Regalo indeseado Como un cero a la izquierda se sentía. Extrañaba aquellos tiempos añejos en los que la energía abundaba en todo su organismo. No había nada que no pudiera hacer; que no intentara, que no alcanzara, que no cumpliera, sin embargo todo eso había terminado porque el tiempo no la perdonó y los años se fueron sumando para darle la más grande de las derrotas. Todo logró conseguir excepto detener el deterioro que el señor Tiempo le otorgó: un regalo indeseado, un presente que no pidió.
Creo que el tiempo es una bendición y una maldición, al fin y al cabo, somos esclavos del mismo y bien es sabido que hagamos lo que hagamos, en algún momento nos esperará y nos atrapará. Aunque no lo había visto desde el punto de un regalo indeseado, por lo que me agradó en esta parte tu relato bastante. Ha sido interesante. Espero poder leer más cosas tuyas, Marina. ^^