Por un canario

Todos los personajes me pertenecen, asi como el titulo actual de la presente historia y su contenido. Se agradece no plagiar ni transcribir la historia sin autorización. Atte. DiZereon ​

Actividad: Demuestra lo que sientes
Palabras: 1,692 (One-Shot)
Para:

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Por un canario​

Había cierto pánico en el temblor de mis dedos al intentar sostener el lápiz con el que retrataría la figura que momentos atrás vi. El aire en mis pulmones se siente sofocante al recordar esa larga sonrisa que me saludó, y que con voz de violín me narró la increíble pesadilla que vivió en el mundo ‘Damon’.

Sigo pensando que estoy en un sueño, que mis dedos –que tiemblan sin paz- no están dibujando las cuencas grises de aquel sujeto de nariz afilada; quiero tratar de creer que sus parpados pesados no me observan desde el dibujo sobre el bastidor, púes aun guardo con cierta carga como de sus cabellos –de oro enredados que se mecían con fuerza- un canario azul fosforescente aleteaba tratando de emprender vuelo.

Mis ojos podrían sufrir, desangrar e incluso yo estaría dispuesto a olvidar cada detalle del cumulo de imágenes: donde con un sadismo inmedible noté la falta de un ala en el pequeño animal.

No gocé del dolor ajeno, no como lo hubiera hecho cuando era solo un niño, púes el sonido que expresó en palabras ese hombre vestido de traje coloreado, aún me deja con la garganta anudada.

—No puede volar, chico—me dijo con un tono amargo, y sin poder evitarlo miré el suelo parando en seco al notar sus pies descalzos y llenos de barro—, ha perdido un ala al intentar salvarme de caer por un precipicio—susurró con voz rota, y yo solo pude apartar mi mirada a un lado.

El paisaje era insuperable, cientos de motas de nubes surcaban los cielos oscuros escarchados de estrellas, mientras cometas de tamaños espectaculares atravesaban su inmensidad en cuestión de segundos. Un suspiro ahogado intento escapar de mis labios, y conteniéndome gire a ver al señor del canario.

—He perdido mi sombrero—continuó sin importarle si yo le prestaba o no atención. Haciendo ademanes de formar una copa entre sus manos, mientras su gabardina gris ondeaba al viento y la bufanda de colores arcoíris cubría su cuello del frío de la nieve, tosió y no aparto de mí su mirada—Soy un hombre perdido, sin dinero y dueño de una única familia que se encuentra…—y señalando al canario con una mano, tocó su pecho con la otra: el lugar dónde debería estar su corazón.

Era un ave de piar hermoso, que aún con intención de volar y surcar los cielos no paraba de aletear.

—Estamos en Damon—recuerdo que me dijo el hombre, su mentón marcado y manchado de tinta negra parecía una burla a la imaginación, púes ya su piel blanca enjuiciaba la representación misma de un señor de la oscuridad—, y sé que tu nombre es tan sencillo que no te gusta cómo suena al hablar.

Pude molestarme y lo sé, pude enojarme e intentar golpearle. Pero ese sentimiento vacio en sus ojos, tan faltos de algo… logró que solo negara, ¿Qué importancia tenía mi nombre en ese momento? No hacía falta pensar en que mis padres pudieron ser más originales, que no habría hecho daño a nadie que se devanaran los sesos si con eso mi nombre hubiera sido otro.

—Soy un rey sin corona, cansado de esperar la muerte por que incluso esta me rehúye. Mi única alegría es este canario; mi amor más profundo huyó con un desconocido después de que me arrebataran el titulo de noble. Soy un hombre con suerte, he gobernado tierras inmensas, y llevado a la gloria a mi armada imperial…

Y bajo el yugo de un árbol negro y viejo, este rey singular, sin corana o tesoros que ofrecer, me relató la desdicha de su situación. De mis labios pequeños ni un quejido o suplica por que se detuviera salieron, no cuando temía que en cualquier momento el final para ambos se acercará, mis ojos de miel no dejaron escapar alguno de sus movimientos, púes en cualquier momento podía desaparecer, tal como la niebla matinal desaparece con el roce del sol de medio día.

—Luché sin esperar algún trofeo de gloria, gané sin exigir alabanzas y fiestas que me reconocieran como héroe; en el firmamento no hay estrella dedicada a mí, y aun con eso luché hasta que algún Dios valiente me dio la espalda: por que ofrecerme su mano era demasiado difícil. —retomando aire, y calando de frío hasta lo más profundo de sus huesos con una sonrisa triste me nombró: —… y tú que estas aquí ¿Sabes lo que deseo? Mi nombre es Elrond; ‘Elrond sangriento’: quien está condenado a una vida eterna que nunca deseó tener. Y tú eres y serás mi escudero, dibujarás para mí las estrellas, pintarás las constelaciones. Le darás nuevas alas a Tamhet –mi pequeño canario- y dejarás que surque los cielos que no ha vuelto a volar desde hace noventa años.

—Tienes la capacidad de volver realidad muchos sueños, ¿pero serás capaz de lograr este? —Me preguntó, y yo sin saber responder solo negué sin entender lo que me decía—, entiendo que no conozcas que soy capaz de bendecir a un solo individuo, y que eres tú en quien pongo una responsabilidad que no deseas: te parecerá escandaloso—y sin entender aun menos lo que hablaba, le vi girar para darme la espalda, su mirada puesta en el cielo, mientras Tamhet silbaba una tonada que reconocí como un nana. —Pero quiero que lo hagas, por que te he nombrado mi escudero; soy Elrond y tú serás Tezcatlipoca ‘el creador de sueños’. Vivirás en un tiempo al que no perteneces, y volverás después de crear un mundo en el que Tamhet pueda volar—dijo, y esta vez alzando sus manos exclamó: — ¡Si me he de volver loco, quiero asegurarme antes de que haya alguien capaz de crear un mundo! Soy un rey, no tengo trono y visto como un vagabundo; pero tú eres Tezcatlipoca y tu hermano es Quetzalcóatl, pero es en ti en quien prefiero confiar.

Sus divagues me hicieron pensar en las distintas historias que se contaban en el mundo, como diferentes Dioses crearon la Tierra, como de tantas formas nació el hombre dotado de inteligencia, fue en ese momento que ignoré lo loco que aquel ser podía estar, y que pensé en la posibilidad de tener algo que crear. ¿Pero yo crear? Y ¿Qué? Aun dibujando sobre el bastidor la larga sonrisa de Elrond, no puedo creer aún que Tamhet puede llegar a volar con mi ayuda.

—Por que ahora eres un Dios, y como yo: estrás siempre solo—me dijo con sus palabras suaves, el viento meciendo el monte que había en mis sueños— ¡Has bosquejos, pinta realidades que jamás podrán existir…! Y pon en cada uno de tus pensamientos un pedazo de verdad, una dosis de soledad acompañada de la alegría que desmedida del loco amor den paso a ese mundo. ¡Crea seres! Y no te olvides de Tamhet, ha estado tanto tiempo a mi lado, que sería un pecado no dejarle ser libre de nuevo—y con una suave inclinación y apareciendo un sombrero de copa de la nada se despidió: —Nos veremos muy pronto, solo no olvides que has de obsequiar a los sueños como yo, una realidad que no existe. Soy un rey en tus sueños pero ¿Puedo ser algo más en el mundo de Versalia?

Y ahora, sin poder detenerme, con pinceladas de azul fosforescente, intento nuevamente darle vida a Tamhet, sé que Elrond gobierna en Damon, un Circet de Versalia. Sé que está esperando que al fin logre reparar el ala rota del canario.

Aun con el corazón impaciente de acabar, debo dar tiempo nuevamente al bosquejo, he dibujado cientos de veces a Tamhet sobre el bastidor, y he quemado otros tantos que no han podido rescatar como realmente lo vi; como vi a aquel hombre cerca de un risco, sentado sobre una roca mientras miraba el cielo. Mientras el aire filoso cortaba su piel, y esta blanca se reparaba como si nunca le hubieran hecho daño.

—Te volveré a ver, hasta entonces concéntrate Tezcatlipoca; no temas del tiempo, y se valiente al pasado mundo en el que vivirás. Si has de ser un Dios, ¡que todo el mundo te recuerde! Aunque el nombre llegue a ser otro.

Con otro suspiro, mis dedos manchados de pinturas rústicas tratan –sin opción a fallar- de terminar. Y es cuando en mi mente un sonido que denota fuerza, se dispara y viaja hasta alcanzar el lienzo de los reyes. Donde Tamhet es la corona y es Elrond el quien la porta.

—No sé si soy capaz—digo al lienzo, dónde un ave de azul fosforescente aletea lista para volar—, no estoy seguro de poder crear un mundo sin guerras: dónde los amaneceres parecen suspiros, y las noches se observan más largas que una vida, en el que el agua a veces es el cielo, y los árboles inmensos y ancianos abrigan las torres de hielo al sur de las colinas de nubes—con voz alta y cauta, veo con profundo pesar, como las plumas azules comienzan a caer antes siquiera de poder rosar el aire, una vez más he fracasado—, y no puedo estar seguro…

No cuando vivo en un tiempo que no es el mío, cuando los años que han pasado dejan marcas en mi piel, y que la realidad más verdadera es que después de trescientos años desde aquel sueño: no soy consciente si he sido capaz de devolverle un poco de felicidad a Elrond, aunque me han dotado de una vida casi inmortal, no sé con seguridad si en aquel mundo que creé la vida está siendo justa como la soñé.

— ¿Habrá verdad en tus palabras Elrond? —Preguntó a nadie, con mi eterna y joven apariencia que poseo desde unos cientos de años atrás— ¿La hay? —Repasó revolviendo mis castaños cabellos con mis dedos manchados de pintura azul— ¿Podré terminarlo?

Y es que un humano como yo, que alguna vez tuvo un sueño que le dio un poder extraño, no puede estar simplemente seguro de la realidad.

Antes fui un hombre. Y…

Soy Tezcatlipoca, preguntándome si esta es la realidad, o ¿Aun me encuentro atrapado en un eterno sueño?













Notes Break:
¡Hey!
Bueno, aquí publicando, el pensamiento vino de la actividad de “Demuestra lo que sientes” lo que me hizo divagar, ahora tengo lo que sería el intro oficial de una historia original que llevo un tiempo escribiendo, que como la imagen lo indica lleva el nombre de: —Prison Dream— solo espero que la historia presente no se haya salido un poco de tema, ya que se indicaba que el sentimiento a manejar eran (como ejemplo) los negativos, ya fuera para terror, suspenso depresión, nostalgia, miedo y similares a estos. También quiero aclarar que se hacen alusión a dos nombres de Dioses de la mitología mexicana (o folclore mesoamericano) el primero presente significa: ‘Espejo negro humeante’ El segundo: ‘Serpiente emplumada’. Antes se creía por una parte que eran hermanos, y en diversos pueblos se llego a creer que eran más bien rivales a muerte. Se sabe a demás que ambos son creadores, aunque al primero se le juzga más como el lado oscuro.
Espero no haberlos aburrido, e invitarlos a darle me gusta… solo si les gusto claro, y a dejar un comentario. Disculpen si tengo errores ortográficos, le he dado releídas pero no estoy tan segura que haya que dado al cien. Bien espero estarnos leyendo.

Ciao!-