Reflexiones de un mercenario sin nombre.

Saludos gente, está vez no hay conti de Bloody Mirror, pero si un one shot que escribí mientras estaba de ocio, espero que les guste jeje n.n
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Reflexiones de un mercenario sin nombre,​

Las estrellas nocturnas iluminaban mi camino, los imponentes árboles cubrían el castillo imperial como una armadura divina creada en los más hermosos cielos. Decidí detener la marcha, no es conveniente seguir avanzando, después de todo los guardias van a matarme si me acerco al castillo, no tengo luces ni cuerdas atadas a mi cuerpo, enfrentar a diez o veinte enemigos furiosos bajo la luz de la luna no es lo mas sensato que digamos.

Acamparé aquí esta noche, protegido por la madre naturaleza y todas sus criaturas, pude ver algunos animales pequeños caminando despreocupadamente sobre el pasto, en realidad no tengo ganas de comerme a ninguno. ¡Jajaja un buen mercenario siempre trae una bolsa de papitas para la cena!

Saqué de mi mochila roja una bolsa de papitas con chile, relleno de limón y una salsita por aparte, no debería comer tanta chatarra, ya que eso puede dificultar mis movimientos a la hora del combate. Pero a quien le importa, jamás he perdido una sola pelea y mañana tampoco será la excepción, solamente iré al castillo, mataré a los guardias y le daré final al líder de la rebelión de los elfos.

El cómo llegué aquí no importa, soy un mercenario después de todo, mi opinión no debe ser escuchada, mi voz tampoco puede llegar a oídos ajenos, me he limitado a matar gente sin preguntar las razones de mis propios actos, a veces no sé de que lado estoy o cuáles son mis aportaciones a este mundo, sencillamente viajo en solitario, vagando por ciudades con mis armas en mano, esperando el momento indicado para asesinar a mi presa.
Yo no cometo errores, ya sea con una pluma o una espada el objetivo siempre caerá ante mí, esta vez es solo un líder tribal, un elfo cansado de la deforestación humana, en los últimos dos años la tala de árboles ha disminuido considerablemente gracias al esfuerzo del clan Kaya, un grupo de elfos decididos a salvar la naturaleza, a mí me ha contratado Norenak, famoso líder paladín, cuyos méritos sobresalientes en el Vaticano lo han postrado en la cima del mundo, de hecho es el segundo hombre con más autoridad entre la iglesia católica, sólo por debajo del papa.

Personalmente pienso que los elfos tienen razón, los humanos hemos abusado de nuestras expansiones por mero egoísmo y razones sin sentido, quizá esa rebelión sea lo que todos necesitamos para ser conscientes del medio ambiente y de recordarnos que la tierra no es nuestra, es de todos los seres vivos en este bendito planeta.
Claro que la opinión de un mercenario sin nombre no importa, solamente vivo para asesinar a las personas, no tengo personalidad, no tengo derecho, tampoco sentimientos, solamente soy una entidad biológica creada para un sólo fin: Matar.

No hay necesidad de formar amistades, enamorarme es imposible, yo no poseo una identidad que me haga realmente humano, mi origen es desconocido, jamás vi a mis padres y mis recuerdos comienzan dentro de un templo abandonado, siendo rodeado por muchos adultos armados con palos y piedras, ciertamente no puedo recordar, o más bien no quiero recordar esos momentos.
¿Vale la pena vivir para un propósito tan cruel?
Y lo más importante ¿Yo realmente existo? Quizá hago esto para reafirmar la pregunta anterior, si yo asesino a las personas entonces mi identidad como “mercenario” se mantiene en pie, matar es todo lo que hago, por lo tanto si cometo asesinatos puedo decir abiertamente: Yo existí aquí.

—No tiene sentido.
Hablé conmigo mismo sin razón aparente, posteriormente llevé mi mano diestra a mi bolsillo, ahogado en un mar de recuerdos vi mi rostro en un espejo, estos cabellos negros tan revueltos por incontables viajes, mis ojos verdes a duras penas conservan su color, noté algunas cicatrices bajando por mi mejilla izquierda, seguramente me la hice en una pelea o durante un escape.
Me comí las papitas silenciosamente, observando el enorme espectáculo de luces que iluminaba mi presencia, debajo de este cielo estrellado puedo darme cuenta de lo insignificante que soy ante la majestuosidad del universo, no importa si eres humano, elfo, vampiro o mercenario, al final todos terminaremos muertos.

¿Qué se siente ser libre?
¿Cómo es la sensación de amar a una persona?

Con esas preguntas en mente cerré mis ojos, mañana será otra ronda más, nada cambiará aun si muero, de todas formas si falló ese desgraciado de Norenak mandará nuevos mercenarios y así sucesivamente hasta terminar con la rebelión de los elfos.
Bueno, será mejor empezar temprano para irme por la tarde, antes de ponerme en camino borré todo rastro de mi presencia, desde mis pisadas hasta las huellas dejadas por mis propias yemas, para eso tuve que rosear el lugar con un líquido amarillo, almacenado en una botella de PET totalmente transparente.

En seguida corrí discretamente entre los árboles, el objetivo de un mercenario no es causar un alboroto o matar a muchos soldados en una sola pelea, al contrario, la misión fracasará una vez que ellos se den cuenta de mis pisadas, después de todo yo mato en silencio. Una confrontación mano a mano es lo peor que puede ocurrirme, mientras el elemento sorpresa siga de mi lado no hay nada que temer.

Había cinco guardias posados sobre el portón principal, el castillo es una edificación parecida a los famosos murales de la edad media, tiene tres torres posadas en distintas partes del recinto, así como sólo una entrada de piedra enorme, con casi diez metros de alto, la pregunta es ¿Cómo mierda voy a entrar?
Pan comido, tomé una piedra pequeña del suelo, mi objetivo es lanzar la piedra con la fuerza suficiente para causar un sonido engañoso, el ruido al caer será el de alguien tratando de salir del castillo, por ende los cinco elfos abrirán la puerta unos instantes, lo suficiente para pasar inadvertido trepando por las paredes.

Justo como esperaba lancé la piedra por los aires, el sonido que hizo al chocar contra el suelo de concreto antiguo fue parecido a un “CLOCK” muy parecido al ruido del portón tres segundos antes de abrirse.
—¿Has oído algo? —preguntó uno de los guardias, la apariencia de esos cinco era idéntica pues todos usaban capuchas azules que tapaban su rostro y todos sus cuerpos, lo único visible en ellos eran las orejas puntiagudas.
—No realmente—contestó otro de sus compañeros.
—Están abriendo el portón, vamos a darles una mano—ordenó el líder del los guardias ¡Aquí voy! Rápidamente di un salto hacía la pared del casillo, gracias a mis años de entrenamiento soy capaz de trepar las paredes como una araña, me moví entre los muros de piedra fina, aprovechando un agujero rectangular a los siete metros de distancia para meterme.
Los guardias no tienen rayos X o algo que les permita ver mi entrada, pues justo en ese instante el portón cubría toda la visibilidad de seis metros en adelante.

Ya estoy dentro del castillo, según mis fuentes el líder de esta rebelión se encuentra en la punta de la torre central, a pesar de vivir en el siglo XXI estos elfos se niegan a progresar junto a los humanos, la tregua de conocimientos terminó durante el siglo quince, debido al avance tecnológico, en cambio los elfos siguieron viviendo modestamente el estilo de vida medieval, compartiendo sus tierras con la madre naturaleza y agradeciendo cada favor humildemente. De todas formas necesito concentrarme en la misión y no en mis enemigos, el pasaje desde la entrada principal hasta la torre central no es nada fácil, pero tampoco es un reto.
Pasar inadvertido por aquí es extremadamente complicado para alguien sin conocimientos de infiltración o entrenamiento especializado. Una débil sonrisa se dibujó en mis labios, esto será un reto a cumplir: Lo primero será escalar hacía la torre y burlar a los guardias terrestres sin ser detectado, pude ver como esos bastaros traían arcos y flechas colgados a su espalda, no debo subestimarlos, ya que su precisión se ha vuelto muy mortífera en más de quinientos años de entrenamiento.

Me deslicé sobre las paredes como una araña silenciosa, no estoy haciendo ningún ruido, todos los sonidos provenientes de mi cuerpo desaparecieron sin dejar rastro, a este paso he logrado eludir a los arqueros, ya que ellos se preocupan tanto en los invasores terrestres que ignoran a los trepadores como yo, la razón es simple: Tienen trampas, delante de mi habían hilos azules perfectamente alineados, si llego a tocar uno de esos el sentido mágico de los elfos se activará y por lo consecuente todas las personas aquí presentes descubrirían mi presencia, a esta altura no tengo chance de esquivar sus flechas y será el final.

Normalmente no debería ser capaz de ver esos hilos, los elfos suelen camuflar sus hechizos del ojo humano, para crear emboscadas y atacarlos desprevenidamente, en mi caso no funcionará.
Porque yo poseo un poder especial: La habilidad de ver las trampas enemigas, tal vez no pueda lanzar bolas de fuego o leer la mente, tampoco soy capaz de levantar objetos pesados o correr a velocidad sobrehumana, pero aun así yo tengo todas las características de un mercenario, el sigilo y la agilidad, dos habilidades que van de la mano, si sumamos esas dos cualidades con mis ojos místicos obtenemos un resultado demoledor.

Avancé sobre las paredes, al principio las posiciones de los hilos era fácil de evadir, solamente estaban colocados en línea recta y había que cambiar la trayectoria del desplazamiento hacía otro lado, pero al pasar los metros obtuvieron formas bizarras, había una formación de hilos azules con forma de estrella, en donde la única forma de pasar era metiendo una extremidad diferente al mismo tiempo pero en diferentes agujeros, si tengo que describirlo sería algo como: Un evento estúpido de flexibilidad.

Luego de varios intentos y fastidios finalmente llegué al techo de la torre sin ser detectado, todo lo que necesito ahora es abrir un ligero agujero, entrar a la habitación y matar al líder sin que se de cuenta.
Saqué un recipiente pequeño de mi bolsillo, dentro de él había una sustancia roja como la sangre, esto es efectivamente “Orines de cerbero” ese es su nombre clave, no tengo la más mínima idea de que componentes lo forman, lo único que puedo entender es su efecto contra el concreto. Rocié las murallas formidables con el líquido, segundos después las partículas hicieron efecto pues el techo comenzó a desaparecer silenciosamente, no hubo ruido, tampoco explosiones o un gran escándalo.

Para mi buena fortuna el líder tribal estaba sentado sobre su cama, sin saber el horrible destino que le aguardaba, ese elfo era apenas un joven de veinte o veinticinco años, vestía sólo un camisón blanco y estaba descalzo, su piel blanca como la nieve y orejas puntiagudas delataban totalmente la anatomía de su cuerpo.
Es una lastima, realmente estaba de acuerdo con sus ideales.

Suspiré dentro de mis pensamientos, en mi espalda había una cuchilla con forma de disco, medía treinta centímetros de diámetro, pero estaba tan afilado que podría aniquilar de un tajo a un árbol, este artefacto es propio de mercenarios árabes, con estos bebes podían decapitar humanos en un abrir y cerrar de ojos, aún hoy su efectividad es tanta que no es necesario colocar energía mágica en ellos.
Mi presa estaba leyendo un libro azul, seguramente es un expediente o algo así.
—Nos vemos en la otra vida—dije antes de lanzar el disco en curva hacía su cuello, el elfo trató de voltearse, sin embargo mi arma ya lo había decapitado de un sólo corte justo como predije. La cabeza del joven elfo rodó por la cama, manchando las hermosas sabanas blancas con un rojo encantador, en seguida el disco regresó a mi mano izquierda con el famoso “efecto boomerang”.

Solo por un momento me pregunté a mi mismo…

¿Algún día podré ver a un ángel en una vida plagada de demonios?
Antes de irme decidí darle un último vistazo al papel que minuciosamente revisaba mi victima antes de morir, debió ser algo muy importante para bajar su guardia en presencia de un asesino.
Sin embargo, las letras que vi me dejaron en un shock total…

“Acta de rendición del clan Kaya”

En ese momento me di cuenta del enorme error que cometí.
Escuché unas voces hablando por los pasillos, será mejor que me vaya antes de ser capturado. Me deslicé de nuevo por las paredes, hasta salir por el agujero que anteriormente hice.
Acabo de condenar a medio mundo…

Pero ¿Qué más podía hacer? De todas formas sólamente soy un mercenario sin nombre.

FIN

Espero que les haya gustado =DD
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