Recuerdos Olvidados

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por brownie, 4 Abril 2012.

  1.  
    brownie

    brownie Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Enero 2011
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Recuerdos Olvidados
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2220
    Recuerdos Olvidados


    fRecuerdos Olvidados.
    Mas allá del pozo
    —“Tienes algo que proteger hijo mío” esas palabras resuenan todas las noches en mi cabeza, es como un mal sueño, sé que no tengo nada que proteger, pero todo cambia, nada es estático por siempre…— la batalla con Naraku había terminado, y el gran Sesshomaru ahora se encontraba viendo a su protegida y al yukai verde dormir cerca de una roca. El como siempre en la copa de un árbol, viendo de repente la luna que un día guio sus pasos, lo había pensado mucho y llego a la conclusión de que era lo mejor para todos.

    —Sesshomaru usted deseaba verme—llego una anciana en medio de la noche hasta la presencia del gran demonio.

    —Humana aun está en pie tu ofrecimiento—

    —De que Lin se quede en la aldea, claro que si. Es lo mejor ella, es una niña humana debe estar con los de su especie, no deambulando por ahí arriesgándose a que salga herida en alguna de sus peleas— Sesshomaru bajo en un santiamén colocándose detrás de la anciana Kaede.

    —Bien será como tú quieras, Lin se queda aquí a tu cuidado— Sesshomaru se alejo de la anciana y volvió a su árbol como era costumbre de él. Kaede regreso a su casa, pues se había hecho su voluntad.

    —Kaede ¿Qué paso?— pregunto Aome esperándola en la entrada.

    —El ha aceptado que se quede, Lin estará aquí por la mañana—

    —Bajo que condiciones acepto Sesshomaru— Pregunto Inuyasha desde el techo.

    —No puso ninguna, mas que la niña fuera tratada bien, no cruzamos muchas palabras, el solo ordeno— Kaede miro el cielo estrellado, fue demasiado fácil pensó mas no le dio importancia. Al final era lo mejor para esa niña. El día comenzaba a clarear, la brisa matutina como siempre despertó a Lin y a Jaken. Lin siempre con una hermosa sonrisa dibujada en sus pequeños labios, mientras que Jaken de mal humor por lo irritante que se tornaba la niña por las mañanas. La chiquilla junto al pequeño yukai salieron a buscar donde asearse, encontraron un rio poco profundo donde Jaken vigilaba que no hubiera peligro para ella. Una vez limpia se cambio y regreso corriendo a su campamento improvisado, se paro justo en el tronco del árbol donde descansaba su amo.

    — ¿A dónde iremos ahora?— la niña miraba a Sesshomaru con sus grandes ojos curiosos. Pero no recibió respuesta, Jaken esquivo la mirada de la chiquilla, pues había escuchado la conversación de su amo en la noche anterior. Después de caminar un rato llegaron a la casa anunciada, donde salieron a recibirlos Inuyasha a lado de Aome y Kaede justo detrás de ellos.

    —Anciana Kaede, aquí esta Lin, has lo que quieras con ella— Lin miro a su amo, su rostro mostraba angustia.

    —Señor Sesshomaru…—

    —Silencio Lin— La niña sintió miedo, no creía lo que estaba a punto de pasar.

    —No, señor no me deje— sus ojos se llenaron de lagrimas que salían y caían mostrando su debilidad, una que el gran demonio ignoro y comenzó su transformación en un gran perro. Aome intento tomarla de la mano, pero Lin se zafo alcanzando la cola del gran perro.

    —Adiós pequeña Lin— Le dijo en susurros Jaken. Inuyasha salto en el techo y la atrapo, bajándola hasta donde se encontraba la anciana Kaede.

    — ¡Suélteme, Señor Sesshomaru¡— la niña gritaba una y otra vez mientras todos veían como el Lord se marchaba dejándola atrás sin remordimiento, sin contemplaciones. — ¡Que no lo entienden se va a ir; suéltenme¡— logro zafarse nuevamente de los brazos de Kaede, pero ahora la detuvieron las manos de Aome. La joven sacerdotisa la tomo de la cara para que la viera y de esa manera tranquilizarla.

    —Lin, Lin mírame; Sesshomaru no te ha abandonado, el vendrá por ti muy pronto—

    —No suéltame, por favor— Los ojos de la niña ya no tenían lágrimas que derramar. Además el gran demonio ya no se podía ver en el cielo.

    —Lin tranquilízate, Sesshomaru nos propuso un trato—

    — ¿Un trato?— Lin aun gemía y hablaba con dificultad.

    —Si Lin, un trato, que te quedes aquí un tiempo, en una aldea de humanos, y si no te gusta cuando llegue el momento, el mismo vendrá por ti— Lin giro un poco su cabeza observando el horizonte.

    —Yo decidiré si me quedo o me voy, bien, está bien— Ella aun suspiraba, pero ya no lloraba.

    —Si Lin, tu decidirás si te quedas o te vas— Aome abrazo a Lin y la llevo cargada al interior de la casa.

    —Mira Lin ese cuarto del fondo será tuyo, tiene mucha luz y hay un regalo que te trajo Aome de su época— Le dijo Kaede mientras Aome la bajaba y la llevaba de la mano. Las dos jóvenes entraron en la hermosa habitación acondicionada especialmente para Lin.

    —¿Estas molesto Inuyasha— Pregunto la anciana al ver que el hanyu no había pronunciado palabras en un buen rato.

    —Anciana esa niña siempre fue un estorbo para Sesshomaru, pero la protegió, su torpeza ha sido capaz de llegar a él, ¿será normal?—

    —Solo tu hermano sabe porque la protegió, esa niña no tiene nada de especial, no cuenta con poder espiritual ni nada similar, esa una simple humana— la mujer mayor fue a ver al cuarto, Lin reía hermosamente, como si la vida se le fuera en eso. Le había encantado la muñeca que Aome le había traído exclusivamente a ella.

    —Gracias señorita Aome, nunca había tenido nada tan bonito, será mi tesoro— La niña abrazaba a la muñeca de trapo como si fuera una persona real.

    —Pequeña Lin tienes hambre— Aome la miraba, parecía tan fuerte pero realmente era muy frágil, esta pregunta surgió al escuchar gruñir el estomago de Lin, que se sonrojo de inmediato pues no había almorzado.

    —Si señorita, si tengo—

    —Ven Lin, te enseñare donde esta siempre la comida para que no tengas que pedirla, tómala siempre que tengas hambre— hablo Kaede haciendo que las dos chicas voltearan a verla. La anciana la condujo hasta un pequeño cobertizo donde había verduras y algunas frutas que Aome traía de su época, además de carne en conserva de sal. Todo ese día se dedicaron a enseñarle a la niña su nuevo hogar, el como seria su nueva vida por lo que se fue muy rápido.

    —Lin mañana me voy a mi casa, vendré dentro de tres días, prométeme que no intentaras escaparte, ni nada por el estilo— Aome se encontraba arropándola para que se durmiera.

    —Señorita Aome, me promete que volverá—

    —Si Lin, dentro de tres días—

    —Cuando usted regrese, Lin estará aquí— Aome sonrió amablemente y dándole un tierno beso en la cabeza la dejo. En cuanto se cerro la puerta Lin se quedo viendo el techo, hacía años que no dormía en una casa, sus enormes ojos cafés captaban cada momento, cada nuevo detalle. Lin se puso en pie recargada en la ventana, logro observar la oscuridad que cubría la aldea, las estrellas parecían pequeños focos iluminando la vida.

    —Amo Sesshomaru, Lin cree en usted y sé que un día regresara por mí— la niña se acostó nuevamente colocándose en posición fetal. Inuyasha por su parte se puso de pie, estaba en el techo meditando, a veces le gustaba estar solo. Pero al escuchar la voz de Lin comprendió algo.

    —Sesshomaru no vas a volver, la has dejado como la encontraste; con las manos vacías— el viento soplo ondeando la cabellera plateada del hanyu.

    —Inuyasha ven aquí— la delicada voz de Aome le ordeno.

    —Sabes la esfera a desaparecido, mi misión ya termino—

    —Aome los extrañas— el hanyu se encontraba hermético esperando una respuesta.

    —Son mi familia, mi madre, Sota, mi abuelo, acompáñame— Inuyasha comenzó a caminar rumbo al pozo. Ya en el los dos fueron absorbidos por una luz purpura, apareciendo nuevamente en la época moderna.

    —AOME HIJA— grito la mama de la sacerdotisa, corriendo para abrazarla, ante alboroto su hermano y su abuelo llegaron y también lloraron al ver que la joven estaba bien.

    —Mama te extrañe tanto, a todos, tenia tanto miedo— Aome lloraba de felicidad al volver a ver a su familia, había pasado tanto tiempo. —Mama Inuya…— una nueva luz salió del pozo, llevándose a Inuyasha. Aome parpadeo varias veces antes de desmayarse.
    —Aome, ¿Qué te pasa?— la chica estaba exhausta. No había descansado bien y mucho menos comido.
    Inuyasha regreso a la época feudal. Tampoco entendía porque el portal se cerró llevándoselo solo a él.

    —Señor Inuyasha y la señorita Aome— el pozo se había cerrado, había desaparecido. Toda conexión se termino en un abrir y cerrar de ojos.

    —¿Qué haces niña? No se supone que deberías de estar dormida— Inuyasha no tenia cabeza para pensar en algo que no podía cambiar.

    —Desde la ventana vi una luz y cuando llegue lo encontré a usted—

    —No salgas cuando no eres requerida— respondió secamente el hanyu.

    —Entonces Lin quiere que usted no vuelva a escucharla cuando habla sola— Lin camino de regreso a la aldea, sacando de balance a Inuyasha ante esa respuesta.

    —“Como pudo saber que la escuche” Niña espera, no pienso morir si algo te pasa— el hanyu la cargo y la llevo hasta la aldea, donde se dispuso a dormir.

    En la mañana Aome despertaba algo confundida.
    — ¡ Inuyasha¡— la joven grito en cuanto se despertó. Ella identifico enseguida su habitación, la misma en la que durmió por años. Su grito levanto a su madre que se encontraba sentada en una silla cercana velando su sueño cubierta solo por una pequeña cobija amarilla..

    —Aome despertaste, apareciste en medio de la noche en el pozo— explicaba la mama de la joven mientras se sentaba a su lado y hacia a un lado el cabello de Aome.

    —Mama pensé que todo había sido un mal sueño, que nada de lo que paso existió— su madre la abrazo, no sabía que decir, no conocía muchas cosas.

    —Aome toma un baño, relájate un poco, necesitas pensar muchas cosas, vendré dentro de una hora con tu comida favorita— Aome sonrió cariñosamente para no preocupar más a su madre. En cuanto se quedo sola se metió a bañar con agua caliente. Al salir se sentó en el tocador. Mientras peinaba su cabello se puso melancólica, al desaparecer el pozo ella nunca podría regresar. Se puso a pensar ya no tenía porque dormir a la intemperie otra vez, ya no escucharía a un zorrito llorar en la noche y hacerle bromas a la gente por la mañana, no volvería a escuchar la frase “quieres darme un hijo y casarte conmigo”, nunca mas vería como la exterminadora golpeaba por amor al monje pervertido. Y lo más importante tal vez su gran amor había desaparecido.
    Aome se miro fijamente, toco su rostro con sus dedos fríos. Después de limpiar una de sus lágrimas abrió un cajón de la cómoda donde guardaba su ropa habitual. Busco las fotos que un día tomo pero grande fue su sorpresa al darse cuenta de lo que noto. En ninguna de las fotos había imágenes, estaban en blanco todas, cada una de ellas.

    —Inuyasha…—


    como se daran cuenta estoy resubiendo esta historia, que nami no me dejo subir, pero pronto subire los demas capitulos



     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Némesis

    Némesis Usuario común

    Virgo
    Miembro desde:
    1 Octubre 2011
    Mensajes:
    455
    Pluma de
    Escritora
    Hola.

    Bueno quiero serte sincera y tienes mucho talento, pero te falta trama, algo que la diferencie de cualquier simple y mundana idea al ver una foto de Inuyasha por poner un ejemplo, eso no lo digo con ánimo de ofenderte ni de que te sientas mal, lo digo con una mano en el corazón y lo único que me animó a seguir leyendo tu escrito fue que tu manera de escribir y expresarte; es muy bella, te deja con ganas de leer más, tienes mucho talento y potencial, pero insisto, te falta un toque tuyo, TU toque, algo que sea sólo tuyo.

    Bueno dejando aparte ese tema con el que insisto, me volveré adicta y me tendrás acosando tus escritos si escribes sobre ideas más originales y frescas. Bueno otro es que al igual que el primero necesitas mejorar con tu ortografía, no es algo TAN terrible pero si debes mejorar.

    Bueno linda, ahora dejo aparte lo que debes mejorar y te digo con lo que vas bien, me gusta tu forma de expresarte, me gusta tu estilo, mereces que te lo digan, hay MILLONES de escritos como el tuyo, (y con esto me refiero a la idea la escencia) pero tu tienes el Algo que le falta a esos escritos, ese algo que no se corrige, lo tienes o no... Y tú lo tienes <3

    Bueno ya sabes, hazme caso te lo digo enserio, tienes talento, cuídate linda. Adiós.

    Atte: Adess (Josefita-chan)

     
  3.  
    brownie

    brownie Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Enero 2011
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Hola hermosa Adess, muchas gracias por comentar, para nada podria ofenderme, al contrario, la critica es la única forma de crecer y mejorar, hare algo con esa ortografía lo prometo.
    Bueno te recomiendo que leas un poco mas los otros capitulos de nami1254, la autora original, yo solo los subo, tiene esa manera de escribir que te atrae, te envuelve, no te digo que en todos los capitulos, pero si llama la atencion esa forma de suspenso agradable y de fácil lectura.
    En este sitio hemos borrado casi todas las historias por problemas con ella, pero estamos resubiendo algunas.
    por cierto nos encantaria tenerte de acosadora en todos nuestros escritos, muchas gracias de ante mano y que tengas mucho exito en todo lo que hagas
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    brownie

    brownie Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Enero 2011
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Recuerdos Olvidados
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2029
    RECUERDOS OLVIDADOS...


    Constante Dolor

    Aome se encontraba desconcertada al encontrar sus fotos de esa forma, uno de sus recuerdos más preciados se había esfumado. La madre de Aome entro con una charola y la acomodo en el buro.

    — ¿Qué haces Aome?— preguntó la señora al verla algo ida.

    —Mamá no entres sin pedir permiso por favor— Aome limpio sus lágrimas y guardo las hojas donde se encontraban originalmente.

    —Lo siento Aome, pensé que seguías en el baño— su madre dejo la charola y salió, ella entendía la situación por la que pasaba su hija, entre sueños la escucho pronunciar el nombre de Inuyasha y el de otras personas desconocidas para ella.

    —¿Acaso nunca volveré a verlos?, todo lo que paso no vol-ve-ra— el llanto acudió nuevamente a Aome, que ahora se sentía vacía. —Ayúdenme no quiero que sea así, así no— Aome tiro el plato de sopa al suelo y se aventó a la cama para ahogar su llanto con la almohada. Después de algunas horas la chica no había salido de su habitación por lo que su hermano decidió tocar la puerta.

    —Aome hermana, estas bien, mama dice que bajes— Sota se asusto pues la voz de su hermana apenas salía de su boca.

    —Sota, gracias— Aome bajo y encontró a su familia sentada en la mesa esperándola a para comer.

    —Aome toma ábrelo cuando estés sola hija— su abuelo le entrego un pequeño pergamino que guardaba en el desván.

    Mientras Aome se hacía a la idea de que no volvería, la época feudal no pintaba nada bien tampoco, pues los demonios de bajo nivel no dejaban de aparecer.

    —Niña despierta, kiah como eres floja— Inuyasha gritaba desde la sala pues ya pasaba de medio día.

    —Déjala Inuyasha, no paso buena noche, no me digas que no la escuchaste gritar—

    —Está loca esta niña, por eso Sesshomaru la dejo—

    —Inuyasha déjala ya, anda ve a traer agua— el hanyu salió refunfuñando, pero era lo mejor, los gritos de Lin lo asustaron, no solo por el escándalo si no porque ella seguía dormida. Su pasado aun la atormentaba, y el no conocía nada de esa niña más que su nombre. En la cabaña Lin comenzaba a despertarse, algo somnolienta se sentó en la cama.

    —Dormiste bien niña— Lin de cuclillas en el futon sonrió amorosamente.

    —Si señora Kaede, Lin durmió muy bien— la anciana se le acerco y la ayudo a bajar. Después de verla comer, Kaede comenzó a limpiar la casa.

    —Señora Kaede usted creció aquí—

    —Si Lin, aquí viví hace mucho con mi hermana mayor Kikio—

    —Ha… Señora Kaede usted quería mucho a su hermana Kikio— volvió a cuestionar la niña.

    —Si Lin, mi hermana Kikio era mi único familiar, nosotras éramos huérfanas— Lin miro el lugar y dando una mordida a su pan volvió a hablar.

    —Señora Kaede porque usa un parche en su ojo— Kaede se había comenzado a aburrir de las preguntas de la niña.

    —En un accidente con un yukai—

    —Señora Kaede le guarda rencor a ese demonio—

    —Lin dime acaso nunca te callas— Interrumpió Inuyasha, que iba llegando de traer agua.

    —Lo siento, es que a Lin no le gusta estar en silencio; Lin escucha aun esas voces pidiendo ayuda en su cabeza, Lin siente mucho miedo de eso— Kaede se acerco a Lin que estaba a punto de sollozar.

    —Lin de que aldea vienes— La niña se abrazo a la anciana mientras Inuyasha veía como la criatura se hacía pequeña del temor que sentía tan solo al aludir sus recuerdos.

    —Lin no quiere pensar, le duele aquí— la niña señalo su pecho —Lin revive en sus sueños cada momento que…— la niña gemía con tanta intensidad que su voz ya no salía con claridad.

    —Lin tranquila, si no quieres decirnos que te paso no lo hagas, pero ya no llores, anda ve a jugar a afuera— la niña salió pasando a un lado del hanyu que salió detrás de ella. Kaede se sentó en una silla intentando consentir como el destino fue capaz de traumatizar a una niña. Lin camino por el bosque y después de un rato llego a la cueva de Onigumo. Se adentro en ella, pero al intentar retroceder se topo con Inuyasha.

    —Señor Inuyasha Lin ha estado en este lugar—

    — ¿Cuándo?—

    —Una mujer parecida a la señorita Aome me trajo y me cubrió con esta tierra, después de ahí no recuerdo nada mas, pues aparecí en una cabaña, la dueña era una mujer de cabello oscuro Tanaki o algo así se llamaba, dejo caer en mi sangre que se introdujo por mi piel, y tampoco recuerdo nada mas— Inuyasha la tomo de la mano y la saco de la cueva, un aura maligna emanaba del piso y amenazaba con no dejarlos salir.

    —Lin Sesshomaru ¿Sabe eso?— la niña lo miro algo confundida. Sus recuerdos se perdieron en cuanto ella salió de la cueva.

    —Saber sobre que Señor Inuyasha— Inuyasha se quedo pasmado por lo que la levanto de los brazos. Ella realmente no sabía de que hablaba, e incluso se había asustado por el comportamiento del hanyu.

    —Lin tu hablaste de que estuviste aquí, era mentira niña— Lin seguía viéndolo directamente sin saber a qué se refería.

    —Lin no sabe, Lin está confundida y quiere ir con la señora Kaede— Inuyasha la soltó dejándola caer de sentón. Y salió corriendo hacia el rio para despejar su mente, lo que dijo no era normal y lo había inquietado. Lin lo miro extrañada correr sin dejar de ver la cueva, después de estar parada un rato y de recoger algunas flores llego a la aldea.

    —No kenji no te le acerques, esa niña esta maldita— una mujer jalaba a su hijo y tiraba al piso el regalo de la chiquilla, al ver que este la había saludado, Lin que amablemente le había regalado su corona de flores se arrodillo mirando el piso. La mujer se marcho pisando las flores. Todos los aldeanos miraron semejante acto.

    —Lin levántate, estas personas no saben lo que dicen— Sango se acerco a la niña que no lloraba ni hablaba, solo recordaba una aldea donde ella era menos que basura.

    —Hermana le paso algo a Lin, Lin ¿Te hicieron algo?— Llego Kohaku enseguida.

    —Kohaku, señorita Sango, Lin está bien, Lin se perdió— Lin miro entusiasmada al par de hermanos que no creían ninguna de sus palabras.

    —Señorita esta niña seguía a un demonio, ella es mala— se acerco un aldeano a Sango.

    —Esta niña es mas buena que usted o yo, no lo comprende ella ha perdido todo y ustedes no hacen más que ignorarla y tacharla, si ella seguía a un demonio era porque él hubiera dado su vida por ella, pero ahora está aquí y yo la voy a proteger aunque sea de ustedes; Lin vamos te llevare con Kaede— La joven exterminadora tomo con una mano a su hermano y con la otra a Lin. Todos en la aldea abrieron paso a la exterminadora le tenían miedo a Lin por el hecho de ser la protegida de un demonio de alto nivel, Sesshomaru además de su linaje se conocía por ser un ser sanguinario y sin piedad, además de su odio infundado a la raza humana considerada por el mismo como seres inferiores.

    —Kaede ¿Está usted en casa?— Sango grito desde la entrada esperando una respuesta de la vieja o de Inuyasha.

    —Kaede no está, fue al templo y llegara hasta mañana—

    —Mmm que mal— suspiro Sango —Y yo que venía a invitarlos a mi boda— dijo algo desilusionada.

    —No me digas que te casas con el monje pervertido— Sango y Kohaku rieron ante el comentario.

    —Inuyasha no cambias, si precisamente con él, dentro de una semana y vengo a que Aome me ayude con eso— el hanyu bajo su mirada sin decir nada mientas que los demás ponían un semblante serio.

    —La señorita Aome no volverá— dijo imprudentemente Lin.

    —Cállate mocosa entrometida— vocifero Inuyasha ante la torpeza de Lin. Sango sintió como la sangre se le iba a los pies.

    —¡QUE! Dime a ¿Qué se refiere Lin Inuyasha?; Kohaku ve a jugar por ahí con Lin, déjame un rato con Inuyasha— El hanyu miraba con cierto enfado a Lin, y decidió correr dejando a Sango parada.

    —¡Inuyasha detente¡ Kirara— el pequeño animal creció montado por la exterminadora que seguía de cerca los pasos del hanyu. Cerca de una pequeña laguna fue acorralado por la joven que logro atraparlo gracias a su entrenamiento.

    — ¿Dónde está Aome?— Inuyasha sintió impotencia, por dónde empezar algo que ni el era capaz de comprender. Después de mucho hablar Sango dejo libre al hanyu.

    —¿Crees Inuyasha que no volveremos a verla nunca más?— pregunto algo triste Sango, pues a pesar de las dificultades vividas en la búsqueda de Naraku, todos se habían vuelto buenos amigos.

    —No el pozo desapareció, no queda ni un vestigio de que alguna vez existió, además es lo mejor, Aome no pertenecía a esta época— los dos se quedaron callados. Sin el pozo no había vínculo entre las dos épocas.


    Algunos días después no muy lejos de la aldea de Kaede dos compañeros desde hace años se detenían para descansar, uno extremadamente adulador y el otro frio como la oscuridad.

    —Amo bonito de verdad Lin ¿Se quedara en esa aldea?— el yukai verde cuestionaba a su amo como tantas otras veces y como siempre recibía por respuesta un golpe en la cabeza.

    —“Quien diría que si se notaria tu ausencia…Lin”—esos pensamientos se congregaban en la mente de Sesshomaru, aunque lo negara su inteligencia, su corazón extrañaba esas constantes preguntas, esa forma inusual de hablar de ella misma en tercera persona, y lo más importante añoraba tener esa sonrisa radiante que iluminaba como el mismo sol cada una de sus mañanas. Pero su corazón ya se había endurecido ese cariño que la niña humana le mostraba para el daba lo mismo al final del día.



    Sesgundo capitulo... esperamos sea de su agrado. un beso a todos





     
    • Me gusta Me gusta x 1
  5.  
    brownie

    brownie Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Enero 2011
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Recuerdos Olvidados
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1797
    Recuerdos Olvidados


    Cuando el tiempo pasa. (Parte 1)

    Ya han pasado dos años desde que desapareció el pozo devorador de huesos de su casa; Aome volvió a ser la chica de siempre o al menos eso aparentaba. A dos años de su regreso definitivo ella fue al árbol milenario, las marcas que en el estaban eran vestigios de la existencia de un mundo mágico, que había desaparecido hace tiempo atrás.

    —Inuyasha mi antepasado te sello en este mismo árbol y yo te libere de ese sueño al que fuiste obligado, no fue una ilusión yo se que fue real— Aome aun creía en la posibilidad de haber soñado todo ese tiempo. Los recuerdos ese día se volvieron pesados y dolorosos, por lo que fue al lugar donde tantas veces fue su refugio de niña, el pequeño sótano.

    —Abuelito me lo diste hace tiempo— hablaba sola Aome tomando en sus manos el pergamino que recibió de su abuelo hace muchos meses atrás. —Ahora siento que es un buen momento para abrirlo— su corazón se acelero al retirar el nudo del pergamino que hasta se le cayó abriéndose solo, Aome se quebró ante lo que vio, el pergamino de hace más de dos mil años tenía un bosquejo del gran InoTaisho el demonio perro surcando el cielo.

    —El padre de Inuyasha, ¡Abuelo!— Aome salió corriendo buscando a su casi padre. Llego agitada a la cocina donde estaba su madre. —Mama ¿Dónde está el abuelo? No lo encuentro— la señora se encontraba preparando la cena por lo que se sorprendió al verla en casa.

    —Aome me asustaste no pensé que llegarías tan temprano, no debe tardar salió con Sota hace rato— Aome se recargo en la entrada pues tenía que esperar a que llegara el mayor.
    ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    En la época feudal las cosas parecían mejorar excepto por Inuyasha, se volvió callado y algo solitario, sus momentos de meditación a solas cada vez se volvían más constantes, era como si hubiera perdido el rumbo y se encontrara preso de sus propios miedos.

    —Señora Kaede Lin quiere salir, Lin quiere ir al rio— pedía la niña un poco crecida a su protectora, pues se había aburrido de estar preparando vendajes medicinales.

    —Ve Lin, pero ten cuidado y aprovecha para bañarte— La anciana accedió a la petición pues ella se portaba relativamente bien, llevaba dos años en la aldea y pocas personas le dirigían la palabra, tenían miedo de que Sesshomaru los matara si llegaba a enterarse de que se molestaba a su protegida. Además ese día se había quejado de dolor de estomago, tal vez sería bueno que se despejara un poco.

    Lin salió caminando normalmente después de tomar sus cosas para asearse. Le seguía doliendo su pansa pero prefirió callar antes que molestar como decía Inuyasha. Ella casi llegaba a la pequeña cascada que le enseño Kaede, cuando el dolor la invadió un poco mas haciendo que se recargara en un árbol, se sentía algo húmeda desde hace un buen rato pero no le daba importancia pues estaba haciendo bastante calor; al mirar sus pies un pequeño hilo de sangre escurría, situación que la asusto mucho.
    Lin recogió sus cosas del piso y corrió hasta llegar al lugar predestinado, se desvistió en seguida y comenzó a lavarse las piernas con agua mientras no dejaba de llorar. Se sumergió completamente tomando su ropa y así llegar a una pequeña roca que sobresalía, la coloco en la misma y empezó a tallarla para intentar limpiar la mancha de sangre que se estampo en su vestuario. Lin gemía del miedo, su cuerpo se preparaba para convertirla en una señorita pero su mente no.
    Inuyasha no muy lejos de ahí disfrutaba de sus ratos a solas con su propia personalidad, pero hasta a él llego un olor a sangre levemente perceptible, después de unos instantes de pensar en si era correcto ir o no, opto por la primera opción. Llego al árbol donde se detuvo Lin y vio unas mini gotas de sangre aun frescas, pero ese aroma él no lo conocía, al menos no del todo.

    —De ¿Quién es esta sangre, este olor?— Inuyasha intentaba descifrar al dueño de ese olor en su cabeza pero su esfuerzo fue en vano. Camino lentamente por la vereda, aun había rastros de esa insignia, se escondió detrás de un gran pino al ver a Lin de espaldas. Pero como un embrujo su mirada busco ver un poco más, no por morbo si no por lo que noto, vio en la espalda de Lin una gran cicatriz que se abría paso en su delicada piel, sus piernas que comenzaban a crecer tenían estampadas la figura de mordidas voraces. Inuyasha dejo de ver para alejarse de ese lugar. Lin escucho la huida del hanyu sin identificarlo por lo que se sumergió en el agua tratando de notar algo más de lo usual. Lin se vistió con su ropa mojada y salió corriendo directo a la casa de la persona en la que más confiaba ahora: Kaede.

    —Lin ¿Qué tienes niña estás muy pálida?— Kaede se acerco a ella al verla asustada.

    —Señora Kaede me duele mucho— decía Lin olvidándose de lo que la había llevado de regreso. —Lin está sangrando mucho—

    — ¿Sangrando? Te lastimaste ¿Dónde?— Lin seguía llorando y sobando su estomago. —Lin contesta— Lin señalo su intimidad provocando la risa de la vieja.

    —Lin eso no es malo, es un cambio normal en las mujeres… significa que dentro de poco te convertirás en una mujer— Lin se tranquilizo sin quitar las facciones de dolor de su ser.

    — ¿Mujer? Lin no quiere ser una mujer— Kaede la miro admirada, a esa edad las niñas solo quieren crecer para poder tener una familia.

    — ¿Qué cosas dices Lin?, ahora ya podrás casarte y tener tu propia familia— explicaba Kaede a la casi ex niña.

    —Lin solo desea una cosa y no es volverse mujer o tener una familia eso no existe en su mente, las familias no existen para Lin— Lin se puso seria, al igual que Kaede ante esa declaración.

    —Lin basta no es momento para eso, te traeré una infusión para el dolor y para que puedas dormir un rato— Kaede la dejo en la cama mientras salía a recoger algunas hierbas medicinales.

    —Kaede ¿Lin ya está en edad?— pregunto de improvisto Inuyasha que apenas llegaba en posición de cuatro patas en frente de la anciana que se encontraba en el campo.

    —Si Inuyasha la pequeña Lin ha crecido— la mujer seguía cortando ramitas de la madre naturaleza.

    —“no hay de qué preocuparse”— pensó el hanyu para sus adentros. — Vieja de que son las marcas que tiene la mocosa esa en la espalda— Kaede vio a Inuyasha fijamente.

    —Son mordidas de lobo—

    — ¿Lobo? Son demasiado profundas, para ser una niña humana jamás habría sobrevivido— hablo irónicamente Inuyasha alzando una de sus cejas.

    —Si ella no sobrevivió, pero tu hermano la trajo de vuelta—

    — ¿Sesshomaru? No, imposible, el considera a los humanos—

    —Basura, si pero tal vez Lin no lo sea ante sus ojos. Es por eso que ella desea estar con él, siente que su vida le pertenece al gran Sesshomaru—

    —Vieja a veces me hartas— Inuyasha se veía molesto al ver un gesto de amabilidad hacia Lin por parte de su hermano. En cambio con él, ni un saludo fraternal.

    —Sesshomaru así que la reviviste, pero ese no es el problema la pregunta es ¿Por qué?— Inuyasha se preguntaba en voz alta mientras se alejaba de la aldea por unos días.


    Aome se había cansado de esperar a su abuelo. Se veía su cara de desesperación. Estando sentada no dejaba de mover los pies y mirar por la ventana constantemente.

    —Aome toma ve al mall y trae algo de leche y de paso das una vuelta al campo, a lo mejor los encuentras hay— Aome pensó que tal vez se veía muy desesperada por lo que rio nerviosamente. Pero tomo el dinero y la bolsa. Salió casi corriendo de la casa, llego al campo y solo encontró a algunos niños jugando fútbol.

    —Marin hey Marin ven aquí— Aome gritaba a uno de los niños que respondió a ese nombre y lo invitaba a acercarse con la mano, el niño corrió hasta con Aome. —Marin ¿Dónde está Sota?—

    —Tú eres la hermana mayor de Sota, el se fue con su abuelo hace como unos veinte minutos— Aome cerró los ojos y aspiro profundo.

    —Gracias Marin perdón por interrumpirte— el chiquillo le sonrió y regreso a su juego. —Abuelo parece que te escondes de mi— Aome camino hacia el supermercado pateando una piedra para distraerse. Cruzo la calle con ese juguete y de repente.

    —Hauch— la piedra cayo en la cabeza de un hombre de cabello corto y castaño al igual que sus ojos. Aome volvió a cerrar con fuerza los ojos empuñando su mano derecha a la altura de su hombro.

    —“Porque esto solo me pasa a mi”— Aome se puso en posición de disculpas y hablo —Lo siento mucho, espero no se moleste conmigo—

    —Jamás podría enfadarme con usted hermosa señorita— con esa frase Aome levanto de inmediato su rostro

    —“Miroku”— pero la esperanza se esfumo casi como llego —Jo-ven Hojo— ese muchacho era la última persona con la que esperaba encontrarse Aome.


     
    • Me gusta Me gusta x 1
  6.  
    brownie

    brownie Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Enero 2011
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Recuerdos Olvidados
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2397
    Recuerdos Olvidados



    Cuando el tiempo pasa (parte dos)

    —Señorita Aome como va esa salud, ya no he visto que falte al instituto—

    —Muy bien gracias al parecer todos mis males desaparecieron milagrosamente— Aome contesto de manera casi sarcástica mientras una gota de sudor caía por su cara.

    —Me da mucho gusto saber eso. ¿Qué harás mañana? si quieres podemos salir un rato— se aventuro una vez más el joven. Aome sonrió sonrojándose ante la constante insistencia del muchacho.

    —Claro que si te veo en la entrada del cine a las cuatro— Hojo parecía volar literalmente pues se había acostumbrado a las repetidas negativas de Aome. —En serio que es extraño— pensó al verlo tan feliz. —Te veo mañana ahora tengo algo importante que hacer— Aome se despidió de Hojo quien al parecer ni siquiera la escucho. Aome llevaba sus ojos impresionados de lo ocurrido — ¿Cómo es que siempre termino en estas horribles situaciones?— ya había oscurecido para cuando Aome salió del supermercado, en cuanto las puertas corredizas se abrieron un aroma a frutos secos la embriago.

    —Este olor es el mismo que sentía al estar a tu lado— Aome recordó cada una uno de esos días, que durmió en el pasto observando las estrellas a lado de las personas que también amaba. Resignada regreso a su casa, la tristeza se había apoderado de ella por lo que entro por el patio, dejo el paquete en la mesa y se fue directo a su dormitorio ignorando por completo la sala, escucho el televisor mientras subía cada escalón pesadamente. Un segundo se volvió una eternidad y como si fueran fantasmas recordó y vio la imagen de todas las personas que conoció en la época antigua.

    —Aome— una perturbadora voz la hacía volver abruptamente a la realidad. —Aome ¿Qué sucede?—

    —Na-da abuelito. ¿Abuelito?, Abuelito—Aome reacciono rápidamente, recordando la razón por la cual quería verlo. —Abuelito de donde sacaste este pergamino, mira ven— Aome tomo al viejo de la mano y lo jalo hacia donde ella se dirigía.

    —Aome no corras, ya no estoy para esto—los dos llegaron al cuarto abrumados por la penumbra, Aome no encendió la luz, pero busco el pequeño pergamino mientras sus ojos se acostumbraban a esa oscuridad.

    — ¿Pergamino? No recuerdo de que hablas hija— el viejito ponía cara pensativa mientas Aome seguía chocando con los muebles y buscando el pequeño papel.

    —Este abuelito— después de unos cuantos minutos la chica por fin encontró el papel debajo de su cama — ¿Qué significa? ¿De dónde lo sacaste?— el mayor observo la imagen, grabo en su mente cada trazo, pero la edad lo comenzaba a traicionar.

    —Hija la verdad no recuerdo, es una baratija, tíralo, mejor luego te doy otro— el viejito daba pequeñas palmadas en el hombro de Aome, que lo veía con sus ojos llenos de desesperación.

    —A-BUE-LI-TO— el mayor sonrió y bajo dejándola como al principio, llena de dudas. Aome algo decepcionada se tiro en la cama extendiendo sus manos y dejando salir todo el aire contenido en los pulmones por la boca. —Solo quiero despertar— Miro el techo y sonrió algo desalentadoramente.

    Al día siguiente el sol alumbraba y entraba por la ventana. Era sábado por lo que todos temprano se encontraban en casa. Aome se había quedado dormida hasta tarde por estar pensando en el pasado pero aun así se levanto y salió a correr como todos los fines de semana.

    —Que sueño tengo—decía la joven mientras un gran bostezo se marcaba en su cara. Después de casi media hora de recorrido escucho un sonido muy familiar. Tac tac se escuchaba cada vez más fuerte, como Aome no pudo ver por un pequeño orificio de la barda que se atravesaba entre ella y el sonido. —Diablos… ¿Qué hare? ¿Qué hare?— había tocado pero nadie habría en el dojo. Miro un arbusto y decidió escabullirse por ahí.

    —¡Debes subir más tu codo, de lo contrario jamás darás en el blanco!— Aome se tapo la boca pero ya era muy tarde, su lengua fue mucho más rápida que su razón. La chica que estaba practicando con el arco levanto el brazo y efectivamente como había predicho Aome acertó en el blanco.

    — ¿Quién eres? Al parecer tienes talento, pero nunca te había visto entra por favor— Aome se sobo la cabeza de manera nerviosa, ante la pregunta de la maestra. Aome se empujaba por el arbusto, hasta que la instructora se acerco lo suficiente a ella y le dio tremendo golpazo en la cabeza — Por la puerta niña, por la puerta— Aome entro por la puerta después de un rato con un chichón doble en la punta de su humanidad. La instructora la rodeo y vio su buena figura, no era cualquier chiquilla eso estaba claro. —Toma demuéstrame que no eres una aficionada y sabes de lo que hablas— Aome tomo el arco de madera, en cuanto lo sintió su cuerpo se sintió más ligero, como si hubiera recuperado algo muy valioso. Se puso en posición y justo antes de disparar la mujer la puso a prueba —Esta piedra es tu objetivo, hazlo bien— la instructora lanzo la bola de cristal al aire por lo que Aome rápidamente disparo rompiéndola en mil pedazos.

    —Igual que la perla de Shikon— pronuncio Aome al ver como caían los pedazos de la joya al piso. Todas las chicas presentes dieron un sonoro aplauso a la nueva.

    —Muy bien hecho muchacha, tienes unas pequeñas fallas que yo puedo pulir, claro si tu quieres. ¿Cómo te llamas?— Aome reverencio a las chicas en señal de agradecimiento.

    —Higurashi Aome—

    —Muy bien Aome, que dices, te unes al equipo— Aome se puso pensativa. Y aunque no renuncio a la oferta tampoco la acepto. —Aome no tienes que contestarme ahora, si te unes te espero el próximo sábado a esta hora, de lo contrario no quiero verla husmeando por los arbustos— Aome sonrió y reverenciando comprendió el mensaje; la lección de ese día había terminado. Salió corriendo pues ya se le había hecho tarde.

    —Han pasado poco mas de dos años y mi habilidad sigue intacta— Aome sonrió para sí misma segura de estar retomando algo que le gustaba y la llenaba.
    -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    —Amo bonito hace cuatro meses que vinimos, estoy seguro de que a Lin no le hace falta nada mas— replicaba como tantas otras veces Jaken, pero aunque se quejaba se alegraba mucho de ir a ver a la pequeña molestia como él la llamaba.

    —Jaken silencio, no me cuestiones— los dos siguieron volando hasta adentrarse en el bosque. Sesshomaru iba a verla muy seguido, pero siempre llegaba a las faldas de una montaña la misma en la que un día dejo a cargo de una humana y de su medio hermano su pequeño tesoro. Lin había crecido era notorio pero para el seguía siendo la misma niña preguntona y habladora. Ya casi a media noche Lin se escapaba como en otras ocasiones por la ventana.

    — ¿A dónde se supone que tu vas niña?— pregunto Inuyasha desde un árbol a Lin que se asusto al escucharlo.

    —Eto Lin va a ver al Lord Sesshomaru, el la espera por allá— la chiquilla señalaba el camino.

    — ¿Cómo sabes que está en ese lugar— bajo Inuyasha caminando hacia ella que se encontraba pensativa.

    —Lin solo sabe— la chiquilla sonrió, lo que hizo que Inuyasha mirara la luna, se encontraba descomunalmente bella. Lo que le hacía recordar el día en que murió Kikio, esa misma luna los cobijó antes de caer en la trampa de Naraku. —Señor Inuyasha puedo ir— las tibias manos de Lin tomaron las frías garras de Inuyasha que se sonrojo un poco por la extraña amabilidad que siempre acompañaba a Lin. Ella se marcho seguida del hanyu que protegía la integridad de la casi mujer. Lin por fin llego al lugar prometido y lo primero que hizo fue abrazar a Sesshomaru, que correspondió el gesto secamente. Después corrió a ver a Ah-Un que se veía feliz de verla también. Jaken por su parte también la abrazo cariñosamente.

    —Lin acércate— la niña se paró de donde se encontraba hasta llegar con su amo. —Lin como te sientes en la aldea de Inuyasha— la niña dedico una mirada llena de emoción al peli plateado.

    —Lin se siente feliz, pero desearía regresar a su lado— la niña fue interrumpida.

    —Lin desde hoy eres libre, tu vida ya no me pertenece— el Lord hablaba mirando directamente al bosque, justo en rumbo a donde Inuyasha se escondía. Lin dejo caer una flor que tenía en las manos mientras Inuyasha se daba cuenta de la verdad.

    —Lin no comprende Amo, Lin siempre le pertenecerá, usted la regreso de la muerte, la salvo de la oscuridad, fue al mismo infierno por mí—

    —Lin— Sesshomaru limpio con sus gélidas garras la lágrima que derramo su protegida.

    —Gracias amo, Lin no será una molestia nunca mas— Lin saco de su Kimono una muñeca parecida a ella. —Un día el señor Jaken me dijo que yo estaba en otro plano, que para mi cien años es mucho y para usted nada, Lin ha comprendido eso. Lin sabe que el amo desea volverse fuerte, muy fuerte y forjar su imperio, y una simple humana como yo jamás podrá ver su esplendor, por eso tome— Lin coloco en las manos de Sesshomaru la muñeca que tenia dibujada una gran sonrisa en el rostro algo chueca y la vestimenta fue hecha con el mismo Kimono a cuadros naranja que ella vistió alguna vez. —Lin sabía que no regresaría con el amo, por eso hizo esto, cuando yo haya muerto esta muñeca será el vinculo que nos una, esta muñeca vera al amo convertirse un gran príncipe y así el amo no se olvidara de mí, no importa lo lejos que este— Lin no pudo evitar que la voz se le quebrara mientras se despedía.

    —Lin jamás me olvidare de ti— Sesshomaru sentía un afecto real por ella, pero eso no lo haría cambiar de opinión, el había ido para dejarla libre y eso es lo que iba a hacer, o al menos ese era el plan original.
    El se acerco a ella encajando sus colmillos en el hombro derecho de Lin, inyecto algo de veneno lo que provoco que se desmayara casi en automático. Que él la dejara para perseguir su propio sueño no significaba que la abandonaría a su suerte. La protegería de alguna manera estando lejos, su nuevo entrenamiento duraría diez años y solo regresaría a verla una vez más dentro de dos.

    — ¿Qué haces?—Llego Inuyasha viendo como Lin se desvanecía en las manos de Sesshomaru.

    —Nada que te importe— contesto lamiendo de su dedo índice la dulce sangre de Lin.

    — ¿Por qué la marcas? Si acabas de decirle que no volverás—

    —Jamás dije eso estúpido—Lin abrió sus ojos y comenzó a hablar

    —El tiempo se agota, la puerta se abrirá dentro de dos años— Lin dejo de hablar para volver a dormir. Inuyasha miro a Sesshomaru que le entregaba a Lin.

    —Tienes suerte hanyu al parecer seguiré viniendo por dos años más, al menos hasta la próxima premonición— Inuyasha frunció el ceño, esa no era la primera vez que la veía desconectarse de esa manera.

    —La estas utilizando— Sesshomaru reacciono violentamente ante la alusión de su conducta con respecto a la niña. Tomo a Inuyasha por el cuello mientras el sostenía a Lin sin soltarla. —¿Qué cosa has visto en ella?—

    —Nada es una simple humana que fue salvada por Tenseiga—

    —Y usted fue por ella al mismo infierno amo que no se le olvide— Sesshomaru dirigió su mirada asesina a Jaken para que se callara.

    — ¿Infierno? Hiciste eso por ella, no estamos hablando del mismo demonio verdad— rio Inuyasha sínicamente mientras unas garras comenzaban a cercenarle la piel.

    —Sus ojos— se le salió susurrar a Sesshomaru mientras soltaba a su medio hermano y acariciaba la cabeza de su niña. Sesshomaru emprendió el viaje dejando a Inuyasha y a Lin atrás. Jaken le hizo segunda.

    —Maldito veneno estropea mi olfato y mi visión— decía Inuyasha colocando a Lin en el césped. El cabello de la niña cayó sobre su rostro y aun lado caía Inuyasha. La tomo del rostro y se coloco frente con frente con ella. —Así que tus ojos lo cautivaron— aunque no le hizo daño considerable su hermano inoculo una gran cantidad de veneno por lo que se quedo dormido aun lado de la niña que no paraba de hablar ni dormida.






     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso