Prim Pegó su rostro contra el frío vidrio del mostrador. Admirando sutilmente las delicadas delicias que del otro lado se exhibían. Lamiendo sus labios con su suave y pequeña lengua rosa, sintiendo como poco a poco su estómago comenzaba a gruñir. Elevó las comisuras de sus labios, creando pequeños hoyuelos casi imperceptibles e invisibles a simple vista. Mordió su labio y sintió como un pequeño sonrojo se abría paso en su delicada piel justo en el momento en que se dio cuenta de su mirada sobre ella. Él la estaba viendo, parado del otro lado del cristal. Con una pequeña sonrisa en su rostro y el cabello sudado pegado a la frente. Le sonrío y saludo levemente con su pequeña mano, volviendo a mirar los pasteles con esos adorables adornos dibujados por todos lados. Cerró los ojos y contuvo el aire. Imaginándose a ella misma del otro lado, con el calor del horno atrás de ella y ese tipo de manjares pasando por su garganta de vez en cuando. Como desearía poder estar del otro lado, como deseaba haber podido vivir en la Veta. Volvió a abrirlos, sintiendo como la realidad caía sobre ella y la aplastaba levemente. Así era todos los días que pasaba por ahí, y aun así seguía yendo. ¿Por qué? Simple. Amaba ver esos chispeantes colores formando adorables formas sobre cada uno de los pasteles. Todos y cada uno de ellos diferentes al anterior. Todos seguramente deliciosos. Sonrío nuevamente, esta vez con un suave brillo en sus ojos y un tono rosa otra vez en sus mejillas. Giró sobre sus talones, alejándose poco a poco de la Panadería. Dejando a sus espaldas ese sueño que con el pasar de los años seguía intacto. Ese sueño, que aunque pasará la más grande de las catástrofes, seguiría teniendo en su corazón. No me resistí, Prim es adorable hasta cuando acosa.
¿Simple? Para alguien queha vivido en sus condiciones, eso sería un suelo enorme, sería la satisfacción de comerlo cuando gustes, y como gustes. Es como que le ofrezcas a un mendigo, una vida donde podrá alimentarse todos los días con lo que guste... un sueño para él. Algo que los que lo tienen no saben apreciar.
Conforme iba leyendo el libro, siempre creí que en los distritos les limitaban como una forma de entrenamiento a soportar cuando llegaran los juegos o eso pasó por mi mente hasta que aparecieron otros distritos. Como quiera que fuera, el sueño de Prim era algo bastante interesante el sabor de un delicioso pastel colorido, de esos que atraen la atención de muchos niños. Me pregunto ¿qué sabor le daría en su mente a aquellos dulces? digo, solo ha dicho que le parecía que eran deliciosos ¿y quién la miraba del otro lado del cristal?, ¿se trataba de Peeta o de su padre?...supongo que eso será un secreto entre Prim y tú. La narración te ha quedado muy bien, te has esforzado en narrar aquello como hubiera sido un gran deseo que se repetía constantemente; sobre la ortografía solo noté un error de concordancia "Con una pequeño sonrisa en su rostro", seguro que ha sido un descuido. Es una linda historia, jamás la hubiera imaginado, realmente amas esos libros xD.
Paso a comentar luego de mi años :3 Awww prim acosando la panaderia *-* es lo mas tierno que se ve, su mirada, su rostro, sus ojos profundamente azules mirando los glaseados de colores decorando los pasteles de manera majestuosa, tanto que la boca se le hacia baba. Y pones a mi lindo peetita ahi de adorno saludando a la inrresistible Prim con sus mejillas pintadas de color carmesí, sabes que te amo ¿No? *-* siempre haces de un gesto algo maravilloso, algo que parece irreal pero a la vez solo hablas de la simple realidad ya que en verdad eso pasa, la gente se sonroja o tiene miedo o son cosas cotidianas llevadas a lo magico. Pero lo que realmente no sabe Prim es que los pasteles no se comen, no frescos, y mucho menos los panes, esos son para personas que los compras...realmente ellos comen pan rancio que ya nadie come o el pan quemado que nadie se atreveria a comprar, dura realidad. Awwwwww ame cada palabra que has escrito *-* tu error ha sido indicado y es perfecto <3 te adoro *-* cuidate besos. Pire<3
