One-shot Recuerdos

Años eran los que ya habían transcurrido sobre su rostro; su mirada reflejaba una sabiduría y experiencias casi inigualables puesto que sus viajes le revelaron demasiado así como también le quitaron mucho. Ahora se le veía como un señor casado y con un pequeño de 4 años, como un padre de familia.

Edward Elric descansaba de sus labores matutinas leyendo un libro, pero no de alquimia, sino de la psicología infantil y la mejor manera de tratar a los pequeños cuando pasaban por un mal momento, corregirlos sin llegar a la violencia.

- Cariño – susurró una mujer de cabello dorado – ven un momento – comentó muy bajo, como si no quisiese que la escucharan.

- Voy – dijo Edward en el mismo tono que su esposa.

Dejó el libro abierto sobre una mesa de centro y se levantó, observó a Winry Elric con una sonrisa puesto que después de haber tenido a Maes Hohenheim, tenía el hábito de usar vestidos, cosa curiosa ya que el siempre la recordó con overol. Se colocó a su lado al borde del marco de la puerta, como si estuvieran espiando algo. Y entonces lo vio.

- Se ve como un ángel, ¿no te parece? – susurró nuevamente Winry.

- Por fin, creí que nunca se detendría, parece que su energía es inagotable – comentó el padre con una sonrisa divertida en el rostro.

- ¡Vaya! Y eso de quién crees que lo heredó – dijo la mujer con tono sarcástico y respondiendo al comentario de su esposo.

Ambos se rieron bajo y cerraron la puerta. Era medio día, pero el pequeño Maes había estado casi toda la noche en vela jugando con algunos juguetes que la bisabuela Pinako le había conseguido, por ello su cansancio había salido a flote a eso de las 10am.

- ¿Y la abuela? – preguntó Edward mientras caminaban los dos hacia la sala.

- Me parece que salió, la verdad no estoy segura del lugar al que fue pero creo que se iba a tardar, ya que llevaba un suéter. Creo que piensa llegar en la noche – dijo Winry deteniéndose en la cocina para tomar una manzana.

- Oh ya veo – comentó su esposo una vez mas, sin embargo esta vez la observó a su mujer con mayor detenimiento, quien se encontraba de espaldas, y le dio curiosidad algo en específico – Oye Winry ¿estas subiendo de peso? – preguntó el mayor Elric sentándose en una de las sillas de la sala.

- ¡¿QUÉ?! – gritó la mujer algo alterada casi escupiendo el pedazo de manzana que tenía en la boca. Volteó a ver a su esposo con una cara de rabia inigualable, a punto de pegarle con una llave inglesa abandonada por ahí de casualidad.

- No, no me lo tomes a mal cariño – dijo el hombre tratando de amortiguar un poco la furia de su esposa – no me refiero a que estés gorda, sino a que te he estado observando y creo que estas embarazada – comentó con una sonrisa discreta pero bastante intencional, ya que aquello le causaba muchísima alegría.

- ¿Embarazada dices? Edward por favor, ya estas hablando incoherencias – dijo la chica bastante divertida y comenzándose a reír.

- ¿Por qué te ríes? – preguntó con el hombre con el cejo fruncido al creer que a su esposa no le causaba la misma emoción el tener otro hijo.

- Me río porque es absurdo amor, ¿desde cuándo que no lo hacemos? – preguntó la chica acercándose a su esposo y sentándose en sus piernas, acción que a pesar de los años aún causaba un leve sonrojo en el mayor de los Elric – creo que hace bastante. Además, no lo entiendo… ¿realmente querrías otro hijo? Apenas puedes con uno, imagínate dos. Vaya ahora sé mas o menos por lo que Trisha pasaba, pobrecita – comentó divertida, acercándose lentamente al rostro fastidiado de su esposo para besarlo.

Fue un beso tierno, lento y suave. De aquellos que hacían recordar sus primeros días de casados. Sin embargo, Winry interrumpió con fuerza el beso, observó a Edward con espanto y comenzó a correr hacia una habitación. El hombre quien aun no había asimilado el hecho de que su mujer había huido de la escena se levantó lentamente para seguir el camino de su esposa. Al llegar al lugar, la observó, era mas que obvio lo que había pasado.

- ¿Cómo estas cariño? – preguntó Edward, quitándole el cabello del rostro a Winry, quien al parecer había escapado al baño para vomitar.

- ¿Cómo es que siempre tienes razón? – cuestionó la mujer mientras se tranquilizaba y se sentaba en el piso del baño.

- Los años no pasan en balde querida, si me he vuelto bueno en algo después de la alquimia, es en observar y mira que me fijo en todo – comentó el mayor Elric – además de un momento a otro pensé que había sido nuestro beso el que te había causado asco – rió divertido.

Winry al escuchar eso, también se echo a reír. Un momento único, inigualable y sumamente especial. Un recuerdo maravilloso.

8 meses y 1 semana después

La pareja Elric y el pequeño Maes se encontraban en el cuarto de la pequeña niña recién nacida, todos observando a la bebe tratando de tocar el móvil que se alzaba encima de su cuna.

- Bien, es una niña cariño… ¿cuál será su nombre? – dijo Edward volteando a ver a su esposa.

- ¿Te parece Trisha? – preguntó la mujer observando el rostro de su dudoso esposo.

- No, la verdad es que no, ¿alguna otra sugerencia? – comentó con algo de seriedad el mayor Elric.

- Ay Edward, no lo sé… tu eres el padre, vamos, tú piensa – dijo Winry con algo de fastidio.

- ¡Nina! – gritó el pequeño Maes Hohenheim alterando a sus padres quien lo voltearon a ver con los ojos como platos – Una vez te escuché decir ese nombre cuando hablabas con el tío Alphonse, ¿no te gusta? Nina, suena bonito – dijo el pequeño mientras veía a su hermanita.

- Nina es perfecto – susurró Winry tomando la mano de su esposo.

- Si, lo es – dijo Edward viendo a su niña – Mi pequeña Nina.

Un recuerdo que deja huella puede perdurar por siempre en la memoria. La muerte de Nina ya no lo atormentaría mas, no mientras su pequeña Nina riera, llorara, jugara…viviera.


Otro one-shot de EdxWin, espero les guste. :)