-¡Quiero presentarte a mi padre! Esas palabras me dejaron pálido, ¿conocer a su padre? A penas llevamos saliendo un mes y ya me quiere presentar a su padre. Genial, ahora tendré que aguantar las cenas familiares con su padre y seguramente con su madre. No es la mejor idea del mundo, pues siempre he sido de la idea que conocer a la familia es el último paso, como para un año después de salir. —¿No crees que es demasiado pronto? —dije esperanzado de que se arrepintiera. En ese momento vi como su rostro cambio a uno más triste, no quería, pero... la chica me gustaba y... no quería verla así, ¿quién sabe y ella realmente sea la indicada? —Está bien, no hay porqué apresurar las cosas -me dijo. —No, no, no, no, he sido un verdadero tonto, quiero conocerlo —dije tratando de arreglar mi error, en ese momento su cara volvió a cambiar a uno más alegre. Quedamos que ese mismo fin de semana iríamos a verlo, así que tenía dos días para prepararme emocionalmente a lo que venía, cada vez que me despertaba me atormentaba con lo mismo, realmente no quería comprometerme de esa manera, era un paso bastante grande y realmente no me sentía listo. Ella cada día se disponía a recordarmelo y yo le ponía buena cara para no desanimarla. Me hablaba tanto de su padre, "que era un buen tipo" "que le gustaba el fútbol" "que seguro me amaría", empezaba a aburrirme con lo mismo. Se llegó el día, me arreglé, me vestí bien, y me preparé porque de igual forma no iría vestido como un patán solo porque no quería ir. Llegué a la casa de mi novia dispuesto a conocer a su padre, pero ella se subió al vehículo y me dijo: —Conduce, yo te guiaré el camino. Mi cara cambió totalmente ¿no vive con su padre? Pero, me ahorré la pregunta, asumí que sus padres estaban separados y me llevaría a la casa de él, así que obedecí y comencé a conducir. Me guió todo el camino y quedé perplejo cuando vi al lugar donde me estaba llevando, entramos al lugar y le pregunté: —¿Qué estamos haciendo aquí? —Ya te lo dije, veremos a mi padre. No lo podía creer, en ese momento todo lo que había pensado, sobre lo mucho que refunfuñé por venir hasta acá, me sentí realmente mal. Ella terminó de guiarme y me indicó donde detenerme, nos bajamos del auto, y mi cara se puso pálida cuando leí el nombre de su padre y los años que indicaba cuanto había vivido, escritos en una lápida de mármol enterrada al suelo, al parecer solo llegó a los cuarenta y dos años. —Hola papá, él es mi novio, moría por presentartelo —en ese momento su mirada se entristeció y empezó a soltar una lágrima. Esta chica me trajo hasta acá para presentarme a su fallecido padre, ella quería que lo conociera y él a mí, no podía ser tan cruel de dejarla así. Así que la abracé y dije en voz alta: —Señor, yo amo y respeto a su hija, prometo cuidarla como usted lo hubiera hecho. No tiene porque preocuparse, yo la amaré hasta donde ella me lo permita. Mi novia me abrazó más fuerte y lloró aun más en mi pecho. No la iba a defraudar a ella y a su padre. Le hice una promesa y pienso cumplirla.
