Reino de Ogunros...

Tema en 'Reino de Ogunros' iniciado por Hitomi-chan, 17 Enero 2023.

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    Hitomi-chan

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    Kaisa Morinachi

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    Leonor Edevane
    Taberna de Ogunros

    La misión en esta ocasión no tenía por qué dificultarse, pues mientras mantuviéramos nuestras distancias con nuestros oídos bien atentos sería suficiente, o eso esperaba. Aunque no rechazaría una buena batalla, la verdad era que en esta misión no era necesario tener un encuentro cercano, por lo que era mejor evitar una pelea dónde podríamos terminar comprometiendo la seguridad de todo el grupo. No estaba en mis planes que por algún capricho mío el resto terminara pagando las consecuencias, sí iba a hacer algo, lo haría bien.

    La cosa es que terminamos en una de las tabernas más concurridas del reino, yo misma lo sabía porque estuve un montón de veces ahí, por lo que tampoco pude evitar que recuerdos, ahora dolorosos, estallaran en mi mente. La sonrisa de mi padre y las apuestas de mis hermanos por quién terminaba superando a quién, todos compartiendo un buen trago en su mesa predilecta, lugar al que mi vista se prendió hasta que el actuar Erick me trajo de vuelta al presente. Me acomodé la capucha de mejor manera sobre el cabello, para cubrirme lo mejor que podía, el clima había amanecido con el frio suficiente para permitir que me cubriera hasta la nariz sin levantar mayores sospechas. Erick pidió unas cervezas y yo las acepté sin mayores problemas, eran necesarias para nuestra fachada, aunque en verdad prefería mantener su consumo reservado para ocasiones especiales.

    La cerveza seguía siendo tan buena como recordaba, por lo que al menos sería algo que pudiera disfrutar en estos momentos. Me mantuve atenta a los sonidos de mi alrededor, hasta que un pez gordo se dignó a entrar en el lugar. La miré de reojo y tras escucharla, confirmando que era ella, me dirigí a Erick.

    —Ella es Rioncelle, Erick, de la familia Kurt —hablé tan bajo que con el ruido ambiente me cubría, por lo que tan solo podría escucharme él, evitando así incluso al tabernero. También me había apegado un poco más a su costado, para que la cercanía le permitiera escuchar todo con claridad. Mientras hablaba mis ojos estaban pegados a la jarra de cerveza—. Se le a considerado una prodigia desde bastante pequeña y parece ser hábil con cualquier arma que se le ponga en frente—. Fue entonces que busqué la mirada del hombre—. Su linaje también es conocido, pues es hija del antiguo general del imperio—. Me permití un silencio leve para luego tomar un trago de la cerveza—. Es alguien que hay que tener muy en cuenta a la hora de planificar los siguientes movimiento, o eso pienso.

    Brishen Loghty
    Taberna de Ogunrus

    Como este día teníamos la mañana despejada tanto Ackerley como yo acordamos en reunirnos en la taberna cuando él me visitó de pasada en la herrería. Parecía ir con prisas, así que no logramos ponernos al día, por lo que esta ocasión era ideal para ello. Le podría comentar qué tal había sido la visita a nuestros padres de hace unos días, con la excusa de entregar unas herramientas de trabajo que pagué con mi propio salario. Y, aparte de eso, el desgarrador grito de anoche seguía rondando en mi cabeza, pues al quedarme trabajando hasta tarde me permitió distinguirlo debido al silencio que otorgó esa noche al pueblo. El intenso olor a sangre traído con el viento había detenido mi martilleo, fue ahí cuando escuché el desgarrador grito, me asomé fuera con la lámpara y no pude ver nada en las cercanías, con temor recorrí la cuadra entera con una de mis espadas más filosas, pero no hubo rastro de nada. Cuanto menos extraño.

    Cuando llegó Ackerley le saludé con una sonrisa suave, preguntando luego qué tal le había ido estos días e invitando el primer trago. Lo dicho, le comenté cómo se encontraban nuestros padres y lo felices que estaban por nuestros avances en el reino. La alegría calma en mi rostro al contar esas cosas cambió por la seriedad cauta de lo que vendría a continuación.

    —¿Qué tan tarde estuviste despierto anoche?— Fue la primera pregunta—, pues yo estuve hasta la madrugada y en el trascurso de ese tiempo algo me dejó la sangre helada...— Me respalde en la silla a brazos cruzados— y la nariz apestada... Un grito, Ackerley, con el hedor a sangre detrás, ¿has sabido algo de eso? Es extraño que en este reino hayan conflictos, aunque los asaltos son cosas de las que nunca nos libraremos por completo... me extraña que el hedor haya sido tan intenso. Aquí está ocurriendo algo que se me escapa.

    Escuché paciente su respuesta, tras eso nadie más que las misma Rioncelle nos honró con su presencia. Su entrada me causó gracia y luego su saludo mi permitió sonreírle con amabilidad.

    —El gusto es mío, Rioncelle. Ya que Ackerley pagará por tu cerveza... —sonreí con cierta sorna hacia mi hermano, para luego apaciguar el gesto al dirigirme hacia la mujer—, puedes tomar haciendo con nosotros. ¿Qué tal has estado? ¿Qué me dices de tu esposo?

    quem yujú uwu

     
    Última edición: 18 Enero 2023
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    quem

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    Ackerley Loghty
    Taberna de Ogunru

    Ya había amanecido y eso lo agradecía ya que prácticamente no pude dormir toda la noche por el grito tan asqueroso que se escucho a noche, cosa que me extrañaba ya que casi el pueblo no se escucha ruidos como esos, lo logre escuchar ya que como siempre me había quedado hasta tarde practicando después de un baño, y al prepararme para dormir fue que escuche ese grito que en su paso dejo un olor desagradable. Olía a sangre.

    A este paso me arrepentía de no haber acompañado a mi rey. Deje de quejarme tanto para salir y pasar por el lugar en el que mi hermano trabajaba, solo quedamos en vernos en una taberna para así conversar de lo que paso anoche, seguí mi camino y pase por la casa de mis padres para saludarlos en el proceso, después de salir de allí me dirigí por un atajo sin muchas complicaciones, talvez llegaría tarde haberme con mi hermano pero un entrenamiento mañanero no le haría mal a nadie. Hasta que decidí por fin a avanzar hasta la dichosa taberna al llegar busque con la mirada a mi hermano y me dirigí al lugar donde el estaba cuando lo encontré.

    Claro como siempre el me recibió con una sonrisa cosa que devolví, escuche lo que me contaba sobre nuestros padres, asentí a todo contándole después que había pasado a visitarlos antes de venir por aquí. Hasta que note como su sonrisa cambiaba a una seria, la cual hasta podía decir que la mía seguía igual en todo en el momento, alce una ceja por lo que me diría continuación.

    —Muy tarde, estaba practicando como siempre tengo acostumbrado —murmure con un tono audible, escuchando lo que me decía después —. No, no se de que se trato, pero me resulto extraño, Brishen nunca había escuchado algo como eso en mi vida.

    Le respondía hasta que alguien decidió aparecer y era nada mas y nada menos que Rioncelle, la mire y una sonrisa apareció en mi boca cuando menciono lo de pagarle la bebida, ladee un poco la cabeza mirando a mi hermano cuando hablo y me miro con una sonrisa.

    —Como dijo mi hermano, te pagare la bebida puedes tomarla —murmure al mismo tiempo que mi hermano le hacia una pregunta.
     
    Última edición: 19 Enero 2023
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    Hitomi-chan

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    Erick

    Con discreción y de reojo pude ver a la mujer, su nombre y "hazañas" eran más que conocidas por mí, después de todo era la responsable de la muerte de un gran número de los nuestros, pero nunca la había visto en persona, a simple vista parecía débil.

    ¿Te has enfrentado a ella?— Dando un sorbo de mi cerveza gire a ver a Leonor —¿Conoces su forma de pelear?— Trate de parecer un tipo normal que habla con la chica a su lado, aunque parecía que nadie nos prestaba atención —¿Sabes quiénes son los tipos con los que esta?—




    Rioncelle Knut

    Deje escapar un gran suspiro en cuanto el tarro de cerveza llego a la mesa, habían sido días agotadores y al fin ponía tener un poco de paz. Tomé el tarro de cerveza y miré a los dos hermanos para de un trago tomar todo el líquido y pedir otra más de inmediato.

    El viaje con su majestad fue agotador, encontramos a un grupo pequeño de rebeldes en el camino y luego unos mercenarios que estaban cercanos al reino, pero nada importante que no solucionáramos— Al llegar la segunda cerveza bebi la mitad de su contenido para girar y ver a Brishen. —A veces creo que tu podrías saber más de mi esposo que yo— Sonreí al recordar a ese marido mío y terminé de tomar la cerveza —Ahora está en la herrería cerca del castillo, terminando una nueva alabarda para mi— Pedí una tercera ronda de cerveza y le indiqué al cantinero que el chico lindo con armadura frente a mi pagaría todo. —¿Y como ha estado todo por el reino, en mi ausencia?
     
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    Kaisa Morinachi

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    Brishen Loghty
    Taberna de Ogunrus

    Lo comenté que era bueno que visitara nuestros padres, aunque también admiraba que hubiera ido tan temprano, el lugar quedaba algo lejos, pero nada que una buena carrera pudiera no pudiera solucionar. Luego escuché con atención su respuesta, como no era de extrañar si se había quedado hasta tarde, era algo que compartíamos, el esfuerzo por nuestras pasiones. También me confirmó que escuchó el grito escalofriante y sintió ese desagradable olor... sólo una cosa pasó por mi mente.

    —¿No es extraño? —despege mi pensativa mirada de la mesa para sostener la de mi hermano—. Tu zona de entrenamiento queda bastante lejos de la herrería, por más fuerte que gritara, ¿cómo alcanzó a ambos? Aún peor, ¿cómo nos llegó a ambos ese olor a sangre? No creo que hayan sido dos asesinatos a la vez... o talvez sí, pero eso ya sería demasiada coincidencia —reflexioné mientras mi rostro con cada palabra se deforma a en una peor expresión de rechazo a la situación.

    Luego de eso Rioncelle llegó y tras los saludos Ackerley accedió a comprarle el trago, como yo había hecho con él.

    —Tch —chasquee ante la información de los rebeldes—. Cada vez parecen estar más cerca de la ciudad, también aumentaron sus fuerzas, ¿no?— Di un buen trago—, Ah, supongo que no todo se puede solucionar con violencia —comenté más bien al aire, ya iba siendo un buen tiempo desde que ese conflicto existía y de momento no parecía tener mayor solución que el derramamiento de sangre, cosa que no me dejaba más opción que reflexionar sobre las decisiones que tomaba nuestro ejército. Sentía cierta responsabilidad, aparte, pues era yo quien creaba las armas que permitían esos conflictos, todos los herreros teníamos esa carga encima, pero bueno, era mi responsabilidad brindarle las herramientas necesarias a nuestro reino para defenderse, un pequeño conflicto con rebeldes no me haría cambiar de parecer.

    —Oh, entiendo —respondí a su respuesta—, pues estoy tan ocupado como él, por lo que no he podido verle. Desde que mi maestro se fue tengo que cubrir el trabajo que hacíamos entre ambos, por lo que no ha sido tarea fácil, aunque si me ha permitido perfeccionarme en el rubro —solté último sin poder evitar una sonrisa escueta, alegre al menos por ese logro, para luego volver a la seriedad con mi vista fija en Rioncelle—. ¿Cuándo fue que volviste, Rioncelle? De casualidad... ¿escuchaste algo extraño ayer?

    Leonor Edevane
    Taberna de Ogunrus

    Mientras escuchaba a Erick intenté captar otra vez a la chica con la mirada, tras escucharlo empecé a buscar respuestas entre mis memorias.

    —Uhm...— Miré mi jarra de cerveza, cada vez más vacía, con la seriedad estampada en el rostro—. Tenía unos rangos más encima que yo, por lo que no tuve muchas chances de practicar contra ella por más que hubo un tiempo donde retaba a quién pudiera— El recuerdo me sacó una sonrisa cuando terminé por mirar a Erick otra vez, sin demorar luego en volver la vista a la cerveza—, batallamos a la par un par de veces, por lo que su estrategia me es algo conocida, pero no diría que lo suficiente—. Mi rostro de apoco se fue amargando, hasta que quedó claro que un mal recuerdo se aferraba a mi mente—. Creo... que mis hermanos la conocieron mejor, en esos aspectos, al menos...— Di un leve suspiro, para dejar atrás el dolor y volver a la seriedad, buscando la mirada de Erick—. En general es bastante diestra con cualquier arma, lo dicho, es una prodigio... pero algunas son más predilectas que otras, como la alabarda —Terminé reflexionando con la vista a al frente.

    >>¡Ah, cierto! Sobre los chicos...— Volteé a ver con discreción al par que estaba junto a Rioncelle, haciendo memoria no demoré en recordar un par de datos. Cierto escalofrío me recorrió la espalda, luego volví a mirar a Erick—. Otro prodigio, son los hermanos Lughty, los recuerdo, porque más de una vez nos tocó entrenar juntos, pues nuestras edades son cercanas... Según recuerdo, el mayor era un fiasco y terminó como aprendiz de herrero, a diferencia del menor, ese si daba buenas peleas —solté lo último con una sonrisa pronunciada, sintiendo el fervor de la batalla en mis ojos.
     
    Última edición: 20 Enero 2023
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    madarauchiha

    madarauchiha Gracias Andy!!! TWT Orientador Game Master

    Aries
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    Amedas Clifford (mercado)

    No era usual ver a la nobleza en mescolanza con la plebe, yo podía considerarme una excepción. La información era como el viento y la vox populi suponía una fuente tan fiable como evanescente. La habladuría era una de las fuentes mas directas y, pese a que cada boca las palabras salían con subjetividad hallándose influenciada por experiencias y la propia psique, la contrastación de las dos versiones de un mismo tema siempre tenía una pizca de verdad en ella.



    Asímismo hállome igualmente en el mercado para comprar algo de fruta y ojeé un poco la cantidad de gente que se encontraba en el mercado, nada inhabitual, suspiré caminando sin rumbo fijo solo buscando la manera de escuchar y, finalmente retornar a mis aposentos a continuar con mi lectura pese a que mi testa seguía llena del, inusual clima....
     
    Última edición: 19 Enero 2023
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    quem

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    Virgo
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    Ackerley Loghty

    Taberna de Ogunrus

    Brishen me comento algo sobre que era bueno que visitara a nuestros padres, la cosa era que se me hizo tarde por que había echado algunas vueltas para así poder ¿Cómo lo decía yo?, ejercitar los músculos eso siempre me sirvió para coger mas agilidad durante las peleas, así que no había nada de que quejarme. Hasta que me dijo la pregunta si no era extraño lo que paso a noche, podía decir que si era muy raro, pero no podía decir nada realmente no sabia con certeza cierta que había pasado.

    —Muy extraño —murmure dándole un tragón a mi bebida, mientras me encontraba con la mirada de mi hermano, y lo que lazando después me hizo pensar un poco era una lógica muy estable—. Eso mismo quisiera saber yo —replique con mis brazos encima de la mesa reposando sobre mi barbilla—. Aunque pensándolo bien ¿dos asesinatos y que nadie se diera cuenta? suena algo absurdo ¿no?.

    Después de aceptar pagarle la bebida a Rioncelle, escuche lo que ella decía sobre el viaje con el rey y sobre los rebeldes que encontraron, realmente esto cada vez se ponía mas extraño ¿de donde salían tantos rebeldes?, eso quiera saber. Porque cada vez eran mas desde que empezaron esos conflictos, y claro no podía omitir que era responsabilidad del ejercito terminarlos, aunque también me gustaría saber que estaba haciendo el rey para solucionarlos.

    Después de escuchar lo ultimo que conversaron Rioncelle y mi hermano note como la chica pedía la tercera ronda de cerveza y le decía al cantinero, que yo pagaría solo me dispuse hacer lo que había dicho que haría, pagar la bebidas. En eso escuchaba su pregunta.

    Rei con sorna, para murmurar: —Que no paso en el reino en tu ausencia, querrás decir —murmure—. A noche pasaron cosas muy extrañas —replique con seriedad en mi rostro, mientras escuchaba la pregunta que mi hermano le hacia.

     
    Última edición: 19 Enero 2023
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    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
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    Ang Sinclair

    Aquél día había decidido salir del bosque para tomar el extenso viaje a Ogunros, concretamente a su mercado y allí comprar unas provisiones, la verdad sea dicha, iba bastante abastecida en mi refugio, pero... ultimamente el ambiente no parecía ser precisamente consolador. Algo estaba cambiando, y presentía que como no me preparase, tal vez me terminaría arrepintiendo.

    Acaparaba miradas, como siempre que venía a la civilización, escuchaba susurros mencionarme, la palabra "bruja" era lo que más destacaba de entre todo, algunos me miraban con intriga, otros con miedo, en el fondo no me importaba en lo absoluto sus vidas ni sus pensamientos, como siempre, iba directo a mi objetivo sin buscar la interacción con absolutamente nadie.

    Por supuesto, mi vestimenta tampoco era algo común, incluso las marcas en mi cuerpo, pero a lo que venía al mercado era por unas conservas, unas en concreto, sobretodo unas de hierbas y frutas.

    Llegué al puesto donde pronto me atendieron y respondí al saludo por mera rutina, yo solo quería prácticamente llegar e irme sin que me molestasen ni entretuvieran demasiado.
    —Necesito unas conservas, ¿que tienes?—. Consulté de forma breve para esperar la respuesta del comerciante, cuando menos me di cuenta otra mujer estaba a mi lado, tal vez estaba antes, yo que sé, pero la gracia es que cargaba un libro y parecía buscar algo, la miré brevemente antes de desviar mi atención de nuevo a la comerciante sin darle más vueltas a su presencia.
     
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    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP Certified Gakkouwiki

    Libra
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    Raissa

    No era de mi agrado mezclarme entre las personas, pero una debía hacer algunos sacrificios para estar un paso más cerca de la comprensión absoluta del mundo. La noche anterior en particular… fue como si sacudiera mi curiosidad, como golpeándola con un gran martillo de sangre oscura; y eso que yo siempre tuve curiosidad inquieta que, como una bendición o una maldición, jamás se iba a detener. Nunca. Algo había sucedido en el bosque. Ante tal evento, opté por seguir la lógica de la discreción, husmeé hasta donde mi seguridad personal lo permitió. Pero algo de eso me sonaba… de algún lado.

    Así pues, me aventuré al mercado del reino de Ogunros con el fin de continuar con mis investigaciones. Los niños constantemente corrían tan cerca de mí que se chocaban contra mis caderas; no se inmutaban ante las miradas de desprecio que les lanzaba y seguían con lo suyo. Y a eso había que sumar a los adultos, que tan ruidosos e inquietos como los niños. Distraían mi lectura y de a ratos desviaban de mi mente el objetivo por el que había acudido al mercado: el príncipe. Tenía el dato de que se estaba paseando por el mercado, pero hasta el momento no había dado con él. Constantemente lo busqué con la mirada, sin éxitos.

    A sabiendas de que mi actitud podría ser considerada sospechosa ante la guardia de la realeza, tomé la decisión de disimular. Por tal motivo, me compré una manzana en un puesto de frutas, que además serviría para saciar el apetito. Mientras la comía con calma, cuidando de no manchar mi libro con su jugo, me acerqué hasta otro puesto, uno de conservas, fingiendo que me interesaba su mercancía. Esta ocasión la aproveché para seguir buscando al príncipe con la mirada.

    En el puesto se encontraba otra mujer. Sus ropas podían verse extrañas a ojos de la gentuza común y corriente, pero para una trotamundos como yo no resultaban llamativas. No se me pasó por alto mirada que me dirigió. Sonreí un poco: quizá era la ocasión perfecta para quitarme el aburrimiento que comenzaba a sentir.

    Es cierto lo que murmura la gente a tu alrededor —dije con una sonrisa pícara, mirándola de reojo con la manzana en una mano y el libro en la otra—. No hay duda de que eres una bruja, porque tu mirada ya me dejó hechizada.

     
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    Hitomi-chan

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    Rioncelle Knut


    Cuando un rey sostiene un poderoso reino, siempre habrá quienes ambicionen poseerlo para ellos...— Esta vez di un trago más suave a mi cerveza —...Aunque los rebeldes aumenten, nuestras fuerzas también lo harán— Sonreí para ambos chicos en un intento por volver al ambiente alegre de antes.


    Si me lo preguntan, casarse con un herrero es saber que nunca tendrá tiempo para ti— Miré al menor de los hermanos y reí —Aunque eso también se aplica para nosotros Ackerly, creo que por eso ninguno de los dos se ha casado aún— Mire burlonamente a ambos mientras tomba mi bebida, al menos hasta que escuche la última pregunta de Brishen pregunta...

    >>¿Cuándo fue que volviste, Rioncelle? De casualidad... ¿escuchaste algo extraño ayer?>>

    Regrese hace un par de días, justamente ayer dormí todo el día y la noche...— Trate de restarle importancia al asunto, no deseaba que nadie comenzara a alterarse por esas cosas —...Estaba tan casada de todo, que dormí como una piedra...¿Por que? ¿Paso algo anoche? — Fije mi vista en el herrero y luego en el soldado, al menos quería saber que era lo que ellos escucharon y sabian.








    Erick:

    Toda esa información que Leonor me estaba dando era muy valiosa para mi, nada mejor que conocer ese reino desde dentro.
    Gracias por tu ayuda Leonor— Le sonreí y terminé por beber mi cerveza —Debemos reunirnos con dos de nuestros amigos que ya tienen aquí un par de días— Bajando mi voz lo más posible para que solo la chica a mi lado me escuchara, me acerque un poco más a ella —Pero antes de eso necesito conseguir algunas provisiones para nuestros hermanos— Después de todo, algunos de los nuestros pasaban hambre y necesitábamos algo de medicina también, si ya estábamos en ese lugar, al menos aprovechar un poco y obtener lo que necesitábamos
    No tenemos mucho tiempo, pero necesito saber lo que ellos están hablando— Señale discretamente al grupo tras nosotros, esa "información" de los rebeldes era necesaria, al menos para saber que tanto sabían de nosotros.

    Mori
    1. Quedarse junto a Erick a escuchar la platica
    2. Ofrecerse a salir y conseguir esas provisiones








    Un grupo de niños paso jugando al lado del príncipe haciendo que este por un segundo perdiera el equilibro y casi cayera al suelo, pero evitándolo gracias a un buen reflejo..... ¿Que acaso nadie conocía al príncipe?

    >>
    —¿Escuchaste ese horrendo grito de anoche? — Una mujer adulta que estaba acompañada de otra, paso a un lado del joven Clifford hablando tranquilamente sin percatarse de la presencia real.

    —Claro que lo escuche, se me helo la sangre de escucharlo—

    —¿Crees que mataron a alguien? —

    —¿Dentro del reino? , no creo eso sea posible, ya lo sabríamos—

    —¿Entonces que fue eso de anoche? —

    —Tal vez sea cierta esa vieja leyenda, y el viento anuncia un desastre—

    —Eso lo decía mi abuelo, pero no es más que cuentos de viejos... ¿no?—

    Antes de seguir hablando, una de ellas al fin pudo ver al joven inclinándose ante él y saludándolo cortésmente, para luego su amiga hacer lo mismo y ambas comenzar a caminar rápidamente lejos del príncipe.


    >>









    Con alegría el comerciante saludo a la mujer y comenzó a mostrarle sus productos, un cliente con oro siempre era bienvenido.

    —Tengo carne de jabalí, pato, codorniz, cerdo y justo hoy me han traído unos filetes de pescado— Mostrando las piezas de carne secas por la sal sonrió aún más, para luego señalarle los pequeños recipientes con especias —Además también tengo comino, el jengibre, clavo, sal, azafrán....— Miro fijamente a la mujer —Dígame que necesita y yo se lo vendo—

    Al ver llegar a la otra chica, el comerciante se emocionó de una nueva clienta, pero antes de decir algo escucho a la chica dirigirse a la otra y solo pudo observarlas en silencio....

    El comerciante....
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    Temarii Juuzou

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    Shawn (Mercado)

    No era propio de si mismo caminar por el mercado, y no es que no lo hubiera hecho antes con su padre (quien aseguraba que todos los seres humanos eran iguales y no se debía hacer ninguna distinción), pero por más acostumbrado que estuviera a la mezcla de olores, entre perfumes baratos, fruta fresca, carne, pescado... Y la poca higiene de los más pobres, jamás podría terminar por acostumbrarse. Pero era necesario estar ahí, en poco tiempo comenzaría a enseñarle a la hija menor de un monarca importante y los libros de la biblioteca real no tenían la información que necesitaba. La niña era "especial", más lenta que cualquier otro niño que hubiese estudiado con él o su padre y Shawn se negaba a perder su gran reputación de profesor. Tenía que poder con esa niña, pero nada en el palacio le ayudó, así que, desesperado, acudió a los chismes de algunos empleados que, por lo que entendía, podían conseguir cualquier cosa en las profundidades del sucio mercado.

    Claro, nadie debía reconocerlo al momento de ir a ese sitio en especial, por lo que pasearse entre la gente, mezclarse, era su primer paso. Incluso se dio el lujo de comprar un nuevo tintero, no pudo evitarlo; brilló desde lejos y le llamo, pidiéndole que lo hiciera suyo. Después de ficha compra, un tanto innecesaria, continúo su camino; pronto se haría de noche y eso solo significaba que el mercado estaba a punto de cerrar, así que apuró su paso, en la oscuridad sería más difícil que alguien lo reconociera.

    Pero una voz, una dulce y delicada voz tan reconocida para él, lo hizo saltar y detenerse.

    — ¡Santo cielo! —murmuró más fuerte de lo que le hubiese gustado. Se arregló las gafas y carraspeó con un poco, con nerviosismo.

    Le sonrió a la joven frente a él y, después de acomodarse la túnica, dio una pequeña reverencia, tenía que mantener la compostura incluso en un sitio tan sucio como el mercado.

    —Madam', no esperaba encontrarme con usted por estos... Lados —evitar una muñeca desagradable fue todo un logro para él —. Por desgracia no, aún debo comprar algunas cosas... ¿Acaso usted ya está por ir al castillo?

    Esperaba que la respuesta fuera si, lo que menos necesitaba era tener que posponer su visita a aquel lugar un día más. Era casi una tortura para su cuerpo pisar un sitio tan desagradable como aquel mercado. Mantuvo su sonrisa, decente, educado, incluso cuando la respuesta fue negativa.
     
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    Temarii Juuzou

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    Mitchell (Mercado)

    Escuchar conversaciones ajenas no era digno de él, de nadie con modales, pensó, pero a veces era algo inevitable, sobre todo en un sitio tan bullicioso cómo el mercado. Podía oír el ruido de los enormes cuchillos de los carniceros, a los comerciantes de fruta gritando los precios de las frutas de temporada y a los lugareños negociar con los artesanos por mejores precios. Solía hacer oídos sordos, si no se dirigían directo con él, no debía porque prestar atención, pero aquella conversación simplemente fue difícil de ignorar. ¿Un asesinato? ¿En el reino? No había escuchado nada acerca de eso, pero tampoco es que fuese muy cotilla. Solía estar informado únicamente de lo que le importaba y eso, en general, era ayudar a las personas que lo necesitaran. Pero un asesinato era importante ¿No? Eso solo significaría que una persona peligrosa rondaba por el reino y podría hacerle daño a alguien más.

    Sus pensamientos volaron de su cabeza en cuanto reconoció al príncipe, rápidamente le dedico una reverencia antes de acercarse y ayudarle con la túnica, un tanto arrugada por los empujones. Le extrañaba verlo en aquel sitio, era normal ver nobles en el mercado, normalmente acompañados de guardias o más nobles, el único que solía acudir totalmente solo era él, así que ver al príncipe sin escolta alguna le pareció un tanto... Inquietante.

    —Majestad, que coincidencia encontrarlo por aquí... ¿Se encuentra bien?

    Se miraba tan consternado cómo el mismo Mitchell ¿Acaso estaban pensando lo mismo? ¿En aquel asesinato? A diario moría gente, eso era seguro, sobre todo cuando el servicio de salud era tan deficiente con los menos afortunados, así que podría simplemente no ser nada, quizá una nueva plaga...

    —Creo que debería escoltarlo al palacio, Majestad... No se mira con buena cara.

    Dijo un poco sonrojado. Jamás fue cercano a la familia real, los conocía porque debía hacerlo y, si hacía memoria, las únicas veces que había cruzado palabra con el príncipe habían sido en la niñez, al jugar. Una vez ambos comenzaron a crecer se habían distanciado, así que no sabía si debía tratarlo como lo que era, el príncipe de su reino, o ese viejo amigo.

     
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    Gigavehl

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    Ang Sinclair

    Escuché lo que la encargada quien, con jovialidad me saludó y me esbozó lo que tenía en venta, me quedé un momento reflexiva cuando una en específico captó mi atención, iba a hablar, cuando la otra mujer del libro me interrumpió, no la miré, como ella me mantuve observándola de reojo cuando mencionó la parte de lo que la gente decía de mí, lindo, más de lo mismo cuando daban conmigo, osease, nada nuevo.

    Sin embargo, deslicé mis ojos hacia ella, sin girar mi cabeza, cuando vi su ligera sonrisa y su remate con respecto a dejarla... "hechizada".

    En ese momento volteé a verla, algo lento, porque me parecía curioso lo pícara que estaba siendo, tal vez quería jugar un poco o anhelaba ponerme a prueba, pero no estaba de humor para ello, tristemente para ella.
    —Siempre basta una mirada... para ver quién sucumbe con facilidad; ten cuidado—. Respondí sin mucho interés pero sí con un deje desafiante al final... ¿era mi forma de decir que me tuviese cuidado? En parte, solo quería seguirle un poco el juego antes de acabar con mi transacción e irme como todos los días.

    —¿Cuánto por al Azafrán?—. Pregunté a la comerciante.
     
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    Leonor Edevane
    Taberna de Ogunros -> Mercado de Ogunros

    Suavice la sonrisa cuando recibí el agradecimiento de Erick, para luego escucharle con atención apoyando mi rostro en la palma cerrada de mi mano.

    —Uhm... —musité a media charla, para luego dar un chasquido—. Tch...— Apoyando el mentón ahora sobre mis manos entrecruzadas, pensativa con la vista en frente. Tras eso y debido a que tenía ya la jarra vacía me levanté de mi puesto—. Iré a por las provisiones y todo lo que sea necesario...— Miré de reojo a los que estaban en la mesa lejana—, temo que no podré acercarme mucho sin que me reconozcan—. Quería evitar dar explicaciones de por qué regresaba de entre los muertos tras tantos días. Me acomodé la capucha de pura manía, brindándole una sonrisa grata a Erick—, cuando termine los recados volveré a la entrada de la taberna, si te parece bien.

    Esa fue mi despedida para moverme entre los comensales y perderme tras la puerta de la taberna. Confiaba en que Erick haría un buen trabajo, por lo que esperaba que yo también pudiera conseguir todo lo necesario.

    Elijo confiar en que Erick podrá hacer bien de escucha y mando a Leonor a comprar lo que es necesario para los rebeldes uwu

    Brishen Logthy
    Taberna de Ogunros

    Ackerley mantenía razón en cuanto que nadie supiera nada concreto sí lo que hubiera ocurrido fue un asesinato doble, o bien nosotros aún no encontrábamos a ningún testigo más cercano que pudiera aclararnos la situación. En reino era grande, aquella última opción mantenía su sentido.

    —Cuenta con que los herreros tampoco dejarán de perfeccionarse —agregué a su comentario sobre los rebeldes—, no en vano mi maestro fue en busca de aquellos materiales —solté con calma, deseando por dentro que estuviera bien. Mientras, el comentario de Rioncelle sobre casarse me logró sacar una risa nasal acompañada de una sonrisa de costado—. ¿Estás diciendo que mi falta de pretendientes se debe a mi trabajo y no a mi persona? Que halago, ya me preguntaba sí mi rostro las espantaba. Aunque, supongo, que prefiero estar con quienes respeten mi labor —comenté lo último ya con la sonrisa calma, pero no puede evitar sonreír con algo de picardía hacia mi hermano—, aunque una cosa es un aburrido herrero y otra un valiente guerrero, ¿no nos tendrás escondidos tus amoríos, Ackerley?

    Fue entre las bromas que Rioncelle respondió a mi pregunta, lo que me hizo mirarla con bastante seriedad. Busqué en su expresión algo que me pudiera dar información extra, pero todo parecía verídico en ella.

    —Un grito, Rioncelle, junto al asqueroso hedor de la sangre, pero más extraño que el posible asesinato en si mismo es que tanto Ackerley como yo lo escuchamos, siendo que estábamos muy lejos el uno del otro, ¿Cierto, Ackerley?— Volví a centrar la vista en Rioncelle luego de mirar a Ackerley con mis últimas palabras, la función en mi ceño se acentuó—. ¿No te parece extraño? Me gustaría saber tu opinión.
     
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    Ackerley Loghty
    Taberna de Ogunros

    Escuche atento a lo que Rioncelle hablaba sobre casarse, y para ser sincero esa palabra no cruzo por mi cabeza, nunca, mas por que no quería exponer a mi esposa e hijos a este mundo, primero prefiero quedarme solo que vivir con el miedo o preocupación de que algo les este pasando en mi ausencia, demasiado tenia con la preocupación de mis padres en este momento, y no quería mas preocupación. Lleve mi vista al frente para tomar en el proceso mas de mi bebida y al regresarla a mi hermano y Rioncelle escuché lo que hablaban en el proceso sin comentar nada. Y en algo tenia razón Rioncelle era que si ellos crecían con mas fuerza, pues nosotros también el reino no iba aquedarse sin protección mientras yo viva.

    Acomode bien mi armadura, y levante mis ojos hacia la chica cuando menciono mi nombre y alce una ceja con mi rostro algo serio.

    —Creo que piensas bien Rioncelle, por ahora no pienso en casarme —murmure, escuchando lo que mi hermano le decía que si le faltaban pretendientes era por su trabajo, solo lo mire y lleve mi vista al frente —. Pues la persona que quiera estar contigo Brishen, tendría que aceptarte tal y como eres ¿no?.

    Bueno la cosa fue que Brishen se puso hacer una comparación entre un herrero y un guerrero, y para decir verdad no le mire ningún defecto. Los herreros aunque no pelen en una batalla tan bien se sacrifican, haciendo las armas que un guerrero necesita así que los dos son importantes para el reino. Mi vista se fue de golpe hacia mi hermano cuando menciono sobre si tenia algún amorío escondido.

    —Créeme Brishen que si tuviera algún amorío, fueras el primero en enterarte, después de todo somos hermanos no? —replique escuchando la respuesta de Rioncelle ante la pregunta que le hizo mi hermano, pues el también le respondió sobre que había pasado anoche y yo mantuve el silencio hasta que mi hermano se dirigió a mi.

    Solo lo mire para responder —Si —murmure—. Y de hay es cuando se nos viene la pregunta ¿Qué si fueron dos asesinatos o uno?. —Respondí para escuchar como mi hermano le preguntaba a Rioncelle si no le parecía extraño. Yo solo la mire esperando su respuesta.
     
    Última edición: 21 Enero 2023
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    Anna Clifford

    Sonreí divertida la ver la reacción de mi profesor, conociéndolo seguramente estaba viviendo un "infierno" al estar en el mercado del reino, y aunque para mí era divertido, también lo compadecía un poco de vivir algo que le desagradaba tanto.

    ¿Gusta una fruta profesor? — Saque una manzana que mi dama de compañía recién había comprado para mí, y se la entregue al hombre —... Estoy buscando a mi hermano, pero no logro encontrarlo

    Gire mi vista para ver de nuevo a mi alrededor y encontrar a ese príncipe que pese a su altura no lograba encontrar, pero de nuevo todo era inútil. Deje escapar un suspiro de resignación y no puede evitar la tentación de preguntarle a ese hombre frente a mí, de lo que todos habían estado hablando ese día.

    Profesor, usted ...—Me daba algo de vergüenza preguntar, pero al mismo tiempo tenía curiosidad y hasta algo de miedo —... ¿Escucho lo que paso por la noche?, ese... grito desgarrador— Fije mi vista en el hombre, esperando su respuesta, él era un hombre de ciencia, seguro al menos sabia algo.


    La comerciante estaba tan entusiasmada con ambas mujeres que escuchar como la primera le preguntaba por uno de sus productos la sorprendió un poco, pero de inmediato regreso a sus sentidos y a su trabajo.

    —Dos libras de plata, pero te aseguro que es de la mejor calidad...— Le extendió el recipiente con el azafrán para que lo pudiera ver mejor.







    Erick

    Concentrarte en obtener medicinas y ungüentos... — Miré a la chica y con cuidado le extendí una pequeña bolsa con apenas algunas moneda de plata —Compra algo para no levantar sospechas y roba todo lo demás— Acercándome a ella para susúrrale al oído le entregue las pocas monedas y le sonreí antes de que se marchará. —Te veo en la entrada más tarde

    >>
    Una vez fuera de la taberna, Leonor fue directamente hasta el mercado evitando todos aquellos lugares que no vendían lo que ella buscaba y deteniéndose justo frente a un pequeño puesto con algunos frascos de pociones medicinales.

    "—Majestad, que coincidencia encontrarlo por aquí... ¿Se encuentra bien?"

    Justo a un lado de ella, una voz masculina la hizo girar un poco para encontrarse al príncipe del reino y otro chico de la nobleza a pocos metros de donde ella estaba.
    >>

    Recuerda que solo alguien del ejercito podría reconocerte, los demás es muy poco probable....

    1. Ignorarlos y tratar de comprar algo
    2. Acercarte a ellos y fingir ser alguien necesitado en busca de monedas
    3. Ser "amable" y al igual que ese noble, intentar saber si el príncipe está bien para ganar su simpatía.......

    Rioncelle Knut


    Mire a ambos hermanos "discutir" sobre sus amoríos y no puedo evitar sonreír, eran tan lindos y tiernos que me daban ganas de abrazos y revolverles en cabello como mi padre hacia conmigo de niña.

    Y yo que pensaba presentarles a unas lindas chicas — Fingí molestia en mi rostro, y miré a ambos con desaprobación —Pero seguramente me harán quedar mal y como la peor de las casamenteras— Di un trago a mi cerveza dispuesta a seguir con la broma, pero Brishen parecía tener el don para hacerme cambiar mi semblante a uno serio.

    Les dije que los rebeldes están cerca del reino...—Aunque no podía decir la verdad, al menos debía decir algo que los dejara en calma —...Ackerley, tu sabrás los detalles una vez que nos reunamos con el rey...— Me incliné al frente para bajar mi voz y que solo los hermanos me escucharan —Mientras tanto sigan su vida normal y traten de no alterar el reino con suposiciones y falsas teorías— Con voz tranquila, pero firme a la vez hablé con ambos hombres —Si alguien murió anoche, tengan por seguro que no era nadie inocente—
     
    Última edición: 23 Enero 2023
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    Kaisa Morinachi

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    Leonor Edevane
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    Erick estuvo de acuerdo con mi desición, por lo que no podía estar más satisfecha en aquel momento. Lo dejé hacer cuánto quisiera, por lo que ni me inmute cuando acercó su rostro a mi oído. Con que robar, eh, puede que de pequeña le haya quitado una que otra cosa a algún compañerito de clase, pero nunca se me habría pasado por la cabeza robar a un comerciante, pero el tiempo pasaba y las cosas cambiaban, no podíamos permitirnos mayores gastos para la mantención de los rebeldes cuando nuestros ingresos eran escasos. Sonreí tras la tela que cubría de mi nariz hasta el mentón en respuesta al gesto de Erick al despedirse, de cualquier forma de notaba la expresión en mis ojos.

    —Ahí estaré —correspondí despidiendome entonces con la mano.

    Con agilidad y recordando mis viejos días en la ciudad me moví a través de mercantes y caseros, hasta llegar al puesto que era de mi interés. Miré con seriedad todo y estaba centrada en buscar el remedio exacto cuando una voz llegó a mis oídos.

    "Majestad", volteé entonces para divisar que un noble junto al mismísimo príncipe se encontraban no muy lejos de mí, cubiertos por el tumulto de gente. Miré otra vez hacia el puesto, hice contacto visual con quién atendía y eso me dio tiempo suficiente para tomar una decisión. Mi corazón latía con expectativa, fingir desconocer a tal celebridad me brindaba algo de adrenalina, por lo que con calma y el rostro bien cubierto me acerqué al par. Con suerte y se escapaban un par de hebras doradas de la capucha.

    —Disculpen —dije una vez cerca, con ojitos de cordero degollado y una voz suave, cosa que pocas veces verías en mi de buenas a primeras—, soy nueva en esta ciudad y es primera vez que vengo al mercado, tengo un hermano enfermo y, aunque llevo buscando un tiempo, no he podido encontrar un puesto con la medicina necesaria, ¿sabrán ustedes qué lugar me puede brindar ayuda?— La voz necesitada y compasiva mezclada con mis ojos que reflejaban cierta sumisión estuvieron presentes en todo mi discurso, que podríamos decir era mitad mentira, mitad verdad. No es que me agradará fingir de tal manera, pero todo sea por conseguir información valiosa para Erick, qué importaba un poquito de dignidad por algo que podría llegar a darnos la victoria. Fue entonces que reparé en la cara del príncipe recordando las palabras de otro noble, era cierto que no se veía muy bien.

    —Oh, chico, tienes cara de no haber descansado ni un poquito, ¿te encuentras bien? —cuestioné con preocupación llevándome una mano empuñada al pecho, cuando la verdad era que por dentro sentía mera curiosidad, me dirigí entonces al noble—, puede a ustedes les convenga también encontrar un puesto de medicinas, ¡Si sufres de insomnio puedo recomendarte unas muy buenas hierbas! —terminé por dirigirme otra vez al príncipe, con algo de entusiasmo en el rostro.

    Puede que lo de las hierbas fuera lo más verídico entre todo el teatro.

    Brishen Logthy
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    La gracia de Rioncelle con sus bromas logró sacarme una sonrisa en la misma vibra, pero la verdad es que habían cosas que me preocupaban, pero antes escuché las respuestas de Ackerley, una sonrisa amplia y tranquila me cubrió el rostro.

    —Razón no te falta, por lo que cuando encuentre a quién me complemente sin cambiarme para mal no me quedará otra que comentarte a ti también —dije aquello con la sonrisa más amplia en su dirección. No es que pecara de ser alguien desagradable, pero entre ser un ciervo del trabajo y mi actitud más bien calma toda mi vida había sido de pocos cercanos, por lo que no era de extrañar que uno de mis primeros confidentes fuera Ackerley, quien se había ganado ese puesto desde que cumplió unos quince años. Era increíble cómo a veces el tiempo pasaba sin que nos percataramos de ello.

    Ahora sí, con la seriedad correspondiente escuché la respuesta de Rioncelle, mirando de reojo a Ackerley cuando comentó que el tendría más información después. Mi rostro serio volvió a caer sobre la chica, no muy contento con la escasa información. Mi vista se agudizó repasando sus palabras en mi cabeza. Acomodé mi torso sobre la mesa aferrándome bien a la jarra de cerveza ya casi vacía.

    —¿Entonces los fallecidos fueron unos rebeldes?— Me respaldé entonces sobre la silla, para cruzarme luego de brazos—, ¿No crees, Rioncelle, que la falta de información puede avivar esos rumores? —mantuve mi voz en un volumen recatado, respetando su deseo de no despertar alboroto en los otros—, sí eran malos y no significaban peligro, ¿Para qué ocultarlo?... Aunque sí es una situación que se les escapa de las manos...— Cerré los ojos y me acerqué otra vez a la mesa, agarrando mi jarra—, supongo que no es correcto hablarlo en una taberna —concluí.

    Con eso terminé por observar todos mis alrededores con rapidez gracias a un sencillo movimiento de ojos, terminando por empinar la cerveza para acabar el poco que me quedaba.
     
    Última edición: 24 Enero 2023
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    Ackerley Loghty
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    Mire a Rioncelle por un momento, en el proceso pude notar su sonrisa, seguro que era por la charla corta de amoríos que tuve con mi hermano. Solo me quedo alzar una ceja cuando escuche que pensaba presentarnos unas chicas, solo ladee un poco la cabeza, sonriendo para mis adentros, realmente si llegaba hacer eso o lo pensó hacer iba perder tiempo por que yo no quería ahora nada de amoríos, por ahora. Estaba demasiado ocupado con lo que pasaba con los rebeldes para hacerlo.

    Entonces lleve mi rostro hasta, el de mi hermano cuando escuche su voz sobre decirme que también me comentaría algo sobre si encontraba a alguien que lo complemente sin cambiarlo, solo asentí un poco con entusiasmo ya que, con mi hermano siempre había esa confianza para contarnos todo lo que nos pasaba, entre los dos sabíamos que no solo éramos hermanos, si no que también mejores amigos.

    La cosa fue que la conversación dio un giro a algo drástico por el tema ese, de lo que paso a noche, pues el rostro de Rioncelle paso de uno alegre a uno serio, solo la mire un poco para escuchar atento a lo que decía mientras que seguía tomando de mi bebida. Entonces la chica me nombro y acomode mi postura y mi rostro al mismo tiempo hasta podía decir que me puse serio, tener información cuando llegara a donde el rey podía decir que me ponía contento, necesitaba saber que estaba pasando con el reino.

    Sin embargo ella se inclino al frente y lo que dijo después me saco una risa pero fue mas de burla, que de otra cosa.

    —No lo creo con algo como eso, no podremos seguir con nuestras vidas tranquilas —murmure escuchando lo que decía después, dejando pasar por alto lo que dijo que si a noche alguien murió teníamos que tener seguro que no era inocente.


    Lleve mi vista a mi hermano de reojo cuando escuche su pregunta, no me había puesto a pensar en eso, pero lo que me preguntaba era si eran rebeldes ¿Quién los matos? y ¿por que lo hicieron?.

    —Ya se que no debemos alterar el reino, ni nada por el estilo pero sacando una conclusión con esa pregunta Brishen —replique con voz baja la misma que Rioncelle había usado—. Quisiera saber ¿por que?, y ¿si eran inocentes por que los matarían, hasta ocultarlos?.

    Pregunte llevando mis manos al borde de la mesa para distraerme con unos golpecitos bajos, en lo que observa a Brishen respaldarse sobre la silla y cruzar los brazos y escuchaba su pregunta a Rioncelle, la misma que tal vez esperaba que respondiera, no iba aguantar por obtener información hasta llegar al rey. Seguí tomando un poco de mi bebida, llevándome una mano a la barbilla pensativo, escuchando poco lo que mi hermano le pregunto después.
     
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    Ang Sinclair

    Fruncí un momento el ceño al ver lo anonadada que la mujer se encontraba con respecto a nosotras... ¿Pero porqué le daba tanta relevancia? Bueno... en fin, gente del reino...

    Al final me extendió el frasco para ver mejor el contenido, lo jugueteé un poco para revisarlo, incluso parecía que no lo hacía con mucho cuidado pero la realidad es que manejaba el asunto bastante bien, al final afirmé y saqué las dos libras de plata para aceptar la compra.
    —Está bien, con esto me parece suficiente—. Dije para dar un último vistazo antes de guardar el recipiente.

    Miré alrededor un instante y por ahí pude ver al príncipe, bufé por lo bajo con desinterés, no es como que su presencia me llamase demasiado la atención.
    >>Me tengo que ir. —"y quién sabe hasta cuando", pensé, para hacer ademán de retirarme.

    Lo sentía, pero yo no venía precisamente a hacer espectáculo, yo venía a lo que venía sin querer darle vueltas a nada en concreto...
     
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    Rioncelle Knut

    Apenas logre sonreír ante los líos amorosos de esos hermanos, era refrescante para mi hablar de otras cosas que no fuera muerte y guerra, pero al parecer todo siempre se inclinaba hacia esas dos cosas.

    El rey debe estar reunido con sus consejeros ahora mismo, tal vez por la tarde o noche él informará lo que paso...— Deje escapar un suspiro de cansancio e incluso relaje mis hombros —Nadie pretende ocultar nada— Miré a Brishen con un poco de molestia, no me agradaba para nada su pensar en ese momento sobre lo sucedido. Al menos con el soldado podría reprenderlo más tarde por su actitud —Pero la información que se brinde debe ser precisa y no solo suposiciones, por eso mismo les pido eviten hablar de eso hasta saber lo que paso. Yo misma aún no se lo ocurrido con certeza hasta que me reúna con el rey—

    Me puse de pie y miré a ambos hermanos, el breve momento de tranquilidad había terminado.

    Sígueme Ackerley tenemos que reunirnos con el rey— Di algunos pasos a la salida de la taberna y giré por última vez a ver al herrero —Hasta pronto Brsihen—

    Una vez fuera de la taberna estiré un poco mis brazos y esperé el soldado que venía tras de mi llegara a mi lado, para comenzar a caminar en silencio rumbo al palacio.

    quem , Ackerley debe seguir a Rioncelle fuera de la taberna xD

    Mori, Brishen tiene que elegir:
    a) Quedarse un poco más en la taberna
    b) Salir y pasar por el mercado antes de llegar a su lugar de trabajo....









    Un placer atenderla...— La mujer sonrió ante su clienta y tomo gustosa la paga por su mercancía —...Si necesita cualquier otra cosa no dude en visitar mi puesto—

    Gigavehl , la brujita debe hacer su primera elección....

    A) Comienza a hacer frio y la noche no tarda en caer... Es mejor buscar donde pasar la noche en el reino
    B) Hora de irse, es mejor comenzar a caminar rumbo a la salida
     
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  1. Hitomi-chan
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