Rancho Usami Localizado en: Isla 1 Se trata de un gran rancho ubicado en la isla no muy lejos del hotel. Se pueden encontrar una considerable cantidad de animales de granja en este lugar… y por lo que sugiere el nombre, aparentemente es Usami quien los mantiene alimentados y saludables.
Evangeline Jones Tras un tiempo caminando en una dirección desconocida para mí, y creyendo ya que no encontraría nada por esta zona y debía dar media vuelta a regañadientes, logré discernir algo no muy lejos del hotel al que todo el mundo, o al menos el grupo más grande, parecía dirigirse. Curiosa, sujeté con algo más de fuerza el bolso, el cual se bamboleaba con cada paso que iba dando, y aumenté el ritmo de mi caminata para poder saciar mi interés. A medida que me acercaba comencé a escuchar sonidos de animales, que pude distinguir con mayor claridad al acercarme lo suficiente a la zona. Doblé la esquina de lo que parecía ser un establo, y mis sospechas fueron confirmadas en cuanto me encontré frente a un gran establo, bastante bien cuidado para mi sorpresa a pesar de encontrarnos en una isla que, por el momento, parecía estar completamente solitaria. Entonces, ¿quién...? "Rancho Usami" —Ugh... —murmuré, chasqueando la lengua con disgusto. Parecía que no podría alejarme de aquella cosa por mucho tiempo. Pero aquí no había nadie, ¿verdad? Al menos, era algo. Sin nada mejor que hacer, apoyé mis codos sobre la cerca, dejando caer el peso de mi cuerpo sobre ella, y admiré a aquellos animales en silencio. Lo cierto era que me agradaban mucho, pero al vivir en un edificio en la ciudad, la mayor parte del tiempo sola y teniendo que cuidarme primero a mí misma, no podía hacerme cargo de nadie más, y menos de un animal, que necesitaba bastante cuidado por su parte. Así que el estar allí, en completa soledad y únicamente bajo la presencia de aquellos pacíficos animales, me sentía verdaderamente cómoda. Incluso sentí que podía aprovechar aquella oportunidad de alguna forma, y siendo guiada por aquella atmósfera apacible, tomé asiento sobre uno de los sólidos montículos de heno y saqué mi inseparable cuaderno y lápiz, comenzando así a retratar aquel particular marco de la vida campestre que nunca había tenido la oportunidad de recrear. Mientras mi mano se movía con gran agilidad, realizando trazos suaves y sin apretar para poder borrar posteriormente con mayor cuidado, presté atención al lugar en el que me encontraba, tanto para poder dibujarlos con mayor realismo como para descubrir algún detalle sobre el rancho me haya pasado desapercibido en un principio.
Mientras Evangeline disfrutaba de la paz del rancho, miró alrededor para ver un poco el lugar. El rancho contenía un corral donde se encontraban las gallinas y un corral donde se encontraban las vacas. Había un granero de color rojizo detrás de ambos, y junto a la entrada del mismo había apilados múltiples pilas de paja. Sobre la entrada al granero logró ver un monitor similar al del aula, y junto al mismo una cámara de vigilancia.
Evangeline Jones Pero en medio de aquel agradable ambiente había algo... Algo estaba haciéndome sentir incómoda. Reincorporándome en aquel montículo de heno, dejé el bloc de dibujo en mi regazo por el momento, reparando con mayor detalle en cada objeto que allí veía. El corral de las gallinas, el de las vacas... Todo era normal. Entonces, ¿qué era aquello que...? Un momento... ¿Qué es eso que se encuentra sobre la entrada del granero? —¿Otra... otra cámara? ¿Aquí, en un rancho? —exclamé, cada vez más desconcertada con la situación. Desconfiada, me acerqué hacia aquel aparato, y alargué mi mano para intentar desconectarlo o desprenderlo de alguna forma de allí, que dejase de observarme. Sin embargo, la mano quedó estática a medio camino, pensando mejor en mi acto, y me alejé de allí, resignada—. Por precaución, prefiero no tener nada que ver con todo esto. Qué remedio... Ya que estaba allí, me agaché para poder observar mejor aquel granero de color rojizo. Quería asegurarme de que, aparte de aquella molesta cámara y su correspondiente monitor, el resto del rancho guardaba su normalidad.
Evangeline intentó abrir las puertas del granero pero… vaya, parecía estar cerrado con llave. ¿Quién lo mantendría cerrado con llave? ¿Usami? Incluso si se trataba de ver por debajo de la puerta no se podía ver nada más que oscuridad… al parecer, Evangeline no podía acceder al granero de ninguna forma.
Evangeline Jones —¿Cerrado? —exclamé, desconcertada. ¿A quién demonios se le ocurriría cerrar con llave un granero? ¡Ni que se tratase de una caja fuerte, por el amor de Dios!—. Debe de ser una broma... ¿Acaso existe algo tan importante como para que mantengan tanto secretismo? Intenté forzar un poco el pomo, intrigada en el fondo, creyendo que quizás, tan solo estaba algo atascada. Pero no había caso. Ni siquiera al agacharme conseguía ver nada más que oscuridad allí dentro. —¿Sabes qué? Paso —suspiré, resignada, dando media vuelta para volver sobre mis pasos—. No sé ni qué hago aquí, molesta por no poder abrir un estúpido granero. Observé de reojo aquellas pilas de paja amontonadas al lado del granero, deteniendo momentáneamente mis pasos. ¿Sería más cómodo sentarme desde esta perspectiva para continuar con el dibujo?
Al observar aquellas grandes pilas de paja, un pequeño destello llamó la atención de Evangeline. Al acercarse a investigar, descubrió que se trataba de una especie de broche negro y blanco. ¿Y ese detalle rojo que tenía? Parecía como un ojo rojo… que broche más extraño, ¿verdad? ¿Debería recogerlo, o dejarlo allí tirado?
Evangeline Jones —¿Uh? ¿Qué es eso? —murmuré, dejando encima de la paja mi bloc por un momento, y me agaché con cuidado para poder examinar mejor aquello que había llamado mi atención. Lo tomé entre mis manos, quitando los restos de paja que se encontraban adheridos en él, y descubrí entonces que se trataba de una especie de broche muy extraño—. ¿Qué hace aquí un broche como este? Quizás... ¿se le ha caído a alguno de los alumnos? ¿A la coneja? Guardé silencio, buscando alguna presencia por los alrededores. Pero tal y como había observado en un principio, estaba completamente sola allí. No podía descartar la idea de que otro alumno hubiera llegado hasta aquí antes que yo, pero por el corto tiempo que había empleado en venir al rancho me resultaba algo difícil de creer. Supongo que no debería darle más vueltas, no habría más remedio que preguntarle a la "profesora". Estaba formando demasiadas incógnitas absurdas en mi cabeza. —Ciertamente es un broche muy particular. ¿Es... una especie de ojo rojo? —pensé en voz alta, para mí misma. Me apoyé en el corral de las gallinas, colocando el broche a contraluz para poder observarlo con mayor detenimiento—. ...Qué mal rollo.
El corral de las gallinas… vaya, parecía haber muchas gallinas en aquel momento. Una gran cantidad de gallinas andaban de aquí para allá dentro del corral… pero salvo por eso, no parecía haber nada de interés allí.
Evangeline Jones —En fin... Creo que después de esto, he perdido toda la concentración para continuar con el dibujo —suspiré, guardando el pequeño broche en el interior de mi bolsillo. Me separé de la cerca en la que había estado apoyada, observando como varias gallinas comenzaron a acercarse hacia la zona que me encontraba abandonando, sin quitarme la mirada de encima. Al parecer, eran tan desconfiadas que no se atrevieron a picotear las semillas que se encontraban bajo mis pies. Llevé una mano a mi boca, conteniendo la risa, y dejé que los animales campasen con total libertad, alejándome de allí con algo más de cuidado. —Quizás... lo mejor sea ir a buscar a Usami y quitarme la duda de encima —pensé, recogiendo el bloc de dibujo y guardando a su vez los materiales en el estuche. Con todo listo y recogido en mi bolso, eché un último vistazo al corral de las vacas, pensando en el lugar al que me dirigiría a continuación—. Desde luego, aquí ya no me queda nada por hacer. Supongo que tendría que aceptar a regañadientes el hecho de tener que investigar las áreas ya ocupadas por otros alumnos, cuando llegase el momento. Qué remedio, tampoco podría estar huyendo para siempre.
En cuanto al corral de las vacas, Evangeline notó que era bastante menos poblado que el de las gallinas. De hecho, tan sólo había una solitaria vaca que se encontraba comiendo pasto en una esquina… era algo curioso, tan sólo una vaca en todo el rancho, ¿dónde se habían metido todas las demás? Pero salvo por esa curiosidad, no había mucho más que observar por allí.
El monitor que se encontraba sobre la entrada del granero súbitamente se encendió, captando la atención de Evangeline. En la pantalla apareció la imágen de Usami; la profesora alzó una mano a modo de saludo. —¡Hola a todos, clase! ¡Este es un comunicado de su profesora, Usami-sensei! —exclamó Usami con aquella voz dulzona—. ¡Hay un anuncio escolar muy importante que debo hacer! Así que, por favor, reunámonos todos en la playa cuanto antes… ¡los espero aquí! Y, dichas aquellas palabras, el monitor volvió a apagarse. Así que Usami los esperaba a todos en la playa… debería dirigirse hacia allí cuando antes, ¿no? Contenido oculto Liza White ¡dirigirse a la playa para pasar a la siguiente fase! :3
Alethea Ethans Al final, el hecho de tener esa molesta cámara constantemente vigilándome no me ayudaba en absoluto a descansar así que desistí de la idea y me puse en pie, decidiendo ponerme a investigar la nuevas zonas. Al menos así conseguiría despejar mi mente, ¿no? Salí de la habitación, cogiendo claramente mi bolso conmigo, y me alejé hacia la salida del Hotel. Una vez fuera, pensé que era lo mejor que podría visitar. El rancho parecía una buena idea, pues Monokuma había dicho que habría algo nuevo que investigar ahí. Y el Edificio Viejo no me inspiraba demasiada confianza. Así, mis pasos me llevaron hacia susodicho lugar, donde me dirigí hacia el granero que debería estar abierto.
El granero, en efecto, se encontraba ahora abierto, y Alethea pudo ingresar. Por dentro, no parecía haber iluminación alguna, pero ella podía ver gracias a la luz solar que se filtraba entre las maderas. El lugar no era la gran cosa; era grande, muy grande, pero no había más que montones y montones de pilas de paja, acomodados al fondo del granero sin cuidado alguno. También… había un rastrillo de granja apoyado contra una pared, con sus filosos cuatro dientes apuntando hacia el suelo.
Alethea Ethans Efectivamente, la puerta se abrió pareciendo como si nunca hubiese estado cerrada realmente. Entré al lugar, percatándome de que la única luz que había era la de los rayos de sol por lo que era difícil distinguir las cosas que había dentro. De todas formas, no había mucho. El sitio era enorme, eso sí, pero lo único que se podía encontrar era paja y más paja. Pero quien sabe, quizás hubiese algo escondido entre los montones de paja. Mientras no hubiese una aguja, todo iría bien... Contenido oculto Cuando investigué las dos cosicas que hay, hago el post con lo del walkie-talkie xD
Al revisar entre los fardos de paja, Alethea no logró encontrar nada de interés… por lo menos hasta que vio un bloque de paja en particular, sobre el cual había, medio escondida entre la paja pero expuesta por su brillo a la luz del sol que se filtraba en el granero, una moneda de bronce. ¡MonoMoneda obtenida!
Alethea Ethans —Nada... —murmuré, dejándome caer sobre uno de los montones de paja, cansada tras buscar y, efectivamente, no encontrar nada interesante. Lo único que había era paja sobre paja y aun más paja. Pero entonces, un pequeño brillo llamó mi atención y al agacharme comprobé que era una extraña moneda de bronce con el rostro de Monokuma. Oh, eso tenía que ser importante... o al menos útil. >>Bueno... si nadie la reclama... —me dije a mí misma, guardando la moneda en un bolsillo de mi bolso. Posteriormente, me acerqué al rastrillo que era lo único diferente que había en el granero.
El rastrillo en si mismo no parecía tener nada de interesante. Era un rastrillo largo con cuatro filosos dientes de aluminio, y parecía ser relativamente nuevo. Aunque parecía ser que su uso normal fuese para el trabajo de granja, era muy afilado... casi parecía que estuviese dejado ahí para ser usado como arma para un crimen... pero no podía ser eso, ¿verdad? En cualquier caso, parecía ser que no había nada más de interés por allí.
Alethea Ethans Miré el rastrillo y... no, no tenía gran cosa. Salvo sus excesivamente afiladas puntas que parecían dedicadas a otra cosa que no fuese la granja. Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda. Lo mejor era no pensarlo, ¿verdad? Escuché entonces el sonido del Walkie-talkie y me acerqué para cogerlo. Escuché los mensajes que sonaron, uno tras otro y posteriormente pulsé el botón y acerqué el aparato a mi boca, decidida a compartir mi información también. "Aquí Alethea. He estado en el granero y no hay gran cosa que ver, mucha paja y..." ¿tendría que decirle los del rastrillo? Quizás les daría alguna idea macabra... pero si sucedía algo y era la única que sabía de su existencia, me inculparía... "...un rastrillo nuevo. Encontré una de esas monedas. En un rato iré al Edificio, entonces... Hasta luego." Corté el mensaje y salí del granero con un objetivo en mente. Contenido oculto Nekita Graecus Fushimi Natsu Bruno EVF y Lucas Diamond escuchando seguro (?)
Ziro Allen Mi camino hacia el rancho fue algo lento, en principio porque no tenía mucha idea de dónde se encontraba y dado que no sabía si todos estaban despiertos, no quería usar el walkie-talkie y despertar a alguien de paso, con las noticias del día a anterior realmente no culparía a alguien por querer dormir hasta tarde. Incluso no me extrañaría que algunos no hubieran podido dormir como el super abogado que llegó al desayuno cuando había decidido retirarme. "Chicos, estoy en el aula en la que aparecimos. ¿Recordáis algo sobre la mesa del profesor? Juraría que no había nada, pero acabo de encontrar un libro: igual alguien lo ha traido. Y su título es... escalofriante. ¡Venid si queréis verlo! Hay una foto de Monokuma en la portada." Cuando estuve a punto de darle una mordida a mi manzana mi walkie-takie emitió la voz de Celia, ¿un libro de título escalofriante? Uhm, la tentación era alta pero... ya me encontraba relativamente frente al rancho y regresar ahora no parecería una muy buena idea, saqué el aparato de mi bolsillo y presioné el botón para poder contestarle a fin de cuentas... si alguien no estaba despierto, después de eso quizás sus ganas de despertar iniciarían. "Me encantaría poder ir al aula pero ya me encuentro en el rancho, lo lamento Celia. ¿Pudiste leerlo? ¿Había algo de utilidad? Sin más, volví a guardar el aparato en mi bolsillo y miré el rancho, ¿qué cosas quedarían por investigar?
