Problemático perro gruñón

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Ruki V, 25 Noviembre 2012.

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    Ruki V

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    Problemático perro gruñón
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
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    Mi nombre es Michelle. Hace un par de meses me cambié de preparatoria e hice muy buenos amigos. También me he metido en varios problemas y he ganado enemigos: pero son más las cosas buenas que las malas las que me han pasado. Mi mayor problema al venir a este lugar desconocido, fue enfrentar un sentimiento desconocido: o bueno, nuevo para mi. Con mis 17 años de vida, jamás me había enamorado antes.

    Si se preguntan como soy; tengo el cabello largo, lacio y color ceniza. Mis ojos son púrpuras. Mi estatura es promedio, soy delgada. Visto como chica normal de preparatoria: no con vestido y tacones pero tampoco fachosa. me considero "normal"

    He conocido a un chico llamado Peter. Es un año mayor que yo: es más alto que yo también. Tiene el cabello algo largo (para ser un chico, pero sin exagerar) y de color negro. Sus ojos son cafés. Tiene pinta de "chico malo"... y con él, no aplica por completo el dicho de "las apariencias engañan".

    Sus padres trabajan mucho. Vive prácticamente solo, por tanto hace lo que se le da la gana. Falta a la escuela porque sí, se salta clases, molesta estudiantes. Veo como la mitad de las chicas de la prepa le coquetean y él las rechaza fríamente con su cara de perro gruñón. Agh!! ¿Como me fui a fijar en él? habiendo tantas opciones; muchas mejores opciones.

    ¿No pude enamorarme del buen estudiante rubio de ojos azules? ¿O del misterioso chico poeta? ¿O del sexy adicto a los videojuegos? Incluso ¿por qué no del jardinero?

    Ah... A fin de cuentas, ninguno de ellos es perfecto. Todos tienen algún problema. Pero elegí al más problemático. ¿Qué me pasa? Es un idiota, un irresponsable, un grosero, un infantil... pero a la vez tan lindo... De apariencia. Que diga algo amable es como que llueva en sequía. pero cuando dice algo amable lo dice con toda sinceridad. Cuando sonríe de verdad..... ¡¿Qué estoy diciendo?! Agh... la verdadera idiota soy yo.

    Su mejor amigo me ha dicho que le gusta tocar guitarra. Me ha intrigado y he tenido muchas ganas de escucharlo tocar. Su amigo, llamado Andrew, me dijo que de vez en cuando tocaba en el sótano de la prepa: después de todo, había dejado de utilizarse hace un par de años y ahora era una bodega. De algún modo, ambos tenían llaves de la bodega (los profesores se olvidaron de ellas cuando se olvidaron que había un sótano) y Andrew fue muy amable en prestarme las suyas. También fue muy amable al avisarme de un día que Peter se metió a tocar al sótano.

    Me escabullí con cuidado y en silencio y entré sin problemas. Escuché una tranquila y bella melodía tocada en guitarra acústica y la seguí. Estaba casi hipnotizada; era un sonido muy bello. Se me olvidó que quería procurar el que Peter no supiera que yo estaba ahí. Estaba tan perdida en lo que escuchaba que tropecé un poco y moví unas cajas e hice ruido. A unos pasos, estaba Peter: había dejado de tocar y me miraba con su cara de perro gruñón.

    —¿Qué estás haciendo aquí?— dijo

    Continuará...
     
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    Cygnus

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    Más que nada, preveo que la intensidad de este capítulo (que funciona más a modo de prólogo) la has dosificado para el siguiente. Me gustaría saber qué es lo que pasó cuando Peter descubrió a nuestra protagonista cerca de él, espiándolo mientras tocaba, y el diálogo que llevarían, que seguramente estará muy interesante. Pero también me encantaría saber por qué Peter toca en un sótano pudiéndose meter en problemas, cuando bien puede tocar en el patio o en cualquier otro lado de la escuela.
    La narración está muy bien y la ortografía me convence. No olvides que el guión de diálogo va pegado a la acotación, y no a lo que se dijo.
    Espero que lo continúes, me intriga bastante en qué puede acabar esto. La chica parece demasiado interesada en el chico incorrecto, pero es muy probable que la vida de este niño malo cambie cuando conozca a la dulce y tímida protagonista. Por favor procura no hacerlo "un fic más de romance", porque la trama da para estar trillada; dale un toque original y aquí me tendrás.

    Saludos.
     
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    Ruki V

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    Mira, la verdad es que toca en el sótano porque... el título lo dice; la primer palabra: PRO-BLE-MÁ-TI-CO y ella lo describió. Si falta a la escuela, se salta clases y molesta a la gente ¿que le impide meterse a la bódega abandonada? Quizás no escribí de la forma correcta, ya que entendiste a la chava como dulce y tímida, cundo en realidad es una tsundere... aunque bueno, se interpreta. Cuando lo continúe verás que no es "un fic más de romance" e_e Y si te gustó, te recomiendo a leer "Señor Cazador: ¡no mate al lobo azul!" http://fanficslandia.com/index.php?threads/señor-cazador-¡no-mate-al-lobo-azul.29051/#post-563325
    Gracias por tus comentarios. Pronto continuaré.
     
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    Ruki V

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    —Te voy a repetir la pregunta. ¿Qué estás haciendo aquí?— dijo Peter. Me temblaban ligeramente las piernas. No pude decir palabra. Me paralicé unos segundos.
    —¿Seguirás ahí paradota sin decir nada?— dijo él harto. Tomó mi brazo bruscamente y me hizo reaccionar.
    —Es que supe que tocabas guitarra y de vez en cuando venías a tocar aquí. Andrew me prestó su copia de la llave— sin querer solté toda la sopa.
    —Agh!! ese Andrew...
    —No te enojes con él. La necia soy yo, que le insistí para poder oírte tocar.
    —Pudiste haberme pedido un concierto privado— dijo con su cara... sarcástica, por así decirlo.
    —Claro, como hubieses aceptado a dármelo— dije con cierta rabia.
    —Bueno, ya me oíste tocar, ya te puedes ir— dijo empujándome.
    —No te cansas de los problemas ¿verdad? Encima de irresponsable y problemático, te robas las llaves de la bodega y vienes a tocar tu guitarra.
    —¿Qué mas da? Hago lo que quiero, y con la mejor suerte del mundo nadie me dice nada.— dijo. Lo miré insatisfecha.
    —¿Nadie oye nunca cuando tocas? Yo creo que ya te hubiesen sorprendido.
    —No. Cada vez que entro me encuentro solo y sin oír nada más que mi guitarra. Creo que lo abandonado del lugar absorbe el sonido.


    Mientras me decía esto último, su mirada se volvió pensativa. Volvió al rincón más limpio que había, en el que se sentaba a tocar; tomó su guitarra y la puso en sus piernas, apoyó un papel sobre ella, tomó un lápiz y se puso a escribir. Estaba sorprendida de su concentración mientras escribía nunca le había visto una mirada tan relajada, tan "real". Me quedé ahí, con la mirada fija en él. En un momento soltó el papel y volvió a su guitarra. No solo tocaba; cantaba... o eso intentaba. (Nota de la autora:--De alguna manera, he anotado una estrofa tarareándola al ritmo del coro de la canción "Estás que te Pelas" de Carla Morrison--)

    Caigo de rodillas en la habitación
    En este vacío yo siento podrido ya mi corazón
    Siento estas lágrimas tras tu partida, ya que te has ido
    Y lo abandonado del lugar absorbe... el líquido sonido ♫


    Estoy casi segura de que mis ojos brillaban. Peter estaba... ¿a punto de llorar? No dije nada; me quede esperando "algo"

    —¿Qué tanto me ves con esa cara de babosa?— dijo Peter —Ya sé que cantar no es lo mío. Andrew lo hace mejor.
    —A pesar de que digas eso, la música suena hermoso y la letra es magnífica.— Lo hice sonrojar ligeramente al decir eso.
    —Bueno... ya te ibas.


    Peter se puso de pie y de nuevo empezó a empujarme. Decía cosas usuales como "Me fastidias, me haces sombra, déjame en paz, no necesito compañía..." Hubo un momento en que hice oídos sordos a sus palabras y me detuve para no permitirle más que me empujara. Me miró raro y dijo que ya me fuera, que no me quería más ahí. Me cansé.

    —¿Por qué eres así conmigo? Tan indiferente y frío.
    —¿De que hablas? Yo trato así a todos. La persona con quien he sido más amable es Andrew.
    —Ah... ya no quiero esto. No soporto esta clase de relación. No quiero ser de las del montón al que tratas indiferente.


    Me di la vuelta y lo abracé recargando mi cabeza en su pecho y agarrando su chaqueta por detrás. Peter no dijo nada. Sentí que bajó la cabeza buscando mi mirada. Intentó encontrar las palabras correctas para apartarme pero solo sentí su inhalar y exhalar en mi cabeza.

    —Te amo.— dije sin rodeos. No oí ni sentí nada.
    —Yo a ti no.— dijo Peter. Tardó mucho en contestar.
    —No te creo.
    —Ilusiónate cuanto quieras.
    —Ja! Jamás dejarás de ser un idiota.— dejé salir un par de lágrimas. Peter me separó de él y me miró a los ojos.
    —Olvídate de que podamos tener alguna clase de relación parecida al noviazgo.


    No me gustaron sus palabras. Tampoco me gustó mucho lo que pasó por mi mente: pero jamás me voy a perdonar el haber dicho y hecho lo que pensé.

    —Si no podemos salir juntos...— Me desabotoné a medias la blusa dejando ver mi brassiere. Tumbé a Peter y me iré encima de él.—...hazme tuya.— Me miró entre enojado y triste. Me arrepentí al instante, pero no podía retractarme de lo que dije.
    —Andrew no pudo haberte contado lo de Kassandra.
    —No, no fue Andrew. Él no lo haría, y lo sabes.
    —¿Quién diablos te contó?— Estaba rojo de la cara y con los ojos llenos de lágrimas que no salían.
    —Una amiga que hice hace poco. Carol, la prima y mejor amiga de Kassandra.
    —......Ah... bájate de encima, por favor.
    —Vamos Peter, ya sé que eres un idiota completo. Dime, ¿después de la estupidez con Kassandra te volviste así?
    —Para... no sigas...
    —La amabas...
    —Cállate...
    —Era igual o peor de lo que tú eres ahora. Si no salías con ella, te conformabas con estar con ella.
    —Por favor Michelle... No lo digas...
    —Más idiota no se puede Peter. Estoy dispuesta a cometer el mismo error que tú.
    —¿Por qué? No valgo la pena. Soy un rebelde sin causa que estuvo con una tipa sin sentimientos... y me convertí en una persona igual. Tú no tienes por que seguir la cadena, Michelle Tu eres buena, linda y alguien puede llegar a quererte tanto como yo...


    Peter dijo justo lo que quería... ¿por qué no me sentí feliz? Él ya estaba empapado de lágrimas: yo me desbordé por los ojos al darme cuenta de la estupidez que cometí. En verdad me quería y lo herí. Me puse de rodillas y cubrí mi cara.

    —Lo siento...— Huí llorando de ahí. Me di cuenta antes de correr de que Peter se sentó y hundió su cabeza en sus rodillas.

    Continuará...
     
    Última edición: 11 Febrero 2015
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    Bruno TDF

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    Buenas.

    Fue agradable dedicarle tiempo a tu relato, es ameno en lectura y simpático en el desarrollo de la historia. Coincido con lo dicho por Cygnus en cuanto a lo de la ortografía y la narración, mas también en el hecho de que intentes de que éste no sea "un fic más de romance".

    El primer capítulo, que para mí se escribió a modo de introducción, me pareció bastante bueno; aunque siento decir que no puedo decir lo mismo del segundo, que a mi gusto transcurrió con demasiada rapidez. Hubiera gustado más algunos capítulos con pequeñas tensiones (e indiferencias) entre Peter y Michelle, para que, más adelante, la confesión tuviese más trascendencia en la trama, y la mención de la tal Kassandra fuese más impactante. No digo que no hayas logrado una escena dramática, pero ésta pudo haberse enriquecido más.

    Como señalamiento técnico, a las exclamaciones ja! y agh!! les correspondería el uso bilateral de los signos de exclamación (¡Ja! ; ¡¡Agh!!).
     
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  6.  
    Ruki V

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    Gracias por tus comentarios. La verdad es que si sentí algo a prisa el segundo capitulo cuando... lo leí. Pero es que leerlo no es sencillo: tendrías que leer mi mente para que no se te hiciera tan rápido. Quería dejar lo de Kassandra más "oculto" es decir, que solo mencionaran el nombre más no quien era o como influye en la historia. Pensé que tomaría más interés y suspenso, pero terminé dejándolo así porque me tardo a veces en subir otro tramo de la historia. En verdad, sería más fácil conectar mi cerebro a la laptop para que se escribiera sola esta cosa, pero ni modo. Trataré de arreglar eso; lo verás en el siguiente capítulo.
     
  7.  
    Ruki V

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    ----------FLASHBACK----------

    Hace una semana, he tropezado con una chica a quien no había visto antes. Tenía el cabello corto, rizado, color castaño obscuro y ojos verdes claro. Vestía pantalones de mezclilla entubados, botines grises, un cintó café y una blusa blanca; abotonada, con tres cuartos de manga. Llevaba una gran libreta de dibujo y muchos materiales de arte como pinturas, lápices, gises, crayones, etc. Al tropezar, hemos caído de sentón y la he hecho tirar sus cosas. Por educación, me he puesto a levantar sus cosas, pero no pude ni acercar mi mano a su libreta sin que me gritara.

    —¡Espera! ¡No tomes eso!— Me asusté un poco. Tomo su libreta y unas hojas que se salieron lo más rápido que pudo pero alcancé a ver el contenido de una de ellas.
    —¿Te gusta dibujar? Eres buena.— Terminó de recoger sus cosas antes de responderme.. Estaba ligeramente sonrojada.
    —Gracias... ¡Ah! Diablos, he perdido mi lapicero.— La vi muy preocupada. Voltee a todos lados y encontré un par de lapiceros junto a unos casilleros.
    —¿No es alguno de estos dos?
    —De hecho, este. El verde es el mío. Gracias.
    —Ah, de nada. ¿De quién será este otro? Se ve igual al tuyo pero en morado.— Bajó la mirada y no dijo nada. Me quedé mirando el lapicero morado.
    —Creo que ese... puedes tirarlo a la basura...
    —Alto. No son exactamente iguales ¿verdad?— Se ha sorprendido. —Ambos lapiceros tiene un tulipán y pétalos que se le caen por decoración; pero el lapicero verde tiene holograma y parece que los pétalos aumentan, a diferencia del morado que no tiene holograma.

    Estaba mirando con cuidado los lapiceros, y de pronto me volví a ver a la chica que ahora estaba llorando tapándose la boca. No pude tranquilizarla. Me tomó del brazo y me llevó al jardín. Cuando llegamos, había disminuido su llanto. Se sentó y se dedicó a dibujar. Yo estaba parada detrás de ella; jamás quitó la vista de su libreta y yo tampoco. No vi avance alguno en su dibujo; estaba ahí parada, viendo fijamente la libreta, pero no podía distinguir lo que dibujaba. Cuando terminó, se volteó y me vio. Después volteamos simultáneamente hacia la libreta y ¡me había dibujado! Yo no sabía como me veía, pero capturó el momento exacto en el que me quedé observando detalladamente los lapiceros. Comenzó a ponerse de pie y recogió sus cosas.

    —Tienes una habilidad increíble.
    —Perdóname por mi descortesía de hace un rato. Mi nombre es Carol, mi hobby son las artes.
    —Oh, descuida. Mi nombre es Michelle, normalmente escribo algo parecido a la poesía.
    —Si te ha impactado el dibujo que he hecho, te dará un infarto lo que te voy a contar. Estos lapiceros son especiales para dibujar; eran material del club de dibujo al que entré en secundaria. Nuestro asesor era el sobrino del profesor de matemáticas, un estudiante de diseño gráfico de 19 años llamado James. El lapicero morado era suyo, y él decía que una vez que el dueño de esos lapiceros se conectaba con él, los pétalos que caían del tulipán con el holograma irían multiplicándose hasta que el dueño muriera. Dijo que no cualquiera notaría la diferencia entre los lapiceros si en uno desaparecía el holograma.
    —Me siento algo especial al darme cuenta de ello. Pero... Si tu tienes su lapicero... Él...
    —Falleció. Tenía problemas de asma. Un día antes me dio su lapicero y me pidió que lo cuidara. Ese día, el holograma de su lapicero desapareció.
    —¿Por qué conservas el lapicero?
    —No lo sé... quizá por la misma razón por la que mi prima Kassandra se suicidó.
    —¡¿Eh?!
    —Ah, lo siento. Creo que a mi familia le vienen demasiadas tragedias así como a la gente que se nos acerca.
    —Pero ¿como que una prima tuya se suicidó?
    —Hace un año, Kassandra estaba en esta preparatoria. Era una terrible persona. Había perdido su virginidad a los 15 años y desde ese entonces nada le importaba. El colegio, las tareas, el resto de la gente. Tenía buen ver; si algún chico bien parecido se interesaba en ella, simplemente se acostaba con él.
    —Suena horrible. ¿Cómo puede existir una persona así? Digo... ah... como sea... ¿exactamente que la llevó al suicidio?
    —Cuando ingresó a esta escuela, a mitad de año, conoció a un chico que se enamoró de ella. Como siempre, a Kassandra no le interesaba lo suficiente como para declararlo su novio. Sin embargo, este chico era diferente: había oído todos los rumores de que ella no era virgen y que era una persona de lo más horrible, pero aún así se hizo su amigo y pretendió comprenderla un poco mejor que los demás. Cuando decidió declarársele, Kassandra le dijo "No esperes algo así como una relación formal. Yo soy libre y hago lo que me plazca". Luego él le dijo que eso ya lo sabía y que no le importaba. Que en serio la quería y que aceptaba estar con ella. Incluso le dijo que él podría hacerla sentir de verdad.
    —¿Y al final terminaron....?
    —Si.
    —Pero ¿que influencia pudo tener él en ella para que se quitara la vida? Sigo sin entenderlo.
    —La diferencia entre él y los demás chicos con quienes había estado. Él en verdad tenía sentimientos por ella. Lo cual la hizo sentirse muy culpable. Un mes después de que pasó eso, Kassandra fue al médico y le diagnosticaron un posible indicio de SIDA.
    —Ese chico la había contagiado.
    —No. Bueno, ella decía que no era posible. Ella decidió y decretó que ella tenía SIDA desde hace algún tiempo y que no había sido culpa de él.
    —Y se suicidó porque.....................
    —Pensaba que quizá ella lo había contagiado a él. Al final, lo mandaron al médico a analizarse y descubrieron que él estaba limpio.
    —Pero....
    —Kassandra no alcanzó a escuchar eso. La culpa la consumía. Se cortó las venas y escribió "sorry" en el suelo con su sangre.
    —Suena horrible... Perdona que me entrometa pero, en todo este tiempo no mencionaste el nombre de este chico. ¿Podrías decírmelo?
    —A decir verdad no lo recuerdo muy bien.... Creo que era algo como.... Agh!! No recuerdo.... Empezaba con P.
    —No será...........
    —¡Peter!

    ----------FIN DEL FLASHBACK----------

    Me callé semejante secreto por una semana entera y luego decidí cometer esta estupidez. Peter jamás me va a perdonar.

    Continuará...
     
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  8.  
    Cygnus

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    Bluff, coincido con Bruno. Las cosas iban transcurriendo bien, pero de pronto te fuiste demasiado aprisa en el diálogo más importante que has tenido! En donde mencionan a Kassandra y su supuesta relación que tiene con Peter. Las actitudes se me hacen un poquitín forzadas, el chico es demasiado grosero, y yo entiendo que sea frío y esas cosas, pero no sé, me parece muy exagerado eso que le diga "cara de babosa" y que la empuje y otras cosas; las personas agresivas tenderían más bien a ignorar o a irse ellos mismos pero no a soltar ofensas contra alguien que solamente lo escuchó cantar y llegó para admirarlo, además de la poca confianza que se tenían.
    Ya no me agrada la chica -w- Se vio como una zorra. Bueno, quizá sea mi percepción.
    El diálogo fue tenso pero demasiado corto, insisto. No me proporcionó realmente sentimientos, no me hizo estremecer como se supone que debería hacerlo o como pudo quedar. No me dio tiempo para comprender del todo las lágrimas de Peter, la tristeza, no sentí el arrepentimiento de Michelle.
    El flashback sí me gustó. Se aclaran algunas cosas que quedaron pendientes en el capítulo anterior y se hace todo más comprensible. Se entiende bien el enredo, pero continúo peleado con las personalidades...
     
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  9.  
    Bruno TDF

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    ¡Por Dios, estaba muerta! Ahora el segundo capítulo cobra otro sentido, aunque no retiro la opinión que hice en su momento sobre la velocidad de la trama.

    Eso sí, en este tercer capítulo ya se nota cierta mejoría, porque en lo personal me resultó más llevadera la conversación entre Michelle y Carol, además de que fue muy reveladora.
    Me quedé impresionado con la presentación de lo que en su momento fue Kassandra, en sí ya me imaginaba que iba a tratarse de una persona complicada, pero no hasta los niveles que nos presentaste :p; además, el motivo de su suicidio la complejiza más como personaje, y eso me parece muy bueno.

    Otra cosa que me gustó de este episodio fue la presencia de algunos elementos que otorgan cierta magia a la trama. En primer lugar, el comportamiento de los hologramas del lapicero en relación con la vida de quien lo posee; podría aventurar que se trata de un ingrediente de realismo mágico. Y por otro lado, la habilidad de Carol con el lápiz, al mejor estilo de una cámara fotográfica.
     
  10.  
    Ruki V

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    Bueno Cygnus, te repeto la opinión de que me fui muy aprisa con ese dialogo, pero las personalidades asi son. Peter si es así de agresivo y ella.... pues si, se vio como una zorra, pero es que se terminó formando una cadena. Entenderás lo de la cadena con lo del flashback; Peter se había enamorado de una zorra, y al estar con ella de una manera íntima pero sin sentimientos, se volvió una persona igual de fría, insensata e irresponsable. Digamos que, Michelle al enamorarse de Peter estaba sufriendo un trastorno parecido. Estaba cambiando su personalidad volviéndose un poco como él.

    Bruno, me alegra saber que el tercer capitulo ha enfatizado y transmitido justo lo que yo quería. Comenté con una amiga lo de Kassandra y me ha dicho que no entendió muy bien la razón de su suicidio ¡pero tu viste un punto muy importante! Para ser un personaje que solo es mencionado y no aparece fisicamente, le di una importancia real en la historia. La verdad a mi también me encantó lo de los lapiceros: no puedo quedarme sin agregar un toque mágico a mis relatos.

    Les agradezco mucho sus comentarios y que sigan leyendo esta historia.
     
  11.  
    Ruki V

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    Mi nombre es Peter. Creo que soy de las peores personas que podrías conocer en toda tu vida. Tengo 18 años, la escuela no me importa mucho, faltó a clases cuando quiero, molestó a todo el mundo, tengo una actitud muy antipática y, si, creo que ya no hay motivo para ocultarlo: no soy virgen.

    He pasado un asco de día. Primero, sermoneado pro el director: no gana nada sermoneandome, mis padres le pagan para que yo siga en esta escuela. Luego perdimos el partido de baloncesto. Andrew me ha dejado solo. Todo lo que me quedaba era mi guitarra y el sótano abandonado del instituto. ¿Y que gano? Después de un día tan horrible, me he quedado sentado aquí llorando por el pasado y el presente tan lamentable que sufro. Creo que no era mentira lo que me dijo Andrew: se terminó volviendo una cadena de idiotas. Yo enamorándome de una idiota me volví un idiota, y Michelle enamorándose de un idiota se volvió una idiota. Aún no puedo creer que se enterará de lo de Kassandra, y mucho menos pensé que cometería el mismo estúpido error que yo. Creí que ella era una chica correcta, inteligente... Creo que cree una especie de maldición. ¿Y ahora que hago? Hmm...

    He terminado corriendo sin rumbo tras salir del sótano y terminé en el salón, donde me encontré con Carol.
    —¿Michelle? ¿Pero por qué lloras?
    —Ay Carol, hice una tontería. Soy una idiota.
    —No no no no no, espera; ¿por qué dices eso?
    —¿Recuerdas lo que me platicaste de Kassandra?
    —Si... ¿qué tiene que ver?
    —Yo...— No pude hablar con claridad; estaba llorando demasiado. Cuando me tranquilicé, le conté lo que pasó con Peter.
    —Michelle... Pero eso... debió ser muy hiriente para él.
    —Lo sé, lo sé, soy una estúpida, estúpida. Lo peor de todo es que admitió que me quería y... y... él... estaba llorando... Jamás lo había visto llorar.
    —No veo que haya forma de que lo arregles.
    —Yo creo que me voy a ir por un tiempo...
    —¡¿Qué?! No, eso no va a servir de nada ¿Crees que lo olvidará? No será así.
    —No quiero verlo otra vez... no si hay sufrimiento... No creo que ninguno de los dos merezcamos esto.
    — Piénsalo bien. Quizás, solo quizás, si en verdad te quiere... No, si ne verdad se quieren los dos, hallarán una solución a este problema.
    —Creo que tienes razón. Gracias Carol.

    Después de hablar con Carol, decidí volver al sótano. No estaba tan sorprendida de no encontrar a Peter ahí. Encontré un papel junto a donde antes estaba él tocando la guitarra. Pensé que sería parte de la canción que estaba escribiendo. Lo tomé y leí. No era parte de la canción, era un mensaje para mi.


    "Michelle, eres una idiota. No te culpo por lo que pasó hace rato.
    Has caído en la maldición de Kassandra. Esto no es más que una
    cadena que convierte a las personas en completos idiotas. Yo soy
    el único culpable. Creo que tiene que haber una solución a todo esto.
    Nos vemos mañana en la azotea. Atentamente, Peter."
    La carta más que tranquilizarme, me austó. Temía que llegase a pensar en dejar la escuela como yo le dije a Carol. ¿Cadena de idiotas dijo? Estoy algo confundida.. Solo me queda esperar a mañana a ver que me dice.
    Continuará....
     
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    Ruki V

    Ruki V Usuario popular

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    1 Agosto 2012
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    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Problemático perro gruñón
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    720
    Al día siguiente, me quedé pensando que quizás tendría que ver a Peter terminando las clases, pero como no estaba segura, decidí llegar temprano y subir a la azotea. No lo encontré. Dejé transcurrir el día sin preocuparme por él; concentrándome en los estudios. Casi al terminar las clases, he sido detenida afuera del salón. Me he topado con Sebastian, el delegado de mi clase. Es un chico bastante atractivo; alto, delgado, rubio, de ojos azules, siempre bien vestido, fajado, corbata, zapatos limpios. Se podría decir que era perfecto, y muchas lo pensaban: ¿yo? err... me cae bien.

    —Hola Michelle.
    —Oh, hola Sebastian.
    —¿Tienes un momento?
    —En realidad, yo...
    —Anda, será algo rápido.— No sé que tiene ese chico, pero es imposible decirle que no.
    —Está bien, pero rápido.
    —¡Bien! Ven conmigo.— Me jaló del brazo y me llevó hasta el jardín. Se veía algo nervioso. —Ah... creo que no será tan fácil como creí.
    —No será sobre lo que te comenté ayer ¿verdad?
    —Oh no. Me dijiste que no volviera a sacar el tema a menos que se solucionara y que lo guardara en secreto. Esto es otra cosa.
    —¿Podrías... tratar de que fuera así? Es que, tengo que...— Algo me impulsó a dar media vuelta sin mover los pies.
    —Espera un segundo.— Dijo sosteniendo mi mano. Sentí que se había acercado un poco. estaba sonrojado. No me gustaba lo que estaba pasando.
    —Michelle... yo...
    —Por favor...— No quería rechazarlo; ni siquiera lo dejé preguntármelo. —...no lo digas.
    —¿Ya lo sabías?
    —Lo siento Sebastian, me voy dando cuenta. Y lo siento, también, por qué no tiene caso ni que me lo preguntes.— Él sonrió y bajó la mirada.
    —Esta bien. No pasa nada.
    —Has sido muy lindo conmigo, pero la verdad no te veo de esa forma.
    —¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Hay alguien más?
    —Yo... ah...
    —No era mi intención incomodarte.
    —Descuida. Te soy sincera, te diría; no me apena. Pero, si hablamos de incomodar, yo tampoco quisiera hacerte sentir mal.
    —Hmm... ya veo.— Me vio con un rostro tan amable y sonriente como el que porta con sinceridad todos los días. —Oye, ¿no iba a algún lado?
    —¡Ay! Es cierto Perdona, pero me tengo que ir. Nos vemos luego.

    Me alejé de ahí sin ver atrás. Pero sentí una sensación terrible segundos antes de entrar al instituto. No puedo asegurarlo, no voltee a verlo; pero juraría que Sebastian había derramado una lágrima. ¿Nunca han sentido que los penetra una mirada? ¿y que la mirada transmite sentimientos? Para no estarlo viendo de frente, sentí una profunda tristeza recorrer mi espalda. Debo ser bastante rara... Ah... Después de salir de esa incómoda situación, he subido lo más rápido que he podido a la azotea. Al abrir la puerta, me encuentro con una escena que me ha deslumbrado: estaba Peter ahí parado, recargado en el barandal de la azotea, cabizbajo, semi-despeinado por el viento, con una mirada muy pensativa, y de fondo se veía el Sol que apenas empezaba a bajar pero el cielo ya se comenzaba a ver anaranjado. Me quedé ahí parada, en shock. Peter se enderezó, sin voltear a donde yo estaba. Unos segundos después se dio la vuelta y comenzó a caminar despacio hacia mi.

    —Llegas tarde.— dijo.
    —Ah, yo...— No pude decir nada más en cuanto llegó hasta mi y me abrazó; con fuerza y con dulzura. Tenía la cara hundida en su pecho y estaba completamente sonrojada.
    —Pero llegaste.

    Continuará...
     
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    Ruki V

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    Romance/Amor
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    7
     
    Palabras:
    1249
    Después de unos segundos que se sentían eternos, Peter me separó de él y después me miró fijo a los ojos. Dudé: ¿qué me dirá? ¿qué hará? ¿qué haré yo? ¿cómo reaccionaré?

    Estaba tan feliz. El solo darme cuenta que en realidad llegó a la azotea; por un momento pensé que me plantaría, que le valdría... Era lo que yo pensaba hacer en un principio ¿para que mentir? Hablé con Andrew antes de subir a la azotea: me dijo algo que me quebró en dos. Estaba tan confundido, pero cuando Michelle se apareció detrás de mí despejé totalmente mi mente y escuché una voz de mi pecho que decía "Abrázala fuerte, podría irse". Cuando la separé de mi después del eterno abrazo, miré al suelo dudoso.

    Nunca desvié mi mirada de él. Lo tenía en frente, lo miraba fija, casi hipnotizada. Sabía que me quería decir algo, a´si que sólo esperé. Me confundí al verlo concentrando su mirada en el suelo. Quizás él... No, imposible, no se lo dije a nadie... Excepto a...

    Andrew me dijo que había hablado con el tal Sebastian; un chico estirado que se volvió el delegado de la clase de Michelle y al parecer también son amigos. Ese chico sabía algo de Michelle, algo muy serio, algo que yo no sabía. Estaba alterado cuando me enteré pero no quería exaltarme en frente de ella.

    Sebastian y Peter se odian; no pudieron haber hablado de un tema tan serio.

    Pero por fin me decidí. Levanté la mirada, tomé sus manos y alcé la voz para evitar que me interrumpiera.
    —¡No quiero que te vayas!
    —¡¿Ah?!— Pero ¿cómo lo sabe?
    —¡No digas nada! Yo sé, desde hace tiempo sabía que tu madre está gravemente enferma y que tu padre es un alcohólico y no cuida de ustedes; ¡pero no puedes irte lejos de aquí así como así!
    —Peter...
    —¡No! Tu tía siempre las ha apoyado. Michelle, eres apenas una estudiante, no puedes mudarte ponerte a trabajar.
    —Peter, ya no...— No tenía idea de por qué él sabía todo eso, pero era lo que menos me importaba. ¿Por qué me decía esas cosas? No pude hacer más que empezar a llorar, y Peter seguía diciendo esas cosas sobre mi.
    —Quizás... no debería estar diciendo estas cosas. Pero si te las digo es porque me preocupas, porque tienes un futuro, mereces seguir estudiando. sé que tu madre es todo para ti, pero a ella no le gustaría nada si supiera las cosas que estás pensando, aunque sean por su bien.
    —Por favor... ya basta...— Me sentía morir por dentro. ¿De tristeza, de culpa? Había olvidado que era Peter al que tenía en frente. Simplemente me desplomé; caí de rodillas y tapé mi rostro con mis manos, tratando de manera imposible de esconder mi llanto.
    —No quiero que te vayas.
    —¿Cómo te enteraste? Sebastian no pudo haberte dicho.
    —Andrew se lleva bien con él.
    —Pero Sebastian... ¿habló de eso tan a la ligera? Creí que podía confiar en él.
    —Se lo contó a Andrew porque sabía que él me lo contaría a mi. Debes darte cuenta de que todos a quienes has conocido te quieren mucho y también se preocupan por ti.
    —Eres un egoísta,— dije sonriendo un poco —¿de verdad crees que sería así de fácil que no me vaya? ¿Con que me lo pidas?
    —Claro que no.

    Saqué mi celular y le mostré un video. Era sobre una chica huérfana que cuando era adolescente se había partido el lomo trabajando para cuidar de su hermanito de apenas un año; al que cuando nació, se le diagnosticó un tumor en el cerebro. Dado el hecho de que el tumor se empezó a desarrollar desde la mitad del embarazo, el bebé sufría dolores de cabeza y pateaba duro a su madre. Le daban la opción de abortarlo, pero decidió que su bebé nacería. El parto fue muy duro y ella falleció. Era increíble como el pequeño había sobrevivido un año. La hermana con escasos 17 años, se consiguió tres trabajos para pagarle medicinas y tratamientos. A pesar de todo, la chica no recibía muy buena paga en ningún lado, ya que era débil, apenas comía (no gastaba dinero en comida para ella, siempre se lo gastaba todo en su hermanito) y no mostraba mucho rendimiento en el trabajo. Pasó el tiempo y el hermanito falleció. Desde un principio era evidente que el esfuerzo de la chica sería en vano; ya que su hermano era apenas un bebé, el tumor estaba desarrollándose desde hace tiempo y por más duro que trabajara no pagaría completamente sus tratamientos. No se rindió porque era su única familia, pero se perdió de todo; nunca más estudió, dejó de ir a trabajar, vivió durante otros tres años en el orfanato donde vivía desde que su madre falleció y se quedó completamente sola. Era algo muy triste. Incluso yo lloré al ver el video. Michelle si creía en esas cosas; ha habido casos, son historias reales.

    Tenía su celular en mis manos. Lo apagué y se lo di. Me quedé recargada en la pared, sentada en posición fetal, hundiendo mi cara en mis rodillas. tenía los ojos hinchados y la nariz roja por haber llorado tanto. Peter se quedó sentado frente a mí; supongo que, esperando que me tranquilizara un poco. Había entendido: la mujer que murió al dar a luz a su hijo, le permitió vivir el poco tiempo que vivió, en lugar de los muchos años que pudo haber vivido ella. A ella no le hubiese gustado ver a su hija trabajando tan duro por su hermanito; debió disfrutar de él, estar con él, jugar con él, alimentarlo, cargarlo, ser su familia. Estoy segura de que rara vez lo veía. las probabilidades de que el pequeño se salvara eran extremadamente limitadas: una chica como ella, de su edad, nunca logrará mantener la responsabilidad de velar por la salud de un bebé. Es casi igual que con las madres adolescentes. Ah... supongo que me terminé contradiciendo: a mi mamá en serio no le gustaría que me partiera el lomo por ella cuando me quedan muchos años de vida. Ella me decía todo el tiempo que ese era el trabajo de los padres: como ellos ya vivieron su juventud, gozaron de oportunidades, conocieron el amor, les tocaba guiar a los hijos a que tuvieran una vida plena y sana. No es trabajo de los adolescentes cuidar a sus padres. De tanto pensar en ello, casi me quedó dormida en la posición que estaba. De rato, sentí que la noche comenzaba a llegar. Me quedé inmóvil, hasta que sentí a Peter acercándose a mí. Levanté la mirada y no tuve tiempo ni de notar lo cerca que estaba hasta que sus labios rozaron con los míos. Fue un momento tan hermoso; fue un beso tan largo y tan romántico. En el momento en que el beso terminó, Peter volvió a abrazarme fuerte y dijo...

    —Te amo.

    Fue la mejor noche de mi vida. Y eso que... no voy ni a la mitad.

    Continuará...
     
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    Ruki V

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    Ha pasado casi un mes desde aquel magnífico día. Michelle y yo formalizamos la relación. Conocí a sus padres. Su padre decidió meterse a alcohólicos anónimos para dejar la bebida. La tía de Michelle se fue a vivir con ellos para cuidar de su hermana (osea, la mamá de Michelle). Me he llevado bastante bien con su pequeña familia. Me he sentido culpable de no poder presentarle a mis padres. Aunque a Michelle parece... No como si no le importara: creo que me entiende. Es difícil en primera el que ellos sigan de viaje. Además, creo que se volverían locos o creerían que lo están si llego y les digo "Papá, mamá, les presento a esta maravillosa chica llamada Michelle; mi novia. Ha cambiado radicalmente mi percepción de la vida y ahora me esforzaré más en mis estudios y los haré sentir orgullosos" Bueno, eso se lo prometí a Michelle; y vaya que el amor la tiene tan cegada que me creyó... y el amor me tiene tan idiotizado ¡que en verdad lo prometí!

    Michelle en realidad me ha hecho pensar en serio sobre mi futuro. Para que ella haya transformado completamente mis pensamientos de vago, estoy casi seguro que es LA chica. Diablos, Andrew me mete cada vez más lo cursi. En fin... Si, creo que ella es LA chica, y probablemente quiero pasar toda mi vida con ella. ¿Qué? Digo probablemente porque quizás ella se canse de mi. Pero si en realidad unimos nuestras vidas para siempre, yo quiero darle la vida que se merece. Una vida como reina. No, que se conforme con princesa; sigo siendo algo flojo. Ya que aclaré ese punto, volvamos a hablar de lo que ha pasado en este mes.

    Me conseguí un pequeño trabajo atendiendo una tiendita en una esquina por casa de Michelle. Me puse a estudiar, hacer tareas, asistir a clases, obedecer a los maestros... sigo con mi actitud indiferente con ciertas personas.... como Sebastian. Ese imbécil siempre pegado a Michelle. ¡Consíguete una vida social! ¡Más amigos! Ash... Mientras no me vuelva alguien como él, mantendré mi promesa de estudiar. Y hablando de amigos pegados como chicles.... Hace como una semana Andrew y yo tuvimos una conversación muy rara: fue peor, porque Michelle estaba ahí.

    ----------FLASHBACK----------
    -----HACE UNA SEMANA-----
    —Hola Peter.— vino diciendo Andrew, sonriendo como idiota.​
    —Hola tú...— dije sin muchos ánimos mientras leía un libro de física.​
    —¿Cómo estás Andrew?— dijo Michelle, que estaba ayudandome a entender algunas cosas.​
    —Ah, Michelle... Me siento libre.— dijo. Su voz sonaba como siempre, pero me fastidiaba su sonrisa de idiota.​
    —¿Libre en qué sentido?— preguntó Michelle.​
    —He decidido revelar un pequeño secreto mío.​
    —¿Secreto?— pregunté.​
    —Si. Antes me avergonzaba, pero últimamente descubrí que me da igual lo que me digan.​
    —¿Y se puede saber que clase de secreto?— dijo Michelle.​
    —Presiento que es algo que amí no me has dicho.— dije con cierta rabia.​
    —Si una reacción no quería ver, era la tuya. pero repito que ya no me importa lo que me digan.
    —AH!! Deja el suspenso por favor. ¿Podrías decirnos?— dijo Michelle; gracias a Dios, antes de que me enojara.​
    —Pues... sucede que...​
    —...?​
    —...?​
    —Soy gay (^-^)​
    —...?! (o///-///o)​
    —...?! (o///_///o)​
    —¿Por qué se sonrojan?— preguntó con su sonrisa idiota que no quitó desde que llegó​
    —¡¿Perdón?! ¡¿Te das cuenta de lo que acabas de decir?! ¡¿Y que lo dijiste tan a la ligera?!— bueno, a lo mejor exageré pero ¡¿OSEA COMO QUE MI MEJOR AMIGO ES GAY Y NO ME DIJO?!​
    —Vaya... pues ciertamente no me lo esperaba... (Oh, pero que desperdicio que los guapos se volteen)— Michelle estaba sonrojada, jugando con las manos y viendo al suelo. ¿Qué estaría pensando?​
    —¿Se puede saber por qué no me lo dijiste antes? ¿Se puede saber por qué lo sueltas tan a la ligera?​
    —Ya se que nos contamos todo, pero no había dicho nada porque no estaba seguro de si si era o no era.​
    —Espera, entonces algo te hizo darte cuenta de que si... ¿Te gusta alguien? (°u°)— No me esperaba eso por parte de Michelle. Sus ojos brillaron ligeramente y tenía una pequeña y macabra sonrisa en su rostro. Insisto ¡¿en que piensa?!​
    —Hmmm... no lo sé, tal vez, es otro secreto; algún día te lo diré, linda.​
    —¡¿Y yo estoy pintado?!​
    —Sinceramente ¿te gustaría oír a un gay enamorado hablar? (¬w¬)​
    —... ¡Ay, mejor ya cállate que tengo que estudiar! (¬////¬)— Michelle y el idiota de Andrew soltaban pequeñas risitas. Me estresaron y me largué.​
    -----FIN DEL FLASHBACK-----
    No tengo nada en contra de los homosexuales. Tengo todo en contra de los SECRETOS ENTRE ¡MEJORES AMIGOS! Ah, pero en fin. Creo que es lo más interesante que ha pasado este mes. Y creo que esto es todo por nuestra parte, ¿no Michelle?​
    Si Peter. Nuestra historia termina aquí. Ya que Peter se ha encargado de resumir nuestro "final feliz", me toca despedirme de ustedes. Aún nos deparan muchas cosas en el futuro, pero eso ya lo dejamos a su imaginación. Gracias por leer nuestra historia.
    Y por primera vez en todo este tiempo de lectura...​
    Nos atrevemos a recomendarles que lean más historias de quién les ofreció el relato de los días más importantes de nuestras vidas.
    Normalmente, no lo habíamos hecho, peor nos gustaría que leyeran más.​
    Si no les agrada que nosotros, personajes, recomendemos a nuestra autora y creadora, háganlo saber Todos sus comentarios son bienvenidos.
    De nuevo muchas gracias por seguirnos hasta este punto. Esperamos que hayan disfrutado esta historia. Adiós y vuelvannos a leer cuando quieran.​
     
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