Título: Regalo Fandom: Zero no Tsukaima Personajes: Bergren Johansson, Satoko Shichimiya Palabras: 472 Summary: "Tranquila, si te da vergüenza llevarlo puesto… Siempre podemos quitártelo… ¿verdad?" N/A: Gabi: pide un fanfic de una pareja. Also Gabi: fuck it i'll do it myself. Esto da mucha vergüenza ajena, avisados estáis. | Bruno EVF he usado a tu personaje, perdón por ello (??? | SweetSorrow a esto me refería bitch (??? Era un cálido 10 de julio y Satoko estaba especialmente feliz. Había celebrado su cumpleaños con su familia más cercana por la mañana y había tenido una merienda muy agradable con sus amigas por la tarde. Estaba ya casi anocheciendo cuando la joven llegó al piso donde vivía, sorprendiéndose por la aparición de una figura muy conocida en la puerta de su casa. —¡Bergren! —exclamó, alegre, al alcanzar su posición—. ¡Pensé que estabas en tu ciudad! El pelirrojo simplemente sonrió de lado, agarrando a la chica por la cintura no mucho después. Acercó sus labios a la oreja de la misma. —¿Creías que me había olvidado de tu cumpleaños? —susurró, con tono dulzón. Se separó después, mirando aun con esa sonrisa de suficiencia la reacción que había provocado en la joven: un extendido sonrojo por su rostro y un leve temblor que intentaba controlar pero que no podía. >>Te he traído un regalo —siguió hablando, con tono normal, levantando una bolsa de papel para que la joven pudiese verlo. —¡¿En serio?! —el rostro de la chica se iluminó al escuchar aquello, olvidando por un momento lo sucedido segundos atrás—. ¡Pasa, entonces! Al girarse para abrir la puerta, Satoko no pudo ver la pequeña sonrisa enternecida de Bergren. Solo ella era capaz de provocarle una reacción tan pura al chico. Entraron al piso no mucho después. No era la primera vez que el chico entraba en aquel lugar, así que fácilmente encontró el salón y se sentó en uno de los sillones del mismo. Satoko, tras dejar las cosas que llevaba consigo en su cuarto, se sentó en el sofá, mirándolo con una sonrisa ilusionada. El pelirrojo no tardó en darle la bolsa a la chica y ella, como si fuese una niña pequeña, tardó menos de un segundo en sacar el contenido de su interior. La expresión de su rostro fue de pura confusión cuando intentó descifrar que era aquella tela roja que sujetaba entre sus manos. —¿Por qué no te lo pruebas? —habló Bergren, divertido. La chica no dudo en aceptar y salió corriendo hacia su habitación para probarse la prenda. Bergren esperó de forma paciente hasta que minutos más tarde la joven apareció, a paso lento, por la puerta del salón. Lo que el chico le había regalado era un traje de conejo, sabiendo que este era el animal favorito de la castaña. Pero, siendo Bergren como es, cabe destacar que el traje era bastante +18. Satoko se encontraba jugando con sus dedos, de forma nerviosa, sonrojada, mirando al suelo. Menos mal que Bergren no pudo ver sus ojos, porque estos estaban decorados con lagrimillas culpa de la vergüenza. —E-esto es muy v-vergonzoso… —Tranquila, si te da vergüenza llevarlo puesto… —empezó a hablar el joven, poniéndose de pie para acercarse a la chica—. Siempre podemos quitártelo… ¿verdad?
Madre mía, Satoko es tan inocentona que no se piensa ni un segundo si Bergren tiene otras intenciones aunque ya haya pasado varias veces. Pero se nota que son muy cercanos así que seguro que ni le molesta. Bueno, es obvio- Ejem. Igual dejando de lado lo perverso que se puede ver Bergren, quiero citar esta parte: Es muy adorable, porque te das cuenta de que Bergren realmente la adora, y que también por eso actúa como lo hace, solo con ella. O eso espero (?) Aunque el traje sea un poco... vergonzoso, oye, tuvo en mente lo que le gustaba a Satoko, seguro que solo quería darle algo que estaba 100% seguro que nadie más le iba a dar, o que ella no se iba a comprar. El señor solo fue original. Okno.
