Preguntas Dolorosas

​

Preguntas Dolorosas​

Te vas y ya no volverás. Empiezas la universidad, nuevas puertas se abren, tus horizontes se expanden. Siento que te alejas, que has dado cinco pasos cuando yo sólo he dado uno. Siento que una puerta se cierra entre nosotros, que un mural se levanta a tu espalda. Me siento sola. Mi corazón y alma me dejaron y mi cuerpo queda atrás… prisionero de las sombras.


Por culpa tuya, por culpa de tu egoísta y masoquista espíritu ya no soy como antes; ya no tengo ese brillo en mis ojos ni esa sonrisa tonta en mi cara. Me siento estúpida, siento vergüenza de mi misma; de lo ingenua que llegue a ser hace tan sólo unos meses. De lo bobamente enamorada que me llegue a sentir.


Y todo por culpa tuya, todo se debe a tu maldita presencia, a tu maldita existencia en ese colegio; del cual hoy te gradúas dejándome sola por tres agonizantes años. ¿Cómo haré para continuar?, ¿para seguir como si nada? Sé que no podré, que el sufrimiento podrá más que los amigos. Que me sobrepasara… ¿qué haré en ése momento? Cuando ya no pueda más, ¿qué seré capaz de hacer?


Cuando te miro todas esas preguntas llegan a mi mente y clavan dagas en mi corazón. Todavía le tengo miedo a la respuesta, no me siento lista a escucharlas. Todavía siento que me derrumbo, todavía sigo en la oscuridad.


¿Por qué el amor es tan difícil? Todo sería más fácil si hubiera un botón, uno con el que controles tus sentimientos. Uno que te advierta del dolor, del sufrimiento… del amor. Como desearía tenerlo, daría lo que fuera por algo así. Algo que me ayude a olvidarte, a borrar las penas de mi corazón, las cicatrices de mi alma.


Pero lamentablemente no existe, es sólo una ilusión. Una patética y estúpida ilusión, que lo único que me trae son esperanzas muertas.


Me siguen dando frases de aliento, frases que no me llegan al corazón; frases tontas de las cuales me sigo riendo.


“Al pasado pisado”, “el tiempo vuela”, “los sufrimientos se van comiendo pan”, “el destino no los quería juntos”, “no era tu camino el estar con él”… tales palabras no me sirven ni me llegan. Sólo es un derroche de saliva, un intento fallido. Palabras que ni ellos mismos sienten verdaderas.


¿De qué sirven si son mentiras? Nunca te olvidare, nunca podré sacarte de mi corazón. Y eso es lo que más odio me da, el que sea tan débil. El que todo me provoque lágrimas.


La última pregunta que llega a mi mente es ¿por qué no me suicido? Única pregunta que tiene respuesta: porque quiero castigarme, quiero vivir con el sufrimiento de haberme enamorado. Al no matarme físicamente, mato lenta y sentimentalmente a mi corazón. Y porque no quiero ser más débil de lo que ya soy, no deseo convertirme en alguien sin agallas. Aunque creo que para eso ya es demasiado tarde…



------------------------
¿Creen que estoy algo mal de la cabeza? Siento que me estoy volviendo loca.