1.  
    Andreína

    Andreína Usuario VIP

    Virgo
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    Escritora
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
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    1
     
    Palabras:
    886
    Serie de relatos, generalmente sin relación entre sí y con distintos contextos.

    Summary:
    —Estos sentimientos... —un hilillo de voz atinó salir de sus temblorosos labios. Desconcertada, apretó los puños— no son míos.

    Su madre guardó silencio, observándola con preocupación. Conmovida se acercó a ella para abrazarla.

    —Quizás en otra vida, cariño —consoló.

    1: Lazos.


    Despertó sobresaltada, sudando frío y temblando. Con los ojos abiertos y desconcertados, examinó detalladamente la habitación. Un suspiro de alivio escapó de sus labios, mientras un sentimiento decepción se apoderaba de su pecho.

    Siempre le habían sucedido cosas extrañas; no era cuestión de un día para otro, había sido así toda su vida. De nuevo había tenido aquel sueño recurrente y perturbador, con aquel extraño y atractivo muchacho.

    Habían transcurrido años desde la última vez que soñó con ese hombre. Totalmente desconocido, y aún así, tan familiar. Recordó aquellos ojos dorados, que llenos de odio la habían mirado fijamente minutos antes.

    ¿Por qué?, se preguntó con frustración, incorporándose en la cama y llevando una mano a su rostro. Aún tenía la respiración agitada, y su corazón latía desenfrenado haciéndola sentir ahogada. Le molestó que aquella pesadilla tuviera el poder de estremecerla, como cuando era niña.

    Él trataba de asesinarla. La perseguía y la derribaba sin clemencia. Tenía garras, las mismas que habían perforado su piel dejándola en exceso malherida. Le arrebataba algo, recordó, algo importante. Cerró los ojos intentando acordarse y luego frunció repentinamente el ceño.

    Una perla.

    Se preguntó si sería algún ladrón de joyas, pero algo dentro de sí le gritó que era más que eso. Lo aterrador era que ella se sentía traicionada por aquel desconocido, y una traición jamás viene de un enemigo. Entones, si aquel muchacho no era su contrincante, ¿por qué la hería?

    Abrió los ojos lentamente, aún con la sensación de alevosía recorriendo su cuerpo. Espeluznante, que no se sintiera capaz de odiarlo cuando recordaba en su mente aquellos hipnóticos ojos dorados. Llevó una mano a su pecho, tras sentir una punzada en él.

    ¿Lo amaba? Tenía la reiterada sensación de que él era más que un amigo; no obstante, nisiquiera lo conocía. Se preguntó por qué no lo sentía su enemigo, si sin duda alguna era un traidor.

    Cuando el sueño se cortó, lo último que vio fue a sí misma tirada en una verde grama. Ensangrentada y herida. De pie frente a ella, estaba parado él. ¿Iba a matarla? ¿Completaría lo que inició? Un escalofrío la recorrió al preguntarse si, de no haber despertado, él habría logrado su cometido.

    Suspiró, levantándose de la cama. No importaba cuántos años hubieran pasado, nunca dejaría de aterrarla ese sueño.

    Una brisa entró por la ventana llamando su atención. Distraída, caminó hacia ella dispuesta a cerrarla. En el trayecto, sus ojos captaron al árbol sagrado, y sin poder evitarlo, quedó prendada de él. Era hermoso, luminoso sin importar la oscuridad que le rodeara.

    Un sentimiento de tristeza la tomó desprevenida, haciéndola suspirar. De repente, una nostalgia ajena se hizo de ella, embargándola por completo.

    Sin pretenderlo, una lágrima vacía rodó por su mejilla. Desconociéndose, llevó una mano hasta su rostro para parar la pequeña gota que corría veloz.

    —¿Qué es este sentimiento? —susurró absorta, sorprendida por su reacción.

    Una extraña fuerza la instó a ir hacia el árbol sagrado. Haciendo caso a su instinto, tomó un abrigo y comenzó a caminar hacia la puerta.

    Salió de la casa hasta encontrarse de frente a él. El viento movió sus cabellos al mismo ritmo con el que hacía bailar las hojas caídas. Un escalofrío recorrió su espalda, y se abrazó a sí misma en busca de calor.

    Un pequeño agujero en el árbol llamó su atención; curiosa, llevó un dedo hasta él. De manera casi inmediata sintió una punzada en su pecho. Un extraño palpitar la hizo fruncir el ceño. Cohibida, alejó su mano y la llevó a su cabeza, que había comenzado a dolerle.

    Una extraña imagen llenó su mente de plano, robándole un gemido aterrado. Pudo verse, una vez más, frente a aquel hombre. Esta vez, él era quien estaba muerto; clavado en el árbol sagrado. Incrédula, parpadeó varias veces.

    Tragó saliva. Su respiración se había agitado de nuevo y su corazón latía desenfrenado. Respiró profundo dando un paso hacia atrás cuando sintió las lágrimas correr por sus mejillas.

    —Qué tontería... —murmuró atónita, confundida— ¿realmente estoy llorando por un sueño?

    Repentinamente se sintió mareada, y la opresión en su pecho la hizo aferrarse al árbol para no caer. Las pequeñas lágrimas se habían convertido en un absurdo y profundo llanto.

    —¿Kagome? —preguntó una voz tras ella.

    No respondió, incapaz de controlarse.

    —¿Qué está mal, cariño? ¿Por qué lloras? —Su madre angustiada se acercó a ella.

    No la miró. Su mirada se mantuvo fija y perdida en el árbol; con espanto y tristeza, con enorme confusión.

    —Estos sentimientos... —un hilillo de voz atinó salir de sus temblorosos labios. Desconcertada, apretó los puños— no son míos.

    Su madre guardó silencio, observándola con preocupación. Conmovida se acercó a ella para abrazarla.

    —Quizás en otra vida, cariño —consoló.


    _____________________

    Este escrito no ha sido releído por mi, de modo que no he podido corregir mis posibles errores. De antemano gracias por las posibles correcciones. ;)
     
    Última edición: 22 Mayo 2016
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    Kikuz-sama

    Kikuz-sama Usuario popular

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    Un texto realmente hermoso, has hecho un buen trabajo al conjugar el pasado y el presente en Kagome. Yo siempre me pregunte por qué demonios ella no podía recordar a Inuyasha si era la reencarnación de Kikyo, pero supongo que ese pequeño detalle no era tan importante en el anime. Sin embargo, la forma en la que has desarrollado el proceso de recordar, el desconcierto y el dolor por una "perdida" ha sido muy buena pues utilizaste el espacio como un catalizador para desencadenar todo ese caos que la lleva a añorar algo que desconoce.

    No obstante, tienes varios errores, pero son más que nada dedazos, palabra repetidas y omisión de espacios entre palabras. Supondré que la causa fueron las prisas. Por lo demás, la narración fue manejada de manera correcta y el uso que se le dio al personaje fue el pertinente. No noté en ningún momento que Kagome saliera de su carácter habitual aunque si un poco más madura y eso me agrado.

    Saludos.
     
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