adilene



    ¿Así o más brusca? Sin embargo llegó a su banca mientras bromeaba con Guada. Le tendió el papel y por un instante sintió el frío contacto de sus dedos. Luego regresó a su lugar y leyó:

    Eres muy positiva y divertida e inteligente. Pero no e tenido el tiempo de Conoserte.



    Ninguna firma, ni un nombre. Las pes estaban elevadas, no sabía que significaba eso. ¿Y que le quería decir? Cierto que no era tan ”rockero oscuro” en sus gustos, pero en su trato no. Un día le había oído decirle a Caro que él sólo le hablaba a quienes le caían bien, no le gustaba la hipocresía. Y no había votado por ella. Y había preguntado “¿Cómo se escribe Adilene?”, riéndose . Sin embargo, la nueva jefa de grupo se sintió emocionada.

    · *¿Y por que? -Pensó- En 15 letras tiene 3 faltas de ortografía y ni siquiera pone su nombre.*

    - ¡Hasta mañana, muchachos, y no olviden el dinero para el exámen!

    Tan pronto salió la maestra, todo mundo se movilizó, parándose para hablar con sus amigos.

    Jocelyn no se hizo esperar:

    - ¿Qué haces?- saludó.

    - Nada ¿Cómo se llama?

    - ¿Quién?

    - El chico anime.- Increíble, pero cierto. No sabía el nombre del niño que le había interesado desde segundo, si no desde primero. Por pena nunca preguntaba. Pero ahora era diferente. Tenía un año para disfrutar al máximo, contando vacaciones, días feriados y cosas así, diez cortos meses. Y si no era hoy…era nunca. Jocelyn entendió rápidamente a quién se refería.

    - ¡Ah¡ Josué ¿Verdad que dibuja bien chido?

    - Si…- fue lo único que contestó.

    - **********************+

    Punto De Vista (Point Of Vist). ADILENE

    Llegué temprano. Durante una semana llena de nubes en el cielo, por fin, al salir a la escuela divisé el brillo natural y bello de una estrella.

    Ángel estaba sentado en el monumento a la bandera con Karla. Los saludé y dejé la mochila. Salude a Alfonso, salí, platicamos conforme llegaban Fernandita, Caro Diana, Claudia, Daniela y Jocelyn. Llegó Historia. Jocelyn exclamó una maldición contra la maestra y la llamó ”barquillo”. Entré apenada. La banca de Josué estaba vacía . Cinco minutos después, un toquido en la puerta interrumpió mi redacción de la Independencia de México. Era el chico anime.

    - ¿Me permite pasar, maestra?- dijo con una sonrisa nerviosa.

    - Pasa, pero tienes retardo.- él se encogió los hombros. Cerré los ojos mientras pasaba para llegar a su banca. Creí percibir su varonil aroma. Disfrute el ruido casi imperceptible de su forma de caminar, segura, un poco indiferente.

    - Adilene ¿Estás bien?- preguntó Julio, preocupado

    - Si, gracias

    Todo normal hasta la clase de Cívica . La maestra Deyanira puso a leer en voz alta a algunos .

    Y entre ellos a Josué.

    Estaba nerviosísimo. Yo compartía mi libro con Regina, la niña de atrás, que lo había olvidado, lo que me daba un motivo para voltear a verlo. El pobre se equivocaba una y otra vez, y en una oración cambió una palabra, dando a entender un enunciado muy loco. Regina y yo no pudimos detener nuestra risa, que hizo eco en todo el salón. Traté de esconderla, apagarla, cosa que logré al verlo. El rostro muy pálido, el pulso tembloroso y una que otra gota de sudor brillaba en su frente.

    - Ya, yo me puse igual de nerviosa y cuantas veces no me equivoqué cuando la maestra Karina me preguntó lo del trabajo. Me voy a disculpar con él mañana.

    - ¿Y por que no ahora?- sonrió mi compañera

    - Voy ahora mismo- La maestra Deyanira no había podido salir en un momento más oportuno. Me levanté y caminé hacia él, unos cuatro lugares. De pronto, él levanto la vista y sentí perderme en sus ojos color chocolate. El resultado:

    - Eh…Eh…H-o-hola…

    - Hola- dijo.

    - *Eres una tonta. Arg, debe de estar pensando que eres una boba seguramente*- pensé. Su mirada seguía fija en mi. Traté de ignorar los nervios.

    - Siento haberme reído, realmente lo lamento.

    - Descuida. Es que trato de pasar desapercibido. Y leer o exponer ante clase hace que me noten.- hizo una pausa y continuo- ¿Quieres sentarte?- yo asentí. Cómo siempre, trate de parecer casual, aunque el chico que estaba frente a mí era especial. Hubo un silencio incomodo.

    - ¿Por qué no quieres llamar la atención?

    - Nadie me puede lastimar.

    - Yo a veces quisiera leer la mente- me sinceré

    - ¿Por qué?- ahora le tocaba a él preguntar.

    - Así sabría quiénes son sinceros y si una persona miente o no.

    - ¿No te daría miedo?

    - Un poco, pero aceptaría los riesgos. Hasta vivir los conlleva.- Parecía impresionado y yo me sorprendí ante su reacción, pero a la vez me sentí bien, satisfecha. Ahí estaba yo. Frente al chico más rudo e insensible del grupo.

    - Buenos días- interrumpió el maestro Rafa de Matemáticas. Ni siquiera había notado cuando la maestra salió del grupo.

    - Bueno, yo me voy a mi lugar- me tropecé con una banca torpemente y sonreí nerviosamente- *¿Tienes que ser tan torpe frente a él?*

    - Si…¡Oye!- dijo de repente y me acerqué de nuevo- ¿Te gustaría ir a algún lado mañana?

    - Por supuesto- acepté tratando de esconder mi emoción. Algo me decía que no me concentraría en las clases restantes.

    - ************++++++++++++++++++

    - ¡Te invitó a salir!- dio un gritito agudo Rubí.

    - No es exactamente una cita…- objeté

    - Cuando un chico invita a una chica a pasar tiempo juntos ¡Es una cita! – dijo Jocelyn con aire sabelotodo.

    - Él no dijo que para conocerme…Además esa es tu versión, ellos deben pensar otras cosas acerca de una cita.

    - A ver, te ayudamos a escoger tu ropa- se apuntó Melarí.







     
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    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Saludos Miss Sheccid:
    Ves a esto me refiero, excelente narrativa, aún mejor ortografía.
    Buenos personajes, en especial Josue. Y voy atomar tu palabra que lo bueno viene dentro de unos capítulos.
    Y por favor, hagas lo que hagas, no conviertas esto en un twiligth, -puke rainbow-
    :mad: Esperando el proximo capitulo, amenos que Josue sea un vampiro que brilla al sol. :p
     
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    Sheccid

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    Capítulo 2: Una estrellada cita

    P.O.V Narrador

    Habían quedado de verse en la escuela, y Adilene se había quedado con pretexto de una pijamada en casa de Fernandita. Llevaba un pantalón de mezclilla gris y un blusón largo, extraña combinación de vintage con un toque medio rockero.

    - Bueno, aquí te dejamos- dijeron todas.

    - Pillina- eschó burla Fernandita, mientras me daba un ligero empujón con aire de complicidad.

    - ¡Ya!- contestó Adilene toda roja.

    Él se encotraba con un pie apoyado en la pared. Su pantalón de mezclilla negro intenso y su playera con un estampado bastante original negro sobre el fondo blanco lo hacían ver guap´simo. Por lo menos para la chica.

    - Hola

    - Hola- luego hubo un silencio incómodo.

    - Gracias por cubrirme.- susurró Adilene

    - Ya sabes, cuando quieras- ironizó Jocelyn

    - Regrésala antes de las 9:00 p.m., a esa hora empieza nuestra pijamada y su mamá le va a hablar a esa hora- pusó condiciones Esmeralda.- Así que tienen dos horas y media.

    - No se preocupen- respondió algo nervioso. La tropa de chiquillas hicieron miradas tipo “los estamos viendo” y se alejaron entre risas, para alejarse al doblar la esquina.

    - Mmm… ¿A dónde quieres ir?- preguntó con las manos en los bolsillos. La pobre Adilene se sentía torpe, apenada y roja.

    - Oí que hay una exposición de pintura en el museo.- dijo vacilante

    - Eso es perfecto- exclamó sinceramente Josué- Y si quieres luego vamos al Metropolitano

    - Es excelente idea- aceptó ella.



    Tomaron el camión. Era increíble ir con él aunque fuera en el transporte. El problema era que no sabía de que hablar con Josué. Así que se fue con lo clásico.

    - ¿Y cómo te va en la escuela?

    - Todos los maestros dicen que echo a perder mi futuro.- contestó con una sonrisa melancolica. Ahora que lo pensaba, siempre era “Sr. Ulloa, sacó siete” y eso si bien le iba. Definitivamente él no era de los que sacaban primeros lugares.- Supongo que a ti bien ¿No es así?- Ahí iban.Se sintió incómoda por sus calificaciones aunque no tenía nada de que avergonzarse. Siempre eran impecables. Y eso le daba una etiqueta social que esperaba que Josué no estuviera tomando en cuenta.

    - Yo no creo que cierres tu destino. Sólo estas haciendo tu propio camino.

    - Gracias. ¿ Tú estás cómoda siendo jefa de grupo?- Ok. Eso era una pregunta que quizá no tuviera una respuesta tan fija con dos días de haber sido nombrada. Pero la verdad era que…

    - Quiero declinar y dejarle el puesto a Mónica. Ella siempre quiere sobresalir y coordina muy bien. Habla fuerte, claro y con autoridad. Se lo dije a la maestra.- confesó Adilene. Josué la escuchó atentamente y dijo:

    - ¿Y por que tu crees que no puedes lograr tener autoridad?

    - ¿Recuerdas cuando estuvimos al frente ordenando el aseo?- él asintió- Mónica coordinó, llamó la atención de todos mientras yo sólo observaba callada. Me sentí tan mal y falta de carácter…

    - Por eso yo no voté por ti. Ahora me arrepiento. Te hubiera mostrado mi apoyo. Esto es un reto para ti.

    - Es curioso que lo mismo haya dicho la maestra. “A mí me gustaría que lo aceptarás cómo un reto. Por algo te eligieron tus compañeros. Debes tener algo para que depositen su confianza de que tu los representes y les des voz y voto en la Asamblea Estudiantil. Piénsalo y me dices el lunes.”- recordó Adilene

    - Ella tiene razón. Tu puedes lograr todo lo que te propongas. Tú único obstáculo eres tú misma. Y no sé porque dudas de ti…eres maravillosa- terminó con un hilo de voz emocionado. La cara de la chica se iluminó y sus ojos parecieron grandisímos.

    - Gracias – fue lo único que atinó a decir. Sus manos se acercaron…pero un ruido de frenos y el sacudimiento de un impacto arruinó el momento.

    Al parecer un conductor loco (o sin frenos, nadie lo supó) le había dado al camión en la defensa trasera. Lo bueno es que el conductor logró desacelerar, de lo contrario eso habría sido una lesión para los protagonistas, que por el maldito vicio de Adilene de querer sentarse siempre en los primeros asientos ,era un peligro.

    - ¿Estas bien?- volteó Josué, algo asustado

    - Si, no te preocupes ¿Tú no te hiciste daño?

    - No…-por fortuna el trayecto ya casi terminaba. El chico le dio el paso para ir primero ella, algo extraño por que los caballeros están en peligro de extinción.

    Ese día había una interesante exposición de pinturas abstractas y bocetos a lápiz de muchos dibujantes y pintores que ninguno de los dos había oído mencionar antes. Salieron hablando de las diversas obras de arte, bastante emocionados. Adilene ama el arte, Josué el dibujo.

    -Me gustaría ir a un parque.- insinuó él

    - El metropolitano es mi favorito- aceptó ella. Platicaron en el trayecto un poco más:

    - ¿Y que onda con Guadalupe?- pregunto la chica. A l recibir una mirada de extrañeza de parte de su acompañante, siguió:- Ya sabes, Karla y él.

    - No te pienso mentir. Guada sólo la ve como una buena amiga, a pesar de que ella se le ha declarado dos veces…

    - Lo mismo me dijo él. Y que pantalones de Karla.

    Karla Edith es una chica de admirar, bueno, Adilene valora un montón a sus amigas por diversas causas. Edith siempre esta para escucharla hablar de chicos del salón o de la escuela (en cuestión amorosa), es trabajadora, inteligente, sincera, práctica, dulce, que se da a valorar y por mucho la mejor jugadora de futbol de todo 3º A y B, aparte de que es sumamente leal. Su piel es un poco morena y aunque esta un poco llenita, su sonrisa le da un aire de amablidad. Su pelo café oscuro le llega hasta el hombro, aunque siempre lo tiene recogido en una cola de caballo que destaca sus ojos también castaños y su nariz asombrosamente pequeña. Guadalupe, uno de los mejores amigos del chico anime, es bastante guapo y el más inteligente niño del salón. Imposible no sentirse atraída hacia él si lo tratas casi diario.

    Sólo quedaba como una hora para cerrar el parque, algo muy poco.

    Caminaron en silencio y se sentaron en una banca. La presa, si bien sólo se hallaba a menos de un 20% de su capacidad siendo optimistas, resplandecía mágicamente. Ya estaba oscuro y la luna podía verse con todo su esplendor en cuarto menguante. De pronto comenzaron a ver finos rayos de luz que caían con asombrosa rapidez.

    - Wow, una lluvia de estrellas. Nunca había visto una, aunque que yo supiera no caen tantas ni son tan visibles…- comentó él

    - Es hermoso.- dijo Adilene

    - Es aún más perfecto verlas contigo.- confesó el muchacho. Ella no sabía que hacer o esperar. Sonrió y se acercó un poco más. Sintió el calor que desprendía la mano de Josué sobre la suya. Creyó derretirse en ese momento y más aún cuando vio su cara ¡Esa mirada! La atraía tanto como un imán a el metal. Ya percibía el calor de su boca cuando…

    - ¡¿Qué es eso?!- exclamó él alejándose súbitamente.

    - ¿Qué cosa?- preguntó ella un tanto desilusionada.

    - ¡Eso, atrás de ti!.- los ojos del muchacho estaban enormes de la sorpresa. Adilene volteo…y dejó escapar un grito de asombro y de miedo.

    Era una roca de unos 50cm. De diámetro, relativamente pequeña, que humeaba y había dejado un cráter donde antes estaba pasto verde y tierno.

    Los dos se acercaron.

    - Es un fragmento de estrella.- sentenció Josué, mientras estiraba su mano para tocar la roca.

    - ¡Espera! No sabes si puede ser peligroso.- se ruborizó ella al sentir de nuevo el contacto de la mano del chico.

    - Vamos, ¿Qué me puede pasar?- y entonces, el muchacho se separo de la mano de Adilene y tocó la “cosa”. Al instante un tipo de energía dorada recorrió el cuerpo de el chico dejándolo inconsciente en el suelo.

    - ¡Josué!- gritó ella mientras se arrodillaba a su lado y trataba de reanimarlo. Tenía ganas de salir corriendo de ahí, el tiempo se iba rápido, pero no podía dejarlo. Sabía que estaba vivo porque su pecho subía y bajaba .- Por favor, despierta.- luego su desesperación se convirtió en furia e hizo algo realmente estúpido que sólo a ella se le podía ocurrir: Empezó a golpear el meteorito con todas sus fuerzas.

    - ¡Maldita!¿¡Por que demonios apareciste?!¡Todo iba genial!.- pero la misma energía recorrió su cuerpo como una descara eléctrica dejando esta vez un brillo plateado y tirándola a un lado, junto a su acompañante.



    - ¡Maldición! Adilene no llega ¿Qué tal si hablan buscándola? – se desesperaba en casa de Fernanda Jocelyn.- Ya lo sabía, no debíamos dejarla ir con ese chico raro.



    - Eh…Jocelyn, lo conocemos desde primero, prácticamente desde que entramos a la secundaria…- especificó Fernandita.



    - ¡Oye! Dejáme disfrutar de mi preocupación.- dijo Jocelyn. Las demás guardaban silencio, con el corazón amenazando con salírsele del pecho.



    - ¡Mi celular!- exclamó sobresaltando a todas Fernanda



    - ¿Qué pasa con eso?



    - ¿No lo comprenden? Mi cel tiene GPS y están registradas todas, incluidas ella están. Así que en donde esta su celular esta Adilene.



    - Ah, entonces ¡córrele!.- apuró Carolina. Prendieron y buscaron en el GPS.



    - En el parque metropolitano.- dijo Fer poniendo su uña en un puntito azul…



    ******************************************

    -¡Adilene! ¡Adilene! ¡Adilene! ¡Adilene!- gritaban todas y hasta el velador del parque en la oscuridad. Pero algo tocó el pie de Caro

    - ¡Oigan!¡Aquí están!- avisó y todas se acercaron

    - Están sin conciencia. Traiganse agua o alcohol, yo que se .-dijo Karla Edith

    - ¿De donde vamos a sacar eso? El agua de la presa esta sucia y no traemos alcohol, mi papá esta hasta afuera.- informó Fernandita

    - Tenemos que hacer algo y pronto.- dijo desesperada Alondra

    - Cárguenlos y vamos a la caseta de primeros auxilios. Ahí debe haber algo.- organizó Esmeralda.- Jocelyn, Alo, Claudia y yo cargamos a Adilene. Caro, Fer, Edith y Daniela ayuden a Josué.

    Era una pequeña distancia si se va sin peso, pero un diez kilómetros si se va cargando a alguien. Lo bueno es que se turnaban entre ellas.

    - ¡Uff¡, si que pesa – se quejó Karla Edith. Cuando llegaron a la caseta sentaron al par en sillas mientras el vigilante observaba y daba instrucciones. A los 5 minutos de rociar sus caras y de frotar sus muñecas energéticamente, los dos volvieron en si.

    - ¿Qué paso?- pregunto soñolienta Adilene.

    - No lo sabemos. Sólo te encontramos desmayada.

    - ¿Estas bien?.- quiso saber el chico, ya despierto.

    - Si ¿y tu?

    - Tambien.- luego le dijo el encargado.- Cayó un meteorito o una estrella, no lo sabemos. Avise a las autoridades y actúe como si nosotros no hubiésemos estado aquí.- el vigilante se encogió de hombros.

    - De acuerdo . Yo lo encontré en mis rondas, esa será la versión oficial.

    - Gracias. Vámonos antes de que tu mamá…- en respuesta el celular de Adilene sonó y una voz adulta muy conocida dijo:

    - “Adi ¿Dónde estas? Hablé a casa de tu compañera y me dijeron que estabas dormida ¿Por qué ahora si contestas?”

    - *Touché*- pensó ella y respondió fingiendo estar modorra.- Ah, si, es que me dormí con el celular escuchando música y me despertó el sonido de la llamada.

    - “Bueno ¿pero si estas bien?”

    - Si mamá. Buenas noches, te mando mensaje para que pasen por mi en la mañana

    - “Si hasta mañana”.- y colgó. Adilene dio un suspiro de alivio aunque nunca le ha gustado mentirle a su mamá, pero si no lo hacía, yo podía irse despidiendo de las visitas a casas de sus amigas. Luego vio frente a ella al chico anime y dijo:

    - Emmm…Nos vemos el lunes, supongo

    - Ah, esto…Si, claro.- volvió a poner las manos en los bolsillos del pantalón.

    Aún estuvieron juntos hasta la salida, pero mudos, sin atreverse a decir nada. Fuera estaba el simpático papá de Fer, esperando en la camioneta.

    - ¡Eh! Así que aquí estaba. Suban ya, oye chico ¿te damos un aventón?

    - No se preocupe, en serio.- se quiso ir, pero el papá no lo dejó

    - ¡Pero si vives a la vuelta! Te dejamos de pasada.

    Adilene se acercó a la “pequeña” y le susurró:

    - Creí que no lo conocías.

    - Se me pasó decirte que era mi vecino.- se disculpó con una sonrisa nerviosa la interrogada.

    Todos se subieron. Atrás cabían cuatro con algo de esfuerzo, así que Josué, Edith, Adilene y Fer (en este orden) se sentaron. En los dos asientos de en medio iban Caro con Daniela, Jocelyn con Alondra y adelante Esme con Claudia.

    P.D.V ADILENE:

    Me sentia extraña, y no era precisamente por lo que acababa de pasar (bueno, si, un poco), es que en serio me sentía rara. Incluso descargas eléctricas un poco leves circulaban por mi cabeza. Todos estaban silenciosos, sólo el papá de Fernandita lanzaba bromas de vez en cuando.

    Tenía tanto sueño…Los párpados se me cerraban a pesar de mi lucha interna por no dormirme. En eso llegamos.

    - Aquí es, chico.- Él se bajó y dio las gracias. Durante unos microsegundos me observó, como queriendo saber que hacer

    - Nos vemos el lunes.- me despedí

    - Si…Claro.- sonrió nerviosamente





    CAPITULO 3: El collar de la luna



    P.D.V ADILENE



    Ahora doy un salto hasta el jueves 13 de septiembre. Ese día fue cuando mi vida cambió completamente. Cómo siempre fui de las primeras en llegar, después de saludar a Ángel, su amiga Lupita (quién por cierto luego me “adoptó” como su madre),, Karla Edith y Luz. Pero Citlali había llegado pronto, también Karelia, y las dos estaban organizando un cartel que decía “¡FELIZ CUMPLEAÑOS MONILUPI!” y trataban de pegar los globos de todos colores que Fernanda inflaba.

    Me ofrecí a ayudarlas, yo era la encargada de la cinta y cortándola, no me di cuenta de nada, hasta que alguien detrás de mi me tomó de la cintura con un gesto que toda la escuela dice “picar las costillas”

    - ¡Buh!- al voltear vi al chico misterioso que al parecer trataba de asustarme con una cara que más bien me dio risa. Antes sólo se había limitado a hablar conmigo de cosas diarias, y ahora trataba de “asustarme”

    Seguí riendo hasta que me quitaron la cinta para que yo me ocupara de mis asuntos.

    P.D.V JOSUÉ

    Traté de compensar la terrible cita que tuvimos. No tenía idea de como decirle que quería salir de nuevo con ella ¿Pensaría que era muy rápido?¿O pensaba que yo había provocado lo del meteorito? Ah, las chicas son tan raras…

    - ¿Y que haces?.- pregunté

    - Sólo les estoy ayudando aquí a decorar ¿Has visto a Mónica en el camino?

    - Este…nop…- pero en eso llegó Martín, avisando que ya venia Moni

    - ¡Apaguen las luces!.- exclamo Citlalli. Cuando nuestra compañera llegó, de nuevo las prendieron y todos empezamos a cantar:

    “Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David,

    Hoy por ser tu cumpleaños

    Te las cantamos aquí

    Despierta Mónica, despierta, mira que ya amaneció

    Ya los pajarillos cantan, la luna ya se metió

    ¡A la bio, a la bao, a la bin, bon, ba, Mónica, Mónica, ra,ra,ra!”- y todos estallamos en aplausos, y cuando íbamos a empezar con “Queremos pastel, pastel pastel…” Vi a Adilene tirada en el suelo, desmayada

    - ¡Adilene se desmayó!.- grité con todas mis fuerzas. Mientras Fernando iba con Jaime (el prefecto) o algún maestro, la senté en una silla y me puse al lado de ella.

    - ¡Denle espacio!- ordené. Traté de reanimarla mientras Joelyn le daba un poco de refresco.

    - Vamos, Adi, despierta.- decía preocupada. La maestra Morado llegó, aunque ya no necesitábamos su ayuda. Adilene acababa de despertar , aunque decía que le dolía un montón la cabeza, pero por fin pude respirar normalmente de nuevo. Mientras la maestra le daba una pastilla, le preguntaba:

    - ¿Comiste bien?¿Estas enferma?

    - No, estoy bien, supongo que se me bajó el azúcar.- respondió ella

    - De todos modos es mejor que te hagas estudios.- aconsejó la profesora, para luego dirigirse a todos.- Tienen hora libre porque Tutoría no vino, así que hagan algo de provecho y dejen que Adilene se reponga. Cuídenla.- añadió en voz baja a los que rodeaban a la jefa de grupo.

    - Seré su guardián, juró que no la molestarán o se las verán conmigo.- dije en tono amenazador que todos pudieron escuchar y que dio mucho de que hablar al parecer.

    - No lo dudo, Ulloa,- se despidió la maestra con un guiño. Era imposible echarme en una pelea con todos, pero al parecer deje callados a todos, hasta a Joel. Guada se acercó y me dijo que si pasaba algo, él y Poncho estaban a mi servicio. Yo sólo sonreí y se los agradecí. Sus amigas la torturaban con preguntas tipo “¿Estas bien?” ”Que susto nos llevaste, muchachilla” y cosas así. Yo permanecí callado hasta que ellas se quedaron en silencio y se dieron cuenta que yo estaba ahí. Adilene me miró. Y dijo:

    - ¿Tu dijiste eso?

    - ¿Qué cosa?- pregunté extrañado al igual que todas las chicas

    - ¡Eso! Que que bueno que estaba bien.

    - ¡Ah! Si, es que yo…- me ruboricé por primera vez en toda mi vida en secundaria. Eso lo acababa de pensar ¿Cómo ella lo sabía?

    - Esto me esta dando miedo.- murmuro pensativa.- Oigo lo que dices sin que despegues los labios. Dijiste que como sabía que habías dicho eso.

    Eso si estaba extraño. Ella lanzó un gritito ahogado y empujaba un poco a Jocelyn, mientras yo me quedaba frío por algo que acababa de ver:

    - ¡No estoy loca! Es en serio.- le reclamó a su amiga

    - Adilene…¿este collar lo traías antes?- quise saber. Se quedo viendo extrañada la cadenita que rodeaba su cuello

    - No…nunca lo había visto.

    Era un hilito transparente que sujetaba a una media luna con apariencia de cristal en el que brillaban los colores del arcoíris.

    Lo toqué…Y comprendí todo.
     
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    Dark RS

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    Ya veo mas o menos por donde va la historia.
    Comienzo con lo técnico; me sorprendió ver que habían varios errores, algo muy extraño en tus historias, ya el tercero mejora en la ortografía, sin embargo sabes que me gusta tu estilo narrativo.
    Ahora a lo práctico, XD, el 2, no está mal la cita, un estilo bastante inocente, nada mal, y lo del meteoro me dejó, wtf, pero ya con el 3 me di cuenta (o al menos me parece) lo que quieres hacer.
    Nada confirmable hasta que se desarrolle mas la historia, ya sabes invitame a la continuación.
     
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    Sheccid

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    Capítulo 4: El descubrimiento y las hojas de la discordia

    P.D.V. ADILENE

    Salimos a la especie de carpa de tela a dos colores que había afuera del salón cobijando una fuente y unas banquitas y ahí estaba él, viéndome como un zombi recién convertido, como si me acabara de conocer.

    - ¿Pasa algo?- tal vez lo había alarmado de más, quizá las voces eran de estrés. Nos sentamos y se tomó su buen tiempo. Al parecer a los del B les tocaba Matemáticas. Tenía el ceño fruncido

    - Adilene ¿Qué estoy pensando?

    - ¿Y como quieres que lo sepa? No puedo leer la men…- entendí de un jalón todo antes de terminar la palabra. Tenía mucho sentido- ¿Quieres decir que el pedazo de estrella, meteorito o lo que sea me dió…?- asintió levemente para luego preguntar:

    - ¿Qué hiciste luego de que me quede inconsciente?- Creo que me puse roja totalmente de la pena, pero debía ser sincera aunque se me cayera la cara de vergüenza de la estupidez que había hecho.

    - Eh…Yo… comencé a golpear la roca.- rio un poco, pero no en burla y de un modo cruel, si no como si le sorprendiera descubrir eso de mi.

    - Así que tu también la tocaste.- durante unos instantes sólo se oyó el ruido del tráfico y el desorden de los salones. Fernando me dijo que si ya le hablaba a Jaime desde lejos, pero yo le pedí que esperará un poco más. Aceptó medio divertido y a la vez preocupado. Cómo “líderes” del grupo tenemos que avisarle si tenemos o no maestro.

    - ¿ Y que pasará?- quise saber.

    - No lo sé , nunca había imaginado esto nunca

    - Se cumplió mi deseo.- murmuré

    - Las estrellas siempre lo cumplen.- Me acerqué, él correspondió . No lo puedo negar, me temblaban las piernas. Mi futuro era incierto ahora. Podía convertirme en la siguiente súper heroína del momento, una chica oculta o estudiada por científicos de la CIA. Y me sentía tranquila por estar a su lado.

    Él acarició mi mejilla.

    Pero en eso llegó Jaime, el prefecto arruinando todo como es su especialidad.

    Lo bueno es que no vio nada de lo que había pasado antes.

    Entramos y cuando regresé estaba Joel viendo MIS hojas. Me enojé, ya era la gota que derramaba el vaso el muy desgraciado que me había contestado muy mal en varias ocasiones, y no sólo a mi, también a mis amigas. Es de ese tipo de personas elitistas, presumidas y que cuando ocupan algo de ti te ven con superioridad, como si fueras un saco de desperdicios. La furia se arremolinó en mi cabeza guiando mis acciones. Esas hojas contenían mis últimos capítulos de cierto fic escrito por mi y no le permito a nadie que lo vea bajo ninguna circunstancia.

    - Dámelas.- pedí con mis mejillas ardiendo.

    - Déjame verlas siquiera ¿si?- no lo dijo con tono humilde, si no como si fuera el rey del mundo. Me desesperé.

    - Te he dicho que me las des ahora mismo.- reclamé. En eso alguien se puso a mi lado

    - ¿Qué esperas? Ya dale esas hojas, imbécil

    - ¿Y si no que?- prosiguió el estúpido. Josué se adelantó unos pasos mientras una bolita se juntaba a su alrededor

    - Si no nos vemos a la salida, escoria.- Joel estaba atrapado y sólo asintió

    - Protege a tu noviecita, al parecer no es capaz de apañárselas sola ¡Pobre niñita que corre en busca de ayuda por cualquier cosa! ¡Ay Montserratita!¿ Vas a ir con Jaime porque tus colores no tienen punta?- entonces aventó las hojas que por fortuna no se desparramaron. Las tomé rápidamente, para responder:

    - No soy una inútil como tú, Joel.- grité. Ya que me dijeran mi segundo nombre con ese tonito era todo. Por unos momentos quise golpearlo, pero Josué me detuvo, extendiendo su mano para que no caminará hacia él.

    - No gastes fuerzas con esta basura, Adi. Vamos, te acompaño con la chaparra.- Cuando llegamos con Fernandita estaba bastante arrepentida. No quería que nada le pasara a Josué, ni a nadie por mi culpa.

    - No lo hagas.- murmuré sentándome. Él sonrío.

    - Oye ¿acaso no confías en mi?

    - No, no es eso.- niveló mi rostro hasta verlo a los ojos.

    - Todo va a estar bien. No te preocupes. Prometí hoy mismo que no permitiría nunca que alguien te hiciera daño.- volviéndose a ver a Fer, le dijo:- cuídenla, voy a arreglar unos asuntos.

    Para ese entonces ya todas me rodeaban.

    - ¡Que romántico!- opinó Jocelyn.

    - ¿Estas acaso loca? ¡No quiero que le pase nada!

    - Si, pero eso de que te proteja …

    - No me gusta esto. Si no avisó de la pelea a las autoridades no cumpliré con mi deber, traicionando mis principios, y si lo hago seré una traidora por algo que yo misma provoqué .- entre Esmeralda y Alondra había un hueco que me dejaba ver a Josué con Fernando, Guada, Alfonso, Misael, Julio y Kevin. Parecían hablar de algo importante

    Al lado contrario Aarón con Jaime y Martín trataban de que Joel se calmara

    - Ya, sabes que esta mal, cejón.- decía Aarón.- Aparte el Lupe te molería a palos y no has visto al Misa ni al Josué enojados.

    - ¡No te metas en lo que no te importa, Señor Miyagi!- respondió furioso y burlándose de los ojos orientales de Aarón.- Eso le va a pasar por interponerse entre esa listilla y yo.

    - Idiota, no debiste haber hecho eso, estúpido.- amonestaba Jaimito

    - ¿Qué? ¿Quieres también que te deje como saco de boxeo a ti?



    - Mira, de mi vecino no te preocupes.- me tranquilizó Fer.- es buenísimo en defenderse.



    - Si.- secundó Caro.- no le tiene miedo a nada.- en eso llego de quien estábamos hablando:



    - Caro ¿me permites un momento?- se alejaron y sólo vi que mi amiga asentía. Regresó a su lugar como si nada.



    - ¿Qué tenían esas hojas exactamente?- preguntó Claudia arruinando mis meditaciones



    - Ah…Esto… Una historia muy especial. Y ya sabes lo delicada que soy con mis escritos. Si hubiera sabido que esto pasaría nunca hubiera escrito.



    - ¡Ay, Adilene, por Dios, pareces Rubí! Siempre pesimista.- regaño Karla Edith, quién recibió un codazo de la chica comparada, lo que me hizo reír un poco.



    Pero en clase de Matemáticas e Inglés no me pude concentrar a pesar de las ocurrencias de Fernandita y de Pájaro juntas. Al llevar a revisar el trabajo de Lengua Extranjera, al parecer el maestro de Velazco me notó extraña.

    Este profesor ha sido nuestro maestro durante tres años y me tiene cierto cariño paternal. Es un buen consejero, siempre con las palabras correctas.

    Una vez la maestra Morado me dio el trabajo y yo lo apunté en el pizarrón. Casi nadie hizo caso. En su clase pedí permiso para hablar y los regañé. El maestro de Velazco me llevó aparte y me dijo que yo era muy buena alumna y que no debía preocuparme. Los del salón eran demasiado “valemadristas” y sólo me desgastaría yo. Tampoco era de regañarlos, si no de aconsejarlos y darles un buen ejemplo.

    - Adi ¿le pasa algo?- indagó

    - Maestro…Si provocara algo que fue su culpa y esto acarrearía consecuencias ¿Qué haría?

    - Lo que considerará justo y que estuviera bien

    - Si, pero suponiendo que deba elegir entre su cabeza y su corazón ¿ Qué pasaría?

    - Adi, un ser humano no se compone de sólo cerebro, también tiene un alma. Debería preguntarse que es lo mejor, más conveniente y justo, de esa manera tendrá una respuesta.

    - Muchas gracias, maestro.- sonreí ya sin dudas. Pero de nuevo mi mundo se sacudió al ver a Josué acercarse a Ángel, el del B. En condiciones normales me hubiera reído al ver las diferencias de ambos.

    Ángel es muy alto y algo gordo, de piel blanca. Josué de cuerpo ágil y le llega hasta la boca, de piel un poquito bronceada. Era como comparar a Cassios con Seiya. Algo compartían en común: esa mirada de seriedad.

    Y que Ángel me había interesado hacia un año y Josué ahora.

    -¿Qué te dijo?- quise saber

    - No te lo puedo decir.- respondió Ángel. Insistí todo el recreo pero mi amigo parece caja fuerte cuando de guardar secretos se trata. Me puse con los brazos extendidos para que no pasará a su salón sin decirme, pero por respuesta sólo me alzó, medio cargo hasta la entrada (son sólo tres pasos de separación) y me dejo dentro del mío.

    Tuve dos regaños en Química por no prestar atención y otras cuatro en Cívica y Ética. En Español sólo entregué el proyecto y en Educación Física ni hice nada, algo muy extraño en mí, no me gusta estar quieta ni de floja.

    A la salida me extrañó que Ángel junto con Josué y todas las chicas me rodearan. El chico anime se acercó a mi. Sus amigos y los míos lo esperaban aparte, mientras yo sentía que mi corazón se me iba a salir.

    - Prométeme que vas a estar bien, por favor.- rogué.

    - Lo prometo.- hubo un silencio que casi me empujaba a abrazarlo. Pero no hice nada. Luego él se volvió a Ángel.- Acompañala y defiéndela como si fuera lo más importante del mundo.

    Ahí si que me puse roja y un nudo se formó en mi garganta. Se dio la vuelta y yo me quedé como una idiota viéndolo partir.

    *************************

    Todas las niñas esperaron hasta que mi papá pasara por mi junto con Ángel.

    Yo me moría de la pena y de la desesperación por saber algo de los chicos. Pero probablemente no sabría nada hasta el día siguiente. ¿Y que demonios haría?

    Durante el camino a mi casa me hice la dormida aunque en mi mente no dejaban de dar vueltas las palabras de Josué.

    Hice la rutina de cada día: Llegamos, comimos, ordenamos todo, leí un rato y a continuación me puse a hacer bicicleta (no por gusto, si no por que así lo dijo el doctor), cambié el agua de Tortuguina y me bañé.

    La ducha me tranquilizó y ordenó mis ideas.

    Cuando acabé, por suerte Jocelyn me habló:

    - Adilene ¿Qué crees?

    - No, lo sé ‘¿Qué pasa?- La verdad ya sospechaba a qué se refería y lo único que quería era que hablara de una vez

    - Le dieron su merecido a Joel. Me encontré a Fernando en la tarde y me dijo que todos están bien, a Alfonso nada más se torció un poco la mano. Al parecer Joel pensó que Josué iba a ir solo y lo pensaba rodear, iba con seis amigos suyos, pero sorpresa que se llevaron al verlo acompañado. Les fue como en feria a esos matones.- informó muy emocionada. Un peso se me quitó de encima para darle paso a uno nuevo que se disipó al recordar las palabras del maestro de Velazco.

    Hablamos de cosas diversas que ahora no vienen al caso, yo mucho más alegre.

    Ya a las 10:00 me dormí, feliz.

    Tenía a mi propio héroe.

     
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    Dark RS

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    Saludos Lady Adeline:
    Primero, no se porque no habia visto venir (debí hacerlo) una analogía relacionada con saint seiya.
    Segundo, ese Joel que me cayó mal, buscando pleito sin motivo, y por su parte Josue defendiendo el honor de Adi,muy romantico.
    Tercero, no se si soy yo, pero hay cosas que por tratarse de elementos de tu vida diaria y no explicas hacen que el lector se confunda un poco, o fui solo yo; como por ejemplo todos los personajes que aparecen.
    Cuarto, Espero me invites a la continuación.
     
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    Sheccid

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    CAPÍTULO 5: EL CHICO DE LA BIBLIOTECA Y PENSAMIENTOS

    P.D.V NARRADOR.

    No era sencillo pensar en “Oh, genial, tengo poderes” ambos chicos estaban confundidos aunque no lo quisieran admitir.

    Adilene temblaba del miedo. Seguía leyendo los pensamientos, que a veces eran sensaciones que influían en su estado de ánimo.

    Descubrió que su mamá pensaba que era muy madura. Comprendió que su hermana estaba muy cansada por el trabajo, y descubrió que quería para Navidad.

    Tenía sus cosas buenas y malas. A la vecina por ejemplo no le gustaban sus zapatos. Lo que le preocupaba era quedarse sin saberse controlar sus dones y convertirse en un monstruo.

    A Josué también le daba terror el asunto. Durante toda su vida había admirado héroes y ahora estaba en la posibilidad de ser uno en posiblemente poco tiempo.

    Sin embargo estaba la diferencia de SER un héroe y de ADMIRAR a uno. Si, era muy valiente. Si, le gustaba ayudar a las personas y si, quería hacer algo para mejorar el mundo pero sus decisiones no sólo eran de él, debía platicarlas con Adilene.

    En el fondo sabía que lo desilusionaría que no le llegaran dones.

    Y si aceptaban trabajar juntos ¿Qué pasaría entre ellos?

    Amaba estar con ella, pero un asunto de trabajo y amor a la vez…era peligroso.

    Sus sentimientos eran firmes y claros ¿entonces por qué no pedirle a Adilene ser su novia? Debía ser una forma muy especial. ¿Qué sabía hacer él?¡Exacto! Un dibujo.

    Se puso manos a la obra poniendo toda su concentración en la hoja de papel.

    Trató de captar como su cabello se ondulaba hasta la mitad de la espalda. Sus ojos pequeños se volvieron grandes al estilo anime, seguidos de sus lentes. Su nariz achatada se volvió fina. Plegó en su boca una inocente a la vez misteriosa sonrisa.

    Cómo punto final dibujó su nuevo collar en forma de luna.

    - ¿Qué es eso?- preguntó una voz a su espalda. Su mamá revolvió el castaño cabello.

    - Eh…un regalo.- ella hizo un guiño travieso.

    - Si tú lo dices…Ya baja a cenar, faltas tú.

    - En un momento voy.- anunció él mientras la puerta se cerraba de nuevo. Sus manos con delicadeza doblaron el dibujo, no demasiado para que no se arrugara. A la mañana siguiente buscaría una rosa y se lo pediría a Adilene.

    - Mañana es el gran día.- musito, poniendo su trabajo encima de la mesa de noche.

    XOoOX

    Eso fue lo que hizo el chico misterioso. A la salida, lo que hizo Adilene fue lo

    siguiente:

    Ese día habían quedado de ir a la casa de Caro. Solamente tenían que esperarla, pues debía entregar un libro a la biblioteca.

    Adilene nunca había entrado a ese lugar. Todo estaba en perfecto orden y limpio. Los libros estaban separados en temas encima de estantes blancos.

    Jocelyn fue inmediatamente por uno de versos de amor.

    Fernandita por un libro de chistes.

    Edith mejor buscó la historia del futbol, su deporte favorito.

    Adilene fue inmediatamente por Cumbres Borrascosas.

    Si, ya había leído ese libro unas diez veces, pero no dejaba de sorprenderle su trama. Cerca de ese estante estaban las computadoras.

    Sólo una estaba ocupada por un niño al que no prestó atención. Ya se iba a ir, libro en mano, cuando él la llamó:

    - Es una novela fabulosa.- volteó. Sus ojos eran prácticamente negros, enmarcados por gruesas cejas. Su tez, un poco blanca, agradable. Sin duda estaba guapo. Ella contestó algo muy inteligente para la situación:

    - Si…

    - Muy pocos de nuestra edad se avientan un libro así. Y sin dibujos.- la chica rio con ganas.- Soy César- se presentó el desconocido tomando su mano y besándola.

    - Yo Eh…A-Adilene.- contestó bastante nerviosa ella. Busco nerviosa a sus amigas. Al mirarlas en la mesa, ellas fingieron estar ocupadas leyendo aunque Fernandititita llevaba el libro al revés

    - Me tengo que ir.- se disculpó la chica.

    - Entiendo, nos vemos.- respondió él con una sonrisa bastante seductora, aunque la probabilidad de volver a verse era de dos entre cien o más.

    XOoOX

    - Es muy guapo.

    - Si.-contestó Adi.

    - ¿Si? Esta bien irresistible y tu dices “si”.-ironizó Fer

    - Aparte lee lo mismo que tú.- añadió Edith

    - Un libro no es nada.- respondió la chica de lentes

    - ¡Ay Adilene! Tú siempre te complicas la vida.- dijeron a coro. Eso ella ya lo había escuchado muchas veces, en especial tema chicos. Prefería no ilusionarse a menos que fuera muy necesario. Ya había sufrido demasiado otras veces.

    XOoOX

    Aún en la computadora, César abrió una noticia de un sitio. La imprimió, para luego irse. El encabezado decía:

    “METEORITO CAE EN LA CIUDAD”…

     
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  8.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Saludos:
    Primero se ve bastante bien esta capítulo, un poco corto.
    Será que veo un triangulo amoroso aproximarse, o es que los veo en todas partes, me dejó con más preguntas que repuestas.
    Y Josue dibujando para Adi.
    Espero con ansias la conti.
     
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