One-shot de Naruto - Reencuentro (One-shot)

Bueno les dejo un one-shot que salió de improvisto ^^ jeje espero que les guste y como siempre, toda critica es muy bienvenida :)

Sentada en su oficina amplia y muy ordenada se encontraba ella, la mujer de la delantera más voluptuosa que se podía ver, ojos color miel y cabello rubio tomado en dos coletas que caían por sus hombros.

Ser una Hokage era un trabajo duro sin duda. Ya no salía a apostar como solía hacerlo y beber como acostumbraba. Realmente estaba hecha una mujer dedicada a su aldea. Estaba muy aburrida, había terminado el día, la luna era grande y se veía perfectamente redonda. A estas horas ya nadie estaría por las calles de Konoha o al menos la mayoría de la gente.

Decidió caminar por su aldea durante un rato y descansar un poco. Las estrellas comenzaban a aparecer y el brillo de la luna hacia que sus ojos color miel se vieran aún más claros.
Se detuvo en seco al ver un puesto donde se tomaba licor. ¿Hace cuánto que no tomaba un poco de Sake? Aquellos tiempos cuando solía entrar con una maleta llena de dinero, tomarse un par de copas y luego salir con la misma maleta pero vacía. Era la mujer con menos suerte sobre el planeta tierra, pero aún así era feliz.

No pudo evitar quedarse parada ahí mirando cómo la gente reía y disfrutaba; miró un instante la torre ¿qué podría pasar? Su día ya había terminado.

Entró al lugar y se sentó en una mesa. La mesera se acercó y le preguntó qué era lo que quería y esta le respondió:

—Sake, un vaso de sake.

Sus ojos se movieron observando todo el lugar. Las personas que entraban y aquellas que salían. También observó detenidamente el rostro de cada uno de los que estaba ahí; sus caras demostraban todo lo que sentían. La mesera pronto llegó con el vaso de Sake y se lo dejó encima de la mesa. Volvió su mirada hacia la barra y comenzó a mirar a los hombres que ya estaban ebrios; en ese momento una voz conocida interrumpió los pensamientos de la Hokage.

—¿Acaso buscas algo que estas tan observadora?— la voz provenía justo de al lado de ella, pero no se había dado cuenta de su presencia.

El hombre de un largo cabello blanco y una vestimenta un tanto particular estaba sentado al lado de ella. Los ojos de Tsunade se abrieron lo más que pudieron y lo observaron de pies a cabeza. Sin duda era el, ¿cuándo tiempo habría pasado desde que no se volvieron a ver? La mesera se volvió a acercar para preguntar qué era lo que él le pediría y este a su vez le respondió:

—Mmm…que pregunta tan difícil, quiero Whisky.— La mujer se volvió a ir a preparar lo pedido por él y este volvió su mirada a la mujer que estaba a su lado que lo observaba atónita.— Estas igualita a como eras hace años atrás, todavía sigues teniendo esas grandes…

No alcanzó a terminar la frase cuando tenía marcada en su cara la mano de ella. Sí, seguía igual que antes, con aquella fuera tan brutal que había desarrollado

—¡Jiraiya!, ¿dónde has estado?, ¿cómo te encuentras?, ¿qué has hecho de tu vida? Quiero saber que es de ti— dijo con mucha curiosidad su antigua compañera de equipo

—Por donde empiezo…Me gusta el Whisky, los autos rápidos y la ropa cara; y me gustas tú. ¿Qué más quieres saber?

Los ojos de Tsunade se abrieron asombrados a lo que él estaba diciendo. Solía hacerle bromas como esas, pero ahora él no se estaba riendo; era en serio. Bajo la mirada, bebió un poco de Sake y volvió a mirarlo. Aunque ella lo regañara o le preguntara si eso era verdad el nunca lo admitiría porque le tenía miedo al rechazo. Intento no ponerle atención a lo dicho por él y decir algo que ella diría en un momento como ese; aunque tuviera ganas de decir algo diferente.

—Sigues siendo el mismo mujeriego de siempre- le dijo mientras le otorgaba una sonrisa. Bajándole el perfil a lo dicho anteriormente. Tratando de buscar el lado gracioso de todo.

—Hay cosas que nunca cambiaran.— Fue todo lo que respondió.

—¿Te quedaras en Konoha esta vez?— preguntó un poco nerviosa la mujer de cabellos rubios

—Si eso es lo que quieres.— Le respondió al tiempo que le regalaba una sonrisa.

Sabía que si se lo pedía, él se quedaría. Después de todo él era el que había estado con ella siempre, apoyandola y queriendola. Y eso, no lo hace cualquier persona.